Principios Bautistas Coban A V

Seminario Teológico Bautista de Guatemala 45
Historia y Principios Bautistas

Extensión de Cobán A. V – III Modulo 2015
Lic. Estuardo Acabal Díaz
Confesión de Fe, Principios y Valores

Bautistas
Una de las características sobresalientes de la
denominación Bautista, es que a través de su historia a
sistematizado sus doctrinas bíblicas en “Confesiones
doctrinales”, “Artículos de Fe” o “Declaraciones Doctrinales”. En este sentido,
“somos un pueblo de convicciones profundas y doctrinas apreciadas”, esto significa,
que “a través de nuestra historia hemos sido un pueblo confesional, adoptando
declaraciones de fe cómo testimonio a nuestras creencias y como garantía de nuestras
fidelidad a las doctrinas reveladas en las Sagradas Escrituras”.
Nuestras confesiones de fe están enraizadas en precedentes históricos, y la
iglesia ha sido llamada a definir y defender sus creencias. Este ideal ha sido una
realidad, ya que, en Europa las “Confesiones de los Bautistas Generales se publicaron
en 1608, 1651, 1660, 1678 y 1704, y la Confesión de fe de los Bautistas Particulares
se publicaron en 1644, 1646, 1651, 1677,1688,1693, 1699,1719,1720, 1791, 1809”.
Por otro lado, “en Norte América, la primera confesión
bautista fue la Confesión de Filadelfia en 1742 (realmente fue
una copia de la famosa Segunda Confesión de Londres de los
Bautistas Particulares publicada en 1677). La segunda confesión
significativa fue la Confesión de Nueva Hampshire en 1833. Fue
preparada con el fin de contrarrestar las enseñanzas de los Bautistas de Libre
Albedrío.
“El 8 de octubre 1840 se elaboraron “Artículos de Fe” por la Unión Baptist
Association en la ciudad de Travis, Texas”. En 1925 la Convención de los Bautistas
del Sur adopto una Declaración de Fe (estaba basada en la Confesión de Nueva
Hampshire) para contrarrestar la teología liberal y la teoría de la evolución. En 1963
se hizo una revisión de esta declaración debido a la controversia de Ralph Elliott y su
libro sobre el Génesis. Finalmente en 1999 se hizo una segunda revisión y se agrego
un artículo sobre la familia.
Como bautistas no reducimos nuestras doctrinas a un

Credo. Ahora, ¿por qué una confesión, y no un credo? Porque, un “credo” (del
latín credo “Yo creo”) es una declaración resumida de la fe y creencia cristiana”,
pero, “es un documento que tiene autoridad, y generalmente no se cambia, A veces es
considerado como infalible. Cuando es así los que lo rechazan son considerados
herejes”.
A través de su historia los Bautistas han utilizado
“Confesiones doctrinales”. Por otro lado, la “confesión” es verbalizar
compromisos doctrinales básicos, es decir, son resúmenes doctrinales de creencias
esenciales cristianas, En otras palabras, las confesiones “son declaraciones de
resúmenes de la verdad bíblica según la comprensión de los que la elaboran. El
propósito de las confesiones es declarar y presentar al mundo un resumen de lo que
cree un grupo específico”. En este sentido, las confesiones de fe han sido
desarrolladas a través de la historia de la iglesia cristiana”
Pero se debe tener en cuenta que, “las confesiones son solamente guías en la
interpretación, sin que tengan autoridad sobre la conciencia. Ellas son declaraciones
de convicciones religiosas, extraídas de las Escrituras, y que no se deben usar para
impedir la libertad de pensamiento o la investigación en otras áreas de la vida
Por esto, como bautistas estamos convencidos de que la Biblia no es ni una
confesión de fe ni un credo. La Biblia es el mensaje perfecto de Dios para todas las
épocas”, en este sentido, creemos, “que la única autoridad de fe y práctica éntrelos
Bautistas son las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento”, y recalcamos que, “su
autor es Dios y su asunto es la verdad sin ninguna mezcla de error”.
¿Por qué principios? Porque “los principios revelan los aspectos

distintivos de una denominación cristiana, especialmente cuando los comparamos con
otros sectores del cristianismo”. Ahora bien, los principios bíblicos, resultan cuando
la Biblia se lee, se estudia-entiende y se practica”. De esta cuenta, ¡una doctrina es lo
que se cree a la luz de la Biblia; un principio es lo que se hace a la luz de la doctrina!
Por eso, “El principio de la escritura sostiene que las creencias (las doctrinas) y
prácticas (los principios) de la iglesia deben estar arraigadas y derivar su autoridad de
la Escritura
Así que, “los principios, son pautas o las normar sobre las cuales los bautistas
han basado su actividad orgánica, y a raíz de las cuales has justificado su existencia
propia, o sea su identidad denominacional”.
¿Por qué valores? Porque son las convicciones fundamentales,

constantes, apasionadas y bíblicas que impulsan el ministerio”, En nuestro caso,
“define lo que es importante en la vida de la convención, y nos distingue de otras
organizaciones, y nos guían en el proceso de toma de decisiones.
Principios y Valores
Bautistas
1.- El principio Cristológico: El Señorío de Cristo.
Por el señorío de Jesucristo queremos decir que El es el único señor en nuestras
vidas. En la antigüedad los judíos llamaban a Dios Señor. Por ello nosotros
llamaos a Jesús el Señor. Las sociedades de entonces tenían señores que eran
dueños de la vida y las posesiones de sus siervos. Ellos tenían plena autoridad y
dominio sobre ellos. Jesucristo es para nosotros exactamente lo mismo, por ello le
llamamos Señor. Filipenses 2:11
Para los bautistas es su principio clave, y en el cual se sustentan los otros

principios, es decir, es un principio integrador. En realidad, los otros principios llegan
a ser corolarios de éste. Dentro de los anabautistas, nuestros precursores espirituales,
ya se profesaba este principio, por ejemplo, Melchior Hoffman (1495-1543) un
anabautista carismático o revolucionario proclamaba: “La comunidad de Dios no
conoce otra cabeza que Cristo. No puede aceptar ninguna otra porque ésta es una
comunidad de hermanos y hermanas. Los maestros no tienen otra guía espiritual que
la de Cristo. Los maestros y los ministros no son señores”.
También, en su declaración clásica, en 1610, Juan Smyth el fundador de los
Bautistas Generales de Europa decía: “Sólo Cristo es Rey y Juez de la iglesia y de la
conciencia”, Sin embargo, Smyth sólo repetía la confesión básica del Nuevo
Testamento: “Cristo es el Señor” (Fil. 2:11) En esa misma línea de pensamiento,
Skevington declaró en 1914 que: “los bautistas siempre han mantenido esta doctrina
de la soberanía de Cristo como una de sus posesiones más espirituales. Forma la base
de su política y proporciona la clave de su historia” Reafirmando el principio
Cristológico Tomás Ormitage, historiador bautista del siglo XIX, transcribe que: "Los
principios vivientes y subyacentes de las iglesias bautistas se relacionan con la
jefatura soberana y absoluta de Cristo en sus iglesias", son demostraciones del
entendimiento de los bautistas primitivos; o sea, seguían la posición apostólica en
cuanto a la preeminencia de Cristo (Col. 1:15-20).
Así que, ”el pueblo denominado “bautista” surgió a raíz de un esfuerzo por
poner en obra este principio neotestamentario, En un sentido, todos los otros
principios bautistas que se mencionaran, son satélites de éste, puestos en órbita por la
fuerza motriz de él, y mantenidos en órbita por la fuerza orientadora de él”.
Como bautistas, al reconocer la fidelidad al principio del Señorío de Cristo,
estamos procurando desarrollar una Hermenéutica Cristológica, por esta razón, “el
futuro de la denominación bautista dependerá en gran parte de su fidelidad a este
principio. Frente a las amenazas de un espiritualismo basado en la experiencia
personal y de un escolasticismo basado en la actividad intelectual, la presencia del
principio cristológico asegura un equilibrio bíblico y un fe Cristocentrica.
Finalmente “a la luz de este principio, los bautistas seguirán aponiéndose al
totalitarismo político, al favoritismo sacerdotal, al mecanicismo sacramental y al
confesionalismo doctrinal, que se interpone entre Cristo y el creyente.
Bíblico
Eclesiástico
Evangelizador
Señorìo
de
Democratico
Cristo Sociológico
Espiritual Político
2.- El principio Bíblico: La fidelidad a la Palabra de Dios|
Al afirmar que la Biblia es nuestra “única regla de fe y práctica” queremos

decir que solo nos guiamos por ella para creer una doctrina. Que solamente
creemos aquello que está enseñado en la Biblia. También quiere decir que aquellas
cosas que hacemos o practicamos también tienen que estar de acuerdo con las
enseñanzas de la Biblia y la práctica común del pueblo de Dios en su Palabra. No
nos guiamos por filosofías, teologías, costumbres, tradiciones o criterios humanos,
confesiones de fe o cualquier otra fuente. 2 Timoteo 3:16-17
La iglesia cristiana a través de su historia ha utilizado diferentes acercamientos

