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Arqueología
SARA LADRÓN DE GUEVARA
SERGIO VÁSQUEZ ZÁRATE
LAS DIVISIONES GEOGRÁFICAS Y TEMPORALES Pirámide de los Nichos. Dibujo de Carl Nebel 1836.
Aunque el pasado prehispánico de Veracruz suele identi- Con fines prácticos, los arqueólogos contemporáneos han
ficarse con tres culturas principales —olmecas en el sur, dividido el territorio veracruzano en cuatro áreas geográ-
totonacos en el centro y huastecas en el norte—, es nece- ficas: Norte, Centro-Norte, Centro-Sur y Sur de Veracruz. A su
sario subrayar la existencia de un panorama pluricultural vez, cada una de estas áreas se ha subdividido en zonas que
y multiétnico mucho más diverso y dinámico, como el que suponen cierta individualidad cultural y regional en distintos
hoy subsiste y como lo sugiere la amplia diversidad estilís- momentos del devenir histórico.
tica e iconográfica de sus expresiones arqueológicas para las
etapas precolombinas. Basada en la evidencia material, se Aunque los límites geográficos han sido objeto de discusión,
ha tratado de reconstruir la configuración histórica y cultural se han utilizado a los ríos y a las cadenas montañosas como
del antiguo territorio costero, pero este esbozo aún presenta referentes de demarcación espacial. La cuenca del río Papa-
grandes vacíos temporales y espaciales. loapan es el rasgo geográfico más utilizado para dividir el sur
Arqueología 35
territorio, pero las cuencas de los ríos Pantepec, Tuxpan y de la época colonial. Por supuesto, la división tripartita en
Chicayán también juegan un papel sobresaliente en la hidro- grandes horizontes es insuficiente para caracterizar todos
logía regional. Por el poniente, Veracruz extiende un impor- los cambios en una secuencia que se prolonga por más de
tante brazo que sigue las elevaciones montañosas hasta tres milenios y, de hecho, muchos especialistas han afinado
alcanzar los límites interestatales de Hidalgo y Puebla, en un y subdividido cada periodo, proponiendo fases de transición,
enclave geográfico donde se encuentra una de las confluencias como el Protoclásico y el Epiclásico. Pero en términos gene-
interétnicas y pluriculturales más representativas del país. rales, la utilización de esta clasificación temporal permite
tener una idea general de la sucesión cronológica de los
En términos temporales también ha sido necesario hacer numerosos sitios que se han descubierto en territorio vera-
divisiones tentativas para ubicar, con mayor precisión, los cruzano, y comparar su desarrollo con otros sitios contempo-
momentos, las permanencias y las discontinuidades histó- ráneos de Mesoamérica.
ricas, pues los datos indican que existió presencia humana
en el actual territorio veracruzano desde hace más de seis SUR DE VERACRUZ
milenios. Las caracterizaciones cronológicas son útiles para
entender las fases de poblamiento, auge, apogeo, contactos, El Sur de Veracruz se extiende desde la gran cuenca del Papa-
migraciones, entre muchos otros procesos culturales. loapan hasta el río Tonalá, y comparte sus límites interesta-
tales con Oaxaca. Comprende dos de los sistemas hidrológicos
Se han propuesto largas secuencias divididas en fases cultu- más importantes del país: el Papaloapan con sus afluentes y
rales. Si bien existe un rechazo a la denominación de los el río Coatzacoalcos. La mayor parte de este vasto territorio
periodos como Preclásico, Clásico y Posclásico, por referirse está compuesto por amplias planicies costeras, de formación
a términos que aluden a culturas del Viejo Mundo y por dar aluvial, sólo interrumpidas por la Sierra de Los Tuxtlas, una
juicios que valoran a un periodo en particular como cúspide irrupción de origen volcánico que llega a alcanzar los 1,700
de un proceso civilizatorio, lo cierto es que estos términos se metros sobre el nivel del mar.
