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“Los cuentos son una ocasión que permite la instalación de otro tiempo en este tiempo: producen un cambio
y habilitan a la fabricación de mundos nuevos. Los hombres no pueden vivir sin mundos, por eso arman
conjeturas, albergues de significados y se convierten en hacedores de metáforas y
lenguaje.”
Graciela Montes
Las fábulas, leyendas y cuentos son probablemente las primeras narraciones con las que tomamos contacto, y
quizás por eso, resultan ser las que más se impregnan en nuestra memoria, haciéndonos revivir una y otra vez
algunos de los momentos más cálidos y tiernos de nuestra vida.
Por eso este blog tiene como centro de atención los cuentos infantiles, ya que, son ideales para ayudaros a
consolidar la imaginación y al desarrollo de la capacidad reflexiva.
Podemos encontrar gente que no entiende el mundo de los niños y otra que lo entiende tanto, que incluso
escribe los mejores cuentos infantiles para ellos.
El conejito soñador
Las historias del conejito eran increíbles y le permitían vivir todo tipo de aventuras. Se imaginaba vestido de
caballero salvando a inocentes princesas o sintiendo el frío del mar sobre su traje de buzo mientras exploraba
las profundidades del océano.
Se pasaba el día escribiendo historias y dibujando los lugares que imaginaba. De vez en cuando, salía al bosque
a leer en voz alta, por si alguien estaba interesado en compartir sus relatos.
Un día, mientras el conejito soñador leía entusiasmado su último relato, apareció por allí una hermosa conejita
que parecía perdida. Pero nuestro amigo estaba tan entregado a la interpretación de sus propios cuentos que
ni se enteró de que alguien lo escuchaba. Cuando acabó, la conejita le aplaudió con entusiasmo.
-Vaya, no sabía que tenía público- dijo el conejito soñador a la recién llegada -. ¿Te ha gustado mi historia?
-Ha sido muy emocionante -respondió ella-. ¿Sabes más historias?
-¡Claro!- dijo emocionado el conejito -. Yo mismo las escribo.
- ¿De verdad? ¿Y son todas tan apasionantes?
- ¿Tu crees que son apasionantes? Todo el mundo dice que son aburridísimas…
- Pues eso no es cierto, a mi me ha gustado mucho. Ojalá yo supiera saber escribir historias como la tuya pero
no se...
El conejito se dio cuenta de que la conejita se había puesto de repente muy triste así que se acercó y,
pasándole la patita por encima del hombro, le dijo con dulzura:
- Yo puedo enseñarte si quieres a escribirlas. Seguro que aprendes muy rápido
- ¿Sí? ¿Me lo dices en serio?
- ¡Claro que sí! ¡Hasta podríamos escribirlas juntos!
- ¡Genial! Estoy deseando explorar esos lugares, viajar a esos mundos y conocer a todos esos villanos y
malandrines -dijo la conejita-
Los conejitos se hicieron muy amigos y compartieron juegos y escribieron cientos de libros que leyeron a niños
de todo el mundo.
Sus historias jamás contadas y peripecias se hicieron muy famosas y el conejito no volvió jamás a sentirse solo
ni tampoco a dudar de sus historias.
Autor:Eva María Rodríguez
Edades:A partir de 6 años
Valores:bondad, no juzgar por las apariencias, perdonar
Las hadas, por lo general, son criaturas bellas, dulces, amables y llenas de amor. Pero hubo una vez un hada que no eran
tan hermosa. La verdad, es que era horrible, tanto, que parecía una bruja.
El Hada Fea vivía en un bosque encantado en el que todo era perfecto, tan perfecto que ella no encajaba en el paisaje,
por eso se fue a vivir apartada en una cueva del rincón más alejado del bosque. Allí cuidaba de los animalitos que vivían
con ella, y disfrutaba de la compañía de los niños que la visitaban para escuchar sus cuentos y canciones. Todos la
admiraban por su paciencia, la belleza de su voz y la dedicación que prestaba a todo lo que hacía. Para los niños no era
importante en absoluto su aspecto.
- Hada, ¿por qué vives apartada? -le preguntaban los niños.
-Porque así vivo más tranquila -contestaba ella.
No quería contarles que en realidad era porque el resto de las hadas la rechazaban por su aspecto.
Un día llegó una visita muy especial al bosque encantado. Era la reina suprema de todas las hadas del universo: el Hada
Reina. La cual estaba visitando todos los reinos, países, bosques y parajes donde vivían sus súbditos para comprobar que
realmente cumplían su misión: llevar la belleza y la paz allá donde estuvieran.
Para comprobar que todo estaba en orden, el Hada Reina lanzaba un hechizo muy peculiar, que ideaba en función de lo
que observaba en cada lugar.
-Ilustrísima Majestad-dijo el Hada Gobernadora de aquel bosque encantado-. Podéis ver que nuestro bosque encantado
es un lugar perfecto donde reina la belleza y la armonía.