para determinar su política eclesiástica, por ejemplo, la Biblia, la razón, la tradición,
la experiencia, y la cultura, “Aunque reconocen el papel importante que cada una de
éstas han jugado en el desarrollo de su propia denominación, las iglesias bautistas
consideran a la Biblia como la fuente de autoridad, especialmente el Nuevo
Testamento, como el relato de la vida, el ejemplo y los mandamientos de Jesucristo.
Aquí se nota la relación entre el principio bíblico y el cristológico”.
Es decir, “para los bautistas la autoridad de las Escrituras procede en última
instancia del Verbo hecho carne, Jesucristo, cuyo testamento son las Escrituras, quien
vive para siempre como Señor y quien se hace presente en el ser humano, en la iglesia
y en el mundo a través del Espíritu Santo. La Biblia sin la soberanía de Cristo no
haría sentido”, ya que, ¡uno no cree en Cristo porque cree en la Biblia; sino que cree
en la Biblia porque cree en Cristo!
Por otro lado, los bautistas creemos que el Nuevo Testamento es el producto del
testimonio apostólico. Es el cumplimiento del Antiguo Testamento y, así, llega a ser
la “palabra autorizada”, para las iglesias bautistas la base está en el Nuevo
Testamento interpretado bajo la dirección del Espíritu Santo. Bajo esta interpretación
y dirección, “los principios eclesiales vinieron a ser cardinales para los bautistas, no
porque las circunstancias históricas determinaran que esos principios constituían el
curso más viable a seguir, sino porque desde esa perspectiva histórica percibieron el
Norte que el Nuevo Testamento señalaba”.
Por ejemplo, Si hablaron de una membresía redimida fue porque entendieron
que el Nuevo Testamento la dictaba (Hechs 2:44, 47; 1 Cor. 12:13); si propusieron un
gobierno congregacional local con una relación especial de interdependencia fue
porque creyeron que el Nuevo Testamento daba pié para ello (Hechos 6:1-6; 1 Cor.
4:14-21; etc.); y si defendieron la separación de la iglesia y el estado fue porque
interpretaron que el Nuevo Testamento la dejaba traslucir (Mateo 22:21; 1 Pedro
2:13-17; Hechos 4:16
Al hablar de la autoridad que los Bautistas tienen al Nuevo Testamento, “no
quiere decir que El Antiguo Testamento no tiene valor, pero sí quiere decir que es
preciso interpretarlo a la luz del Nuevo Testamento, y jamás al revés”. Al interpretar
el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento, los bautistas promulgamos
una fidelidad a toda la Escritura “además, se extiende a todo el discurrir teológico, al
entendimiento del plan de Dios para la humanidad. Tradicionalmente la mayoría de
los bautistas las han aceptado como la revelación divina inspirada, en las cuales el
hombre encuentra la norma para la vida cristiana genuina”.
Finalmente, de manera categórica se ha dicho que las Sagradas Escrituras,
“constituyen la cantera de donde se desprenden las verdades gloriosos utilizadas en la
construcción del edificio de la doctrina cristiana. Este concepto de la Biblia, como el
fundamento y centro de la teología”, es “cardinal” para el pueblo bautista, sin
embargo, se debe reconocer la importancia de la “razón”, la “tradición”, la
“experiencia”, y la “cultura”
Pero supuesto, se entiende que, “las Escrituras, son la regla a la cual tenemos
que someter toda otra supuesta verdad. A menos que este axioma domine nuestra
perspectiva sobre todos los aspectos de la vida, no podremos, legítimamente, adoptar
una visión cristiana del mundo”. El punto es que la “razón”, la “tradición”, la
“experiencia”, y la “cultura” “deben ser probadas por la Biblia en cada generación” y
procurar una sana tensión entre todas.
LA BIBLIA Y LA SANA TENCION CON LA RAZON,

LA TRADICION, LA EXPERIENCIA Y LA CULTURA
3.- El principio Eclesiástico: Una Membresía Regenerada
Creemos que solamente aquellas personas que han creído que el Señor Jesucristo es
su Salvador personal son las únicas que están cualificadas para recibir el bautismo
por inmersión. Es por ello que no aceptamos el bautismo de infantes, ni de personas
que no profesan una fe salvadora en Cristo. Este es un testimonio de fe y de cambio
de vida. Romanos 6:4
Creemos que las iglesias según el Nuevo Testamento, tienen un gobierno

congregacional. Esto es que la congregación de los hermanos son las que tienen la
potestad dé decidir los asuntos relacionados con la iglesia local que ninguna persona
o personas o entidad cualquiera fuera de la iglesia puede intervenir o decidir por la
congregación de los miembros de la iglesia. Hechos 1:26; 6:5-6
Sin duda uno de los aportes más significativos de nuestros antecesores

espirituales, los anabautistas, fue el concepto de la membresía regenerada, es decir, el
bautismo únicamente de los creyentes regenerados, el problema no era el modo o la
forma del bautismo, sino quien y porque se bautizaba la persona. Por esta causa, los
anabautistas rechazaron enérgicamente el bautismo de niños, su idea era que “se
debía fundar una congregaciónrupo de los verdaderos creyentes, en contraste con
quienes se decían cristianos por el hecho de haber nacido en un país cristiano y haber
sido bautizados de niños”.
Según aquellos anabautistas, “la iglesia era una gran confraternidad espiritual
de los redimidos, conocida en su totalidad solamente por Dios, pero presente de una
manera visible en el mundo en las congregaciones de los fieles”. Este concepto, lo
remarcaba Balthasar Hubmaier (1480-1528) uno de los primeros anabautistas cuando
expreso: 'No existe iglesia, ni hermanos, ni hermanas, ni disciplina fraternal, ni
excomunión, ni readmisión, donde no existe el bautismo en agua. Hablo ahora de la
iglesia visible que mencionó Cristo (Mateo 18). Porque debe haber algún signo
exterior por el cual los hermanos y las hermanas puedan conocerse unos a otros, si
bien la fe se aloja únicamente en el corazón. Al recibir el bautismo, el catecúmeno
testifica públicamente que... se ha entregado voluntariamente a sus hermanos y
hermanas... esto es, a la iglesia.' (, El bautismo cristiano de los creyentes)
Los anabautistas, “reflexionando sobre la creencia en una membresía de

creyentes, por oposición a una membresía impuesta por la ley, les llevo pronto, por
un lado, a rechazar el bautismo infantil por reconocerlo una práctica que producía
resultados inconsecuentes con una membresía regenerada
Los primitivos bautistas ingleses siguieron el mismo criterio, es decir,
“llegaron al fin a entender una congregación de redimidos; o sea, de personas que
habían confiado sus vidas en la de Cristo y que públicamente hacían profesión de esa
fe, dando evidencias de su conversión”
Siguiendo el hilo de la historia de nuestros padres espirituales e históricos, hoy,
como bautistas creemos que “el principio cardinal con respecto a la iglesia, y
lógicamente, su punto de partida en la eclesiología, es la insistencia en una
membresía regenerada”. Todo esto quiere decir que una congregación bautista
insistirá en dos cosas antes de admitir a los nuevos miembros, a saber: primero,
evidencia de una conversión genuina y personal; segundo, que el nuevo creyente sea
bautizado bíblicamente y correctamente. Según los bautistas, el bautismo
neotestamentario demanda cuatro cosas, a saber:
† un candidato correcto, o sea un creyente
† un modo correcto, o sea la inmersión en agua
† un significado correcto, o sea el punto de vista simbólico
† un administrador correcto, o sea, alguien nombrado (autorizado) por una
congregación neotestamentaria
Con relación al significado correcto, los bautistas creen en “el simbolismo

dinámico”, porque el bautismo de creyentes por inmersión no solamente pone énfasis
sobre la fe personal como esencial a la constitución de la iglesia, sino también llama
la atención a la obra redentora de Cristo. En general, los bautistas creen que el
bautismo neotestamentario simboliza:
† simboliza la purificación personal del pecado
† simboliza la recepción del don del Espíritu Santo
† la unión mística con Cristo en sus hechos redentores
Antes de concluir el principio eclesiástico, es necesario decir una palabra sobre

otra doctrina bautista, la cena del Seños. Íntimamente relacionada con la práctica del
bautismo se halla la práctica bautista de la cena del Señor. El bautismo es el símbolo
del nuevo nacimiento –la ceremonia de iniciación que se celebra una sola vez--; la
cena del Señor es el símbolo del crecimiento continuo, de la santificación que se
repite una y otra vez. Las dos proclaman la muerte del Señor de una forma gráfica.
Esta relación es la base de la práctica de invitar sólo a creyentes correctamente
bautizados a participar, o sea que el bautismo es el requisito previo a la participación
en la Cena.
Para los bautistas la Cena es un “símbolo dinámico” de la muerte Cristo, y de
ninguna manera, una repetición actual de tal sacrificio. Por eso, aunque los bautistas
generalmente no invitan a los inconversos a participar en la cena, deben invitarlos a
presenciarla a raíz de su impacto evangelístico.
Finalmente, el bautismo y la cena no son “meros símbolos”, actitud que refleja
una evaluación muy liviana de su importancia, sino “símbolos dinámicos” que
comunican la verdad y despiertan una respuesta.
4.- El principio Democrático: El Sacerdocio de cada

Creyente
Por el Sacerdocio del creyente entendemos que cada creyente es un sacerdote. En el
Antiguo Testamento tenemos los sacerdotes puestos por Dios para ministrar,
acercarse a Dios con las ofrendas, interceder ante Dios y enseñar al pueblo. En este
sentido cada creyente es un sacerdote también, pues él tiene un ministerio, él tiene el
privilegio de acercarse Dios, puede interceder ante Dios y tiene el deber de
compartir el evangelio con otros. 1 Pedro 2:9
El orden democrático, es la creencia en la igualdad social, o la práctica de la

misma; es decir, es la ausencia de ‘elitismos’, en este sentido, el hombre que se
entrega completamente al señorío de Cristo no puede tener otro concepto sociológico.
Luchara por la igualdad de todos los hombres ante Jesucristo y por la eliminación de
las castas y las clases (Mateo: 8-9)
Este principio, se origina en el famoso principio de la Reforma “el sacerdocio
del creyente”, el cual fue descubierto por Martin Luthero,(no lo llevó a cabo en la
práctica) pero, fueron los anabautistas del siglo XVI y los bautistas del siglo XVII
que lo llevaron a cabo en sus sistemas eclesiásticos. El corolario colectivo del
sacerdocio del creyente, es la democracia en la práctica y en las relaciones de la
congregación local
Para los bautistas, el sacerdocio se refiere al individuo, y la democracia a la
congregación. En otras palabras, debido a los privilegios y a las responsabilidades
que implica el sacerdocio en el orden personal, la institución que agrupa a tales
“sacerdotes” tendrá que ser democrática. Esto significa lo siguiente:
Un creyente es regenerado por gracia una vez para siempre por medio de
la fe. Tiene acceso a Dios por medio del único sumo sacerdote, Jesucristo,
Asume su responsabilidad sacerdotal, como ministro o siervo de otros.
Esto es en teoría el sacerdocio del creyente, ya que, una congregación bautista
local teóricamente es una democracia pura. Cada congregación se gobierna a sí
misma. Pero, la democracia y la autonomía, palabras bautistas distintivas, no
significa ni la anarquía individual, ni la independencia social, sino significa un
esfuerzo por dejar abierta la puerta entre “Dios y el hombre, entre el Espíritu Santo y
la congregación”. Ante Jesucristo todos los hombres son iguales. Una élite no puede
existir e una congregación bautista. Por consiguiente, los bautistas luchan por la
democracia, en las esferas eclesiásticas y políticas con el fin de someterse a una
monarquía absoluta, el señorío de Cristo, o sea el reino de Dios.
La importancia de este principio en la actualidad es evidente. Las masas están
en marcha pidiendo justicia e igualdad. Atenta a este clamor, la denominación
bautista se encuentra peculiarmente equipada para satisfacerlas en las esferas
eclesiásticas. Una congregación bautistas insiste en la igualdad de posición, de
participación y de privilegios entre los miembros. En otras palabras, el ministerio
pertenece a la misma congregación, y todos los miembros tienen el deber de