han generalizado de tal forma que la mayoría de los arqueó-
logos los seguimos utilizando. Así, por economía referencial, Debido a su homogeneidad orográfica y a su suave relieve,
seguimos aludiendo a tres extensos periodos con esos poco la hidrografía suele ser muy dinámica en la estación de
exitosos nombres. Generalmente, las secuencias parten lluvias, generando desbordamientos e inundaciones perió-
desde los momentos en que se establecen las primeras dicas. Esta condición dio lugar al desarrollo de una arqui-
aldeas, es decir, desde el inicio del horizonte que los arqueó- tectura de tierra basada en la construcción de montículos
logos llaman Formativo o Preclásico, y que en términos gene- y plataformas como basamento de sus habitaciones o
rales suele ubicarse entre el año 1500 antes de la era, hasta templos. La excepción a esta planicie la constituyen algunas
el 300 d. C. Por supuesto, este horizonte se ha subdividido elevaciones contiguas a antiguos domos salinos, es decir,
en fases, al reconocer distintos complejos estilísticos en los la formación de cuencos superficiales que emergen desde
restos materiales producidos a lo largo de este periodo. el subsuelo y dan lugar a plegamientos orográficos, como
la meseta de San Lorenzo o los cerros de El Mixe, Medias
Entre los años 300 y 900 de la era, ocurre un desarrollo que Aguas y El Manatí. Estas elevaciones suelen estar acompa-
se conoce como horizonte Clásico. En este periodo surgieron ñadas de manantiales de agua dulce o de antiguos vasos
ciudades y grandes centros donde residía una población geológicos y covachas, de manera que las confluencias del
numerosa, gobernada por una clase dirigente íntimamente trinomio “cerro, agua y cueva” fueron consideras como
relacionada con cultos religiosos. Este periodo también lugares sagrados entre la antigua población prehispá-
es subdividido en Temprano, Medio y Tardío. El siguiente nica. De hecho, los cuatro sitios mencionados se desarro-
periodo, llamado Posclásico, se prolonga desde los fines del llaron durante el periodo Preclásico y constituyen acaso
primer milenio, hasta los años del contacto con la cultura los orígenes de la valoración simbólica sagrada de estos
hispánica. Este periodo se subdivide también en Temprano accidentes geográficos. La montaña se constituirá a partir de
y Tardío. Generalmente se toma el año de 1521, cuando entonces como elevación sagrada, pletórica de agua, reprodu-
el ejército comandado por Cortés conquistó la ciudad de cible en las pirámides y las cuevas. Los manantiales serán reco-
Tenochtitlan, como el fin de la época prehispánica y el inicio nocidos a partir de entonces como entradas al inframundo.
Arqueología 37
El Manatí
En 1988, un grupo de campesinos realizó un hallazgo especta- culto cuidadosamente planeadas, en un lugar que los olmecas
cular cuando construían unos estanques que serían utilizados seguramente consideraban sagrado desde hace más de 3,500
como criaderos de peces: en un manantial contiguo al cerro años. A partir de entonces, los cerros, los nacimientos de agua,
El Manatí, se descubrieron algunos bustos de madera tallada, así como las cuevas, constituyeron espacios simbólicos primor-
hachas de piedra verde, madejas de hule, semillas, bastones diales en el sistema de creencias mesoamericano. En conjunto,
de mando de madera y restos óseos humanos. Estas eviden- los materiales y los datos obtenidos son de gran relevancia para
cias son parte de uno de los hallazgos más importantes de la comprender las actividades religiosas de la cultura olmeca en su
arqueología mexicana, debido a que los materiales de origen fase Formativa temprana (ca. 1600-1200 a. C.). Por ejemplo, las
orgánico muy excepcionalmente se conservan en contextos bolas de hule natural demuestran que el juego de pelota era un
arqueológicos de gran antigüedad. El contexto fue explo- ritual relevante en épocas muy tempranas, las semillas indican
rado por los arqueólogos Ponciano Ortiz y Carmen Rodrí- prácticas agrícolas, los restos óseos y otros elementos votivos
guez, quienes pudieron fechar estos vestigios excepcionales demuestran la existencia de ceremonias funerarias y ofrendas
y recuperar nuevos elementos asociados a actividades de asociadas al agua y la fertilidad.
De la misma manera, en sus esculturas los olmecas seña- decir, la zona entre el Golfo y el Pacífico donde el territorio
laron la importancia de estos elementos. Así, por ejemplo, mesoamericano se estrecha, dividiendo al sureste mexicano
en los tronos, antes conocidos como altares, se representó a del Altiplano Central. Desde tiempos prehispánicos, esta franja
menudo en su base a un personaje surgiendo de una cueva. ha concentrado gran parte de las rutas comerciales que se
Se trataba muy probablemente del ancestro que legitimaba extienden entre Centroamérica, el centro y norte de México.
el poder del gobernante que hacía uso de dicho trono y La importancia estratégica de este estrecho geográfico resulta
reivindicaba así claramente su jerarquía. clave, pues desde el sur de Veracruz es posible acceder a las
costas del Pacífico o a Guatemala, a través del corredor central
Regresando al paisaje, las suaves elevaciones y mesetas que de Chiapas, e incluso conectarse, por la vía fluvial, con los
se encuentran a intervalos en las grandes planicies del sur, cauces del San Pedro Mártir y el río Usumacinta.