-Veo que así parece -dijo el Hada Reina-. Veamos a ver si es verdad. Yo conjuro este lugar para que en él reinen los
colores más hermosos si lo que decís es verdad, o para que desaparezca el color si realmente hay algo feo aquí.
Pero en ese momento, el bosque encantado empezó a quedarse sin colores, y todo se volvió gris.
-Parece que no es verdad lo que me decís -dijo el Hada Reina-. Tendréis que buscar el motivo de que vuestro hogar haya
perdido el color. Cuando lo hagáis, este bosque encantado recuperará todo su brillo y esplendor. Sólo cuando la auténtica
belleza viva entre vosotras este lugar volverá a ser perfecto.
Tras la visita del Hada Reina se reunieron urgentemente todas las hadas del consejo del bosque encantado.
-Esto es cosa del Hada Fea -dijo una de las hadas del consejo-. Ella es la culpable.
-Vayamos a buscarla -dijo el Hada Gobernadora del bosque -. Hay que expulsarla de aquí.
Todas las hadas fueron en busca del Hada Fea. Cuando la encontraron le pidieron que se marchara. La pobre Hada Fea,
pensando que era la culpable, se marchó.
Pero cuando cruzó las fronteras del bosque, éste dejó de ser gris y pasó a ser de color negro.
Mientras los niños se enteraron de la noticia fueron rápidamente a hablar con el resto de las hadas muy enfadados.
-¿Qué habéis hecho? ¿Por qué le habéis echado de aquí? -decían llorando los niños -. Puede que el Hada Fea no sea muy
bonita, pero es mucho mejor que vosotras.
-¡Dejadla que vuelva a entrar! Ella es buena y cariñosa, y no como vosotras que sois presumidas y
egoístas. No es el Hada Fea quien hace feo este lugar sino vuestro egoísmo.
El Hada Fea no andaba muy lejos del bosque y al escuchar a los niños gritar enfadados volvió para
ver qué ocurría.
-Niños, ¿qué ocurre? -dijo el Hada Fea entrando de nuevo en el bosque.
Los niños corrieron a abrazarla. Todos menos uno, que se quedó con la boca abierta.
- ¡Mirad eso! -dijo el niño. El suelo que acaba de pisar el Hada Fea ha recuperado su color, y también
las flores que tiene a su lado.
El resto de hadas comprendieron en ese momento lo equivocadas que habían estado.
-Hada Fea, perdónanos -dijo el Hada Gobernadora-. Pensábamos que estropeabas nuestro bosque y
no hemos sido capaces de ver que éramos nosotras quienes lo hacíamos siendo injustas contigo.
Tienes un corazón es bueno y puro. Te pedimos que nos disculpes por favor.
El Hada Fea perdonó a sus hermanas y las acompañó por todo el bosque. Todo el mundo pudo
admirar el gran corazón de aquel hada que, aunque tenía una cara muy fea, emocionaba a todos con
su belleza interior.
El perrito que no podía caminar
Un día los papás de Amina llegaron a casa con Adela, una niña de la edad de Amina que
iba vivir con ellos una temporada. Cuando Bo la vio se arrastró enseguida a saludarle y a
darle la bienvenida con su alegría de siempre. Pero Adela lo miró con desprecio y se
echó a llorar.
Bo no se rindió e intentó hacer todas las tonterías que sabía para hacerla reír, pero no nada funcionaba y Adela no dejaba
de llorar.
- No te preocupes, Bo- decían los papás de Amina-. Adela está triste porque viene de un país muy pobre que está en
guerra y ha sufrido mucho. Está triste porque ha tenido que separarse de su familia.
Bo pareció entender lo que le decían, porque se acercó a Adela y se quedó con ella sin ladrar ni hacer nada, sólo
haciéndole compañía.
La tristeza de Adela fue poco a poco inundando la casa. Todos estaban muy preocupados por ella, porque no eran
capaces de hacerla sonreír ni un poquito.
Pasaron los días y Bo no se separaba de Adela, y eso que la niña lo intentaba apartar y huía a esconderse cuando lo veía e
incluso protestaba cuando Bo intentaba jugar con ella.
Pero el perrito no se daba por vencido. Cuando Amina estaba, Bo jugaba con ella mientras Adela miraba y, aunque no
sonreía, dejaba de llorar cuando Bo jugueteaba y hacía sus gracias.
Un día que Amina no estaba a Bo le entraron muchas ganas de jugar y se le ocurrió intentar que fuera Adela quien jugara
con él. Como la niña no le hacía caso, Bo no paraba de moverse y, de pronto, se chocó contra una mesa tan fuerte que se
le cayó encima un vaso de leche. El vaso no se rompió porque era de plástico, pero empapó al pobre Bo de leche y lo dejó
paralizado del susto.