compartirlo por medio de sus contribuciones particulares.
Otra significado del principio es que, los pastores son funcionarios con
vocación, llamados por Dios y nombrados por la congregación local, que no tienen
otra autoridad fuera de su influencia moral y su fidelidad en el cumplimiento de su
ministerio. No hay distinción de personas. El pastor es primus inter pares que
preside la congregación sin mandarla.
Finalmente, es digno resaltar que este principio ha sido parte de la tradición
bautista, ya que nuestros sucesores espirituales, es decir, los anabautistas ya lo
practicaban. Por ejemplo, Melchior Hoffman, afirmaba: ”Los pastores no tienen
autoridad, salvo para predicar la Palabra de Dios, y para castigar pecados. El
obispo debe ser elegido de entre su comunidad. Cuando se nombra a un pastor, y se
le ha confiado a él y a su diácono la dirección, la comunidad debería proveer
adecuadamente para quienes ayudan a construir la casa del Señor. Cuando se
encuentran maestros que tal hacen, no hay temor de que las comunidades sufran
hambre espiritual. Un verdadero predicador debería procurar que toda la
comunidad profetizara.
Así es en el sistema bautista. El sacerdocio dl creyente y la autonomía de la
congregación local presuponen un profundo sentido de responsabilidad. Y
precisamente, ¡sobre este punto puede fallar el sistema bautista” Todo depende de los
miembros adoctrinados y responsables que forman parte de las congregaciones.
5.- El principio Espiritual: La Libertad Religiosa

Sin duda, el papel preponderante de los bautistas en pro de la libertad religiosa
es su contribución más grande al protestantismo, a tal punto que, los anabautistas del
siglo X VI en el continente europeo y los separatistas del siglo XVII en Inglaterra lo
enunciaron en sus declaraciones y Confesión de su fe. Sin embargo, la incorporación
del principio en la constitución de un sistema político ha sido la hazaña de los
bautistas norteamericanos.
El principio surge de una profunda convicción de que el hombre es

personalmente responsable ante Dios. En otras palabras, Dios creó al hombre “a su
propia imagen” y le dotó del derecho inalienable de ser libre. La ley moral de Dios
demanda una responsabilidad que emana de la libertad. En este sentido, según los
bautistas, la libertad religiosa es: La libertad, dada por Dios, de creer, (conciencia), de
adorar (culto) y de propagar la fe (por todos los medios).
En cuanto a la libertad de culto quiere decir adorar a Dios donde, cuando y
como uno desea. Incluye la libertad de sostener, moral y financieramente, la clase de
ministerios y de iglesia que uno prefiere. Además, comprende el derecho de no creer.
Libertad de conciencia implica que cada hombre debe ser libre para actuar
según los dictámenes de su conciencia. Creemos que la religión de un hombre de ser
espontánea y voluntaria. Se debe tomar en cuenta, que realmente, el principio brota
de la doctrina del “sacerdocio del creyente”
Libertad de propagación significa, tener toda la libertad para propagar la fe,
por medio de todos los medios posibles, es una garantía completa de libertad. Esta
libertad es necesaria para poder cumplir el gran mandamiento del Señor. Esto
requiere la evangelización fuera de los templos Sin este elemento la libertad es mera
tolerancia. Sin el derecho de propagar la fe, la libertad religiosa queda truncada
6.- El principio político: Separación Entre la Iglesia y el

Estado.
Creemos que la iglesia de Cristo y el estado son dos entidades que están separadas.
Creemos que cada una tiene su propia esfera y que no deben interferirse
mutuamente, o hacer compromisos los cuales pueden afectar las genuinas funciones
espirituales de la iglesia. Mateo 22:21
Jesucristo puso en alto su comprensión de este principio cuando dijo: “….Dad,

pues a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Mt. 22:21). La relación
se aclara más con los escritos de los apóstoles Pablo y Pedro en relación al gobierno y
el cristianismo (Romanos 13:1-10; 1 Pedro 2:11-17) Es decir, la Biblia claramente
presenta la ley y el orden como parte del designio de Dios para el bienestar del
hombre, Por eso, el Estado debe ser, cuando está en su órbita correcta, un
instrumento para servir al propósito divino. Así que, estos pasajes reconocen la
existencia del Estado, animan a los creyentes a respetar, obedecer, sostener y orar por
el estado.
Cabe aclarar que estos pasajes no implican la aprobación de gobernantes
malvados o de la autoridad injusta. Sencillamente, reconocen el hecho de un principio
de gobierno “ordenado por Dios”. Como se mencionó al principio, Jesucristo también
reconoció el Estado (Mateo 22:21) Distinguía cuidadosamente entre los deberes de la
ciudadanía y la celestial. Aclara que, dentro de su esfera de actividad, César tiene su
autoridad, pero es una autoridad limitada por Dios. “Da a Dios lo que es de Dios”,
significa la lealtad suprema. El Estado que sale de su esfera asignada y usurpa la
autoridad de Dios, no puede contar con el apoyo del verdadero Creyente.
Ahora bien ¿dónde y cómo se distinguen los papeles del gobierno y de la
iglesia? ¿Cuáles son sus respectivas áreas de influencia y trabajo? ¿Cómo puede cada
uno ayudar y ser de influencia en la sociedad? Como bautistas afirmamos que Dios es
el autor de las dos instituciones: gobierno e iglesia. Estas dos instituciones figuran en
sus planes, pero en áreas separadas. Por lo tanto, no debe haber conflictos entre ellas,
sino que la una debe complementarse con la otra. Cuando una pretende tomar el lugar
o papel de la otra, ocurren lo problemas.
Las dos entidades (iglesia y estado) deben mantenerse separadas. Pero, la
separación entre la iglesia y el estado no quiere decir que el cristiano debe estar
contra el gobierno, ni que niegue su respaldo al gobierno. Antes bien todo creyente
tiene la responsabilidad de dar apoyo a las autoridades civiles, participar en la defensa
de la patria y hablar en voz alta contra las injusticias y a favor de los valores morales
y espirituales. En este sentido, el creyente debe obediencia a Dios en todo lo que es
bíblico, esto significa que ni la pérdida temporal de bienes, ni la privación de
derechos civiles, ni la opresión de las autoridades, deben inducirlo a hacer lo que está
claramente prohibido en la Biblia.
Otro punto importante, es que las iglesias no deben identificarse con la

política ni con los partidos políticos. El interés de la iglesia siempre debe estar en se
“la sal de la tierra” (Mateo 5:13). Inmiscuirse en la política, como iglesia, es dar
origen a convertirse en infidelidad a Cristo. Las iglesias deben ser apolíticas. Esto
significa que, cuando la liberación total del ser humano reclama un ministerio
sacrificial de la iglesia, ésta debe mantenerse libre de todo tipo de compromisos o
ataduras con el poder estatal para que su voz sea firme, inconfundible y veraz; para
que al hablar de libertad ésta no se supedite a circunstancias acomodaticias del
momento ni se confunda con la represión de los que no tienen "la verdad absoluta".
En resumen, el principio se fundamenta en las siguientes afirmaciones bíblicas;
el señorío de Cristo, la iglesia libre, la falibilidad de todo lo humano, el derecho de la
discusión libre con el fin de llegar a una decisión y una fe voluntaria. Una separación
sin estas bases es perjudicial. La separación entre lo civil y lo eclesiástico será la
política más sabia de nuestro siglo, si en ella los países reconocen su base bíblica, si
el pueblo acepta las responsabilidades que implica y si se produce la renovación tan
necesitada en las iglesias
7.- El principio Evangelizador: Evangelismo Personal y

la Empresa Misionera.
Este principio significa primordialmente, un llamado al arrepentimiento. Es
revelar al hombre lo que el hombre es. Es poner de manifiesto las verdades de la
salvación contenida en la Biblia, Es recordar al pecador su responsabilidad en la
crucifixión y cómo su pecado hirió al Hijo de Dios
Esto es evangelizar, por esta razón los bautistas se consideran “evangélicos,
porque forma parte de un pueblo que toma muy en serio la gran comisión del Señor
Jesucristo. Este principio se ve en el fuerte interés en el evangelismo personal del
creyente y en la gran empresa misionera auspiciada por las iglesias bautistas a través
de sus sociedades y convenciones. El gran crecimiento numérico de la denominación
y la creciente extensión geográfica se debe a la fidelidad a este principio.
Los bautistas se han apoyado en varios textos básicos tales como Marcos 3:13-
14, que nos habla del llamamiento de los apóstelos, y Hechos 1:8, que habla de la
responsabilidad de ser testigos. Sin embargo, la piedra fundamental es la gran
Comisión (Mateo 20:18-20; Marcos 16:15; y Juan 20:21). Los bautistas consideran la
Gran Comisión como un resumen del mensaje neotestamentario. Creen que todos los
verdaderos creyentes se encuentran bajo este mandato.
De acuerdo a lo anterior, todo creyente en Cristo debe ser un evangelista. El
fundamento evangelìstico es que cada cayente debe ir para alcanzar a los que se
encuentran fuera del pueblo de Dios. Es por ir y testificar que Cristo puede darse a
conocer a la gente como Salvador. Así que, Dios ha puesto sobre la iglesia la tarea
ineludible de evangelizar a nuestra generación. Así que, lo cierto es que Dios está
llamando a su pueblo para que lleve adelante la tarea de la Gran Comisión. Y
debemos desechar la herejía de que el pastor tiene toda la responsabilidad de hacer la
obra de evangelizar.
Finalmente, se debe decir que las iglesias no crecen por la elocuencia de su
predicador, ni por la solidez de sus doctrinas, ni por lo atractivo de sus templos, sino
por el programa de evangelismo permanente. Cuando la iglesia tiene un programa
permanente de evangelismo, verá cumplida en ella las siguientes palabras “……y el
Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47)
8.- El principio Sociológico: La responsabilidad

social en la sociedad.
Sin duda este principio como los otros principios están arraigados en la Palabra
de Dios. Tanto, en el Antiguo como, en el Nuevo Testamento Dios requería de una
ética social y anhelaba la justicia social.
Por ejemplo en el pentateuco y los Diez Mandamientos, hay una tención
especial hacia los desposeídos, y los necesitados, como las viudas, los huérfanos y los
extranjeros. El respeto por la vida humana y las condiciones de vida era muy elevado.
Los profetas del siglo octavo a. de L. C. en especial, llamaron al pueblo al
arrepentimiento y a los gobiernos a rectificar sus caminos. Los mensajes de Isaías,