jugaron un papel clave en la localización de los asentamientos
prehispánicos más importantes, pues la abundancia de las A lo largo de esta ruta se reconocen los asentamientos de
aguas constituía una amenaza latente a la vida de los pueblos sitios que permitían el comercio de un producto particular-
ribereños, aunque los cíclicos desbordamientos también enri- mente valioso: el jade. Esta piedra dura, de color verde, al
quecían los suelos agrícolas. La tradición de construir montí- igual que otros materiales pétreos duros y de color verde,
culos para servir de basamento a las casas o templos inicia una como la serpentina o la jadeíta, eran recuperados en el
forma de arquitectura que da lugar a patrones planificados, Valle de Motagua, en Guatemala, y se transportaban para
los cuales se constituirían en emplazamientos urbanos. Los constituirse en la materia más valiosa para la fabricación
montículos de tierra son el precedente de edificaciones recu- de hachas, joyería e implementos rituales. El aprecio por
biertas de piedra, las típicas pirámides, que habrán de carac- estos materiales habría de permanecer a lo largo del desa-
terizar a las civilizaciones mesoamericanas. rrollo mesoamericano hasta la llegada de los españoles. Los
olmecas inician tradiciones, en este caso comerciales, pero
Los datos arqueológicos recuperados en el centro político también conceptuales, religiosas, técnicas y materiales, que
olmeca de San Lorenzo Tenochtitlan sugieren que casi toda se mantienen caracterizando a las culturas desarrolladas en
la meseta era habitada, incluso por los miembros de la élite, el área mesoamericana.
y que los asentamientos de las tierras bajas podrían haber
tenido mayor movilidad poblacional, dependiendo de las Las grandes planicies costeras del sur alojaron los primeros
temporadas y las actividades agrícolas y de pesca. centros políticos de Mesoamérica y, de hecho, constituyen la
mayor parte del área metropolitana de la cultura olmeca. En
El sur de Veracruz cuenta con algunas corrientes fluviales general, son suelos irrigados y fértiles, y su red hidrográfica
navegables y forma parte del llamado “embudo ístmico”, es puede complementar con recursos pesqueros la demanda
38 PATRIMONIO HISTÓRICO
97°00’ W 96°00’ W
Topiltepec
Cerro Marín
Almolonga
Cerro Montoso Cerro de Piedras
Xalapa
Napatecutlan Gallegos
Llano de Zárate
Mata Verde
Hueyaltepec Coatitilan Santa Rosa Chalahuite
Orduña
Xico Viejo Idolos-Acantonaltepec La Gloria
La Gloria Plan del Río
Palo Gacho El Palmar
19°30’ N Rinconada La Posta
Jesús E. Zapata
Ixhuacán de los Reyes Carrizal Amelco
Quiebracha Carretas
Paso de Ovejas El Hatito
Poxtla Remudadero Tolome
El Hato Buenavista
Tierra Colorada
Pachuquilla Palmaritos Buena Vista
Tlacotepec Santa Fe
Comapa La Palmilla Veracruz
Huatusco Chixtla Tenenexpan El Buzón Punta Mocambo
Vega
La Polvareda
Capulapa Loma de los Carmona Sacrificios
Zentla El Sauce
Iztiuca Remojadas
Matlaluca San Diego
Soledad de Doblado
Tetelzingo Teteles La Cantera
Paso Caballo
Vacas Gordas
Córdoba
Cueva Pintada La Capilla
Juchil
Paso del Macho La Tuna
Ahilizapan Capulines
Rcho. Viejo
Naranjal
Cruz Verde San José de Abajo
Tecamalucan C. de los Tiestos
Coetzala Copalillo
Tres Encinos La Encantada
Acultzingo C. de la Gallina
Puente de Atempa
Guadalupe
El Calvario Salitral
Fraternidad
Nopiloa Villa Lerdo Mocheta
Cochindi Los Cerros La
an
Sandial Peludo
oap
Papal
Tehuipango
Coba
Tehuacán Chapaballai Hueyapan
Tierra Blanca El Corte
Paso del Amate San M
Arroyo de Amates Tres Zapo
Omea
18°30’ N Los Changos Cosamaloapan
Mazumia
Est. Tuxtilla
Nopaltepec
Tlacojalpan Paraíso Novillero
El Pedregal Tuxtilla
Tuxtepec
San Isidro
El Mirador
S
A
T
San Gabriel
D
O
D
E
O
A
X
A
C
A
17°30’ N
Oaxaca
97°00’ W 96°00’ W
Arqueología 39
95°00’ W 94°00’ W
Rangos de altitud
sobre el nivel del mar:
do Mocheta
La Esperanza
0 50 Km
Cobatan Sontecomapan
Santiago Tuxtla
eyapan
Tanaspi
San Marcos Matacapan Chalchoapan
l Amate Piedra Labrada
Tres Zapotes Sesecapan Excuinapan
Omeapan Cartagena
Dos Arroyos 18°30’ N
Mazumiapan Zapoapan
Ocotal Grande
Cerro Pelón
Soteapan
San Pedro
Juan Díaz Covarrubias Coatzacoalcos
Hueyapan
Potrero de Los Cerritos La Venta
La Cañada
Nanchital Tuzandepetl
sla Rancho Viejo
Paso Nuevo
Cosoleacaque Cerro de Agalapan
Rodríguez Clara Jáltipan Cerro de Acala
Jimba
Las Choapas
Coachapa Tabasqueño Mexcalapa
Boca de Filisola
Soledad
San Lorenzo San Cristóbal
an
Ju Tecuanapa
n
Sa Cascajal
Cascajal
Arroyo Grande
Mancuernillas
s
co
al
co
za
at
Co
Pueblo Viejo
17°30’ N
95°00’ W 94°00’ W
40 PATRIMONIO HISTÓRICO
Arqueología 41
Escultura monumental
A lo largo del desarrollo mesoamericano se utilizó la escul- La piedra generalmente utilizada por los olmecas para
tura monumental para conmemorar eventos importantes, realizar esculturas monumentales es el basalto, que es un
tales como la entronización de los señores o los finales de material de gran dureza. Esto sorprende si consideramos
periodos calendáricos. Así, es común contar con estelas que no contaban con herramientas de metal para traba-
grabadas con inscripciones en sitios correspondientes a jarlo. También sorprende el enorme peso de los bloques que
diversas culturas. También en escultura monumental se alcanza varias toneladas y que, en el caso de San Lorenzo,
realizó la imagen de las deidades magnificando sus propie- era desplazado desde Los Tuxtlas a unos 60 km de distancia.