Adela, cuando lo vio, le quedó mirando al perrito sin decir nada. De repente, se echó a reír, viendo lo gracioso que estaba
el perrito lleno de leche con su cara de susto.
Cuando Bo vio que Adela se reía, empezó a lamerse la leche y a hacer más tonterías mientras la niña, sin parar de reír,
intentaba limpiarlo con el mantel. Cuando Amina y sus vio lo que se reía Adela se alegró muchísimo, y corrió a decírselo a
sus papás. Por fin todos volvían a estar alegres.
A pesar de no ser un perrito como los demás, Bo fue el único capaz de lograr que la alegría y el optimismo volvieran a
aquella casa.
La competición de las verduras
Autor:Irene Hernández
Edades:Todas las edades
Valores:vida sana
Tomatito y Zanahorio eran dos amiguitos que siempre estaban muy alegres y
contentos. Cada día iban a casa de todos los niños a llevarles un montón de tomates
y zanahorias porque a los niños les encantaba comérselos a cualquier hora del día.
Tomatito y Zanahorio eran la envidia de todas las demás verduras y hortalizas.
Ninguna otra familia de verduras conseguía que los niños se entusiasmasen tanto a
la hora de comérselas.
- Mirad, ahí van Tomatito y Zanahorio con sus carretillas repletas de tomates y
zanahorias para repartir. Ojalá los niños me hicieran tanto caso a mi y a mis
esparraguitos – dijo Don Espárrago
Un día, mientras estaban un montón de verduras reunidas, apareció Doña Patata.
- ¿Pero qué os pasa a todos?, ¿A qué vienen esas caras tan tristes? – preguntó Doña
patata
- Los niños no nos hacen caso. Cuando vamos a sus casas no nos quieren. Sólo se alegran cuando Tomatito y Zanahorio les
llevas su ricos tomates y sus enormes zanahorias – contestaron las verduras.
Doña patata, que era una señora muy mayor e inteligente y a la que los niños querían mucho les dijo:
- ¡Tengo una idea! Tengo un truco para que se den cuenta de lo ricos que estáis y de lo buenos que sois para su
alimentación.
Entonces, Doña Patata se puso manos a la obra y preparó una competición de verduras en la que todos demostrarían sus
cualidades.
Todas las verduras participaron: espárragos, brócolis, coliflores, judías, cebollas, calabacines, alcachofas…y también los
tomates y las zanahorias.
La competición comenzó y en ella todas las verduras tenían que explicar a los niños cuáles eran las cosas buenas que
conseguirían si las comían.
- Yo me llamo Brócoli y soy una verdura muy completa llena de vitaminas que os dará mucha energía para crecer y que
seáis buenos estudiantes.
- Yo me llamo Alcachofa y soy una verdura que hará que vuestro corazón sea muy fuerte y resistente para que seáis
buenos deportistas.
Y así, todas las verduras explicaron sus cualidades, pero los niños abuchearon a todas las verduras.
- ¡¡Buuuuu!! ¡¡Buuuu!! ¡Yo sólo quiero comer verduras ricas y vosotras no nos gustáis nada! – gritaban los niños
Pero Doña Patata, que era tan querida por todos, tenía un plan. Había preparado riquísimas recetas usando sus patatitas
y el resto de verduras.
Por un lado, hizo un puré de patatas con brócoli y zanahoria que estaba para chuparse los dedos, por otro hizo un plato
de espárragos con jamón, también preparó arroz con tomate y salchichas, una tortilla de calabacín, cebolla y patata y un
montón de cosas más.
Tapó los ojos a todos los niños y les dio a probar todos y cada uno de los platos.
- ¡¡Uhmmm!! ¡Qué puré más rico! Creo que es de patata y zanahoria, pero tiene algo más que me gusta mucho – dijo uno
de los niños
- ¡Anda! Pero si esta tortilla está riquísima! – dijo otro
Todos los niños probaron los platos que Doña Patata había preparado y tuvieron que votar sus platos preferidos.
- ¡Yo voto al puré! ¡yo a la tortilla! – gritaban todos a la vez
Cuando Doña Patata les enseñó qué era lo que habían probado aunque la mayoría de los niños no se lo creían.
- ¡Pero eso es imposible! ¡Si yo odio el brócoli! – dijo un niño
- ¡Y yo los espárragos! – dijo otro
Y Doña Pata, que sabía que con su pequeño engaño les demostraría que con imaginación todo era posible, les dijo:
- Es muy importante que comáis todas las verduras que podáis y no sólo tomate, zanahoria o patata. Hay mil maneras de
comerlas y siempre las podéis mezclar con otras que os gusten más para conseguir sabores tan ricos como los que habéis
probado hoy. ¡Es sólo cuestión de imaginación!
Desde ese día, los niños se animaron a probar otras cosas y Tomatito y Zanahorio llenaron sus carretillas de un montón de
verduras de diferentes colores y sabores.
