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Dewey, dijo Freud, había alcanzado una gran verdad acerca de la mente humana: desde el
inicio al final es incapaz de separarse de su propia experiencia y sólo puede basarse en ella.
Rosen (1989)
Resumen
En este capítulo examinamos los temas fundamentales de la teoría del apego. Enuncia-
mos los aspectos revolucionarios de las formulaciones de Bowlby, su acento en el estu-
dio de la normalidad, su comprensión de las emociones como procesos funcionales, y
su énfasis en las experiencias reales. Desde una perspectiva organizativa, abordamos los
patrones de apego que emergen a partir de la relación diádica entre la madre (o el cuida-
dor primario) y el bebé. Resaltamos la importancia de la calidad del apego en términos
de efectividad del vínculo, es decir, de una relación que proporciona seguridad al bebé.
Seguidamente, enunciamos la relación de apego como sostén del desarrollo, en la medi-
da que provee una base motivacional, actitudinal, instrumental, emocional y relacional.
Por último, mostramos cómo la relación de apego es crucial en la formación del self.
Introducción
en sus primeros meses de vida van a desarrollar una base segura que les permitirá ex-
plorar y ser independientes en el futuro. Desde la perspectiva de la teoría del apego,
no se cuestiona si un niño está apegado fuerte o débilmente -salvo en los primeros
momentos-, sino que el interés está puesto en la calidad del apego.
El concepto de calidad del apego está íntimamente relacionado con el de
efectividad. Un vínculo efectivo es aquel que sirve al bebé como un refugio seguro
cuando se siente amenazado. Esta efectividad (calidad) se pone en evidencia cuan-
do atendemos al comportamiento del bebé hacia su madre o su cuidador. Si el bebé
es capaz de ir hacia su madre cuando siente malestar o se siente amenazado, pero se
separa de ella para explorar cuando se siente cómodo, estamos frente a una relación
efectiva de apego. Esto se denomina equilibrio entre el apego y la exploración. Si el
bebé no se puede separar de la madre, desea estar en sus brazos todo el tiempo y no
tiene la confianza para atreverse a explorar el entorno, muestra que su relación de
apego no tiene una calidad óptima. Se podría cuestionar que tenga un apego seguro.
Por otro lado, si el bebé falla en dirigirse al cuidador cuando se siente amenazado
o con miedo, tampoco muestra una relación de apego efectiva. Al bebé le puede
resultar difícil ser consolado y acogido, y por ende, tener problemas para explorar el
medio ambiente que lo rodea.
Estos son dos tipos de problemas en la calidad de la relación de apego. Por
una parte, el que todo el tiempo quiera estar aferrado a su madre y, por otra, el que
no pueda recurrir a ella para ser consolado cuando lo necesite. Anterior a las for-
mulaciones de Bowlby, los psicólogos concebían que el infante que nunca recurría
a su madre era el más independiente y que esto era positivo, pero algunas inves-
tigaciones sugieren que esto no es necesariamente cierto. Por ejemplo, los niños
con apego evitativo y resistente mostraban mayor dependencia en la edad preesco-
lar, mientras aquellos con apego seguro mostraban mayor autonomía y buscaban
apoyo de forma positiva (Sroufe, Fox y Pancake, 1983). Desarrollar una estrategia
flexible es más ventajoso para el bebé, en tanto que puede dirigirse hacia la madre
cuando siente malestar o se encuentra enfermo, como también le es posible sepa-
rarse de ella para explorar el ambiente y jugar. En su desarrollo posterior, los niños
con estas características se comportaron de forma más independiente, resolviendo
mejor los problemas y mostrándose competentes para dirigir sus propias activida-
des (Sroufe y cols., 1983).
En resumen, de acuerdo con Bowlby no existe una conducta en particular
que demuestre si hay un apego seguro. Es más bien la organización del sistema con-
ductual de apego en torno al cuidador lo que nos sugiere si estamos o no frente a un
patrón de apego seguro (Sroufe & Waters, 1977). De hecho, la calidad del apego se
puede observar en la interacción del sistema conductual de apego y los sistemas de
exploración, afiliación o miedo (Cassidy, 2008).