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Las mil y una y una más lexicoleotergiversaciones de León de Greiff

Las palabras que conforman la Lengua Española, su léxico, son un


mundo inconmensurable que, no obstante, cambia y se enriquece con nuevas
palabras y, especialmente, con la invención de nuevos sentidos y usos. Antonio
de Nebrija plantea en su inaugural Gramática de la Lengua Castellana que la
literatura, que a partir de Cervantes reconocemos como la Literatura de Ficción,
es el ámbito por excelencia para estudiar y aprender, conocer y vivir una
lengua (1). Es así entonces como, en consonancia con los criterios de Nebrija,
prontamente se reconoce que en donde mejor se despliegan las potencias de
la Lengua Española es a través de las prácticas y realizaciones de su literatura.
No en vano un autor del XVII, Benito de San Pedro, en su “Arte del Romance
Castellano”, escribió que las reglas de la gramática sin la continua lectura de
los libros clásicos de la lengua solo servirían de carga inútil a la memoria.
Porque en ellas no está el lenguaje y, por esta razón, para saber gramática y
no ignorar la lengua, se han de leer noche y día el Mendoza, el Garcilaso, el
León, el Granada, el Quevedo… y, bueno, el de Greiff, decimos nosotros hoy,
considerando que León de Greiff es un extraordinario creador de significados.
Efectivamente, el conjunto de términos léxicos característicos de su obra
tiene la particularidad de que las formas crean significados, mediante la
unificación o acercamiento del habla y la escritura al escuchar o leer. Y esta
mágica creación se produce en un más allá del funcionamiento de las palabras
de acuerdo con lo fijado y determinado, convencionalmente, en los procesos de
comunicación lingüística. León de Greiff emplea, pues, el léxico patrimonial de
la Lengua Española pero, tal como planteamos en el libro Variaciones alredor
de Un Cuarto del Búho (2), con una escritura “tetradimensioparamidal
pandemoníaca o tetrapirámidimensional panbabélica” (3). En ella las palabras
en su sonoridad, en la dimensión de su significante, son intervenibles

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(1) En el libro Nuestras Gramáticas o Artes de Hablar, Leer y Escribir en Castellano y Lenguas
Indígenas, Bogotá, Biblioteca Nacional/Universidad de Salamanca Centro Cultural en
Bogotá/Fundación Santillana, Bogotá, 2002, profundizamos en este planteamiento.

1
(2) Véase en Hernando Cabarcas Antequera, Variaciones Alredor de un Cuarto del Búho,
Bogotá, Uniediciones, 2017, página 73 y siguientes. Los planteamientos aquí mencionados se
exponen con detalle en ese libro.

(3) Términos usados por León de Greiff en Obra Dispersa, Medellín, Editorial Universidad de
Antioquia, 2000, Volumen 4, página 302

y los significados se moldean detrás, deambulando en un abismo que late


abiertamente, en ese más acá donde las expresiones resultan siendo la puesta
en escena del sentido que las hace posible, que las crea. De tal forma que el
vocabulario de León de Greiff, uno de los rasgos más característicos de su
identidad poética, despliega una fascinante complejización y alteración de las
funciones léxicas de sustantivos, verbos, adjetivos, conjunciones, artículos y
preposiciones. Y este (aquí título del libro), lectura y creación de Álvaro Villar
Gaviria, es, justamente, un estudio del léxico de León de Greiff y, sobretodo,
una excelente guía de la manera como este se conforma y de los recursos
dispuestos en el mundo de León de Greiff para que cada lector enriquezca el
Tesauro o Tesoro o “conjunto o suma de cosas de mucho precio o de muy
digna estimación” de la Lengua Española.

La visión de mundo y de cultura de León de Greiff, concibiendo la


escritura como una alquimia, permite superar los límites de la realidad cotidiana
y posibilita experiencias materiales, sensitivas y dinámicas con los lenguajes
simbólicos (4). En correspondencia con ello este libro (aquí título del libro) es
un valioso testimonio de cómo las palabras empleadas por León de Greiff son
organismos vivos que no están solamente fijados en las páginas, impresas o
digitales, sino que pueden desprenderse de ellas porque tienen la calidad de
poder ser materias primas para otras invenciones.

Ciertamente, el Maestro León de Greiff se apasionó especialmente por


disponer su escritura (una escritura) para que se escribiera en el futuro, en “el
año dos mil y pico” y aun después. Es así como urde mil y una digresiones y
diversiones que caracteriza como Lexicoleotergoversaciones (5)
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2
(4) Para ampliar este planteamiento remitimos al página 32 y siguientes del citado libro
Variaciones Alredor de un Cuarto del Búho.

(5) Consúltense, por ejemplo, en Obra Dispersa, edición citada, volumen 1, página 365

Ahora bien, la actitud renovadora de León de Greiff está vinculada a sus


propósitos de Tergiversar. La historia de esta palabra indica que no solamente
es alterar “reinterpretando” forzada o erróneamente las palabras o
acontecimientos, sino que también es trastocar, que equivale a trastornar,
revolver, perturbar la razón. De igual forma tergiversar significa trabucar, que
orienta sus acepciones hacia trastornar, con la acepción de descomponer el
buen orden o colocación que tiene alguna cosa, volviendo lo de arriba abajo o
lo de un lado a otro, e implica ofuscar, confundir, trastornar el entendimiento;
pronunciar o escribir equivocadamente unas palabras, sílabas o letras por
otras.