Todas las verduras vivieron felices a sabiendas de que los niños se estaban alimentando tan bien que crecerían muy
fuertes e inteligentes.
EL CONGRESO DE LOS RATONES
Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero temiendo siempre los ataques de un
enorme gato, los ratones no querían salir. Ya fuera de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del jefe de los ratones, que
era el más viejo de todos.
El jefe de los ratones dijo a los presentes:
- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!
- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento-Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por
dónde anda. El sonido nos pondrá en alerta y podremos escapar a tiempo.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel
estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una cuestión importante: ¿Quien de todos le pondrá
el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían contestar a aquella
pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y todos, absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas,
hambrientos y tristes.
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu
disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte.
Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados por el ruido los dos ratones se lanzaron
temerosos a los agujeros.
Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla, los dos amigos se precipitaron
nuevamente en una rendija para esconderse.
Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón cortesano:
- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio de mil peligros y constantes
temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia
nadie.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Una vez, al llegar el invierno, una cigarra que estaba muerta de hambre se acercó a la puerta de un hormiguero pidiendo
comida. A su pedido respondieron las hormigas, haciendo la siguiente pregunta:
-¿Por qué durante el verano no hiciste tu reserva de alimentos como lo hicimos nosotras?
La cigarra respondió:
- Estuve cantando alegremente todo el tiempo, y disfrutando el verano plenamente ¡Si hubiera sabido lo duro que es el
invierno...!
-Mientras nosotras trabajamos duro durante el verano para tener las provisiones y poder pasar el invierno, tú disfrutabas
y perdías el tiempo. Así que ahora...¡sigue bailando!
Pero las hormigas sintieron pena por la situación y entendieron que la cigarra había aprendido la lección, entonces
finalmente compartieron con ella su alimento.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.
FÁBULA DE LA LECHERA PARA LOS NIÑOS
La hija de un granjero llevaba un recipiente lleno de leche a vender al pueblo, y empezó a hacer planes futuros:
- Cuando venda esta leche, compraré trescientos huevos. Los huevos, descartando los que no nazcan, me darán al menos
doscientos pollos.
Los pollos estarán listos para mercadearlos cuando los precios de ellos estén en lo más alto, de modo que para fin de año
tendré suficiente dinero para comprarme el mejor vestido para asistir a las fiestas.
Cuando esté en el baile todos los muchachos me pretenderán, y yo los valoraré uno a uno.
Pero en ese momento tropezó con una piedra, cayendo junto con la vasija de leche al suelo, regando su contenido.
Y así todos sus planes acabaron en un instante.
Moraleja:
No seas ambiciosa de mejor y más próspera fortuna, que vivirás ansiosa sin que pueda saciarte cosa alguna.
Érase una vez una bruja que se ganaba la vida vendiendo encantamientos y fórmulas para calmar la cólera de los dioses.
Con esta promesa a la bruja no le faltaban clientes y conseguía grandes cantidades de dinero de este modo de vida.
Pero un día fue acusada de ir contra las leyes y la llevaron ante los jueces supremos del país.
Viéndola salir de la sala del juicio, una de las personas presentes le dijo:
- Bruja, tú que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿Cómo no has podido persuadir a los hombres?
Moraleja: hay que ser precavido con quienes prometen solucionar todo problema que tengas a cambio de dinero pero
son incapaces de arreglar los suyos.
EL NIÑO FANTASMA DEL CEMENTERIO
El niño fantasma del cementerio o niño fantasmas de Guanajuato, es un mito que deambula por las calles y callejones
más oscuros de esta enigmática ciudad. La historia tiene sede en unos de los panteones más emblemáticos y conocidos,
en donde se dice, sepultaron a un niño, el cual murió en un trágico accidente de carretera y cuya alma todavía no
descansa, ya que muchos testigos aseguran que han visto el fantasma de este pequeño niño saliendo de su tumba para
recorrer los alrededores del cementerio y pasada la media noche, el fantasma desaparece entre las lápidas.
Un día como cualquier otro, una familia salio en su automóvil para dirigirse a otra ciudad, ya que un familiar no se
encontraba bien de salud. En el coche iban los papás y su hijo. Todo se desenvolvía sin percances, una mañana soleada
con gratos paisajes y densos bosques que se veían con toda plenitud a la orilla de la carretera.
En una gran curva, el coche derrapo en el asfalto y sin tener la posibilidad de maniobrar se estrello contra una señal de
tránsito y después contra un enorme roble, el cual provoco que se partiera a la mitad quedando sin vida los cuerpos de
los 3 acompañantes. Este trágico suceso tuvo un desenlace fatal, sin que nadie haya descubierto el gran enigma del ¿Por
qué?.
Sepultaron a la familia, padres e hijo en diferentes cementerios, ya que no había espacio suficiente ni terrenos libres para
más personas. En un de los lugares enterraron a los papás y lastimosamente en otro, al pequeño niño. Sin embargo, poco
tiempo después el velador del cementerio en donde yacía el cuerpo del niño presencio un momento paranormal, de su
tumba salio el fantasma de ese ser y comenzo a recorrer los alrededores de las tumbas.