dades. Conocemos esculturas monolíticas de tradiciones
tan tardías como los aztecas, pero esta tradición tuvo sus De acuerdo a su forma y función, las esculturas olmecas prin-
orígenes en la cultura olmeca. cipalmente se dividen en tres tipos: cabezas, estelas y tronos.
de alimentos. Hacia el Uxpanapa aún se encuentran grandes de las planicies pudo suplirse, en buena medida, con el desga-
extensiones de selva tropical que en tiempos pasados alojaron jamiento de grandes bloques del flanco sureste del macizo
una amplia biodiversidad: desde maderas preciosas hasta la montañoso. Se trata del movimiento de grandes bloques,
fauna mayor, entre la cual el jaguar tenía un papel protagó- para esculpir los monolitos que caracterizan a la cultura
nico en la cosmovisión de los antiguos olmecas. olmeca: cabezas colosales, estelas y tronos. No obstante,
el traslado de los monolitos hasta los centros olmecas,
Sin embargo, las llanuras de Sotavento carecían de otros como San Lorenzo y La Venta, debió haber sido sumamente
bienes requeridos por grupos cada vez más numerosos y complejo, debido a la multitud de cauces perennes e inter-
estratificados; no existen yacimientos de piedra, y muchos mitentes y a la intrincada vegetación. La proeza de las tallas
minerales y pigmentos inorgánicos se asocian a formaciones monumentales sólo puede explicarse en la medida que se
ígneas, más que a suelos aluviales, de manera que fue nece- reconozca la complejidad política y social de estos pueblos
sario importar productos y bienes desde sitios lejanos. Por formativos y el ejercicio del poder que seguramente agluti-
ejemplo, de Chiapas y Guatemala se obtenía el ya mencio- naba el control político con el discurso simbólico religioso.
nado jade, el ámbar, las plumas de aves preciosas y algunos
minerales. Otros recursos, como la piedra basáltica, arcillas En la arqueología del sur de Veracruz, las principales incóg-
y animales lacustres, se obtuvieron de lugares más cercanos, nitas solían derivar de la identidad étnica y la cronología de los
como la Sierra de Los Tuxtlas. grupos olmecas, también referidos como “cultura de La Venta”
o los tenocelome (hombres con boca de jaguar). Hoy existe
Esta formación montañosa constituye, hasta hoy, el área de consenso en la ocupación temprana por los grupos que elabo-
selva tropical más septentrional del continente. Su cercanía a las raron monumentales tallas en piedra, pero antes de contar con
costas del Golfo de México establece un gradiente vertical desde fechamientos directos, la datación de las esculturas se basaba
el nivel del mar hasta cerca de 1,700 metros de altura, en apenas en su asociación con materiales cerámicos, de manera que
treinta kilómetros. Consecuentemente, estos niveles alojan una este procedimiento daba lugar a acalorados debates sobre la
gran heterogeneidad ecológica, derivada de la altitud, clima, presencia olmeca en el horizonte Preclásico o Formativo. Los
latitud, edafología y abundante precipitación pluvial. fechamientos absolutos concluyeron el debate. Se cuenta con
dataciones, obtenidas por Carbono 14, de materiales obte-
La historia geológica de Los Tuxtlas se asocia a un intenso nidos en contextos olmecas que resultan claramente corres-
vulcanismo, que incluso ha presentado erupciones en los pondientes al periodo Preclásico. En la actualidad, los estudios
siglos XVII y finales del XVIII. La antigua actividad ígnea formó y reconocimientos arqueológicos se enfocan en los procesos
yacimientos de basalto que afloran hasta la superficie, de de integración política, en las formas de organización social,
manera que la demanda de material pétreo de los pueblos en los cambios y continuidades culturales en múltiples restos
materiales: la cerámica, la lítica, la arquitectura, las evidencias
Cabeza colosal número 5 de San Lorenzo. orgánicas, la transformación del paisaje y la iconografía de la
“cultura madre”.
