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AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

SENTENCIA

V I S T O S para resolver los autos del juicio de

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amparo indirecto 1118/2018; y,

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Mediante escrito presentado el


cinco de septiembre de dos mil dieciocho, en la
Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados
de Distrito de Amparo en Materia Penal en Zapopan,
Jalisco, turnado a este juzgado de Distrito en esa
misma fecha, ******* y **** **** , ambos de
apellidos ****** *******, por propio derecho
solicitaron el amparo y protección de la Justicia
Federal, en contra de las autoridades y actos (fojas 3
y 4) que a continuación se especifican:

AUTORIDADES RESPONSABLES

ORDENADORAS:

1. PRIMERA SALA DEL SUPREMO


TRIBUNAL DE JUSTICIA DEL ESTADO
DE JALISCO.

EJECUTORAS:

2. JUEZ Y SECRETARIO DEL JUZGADO


DE LO PENAL DE PUERTO VALLARTA,
JALISCO (desechada la demanda por este
último en el auto admisorio).

3. FISCAL GENERAL DEL ESTADO DE


JALISCO. (foja 3).
ACTOS RECLAMADOS:

1) “Le Imputamos a la Primera Sala, La ilegal


e Inconstitucional Resolución de fecha 15

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quince de junio de la presente anualidad,
emitida dentro del Toca Penal 919/2017 por
los H. Magistrados de la Primera Sala
como Órgano Colegiado del Supremo

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Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco,
en la cual revocan la Resolución
Interlocutoria de fecha 14 catorce de
noviembre de dos mil dieciséis, dictada
por el extinto H. Juzgado Segundo de lo
Criminal del Sistema Tradicional del
Vigésimo Séptimo Partido Judicial en el
Estado, con sede en Puerto Vallarta,
Jalisco, dentro de los autos del Proceso
Penal 867/2011-B2, a través de la cual se
dictó Auto de Libertad por Falta de
Elementos para procesar a favor de
******* y **** **** ambos de apellidos
****** ******* , por su probable
responsabilidad en la comisión del Delito
Despojo, en agravio del Ejido Tercero
Interesado y a su vez se ordena mediante
la Resolución que combatimos de
inconstitucional, se dicte Auto de. Formal
Prisión en nuestra contra, por el supuesto
Delito de Despojo.”

2) “Del C. Juez y Secretario del Juzgado de lo


Penal como Autoridad Sustituta de la
ciudad Portuaria, con el carácter de
Instructora, le imputamos como ACTO
RECLAMADO, el cumplimiento que
pretenda darle a la ilegal e Inconstitucional
Resolución […].”

3) “Del C. Fiscal General en el Estado, le


Imputamos como ACTO RECLAMADO, la
Privación de nuestra Libertad Personal que
pretende ordenar se lleve a cabo, derivada
de la Orden de Aprehensión y/o
Reaprehensión Inconstitucional, dictada
por las Autoridades Ejecutoras […].”

SEGUNDO. La parte quejosa narró los


antecedentes del caso; formuló los conceptos de
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violación que a su juicio estimó pertinentes; y


expresó como derechos fundamentales violados, los
contenidos en los artículos 1°, 14, 17 y 19 de la

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Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

TERCERO. En auto de seis de septiembre de


dos mil dieciocho, se admitió parcialmente la
demanda que dio origen a este juicio (fojas 99 a
103), ya que por los motivos ahí expuestos, se
desechó por lo que respecta a la autoridad
señalada como responsable denominada
“Secretario del Juzgado de lo Penal de la ciudad
de Puerto Vallarta, Jalisco”; se solicitó a las
autoridades que se tuvieron como responsables su
respectivo informe justificado; se dio a la Agente del
Ministerio Público de la Federación adscrita la
intervención que legalmente le compete, quien
formuló su respectivo escrito de alegatos (fojas 114 a
117); se emplazó al Agente del Ministerio Público
adscrito a la Primera Sala Penal del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco (foja 112) y
a los terceros interesados ******* ******
********, ****** ******* ********* ***** y ****
****** ******** ********* (en su carácter
respectivo de Presidente, Secretaria y Tesorero del
Comisariado Ejidal del núcleo agrario denominado
***** ****** ******** - fojas 146 y 147-); y se señaló
fecha y hora para la celebración de la audiencia
constitucional, misma que tuvo verificativo al tenor
del acta que antecede, y;

C O N S I D E R A N D O:
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PRIMERO. COMPETENCIA. Este Juzgado de
Distrito es competente para conocer y resolver el

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presente juicio de amparo, con fundamento en los
artículos 103, fracción I, y 107, fracción VII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 33, 35 y 37 de la Ley de Amparo; y, 51,
fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; así como en el Acuerdo General número
3/2013, emitido por el Consejo de la Judicatura
Federal, publicado en el Diario Oficial de la
Federación, el quince de febrero de dos mil trece,
porque se reclama en amparo indirecto un acto de
autoridad en materia penal (auto de segundo grado,
denegatorio de libramiento de orden de
aprehensión), mismo que se emitió por autoridad
domiciliada dentro de la jurisdicción territorial donde
este Juzgado Federal la ejerce, como lo es el Estado
de Jalisco.

SEGUNDO. FIJACIÓN DE LOS ACTOS


RECLAMADOS. En términos de lo dispuesto por el
artículo 74, fracción I1, de la Ley de Amparo, se
procede a fijar en forma clara y precisa, cuáles son
los actos reclamados en el amparo.

Esto es así, porque antes de verificar la certeza


o inexistencia de los actos impugnados en este juicio,
deben quedar precisados cuáles son éstos.

El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación estableció algunos lineamientos que el

1 “Artículo 74. La sentencia debe contener:- - - I. La fijación clara y precisa del acto reclamado […]”

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Juzgador de amparo debe observar para establecer


cuáles son los actos reclamados, a saber:

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1) Analizar en su integridad la demanda de
amparo y anexos, con un criterio de liberalidad
y no restrictivo, sin cambiar su alcance y
contenido; y,

2) Prescindir de los calificativos que en su


enunciación se formulen acerca de su
constitucionalidad.

En apoyo a lo anterior, cobran aplicación la


jurisprudencia P./J.40/2000 y la tesis aislada número
P.VI/2004, cuyos rubros dicen: “DEMANDA DE
AMPARO. DEBE SER INTERPRETADA EN SU
INTEGRIDAD.”2 y “ACTOS RECLAMADOS.
REGLAS PARA SU FIJACIÓN CLARA Y PRECISA
EN LA SENTENCIA DE AMPARO.”3

Con base en lo acotado, al analizar en su


integridad la demanda de amparo, sin atender los
calificativos vertidos en la enunciación de los actos
reclamados y al armonizar los datos y elementos que
la conforman, se deduce que los mismos se hacen
consistir en:

1. La resolución pronunciada el quince de


junio de dos mil dieciocho, por los
Magistrados de la Primera Sala del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco,
en la toca penal ********, en la que revocaron
el auto de libertad por falta de elementos
para procesar que dictó el catorce de

2 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XI, de abril del año dos mil, página treinta y dos (registro
IUS: 192097).
3 Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, de abril de dos mil cuatro, página doscientos cincuenta

y cinco (registro IUS: 181810).

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noviembre de dos mil dieciséis, la Juez de lo
Penal de Puerto Vallarta, Jalisco, en favor de
los aquí quejosos, dentro del proceso penal

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*********** y, en su lugar, decretaron auto
de formal prisión en su contra por el delito
de despojo de inmuebles, previsto por el
artículo 262, fracción I, en relación a la IV,
del Código Penal para el Estado de Jalisco,
en agravio del Ejido de Puerto Vallarta. Así
como el cumplimiento a esa ejecutoria de
alzada que le atribuyen al citado Juez de
origen, quien en acatamiento a la misma
girara en su contra orden de reaprehensión.

2. Mientras que, al Fiscal General del Estado


de Jalisco, le reclaman la privación de su
libertad personal con motivo de la ejecución
de la orden de reaprehensión que dicen
emitió el citado Juzgador natural en
cumplimiento a la resolución de alzada
reclamada.

TERCERO. INEXISTENCIA Y NEGATIVA DE


ACTOS RECLAMADOS Y SOBRESEIMIENTO. Al
rendir su informe justificado el Juez de lo Penal de
Puerto Vallarta del Estado de Jalisco (foja 122),
negó la existencia del acto que se le atribuye,
aduciendo, esencialmente, que tuvo por recibida
la resolución que emitió la Primera Sala
responsable y que constituye el acto que a esa
autoridad se le reclama, pero que los aquí
quejosos se encuentran “libres” al haber
comparecido ante su potestad el nueve de enero
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de dos mil quince.

Esto es, el Juzgador de origen no reconoce

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haber decretado orden de reaprehensión en
contra de los aquí impetrantes con motivo de la
resolución de alzada que reclaman, los que
incluso, como manifestó, comparecieron ante ese
órgano jurisdiccional a su cargo y por ello se
encuentran en libertad; por tanto, aun cuando
categóricamente no expresó su negativa respecto de
ese acto que se le reclama y que podría considerarse
una omisión de su parte y presumirlo como cierto,
conforme a lo dispuesto en el tercer párrafo del
artículo 117 de la Ley de Amparo, no resulta
procedente, en virtud de que, como lo señala el
propio numeral, existe prueba en contrario, ya que
de las constancias que remitió el Juzgador
responsable con dicho informe de ley, relativas a la
causa penal *********** (tomo I), no se advierte
que en cumplimiento a la referida resolución de
alzada, hubiese dictado orden de reaprehensión en
contra de los aquí impetrantes y girado las
instrucciones el Fiscal General del Estado de Jalisco
para su cumplimentación; pues lo que se puede
constatar de dichas constancias en el auto de
veintiuno de agosto de dos mil dieciocho (foja 878
del citado tomo I), en el que se tuvo por recibida la
resolución de la citada Sala responsable y que a
consecuencia a ello, previno a los procesados
******* y **** ****, ambos de apellidos ******
******* (quejosos en este asunto), para que en el
término de diez días se pusieran a disposición de

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esa autoridad de primera instancia para la
continuación de su proceso; requerimiento que
acataron los aludidos justiciables (fojas 1052 y

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1053 ídem); por ello, como lo informó el Juez
responsable, los quejosos se encuentran en
libertad.