Ósea, Amos y Miqueas estaban cargados de fuertes contenido social, Como resumen,
recordemos el centro del mensaje de Miqueas. “Oh hombre él te ha declarado lo que
es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y
humillarte ante tu Dios” (6:8)
Llegando al Nuevo Testamento, seguimos encontrando que la justicia social es
un tema fundamental de la nueva vida en Cristo. A partir de las normar éticas tan
elevadas del Sermón del Monte, los seguidores de Jesús enseñaron claramente la
necesidad de una vida de fe que expresara en la práctica sus creencias. (Gá. 5:6,Mt.
5:13-16, Mt 22:39, Mt. 25:34-40, St. 1:27ª Gá. 6:9-10 )
Este principio declara que “cada cristiano está bajo la obligación de procurar
hacer que la voluntad de Cristo sea soberana en su vida y en la sociedad humanas”,
sin embargo, esto no significa un involucramiento político y social de tal grado en el
cristiano que es menester hacer todo lo que sea necesario, y por cualquier medio, para
alcanzar el ideal de justicia. Ni tampoco es predicar y vivir un evangelio para el “mas
allá”, y por ello no preocuparse por las necesidades humanas a su alrededor. ¡No! El
ideal es que haya una sana tensión entra ambas para que la justicia impere en la
sociedad
Pero, la pregunta es cómo ¿Cuál es la manera de buscar que la justicia impere
en la sociedad? No todos los medios son correctos. De hecho, rechazamos la
violencia como una manera lícita par que los ideales cristianos sean implementados
en el mundo, Como bautistas creemos que los medios y los métodos empleados para
mejorar la sociedad y para el establecimiento de la justicia entre los hombres pueden
ser verdaderamente y permanentemente útiles cuando tienen sus raíces en la
regeneración del individuo por la gracia salvadora de Dios en Cristo Jesús. Esto
implica:
† La regeneración del individuo es la prioridad. No hay ningún plan de
reforma estructural ni de justicia social que sea válida para regenerar al
individuo. Esa es la obra efectuada por Dios en Cristo. Nuestro centro es
el cambio del individuo, de pecador a salvado
† Lo medios a ser utilizados deben ser acordes con el fin propuesto. De

modo que podemos y debemos, usar todo medio acorde con el evangelio
de Cristo para producir una sociedad mejor.
De acuerdo a lo anterior, como bautistas seguimos el ejemplo de Cristo en

cuanto al compromiso social, esto significa que la iglesia debe oponerse, en el
espíritu de Cristo, a toda forma de codicia, egoísmo y vicio, la idea aquí es que una
parte de nuestra entrega a Cristo se manifestará en la búsqueda de una sociedad
moralmente limpia, es decir, las iglesias bautistas deben ser luces en medio de las
tinieblas del mundo. Cualquier esfuerzo organizado por la iglesia debe ser apoyado a
fin de erradicar las consecuencias del pecado y la degradación humana.
Por otro lado, la iglesia debe tener una acción directa en aliviar a los
necesitados y ayudares a crecer como personas. Para el efecto:
† Se debe trabajar a fin de proveer para los huérfanos, los necesitados, los
ancianos, los indefensos y los enfermos. Hay un lugar importante en la
acción directa hacia la comunidad que nos rodea y que podemos
alcanzar, como fue ejemplificado por Jesús (Lucas 10:25-37)
† También, se debe recalcar la influencia de los creyentes en las esfera de
decisión: “se debe procurar hacer que la industria, el gobierno y la
sociedad como un todo0 estén bajo el predominio de los principios de
justicia, verdad, y amor fraternal. Por ello la iglesia tiene una
responsabilidad de impulsar a gobiernos y personas y personas en
eminencia a hacer lo que esté a su alcance para lograr la mayor justicia
social.
Bibliografía
1) Anderson Justo, Historia de los Bautistas Tomo I (El Paso, Texas: Casa Bautista de
Publicaciones, 1978 )
2) Comité de Estudio de la Fe y el Mensaje de los Bautistas Adrian Rogers, Moderador
3) http://www.iglesiapueblonuevo.es/historia.php?pagina=157
4) Malphur Aubrey, Planeamiento Estratégico (Buenos Aires: Editorial Peniel, 2006): 110
5) Cerna Carlos secretario de la CIBG
6) Powell Paul, Regresando a las bases, Historia de los Bautistas , Seminario Teológico Geroge
W. Truett, Waco Texas
7) San Martín Exequiel, “Complilador” Fundamentos y practicas de Fe y Mensaje Bautista (El
Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones, 1991):
8) Términos Teológicos, Diccionario de Bolsillos (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano,
2007):
FE Y MENSAJE BAUTISTA
INTRODUCCION
La Convención Bautista del Sur en su sesión de 1999, reunida en Atlanta,
Georgia, adoptó la siguiente moción, dirigida al Presidente de la Convención:
"Yo presento como moción, que en su capacidad de moderador de la
Convención Bautista del Sur, usted nombre un comité de cinta azul para revisar la
declaración de La Fe y el Mensaje Bautista con la responsabilidad de
presentar su informe y traer una recomendación a la próxima sesión en Orlando,
el mes de junio de 2000".
El presidente Paige Patterson nombró el comité siguiente: Max Barnett

(OK), Steve Gaines (AL), Susie Hawkins (TX), Rudy A. Hernández (TX), Charles S.
Kelly, Jr. (LA), Heather King (IN), Richard D. Land (TN), Fred Luter (LA), R.
Albert Mohler, Jr. (KY), T. C. Pinckney (VA), Nelson Price (GA), Adrian Rogers
(TN), Roger Spradlin (CA), Simon Tsoi (AZ), Jerry Vines (FL). Fue
nombrado moderador Adrian Rogers (TN).
El comité así constituido solicita permiso para presentar su reporte como

sigue:
Los Bautistas somos un pueblo de convicciones profundas y doctrinas
apreciadas. A través de nuestra historia hemos sido un pueblo confesional, adoptando
declaraciones de fe como testimonio a nuestras creencias y como garantía de nuestra
fidelidad a las doctrinas reveladas en las Sagradas Escrituras.
Nuestras confesiones de fe están enraizadas en precedentes históricos, según

la iglesia ha sido llamada a definir y defender sus creencias. Cada generación de
creyentes bautistas tiene la responsabilidad de atesorar la verdad que nos ha sido
confiada (2 Timoteo 1.14). Frente a un nuevo siglo, los Bautistas del Sur deben
enfrentarse a las demandas y deberes de la hora presente.
Nuevos desafíos a la fe aparecen en cada edad. Una cultura penetrante

contraria al supernaturalismo fue combatida por los Bautistas del Sur en 1925,
cuando La Fe y el Mensaje Bautista fue adoptado por primera vez por esta
Convención. En 1963, los Bautistas del Sur respondieron a los ataques a la autoridad
y veracidad de la Biblia al adoptar revisiones a La Fe
y el Mensaje Bautista. La Convención añadió un artículo sobre "La Familia" en

1998, respondiendo de esta manera a la confusión cultural con las claras enseñanzas
de las Escrituras. Ahora, frente a una cultura hostil a la mera noción de la verdad, esta
generación de Bautistas debe reclamar de nuevo las verdades eternas de la fe
cristiana.
Su comité respeta y celebra la herencia de La Fe y el Mensaje Bautista, y

afirma la decisión de la Convención en 1925 de adoptar la Confesión de Fe de New
Hampshire, "revisada en ciertos puntos y con algunos artículos adicionales que
surgen de ciertas necesidades…" Nosotros
respetamos también las contribuciones de las ediciones de 1925 y 1963 de La

Fe y el Mensaje Bautista.
Con el comité de 1963, nosotros hemos sido guiados en nuestro trabajo por
la "declaración de la concepción histórica de la naturaleza y la función de las
confesiones de fe en nuestra vida religiosa y denominacional…" de 1925. Por tanto,
la citamos completa como una parte de este reporte a la Convención:
(1) Que la declaración de La Fe y el Mensaje Bautista constituye un consenso

de opinión de un cuerpo bautista, ya sea grande o pequeño, para la instrucción y guía
de nuestro pueblo y de otras personas relacionando aquellos artículos de la fe
cristiana que son firmemente sostenidos entre nosotros. El propósito no es añadir
nada a las simples condiciones de la salvación como se revelan en el Nuevo
Testamento, a saber, arrepentimiento para con Dios, y fe en Jesucristo como Salvador
y Señor".
(2) Que nosotros no los consideremos como una completa declaración de

nuestra fe, que tenga una cualidad de finalidad o infalibilidad. Como en el pasado así
en el futuro, los Bautitas deben considerarse a sí mismos libres para revisar estas
declaraciones de fe según ellos lo consideren sabio y conveniente en cualquier
momento.
(3) Que cualquier grupo de Bautistas, grande o pequeño, tiene el derecho

inherente de redactar por sí mismo y de publicar para el mundo una confesión de su
fe en cualquier momento en que ellos consideren conveniente el hacerlo.
(4) Que la única autoridad de fe y y práctica entre los Bautistas son las
Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamento. Las Confesiones son solamente guías
en la interpretación, sin que tengan autoridad sobre la conciencia.
(5) Que ellas son declaraciones de convicciones religiosas, extraídas de las