42 PATRIMONIO HISTÓRICO
Los olmecas
Actualmente, la mayor parte de los arqueólogos reconoce
el importante papel que desempeñó la cultura olmeca en la
conformación histórica y pluricultural del México Antiguo.
De hecho, se ha propuesto que estas antiguas sociedades
podrían considerarse como “la cultura madre” de Meso-
américa, e incluso ha recibido el calificativo de la primera
civilización prístina del Nuevo Mundo.
Escritura y calendario
Uno de los factores que se toma en cuenta para considerar
a una cultura como civilización es el que cuente con un
sistema de registro como lo es la escritura. En Mesoamérica
tenemos clara evidencia del desarrollo de varios sistemas
de registro escrito y gráfico. Particularmente se reconoce
el interés de señalar fechas precisas en una cuenta calen-
dárica amplia, que los mayas desarrollaron con fineza.
Por otro lado, hay una enorme tradición de elaboración de
códices que contienen relatos históricos y descripciones
geográficas en un formato gráfico no lineal.
97°30’ W 97°00’ W
Cerro Espadilla Emilio Carr
Cruz de Hidalgo Plan de la Vieja
Chapachapa
Plan de la Vega
Cerro del Español
Colipa
Quauhzapotitlan Tapapulum 2
Tapapulum 1 Chalahuite 1
El Pozón La Lima
Guerrero
Yecuatla Ce
Plan Grande
Teziutlán Cruz Blanca
Tenochtitlan La Pa
Pueblo Viejo
Cuauhtemoc Plan de la Flor Cerro d
Tatzallamala Juchiq
San Isidro Cerro Botella
La Concordia Plan del Pie Pla
Peña
Monte Real Colorada
Omeapan Chiconquiaco R
Landero y Coss
Miahuatlan
Tonayan
Almolonga
Banderilla
Perote Chiltoyac
19°30’ N Chic
Xalapa
Napatecutlan
Zoncuantla Otates
Chapictla Actop
Coatitilan Barranca San A
Orduña
Hueyaltepec Alborada
Xico Viejo
Cerro San Marcos Mahuixtlán
La Gloria
Texolo Plan del Río
Jesús Teocelo
Ixhuacán de los Reyes E. Zapata
Jalcomulco Car
Tlaltetela Apazapan
Pinillo
Tlapala Sta. Ma. Tlaltetela
Poxtla
Tenampa El Hato
Calcahualco Pachu
Tlacotepec
La Palmilla
E S T
Comapa Chixtla
Huatusco
A D O
Capulapa Zentla
Iztiuca
Matlaluca
Tetelzingo
D E
Córdoba
E B
Juchil
Paso del M
Ahilizapan Cuauhtlalpan
Orizaba
L A
Naranjal
Acultzingo Atempa
El Calvario
Tehuipango
Tehuacán
18°30’ N
97°30’ W 97°00’ W
Arqueología 45
96°30’ W 96°00’ W
lla Emilio Carranza
Vieja Rincón de Moctezuma
n de la Vega Rcho. Nuevo
lipa
Rangos de altitud
La Concordia
sobre el nivel del mar:
Juan Martín
San Luis de Los Reyes más de 4,500 m zonas urbanas
Cerro Yeitzcuinco
El Morro 4,500
anca cuerpos de agua
La Pahuita 4,000
Flor Cerro de Los Atlixcos 3,500 humedales, zonas inundables
Boca de Loma
Juchique Sierra de La Morena 3,000
rro Botella El Colorado Palma Sola 2,500
Plan de Las Hayas
Peña Boca Andrea 2,000 corrientes permanentes
Colorada Cerro Sombreros Brazo Fuerte 1,500
uiaco Rincón de Negros
corrientes intermitentes
Rcho. del Niño 1,000
oss límite estatal
700
Quiahuixtlan-Cerro de Los Metates 300 caminos pavimentados
La Luz 100
Alto del Tizar 0m
isotermas
Topiltepec
Cerro Marín
La Cañada Palmas de Arriba
Palmas de Abajo
molonga
Cerro de La Mancha
Cerro Montoso Cerro de Piedras N
Tres Picos
Chicuasen Gallegos 19°30’ N
Rcho. Las Animas
Otates
G O
La Gloria
O
La Posta
E. Zapata
La Antigua
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Carrizal Amelco
azapan Quiebracha Carretas
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Paso de Ovejas
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X
El Hato Buenavista
I
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aballo 19°00’ N
Vacas Gordas
Cueva Pintada
La Capilla
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an José de Abajo
Copalillo Río Blanco C. de los Tiestos
La Encantada C. de la Gallina
Tres Encinos
Salitral
Fraternidad
Villa Lerdo
Nopiloa
Cochindi
Los Cerros
Sandial
Peludo
Chapaballai
Tierra Blanca El Corte
18°30’ N
96°30’ W 96°00’ W
46 PATRIMONIO HISTÓRICO
La Triple Alianza
Hacia 1428, tres ciudades del Valle de México (Teno-
chtitlan, Texcoco y Tlacopan) integraron una poderosa
confederación que llamaron Excan Tlatoloyan. Durante
casi un siglo, sus ejércitos conquistaron numerosos
pueblos en la mayor parte del territorio mesoameri-
cano e impusieron su dominio político y administrativo,
exigiendo tributos, servicios y numerosos cautivos que
con frecuencia eran sacrificados.