En esa tesitura, debe sobreseerse en el


presente juicio respecto de ese acto reclamado,
de conformidad a lo dispuesto en la fracción IV
del numeral 63 de la Ley de Amparo, que a la
letra dice:

“El sobreseimiento en el juicio de amparo


procede cuando:

… De las constancias de autos apareciere


claramente demostrado que no existe el acto
reclamado, o cuando no se probare su
existencia en la audiencia constitucional…”

Lo anterior es así, se insiste, porque no se


acreditó ese acto en particular que se reclama al
Juez responsable; aunado a que, los aquí
quejosos no ofrecieron medio de prueba alguno
para demostrar su existencia y ante ello, se
decreta el sobreseimiento en este juicio, respecto
del acto reclamado al Juzgador responsable, con
fundamento en el invocado numeral.

Sirve de apoyo a la anterior consideración, por


el espíritu que la rige y sólo en lo conducente, la
Tesis IV.3o.72 K, emitida por el Tercer Tribunal
Colegiado del Cuarto Circuito, visible en la página
254, Tomo XIII, Enero de 1994, Octava Época,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
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que dispone:

“JUICIO DE AMPARO. IMPROCEDENCIA DEL.

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POR INEXISTENCIA DEL ACTO RECLAMADO.
Es improcedente el juicio de amparo cuando a la
fecha de presentación de la demanda no
existía el acto reclamado, por lo que es
correcto el sobreseimiento decretado con
fundamento en la fracción IV, del artículo 74 de la
Ley de Amparo, toda vez que la existencia del
acto reclamado debe analizarse con relación a la
fecha de la presentación de la demanda, y no por
hechos posteriores a ésta, ya que de lo contrario
la sentencia tendrá que ocuparse de actos
posteriores y distintos de los que dieron origen al
juicio de garantías.”

Por otra parte, al rendir su informe justificado la


autoridad ejecutora denominada Fiscal General del
Estado de Jalisco (foja 109), igualmente negó la
existencia del acto que se le reclama en esta litis
constitucional, pero agregó que en contra del
quejoso ******* ****** *******, se cuenta con una
“orden de aprehensión”, deriva de la causa penal
**********, obsequiada por el Juzgado Segundo de
Puerto Vallarta, Jalisco; aclarando que la citada
Fiscalía General no ejecuta órdenes de aprehensión;
sin embargo, para corroborar esa información no
exhibió documento alguno; y, contrario a ello, en las
actuaciones que integran este juicio ni en las
remitidas por la Sala y el Juez responsables se
evidencia que en cumplimiento a la resolución que
emitió la primera de dichas autoridades, el restante
hubiese girado un mandato de recaptura en contra
de los aquí quejosos y que ordenara su cumplimiento
al referido Fiscal General, de ahí que, no pueda
tenerse por cierto el acto reclamado a esta última
autoridad y, toda vez que, respecto de este acto
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tampoco los aquí justiciables ofrecieron medios
de prueba para desvirtuar el sentido negativo de
ese informe, del mismo modo, procede decretar

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el sobreseimiento en este juicio respecto de ese
acto de ejecución que se le atribuye al Fiscal
General del Estado de Jalisco, con fundamento
en el artículo 63, fracción IV4, de la Ley de
Amparo vigente.

Lo anterior encuentra apoyo en la


Jurisprudencia 310, visible en la página 209, Tomo
VI, Sexta Época, del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en el Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, 1995, bajo el
tenor literal siguiente:

“INFORME JUSTIFICADO. NEGATIVA DE LOS


ACTOS ATRIBUIDOS A LAS AUTORIDADES.
Si las responsables niegan los actos que se les
atribuyen, y los quejosos no desvirtúan esta
negativa, procede el sobreseimiento, en los
términos de la fracción IV, del artículo 74, de la
Ley de Amparo”.

CUARTO. CERTEZA DE LOS ACTOS


RECLAMADOS. Al emitir su informe justificado la
Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia
(foja 132), aceptó la existencia del acto que se le
reclama.

Además, para corroborar esa afirmación,


remitió las fotocopias certificadas del toca penal
********, así como el duplicado del proceso
*********** (tomos I y II -este último a través de la

4“Artículo 63. El sobreseimiento en el juicio de amparo procede cuando: […]. IV. De las
constancias de autos apareciere claramente demostrado que no existe el acto reclamado, o
cuando no se probare su existencia en la audiencia constitucional.”

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Juez responsable-), en las que obra la resolución que


por esta vía se combate (fojas 187 a 242 del tomo II
de pruebas), constancias que por tratarse de

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documentos públicos, tienen valor probatorio pleno,
de conformidad con los artículos 129, 197 y 202 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, de
aplicación supletoria a la Ley de Amparo, de acuerdo
con el párrafo segundo del artículo 2 de la ley en
cita. En ese contexto, se tiene por acreditada
plenamente la existencia del acto aquí reclamado.

Lo antes dicho, también encuentra apoyo en la


jurisprudencia 226, sustentada por el Pleno del más
alto Tribunal de la Nación, consultable en la página
153, del Tomo VI, Primera Parte, del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1995 (registro
IUS: 394182), que dispone:

“DOCUMENTOS PÚBLICOS, CONCEPTO DE,


Y VALOR PROBATORIO. Tienen ese carácter
los testimonios y certificaciones expedidos por
funcionarios públicos, en el ejercicio de sus
funciones, y, por consiguiente, hacen prueba
plena”.

La misma determinación se adopta respecto del


acto reclamado al Juez de lo Penal de Puerto Vallarta,
Jalisco, en cuanto al cumplimiento que dio a la
resolución que emitió la Primera Sala del Supremo
Tribunal de Justicia de la citada entidad federativa,
no obstante que al rendir su informe de ley lo hubiese
negado (foja 122), en virtud de que, en su carácter de
inferior jerárquico de la Sala responsable, debe acatar y
ejecutar, en su caso, las resoluciones que esa autoridad
de segunda instancia emita; por tanto, debe tenérsele

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como cierto el acto de ejecución que se le atribuyen
atribuye, sobre todo porque de las constancias que
remitió ese Juzgador de origen, se advierte que en

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proveído de veintiuno de agosto de dos mil dieciocho
(foja 878 del tomo I de constancias), tuvo por recibida la
resolución de la citada Sala responsable; y, en
cumplimiento de esa resolución, en ese mismo auto
previno a los procesados ******* y **** ****, ambos
de apellidos ****** ******* (accionantes de esta
litis), para que en el término de diez días se pusieran
a su disposición para la continuación de su proceso
con motivo del formal procesamiento dictado por en
su contra por el tribunal de alzada; por tanto, es
evidente la existencia de ese acto de ejecución que
se le reclama al Juez responsable.

QUINTO. CAUSALES DE IMPROCEDENCIA.


Previo al estudio de fondo del acto reclamado que se
tuvo por demostrado en el presente asunto, debe
analizarse si en la especie se actualiza alguna causa
de improcedencia prevista en el artículo 61 de la Ley
de Amparo en vigor, tomando en consideración que
éstas son de orden público y deben examinarse
preferentemente a cualquier otro planteamiento,
conforme a lo dispuesto en el diverso numeral 625 de
la ley de la materia y en la Jurisprudencia
1a./J.163/2005, sustentada por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable
en la página 319, Tomo XXIII, Enero 2006, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, que es del tenor literal siguiente:

5“Artículo 62. Las causas de improcedencia se analizarán de oficio por el órgano jurisdiccional que
conozca del juicio de amparo.”

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“IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO.


ANTE LA EXISTENCIA DE ALGÚN INDICIO DE
UNA CAUSAL DE ESA NATURALEZA, EL

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JUZGADOR DEBE INDAGAR O RECABAR DE
OFICIO LAS PRUEBAS NECESARIAS PARA
ASÍ ESTAR EN POSIBILIDAD DE
DETERMINAR FEHACIENTEMENTE SI OPERA
O NO ESA CAUSAL. Conforme al último
párrafo del artículo 73 de la Ley de Amparo, el
examen de las causales de improcedencia del
juicio de garantías es oficioso, esto es, deben
estudiarse por el juzgador aunque no las
hagan valer las partes, por ser una cuestión
de orden público y de estudio preferente al
fondo del asunto. Asimismo, esta regla de
estudio oficioso debe hacerse extensiva a la
probable actualización de dichas causales
cuando éstas se adviertan mediante un indicio,
sea que una de las partes las haya invocado u
ofrecido o que el juzgador las hubiese advertido
de oficio, pues con independencia de cuál sea la
vía por la que se conocieron esos indicios, el
juzgador de amparo los tiene frente a sí, y la
problemática que se presenta no se refiere a la
carga de la prueba, sino a una cuestión de orden
público; por consiguiente, si de las constancias
de autos el juzgador de amparo advierte un
indicio sobre la posible existencia de una causal
que haría improcedente el juicio constitucional,
oficiosamente debe indagar y en todo caso
allegarse de las pruebas necesarias para
resolver si aquélla se actualiza o no y así,
probada fehacientemente, sobresea en el juicio o
bien en caso contrario, aborde el fondo del
asunto”.