Escrituras, y que no se deben usar para impedir la libertad de pensamiento o la
investigación en otras áreas de la vida.
Los Bautistas aprecian y defienden la libertad religiosa, y niegan el derecho

de cualquiera autoridad secular o religiosa de imponer una confesión de fe sobre una
iglesia o grupo de iglesias. Nosotros honramos los principios de la competencia del
alma y del sacerdocio de los creyentes, afirmando juntos nuestra libertad en Cristo y
nuestra responsabilidad a cada uno bajo la Palabra de Dios.
Las iglesias, asociaciones y cuerpos generales Bautistas han adoptado

confesiones de fe como un testimonio al mundo, y como instrumentos de
responsabilidad doctrinal. Nosotros no nos sentimos avergonzados de declarar ante el
mundo que estas son doctrinas que nosotros consideramos preciosas y esenciales a la
tradición de fe y práctica Bautista.
Como un comité, se nos ha encargado la consideración de "ciertas

necesidades" de nuestra generación. En una generación crecientemente hostil a la
verdad cristiana, nuestro reto es expresar la verdad como está revelada en las
Escrituras, y dar testimonio de Jesucristo, quien "es el Camino, la Verdad, y la Vida".
El comité de 1963 correctamente procuró identificar y afirmar "ciertas

doctrinas definidas que los Bautistas creen, aprecian, y con las cuales han estado y
están ahora identificados". Nuestra fe viva está establecida sobre verdades eternas.
"Así esta generación de Bautistas del Sur está en sucesión histórica de intención y
propósito al esforzarse por declarar para su tiempo y clima teológico aquellos
artículos de la fe Cristiana que son firmemente mantenidos entre nosotros".
Es el propósito de esta declaración de fe y mensaje afirmar ciertas

enseñanzas que nosotros creemos.
Comité de Estudio de la Fe y el Mensaje de los Bautistas

Adrian Rogers, Moderador
LA FE Y EL MENSAJE BAUTISTA
1. LAS ESCRITURAS
La Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados y es la
revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. Es un tesoro perfecto de instrucción
divina. Tiene a Dios como su autor, su propósito es la salvación, y su tema es la
verdad, sin mezcla alguna de error. Por tanto, toda la Escritura es totalmente
verdadera y confiable. Ella revela los principios por los cuales Dios nos juzga, y por
tanto es y permanecerá siendo hasta el fin del mundo, el centro verdadero de la unión
Cristiana, y la norma suprema por la cual toda conducta, credos, y opiniones
religiosas humanas deben ser juzgadas. Toda la Escritura es un testimonio de Jesús,
quien es Él mismo el centro de la revelación divina.
Éxodo 24.4; Deuteronomio 4.1-2; 17.19; Josué 8.34; Salmos 19.7-10; 119.11,
89, 105, 140; Isaías 34.16; 40.8; Jeremías 15.16; 36.1-32; Mateo 5.17-18; 22.29;
Lucas 21.33; 24.44-46; Juan 5.39; 16.13-15; 17.17; Hechos 2.16 y sgts.; 17.11;
Romanos 15.4; 16.25-26; 2 Timoteo 3.15-17; Hebreos 1.1-2; 4..12; 1 Pedro 1.25, 2
Pedro 1.19-21.
2. DIOS
Hay un Dios, y solo uno, viviente y verdadero. Él es un Ser inteligente,
espiritual y personal, el Creador, Redentor, Preservador y Gobernador del universo.
Dios es infinito en santidad y en todas las otras perfecciones. Dios es todopoderoso y
omnisciente; y su perfecto conocimiento se extiende a todas las cosas, pasadas,
presentes y futuras, incluyendo las decisiones futuras de sus criaturas libres. A Él le
debemos el amor más elevado, reverencia y obediencia. El Dios eterno y trino se
revela a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo, con distintos atributos
personales, pero sin división de naturaleza, esencia o ser.
A. Dios Padre
Dios como Padre reina con cuidado providencial sobre todo su universo, sus
criaturas, y el fluir de la corriente de la historia humana de acuerdo a los propósitos
de su gracia. Él es todopoderoso, omnisciente, todo amor, y todo sabio. Dios es Padre
en verdad de todos aquellos que llegan a ser sus hijos por medio de la fe en Cristo
Jesús. Él es paternal en su actitud hacia todos los hombres.
Génesis 1.1; 2.7; Éxodo 3.14; 6.2-3; 15.11 y sgts.; 20.l y sgts.; Levítico 22.2;
Deuteronomio 6.4; 32.6; 1 Crónicas 29.10; Salmos 19.1-3; Isaías 43.3,15; 64.8;
Jeremías 10.10; 17.13; Mateo 6.9 y sgts.; 7.11; 23.9; 28.19; Marcos 1.9-11; Juan
4.24; 5.26; 14.6-13; 17.1-8; Hechos 1.7; Romanos 8.14-15; 1 Corintios 8.6; Gálatas
4.6; Efesios 4.6; Colosenses 1.15; 1 Timoteo 1.17; Hebreos 11.6; 12.9; 1 Pedro 1.17;
1 Juan 5.7.
B. Dios Hijo
Cristo es el Hijo eterno de Dios. En su encarnación como Jesucristo fue
concebido del Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Jesús reveló y cumplió
perfectamente la voluntad de Dios, tomando sobre sí mismo la naturaleza humana con
sus demandas y necesidades e identificándose completamente con la humanidad, pero
sin pecado. Él honró la ley divina por su obediencia personal, y en su muerte sustituta
en la cruz, Él hizo provisión para la redención de los hombres del pecado. Él fue
levantado de entre los muertos con un cuerpo glorificado y apareció a sus discípulos
como la persona que estaba con ellos antes de su crucifixión. Él ascendió a los cielos
y está ahora exaltado a la diestra de Dios donde Él es el Único Mediador,
completamente Dios, completamente hombre, en cuya Persona se ha efectuado la
reconciliación entre Dios y el hombre. Él volverá con poder y gloria para juzgar al
mundo y consumar su misión redentora. Él mora ahora en todos los creyentes como
el Señor vivo y omnisciente.
Génesis 18.1 y sgts.; Salmos 2.7 y sgts.; 110.1 y sgts.; Isaías 7.14; 53; Mateo
1.18-23; 3.17; 8.29; 11.27; 14.33; 16.16,27; 17.5; 27; 28.1-6,19; Marcos 1.1; 3.11,
Lucas 1.35; 4.41; 22.70; 24.46; Juan 1.1-18,29; 10.30,38; 11.25-27; 12.44-50; 14.7-
11; 16.15-16,28; 17.1-5,21-22; 20.1-20,28; Hechos 1.9; 2.22-24; 7.55-56; 9.4-5,20;
Romanos 1.3-4; 3.23-26; 5.6-21; 8.1-3,34; 10.4; 1 Corintios 1.30; 2.2; 8.6; 15.1-8,
24-28; 2 Corintios 5.19-21; 8.9; Gálatas 4.4-5; Efesios 1.20; 3.11; 4.7-10; Filipenses
2.5-11; Colosenses 1.13-22; 2.9; 1 Tesalonicenses 4.14-18; 1 Timoteo 2.5-6; 3.16;
Tito 2.13-14; Hebreos 1.1-3; 4.14-15; 7.14-28; 9.12-15, 24-28; 12.2; 13.8; 1 Pedro
2.21-25; 3.22; 1 Juan 1.7-9; 3.2; 4.14-15; 5.9; 2 Juan 7-9; Apocalipsis 1.13-16; 5.9-
14; 12.10-11; 13.8; 19.16.
C. Dios Espíritu Santo

El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios, completamente divino. Él inspiró a
santos hombres de la antigüedad para que escribieran las Escrituras. Mediante la
iluminación Él capacita a los hombres para entender la verdad. Él exalta a Cristo. Él
convence a los hombres de pecado, de justicia, y de juicio. Él llama a los hombres al
Salvador, y efectúa la regeneración. En el momento de la regeneración Él bautiza a
cada creyente en el Cuerpo de Cristo. Él cultiva el carácter cristiano, conforta a los
creyentes, y les da los dones espirituales por medio de los cuales ellos sirven a Dios
mediante su iglesia. Él sella al creyente para el día de la redención final. Su presencia
en el cristiano es la garantía de que Dios llevará al creyente hasta alcanzar la plenitud
de la estatura de Cristo. Él ilumina y da poder al creyente y a la iglesia en adoración,

