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CÓMO AYUDAR A UN ADOLESCENTE A ENCONTRAR SU PROPÓSITO

La pregunta fundamental con la cual los jóvenes luchan el día de hoy es: “¿por qué estoy
aquí?”
A diferencia de las generaciones pasadas, los jóvenes de hoy no están buscando el
significado de la vida. En cambio, ellos están buscando el significado en la vida, un
propósito para vivir, algo que hace que sus vidas valgan la pena vivirlas.
El hecho es que ellos están buscando eso mismo por lo cual Dios los hizo, y por eso es
importante que les enseñes a los jóvenes sobre su propósito en la vida.
La Biblia enseña que Dios hizo a todos –Incluso a los adolescentes– con un propósito.
Por ejemplo, en colosenses nos dice: “Para todo, absolutamente todo, arriba y abajo,
visibles e invisibles… todo se inicia en él y encuentra su propósito en él”(Colosenses 1:16
MSG)
¿Crees que verías una diferencia en la vida de tu hijo o de tu hija adolescente, sí él o ella
se sintiera verdadera y completamente aceptado por Dios? ¿Qué pasa si ellos entendieran
–Profundamente– que pertenecen a la familia de Dios? ¿O que la mano de Dios los guiará
–Deliberadamente– a lo largo de la vida?
¿Cómo crees que reaccionarían tus jóvenes si ellos descubren que Dios los creó para una
misión específica en la vida, y que El está listo para que ellos empiecen esa misión ahora,
sin importar su edad?
Francamente, todo esto es verdad, pero creo que a menudo perdemos el enfoque de esto
a medida que nos enfrentamos a los desafíos cotidianos de ministrar a los adolescentes en
el siglo XXI. Sin embargo, la Biblia dice que Dios tenía 5 propósitos en mente cuando hizo
a cada uno de nosotros. Descubrir y vivir estos propósitos es lo más importante que
cualquiera de nosotros puede hacer, y como pastor, enseñar estos 5 propósitos a nuestros
jóvenes es fundamental para verdaderamente entrenarlos en los caminos del Señor.
Los adolescentes fueron creados por Dios para cumplir con estos 5 propósitos:
Cada joven fue planeado para el placer de Dios
Puedes imaginar cuan diferente pueden ser los jóvenes si realmente creyeran que Dios los
hizo para su propia alegría. Es una verdad tan importante decir a los jóvenes que el primer
propósito para vivir es esto: fueron planeados para el placer de Dios.
Apocalipsis 4:11 dice: “Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y
poder. Pues tú creaste todas las cosas, y existen porque tú las creaste según tu voluntad”
(NTV).
Sin embargo, la mayoría de los adolescentes luchan con el amor y con la aceptación.
Necesitamos incorporar en sus vidas el precioso conocimiento de que fueron creados como
un objeto del amor de Dios. Y nuestros niños necesitan saber que no hay nada –
Absolutamente nada– que podrá detener a Dios de amarlos. Él ama y acepta a los
adolescentes, independiente de los piercings o los tatuajes, Dios los ama exactamente
como son.
Todo joven fue formado para la familia de Dios
Los adolescentes buscan un grupo donde puedan pertenecer, un lugar donde puedan
sentirse aceptados. Y yo creo que ellos lo hacen porque Dios creó a cada uno de nosotros
con un anhelo de pertenencia.
Él nos dio este anhelo porque su segundo propósito al crearnos fue para convertirnos en
un miembro de su familia. Efesios 1:5 nos enseña, “Su plan inmutable siempre ha sido
adoptarnos en su propia familia.” (TLB)
Los jóvenes podrían preguntarse si algunas de sus amistades sobrevivirían un solo verano.
Sin embargo, la familia de Dios –Y nuestra relación con los creyentes– se extenderá por la
eternidad. Necesitamos enseñarle a nuestros jóvenes que la vida cristiana no es solo una
cuestión de creer; también se trata de pertenecer. Dios no nos creó solo para ser
creyentes; también fuimos creados para pertenecer a la familia de Dios.
Cada adolescente fue creado para ser como Cristo
Dios creó a cada uno de nosotros para ser como Cristo, y llamamos a eso discipulado.
Dios nos hizo transformarnos en la semejanza de su hijo, Jesucristo.
Como hemos hecho a menudo decir de los evangelistas: No hay –y nunca hubo– un plan B
en el diseño de Dios. Tú necesitas transmitir a tus jóvenes la sensación de que no fueron
un accidente. Los nacimientos y las familias de tus jóvenes son parte del plan original de
Dios. Incluso si hubo errores en el pasado, Dios obra todas las cosas para aquellos que lo
buscan y son llamados según su propósito.
Dios está trabajando en el mismo plan que él siempre ha tenido desde el principio de los
tiempos.
Como pastores, el plan de Dios debe convertirse en nuestro plan –Inmediatamente.
Nuestra meta debe ser ayudar a nuestros adolescentes a ser más y más como Cristo.
Parte del proceso es ayudarlos a entender como Dios va a llevarlos a través de todo lo que
Jesús pasó –Incluyendo soledad, tentación, impopularidad, críticas y más. Solo entonces
podrán realmente llegar a ser como él.
Mirando sobre esa lista, suena como que Jesús vivió la experiencia adolescente
americana. Sin embargo, cuando nuestros jóvenes experimentan estas circunstancias,
hacemos todo lo que podemos para arreglar el problema, sin tomarnos el tiempo para
determinar si esto es algo que significa hacer que nuestro joven sea más parecido a Cristo.
Ayudar a nuestros jóvenes a ver sus problemas desde la perspectiva de Dios, los ayudará
a someterse a su mano soberana mientras trabaja para hacerlos más parecidos a Cristo.
Cada adolescente es formado para el servicio
Dios creó a cada uno de nosotros para servirle, y en la iglesia lo llamamos ministerio.
Efesios 2:10 enseña “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo
Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”
(NTV)
Cada cristiano es creado para servir, y eso significa que los jóvenes son llamados al
ministerio, creados para el ministerio, salvos para el ministerio, y únicos dotados para el
ministerio. La Biblia deja muy claro que cada cristiano es un ministro, independiente de su
edad.
Necesitamos enseñar a nuestros adolescentes que no necesitan esperar hasta hacerse
mayores para saltar en el ministerio. El Dios del universo los formó para servir, y pueden
comenzar ahora mismo.
Y cuanto más temprano empiece tu adolescente, cuanto antes el cuarto propósito de Dios
para su vida –El servicio a Cristo– se desarrollará profundamente.
Cada adolescente fue hecho para la misión
¿Crees que tu adolescente se sentiría animado a saber que Dios lo creó a él o ella para
una misión específica aquí en la tierra?
Jesús dijo en Juan 17:18, “[padre], del mismo modo que me diste una misión en el mundo
así yo los he dado una misión en el mundo.”(MSG)
Cada creyente necesita un ministerio para creyentes, y una misión para los no creyentes.
Los jóvenes pueden hacer ambas, servir a los creyentes y evangelizar a los incrédulos. De
hecho, puedes involucrar familias enteras en un viaje misionero o en llegar a su barrio para
Cristo.
Estudios muestran que la mayoría de las personas que llegan a Cristo –al menos en los
Estados Unidos– llegan a él antes de cumplir los 18 años. Otros estudios muestran que la
gente es mucho más receptiva al escuchar el evangelio de un amigo que de un extraño.
Esta combinación da a los adolescentes cristianos una oportunidad increíble para el
ministerio y la misión.

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