Acotado lo anterior y analizadas las constancias


que integran esta litis constitucional, se advierte que
no se actualiza alguna causal de improcedencia; por
tanto, procede el estudio de la cuestión de fondo
planteada en esta litis constitucional, al no existir, se
insiste, alguna causal de improcedencia invocada por
las partes o que deba analizarse en forma oficiosa.

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Respalda lo anterior, la Jurisprudencia 158 del
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultable en la página 262, Tomo VII, Apéndice de

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1985, Quinta Época, materia común, (registro IUS:
395571), del epígrafe y contenido siguientes:

“IMPROCEDENCIA. Sea que las partes la


aleguen o no, debe examinarse previamente la
procedencia del juicio de amparo, por ser esa
cuestión de orden público en el juicio de
garantías.”

SEXTO. CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. Los


impetrantes de este juicio, consideraron que el acto
que reclaman viola en su perjuicio los derechos
fundamentales contenidos en los artículos 1°, 14, 17
y 19 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; expresando para ello los
conceptos de violación contenidos en su escrito de
demanda, los cuales se tienen por reproducidos en
este apartado, sin que sea necesaria su
transcripción, atento a lo dispuesto por el numeral 74
de la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107
de la Carta Magna, pues ni en éste ni en algún otro
numeral se advierte disposición expresa de que
deban transcribirse.
Es aplicable Jurisprudencia 2a./J. 58/2010,
emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, visible en la página 830, Tomo
XXXI, mayo de 2010, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, que
establece:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS.


PARA CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE

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CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS


SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA
SU TRANSCRIPCIÓN. De los preceptos
integrantes del capítulo X ‘De las sentencias´, del

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título primero ‘Reglas generales’, del libro
primero ‘Del amparo en general’, de la Ley de
Amparo, no se advierte como obligación para el
juzgador que transcriba los conceptos de
violación o, en su caso, los agravios, para
cumplir con los principios de congruencia y
exhaustividad en las sentencias, pues tales
principios se satisfacen cuando precisa los
puntos sujetos a debate, derivados de la
demanda de amparo o del escrito de expresión
de agravios, los estudia y les da respuesta, la
cual debe estar vinculada y corresponder a los
planteamientos de legalidad o constitucionalidad
efectivamente planteados en el pliego
correspondiente, sin introducir aspectos distintos
a los que conforman la litis. Sin embargo, no
existe prohibición para hacer tal transcripción,
quedando al prudente arbitrio del juzgador
realizarla o no, atendiendo a las características
especiales del caso, sin demérito de que para
satisfacer los principios de exhaustividad y
congruencia se estudien los planteamientos de
legalidad o inconstitucionalidad que
efectivamente se hayan hecho valer.”

SÉPTIMO. DETERMINACIÓN QUE ADOPTA


ESTE JUZGADO DE DISTRITO. Son
esencialmente fundados los conceptos de violación
esgrimidos por los aquí quejosos y suficientes para
conceder el amparo y protección de la Justicia
Federal que solicitan, aunque para ello deba
atenderse a la prerrogativa de la suplencia de la
queja, conforme lo establece el artículo 79, fracción
III, inciso a)6, de la Ley de Amparo, en razón de que
en el caso particular resultan tener el carácter de
inculpados en la causa penal que dio origen a la
resolución de segunda instancia reclamada; por los

6“Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la deficiencia de los conceptos de violación o agravios,
en los casos siguientes: … III. En materia penal: a). En favor del inculpado o sentenciado; ….”

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razonamientos que más adelante se expresarán.

Del caso sometido a estudio, se advierte que

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los Magistrados que integran la Primera Sala Penal
del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Jalisco, al resolver el recurso de apelación que les
fue planteado en el toca penal ********, revocaron
el auto de libertad por falta de elementos para
procesar que dictó el catorce de noviembre de
dos mil dieciséis, la Juez de lo Penal de Puerto
Vallarta, Jalisco, en favor de ******* y **** ****,
ambos de apellidos ****** ******* (aquí
quejosos), dentro del proceso penal ***********
y, en su lugar, decretaron auto de formal prisión
en contra de dichos justiciables, por el delito de
despojo de inmuebles, previsto por el artículo
262, fracción I, en relación a la IV, del Código
Penal para el Estado de Jalisco, en agravio del
Comisariado Ejidal del núcleo agrario
denominado ***** ****** ********.

Sin embargo, analizada esa resolución del


tribunal de alzada (que constituye el acto aquí
reclamado) a criterio de este juzgador, se advierte
que esa resolución reclamada contiene infracciones
constitucionales previstas no sólo en el artículo 19,
sino también de las establecidas en el diverso
numeral 16, ambos de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, (anterior al decreto por el
que se reforman y adicionan diversas disposiciones
de dicha Carta Magna, publicado en el Diario Oficial
de la Federación, el dieciocho de junio de dos mil
ocho, el cual sigue vigente en el caso particular de
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acuerdo con la fecha de comisión del ilícito y que


tramitología del mismo se encuentra conforme al
anterior sistema o tradicional, de acuerdo a lo

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establecido en el artículo segundo transitorio aunque
la responsable aplica dicha norma en su texto
vigente), que deben ser reparadas antes de analizar
las violaciones de fondo que también se consideren
transgredidas por tratarse de aspectos formales que
por cuestión de la técnica del amparo deben
analizarse de manera preponderante, lo anterior
encuentra sustento en la Jurisprudencia 207, emitida
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, visible en la página 169, Tomo VI,
Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial
de la Federación (1917-2000), cuyo rubro y texto son
los siguientes:

“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DEL


ACTO, GARANTÍA DE. NO PROCEDE
EXAMINAR LAS VIOLACIONES DE FONDO
QUE SE PROPONGAN. Cuando se alegan en la
demanda de garantías violaciones formales,
como lo son el que no se respetó la garantía de
previa audiencia o la abstención de las
autoridades de expresar el fundamento y motivo
de su acto, caso en que no deben estudiarse las
demás cuestiones de fondo que se propongan,
no procede la protección constitucional por
violaciones de fondo, porque precisamente esas
violaciones serán objeto, ya sea de la audiencia
que se deberá otorgar al quejoso o, en su caso,
del nuevo acto que emita la autoridad, porque no
se puede impedir que dicte un nuevo acto en que
purgue los vicios formales del anterior, aunque
tampoco puede constreñírsele a reiterarlo.”.

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En esa tesitura, se estima innecesario verificar
si se satisfacen o no las demás exigencias que para
un auto de formal prisión exige el invocado artículo

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19 de la Ley Suprema; pues como se dijo, es
imprescindible que ese acto de autoridad reclamado
se encuentre debidamente fundado y motivado a fin
de no violentar los derechos fundamentales de
legalidad, seguridad jurídica y de defensa de los hoy
quejosos en la resolución materia de reclamo en
esta sede de amparo.

Por tanto, no resulta factible que este Juzgado


de Distrito estudie los conceptos de violación
relacionados con el fondo del asunto, ya que su
postura orienta en todo caso, al análisis sobre si se
acreditó o no el cuerpo del delito y la probable
responsabilidad de los implicados, lo que no será
materia de estudio al haberse incumplido con los
requisitos de debida fundamentación y motivación,
tópico que constituye, se insiste, una cuestión
preferencial que excluye el examen de los requisitos
de fondo que se pudieran haber planteado.

Ilustran en ese sentido, en lo conducente, la


Jurisprudencia número VII.2o.P.J/8, del Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo
Circuito, visible en la página 1334, Tomo XVIII,
diciembre de 2003, Novena Época, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice:

“VIOLACIONES FORMALES EN LA ORDEN


DE APREHENSIÓN O AUTO DE FORMAL
PRISIÓN. CUANDO SE ACREDITAN LAS
CONSISTENTES EN LA CARENCIA DE

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FUNDAMENTACIÓN O MOTIVACIÓN, ELLO


IMPIDE ANALIZAR LAS CUESTIONES DE
FONDO PLANTEADAS. Si el Juez de Distrito
advirtió que en la orden de aprehensión o auto

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de formal prisión reclamados existían violaciones
formales consistentes en la carencia de
fundamentación o motivación, no debió analizar
las cuestiones de fondo, como son las relativas al
cuerpo del delito y a la probable responsabilidad
del inculpado en los ilícitos que se le atribuyen,
pues la abstención de expresar el fundamento o
el motivo en el acto de autoridad impide juzgarlo
en cuanto al fondo, por carecer de los elementos
necesarios para ello, ya que, desconocidos, los
mismos no pueden ser objeto de apreciación
jurídica alguna, porque precisamente esas
violaciones serán objeto del nuevo acto que, en
su caso, emita la autoridad responsable.”

Precisado lo anterior, se estima pertinente, para


establecer el marco normativo constitucional materia
de análisis, transcribir lo que al efecto prescribe el
invocado artículo 16 constitucional, el que en lo
conducente reza lo siguiente:

“Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su


persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente, que funde y motive la
causa legal del procedimiento.”

De la anterior transcripción se pone de


manifiesto que, por mandato constitucional, todo acto
de molestia debe estar adecuada y suficientemente
fundado y motivado, entendiéndose por lo primero,
que ha de expresarse con precisión el precepto legal
aplicable al caso y, por lo segundo, que deben
señalarse con exactitud, las circunstancias
especiales, razones particulares o causas inmediatas
que se hayan tenido en consideración para emitir la
resolución que por esta vía se reclama.

