Sei sulla pagina 1di 4

Capítulo 1

El apego como un sistema dinámico:


fundamentos de la teoría del apego
L. Alan Sroufe, Laura Szteren y José M. Causadias

Dewey, dijo Freud, había alcanzado una gran verdad acerca de la mente humana: desde el
inicio al final es incapaz de separarse de su propia experiencia y sólo puede basarse en ella.
Rosen (1989)

Resumen

En este capítulo examinamos los temas fundamentales de la teoría del apego. Enuncia-
mos los aspectos revolucionarios de las formulaciones de Bowlby, su acento en el estu-
dio de la normalidad, su comprensión de las emociones como procesos funcionales, y
su énfasis en las experiencias reales. Desde una perspectiva organizativa, abordamos los
patrones de apego que emergen a partir de la relación diádica entre la madre (o el cuida-
dor primario) y el bebé. Resaltamos la importancia de la calidad del apego en términos
de efectividad del vínculo, es decir, de una relación que proporciona seguridad al bebé.
Seguidamente, enunciamos la relación de apego como sostén del desarrollo, en la medi-
da que provee una base motivacional, actitudinal, instrumental, emocional y relacional.
Por último, mostramos cómo la relación de apego es crucial en la formación del self.

Palabras clave: patrones de apego, modelos operativos internos , base motivacional,


actitudinal, instrumental, emocional y relacional.

Introducción

La teoría formulada por John Bowlby (1969/1982) revolucionó la psicología al


proporcionar una nueva perspectiva sobre la motivación y los vínculos humanos.
Bowlby incorporó aportes de la teoría evolutiva y la etología para explicar que la
función última de los vínculos de apego entre padres e hijos es proveer seguridad
a los bebés al protegerlos de los depredadores. A partir de esta función protecto-
ra, evolucionaron dos sistemas conductuales: un sistema de conducta en el bebé
dirigido a mantenerse en proximidad a su madre o cuidador adulto, y un sistema
28 L. Alan Sroufe, Laura Szteren y José M. Causadias

de cuidado adulto, complementario, que los predispone a responder a las señales


emocionales de los bebés. En este capítulo haremos una revisión de los aspectos
fundamentales de la teoría del apego, de las hipótesis que se derivan de ella y de la
evidencia empírica que la apoya.

Los aspectos revolucionarios de la teoría del apego

La teoría del apego fue revolucionaria en el sentido de que cambió profundamente


la forma en que entendemos el desarrollo normal y psicopatológico (Sroufe, 1986).
Bowlby (1969/1982) renovó la teoría psicoanalítica al sustituir el énfasis en la pul-
sión como motivación del comportamiento, por un acento en la adaptación evolu-
tiva y de la teoría de los sistemas. Bowlby tomó de Freud su reconocimiento de la
importancia de las relaciones tempranas, así como el papel central de las emociones
y de los procesos inconscientes. Sin embargo, propuso tres cambios fundamentales.
En primer lugar, en vez de centrarse en la anormalidad y a partir de ella crear una
teoría general del comportamiento, Bowlby entendió que era preciso estudiar el
desarrollo normal para entender la psicopatología. Esto favoreció el estudio de los
aspectos normativos y saludables del desarrollo, así como las consecuencias de las
disrupciones de estos procesos.
En segundo lugar, Bowlby proporcionó una visión distinta al psicoanálisis res-
pecto a las emociones como la ira o la tristeza. En la teoría de Bowlby, las emociones
son concebidas como respuestas funcionales y con propósitos específicos. Por ejem-
plo, el enojo en un bebé con una buena relación con su madre tiene como finalidad
propiciar que ella se acerque. La tristeza es una emoción fundamental que resulta
cuando se experimenta una separación o una pérdida. Esta nueva perspectiva sobre las
emociones implica un cambio en la forma en que se entienden los trastornos menta-
les. Por ejemplo, si una persona sufre una pérdida y no puede expresarlo, esta incapa-
cidad puede generarle dificultades. Si una persona no puede expresar su enojo hacia
otro ser significativo, en circunstancias en las que el enojo resulta apropiado, eso tam-
bién puede producirle problemas. Es por ello que la psicopatología es entendida como
una falla en la expresión de las emociones cuando su manifestación resulta necesaria,
así como su expresión en circunstancias en las que son inapropiadas. Esta innovadora
concepción de la funcionalidad de las emociones y del desarrollo de la psicopatología
ha sido decisiva en la emergencia de nuevas disciplinas, como la psicopatología del
desarrollo (para una descripción de este modelo, véase el capítulo 5).
El tercer cambio fundamental en la teoría del apego respecto al psicoanálisis
es el énfasis que le dio Bowlby a las experiencias reales. Basado en su práctica clínica
con niños y sus familias, Bowlby consideró que tanto los trastornos y las dificultades
Capítulo 1. El apego, sistema dinámico: fundamentos de la teoría del apego 29

en el desarrollo, así como el desarrollo saludable, tienen su origen en las experiencias


