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Sorolla es un grito sonoro, demasiado sonoro a. veces, que anula cuanto
#e sittie a su lado, Esto mismo se ha dicho de la loza de Talavera y de al-
gto de los frailes blaneos de Zurbaran”.
‘Tras estas palabras, el lector puede comenzar la lectura de la Crétien
y seguir paso a paso Ia vida y la obra del gran artista, en la deseripelén
{que de ambas nos ofrece un fiel y apasionado diseipulo.
No se le ofreeié el triunfo a Sorolla como don fail y gratuito de la for.
tuna. En complete orfandad desde los doa aiios, Ia infaneia y Ia adoleseen-
cia transcurrieron en el ambiente de una familie artesana, y aun de arte.
‘sano cerrajero fueron sus prineipios. Con el arte eomenzaria sus contac-
tos, primero, a través de la Escuela de Artesanos, de Ia Academia de San
Carlos, luego. Mas tarde, su personalidad destaca y le vale los viajes a
Roma y Paris, Por fin, el éxito, coronado con el encargo de Huntington
para la “Hispanic Society”. ¥ en la plenitud de su gloria, la triste pardli-
ais y Ia muerte, Manaut nos adentra en el vivir y quebacer del macetro
con prosa amena y galana. A las noticias biogréficas y as anécdotas en-
trevera las de los cuadros, morosa y amorosamente descritos y analizados.
Pinez Nev, Canuen G.: Galeréa universal de pintoras. Hditora Nacional,
‘Madrid, 1984; 200 pigs. + 34 lim.
‘Un Prilogo de Maria Luisa Caturla, breve y enjundioso, precede a la.
Introduccién. En ella 1a autora explica los motivos de su obra, que no
pretende ser un tratado, ni una teorfa, ni una critics, sino, simplemente, “uit
instrumento de trabajo” que facilite et de quienes sientan euriosidad por
lag aportaciones de la mujer al arte de I pintura. De ahi que haya proct-
rado hazerlo Io mis exhaustive posible.
El libro recoge iss noticios acerea de todas las pintoras que la autora
ha Hegado a reunir. Ello entrafia una irremediable servidumbre de falta de
equilibrio, servidumbre de la cual adolecen todos los catélogos. Ein cam-
bio, pone de relieve Ia moroaa dedicacién de Carmen Pérex Neu y ia mi«
muciosa y paciente biisqueda que su trabajo supone. Tres son los capitulos
que forman su nticleo: Pintoras desde Grecia a 1800, Pintoras desde 1800
1900 y con fecha aproximada de 1800 a 1900.
Parece claro que el capitulo de mayor interés ha de ser el primero, Ha-
amog en él ¢] nombre dela misteriosa espadola Ende, ilustradora del Beato
tie Gerona, y el de otras espafioles, hasta cuarenta, que cultivaron el arte
de 1a pintura en esos siglos, Pienso que el hecho de poder hallar reunidos
estos nombres, de ordinario dispersos en monografias y articulos cayo
conocimiento es dificil, casi siempre olvidados y oscurecidos por el brillo
de otros artistas, justificaria por sj solo esta publicacidn.
Se comprende que la riqueza de las biografias hagan imposible la re-
sefia de Ia obra. Con funcién de apéndice sigue un capitulo titulado “Pin-
toras que pertenecieron a las Academias de Bellas Artes”, donde se da Ia
relaci6n de las que tuvieron acceao a las de San Fernando, San Carlos de
‘Valencia, San Luis de Zaragoza, de Bellas Artes de C&édiz, de Nuestra Se-
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