19
En cuanto a dicho tópico, es aplicable la Tesis
de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia

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de la Nación, en la Jurisprudencia visible con el
número 73, en la página 52, Tomo III, parte SCJN,
del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación
1917-1995, cuyo rubro y texto indican:

“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. De
acuerdo con el artículo 16 de la Constitución
Federal, todo acto de autoridad debe estar
adecuada y suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de
expresarse con precisión el precepto legal
aplicable al caso y, por lo segundo, que también
deben señalarse, con precisión, las
circunstancias especiales, razones particulares o
causas inmediatas que se hayan tenido en
consideración para la emisión del acto; siendo
necesario, además, que exista adecuación entre
los motivos aducidos y las normas aplicables, es
decir, que en el caso concreto se configuren las
hipótesis normativas.”

Bajo ese contexto y en aras de la tutela de la


certeza jurídica para la parte quejosa, por ser la
resolución materia de alzada reclamada en la que se
decretó su formal prisión y con ello el inicio
propiamente dicho del procedimiento a fin de
defenderse de ese injusto que se les reprocha de
manera probable, con el que incluso, se genera una
pesquisa con tendencia a la privación de la libertad
personal de los justiciables al fijarse en esa
determinación una calificación legal de esa conducta
antijurídica, como se dijo, en grado de probabilidad.

Por ello, el órgano jurisdiccional debe


establecer de manera clara, fundada y motivada, la
hipótesis normativa (ya sea una o varias) por la que

20
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

se decreta el auto de formal prisión en contra de los


justiciables; así como determinar su forma de
participación en esos hechos (aún de forma

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probable) a fin de que, se insiste, estén en aptitud de
conocer los hechos que de manera probable se les
imputan y defenderse; en la inteligencia de que, el
más alto tribunal del país ha definido la
fundamentación y motivación, como la expresión
precisa del precepto legal aplicable al caso concreto
y el señalamiento de las circunstancias especiales,
razones particulares o causas inmediatas que se
hayan tenido en consideración para la emisión del
acto; por ello, es necesario que exista adecuación
entre los motivos aducidos y las normas aplicables;
en la inteligencia de que, ambos requisitos se
suponen mutuamente, ya que no es posible citar
disposiciones sin relacionarlas con los hechos de que
se trate, ni exponer razones sobre hechos que
carezcan de relevancia para las disposiciones en las
que se establecen las hipótesis normativas.

Sirve de apoyo la tesis de nuestro más alto


Tribunal de la Nación, ubicada en los volúmenes
151-156, página 56, Séptima Época, Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del
Semanario Judicial de la Federación, que reza:

"FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN,
GARANTÍA DE. De acuerdo con lo dispuesto por
el artículo 16 de nuestra Ley Fundamental, todo
acto de autoridad debe estar adecuada y
suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de
expresarse, con precisión, el precepto aplicable
al caso y, por lo segundo, que también deben
señalarse, concretamente, las circunstancias
21
especiales, razones particulares o causas
inmediatas que se hayan tenido en consideración
para la emisión del acto, siendo necesario,
además, que exista adecuación entre los motivos

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aducidos y las normas aplicables al caso de que
se trate.”

En ese sentido, a fin de considerar que una


resolución como la que aquí se reclama está
adecuada y suficientemente fundada y motivada, la
autoridad emisora deberá invoca los preceptos
legales que la faculten para actuar como lo hace,
formule las consideraciones que permitan establecer
que existe adecuación del caso concreto a la
hipótesis normativa invocada, precise las
circunstancias especiales, razones particulares o
causas inmediatas que haya tenido en cuenta para
decretar dicha resolución y, esencialmente, en
relación con el cuerpo del delito y la probable
responsabilidad del o los inculpados (como requisitos
de fondo a demostrar para el dictado de un auto de
formal prisión), en los que deberá analizar:

a). Cada uno de los elementos que conforman


el cuerpo del delito, señalando cuáles han sido
los medios de convicción tomados en
consideración para estimar acreditados cada
uno de éstos, atendiendo a la valoración
jurídica que le merezcan tales medios
probatorios, de acuerdo con las disposiciones
legales relativas a la valoración de la prueba, y
exprese las circunstancias que le dieron
entorno al ilícito; y,

b). Lo relativo a la probable responsabilidad del


inculpado, concretice cuál ha sido, en particular
y con toda claridad, la conducta desplegada por
el o los activos, con qué medios de prueba se
acredita y cuál fue su participación a fin de
justificar su probable responsabilidad en la

22
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

comisión de ese injusto social que se le imputa


de manera probable y su grado de
participación.

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Puntualizado lo anterior, como se indicó, en el
caso particular, la resolución de quince de junio de
dos mil dieciocho, emitida por los integrantes de la
Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado de Jalisco responsable, revocaron el auto de
libertad que había decretado el Juez de primera
instancia en beneficio de los justiciables ******* y
**** ****, ambos de apellidos ****** *******
(accionante de esta litis constitucional); y, en su
lugar, dictaron auto de formal prisión en su
contra, por su probable responsabilidad en la
comisión del delito de despojo de inmuebles,
previsto por el artículo 262, fracción I, en relación
a la IV, del Código Penal para el Estado de
Jalisco, en agravio del ***** ******* ********”
(fojas 187 a 242 a del tomo II de constancias).

Ahora bien, el invocado numeral 262, en sus


fracciones I y IV de la Codificación en cita, establece
lo siguiente:

“Artículo 262. Se impondrán de tres meses a


tres años de prisión y multa por el importe de dos
a doce días de salario:

I. Al que, de propia autoridad y haciendo


violencia física o moral, o furtivamente, o
empleando amenazas o engaño, ocupe o use
un inmueble o un derecho real que no le
pertenezca.

Siempre se entenderá como uso de violencia


cuando el despojo se cometa por tres o más
personas.

23
[…].

IV. Cuando el despojo de inmuebles se realice


por tres o más personas, además de la sanción

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señalada, se aplicarán a los autores intelectuales
y a quienes dirijan la invasión, de dos a ocho
años de prisión.

[…].”

Así las cosas, para la integración del delito de


despojo, en términos de la fracción I, del invocado
artículo 262 del Código Penal para el Estado de
Jalisco, de acuerdo con la descripción típica, y según
las formas comisivas que se previenen, se puede
actualizar cuando el o los sujetos activos del delito
ocupen o usen ya sea un inmueble o un derecho
real que no les pertenezca; siempre y cuando esa
ocupación o uso se realicen de cualesquiera de las
siguientes formas:

1). De propia autoridad y haciendo violencia


física o

2). Moral o

3). En condiciones de furtividad; o

4). Mediante el empleo de amenazas o

5). Engaño.

Sin embargo, en el caso particular, no obstante


las pluralidad de formas comisivas que pudieran
desplegar los sujetos activos para la comisión del
delito de despojo de inmueble, la Sala responsable al
emitir la resolución que constituye el acto reclamado,
específicamente para analizar si en el caso se
comprueban los elementos del cuerpo del delito, no

24
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

se ocupó en describir en cuál de esas diversas


formas comisivas realizaría su estudio; y, por ende,
tampoco estableció concretamente los elementos

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que conformaban esa figura antijurídica y, menos
aún, con qué elementos de prueba se acreditaba
cada uno de dichos elementos corpóreos; cuestiones
que resultan fundamentales, pues de ello depende el
estudio que se realice para demostrar si se acredita o
no esa conducta típica y con cuáles medios de
prueba se acredita.

Se afirma lo anterior, porque de la resolución


que constituye el acto reclamado, claramente se
evidencia que la Sala responsable, luego de
transcribir el citado numeral 262, fracciones I y IV de
la codificación sustantiva de la materia penal del
Estado de Jalisco, aseveró que de esa reproducción
se podían establecer como elementos objetivos o
externos de ese delito (foja 200 y vuelta del tomo II
de constancias), los siguientes:

“1.- La persona que de propia autoridad.

2.- Haciendo violencia física o moral, o


furtivamente, o empleando amenazas o engaño
(siempre se entenderá como uso de violencia
cuando el despojo se cometa por tres o más
personas).

3.- Ocupe o use un inmueble o un derecho real


que no le pertenezca.”

Como puede observarse, prácticamente se


concretó a fragmentar la citada fracción I del citado
numeral 262 del código punitivo del Estado de
Jalisco (entreverando en éste el segundo párrafo de

25
dicha fracción), cuando lo que debió hacer, era
definir, concretamente, la forma comisiva que
seleccionaba, pues como se advirtió, dicho tipo penal

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es alternativo o plurinominal, es decir, que su
comisión se puede dar a través de diferentes
conductas específicas y por tanto, es indispensable y
de suma trascendencia la exacta forma comisiva del
delito de que se trata y dar las razones para ello, así
como establecer los elementos que conforman ese
delito, se insiste, de acuerdo a la conducta que
necesariamente se tuvo que establecer, así como las
pruebas con las que se acredita cada uno de dichos
elementos a fin de que los justiciables (aquí
quejosos) estén en aptitud de conocer en su total
dimensión el reproche que se les formula (en el caso
de forma probable, en lo que se refiere a su
responsabilidad) para que así estén en posibilidad de
ejercer la defensa adecuada a la imputación que se
les formuló, mediante la oposición a esa vertiente, a
través del ofrecimiento de pruebas que la desvirtúen
y las alegaciones que estimen pertinentes.

