Ficha bibliográfica: Norberto Corella Torres, Propaganda Nazi, ciudad de México, Miguel
Ángel Porrúa, 119 p., ils.
“La propagan es un instrmento de la política, junto a la diplomacia, las medidas económicas y la fuerzas armadas. Siendo así, la propaganda tendrá siempre una política y aunque esta última varíe el objetivo de la propaganda permanecerá siempre constante: servir a ese política con la máxima eficacia y sus metas comprenderán aquellos actos de público que alteren la distribución del poder”. (p. 25.) “La propaganda es un medio y sirve para un objetivo. Hitler asignaba a la propaganda el carácter de medio y afirmaba que debería de ser tomada en cuenta desde el punto de vista del objetivo al que servía.” (p.27.) “Este punto de la teoría hitlerista de la propaganda coincide perfectamente con la premisa,…, de que la propaganda es un instrumento del poder.” (p. 27) Deber existir una autoridad central que planee y ponga en ejecución la propaganda la cual debe llevar a cabo tres actividades: a) Dictar todas las directivas de la propaganda b) Explicar las directivas de la propaganda a los funcionarios importantes del ministerio y mantener su moral en alto. c) Vigilar las actividades de las otras entidades que tenían consecuencias en la propaganda. (Véase: p. 29-30) “la propaganda debe ser elaborada conociendo perfectamente la situación política que crea su necesidad, la mentalidad y las posibles reacciones del sector de la opinión púlica a que se dirige” (p. 31) “Para ser percibida, la propaganda debe despertar el interés del público. A Goebbels le preocupaba sobremanera que sus mensajes fueran recibidos y atendidos por la opinión pública. Puesto que a su entender la propaganda por la radio tendía, después de algún tiempo, a cansar al público; en 1942 llegó a la conclusión de que a los alemanes deseaban que su radio les diera “no solo instrucción, sino también entretenimiento y descanso”” (p. 31) “Sin duda alguna la propaganda debe limitarse a la más baja capacidad intelectual, porque siempre serán varios estratos de la sociedad los que reciban los mensajes emitidos” (p. 33) “Los lideres prestigiosos pueden facilitar la propaganda. Este principio es evidente en la propaganda nazi, cuya ideología hacía hincapié en el liderazgo. Gobbels en su Diario nos hace pensar que sus expectativas eran que los alemanes se sintieran inmersos en una propaganda que tuviera el nombre de un líder prestigioso. Así, en tanto se pregonaba que Hitler era una especie de hijo de Dios reencarnado para salvar Alemania, siempre suspiraba por él” (p. 39) “La interacción que se produce entre la masa y el líder ofrece además de las ya expuestas, las siguientes ventajas susceptibles de ser aprovechadas por la propaganda: a) El líder puede ser el primero en plantear o definir una cuestión. b) El líder tiene una importancia especial porque verbaliza y cristaliza sentimientos vagos, pero no por ello menos intensos que la masa. c) Puede manipular –y casi siempre lo hace- los anhelos de las masas en favor de los propios fines. (p.39-40) “Para que la propaganda sea eficaz es necesario el control de los medios de información y la aplicación de la censura. Goebbels no tenía escrúpulos de ninguna especie con respecto al uso de la censura” (p.43) “Los organismos encargados de la propaganda fueron dos: el Ministerio de Propaganda e Ilustración Pública del Gobierno de Adolfo Hitler y el Departamento de Propaganda Nacionalsocialista. Goebbels era el responsable máximo de ambos.” (p. 53.) “Los esfuerzos del Ministerio de Propaganda por hacerse presente en todos los medios de comunicación fueron tan amplios que hasta el cine fue controlado. Goebbels dijo con respecto a la misión de la cinematografía en su país: “El cine alemán no deberá degenerar en un medio de experimentos intelectuales y seudo-intelectuales… No deberá dejar fuera los dos principios fundamentales de la buena propaganda, la simplificación y la repetición constantes”” (p. 62) “Además para tener éxito, la propaganda debe operar sobre toda la gama de emociones que pueda experimentar el individuo, algunas simples como lo es el miedo; otras complejas como el orgullo o la sensación de aventura; emociones indignas como la avaricia; loables como la simpatía o el autorrespeto; y otras la ambición y el amor por la familia. Todos los sentimientos humanos e instintos han proporcionados a los propagandistas la posibilidad de influenciar a los sujetos recetores, apelando a ellos.” (p. 74.) “EL MOVIMIENTO nazi se estrucuturó en torno a la personalidad de Adolfo Hitler, a quien se le consideraba a quien se le consideraba como el mesías de la nación alemana y se le daba el tratamiento de una verdadera deidad viviente. El culto a la personalidad, a partir de la creencia en los seres predestinados, fue uno de los métodos de la propaganda más socorridos. Con un fanatismo que rayaba en lo infantil, la mayoría de los alemanes creyeron en Hitler como el Fuhrer, o guía que salvaría a Alemania. También se les hizo creer que el régimen nazi o el Reich dominaría al mundo.” (p.75) “El lenguaje de la propaganda nacionalsocialista no sólo era llano y sencillo, sino también brutal y morboso. Lo importante era despertar ciertos sentimientos en el individuo, temor odio, etcétera. La reflexión estaba relegada a un segundo plano, lo importante era conducir al individuo a la acción” (p.79) “Un aspecto fudamental de la propaganda nacionalsocialista, fue la preferencia por la palabra hablada sobre la escrita, si bien es cierto que se pretende difundir es totatalmente opuesta a lo científico. La oratoria es el mejor recurso con que se puede contar” (p. 79.) “Hitler fue el mayor mago de los oradores de su tiempo; una especie de milagro oratorio, por decirlo así, un hombre cuyas cualidades técnicas como orador eran corrientes en el mejor de los casos que, sin embargo, fascinaba con sus discrusos a millones de personas de todas las edades y clases sociales. Tenía la capacidad de captar lo que exactamente querían escuchar sus oyentes, y después de breves balbuceos, empezaba a martillar con los argumentos esperados.” (p. 80)