reales con las figuras de apego. No son exclusivamente el producto de los procesos
mentales de los niños, como la fantasía. Si un niño padece un miedo intenso a ser
abandonado por sus cuidadores, se entiende que ha sido amenazado con el abando-
no o, de hecho, ha sido abandonado. Brindarle importancia a las experiencias reales
también abre la puerta a la investigación científica, toda vez que los eventos que
experimentan los bebés son susceptibles de ser evaluados empíricamente.
Adicionalmente, Bowlby aportó una concepción del niño ya no como un in-
dividuo aislado, sino en un contexto relacional. Como señalaron Ainsworth y cola-
boradores: “Un bebé sólo puede ser competente si existe un entorno que responde a
él de forma apropiada” (Ainsworth, Bell, & Stayton 1974, p. 97). Un bebé no puede
sobrevivir, ni funcionar bien, sin el apoyo de su figura parental o su cuidador. Anterior
a la teoría del apego se creía que los bebés se apegaban a sus madres porque ellas los
alimentaban. Desde esta perspectiva, se establecía una relación de dependencia basa-
da en las necesidades fisiológicas y no en un vínculo emocional. A partir de la teoría
del apego, se considera que los bebés se apegan porque la evolución los ha preparado
para organizar su comportamiento hacia la búsqueda de protección por parte de una
persona fiable. Es por ello que los bebés pueden estar apegados a sus cuidadores —ya
sea la madre, el padre u otra persona— aunque ellos no los alimenten. En realidad, los
bebés no tienen otra opción más que la de apegarse a sus cuidadores debido a que na-
cen en un estado de enorme vulnerabilidad y únicamente pueden sobrevivir si alguien
los cuida. La evolución ha otorgado a los seres humanos esta capacidad para buscar
cercanía, interactuar y dirigir todo su comportamiento hacia esa persona, aumentan-
do la proximidad y favoreciendo así la supervivencia.

La naturaleza del apego

Bowlby otorgó especial importancia a la calidad del apego en el desarrollo de su teo-


ría, apartándose de formulaciones basadas exclusivamente en la frecuencia de una
conducta. Por ejemplo, si se considera el apego únicamente en términos cuantitati-
vos, centrándose en la frecuencia en la que el infante desea estar cerca de la madre, se
podría señalar que algunos bebés pueden estar demasiado apegados. Pero un bebé no
puede estar demasiado apegado a un cuidador, solamente se puede estar apegado.
Los conceptos de apego y dependencia son diferentes. El concepto de depen-
dencia sugiere que la cercanía a los cuidadores refuerza una tendencia excesiva a
apoyarse en ellos y que puede dificultar el desarrollo de la autonomía personal en el
futuro. En la teoría del apego de Bowlby, la dependencia durante los primeros meses
lleva al resultado contrario: los bebés que pueden estar más cerca de sus cuidadores
30 L. Alan Sroufe, Laura Szteren y José M. Causadias

en sus primeros meses de vida van a desarrollar una base segura que les permitirá ex-
plorar y ser independientes en el futuro. Desde la perspectiva de la teoría del apego,
no se cuestiona si un niño está apegado fuerte o débilmente -salvo en los primeros
momentos-, sino que el interés está puesto en la calidad del apego.
El concepto de calidad del apego está íntimamente relacionado con el de
efectividad. Un vínculo efectivo es aquel que sirve al bebé como un refugio seguro
cuando se siente amenazado. Esta efectividad (calidad) se pone en evidencia cuan-
do atendemos al comportamiento del bebé hacia su madre o su cuidador. Si el bebé
es capaz de ir hacia su madre cuando siente malestar o se siente amenazado, pero se
separa de ella para explorar cuando se siente cómodo, estamos frente a una relación
efectiva de apego. Esto se denomina equilibrio entre el apego y la exploración. Si el
bebé no se puede separar de la madre, desea estar en sus brazos todo el tiempo y no
tiene la confianza para atreverse a explorar el entorno, muestra que su relación de
apego no tiene una calidad óptima. Se podría cuestionar que tenga un apego seguro.
Por otro lado, si el bebé falla en dirigirse al cuidador cuando se siente amenazado
o con miedo, tampoco muestra una relación de apego efectiva. Al bebé le puede
resultar difícil ser consolado y acogido, y por ende, tener problemas para explorar el
medio ambiente que lo rodea.
Estos son dos tipos de problemas en la calidad de la relación de apego. Por
una parte, el que todo el tiempo quiera estar aferrado a su madre y, por otra, el que
no pueda recurrir a ella para ser consolado cuando lo necesite. Anterior a las for-
mulaciones de Bowlby, los psicólogos concebían que el infante que nunca recurría
a su madre era el más independiente y que esto era positivo, pero algunas inves-
tigaciones sugieren que esto no es necesariamente cierto. Por ejemplo, los niños
con apego evitativo y resistente mostraban mayor dependencia en la edad preesco-
lar, mientras aquellos con apego seguro mostraban mayor autonomía y buscaban
apoyo de forma positiva (Sroufe, Fox y Pancake, 1983). Desarrollar una estrategia
flexible es más ventajoso para el bebé, en tanto que puede dirigirse hacia la madre
cuando siente malestar o se encuentra enfermo, como también le es posible sepa-
rarse de ella para explorar el ambiente y jugar. En su desarrollo posterior, los niños
con estas características se comportaron de forma más independiente, resolviendo
mejor los problemas y mostrándose competentes para dirigir sus propias activida-
des (Sroufe y cols., 1983).
En resumen, de acuerdo con Bowlby no existe una conducta en particular
que demuestre si hay un apego seguro. Es más bien la organización del sistema con-
ductual de apego en torno al cuidador lo que nos sugiere si estamos o no frente a un
patrón de apego seguro (Sroufe & Waters, 1977). De hecho, la calidad del apego se
puede observar en la interacción del sistema conductual de apego y los sistemas de
exploración, afiliación o miedo (Cassidy, 2008).

Potrebbero piacerti anche