Sin embargo, contrario a ello, la Sala


responsable únicamente se limitó a señalar (como se
dijo, luego de fragmentar el referido numeral) que los
“elementos del cuerpo del delito” se encontraban
acreditados de conformidad a lo dispuesto en los
artículos 116 y 132 del Código de Procedimientos
Penales para el Estado de Jalisco; para continuar
con la reseña de las pruebas del sumario y la
valoración individual y genérica de las mismas (fojas

26
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

200 vuelta a 218 vuelta del tomo II de constancias);


luego, concluir con el pronunciamiento siguiente:

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“En consecuencia, una vez analizadas de manera individual
las pruebas que obran en el sumario, ahora al ser
concatenadas unas con otras de una manera lógica,
jurídica y natural, a la luz de los ordinales 260, 264, 265,
266, 268, 269, 271, 272, 274, 275 y 277 del Enjuiciamiento
Penal para el Estado de Jalisco, resultan aptas e idóneas
para tener por acreditado el cuerpo del delito de DESPOJO
DE INMUEBLE, previsto por el artículo 262, fracciones I y
IV, del Código Penal para el Estado de Jalisco, cometido en
agravio del EJIDO DE PUERTO VALLARTA, JALISCO, en
términos de los artículos 116 y 132 del Enjuiciamiento
Penal para el Estado de Jalisco, toda vez que en la etapa
penal en que nos encontramos no es necesario contar
con un cúmulo de probanzas que justifiquen de manera
plena el tipo penal, así como la responsabilidad penal de
los incriminados, sino que basta contar con datos bastantes
para comprobar el cuerpo del delito y que hagan presumir
la responsabilidad penal del indiciado, como se analizará
en el considerando posterior.

Así, los medios de convicción reseñados conllevan a este


Tribunal de Apelación a tener por acreditado el cuerpo del
delito de DESPOJO DE INMUEBLE, previsto por el artículo
262, fracciones I y IV, del Código Penal para el Estado de
Jalisco, cometido en agravio del EJIDO DE PUERTO
VALLARTA, JALISCO, toda vez que se pone de manifiesto
que ALGUIEN, en conjunto con un grupo de
aproximadamente siete u ocho personas, de propia
autoridad (sin que existiera mandato de autoridad
competente), ejercieron una acción de ocupación
respecto de un inmueble que les pertenece, como lo es
el predio conocido como la pedrera, ubicado dentro del
inmueble perteneciente al Ejido de Puerto Vallarta, sobre el
camino Ribereño sin número de la colonia Playa grande, en
el cual se encuentra una explotación de banco de piedra,
así como dos instalaciones conocidas como ‘polvorines´;
hechos que llevaron a cabo, ejerciendo violencia sobre
la persona de **** ******* *******, quien siendo el
vigilante del lugar, fue amedrentado con arma de fuego y
amenazado en forma verbal a fin de que no resistiera la
invasión del lugar y se retirara del predio y bajo esa
mecánica, lograron tomar la posesión del inmueble en
perjuicio de quien hasta este momento ha demostrado
ser el legítimo propietario del predio, esto es el EJIDO
DE PUERTO VALLARTA, persona moral que gozaba antes
de los hechos ilícitos con la totalidad de la posesión del
predio afecto a la causa.

[…].

De lo anterior se pone en evidencia que probablemente


los activos ******* ****** ******* y **** ****
****** *******, emplearon como medio comisivo
para perturbar la posesión que en forma pacífica,
continua, lícita y pública ha tenido el Ejido de Puerto
27
Vallarta de esta ciudad portuaria, la violencia, al
haberse hecho acompañar de entre siete u ocho
personas más para llevaran a cabo (sic) la comisión del
injusto que nos ocupa, ….”. (fojas 219 y 220 del tomo II
de constancias).

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De la antes narrado y transcrito se advierte con
claridad meridiana que la Sala responsable al
efectuar el estudio de la corporeidad del ilícito de que
se trata, en el primer párrafo, en forma desacertada
aseguró, esencialmente, que en esa etapa procesal
no era necesario que se acreditara de manera plena
el delito, lo cual resulta incongruente a lo establecido
en el numeral 19 constitucional aplicable, ya que en
éste se precisa que “los datos que arroje la
averiguación previa, los que deberán ser
bastantes para comprobar el cuerpo del delito
….”; esto es, que para justificar un auto de formal
prisión deben existir datos suficientes de los que se
compruebe el delito y no como lo aseveró la
responsable, que dada la etapa procesal en que se
encontraban, no era necesario contar con un
cúmulo de probanzas que justifiquen de manera
plena el tipo penal; lo que, se insiste, resulta
desacertado, infundado e inmotivado, porque
opuesto a lo señalado por el tribunal de alzada
responsable, los elementos del cuerpo del delito
materia de estudio, sí debe estar plenamente
comprobado con las probanzas o datos que arroja la
averiguación previa relacionada, así como suficientes
para justificar la probable responsabilidad de los
indiciados en su comisión a fin de decretar el auto de
formal procesamiento que reclaman los aquí

28
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

quejosos; lo que se insiste, en la especie como se


observa, no aconteció.

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Además de que, como puede advertirse de la
reproducción que antecede (relativa a la citada
resolución reclamada), como se anticipó, resulta
confusa, porque se aseguró en el injusto materia de
análisis, participaron un grupo de siete u ocho
personas, que lo llevaron a cabo de propia
autoridad porque no existía mandato para ello;
empero, luego establece que esos hechos los
llevaron a cabo ejerciendo violencia sobre el
vigilante del predio en cuestión, quien fue
amedrentado y amenazado con arma de fuego; y,
que los activos (aquí quejosos) se hicieron
acompañar por entre siete u ocho personas; lo
que crea confusión en establecer; en principio,
cuál fue la forma comisiva, pues se insiste, en
que dada la pluralidad de conductas en que
puede consumarse ese delito, debe establecerse
claramente y no de manera generalizada hacer
referencia, como lo hizo, a que fue por autoridad
propia de los activos, haciendo uso de violencia
(sin establecer si sólo fue física o también moral)
o como lo señaló a través de amenazas con un
arma de fuego; aunado a que tampoco quedó
claro cuántas personas más, además de los
activos intervinieron, esto es si fueron ocho
personas en total o seis, situación que se
considera dogmática, al no establecerse
claramente, se insiste, que deba estar
acompañado de los razonamientos que avalaran
esas conclusiones, derivados de un ejercicio
29
valorativo en el que se precisaran las pruebas
conducentes para ello, se expresara el valor dado
a ese material conforme a la norma adjetiva

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aplicable, y el resultado obtenido de ello (cómo
se actualizó la prevalecencia del de cargo sobre
el de descargo, de así requerirlo la orientación de
la determinación), para así estimar que se
cumplió con la carga de dar por acreditado el
cuerpo del delito, por concretarse en ello todos
los elementos que lo integran, según la forma
comisiva que adopte la responsable, para así no
generar indefensión a los quejosos.

De lo anterior se pone de manifiesto, como se


dijo, que la responsable no fue clara en establecer la
forma comisiva del delito que les atribuye de manera
probable a los justiciables, ya que, dentro del
ejercicio de valoración de las pruebas debió
establecer con la argumentación correspondiente,
basada en la cita de las normas adjetivas aplicables,
cómo imperó determinado material convictivo, y cuál
fue éste en particular, sin que baste para ello el que
la responsable hubiese señalado que se cuenta con
la “denuncia” que presentó **** ******* *******,
quien dijo que irrumpieron al citado terreno un grupo
de “siete u ocho personas entre ellas los ahora
encausados”, entonces, contrario a lo aseverado por
la Sala responsable, ya no fueron siete u ocho
personas más los impetrantes, sino sólo siete u ocho
junto con ellos dos; luego, dicho testigo también
agregó que “probablemente el indiciado *******
****** *******, intimida por medio de un arma

30
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

de fuego al testigo **** ******* *******,…”;


lo que presupone una falta de certeza al establecer
que “probablemente”; por tanto, es evidente que no

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basta la explicación dada por la Sala responsable en
la producción del acto reclamado, sino que, se
insiste, necesariamente tenía que realizar el ejercicio
de valoración de las pruebas y establecer con la
argumentación correspondiente, basada en la cita de
las normas adjetivas aplicables, cómo imperó
determinado material convictivo, ya que no hace
manifiesta la exposición de las pruebas, ni se
confronta con el de descargo bajo las reglas
procesales de valoración, para así avalar la
conclusión; con lo que además se considera
transgredido el principio de congruencia y
exhaustividad que debe regir en toda resolución de
autoridad jurisdiccional al contener consideraciones
contrarias entre lo que refieren las probanzas a que
hace referencia y las afirmaciones en que se
sustenta esa decisión.

Es aplicable al caso, en lo conducente, la Tesis


I.1o.A.J/9, sostenida por el Primer Tribunal Colegiado
en Materia Administrativa del Primer Circuito,
publicada en la página 764, Tomo VIII, agosto de
1998, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, que establece:

“PRINCIPIO DE CONGRUENCIA. QUE DEBE


PREVALECER EN TODA RESOLUCIÓN
JUDICIAL. En todo procedimiento judicial debe
cuidarse que se cumpla con el principio de
congruencia al resolver la controversia
planteada, que en esencia está referido a que la
sentencia sea congruente no sólo consigo misma

31
sino también con la litis, lo cual estriba en que al
resolverse dicha controversia se haga
atendiendo a lo planteado por las partes, sin
omitir nada ni añadir cuestiones no hechas valer,

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ni contener consideraciones contrarias entre sí o
con los puntos resolutivos.”

