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Este documento analiza las relaciones de poder desde una perspectiva feminista, señalando que la mujer se encuentra sometida a la estructura patriarcal donde es un sujeto secundario. Examina el concepto de poder en Foucault y cómo en las interacciones entre hombres y mujeres se ha dado una supremacía del hombre alimentada por el patriarcado. Finalmente, indica que las teorías feministas han logrado avances fundamentales al estudiar y criticar las raíces mismas de estas relaciones de poder.
Descrizione originale:
Breve crítica a las relaciones de poder desde una perspectiva feminista.
Titolo originale
Crítica a Las Relaciones de Poder Desde Una Perspectiva Feminista
Este documento analiza las relaciones de poder desde una perspectiva feminista, señalando que la mujer se encuentra sometida a la estructura patriarcal donde es un sujeto secundario. Examina el concepto de poder en Foucault y cómo en las interacciones entre hombres y mujeres se ha dado una supremacía del hombre alimentada por el patriarcado. Finalmente, indica que las teorías feministas han logrado avances fundamentales al estudiar y criticar las raíces mismas de estas relaciones de poder.
Este documento analiza las relaciones de poder desde una perspectiva feminista, señalando que la mujer se encuentra sometida a la estructura patriarcal donde es un sujeto secundario. Examina el concepto de poder en Foucault y cómo en las interacciones entre hombres y mujeres se ha dado una supremacía del hombre alimentada por el patriarcado. Finalmente, indica que las teorías feministas han logrado avances fundamentales al estudiar y criticar las raíces mismas de estas relaciones de poder.
Crítica a las relaciones de poder desde una perspectiva feminista
La mujer se halla sometida en la estructura patriarcal que, según la definición de
Marta Fontanela (2008) es un sistema de relaciones sociales sexo–políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia. en donde la misma es un sujeto secundario, sujeto que de hecho fue haciendo camino para serlo, mediante la lucha feminista que se remonta principalmente desde la ilustración, periodo como menciona Amoros (1990), en que las mentes pensantes más aclamadas como Russeau y Kant consideraban a la mujer excluida “por naturaleza” al derecho a la ciudadanía.
Para entender esta sumisión obligada de la mujer, se analiza el concepto de poder
en relación a Foucault (2002), quien menciona que el poder es una formación subjetiva y por ende construida socialmente y es “ejercitado con una determinada intención”. Acciones sobre otras acciones a modo de interferir sobre ellas, en donde Foucault no mencionaba la necesidad de la violencia, sino que afirmaba que el poder se trata de encontrar formas de hacer que la gente se comporte por sí misma de modo distinto a como lo habrían hecho en primer lugar, sin demasiada intromisión personal, optando por alternativas a la violencia, como se da en el caso del “pastor y su rebaño”, en el que el pastor se situaba como encargado del bienestar de su rebaño, provocándose un beneficio mutuo de poder-cuidado, respectivamente. En este aspecto, se hace uso del concepto de relaciones de poder, que se entiende como un conjunto de interacciones en la que normalmente existe un sujeto subordinado y está implicita en cualquier relación social. “Todas las relaciones sociales son también relaciones de poder. No pueden existir unas sin las otras. Y mientras aquellas son parte constitutiva de las de poder, éstas a su vez, son la condición de las primeras. Luego, no hay relaciones sociales sin poder y fuera de él.” (Labourdette, 2007) Dicho lo anterior, se da por hecho que en la interacción entre hombres y mujeres se viene dando una supremacía del hombre alimentada por el patriarcado, otorgándole a la mujer el rol de sirviente, de persona dispuesta a la sujeción por naturaleza. Esto se plantea principalmente desde la dicotomía de lo público y lo privado, en donde en lo privado se fomenta la educación machista, la sumisión de la mujer y su obligación a servir al hombre, cuidar a los hijos y encargarse de las tareas del hogar.
Las teorías feministas han estudiado y logrado un avance fundamental en estas
relaciones de poder, empezando a hacer una crítica hacia la raíz misma de estas, siendo, en este caso, el patriarcado. Llevando así su lucha hacia una concepción de la mujer no como sujeto secundario, no como hombre secundario, sino necesariamente como ser humano, con su característica de mujer en relación al sexo. Referencias
● Lorde, Audre (2003) en el artículo «Patriarcado», de Marta Fontenla,
publicado en Gamba, Susana (coord.): Diccionario de estudios de género y feminismos. Buenos Aires: Biblos, 2008.
● Amorós, Celia (1990). «El feminismo:senda no transitada de la Ilustración».
● Álvarez Ana de Miguel (2014) <La Dialéctica de la Teoría Feminista: lo
que nos une, lo que nos separa, lo que nos hace avanzar>. Daimon Revista Internacional de Filosofía Nro 63, 2014: 191 - 204. Disponible en: http://revistas.um.es/daimon/article/view/199711/168841 ● Freedman, Estelle B. (2003). No Turning Back: The History of Feminism and the Future of Women. Ballantine Books. ● Villarreal, Ana Lucía. (2001). Relaciones de poder en la sociedad patriarcal. “Revista electrónica actualidades investigativas en educación. 1(1). San José - Costa Rica. Disponible en: http://www.congresoed.org/wp-content/uploads/2014/10/Relaciones-de-poder -en-la-soc-patriarcal-.pdf