Después de eso, no se supo más del velador, al parecer el niño se lo llevo consigo a su tumba. Algunos personas que viven
alrededor del panteón afirman que el fantasma del niño sale en la noche a buscar a sus papás para reunirse con ellos y
descansar en paz, pero lamentablemente no los encuentra y pasada la media noche desaparece.
UN MITO DE LOS MAYAS: EL BÚHO SABIO CONSEJERO
Mi tío Refugio era un hombre mayor que se dedicaba a tomar fotos en la plaza del pueblo. Por las tardes, mis hermanos y
yo íbamos hasta allá, para ayudarle a recoger el equipo. La recompensa de esta acción era que en las noches, nos
contaba un mito de los mayas, mientras disfrutábamos de una riquísima concha acompañada de una taza de espumoso
chocolate.
Haciendo memoria, puedo recordar un mito de los mayas que era mi preferido y se titula: El búho sabio consejero.
En una noche, las aves que circundaban la región del Mayab se preparaban para tener una celebración en la que el pavo
real, sería el homenajeado. Cada uno de los pájaros y aves recibió invitación puntualmente. De hecho, se nombró a un
equipo especial para que escoltara al más renuente de todos ellos. Me refiero al Tunkuluchú o búho.
Si existía una cosa que le desagradaba, eran justamente estas celebraciones sin sentido. No obstante, los encargados de
llevarle la invitación tenían la encomienda de persuadirlo de asistir a la reunión de gala, pues de lo contrario el festejado
montaría en cólera y los castigaría gravemente.
El pavo real había colocado algo a su diestra en la mesa principal, pues ustedes no están para saberlo, ni yo para contarlo
pero Tunkuluchú era el consejero real. Tan pronto arribo al sitio de la fiesta, saludo al homenajeado y tomó asiento,
mirando todos con cierto desencanto.
La fiesta comenzó, los platillos comenzaron a llegar a la mesa, al igual que la música empezó a sonar. Rápidamente el
búho se sintió incómodo y trato disimuladamente de abandonar el lugar. No obstante, el pavo real, logró verlo antes de
fuera y le dijo:
Lógicamente Tunkuluchú acató los deseos del soberano, sólo que cambió su sitio por una rama alta de un árbol en la que
le pudo dar la espalda a la concurrencia, sin el temor de ser detectado.
El rey tomó la actitud del búho de mala manera y le exigió bajar de ahí con el objetivo de que conviviera directamente con
el resto de los invitados. Luego de esta noche, Tunkuluchú, se sintió muy triste, abatido y hasta cierto punto humillado, ya
que fue obligado a hacer algo que no quería.
Además, un porcentaje de los asistentes no paro de reírse durante el resto de la celebración, pues indirectamente se
dieron cuenta de que aunque el búho se ostentaba como consejero del rey, a final de cuentas no era más que ellos al
momento de obedecer.
Por ese motivo, se encerró en casa y no salía ni para comer. Días más
tarde, quizás impulsado por la tremenda rabia que sentía, el búho sacó
un libro de mitos populares y encontró la forma de ridiculizar al rey, de
la misma manera que éste había hecho con él durante su convivió.
Esta es la leyenda de la llorona corta que trata de doña Mercedes Santamaría era una hacendada que vivía en lo que
todavía en el siglo XVIII se conocía como «Nueva España». Su marido, quien realizaba constantemente viajes a Europa
para traer telas, animales y alimentos que no se conseguían aún en el continente americano, había partido desde hacía ya
más de cuatro meses y la mujer no tenía noticias suyas.
Sus amistades, no tardaron en llenarle la cabeza de ideas catastróficas sobre el destino de su marido, principalmente por
que deseaban que esa dama retornara a la península ibérica y de esa forma quedarse con sus tierras.
Más cuando estuvo a punto de tomar la determinación de partir para su país, conoció a un joven de nombre Indalecio,
quien la conquistó al instante. La pareja comenzó un tórrido romance en secreto y al cabo de un año doña Mercedes se
preparaba para dar a luz a su primogénito.
La partera llegó a la hacienda y luego de unas cuantas horas la propiedad se llenó del llanto del recién nacido. Sin
embargo, la felicidad fue brevísima, ya que cerca de las tres de la madrugada, fuertes golpes y voces en la puerta principal
hicieron que la mujer se despertara sobresaltada.
– ¡Abre Mercedes! Soy Agustín, dile a los criados que me dejen pasar.
Lo que ocurría era que su marido había regresado luego de más de dos años de su partida. La mujer corrió hacia la cuna
del niño, lo sacó de ahí y se fue corriendo con él en brazos hacia la puerta trasera.