En ese contexto, se advierte con claridad


meridiana que la Sala responsable, vulneró los
derechos fundamentales de legalidad y seguridad
jurídica en perjuicio de los hoy quejosos, por la
indebida fundamentación y motivación al emitir el
auto de formal prisión que se les reclama, dada la
incertidumbre jurídica para que dichos
justiciables puedan conocer con exactitud cuál
es la conducta ilícita que se va a analizar a fin de
determinar si se acreditan o no los elementos del
cuerpo del delito y conocer los justiciables los
hechos que se les atribuyen, con cuáles pruebas
acredita cada uno de los citados elementos del
cuerpo del delito de despojo que de manera
probable se les atribuye; pues contrario a ello, la
responsable efectuó un estudio dogmático e
incierto, máxime que, incluso, de manera
desacertada estableció que no era necesario que
se demostrara plenamente el cuerpo del delito y,
por ello, menos aún definió, se insiste,
específicamente con qué los elementos de
prueba acredita cada uno, para así poder observar
si esos elementos en realidad se colmaron
demostrativamente con las probanzas que les fueron
allegadas y actualizar plenamente el ilícito objeto de
reproche; de ahí que sea indispensable y de suma
trascendencia la exacta cita de la forma comisiva del
ilícito de que se trata y dar las razones de ello, para
32
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

así determinar que se cumple con la exigencia


constitucional de motivación de que se viene
hablando.

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Incluso, es pertinente insistir en que, si bien la
responsable estableció para el estudio del cuerpo del
delito de despojo, que estaba previsto en el numeral
262, fracciones I y IV, del Código Penal para el
Estado de Jalisco, sin embargo, no atendió, como se
ha venido destacando, que por tratarse de un tipo
penal alternativo, conforme a la primera de las
citadas fracciones, debió establecer a través de cuál
de las diferentes conductas se decantaba, pues
necesariamente tenía que pronunciarse al respecto,
para luego definir los elementos del cuerpo del delito
que iba a analizar a fin de que los inculpados (aquí
quejosos) puedan conocer en su total dimensión el
reproche que se les formula y estén en posibilidad de
defenderse adecuadamente y no solamente como lo
hizo la responsable de manera genérica que se
contaba con la denuncia que presentaron **** *****
*******, **** ** ***** ******** ****** y *******
**** ********, quienes fungían como Presidente,
Secretario y Tesorero, respectivamente, del Ejido
“Puerto Vallarta”, municipio de Puerto Vallarta,
Jalisco; así como su ratificación; las copias
certificadas relacionadas con el ejido, fotografías,
dictamen, plano topográfico e inspección ministerial
del mismo y documentales relacionadas; las
declaraciones del citado **** ******* *******, así
como de ***** ******* ******, *********
********** **** , ***** ***** ****** y ****

33
********* **** ; así como de los impetrantes
******* y **** ****, ambos de apellidos ******
******* (fojas 200 vuelta a 218 vuelta del tomo II de

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constancias) y otorgarles valor individual a cada una
de dichas probanzas al término de las mismas, para
luego proceder a emitir la conclusión de que esas
probanzas al ser concatenadas unas con otras de
una manera lógica, jurídica y natural, a la luz de los
ordinales 260, 264, 265, 266, 268, 269, 271, 272,
274, 275 y 277 del Enjuiciamiento Penal para el
Estado de Jalisco, resultan aptas e idóneas para
tener por acreditado el cuerpo del citado injusto, sin
realizar mayor fundamento y motivación, lo que crea
incertidumbre a los quejosos a fin de ejercer la
defensa adecuada a la imputación, mediante la
oposición a esa vertiente, a través del ofrecimiento
de pruebas que la desvirtúen y las alegaciones que
estimen pertinentes.

Sobre todo, porque la responsable afirmó que,


aun cuando los deponentes ***** ******* ****** y
********* ********** **** (foja 220 del tomo II de
constancias), no presenciaron el momento preciso
del despojo que se analiza, lo cierto es que quien
detentaba el predio relacionado era el Ejido de
Puerto Vallarta y, al efecto es preciso establecer
que el estudio del cuerpo del delito es demostrar
precisamente la forma comisiva del mismo de
manera plena; lo que hace evidente la responsable
no efectuó al realizar un análisis que crea confusión
desde el inicio de su estudio, pues como se ha
venido señalando, en la comprobación del cuerpo del

34
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

delito no debe prescindirse de señalar cuál conducta


se analiza, en atención a que se trata de un delito de
comisión alternativa que puede manifestarse a través

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de diferentes conductas o mediando diversas
situaciones que el propio tipo penal previene; luego,
cuáles son los elementos corpóreos que lo
constituyen y definir en particular las pruebas que
acreditan cada uno de esos elementos a fin de
integrar el ilícito, sin que pueda considerarse que se
colman esas exigencias por el hecho de haber
invocado el artículo que tipifica esa conducta y
fragmentar sus hipótesis delictivas e incurrir en las
inconsistencias destacadas de las que se evidencia
esa deficiente motivación del acto en el cumplimiento
de los requisitos de fondo que exige su emisión.

Conforme a lo anterior, en donde se incurrió en


los desatinos ya enunciados, en aras de la
posibilidad defensiva de los peticionarios del amparo,
se hace indispensable la enmienda por parte de la
autoridad responsable, ya que no debe restarse la
relevancia que en el dictado de un auto de formal
prisión le reviste al pronunciamiento sobre la
comprobación del cuerpo del delito (del que se tomó
base también para acreditar la probable
responsabilidad), ya que debe ir avalado de la
comisión de un delito acreditado en los términos
plenos en que lo exige la propia norma suprema; de
ahí que sea indispensable y de suma trascendencia
la exacta cita de la forma comisiva del ilícito de que
se trata y dar las razones de ello, así como las
probanzas con las que se acredita cada uno de los

35
elementos que lo conforman. para así determinar que
se cumple con la exigencia constitucional de debida
fundamentación motivación de que se viene

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hablando.

Acorde con lo anterior, es que la responsable


ordenadora incurre, se insiste, en las comentadas
inconsistencias en el análisis de los diversos
requisitos que debe colmar un auto de formal prisión
y al no cumplirse a cabalidad, es clara esa deficiente
motivación del acto en el cumplimiento de los
requisitos que exige para su dictado el numeral 16,
relacionado con el diverso 19, ambos de la Ley
Suprema.

Apoya lo anterior, se invoca la Jurisprudencia


1a./J.139/2005, emitida por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, localizada
en la página 162, Tomo XXII, diciembre de 2005, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, que reza:

“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LAS


RESOLUCIONES JURISDICCIONALES,
DEBEN ANALIZARSE A LA LUZ DE LOS
ARTÍCULOS 14 Y 16 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, RESPECTIVAMENTE. Entre las
diversas garantías contenidas en el segundo
párrafo del artículo 14 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, sustento de la
garantía de audiencia, está la relativa al respeto
de las formalidades esenciales del
procedimiento, también conocida como de
debido proceso legal, la cual se refiere al
cumplimiento de las condiciones fundamentales
que deben satisfacerse en el procedimiento
jurisdiccional que concluye con el dictado de una
resolución que dirime las cuestiones debatidas.

36
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

Esta garantía obliga al juzgador a decidir las


controversias sometidas a su conocimiento,
considerando todos y cada uno de los
argumentos aducidos en la demanda, en su

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contestación, así como las demás pretensiones
deducidas oportunamente en el pleito, de tal
forma que se condene o absuelva al demandado,
resolviendo sobre todos los puntos litigiosos
materia del debate. Sin embargo, esta
determinación del juzgador no debe
desvincularse de lo dispuesto por el primer
párrafo del artículo 16 constitucional, que impone
a las autoridades la obligación de fundar y
motivar debidamente los actos que emitan, esto
es, que se expresen las razones de derecho y los
motivos de hecho considerados para su dictado,
los cuales deberán ser reales, ciertos e
investidos de la fuerza legal suficiente para
provocar el acto de autoridad. Ahora bien, como
a las garantías individuales previstas en la Carta
Magna les son aplicables las consideraciones
sobre la supremacía constitucional en términos
de su artículo 133, es indudable que las
resoluciones que emitan deben cumplir con las
garantías de debido proceso legal y de legalidad
contenidas en los artículos 14 y 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Así, la fundamentación y motivación
de una resolución jurisdiccional se encuentra en
el análisis exhaustivo de los puntos que integran
la litis, es decir, en el estudio de las acciones y
excepciones del debate, apoyándose en el o los
preceptos jurídicos que permiten expedirla y que
establezcan la hipótesis que genere su emisión,
así como en la exposición concreta de las
circunstancias especiales, razones particulares o
causas inmediatas tomadas en consideración
para la emisión del acto, siendo necesario,
además, que exista adecuación entre los motivos
aducidos y las normas aplicables al caso.”

Igualmente la Sala responsable cometió el yerro


destacado al efectuar el estudio de la probable
responsabilidad de los aquí quejosos en la comisión
del ilícito de despojo de inmueble que de manera
probable se les atribuye, procedió en la misma forma
que para acreditar el cuerpo del citado injusto, sin

37
efectuar un estudio sobre la forma de participación
de los amparistas ******* y **** **** , ambos de
apellidos ****** *******, pues se insiste, si no

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estableció de manera clara cuál fue la conducta que
desarrolló en la comisión de ese ilícito, menos aún
efectuó el análisis de la conducta desplegada por
cada uno de los disconformes en la comisión de ese
antijurídico, pues no basta para ello que se hubiese
especificado que la participación de dichos
implicados se encuentra prevista en el numeral 11,
fracción III, del Código Penal para el Estado de
Jalisco (foja 241 del tomo II de constancias), al llevar
a cabo ese ilícito de despojo en forma “conjunta”;
empero, sin mayor análisis ni justificación legal.