evangelismo, y servicio.
Génesis 1.2; Jueces 14.6; Job 26.13; Salmos 51.11; 139.7 y sgts. Isaías 61.1-3;
Joel 2.28-32; Mateo 1.18; 3.16; 4.1; 12.28-32; 28.19; Marcos 1.10,12; Lucas 1.35;
4.1,18-19; 11.13; 12.12; 24.49; Juan 4.24; 14.16-17,26; 15.26; 16.7-14; Hechos 1.8;
2.1-4,38; 4.31; 5.3; 6.3; 7.55; 8.17,39; 10.44; 13.2; 15.28; 16.6; 19.1-6; Romanos
8.9-11,14-16,26-27; 1 Corintios 2.10-14; 3.16; 12.3-11,13; Gálatas 4.6; Efesios
1.13-14; 4.30; 5.18; 1 Tesalonicenses 5.19; 1 Timoteo 3.16; 4.1; 2 Timoteo 1.14;
3.16; Hebreos 9.8,14; 2 Pedro 1.21; 1 Juan 4.13; 5.6-7; Apocalipsis 1.10: 22.17.
3. EL HOMBRE
El hombre es la creación especial de Dios, hecho a su propia imagen. Él los
creó hombre y mujer como la corona de su creación. La dádiva del género es por
tanto parte de la bondad de la creación de Dios. En el principio el hombre era
inocente y fue dotado por Dios con la libertad para elegir. Por su propia decisión el
hombre pecó contra Dios y trajo el pecado a la raza humana. Por medio de la
tentación de Satanás el hombre transgredió el mandamiento de Dios, y cayó de su
estado original de inocencia, por lo cual su posteridad heredó una naturaleza y un
ambiente inclinado al pecado. Por tanto, tan pronto como son capaces de realizar una
acción moral, se convierten en transgresores y están bajo condenación. Solamente la
gracia de Dios puede traer al hombre a su compañerismo santo y capacitar al hombre
para que cumpla el propósito creativo de Dios. La santidad de la personalidad
humana es evidente en que Dios creó al hombre a su propia imagen, y en que Cristo
murió por el hombre; por lo tanto, cada persona de cada raza posee absoluta dignidad
y es digna del respeto y del amor Cristiano.
Génesis 1.26-30; 2.5, 7.18-22; 3; 9.6; Salmos 1; 8.3-6; 32.1-5; 51.5; Isaías 6.5;
Jeremías 17.5; Mateo 16.26; Hechos 17.26-31; Romanos 1.19-32; 3.10-18,23;
5.6,12,19; 6.6; 7.14-25; 8.14-18,29; 1 Corintios 1.21-31; 15.19,21-22; Efesios 2.1-
22; Colosenses 1.21-22; 3.9-11.
4. LA SALVACION
La salvación implica la redención total del hombre, y se ofrece
gratuitamente a todos los que aceptan a Jesucristo como Señor y Salvador, quien por
su propia sangre obtuvo redención eterna para el creyente. En su sentido más amplio
la salvación incluye la regeneración, la justificación, la santificación, y la
glorificación. No hay salvación aparte de la fe personal en Jesucristo como Señor.
A. Regeneración, o el nuevo nacimiento, es una obra de la gracia de

Dios por la cual los creyentes llegan a ser nuevas criaturas en Cristo Jesús. Es un
cambio de corazón, obrado por el Espíritu Santo por medio de la convicción de
pecado, al cual el pecador responde en arrepentimiento hacia Dios y fe en el Señor
Jesucristo. El arrepentimiento y la fe son experiencias de gracia inseparables.
El arrepentimiento es una genuina vuelta del pecado hacia Dios. La

fe es la aceptación de Jesucristo y la dedicación de la personalidad total a Él como
Señor y Salvador.
B. Justificación, es la obra de gracia de Dios y la completa

absolución basada en los principios de su gracia hacia todos los pecadores que se
arrepienten y creen en Cristo. La justificación coloca al creyente en una relación de
paz y favor con Dios.
C. Santificación es la experiencia que comienza en la regeneración,

mediante la cual el creyente es separado para los propósitos de Dios, y es capacitado
para progresar hacia la madurez moral y espiritual por medio de la presencia del
Espíritu Santo que mora en él. El crecimiento en gracia debe continuar durante toda la
vida de la persona regenerada.
D. Glorificación es la culminación de la salvación y es el estado

bendito y permanente del redimido.
Génesis 3.15; Ëxodo 3.14-17; 6.2-8; Mateo 1.21; 4.17; 16.21-26; 27.22-28.6;
Lucas 1.68-69; 2.28-32; Juan 1.11-14,29; 3.3-21,36; 5.24; 10.9,28-29; 15.1-16;
17.17; Hechos 2.21; 4.12; 15.11; 16.30-31; 17.30-31; 20.32; Romanos 1.16-18; 2.4;
3.23-25; 4.3 y sgts.; 5.8-10; 6.1-23; 8.1-18,29-39; 10.9-10,13; 13.11-14; 1 Corintios
1.18, 30; 6.19-20; 15.10; 2 Corintios 5.17-20; Gálatas 2.20; 3.13; 5.22-25; 6.15;
Efesios 1.7; 2.8-22; 4.11-16; Filipenses 2.12-13; Colosenses 1.9-22; 3.1 y sgts.; 1
Tesalonicenses 15.23-24; 2 Timoteo 1.12; Tito 2.11-14; Hebreos 2.1-3; 5.8-9; 9.24-
28; 11.1-12.8,14; Santiago 2.14-26; 1 Pedro 1.2-23; 1 Juan 1.6-2.11; Apocalipsis
3.20; 21.1-22.5.
5. EL PROPOSITO DE LA GRACIA DE DIOS

La elección es el propósito de la gracia de Dios, según el cual Él regenera,
justifica, santifica y glorifica a los pecadores. Es consistente con el libre albedrío del
hombre, e incluye todos los medios relacionados con el fin. Es la gloriosa expresión
de la bondad soberana de Dios, y es infinitamente sabia, santa e inmutable. Excluye la

jactancia y promueve la humildad.
Todos los verdaderos creyentes perseveran hasta el fin. Aquellos a quienes
Dios ha aceptado en Cristo y santificado por su Espíritu, jamás caerán del estado de
gracia, sino que perseverarán hasta el fin. Los creyentes pueden caer en pecado por
negligencia y tentación, por lo cual contristan al Espíritu, menoscaban sus virtudes y
su bienestar, y traen reproche a la causa de Cristo y juicios temporales sobre sí
mismos; sin embargo, ellos serán guardados por el poder de Dios mediante la fe para
salvación.
Génesis 12.1-3; Éxodo 19.5-8; 1 Samuel 8.4-7,19-22; Isaías 5.1-7; Jeremías

31.31 y sgts.; Mateo 16.18-19; 21.28-45; 24.22,31; 25.34; Lucas 1.68-79; 2.29-32;
19.41-44: 24.44-48; Juan 1.12-14; 3.16; 5.24; 6.44-45,65; 10.27-29; 15.16;
17.6,12.17-18: Hechos 20.32; Romanos 5.9-10; 8.28-29; 10.12-15; 11.5-7,26-36; 1
Corintios 1.1-2; 15.24-28; Efesios 1.4-23; 2.1-10; 3.1-11; Colosenses 1.12-14; 2
Tesalonicenses 2.13-14; 2 Timoteo 1.12; 2.10,19; Hebreos 11.39-12.2; Santiago
1.12; 1 Pedro 1.2-5,13; 2.4-10; 1 Juan 1.7-9; 2.19; 3.2.
6. LA IGLESIA
Una iglesia del Nuevo Testamento del Señor Jesucristo es una congregación
local y autónoma de creyentes bautizados, asociados en un pacto en la fe y el
compañerismo del evangelio; cumpliendo las dos ordenanzas de Cristo, gobernada
por sus leyes, ejercitando los dones, derechos, y privilegios con los cuales han sido
investidos por su Palabra, y que tratan de predicar el evangelio hasta los fines de la
tierra. Cada congregación actúa bajo el señorío de Jesucristo por medio de procesos
democráticos. En tal congregación cada miembro es responsable de dar cuentas a
Jesucristo como Señor. Sus oficiales escriturales son pastores y diáconos. Aunque
tanto los hombres como las mujeres son dotados para servir en la iglesia, el oficio de
pastor está limitado a los hombres, como lo limita la Escritura.
El Nuevo Testamento habla también de la iglesia como el Cuerpo de Cristo el
cual incluye a todos los redimidos de todas las edades, creyentes de cada tribu, y
lengua, y pueblo, y nación.
Mateo 16.15-19; 18.15-20; Hechos 2.41-42, 47; 5.11-14; 6.3-6; 14.23,27; 15.1-
30; 16.5; 20.28; Romanos 1.7; 1 Corintios 1.2; 3.16; 5.4-5; 7.17; 9.13-14; 12,
Efesios 1.22-23; 2.19-22; 3.8-11,21; 5.22-32; Filipenses 1.1; Colosenses 1.18; 1
Timoteo 2.9-14; 3.1-15; 4.14; Hebreos 11.39-40; 1 Pedro 5.1-4; Apocalipsis 2-3;
21.2-3.
7. EL BAUTISMO Y LA CENA
El bautismo cristiano es la inmersión de un creyente en agua en el nombre
del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Es un acto de obediencia que simboliza la fe
del creyente en un Salvador crucificado, sepultado y resucitado, la muerte del
creyente al pecado, la sepultura de la antigua vida, y la resurrección para andar en
novedad de vida en Cristo Jesús. Es un testimonio de su fe en la resurrección final de
los muertos. Como es una ordenanza de la iglesia, es un requisito que precede al
privilegio de ser miembro de la iglesia y a participar en la Cena del Señor.
La Cena del Señor es un acto simbólico de obediencia por el cual los

miembros de la iglesia, al participar del pan y del fruto de la vid, conmemoran la
muerte del Redentor y anuncian su segunda venida.
Mateo 3.13-17; 26.26-30; 28.19-20; Marcos 1.9-11; 14.22-26; Lucas 3.21-22;

22.19-20; Juan 3.23; Hechos 2.41-42; 8.35-39; 16.30.33; 20.7; Romanos 6.3-5; 1
Corintios 10.16,21; 11.23-29; Colosenses 2.12.
8. EL DIA DEL SEÑOR

El primer día de la semana es el Día del Señor. Es una institución cristiana
que se debe observar regularmente. Conmemora la resurrección de Cristo de entre los
muertos y debe incluir ejercicios de adoración y devoción espiritual, tanto públicos
como privados. Las actividades en el Día del Señor deben estar de acuerdo con la
conciencia Cristiana bajo el Señorío de Jesucristo.
Éxodo 20.8-11; Mateo 12.1-12; 28.1 y sgts.; Marcos 2.27-28; 16.1-7; Lucas
24.1-3,33-36; Juan 4.21-24; 20.1,19-28; Hechos 20.7; Romanos 14.5-10; 1 Corintios
16.1-2; Colosenses 2.16; 3.16; Apocalipsis 1.10.
9. EL REINO
El Reino de Dios incluye tanto su soberanía general sobre el universo como
su señorío particular sobre los hombres que voluntariamente lo reconocen como Rey.
Particularmente el Reino es el reino de la salvación en el cual los hombres entran
mediante su entrega a Jesucristo por medio de una fe y confianza semejante a la de un
niño. Los Cristianos deben orar y trabajar para que venga el Reino y que la voluntad
de Dios se haga en la tierra. La consumación final del Reino espera el regreso de
Jesucristo y el fin de esta era.
Génesis 1.1; Isaías 9.6-7; Jeremías 23.5-6; Mateo 3.2; 4.8-10,23; 12.25-28;
13.1-52; 25.31-46; 26.29; Marcos 1.14-15; 9.1; Lucas 4.43; 8.1; 9.2; 12.31-32;
17.20-21; 23.42; Juan 3.3; 18.36; Hechos 1.6-7; 17.22-31; Romanos 5.17; 8.19; 1
Corintios 15.24-28; Colosenses 1.13; Hebreos 11.10,16; 12.28; 1 Pedro 2.4-10;
4.13; Apocalipsis 1.6,9; 5.10; 11.15; 21- 22.
10. LAS ULTIMAS COSAS

