LAS REDES SOCIALES EL PATÍBULO DE LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI

Escrito por: Ana Cristina Restrepo Jiménez.

Fecha: 30 de junio del 2016
El texto habla de la relación con el pasado, muertes antiguas y defunciones
extraordinarias hechas en un humano especialmente que pasó a la historia, con el
mundo accesible de las redes sociales, como un efecto predominante ante la
inminente muerte o parálisis de las personas que están en un patíbulo cada vez que
se ven enfrentados a esta realidad desastrosa y sin escapatoria que nos tiene
cautivos. Las redes sociales son una herramienta que ha ayudado para que el
hombre avance constantemente, pero si no se le da el uso correcto a este
mecanismo de comunicación, muchas personas resultan perjudicadas, ya que se
emergen en el mundo del “Like” o del “RT”, convirtiendo su vida en una competencia
por popularidad, lo que incita al ser humano a ser dependiente de las redes sociales,
condenándolos a ser esclavos de estas.
Es un texto argumentativo, ya que la autora Ana Cristina Restrepo Jiménez presenta
una historia intercalada o relacionada con la realidad del diario común vivida por
ella, y cómo quiere que las personas se vean incluidas en ese mundo del cual
debemos tener alguna escapatoria o si no, seguiremos tal cual, como Robert
Johnston, solo que menos brutal. Menos brutal sus consecuencias con todo lo que
nos afecta y somos cómplices activos de esta acción sin darnos cuenta.
En el texto se narra una historia sobre Robert Johnston el cual fue sorprendido
robando en un taller de velas en Edimburgo, capital de Escocia. El joven fue
condenado a la horca por su crimen. Después de rezar con el sacerdote, la
muchedumbre exigía justicia, Johnston subió al patíbulo, pero al pasar unos
segundos, notaron que el largo de la soga no era suficiente para que el cuerpo
colgara, por lo que los pies del bandido aun rosaban con la plataforma de madera.
La multitud enfurecida arrojo piedras a Robert; linchado y agónico este fue
trasladado desde la iglesia a la calle principal. Aun se preguntaban si seguía vivo y
la única forma de saberlo era con un puñal, remató un habitante. Y procedieron
hasta ver caer sangre en la calle, algo casi imposible notaron: Johnston seguía vivo.
Por lo que lo llevaron donde médicos para sanar y volver al patíbulo a cumplir su
condena, esta vez teniendo en cuenta que el largo de la soga permitiera que los
pies del joven se suspendieran, así permaneció colgado durante 8 horas por lo que
su ahorcamiento paso a la historia ya que fue el más prolongado.
Cuando la autora Ana Cristina Restrepo escucho la historia la confrontó con
diferentes versiones parecidas, comparó y observó las diversas aproximaciones
humanas de la norma. Cuando regresó a casa, y se encontró con un video viral
donde los protagonistas de este hicieron su historia como la de Johnston, pero a lo
criollo, condenándose y humillándose, en el patíbulo de las redes sociales, no fueron
linchados con piedras sino con “Likes” y “RT”. Restrepo intentaba creer que era
diferente porque no termino de ver el video completo y se negó a darle like. Por
último, expresó que los obsesionados con las historias grotescas incidimos en una
suerte de “like” inadecuado y al reproducirlas nos convertirnos en “RT”.
En mi opinión es un texto relativamente fusionado en tema reflexivo e inferencial
que hace recopilar una serie de críticas hacia la nueva sociedad que solo cambia
de perspectiva o de cosas a las cuales se les puede hacer lo mismo o tomar de igual
manera. La muerte de Robert Johnston se puede relacionar un poco con la muerte
de Juan Roa Sierra en el Bogotazo el 09 de abril de 1948, debido a la mortandad y
frivolidad evidenciada durante los hechos como un caso de poca misericordia, a
pesar de lo todo lo que había cometido en su pasado.
Para concluir nosotros somos partícipes de la cruda realidad que hemos aceptado
como propia e inequívoca, a pesar de que somos conscientes de todo lo malo que
provoca, al dejar influenciar nuestra conciencia y personalidad por cuestiones
materiales e inhumanas, tenemos que poner un planteamiento firme respecto a todo
lo que inferimos como bueno y malo, y en vez de ir con la marea para no parecer
extraños, ¿qué de malo hay en ser diferente? Al fin y al cabo, estamos por una
cuestión, y es para cambiar nuestra vida y mundo, no para seguir la de los demás.