Zempoala.
Arqueología 49
La Sierra Madre Oriental parece una barrera difícil de surcar de que este material era transportado, con él viajaban ideas,
para acceder al Altiplano Central, a través de corredores conceptos, estilos, formas, mitos y rituales que habrían de
topográficos que flanquean las mayores prominencias, caracterizar los tiempos del periodo Clásico.
como el Pico de Orizaba o el Cofre de Perote. Una de las
rutas más estudiadas se localiza en el paso de Maltrata, que La región de La Mixtequilla se encuentra dentro de la zona
conecta el Valle de Orizaba con la planicie poblano-tlaxcal- Río Blanco-Papaloapan a 25 km al oeste de la Laguna de
teca. Otros accesos pueden reconstruirse gracias a la serie Alvarado. Una serie de lagunas y pantanos delimitan natural-
de sitios arqueológicos, como es el caso de Coscomatepec, mente el área. Su nombre deriva de la migración de trabaja-
que se extiende hacia la cuenca del río Jamapa; la ruta de dores mixtecos procedentes del estado de Oaxaca, ocurrida
Tlacolulan, que facilita el tránsito entre el Valle de Perote y la durante el siglo XIX. Con el avance de las exploraciones
cuenca del Actopan, o la conexión entre las costas de Nautla arqueológicas se constató la gran cantidad de sitios prehis-
y la sierra de Puebla, que siguiendo el trazo natural del río pánicos y algunos arqueólogos propusieron que se trataba
Bobos, cruza el actual territorio de Tlapacoyan para enlazar de una subárea cultural con características distintivas en la
la tierra caliente con la planicie central del país. historia mesoamericana. En La Mixtequilla destacan sitios
arqueológicos como El Zapotal, El Cocuite, Cerro de las
Esta ruta resulta fundamental cuando la economía está en Mesas, Ojochal, Santa Ana, Piedras Negras, entre otros. En
buena parte basada en la materia prima de las herramientas: estos sitios se ha recuperado una gran cantidad de escul-
la obsidiana. Puntas de lanza o de flechas, cuchillos, navajas turas de barro, sobre todo en El Zapotal, donde a finales del
prismáticas y hasta ornamentos se producen a partir de este periodo Clásico se construyó una representación, a escala
material volcánico cuyo comercio fue controlado por la gran natural, del mítico destino póstumo del Mictlán, “lugar del
urbe teotihuacana asentada en el Altiplano Central. A la par eterno reposo”.
NORTE DE VERACRUZ
98°00’ W 97°30’ W
21°00’ N
Agua Fría Tematoco Temapache
Piedra Larga
Huitzizilco
La Higuera
Embocadero
Tlaltipac
Coacoaco
Xocoapa
Mesa de Cacahuatengo 1
Pataloya El Anono
es
on
Ixhuatlán de Madero
az Tetzacu
C La Curva
El Zapote
Encinal Jonotal
Tzimintel
Nolanco
Sótano
La Lagunilla
Pap
Tajin Gut
Tuzapan
Chicualoque
Santa Catarina
E S
Espinal
Coyutla
TA
Santa Emilia
El Calalco
D
O
D
E
Zozocolco de Gro.
Tulancingo
P
U
E
B
A
L
20°00’ N
Rangos de altitud
sobre el nivel del mar:
98°00’ W 97°30’ W
Arqueología 57
97°00’ W
98°00’ W
Agua Fría
21°00’ N
Chapapote
Sihuatetl
Tecomaxochitl Patimola La Lomas Piedra Larga
Ahuateno
Sohual Sonamal
Pochoco Teocuayo
Cobos Atlatzintla
Cuilotitla Acaxtitla Tepenahuac La Laja
G O
Chicontepec
Tepetzintla Tianguis Encinal
El Sitio
Xalatla Chapictla
Santa Rosa
L F
Ahuica
Huitzizilco Xochicuatepec
Pemuxtitla Ichcacuaitla
D
Soltepec
Aguatitla Aquixcruz Comotipan II
Ahuimal
E
Mesa Calcote
Tlaltipac
É
Tecalco
es
X
Tetzacual Amatitlan
I C
Ojital La Higuera
La Curva Sesecapa El Brazil
Tepelixco
O
Colatlan Ahuacapan
Tepenene
20°45’ N Palma Real
Nexcuacruz Palachtepec Mesa de Cacahuatengo I
Sta. María la Victoria Pilmapuerta Huahuaco Hueyixtlahuac
Papalocuautla Amecatipa Mesa de Cacahuatengo II
a Rica Polutla Ixtacahuayo Tolico 20°30’ N
Mesa de Cacahuatengo III
El Anono
Tizatal Cacahuatlan
Tecolutla San Bernardo
Totomoxtle El Mirador La Mata Joya Chica
Papantla La Jabonera Cacahuatlan-El Mirador
Cacahuatal
n Gutiérrez Zamora Malpica Rcho. Etipopia Ixhuatlán de Madero Ojital Cuayo
Monte Gordo
Cerro Blanco
nal
El Cocal
Nautla
N
Portingo
El Patio
La Esperanza
Paso Telaya
utilizar el término teenek, como se identifica la lengua predo- El Castillo. Castillo de Teayo.