Esto es así, porque la citada hipótesis prevista


en la fracción III del artículo 11 del Código Penal
para el Estado de Jalisco, precisa que es “coautor
material”; sin embargo, la sala responsable no
delimitó la actuación de cada uno de los justiciables
que como “coautores” tuvieron en ese evento
delictivo en consenso (anterior o coetáneo) y cómo
es que de manera conjunta concurrieron a la
consumación del ilícito a fin de otorgarles seguridad
jurídica para poder defenderse.

Esto es, para considerar que los implicados son


coautores en la comisión del delito de despojo que
de manera probable se les atribuye, es porque se
justificó que efectuaron una aportación segmentada,
adecuada, esencial e indispensable para la

38
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

consumación del ilícito (independientemente que sea


o no parte de la acción típica).

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En ese sentido, es preciso definir que la figura
de coautor o “conjunta” invocada por la responsable,
consiste en la realización conjunta de un delito por
varias personas que colaboran consciente y
voluntariamente a través del reparto funcional de
actividades, los cuales asumen por igual la
responsabilidad de su realización; sin embargo, las
distintas contribuciones deben considerarse, por
consiguiente, como un todo, y el resultado total debe
atribuirse a cada autor, independientemente de la
entidad material de su intervención.

En la coautoría no basta con el aporte material


de los intervinientes, esto es, que materialmente
realicen acciones ejecutivas del hecho delictivo, sino
que es necesario, además, el elemento subjetivo, es
decir, del acuerdo de voluntades para contribuir de
algún modo en la realización del delito (no
necesariamente en su ejecución), de tal manera que
dicha contribución (aspecto material) pueda
estimarse como un eslabón indispensable de todo el
acontecer delictivo (virtud al consenso alcanzado
previa o concomitantemente).

Así, el coautor realiza la actividad delictuosa


descrita en un concreto tipo penal conjuntamente con
otro u otros. En rigor técnico, el coautor es un autor
y, por ello, la coautoría es una autoría que se
singulariza por el dominio que sobre el hecho ejercen
en común todos los autores, quienes intervienen de

39
acuerdo en la ejecución del delito; ello implica que el
coautor es quien está en posesión de las condiciones
personales del autor y ha participado de la decisión

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común respecto del hecho delictivo.

Entonces, en el todo que constituye el hecho


típico, el coautor con su actuación contribuye con
una parte que complementa la de los demás autores
y ello precisamente justifica el que responda del
delito en su integridad.

El dominio del hecho, en la parte que


corresponde a cada coautor, se origina en la decisión
común de todos para ejecutar el delito. Mediante esa
decisión conjunta se vinculan funcionalmente los
distintos aportes al hecho, de tal manera que cada
aporte está conectado al otro mediante la división de
tareas acordadas en la decisión conjunta y por ello el
delito así cometido tiene que ser considerado en
forma unitaria como un solo resultado de la suma de
conductas múltiples, precedidas de un designio
criminal y de un acuerdo conjunto llamado "pacto
criminoso".

La teoría del dominio del hecho, distingue


tres tipos de autoría, que responden a distintas
situaciones, entre éstas la coautoría, la cual debe
cumplir los siguientes requisitos:

a) Existir un elemento subjetivo, es decir, el acuerdo


previo y común, una división de tareas o funciones
previamente acordada.

40
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

b) La contribución del coautor debe ser esencial.


Será así cuando el interviniente individual, retirando
su contribución, pueda desbaratar todo el “plan”.

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También para que se integre la coautoría es
necesario que ninguno de los intervinientes lleve a
cabo todos los elementos del tipo. Ninguno de los
sujetos debe tener el dominio del hecho en su
totalidad, pues en ese caso habrá autoría directa
unipersonal.

En materia de coautoría, las mayores


dificultades se suelen presentar a la hora de
distinguir la conducta del coautor de la del partícipe.
Ello podría depender de la propia aportación del
sujeto. El coautor debe realizar una aportación
esencial para la consecución del resultado. Sin
embargo, ese criterio no es suficiente pues, los
cooperadores necesarios son partícipes que también
realizan aportaciones de cierta importancia para la
consecución del resultado.

En estos casos, debemos recurrir al dominio del


hecho. Será coautor aquel que posea el dominio
funcional del hecho, aquel que intervenga
codominando el hecho, ya que, las distintas
conductas de los involucrados se consideran un todo,
porque buscan un solo resultado constitutivo del
hecho delictivo; el coautor contribuye con una parte
complementaria a la de los demás autores, pero
debe atribuirse de manera independiente a su
intervención material y ello precisamente justifica su

41
probable responsabilidad en el delito en su
integridad.

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Al respecto es aplicable, por el espíritu que la
rige y sólo en lo conducente, la Jurisprudencia I.8o.P.
J/2, del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Primer Circuito, publicada en la página 1242,
Tomo XXXII, Noviembre de 2010, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, cuyo rubro y texto rezan:

“COAUTORÍA. SE ACTUALIZA CUANDO


VARIAS PERSONAS, EN CONSENSO Y CON
CODOMINIO CONJUNTO DEL HECHO,
DIVIDIÉNDOSE LAS ACCIONES DELICTIVAS
Y MEDIANTE UN PLAN COMÚN ACORDADO
ANTES O DURANTE LA PERPETRACIÓN DEL
SUCESO, CONCURREN A LA EJECUCIÓN
DEL HECHO PUNIBLE (LEGISLACIÓN DEL
DISTRITO FEDERAL). La figura de
la coautoría a que se contrae la fracción II del
artículo 22 del Código Penal para el Distrito
Federal, se actualiza cuando varias personas en
consenso y con codominio conjunto del hecho,
dividiéndose las acciones delictivas y mediante
un plan común acordado antes o durante la
perpetración del suceso, concurren a la ejecución
del hecho punible y, por tanto, son responsables
en igualdad de condiciones; de ahí que una
aportación segmentada, adecuada y esencial al
hecho puede bastar para ser considerada y
penada como coautoría, aunque formalmente no
sea parte de la acción típica, habida cuenta que
aquélla se refiere no únicamente a una ejecución
compartida de actos que se realizan en sentido
objetivo-formal, como porciones pertenecientes a
la acción típica, sino a que varios agentes
reparten entre sí el dominio del hecho en la etapa
de su realización, por lo cual la doctrina ha
llamado a esta intervención compartida
"codominio funcional del hecho"; sin embargo,
esa actuación funcional para convertir al agente
como coautor, debe ser necesaria y esencial
para la realización del hecho delictivo.”

42
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

De ahí pues, que la Sala responsable debió


encuadrar el comportamiento individual de cada uno
de los justiciables (aquí quejosos) y que ese actuar

PJF - Versión Pública


era necesario con el fin último y único de cometer, a
través de las hipótesis antes enumeradas, el delito
de despojo de inmueble que de manera probable se
les atribuye; con independencia de lo anterior,
también debió precisar con cuáles pruebas se
justificaba esa participación de los justiciables y al no
hacerlo evidentemente que la responsable dejó de
cumplir con los requisitos de legalidad y seguridad
jurídica (fundamentación y motivación) en perjuicio
de dichos amparistas y no crear incertidumbre
jurídica e indefensión en éstos.

En tales condiciones, es claro que el auto de


formal prisión que se reclama a los Magistrados de la
Primera Sala responsable, es transgresor de los
derechos fundamentales de legalidad y seguridad
jurídica de los accionantes de esta litis constitucional,
consagrados en los numerales 16 y 19
Constitucionales, al desconocer de manera clara y
concreta en cuál forma comisiva del delito se fue
materia de estudio en el cuerpo del delito afecto, con
cuáles pruebas en específico se demostró cada uno
de los elementos corpóreos de ese injusto, así como
en qué consistió el actuar de cada uno de ellos y con
cuáles medios de prueba se justificó a fin de
sustentar la decisión que se reclama (auto de formal
prisión por el delito de despojo de inmueble dictado
en su contra), con lo cual se les dejó en estado de

43
indefensión al impedirles enderezar adecuadamente
su estrategia defensiva.

PJF - Versión Pública


Al caso es aplicable la Tesis V.2o. 174 P, del
Segundo Tribunal Colegiado del Quinto Circuito,
consultable en la Octava Época, página 530, Tomo
XIII, Junio de 1994, que reza:

“AUTO DE FORMAL PRISIÓN. CUANDO


CARECE DE FUNDAMENTACIÓN Y
MOTIVACIÓN, POR FALTA DE VALORACIÓN
DE PRUEBAS. El auto de formal prisión adolece
de la debida fundamentación y motivación,
cuando es dictado por la autoridad responsable
limitándose a enumerar o precisar sólo las
constancias que obran en la averiguación,
reseñando parte de su contenido, pero sin
externar juicio valorativo sobre la eficacia
probatoria de las mismas en relación con todos y
cada uno de los elementos que integran la
materialidad del ilícito imputado, para concluir
así, en forma apriorista, en la afectación del bien
jurídicamente tutelado.”.

Asimismo, apoya lo anterior, la tesis de


jurisprudencia 2a./J.67/98, sustentada por la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que aparece en la página 358, del Tomo VIII,
septiembre de 1998, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, que es del
tenor literal siguiente:

“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. EL
EFECTO DE LA SENTENCIA QUE AMPARA
POR OMISIÓN DE ESAS FORMALIDADES, ES
LA EMISIÓN DE UNA RESOLUCIÓN NUEVA
QUE PURGUE TALES VICIOS, SI SE REFIERE
A LA RECAÍDA A UNA SOLICITUD,
INSTANCIA, RECURSO O JUICIO. Los efectos
de una ejecutoria de amparo que otorga la
protección Constitucional por falta de
fundamentación y motivación de la resolución
reclamada son los de constreñir a la autoridad
44
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

responsable a dejarla sin efectos y a emitir una


nueva subsanando la irregularidad cometida,
cuando la resolución reclamada se haya emitido
en respuesta al ejercicio del derecho de petición

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o que resuelva una instancia, recurso o juicio, ya
que en estas hipótesis es preciso que el acto sin
fundamentación y motivación se sustituya por
otro sin esas deficiencias pues, de lo contrario,
se dejaría sin resolver lo pedido.”.