Dios, en su propio tiempo y en su propia manera, traerá el mundo a su fin
apropiado. De acuerdo a su promesa, Jesucristo regresará a la tierra en gloria de
manera personal y visible; los muertos resucitarán; y Cristo juzgará a todos los
hombres en justicia. Los injustos serán consignados al Infierno, el lugar del castigo
eterno. Los justos en sus cuerpos resucitados y glorificados recibirán su recompensa y
morarán para siempre en el Cielo con el Señor.
Isaías 2.4; Mateo 16.27; 18.8.9; 19.28; 24.27,30,36,44; 25.31-46; 26.64;

Marcos 8.38; 9.43-48: Lucas 12.40,48; 16.19-26; 17.22-37; 21.27-28; Juan 14.1-3;
Hechos 1.11; 17.31; Romanos 14.10; 1 Corintios 4.5; 15.24-28,35-58; 2 Corintios
5.10; Filipenses 3.20-21; Colosenses 1.5; 3.4; 1 Tesalonicenses 4.14-18; 5.1 y sgts. 2
Tesalonicenses 1.7 y sgts.; 2; 1 Timoteo 6.14; 2 Timoteo 4.1,8; Tito 2.13; Hebreos
9.27-28; Santiago 5.8; 2 Pedro 3.7 y sgts. 1 Juan 2.28; 3.2; Judas 14; Apocalipsis
1.18; 3.11; 20:1-22.13.
11. EVANGELISMO Y MISIONES

Es deber y privilegio de cada seguidor de Cristo y de cada iglesia del Señor
Jesucristo esforzarse por hacer discípulos de todas las naciones. El nuevo nacimiento
del espíritu del hombre por el Espíritu Santo de Dios significa el nacimiento del amor
a los demás. El esfuerzo misionero de parte de todos, por lo tanto, depende de una
necesidad espiritual de la vida regenerada, y se expresa y ordena repetidamente en las
enseñanzas de Cristo. El Señor Jesucristo ha ordenado que se predique el evangelio a
todas las naciones. Es deber de cada hijo de Dios procurar constantemente ganar a los
perdidos para Cristo mediante el testimonio personal apoyado por un estilo de vida
Cristiano, y por otros métodos que estén en armonía con el evangelio de Cristo.
Génesis 12.1-3; Éxodo 19.5-6; Isaías 6.1-8; Mateo 9.37-38; 10.5-15; 13.18-
30,37-43; 16.19; 22.9-10; 24.14; 28.18-20; Lucas 10.1-18; 24.46-53; Juan 14.11-12;
15.7-8,16; 17.15; 20.21; Hechos 1.8; 2.; 8.26-40; 10.42-48; 13.2-3; Romanos 10.13-
15; Efesios 3.1-11; 1 Tesalonicenses 1.8; 2 Timoteo 4.5; Hebreos 2.1-3; 11.39-12.2;
1 Pedro 2.4-10; Apocalipsis 22.17.
12. EDUCACION
El Cristianismo es la fe de la iluminación y la inteligencia. En Jesucristo
habitan todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. Todo conocimiento básico es,
por lo tanto, una parte de nuestra herencia cristiana. El nuevo nacimiento abre todas
las facultades humanas y crea sed de conocimiento. Por otra parte, la causa de la
educación en el Reino de Cristo está coordinada con las causas de las misiones y de la
beneficencia, y debe recibir juntamente con éstas el apoyo liberal de las iglesias. Un
sistema adecuado de educación Cristiana es necesario para completar el programa
espiritual del cuerpo de Cristo.
En la educación Cristiana debe haber un balance apropiado entre la libertad

académica y la responsabilidad académica. La libertad en cualquier relación humana
ordenada es siempre limitada y nunca absoluta. La libertad de un maestro en una
institución educacional Cristiana, escuela, colegio, universidad o seminario, está
siempre limitada por la preeminencia de Jesucristo, la naturaleza autoritativa de las
Escrituras, y por el propósito distintivo para el cual la escuela existe.
Deuteronomio 4.1,5,9,14; 6.1-10; 31.12-13; Nehemías 8.1-8; Job 28.28;

Salmos 19.7 sgts. 119.11; Proverbios 3.13 y sgts.; 4.1-10; 8.1-7,11; 15.14;
Eclesiastés 7.19; Mateo 5.2; 7.2 y sgts.; 28.19-20; Lucas 2.40; 1 Corintios 1.18-31;
Efesios 4.11-16; Filipenses 4.8; Colosenses 2.3,8-9; 1 Timoteo 1.3-7; 2 Timoteo
2.15; 3.14-17; Hebreos 5.12-6.3; Santiago 1.5; 3.17.
13. MAYORDOMIA
Dios es la fuente de todas las bendiciones, temporales y espirituales; todo lo
que tenemos y somos se lo debemos a Él. Los Cristianos están endeudados
espiritualmente con todo el mundo, un encargo santo en el evangelio, y una
mayordomía obligatoria en sus posesiones. Por tanto, están bajo la obligación de
servir a Dios con su tiempo, talentos y posesiones materiales; y deben reconocer que
todo esto les ha sido confiado para que lo usen para la gloria de Dios y para ayudar a
otros. De acuerdo con las Escrituras, los Cristianos deben contribuir de lo que tienen,
alegre, regular, sistemática, proporcional y liberalmente para el progreso de la causa
del Redentor en la tierra.
Génesis 14.20; Levítico 27.30-32; Deuteronomio 8.18; Malaquías 3.8-12;

Mateo 6.1-4,19-21; 19.21; 23.23; 25.14-29; Lucas 12.16-21,42; 16.1-13; Hechos
2.44-47; 5.1-11; 17.24; 25.20-35; Romanos 6.6-22; 12.1-2; 1 Corintios 4.1-2; 6.19-
20; 12; 16.1-4; 2 Corintios 8-9; 12.15; Filipenses 4.10-19; 1 Pedro 1.18-19.
14. COOPERACION
El pueblo de Cristo debe, según la ocasión lo requiera, organizar tales
asociaciones y convenciones que puedan asegurar de la mejor manera posible la
cooperación necesaria para lograr los grandes objetivos del Reino de Dios. Tales
organizaciones no tienen autoridad una sobre otra ni sobre las iglesias. Ellas son
organizaciones voluntarias para aconsejar, para descubrir, combinar y dirigir las
energías de nuestro pueblo de la manera más eficaz. Los miembros de las iglesias del
Nuevo Testamento deben cooperar unos con otros en llevar adelante los ministerios
misioneros, educacionales y benevolentes para la extensión del Reino de Cristo. La
unidad Cristiana en el sentido del Nuevo Testamento, es armonía espiritual y
cooperación voluntaria para fines comunes por varios grupos del pueblo de Cristo. La
cooperación entre las denominaciones Cristianas es deseable, cuando el propósito que
se quiere alcanzar se justifica en sí mismo, y cuando tal cooperación no incluye
violación alguna a la conciencia ni compromete la lealtad a Cristo y su Palabra como
se revela en el Nuevo Testamento.
Éxodo 17.12; 18.17 y sgts.; Jueces 7.21; Esdras 1.3-4; 2.68-69; 5.14-15;
Nehemías 4; 8.1-5; Mateo 10.5-15; 20.1-16; 22.1-10; 28.19-20; Marcos 2.3; Lucas
10.1 y sgts.; Hechos 1.13-14; 2.1 y sgts.; 4.31-37; 13.2-3; 15.1-35; 1 Corintios 1.10-
17; 3.5-15; 12;2 Corintios 8 y 9; Gálatas 1.6-10; Efesios 4.1-16; Filipenses 1.15-18.
14. EL CRISTIANO Y EL ORDEN SOCIAL

Todos los Cristianos están bajo la obligación de procurar hacer que la
voluntad de Cristo sea soberana en nuestras propias vidas y en la sociedad humana.
Los medios y los métodos usados para mejorar la sociedad y para el establecimiento
de la justicia entre los hombres pueden ser verdadera y permanentemente útiles
solamente cuando están enraizados en la regeneración del individuo por medio de la
gracia salvadora de Dios en Jesucristo. En el espíritu de Cristo, los cristianos deben
oponerse al racismo, a toda forma de codicia, egoísmo, vicio, a todas las formas de
inmoralidad sexual, incluyendo el adulterio, la homosexualidad y la pornografía.
Nosotros debemos trabajar para proveer para los huérfanos, los necesitados, los
abusados, los ancianos, los indefensos y los enfermos. Debemos hablar a favor de los
que no han nacido y luchar por la santidad de toda la vida humana desde la
concepción hasta la muerte natural. Cada cristiano debe procurar hacer que la
industria, el gobierno y la sociedad como un todo estén regidos por los principios de
la justicia, la verdad y el amor fraternal. Para promover estos fines los Cristianos
deben estar dispuestos a trabajar con todos los hombres de buena voluntad en
cualquier causa, siendo siempre cuidadosos de actuar en el espíritu de amor sin
comprometer su lealtad a Cristo y a su verdad.
Éxodo 20.3-17; Levítico 6.2-5; Deuteronomio 10.12; 27.17; Salmos 101.5;

Miqueas 6.8; Zacarías 8.16; Mateo 5.13-16,43-48; 22.36-40; 25.35; Marcos 1.29-34;
2.3 y sgts.; 10.21; Lucas 4.18-21; 10.27-37; 20.25; Juan 15.12; 17.15; Romanos 12-
14; 1 Corintios 5.9-10; 6.1-7; 7.20-24; 10.23-11-1; Gálatas 3.26-28; Efesios 6.5-9;
Colosenses 3.12-17; 1 Tesalonicenses 3.12; Filemón; Santiago 1.27; 2.8.
16. PAZ Y GUERRA

Es el deber de todo cristiano buscar la paz con todos los hombres basándose
en los principios de justicia. De acuerdo con el espíritu y las enseñanzas de Cristo,
ellos deben hacer todo lo que esté de su parte para poner fin a la guerra.
El verdadero remedio al espíritu guerrero es el evangelio de nuestro Señor.