En este panorama de textualización del mundo León de Greiff con sus


77 otrosyóes se da al “escarabajeo idiomático, al buceo semasiológico, al
devaneo con la lexicología” de una manera tan experimental que concibe la
composición de un “TESAURO Y LEXICÓN —hasta ahora teórico, fabuloso y
quimérico—“(6) que, no obstante, “ya se tiene adquirido” para la biblioteca de la
nao Hiperetusa, aunque sea una lástima “que EL PANLEXICÓN esté
inconcluso aún, pese a sus ciento catorce tomos!”(7). Y, adicionalmente, este
Tesauro y Lexicón:

“en su versión abreviada, ad-usum-Delphinorum y Stultorum, no analiza,


desmenuza, combina y distorsiona y tergiversa sino meros 28 vocablos claves
(…). En la versión para adultos precoces analiza setecientas ochenta y cuatro
voces, en la para adolescentes zahoríes veintiún mil y novecientas cincuenta y
dos, en la para gentes treintañeras y un tris más seiscientas catorce mil y
seiscientas cincuenta y seis y en la para los ex-jovenetos entre los cuarenta y
cuatro y Carlos Edmundo diez y siete millones, doscientas diez mil y trescientas
sesenta y ocho palabrejas. Lo que daría, con una base de 90 palabras por día
laborable y seis horas por día, veintiocho mil ochenta vocablos por año

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3
(6) Obra Dispersa, edición citada, volumen 2, página 194

(7) Las referencias completas aparecen en Obra Dispersa, edición citada, volumen I, página
418

(de trescientos doce días) la bicoca o nadería de seiscientos doce años, diez
meses, veintidós días, una hora y cincuenta y dos minutos flat... Habrá que
aumentar el equipo -hasta el momento de cuatro- de manera que el TESAURO
Y LEXICÓN se termine meses antes del 31 de diciembre del año 2001.
Aqueste magno libro, quier mamotreto, en que labora --a cuatro magines, a
cuatro voluntades de purísimo alinde - el nominado equipo de Beremundo el
Lelo, la autumnal Cimodocea, Sergio Stepánovich Stepansky, el cambalachero,
y Bogislao, el tañedor del azumbaibe: habrá que conseguir, ya no la asesoría
sola de la cáfila -que se llama legión- de los otrosyóes, doppelgáengeres,
cacodaimones y sosías y egerias adlátere, sino una cooperación efectiva de
otras autoridades idiomáticas como serían, quizabes, Esquilo de Esquilache, el
catedrático don Os, el académico Pendás, Palamedes de Ítaca, Gaspar de la
Noche -ya casi definitiva-, Palinuro de Beocia, Erik Fjordson, Mirtoclea de
Corinto, don Pirlimplín, el terceto de los Rufos: Mateo, Matías y Matatías (…)
Así quizá la obra puede estar lista, a más tardar, ya no para el próximo 31 de
febrero hacia el véspero de ceniza en la hora de la grisoneta, ya fugados los
postreros arreboles, sino -como se dijo- para la noche de San Silvestre del año
2000 y en el preciso momento en que podría decirse -entonces, como antaño-
he aquí llegando la noche preclara... y encenderá sus lámparas” (8).

Aunque el 18 de enero de 2014 a las 9 de la mañana, dándole cumplimiento a


otra profecía de León de Greiff, encontramos UN Cuarto del Búho (9) en el que hay
huellas de la “Biblioteca, oploteca, discoteca y bailoteca” del Maestro, no hemos dado
nunca con ninguno de los ciento catorce tomos de EL PANLEXICÓN inconcluso.
Y, es más, estamos seguros que sus volúmenes son mil y uno y uno más. Sin
embargo no debe existir en el mundo la biblioteca que contenga los tomos
completos de las Lexicoleotergiversaciones, porque, al igual que la biblioteca

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(8) Obra Dispersa, edición citada, Volumen II, páginas 193 a198

4
(9) Véase la historia de la búsqueda y hallazgo de este Cuarto del Búho en el citado libro
Variaciones alredor de un Cuarto del Búho

de Don Quijote, son un concepto que abarca el uso del lenguaje todo, la
posibilidad de inventarlo; es decir, de encontrarlo y crearlo mezclándolo,
tergiversándolo, moxinifándolo (10). De tal manera que, para nuestro goce y
disfrute aquí está este (Título del libro) que es, indudablemente, UNO de los mil
y un tomos y uno más de las Lexicoleotergiversaciones.

Hernando Cabarcas Antequera


Universidad Manuela Beltrán
Fundación Moxinifadas de Gaspar

…se terminó de escribir el 31 de febrero de 2018, llegado la noche


preclara

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(10) Moxinifada: Palabra de origen portugués empleada por León de Greiff para aludir al arte
de las mezclas, variaciones, tergiversaciones y establecimiento de relaciones y revelaciones
insospechadas. De igual forma, el término está vinculado con los gestos, particularidades,
calidades y virtudes simbólicas de cabalistas y magos del Tarot.

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