Caminó rápidamente hasta llegar a un río que se encontraba cerca de la propiedad. Tomó al pequeño y le sumergió la
cabeza en el agua hasta que éste dejó de respirar. De inmediato, al sentir la piel helada de su retoño, comenzó a gritar
como una loca «Ay mi hijo».
Jamás se volvió a saber nada de Mercedes. No obstante, quienes viven en esa localidad aseguran que sus llantos se siguen
escuchando. Si te gustó esta leyenda corta de la llorona por favor compártela con tus amigos.
Como puedes ver existen distintas versiones de leyendas de la llorona, incluso algunos países tienen su propia leyenda
de la llorona, esperamos hayan sido de tu agrado.
EL JINETE SIN CABEZA
El jinete sin cabeza , una leyenda que cuenta sobre un cliente habitual de la cantina, llegó
aquel día pidiendo a sus amigos unos pesos para llevar a su hijo enfermo con el doctor. Pero
aquellos bribones encontraron en la desgracia de su compañero, un motivo para seguirse
divirtiendo, uno de ellos le dijo: -No tenemos ni un peso, pero le comparto un secreto. Dicen
que si monta al caballo negro que corre por la loma y logra domarlo, lo llevará a la cueva de
su antiguo amo, que está llena de oro. Y puede agarrar lo que quiera para su chamaco-.
Por supuesto aquello era mentira, lo habían inventado en ese momento, para burlarse de su
amigo. Pero el otro andaba tan desesperado que se enfiló a la loma, y sobre la rama de un
árbol, esperó al caballo y se dejó caer sobre él. Con tanto relinchido y movimiento, la cabeza
del hombre quedó colgada en aquella misma rama y su sangre cubrió completo los ojos del animal. La bestia emprendió
la carrera, con el cuerpo del hombre a cuestas, sus manos habían quedado bien sujetas al pelaje y en unos segundos
ambos cayeron por el despeñadero. Hombre y bestia estaban ahora unidos por un lazo de sangre y muerte, no se sabía
cuál era uno y cual el otro.
La sangre corría como un rio salvaje, haciendo grietas en la tierra seca, que la succionaba como si estuviera sedienta, se
llenó de burbujas y en un momento comenzó a arder, entre el fuego intenso, ambos cuerpos fueron tragados por la
tierra.
Los sujetos no hablaron de lo sucedido a nadie, pero; en el amanecer de cada siguiente día, encontraron sobre alguna
puerta la quemadura de una herradura.
La séptima noche después de lo ocurrido, entre las rocas de la cañada, un eco insistente les crispaba los nervios. Parecían
cascos de caballo, que avanzaba a trote lento, dando tiempo a que todos lo escucharan, alcanzaron a divisar a lo lejos,
una bola de fuego que bajaba por la loma, así que todos se fueron a refugiar a sus casas. Desde alguna pequeña grieta
entre las paredes, los mirones vieron un inmenso caballo negro, cuyas patas y crin eran solamente llamas y exhalaba
fuego… obedecía las ordenes de un jinete sin cabeza, que lo llevó a través de todas las puertas marcadas, y salieron
cargando seis cabezas, con las que luego alimentó a la gran bestia, dejando atrás solamente los cuerpos calcinados de los
impertinentes bromistas.
Dicen desde entonces en aquel pueblo: «Quien no tenga intención de ayudar a un alma en desgracia, será decapitado por
el jinete sin cabeza y su cuerpo convertido en cenizas por el fuego del infierno, que el caballo negro lleva consigo».
LEYENDA DEL CHARRO NEGRO
Adela era una joven despreocupada para su época, mientras las mujeres permanecían en casa atendiendo a los hombres
de su familia, ella prefería la vida sin compromisos, vagaba ya entrada la noche en quien sabe donde, a pesar de la
preocupación de sus padres.
Una de tantas noches, se encontró en su camino con un hombre alto, de aspecto elegante, de impecable traje negro
compuesto por una chaqueta corta, una camisa, un pantalón ajustado y un sombrero de ala ancha. Circulaba a lomo de
un caballo enorme y de color azabache. Que impresionó a la joven al instante por su gran porte, mirada elocuente y
palabras cálidas.
Tras una amable conversación Adela aceptó aligerar el viaje y consintió a montar el caballo. En el justo instante que ella
estuvo en el lomo del animal, este creció el doble de su tamaño, ardiendo en llamas, le impidió el escape, al escuchar los
gritos de espanto de la joven, algunos salieron en su auxilio, solo para darse cuenta de que ella era ya propiedad del
Diablo, que en forma de charro negro cabalgaba todas las noches por los alrededores de la Ciudad de México en busca de
un alma incauta que llevar a sus dominios.
Por ella no pudo hacerse nada, solo la vieron arder en llamas sobre el caballo, ahogándose en sus propios gritos de dolor
y desesperación.
