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CICLO: X
AULA: 312
TURNO: Noche
2019
El nombre real de Harry Lee era Lee Kuan Yew(LKY). Venía de una familia de orígenes
chinos. Desde un primer momento, destacó como estudiante y soñó con completar su
formación universitaria en Reino Unido. Sin embargo, la invasión japonesa en plena II
Guerra Mundial echó al traste sus planes y le obligó a buscarse la vida a la espera de
un cambio. Por fin, en 1945, LKY pudo viajar a la London School of Economics, de
donde luego pasó a la Universidad de Cambridge. Cinco años después regresó a
Singapur y se especializó en el mundo de la abogacía.
Prioridad electoral
En 1954, LKY funda el Partido de Acción Popular (PAP), con el que se presentó a las
elecciones legislativas celebradas cinco años después. Su principal propuesta era la de
acabar con la corrupción. Aquella sugerencia chocaba con el día a día de una isla en la
que, en palabras del propio LKY las irregularidades estaban a la orden del día,
normalizadas como parte de la cultura de aquella sociedad.
Aunque no era sencillo, LKY consiguió que el mensaje calase entre los electores, hasta
alcanzar el cargo de primer ministro con apenas 35 años de edad. Según afirmó
entonces, aquel resultado era el triunfo del bien sobre el mal, de lo limpio frente a lo
sucio, de lo justo frente a lo malvado. Su estrategia había funcionado de forma
brillante. Pero lo más difícil llegaba ahora. Se trataba de abordar un problema de gran
alcance en un pequeño país que estaba atravesando una situación política y
económica muy complicada.
El PIB per cápita era inferior a lo que hoy serían 450 dólares. El desempleo era elevado.
La educación era de lo más mediocre. LKY sabía que eran necesario un cambio.
Singapur necesitaba atraer inversión para acelerar el crecimiento, pero solo podría
hacerlo si desarrollaba instituciones de calidad. Su objetivo era replicar el imperio de la
ley que había observado en el Primer Mundo. Se trataba de que la isla se diferenciase
de sus vecinos a base de ofrecer una Administración más eficiente y segura. Así
empezó lo que Robert Rotberg ha descrito como una guerra abierta contra la
corrupción, que ha tenido como resultado el sistema anti-corrupción más efectivo del
mundo.
Para impulsar su reforma de las Administraciones, Lee Kuan Yew (LKY) tomó como
referencia una antigua institución colonial heredada de los británicos: la Oficina de
Investigación de Prácticas Corruptas. Dicha instancia fue creada en 1951, para
investigar las malas prácticas de la policía. Pero la Oficina nació, ante todo, como un
gesto político. No tenía dientes para actuar de forma efectiva y tampoco contaba con
medios suficientes para lograr cambios de calado.
La Oficina partió con una plantilla de apenas 8 trabajadores, pero fue expandida hasta
alcanzar la figura de los 177 investigadores. Su presupuesto también creció
significativamente y se multiplicó un 5.000%. Además, se endurecieron las penas de
forma exponencial, de modo que un pequeño soborno puede acarrear una multa de
70.000 dólares, que además lleva pareja la pérdida del trabajo en la Administración.
LKY quería mandar un mensaje claro y permitió que la Oficina persiguiese a altos
cargos de su Administración. En 1966 se investigó al representante del gobierno en el
consejo de las aerolíneas nacionales de Malasia. Aunque no llegó a ser condenado, fue
defenestrado por la sombra de sospecha que generaban sus actuaciones. Algunas
décadas después, un exministro llegó a suicidarse antes de soportar el deshonor ligado
a una investigación por presunta corrupción.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.bbc.com/mundo/noticias-47032379
https://actualidad.rt.com/opinion/roque-caravedo/224233-claves-exito-singapur-acabar-
corrupcion
https://elpais.com/internacional/2015/08/09/actualidad/1439155558_848900.html