La necesidad suprema del mundo es la aceptación de sus enseñanzas en todas las
relaciones de hombres y naciones, y la aplicación práctica de su ley de amor. Las
personas Cristianas en todo el mundo deben orar por el reino del Príncipe de Paz.
Isaías 2.4; Mateo 5.9,38-48; 6.33; 26.52; Lucas 22.36,38; Romanos 12.18-19;
13.1-7; 14.19; Hebreos 12.14; Santiago 4.1-2.
17. LIBERTAD RELIGIOSA

Solamente Dios es Señor de la conciencia, y Él la ha dejado libre de las
doctrinas y de los mandamientos de hombres que son contrarios a su Palabra o no
contenidos en ella. La iglesia y el estado deben estar separados. El estado debe
protección y completa libertad a toda iglesia en el ejercicio de sus fines espirituales.
Al proveer tal libertad ningún grupo eclesiástico o denominación debe ser favorecida
por el estado sobre otros grupos. Como el gobierno civil es ordenado por Dios, es
deber de los Cristianos rendirle obediencia leal en todas las cosas que no son
contrarias a la voluntad revelada de Dios. La iglesia no debe recurrir al poder civil
para realizar su obra. El evangelio de Cristo considera solamente los medios
espirituales para alcanzar sus fines. El estado no tiene derecho a imponer penalidades
por opiniones religiosas de cualquier clase. El estado no tiene derecho a imponer
impuestos para el sostenimiento de ninguna forma de religión. El ideal cristiano es el
de una iglesia libre en un estado libre, y esto implica el derecho para todos los
hombres del acceso libre y sin obstáculos a Dios, y el derecho a formar y propagar
opiniones en la esfera de la religión, sin interferencia por parte del poder civil.
Génesis 1.27; 2.7; Mateo 6.6-7,24; 16.26; 22.21; Juan 8.36; Hechos 4.19-20;
Romanos 6.1-2; 13.1-7; Gálatas 5.1,13; Filipenses 3.20; 1 Timoteo 2.1-2; Santiago
4.12; 1 Pedro 2.12-17; 3.11-17; 4.12.19.
18. LA FAMILIA
Dios ha ordenado la familia como la institución fundamental de la sociedad
humana. Está compuesta por personas relacionadas unas con otras por matrimonio,
sangre o adopción.
El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer en un pacto de

compromiso por toda la vida. Es el don único de Dios para revelar la unión entre
Cristo y Su iglesia y para proveer para el hombre y la mujer en el matrimonio un
medio para compañerismo íntimo, el canal para la expresión sexual de acuerdo a los
patrones bíblicos, y los medios para la procreación de la raza humana.
El esposo y la esposa tienen el mismo valor delante de Dios, puesto que

ambos fueron creados a la imagen de Dios. La relación matrimonial modela la forma
como Dios se relaciona con su pueblo. Un esposo debe amar a su esposa como Cristo
amó a la iglesia. Él tiene la responsabilidad dada por Dios de proveer, proteger y
dirigir a su familia. Una esposa debe someterse con gracia al liderazgo como siervo
de su esposo, así como la iglesia se sujeta voluntariamente a la dirección de Cristo.
Ella, siendo creada a la imagen de Dios como lo es su marido, y por tanto igual a él,
tiene la responsabilidad dada por Dios de respetar a su marido y servirle de ayuda en
la administración del hogar y la educación de la próxima generación.
Los niños, desde el momento de la concepción, son una bendición y herencia

del Señor. Los padres deben demostrar a sus hijos el modelo de Dios para el
matrimonio. Los padres deben enseñar a sus hijos los valores espirituales y morales, y
dirigirlos, mediante el ejemplo de un estilo de vida consistente y una disciplina
amorosa, para que hagan decisiones basadas en la verdad bíblica. Los hijos deben
honrar y obedecer a sus padres.
Génesis 1.26-28; 2.15-25; 3.1-20; Éxodo 20.12; Deuteronomio 6.4-9; Josué

24.15; 1 Samuel 1.26-28; Salmos 51.5; 78.1-8; 127; 128; 139.13-16; Proverbios 1.8;
5.15-20; 6.20-22; 12.4; 13.24; 14.1; 17.6; 18.22; 22.6,15; 23.13-14; 24.3: 29.15,17;
31.10-31; Eclesiastés 4.9-12; 9.9; Malaquías 2.14-16; Mateo 5.31-32; 18.2-5; 19.3-
9; Marcos 10.6-12; Romanos 1.18-32; 1 Corintios 7.1-16; Efesios 5.21-33; 6.1-4;
Colosenses 3.18-21; 1 Timoteo 5.8,14; 2 Timoteo 1.3-5; Tito 2.3-5
http://www.primeraiglesia.com/Archivos_Pagina%20Bautista/Fe%20y%20Men
saje%20Bautista%202000.htm

Principios Bautistas Coban A V

Caricato da

Informazioni sul documento

Descrizione originale:

Titolo originale

Copyright

Formati disponibili

Condividi questo documento

Condividi o incorpora il documento

Opzioni di condivisione

Hai trovato utile questo documento?

Questo contenuto è inappropriato?

Copyright:

Formati disponibili

Principios Bautistas Coban A V

Caricato da

Copyright:

Formati disponibili

Seminario Teológico Bautista de Guatemala 45

Historia y Principios Bautistas

Confesión de Fe, Principios y Valores

Como bautistas no reducimos nuestras doctrinas a un

¿Por qué principios? Porque “los principios revelan los aspectos

¿Por qué valores? Porque son las convicciones fundamentales,

Para los bautistas es su principio clave, y en el cual se sustentan los otros

2.- El principio Bíblico: La fidelidad a la Palabra de Dios|

Al afirmar que la Biblia es nuestra “única regla de fe y práctica” queremos

La iglesia cristiana a través de su historia ha utilizado diferentes acercamientos

LA BIBLIA Y LA SANA TENCION CON LA RAZON,

3.- El principio Eclesiástico: Una Membresía Regenerada

Creemos que las iglesias según el Nuevo Testamento, tienen un gobierno

Sin duda uno de los aportes más significativos de nuestros antecesores

Los anabautistas, “reflexionando sobre la creencia en una membresía de

Con relación al significado correcto, los bautistas creen en “el simbolismo

Antes de concluir el principio eclesiástico, es necesario decir una palabra sobre

4.- El principio Democrático: El Sacerdocio de cada

El orden democrático, es la creencia en la igualdad social, o la práctica de la

pertenece a la misma congregación, y todos los miembros tienen el deber de

5.- El principio Espiritual: La Libertad Religiosa

El principio surge de una profunda convicción de que el hombre es

6.- El principio político: Separación Entre la Iglesia y el

Jesucristo puso en alto su comprensión de este principio cuando dijo: “….Dad,

Otro punto importante, es que las iglesias no deben identificarse con la

7.- El principio Evangelizador: Evangelismo Personal y

8.- El principio Sociológico: La responsabilidad

arrepentimiento y a los gobiernos a rectificar sus caminos. Los mensajes de Isaías,

† Lo medios a ser utilizados deben ser acordes con el fin propuesto. De

De acuerdo a lo anterior, como bautistas seguimos el ejemplo de Cristo en

El presidente Paige Patterson nombró el comité siguiente: Max Barnett

El comité así constituido solicita permiso para presentar su reporte como

Nuestras confesiones de fe están enraizadas en precedentes históricos, según

Nuevos desafíos a la fe aparecen en cada edad. Una cultura penetrante

y el Mensaje Bautista. La Convención añadió un artículo sobre "La Familia" en

Su comité respeta y celebra la herencia de La Fe y el Mensaje Bautista, y

respetamos también las contribuciones de las ediciones de 1925 y 1963 de La

(1) Que la declaración de La Fe y el Mensaje Bautista constituye un consenso

(2) Que nosotros no los consideremos como una completa declaración de

(3) Que cualquier grupo de Bautistas, grande o pequeño, tiene el derecho

(5) Que ellas son declaraciones de convicciones religiosas, extraídas de las

Los Bautistas aprecian y defienden la libertad religiosa, y niegan el derecho

Las iglesias, asociaciones y cuerpos generales Bautistas han adoptado

Como un comité, se nos ha encargado la consideración de "ciertas

El comité de 1963 correctamente procuró identificar y afirmar "ciertas

Es el propósito de esta declaración de fe y mensaje afirmar ciertas

Comité de Estudio de la Fe y el Mensaje de los Bautistas

C. Dios Espíritu Santo

de la estatura de Cristo. Él ilumina y da poder al creyente y a la iglesia en adoración,

A. Regeneración, o el nuevo nacimiento, es una obra de la gracia de

El arrepentimiento es una genuina vuelta del pecado hacia Dios. La

B. Justificación, es la obra de gracia de Dios y la completa

C. Santificación es la experiencia que comienza en la regeneración,

D. Glorificación es la culminación de la salvación y es el estado

5. EL PROPOSITO DE LA GRACIA DE DIOS

de la bondad soberana de Dios, y es infinitamente sabia, santa e inmutable. Excluye la

Génesis 12.1-3; Éxodo 19.5-8; 1 Samuel 8.4-7,19-22; Isaías 5.1-7; Jeremías

La Cena del Señor es un acto simbólico de obediencia por el cual los

Mateo 3.13-17; 26.26-30; 28.19-20; Marcos 1.9-11; 14.22-26; Lucas 3.21-22;

8. EL DIA DEL SEÑOR

10. LAS ULTIMAS COSAS

Isaías 2.4; Mateo 16.27; 18.8.9; 19.28; 24.27,30,36,44; 25.31-46; 26.64;