Nada malo puede decirse del Charro Negro si el viajero se limita a permitir su compañía hacia su lugar de residencia; si se
acerca el amanecer, se despedirá cortésmente y se marchará lentamente, al igual que si el sendero que recorre lleva a las
cercanías de una iglesia.
Y así la leyenda del Charro Negro fue una de las leyendas más temidas en la época de los abuelos.
BREVE EPOPEYA DE ULISES
Ulises y sus hombres fueron capturados en su paso de vuelta a Ítaca por el reino de Meginequio, un
rey déspota y mezquino que valoraba en gran medida la inteligencia de sus rivales e ideó una manera
de desafiar a Ulises: - Mañana os pondré en fila, de tal manera que cada uno solo pueda ver a los que
tiene delante de él. Colocaré sobre cada una de vuestras cabezas un pileus blanco (sombrero griego
de esa época) o un pileus negro. Preguntaré el color de su pileus a cada uno por turno, comenzando
por el último de la fila (el que ve a todos los demás) y de tal forma que todos puedan escuchar su
respuesta. A los que acierten, los dejaré libres, y los que no, morirán en el acto. Ulises preguntó: -
¿Cuántos pileus habrá de cada color? -Solo necesitas saber que no serán todos iguales.-Contestó
Meginequio.-Y nada más te diré. Dicho esto, dejó a Ulises y a sus hombres solos en su encierro. Esa
noche, gran desconcierto y temor se adueño de sus almas, pero Ulises pensó un plan que garantizaba
la salvación de todos ellos, salvo de uno: el último de la fila. Por suerte, aquella mañana, Colisius,
colocado en último lugar, se salvó por obra y gracia del azar, que no de la lógica. ¿Qué método ideó
Ulises?
"Entretanto la sólida nave en su curso ligero se enfrentó a las Sirenas: un soplo feliz la impelía
mas de pronto cesó aquella brisa, una calma profunda se sintió alrededor: algún dios alisaba las olas.
Levantáronse entonces mis hombres, plegaron la vela, la dejaron caer al fondo del barco y,
sentándose al remo, blanqueaban de espumas el mar con las palas pulidas.
Yo entretanto cogí el bronce agudo, corté un pan de cera y, partiéndolo en trozos pequeños, los fui
pellizcando con mi mano robusta: ablandáronse pronto, que eran poderosos mis dedos y el fuego del
sol de lo alto. Uno a uno a mis hombres con ellos tapé los oídos y, a su vez, me ataron de piernas y
manos en el mástil, derecho, con fuertes maromas y, luego, a azotar con los remos volvieron al mar
espumante. Ya distaba la costa no más que el alcance de un grito y la nave crucera volaba, mas bien
percibieron las Sirenas su paso y alzaron su canto sonoro:
"Llega acá, de los dánaos honor, gloriosísimo Ulises, de tu marcha refrena el ardor para oír nuestro
canto, porque nadie en su negro bajel pasa aquí sin que atienda a esta voz que en dulzores de miel de
los labios nos fluye.
Quien la escucha contento se va conociendo mil cosas: los trabajos sabemos que allá por la Tróade y
sus campos de los dioses impuso el poder a troyanos y argivos y aún aquello que ocurre doquier en la
tierra fecunda".
Tal decían exhalando dulcísima voz y en mi pecho yo anhelaba escucharlas. Frunciendo mis cejas
mandaba a mis hombres soltar mi atadura; bogaban doblados contra el remo y en pie Perimedes y
Euríloco, echando sobre mí nuevas cuerdas, forzaban cruelmente sus nudos.
Cuando al fin las dejamos atrás y no más se escuchaba voz alguna o canción de Sirenas, mis fieles
amigos se sacaron la cera que yo en sus oídos había colocado al venir y libráronme a mí de mis lazos.
"
OCTAVIO PAZ – “DOS CUERPOS”
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
JAIME SABINES – “TU NOMBRE”
Introducción: 3 niños preparados para una competencia sostienen una conversación antes de que esta
comience.
Daniel (Con aires de superioridad): Es el colmo, ahora también traen al niño nuevo a competir conmigo.
Ustedes dos no tienen idea de lo que es un buen entrenamiento, mi entrenador es el mejor, me ha preparado
para vencer al enemigo y ser siempre el mejor.
Alfredo (Algo sorprendido): ¿El mejor? Si no me equivoco el mejor corredor de la escuela hasta hoy soy yo
Daniel, y no somos enemigos, solo competimos sanamente. El ejercicio no es una guerra, es salud y
distracción, ustedes no son mis enemigos.
Daniel: Pues ustedes si son mis enemigos y los voy a vencer hoy para que tengan que cerrar la boca hasta la
próxima competencia, donde también les voy a ganar, obvio.
Henry (Hablando mientras acomoda su zapato): Que sea nuevo no quiere decir que no sepa correr o que no
esté preparado Daniel, y pienso igual que Alfredo, esto no es cosa de enemigos, si no gano, no me importa,
vine a participar, competir y a conocerlos a ustedes que serán mis compañeros de aquí en adelante.