minante de los pueblos indígenas del norte del estado y que
deriva de la familia lingüística mayance. En cualquier caso, los
nombres también sugieren una pluralidad cultural y aunque zado por las antiguas sociedades del noreste de Mesoamérica.
aún no existe consenso sobre la expansión de estas culturas De esas evidencias se infieren las continuas relaciones cultu-
prehispánicas, se ha propuesto que el río Cazones puede ser rales que los huastecas mantuvieron con otros grupos meso-
una referencia geográfica útil para señalar la máxima exten- americanos, pues compartieron deidades, tecnologías y modas
sión meridional de los huastecas o teenek. cerámicas. También es posible que los contactos de estos grupos
hayan alcanzado los lejanos asentamientos precolombinos del
Cabe mencionar que esta zona ha sido poco estudiada y por suroeste de los Estados Unidos. Sin embargo, la cultura huas-
ello el nivel de conocimiento sobre la historia prehispánica aún teca conservó una clara singularidad, como se aprecia en las
adolece de enormes lagunas. No obstante, las manifestaciones sobrias esculturas femeninas que representan a Tlazolteotl, a
culturales como la escultórica en piedra caliza, cerámica, figuri- la Luna o al Sol, o en las múltiples figurillas de barro asociadas
llas, concha y metalurgia delatan el alto nivel tecnológico alcan- a la fertilidad. Pero también mantuvieron congruencia con
Arqueología 59
El juego de pelota sostener que este territorio alojó importantes núcleos pobla-
Más que un deporte, independientemente de sus reque- cionales con un alto desarrollo cultural desde tiempos muy
rimientos físicos corporales, el juego de pelota consti- tempranos. Hace más de tres milenios, estos grupos humanos
tuyó un ritual en tiempos prehispánicos. practicaban una agricultura que incluía el cultivo de varios
productos, como el maíz, chile, calabaza, frijol y muy proba-
Hoy sabemos —gracias al hallazgo de pelotas de hule blemente la vainilla.
en el sitio de El Manatí— que su práctica se remonta al
Preclásico, pero es durante el Clásico que reconocemos Concha y caracol
su auge, a partir de la multiplicidad de canchas cons- Los huastecas fueron maestros del trabajo en concha, que
truidas en los sitios ceremoniales para su práctica. utilizaban para elaborar joyería, ornamentos y algunas
herramientas pequeñas, como anzuelos o agujas. Los cara-
Seguramente el juego tuvo variantes, pues reconocemos coles de la familia Strombidae fueron utilizados para elaborar
diversidad en la forma y tamaño de las canchas, de los pectorales con forma triangular, representando escenas
cabezales, de los edificios que la conforman. Hay también míticas divididas en dos niveles que, de esta manera, repro-
variedad de atuendos, que incluyen a menudo protec- ducen la idea mesoamericana de la existencia de niveles
tores con formas del conocido complejo de yugos-hachas- cósmicos superpuestos. En el nivel superior aparecen perso-
palmas. Los jugadores pueden o no portar guantes o rodi- najes en escenas de sacrificio o autosacrificio, y en el inferior
lleras. Hay canchas con anillos para el enceste de la pelota aparecen seres asociados con el inframundo.
y las de El Tajín, en lugar de éstos, presentan esculturas en
las esquinas y en el centro de los muros, que acaso servían Domesticación de plantas y animales
como marcadores para el juego. La domesticación de animales y vegetales es resultado
de un largo proceso de observación y experimentación,
El juego de pelota reproducía, simbólicamente, el movimiento en el cual el hombre llega a conocer sus ciclos bióticos
del sol sobre la bóveda celeste, y a menudo se alineaban y los controla progresivamente. La domesticación fue
las canchas para su práctica con los puntos solsticiales. necesaria para que el hombre iniciara una economía de
producción de sus alimentos, en vez de sólo apropiarse
El Juego de Pelota está asociado además con un ritual de los productos que la naturaleza proporcionaba espon-
de sacrificio por decapitación, el cual está representado táneamente. El conocimiento del tiempo y del espacio,
sobre los relieves del Juego de Pelota Sur de El Tajín, así necesarios para propiciar la cría de animales o el cultivo
como en las pinturas murales de Las Higueras y en las de plantas comestibles, revela un alto nivel de desarrollo
estelas de Aparicio. cultural y, por ello, la aparición de la agricultura o la gana-
dería se relaciona íntimamente con el sedentarismo y la
aparición de formas de vida más complejas, que se reflejan
el panteón mesoamericano, de tal forma que entre sus escul- en los cambios sociales y en la transformación del entorno.