Como consecuencia de todo lo expuesto, al no


cumplir el acto de autoridad que se reclama por esta
vía con los requisitos formales exigidos por los
preceptos 16 y 19 de la Carta Magna, es inconcuso
que se vulneran los derechos fundamentales de
legalidad y seguridad jurídica y adecuada defensa en
perjuicio de los amparista ******* * **** **** ,
ambos de apellidos ****** *******; por tanto, a fin
de restituirlos en el goce de sus derechos
violentados, de conformidad con lo que establece el
artículo 77, fracción I, de la Ley de Amparo, procede
concederles el amparo y protección de la Justicia
Federal solicitados a fin de que los Magistrados
de la Primera Sala del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado de Jalisco, procedan en los
siguientes términos:

a). Dejen insubsistente el acto reclamado,


es decir, la resolución que emitieron el
quince de junio de dos mil dieciocho, en el
toca penal ********.

b). En su lugar, con plenitud de jurisdicción,


emitan otra determinación que puede ser en
el mismo sentido o uno diverso al aquí
analizado, pero para ello deben purgar los
vicios formales destacados en la presente
sentencia constitucional y respetando el
principio de congruencia.

45
Cabe comentar, que este Juzgado de Distrito
tiene la firme convicción de que el juicio de amparo
no es una herramienta legal para generar impunidad

PJF - Versión Pública


o injusticias, por lo que se estima de suma
importancia que la presente concesión de amparo de
ninguna manera tiene como efecto establecer el
sentido en que habrá de emitirse la nueva resolución
y menos aún la tardanza de un procedimiento penal,
sino únicamente que se purguen los vicios formales
destacados en este fallo.

Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis de


jurisprudencia visible en la página 74, Tomo IV,
Octubre de 1996, Novena Época, Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
bajo la voz:

“ORDEN DE APREHENSIÓN Y AUTO DE


FORMAL PRISIÓN. EFECTOS DEL AMPARO
QUE SE CONCEDE POR FALTA O
DEFICIENCIA DE FUNDAMENTACIÓN Y
MOTIVACIÓN DE ESAS RESOLUCIONES.
Tratándose de órdenes de aprehensión y de
autos de formal prisión, el amparo que se
concede por las indicadas irregularidades
formales, no produce el efecto de dejar en
libertad al probable responsable, ni tampoco el
de anular actuaciones posteriores, sino que en
estos casos, el efecto del amparo consiste en
que la autoridad responsable deje insubsistente
el acto reclamado y con plenitud de jurisdicción
dicte una nueva resolución, la cual podrá ser en
el mismo sentido de la anterior, purgando los
vicios formales que la afectaban, o en sentido
diverso, con lo cual queda cumplido el amparo.
De ahí que en la primera de esas hipótesis las
irregularidades formales pueden purgarse sin
restituir en su libertad al quejoso y sin demérito
de las actuaciones posteriores, porque no
estando afectado el fondo de la orden de

46
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

aprehensión o de la formal prisión, deben


producir todos los efectos y consecuencias
jurídicas a que están destinadas.”.

PJF - Versión Pública


La concesión del amparo se hace extensiva respecto
del acto de ejecución reclamado al Juez de lo Penal
de Puerto Vallarta, Jalisco, ya que su actuar no se
combate por vicios propios en su emisión, sino como
consecuencia de la resolución reclamada que hoy se
ordenó dejar insubsistente.

Es aplicable al caso, en lo conducente, la


Jurisprudencia VI.2o.J/338, sustentada por el
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito,
visible en la página 69, Tomo 83, del Semanario
Judicial de la Federación, Octava Época, que a la
letra dice:

“AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS DE.


NO RECLAMADOS POR VICIOS PROPIOS. Si
la sentencia de amparo, considera violatoria de
garantías una resolución, igual declaración debe
hacerse respecto de los actos de autoridad que
pretendan ejecutarla, si no se reclaman,
especialmente, vicios de tal ejecución”.

En otro orden de ideas, respecto del escrito de


alegatos número ********* , presentado por la
Agente del Ministerio Público adscrita a este órgano
judicial (fojas 114 a 117), a través del cual, por los
motivos que expone, solicita se niegue a la parte
accionante de este amparo la protección de la
Justicia Federal, dígasele que debe estarse a lo
resuelto en la presente resolución, en donde se
detallan las razones y fundamentos que generan la
concesión del amparo en los términos y bajo las
condiciones descritas en el estudio que al efecto se
47
hace; además, cabe hacerle saber que esos alegatos
no forman parte de la litis, en razón de que el Juez
de Distrito está obligado exclusivamente a examinar

PJF - Versión Pública


la justificación de los conceptos de violación
contenidos en la demanda constitucional, en relación
a los fundamentos del acto reclamado y con los
aducidos en el informe con justificación.

Es aplicable a lo anterior, en lo conducente, la


Jurisprudencia P./J. 27/94, del Plano de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable en la
página 14, Agosto de 1994, de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Octava Época,
(registro IUS 205449), que a la letra dice:

“ALEGATOS. NO FORMAN PARTE DE LA


LITIS EN EL JUICIO DE AMPARO. Esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia publicada con el número 42, en la
página 67, de la Octava Parte, del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1917-1985,
sostuvo el criterio de que el Juez de Distrito
exclusivamente está obligado a examinar la
justificación de los conceptos violatorios
contenidos en la demanda constitucional, en
relación con los fundamentos del acto reclamado
y con los aducidos en el informe con justificación;
pero, en rigor, no tiene el deber de analizar
directamente las argumentaciones que se hagan
valer en los alegatos, ya que no lo exigen los
artículos 77 y 155 de la Ley de Amparo; este
criterio debe seguir prevaleciendo, no obstante
que con posterioridad mediante decreto de
treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y
tres, publicado el dieciséis de enero de mil
novecientos ochenta y cuatro, se hubiera
reformado el artículo 79 de la Ley de Amparo,
que faculta a los Tribunales Colegiados de
Circuito y a los Jueces de Distrito para corregir
los errores que adviertan en la cita de los
preceptos constitucionales y legales que se
estimen violados, así como examinar en su
conjunto los conceptos de violación y los

48
AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

agravios, "así como los demás razonamientos de


las partes", a fin de resolver la cuestión
efectivamente planteada, pues basta el análisis
del citado precepto para advertir que no puede

PJF - Versión Pública


estimarse que tal reforma tuvo como finalidad
incorporar forzosamente los alegatos dentro de la
controversia constitucional, sino que
exclusivamente está autorizando la interpretación
de la demanda con el objeto de desentrañar la
verdadera intención del quejoso, mediante el
análisis íntegro de los argumentos contenidos en
la misma y de las demás constancias de autos
que se encuentren vinculadas con la materia de
la litis, como lo son: el acto reclamado, el informe
justificado, y las pruebas aportadas, en
congruencia con lo dispuesto por los artículos
116, 147 y 149 de la invocada ley, ya que sólo
estos planteamientos pueden formar parte de la
litis en el juicio constitucional, además, de que
atenta la naturaleza de los alegatos, estos
constituyen simples opiniones o conclusiones
lógicas de las partes sobre el fundamento de sus
respectivas pretensiones, sin que puedan tener
la fuerza procesal que la propia ley le reconoce a
la demanda y al informe con justificación, por lo
que no puede constituir una obligación para el
juzgador entrar al estudio de los razonamientos
expresados en esos alegatos.”

Por lo expuesto y con fundamento en los


artículos 103, fracción I y 107, fracción VII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 1°, fracción I, 73, 74, 77, 79 y 124 de la
Ley de Amparo en vigor, se

RESUELVE:

PRIMERO. Se sobresee en el presente juicio


de amparo promovido por ******* * **** ****,
ambos de apellidos ****** *******, únicamente
contra los actos de ejecución establecidos en el
considerando tercero de esta sentencia y
respecto de las autoridades que en el mismo se

49
establecen (Juez de lo Penal de Puerto Vallarte y
Fiscal General, ambos del Estado de Jalisco), por
los motivos y fundamentos expuestos en el

PJF - Versión Pública


propio considerando.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y


protege a ******* * **** **** , ambos de apellidos
****** ******* (imputados en la causa penal de
origen), respecto del acto que respectivamente
reclaman a las autoridades señaladas como
responsables denominadas Primera Sala del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Jalisco, consiste en la resolución de quince de
junio de dos mil dieciocho y su ejecución al Juez
de lo Penal de Puerto Vallarta, ambos del Estado
de Jalisco; por los motivos, fundamentos y para
los efectos precisados en el último considerando
de esta sentencia.

Notifíquese personalmente.

Así lo resolvió y firma el licenciado Jesús


Terríquez Basulto, Juez Primero de Distrito de
Amparo en Materia Penal en el Estado de Jalisco,
ante la licenciada Carmen Alicia Castillo Muñoz,
Secretario que autoriza y da fe, el día de hoy
veintisiete de diciembre de dos mil dieciocho, en
que lo permitieron las labores de este Juzgado de
Distrito.

JUEZ SECRETARIA

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AMPARO INDIRECTO: 1118/2018-I

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El licenciado(a) Carmen Alicia Castillo MuÃoz, hago constar y certifico que en
términos de lo previsto en los artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en
lo relativo de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en el
ordenamiento mencionado. Conste.

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