Daniel (Riendo en tono de burla): Que bonito suena todo eso, pero los quiero ver en la competencia si tienen
que elegir entre ser amigos o ganar ¿Qué harían?
Anuncian que la competencia va a empezar y los chicos dejan de hablar para colocarse en sus lugares,
mientras lo hacen, Henry y Alfredo se regalan una sonrisa y Henry hace una señal de que todo está bien con su
dedo, y volteando hacia Daniel le habla.
Henry: Suerte amigo.
Daniel (En tono de desprecio): La vas a necesitar nuevo.
Comienza la carrera y todos dan lo mejor de ellos, Alfredo y Henry van uno al lado del otro a la cabeza de la
carrera pero de pronto ven que Daniel tropieza y cae dando varias vueltas, ambos se detienen y sin pensarlo se
devuelven a ayudar a Daniel.
Henry (Preocupado): Creo que está lastimado ¿te duele mucho?
Daniel (Quejándose de dolor): Si me duele, pero tengo que ganar, me tengo que levantar y correr
Alfredo (Tratando de enderezar la pierna del chico): Así no puedes correr, pero veo que es muy importante
para ti, la ayuda ya viene, pero no te dejaran correr, tengo una idea, Henry, ayúdame a levantarlo.
Ambos chicos toman a Daniel por los brazos haciendo que se apoye en ellos y en vez de ir hacia la ayuda,
comienzan a caminar hacia la meta, los tres al mismo paso, ayudando a Daniel a sostenerse hasta cruzar la
meta todos al mismo tiempo, colocando a Daniel en el piso y chocando sus manos Alfredo y Henry.
Henry (Dirigiéndose a Daniel): Este año no hay ganador, sino ganadores, los tres cruzamos la meta al mismo
tiempo, acabas de ganar la carrera Daniel.
Daniel (Sin entender mucho): ¿Por qué lo hicieron? Era una competencia.
Alfredo (Sentándose al lado de él): Era una sana competencia entre tres amigos, y un amigo necesitó ayuda.
Aprende algo Daniel, no hay competencia ni trofeo que sea más importante que un amigo.
Henry (Asintiendo con la cabeza): Así es y nosotros competimos contigo, pero somos tus amigos.
Daniel (Con una sonrisa tímida en sus labios): Tuve que romperme un tobillo para entenderlo, pero aprendí la
lección ¿me ayudan a levantar amigos?
Los tres chicos sonríen, Alfredo y Henry ayudan a levantar a Daniel y comienzan a caminar para salir de la pista.
FIN
BIBLIOGRAFÍA.
https://www.obrascortas.com/obra-sobre-la-competencia/
https://www.obrascortas.com/obra-sobre-la-competencia/
https://www.obrascortas.com/obra-sobre-la-competencia/
http://www.epdlp.com/texto.php?id2=702
http://mitosyleyendasmrp.blogspot.com/2011/03/conclusion.html
http://iestierra.blogspot.com/2010/02/breve-epopeya-de-ulises.html#!/tcmbck
https://es.scribd.com/document/326661389/Fragmento-de-Una-Epopeya
https://www.lifeder.com/epopeyas-cortas/
https://leyendadeterror.com/la-leyenda-de-la-llorona/
https://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/cuentos-infantiles/9-fabulas-cortas-para-leer-a-los-
ninos/
CONCLUSIÓN
Como hemos observado, los mitos y la leyendas son narraciones en las cuales el ser humano se ha basado para encontrar
explicaciones de lo sucedido en la naturaleza, sobre aquellas cosas que no tienen explicación. Se basan en explicaciones
fantasiosas, que quizás muchas de ellas tienen incoherencias, pero en un tiempo fue de gran ayuda para hombre en las
explicaciones de dichos casos. Vimos cuales fueron las diferencias entre mito y leyenda, recordando pues que en el mito
es donde se cuentan narraciones acerca de la creación del mundo, creación de los seres humanos y los animales;
mientras que la leyenda es un relato que contiene tanto lo imaginario como lo real, y a veces algunas de esas historias
fueron hechos reales sucedidos en tiempos atrás. La importante de este Blogger fue haber conocido dichas definiciones y
haber conocido algunos mitos y leyendas, recordando también que estas narraciones nos pueden ayudar a abrir nuestra
mente para tener un pensamiento más reflexivo y mucho más abierto en el momento de ver las cosas.
ÍNDICE
INTRODUCCION
CUENTOS.
FABULAS.
LEYENDAS.
MITOS
FRAGMENTOS DE APOPEYA.
POEMAS.
OBRAS DE TEATRO.
CONCLUCION.
BIBLIOGRAFÍA.
COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE
VERACRUZ
COBAEV 05
MATERIA: LITERATURA I
ALUMNO:
GRUPO: 310