turas hallamos representaciones de deidades conocidas en el
Altiplano, tales como Quetzalcóatl, Tláloc, Chalchiuhtlicue o El cultivo de varias especies, como maíz, frijol, calabaza,
Mictlantecuhtli, las cuales son representadas con los mismos chile, amaranto, vainilla o cacao, fue una de las bases de la
símbolos y parafernalia. Destaca también el refinado arte elabo- antigua civilización mesoamericana, y hoy en día su produc-
rado en concha y en metales blandos, como el cobre y el oro, ción constituye un importante legado que se ha extendido
cuya maestría refrenda la individualidad de una cultura alta- al mundo entero.
mente desarrollada. Todos estos elementos son propios de los
huastecas durante el Posclásico, sin embargo reconocemos que
su desarrollo inicia en periodos mucho más tempranos. En el norte del estado se han registrado varios sitios prehis-
pánicos de gran extensión y monumentalidad, cuyo patrón
Las investigaciones pioneras de los arqueólogos Richard urbanístico sugiere una clara división de clases sociales y
McNeish, en el sur de Tamaulipas, Stresser Péan, en San Luis la prominencia de un sistema gubernamental íntimamente
Potosí, y Gordon Ekholm, en el norte de Veracruz, permiten relacionado con la teocracia. Muchos edificios alcanzan
60 PATRIMONIO HISTÓRICO
98°30’ W 98°00’ W
Altamira
Tampico
Ébano
Cuauhtemoc
La Palma
co
nu
Pá Vega de Otates
22°00’ N Pánuco
Chinton
Palacho
Camalote
Vichinchijol
Mata de Jacube
S A N
Tanjuco El Chacuaco-Itzacuac
San Nicolás
Cebadilla
Tecomate
L U I S
Esterillo
Tanciatot
El Higo
P O T O S
Tantomol-Taceme
Jagüey
Í
Mesa de Santiago
21°30’ N
Tamontao
Tantoyuca
Tamalin
Am
Chontla-Cerro del Tigre
Tancoban
H I D A L G O
Tepetzintla
Huejutla
Agua Fría
Tematoco
Piedra Larga
Cuilotitla
La Laja ec
tep
21°00’ N an Chap
P
98°30’ W Pemuxtitla 98°00’ W
Arqueología 61
97°30’ W
98°00’ W
mira Agua Fría
Chapapote
Tampico Sihuatetl
Tecomaxochitl Patimola La Lomas Piedra Larga
Ahuateno
Sohual Sonamal
Pochoco Teocuayo
Atlatzintla
Cuilotitla Acaxtitla
Chicontepec Tepenahuac La Laja
Tepetzintla Tianguis Encinal
El Sitio
Xalatla Chapictla
Cuauhtemoc Santa Rosa
Tzocohuititla Cerro de Aguacatepec
La Ceiba Limontitla Teacal
Ahuica Texisapan Tepetzizala
Huitzizilco Xochicuatepec
Pemuxtitla Ichcacuaitla Soltepec
Aguatitla Aquixcruz Comotipan II
Ahuimal
Ojital Amatitlan
La Higuera
Sesecapa Rangos de altitud El Brazil
Tepelixco
sobre el nivel del mar:
Colatlan Ahuacapan
Tepenene
Palma Real
más de 4,500 m zonas urbanas
4,500
Nexcuacruz Palachtepec cuerpos
Mesa dede agua
Cacahuatengo I
4,000
Sta. María la Victoria Pilmapuerta Huahuaco Hueyixtlahuac
3,500 humedales, zonas inundables
Papalocuautla Amecatipa
3,000 Mesa de Cacahuatengo II
Ixtacahuayo2,500Tolico
G
El Anono
1,500Tizatal corrientes intermitentes
L
Chijol Cacahuatlan
San Bernardo 1,000
El Mirador La Mataestatal
F
0m
isotermas
E
M
É
X
I
C
O
21°30’ N
Isla Lobos
Tamontao
Naranjos
Cuecillos
alin
Amatlatepetl
Cerro Zaragoza
Cerro Azul
epetzintla
0 50 Km
ematoco Temapache
c Tuxpan
epe San Isidro Tabuco
nt Chapopote 21°00’ N
Cobos
97°30’ W
62 PATRIMONIO HISTÓRICO
enormes dimensiones, como es el caso de las amplias plata- Yugo que junto con las palmas y las hachas forma parte de la parafernalia
formas sobre las cuales se erigieron basamentos, templos y asociada al juego de pelota. Representa el rostro de un personaje muerto
construcciones habitacionales para las clases prominentes. dentro de las fauces de un saurio.