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CASO CHINCHERO

El Caso Chinchero ha vuelto a ubicarse en el centro del debate político. El


miércoles, la Comisión de Fiscalización del Congreso pidió al pleno que debata un
informe preliminar sobre el caso elaborado hace dos años. Este documento incluye
entre sus recomendaciones ampliar el plazo de la investigación por 90 días más.

En tanto, el 23 de agosto la fiscal Zoila Sueno Chirinos había formalizado


investigación preparatoria contra 13 personas —ocho funcionarios públicos y cinco
del sector privado— vinculadas a la adenda del contrato del aeropuerto. Entre los
investigados no está el presidente Martín Vizcarra.

Mientras cada uno de estos procesos sigue su curso, es importante entender los
orígenes del Caso Chinchero. ¿Quién es quién, qué es qué y cómo empezaron los
problemas vinculados al postergado aeropuerto del Cusco?

-El sueño de un aeropuerto

La idea de construir un aeropuerto en la pampa del distrito de Chinchero puede


rastrearse hasta los últimos años del gobierno de Francisco Morales Bermúdez.
Para calmar una asonada social, el entonces jefe del gobierno militar ofreció a los
cusqueños construirles un nuevo aeropuerto. El proyecto, sin embargo, fue
rápidamente encarpetado.

Fernando Belaúnde retomó la idea y encargó estudios —según ha reseñado el


general FAP en retiro Alberto Thorndike Elmore—, pero el folio volvió a ser olvidado
hasta el gobierno de Alejandro Toledo. En el segundo gobierno de Alan García se
encargó licitar el proyecto y el contrato final fue suscrito en julio del 2014 por el
gobierno de Ollanta Humala.Desde entonces, Chinchero atravesó una serie de
problemas —explicados a continuación— que dilataron el inicio de las obras hasta
este año. Finalmente, en enero pasado, cuarenta años después de ideado, el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) anunció el inicio del movimiento
de tierras para construir el aeropuerto.

-Kuntur Wasi y la oferta

Para entender el problema es necesario enfocarse en el penúltimo capítulo de la


historia de Chinchero: la firma del contrato de concesión. El consorcio que
finalmente se adjudicó la obra se llama Kuntur Wasi, y nace de la unión de la
argentina Corporación América y la peruana Andino Investment Holding (AIH).

La oferta con la que Kuntur Wasi ganó la licitación fue de US$265 millones, una cifra
largamente menor al monto base —lo que el gobierno estaba dispuesto a pagar—
de US$458 millones. Estos US$265 millones debían ser cofinanciados; es decir,
Kuntur Wasi conseguiría un prestamista y le iría pagando conforme el Estado le
fuera abonando.
El prestamista que Kuntur Wasi consiguiera debía ser aprobado antes por el MTC
para convertirse en un 'acreedor permitido'. Como acreedor permitido, este
prestamista gozaría de las garantías establecidas en el contrato, lo que significa que
su préstamo pasaría a formar parte del 'endeudamiento garantizado permitido'.
Todo esto constituye el esquema general de una Asociación Público-Privada (APP).

Según el contrato, la construcción del aeropuerto de Chinchero debía tomar cinco


años. El cronograma original estipulaba que el Estado debía pagar a Kuntur Wasi
en cuotas trimestrales durante 15 años, tras cinco de gracia. Estas cuotas se
pagarían en función de certificados de avance de obra (de allí el término 'pago por
avance de obra', o PAO), entregados por el Estado durante la construcción tras
comprobar que el consorcio avanzaba de acuerdo a lo previsto.

En otras palabras, durante los cinco años de construcción del aeropuerto el Estado
le daría certificados al consorcio y sobre la base de estos le pagaría en los 15 años
siguientes. El monto de cada una de estas cuotas trimestrales diferidas dependía
del interés del préstamo que consiguiera Kuntur Wasi. A más alto el interés, más
alto sería el valor de cada cuota. Aquí es donde empieza el problema.
-El contrato sin límites

Diversas opiniones —entre ellas la de la Contraloría, la Corporación Andina de


Fomento (CAF) y el análisis que hizo hace dos años este mismo Diario— han
coincidido en encontrar el mismo problema en el contrato original del aeropuerto:
que no establecía un tope para la tasa de interés que podía conseguir Kuntur Wasi
al financiarse la obra.

Esto implicaba que la cuota trimestral que el Estado debía desembolsar durante 15
años, tras cinco de gracia, tampoco tenía un límite establecido. No obstante, el
Estado tenía derecho a rechazar cualquier propuesta de financiamiento que Kuntur
Wasi le presentara y que le pareciera muy alta o mal formulada. Así ocurrió en varias
ocasiones desde el 2014.

Pero ahí cobró relevancia el otro problema. El contrato tampoco establecía una
fecha clara para que Kuntur Wasi presentara una propuesta con la que el Estado
esté de acuerdo (lo que se conoce como 'cierre financiero'). Según el contrato,
Kuntur Wasi debía lograr el cierre financiero “30 días calendario antes del inicio de
la etapa de ejecución de obras”.

Sin embargo, sobre la fecha máxima para iniciar la ejecución de estas obras, el
contrato estipulaba: “30 días calendario contados a partir del momento en que se
cumplan todas las siguientes condiciones”, y entre las condiciones listadas estaba
el propio cierre financiero. Así, se establecía una referencia circular que hacía
imposible determinar una fecha límite.
El problema derivado de estos vacíos contractuales se materializó en la última
propuesta de endeudamiento de Kuntur Wasi. El consorcio planteó una tasa de
22,06%, frente al 9,52% que organismos especializados han calculado luego como
el ideal para el proyecto. Pero como el contrato no establecía límites, lo único que
podía hacer el Estado era rechazar nuevamente esta propuesta. Mientras, el
aeropuerto de Chinchero seguía paralizado.
-El informe de la CAF
El informe que hizo la CAF sobre el contrato original —al que este Diario tuvo
acceso— es clave en toda esta historia. Fue encargado por el MTC en el 2016 y
concluye varias cosas importantes. Primero, que efectivamente el contrato no
establece una forma clara para calcular el interés del préstamo que debía buscar
Kuntur Wasi.

Pero, sobre todo, la CAF critica la última propuesta que hace el consorcio —la del
22,06%—, porque el método utilizado para llegar a esa cifra “no es utilizado en los
mercados financieros” ni se atiene “a lo que el mercado financiero interpreta como
el costo de un financiamiento”, y que por ende “es incorrecto”. Es decir, la CAF
concluye que Kuntur Wasi no estaba siguiendo las prácticas estándar para
conseguir un préstamo.

Además, la CAF detalla una serie de conceptos utilizados por Kuntur Wasi para
calcular esa tasa —como el costo de asesorías financieras y legales— que habrían
sido largamente sobrevalorados frente al promedio del mercado. Finalmente, la CAF
dice que la propuesta de Kuntur Wasi estaría buscando "cubrir o remunerar aquellas
partidas que no incluyó en su oferta” inicial.

El informe de la CAF fue entregado al MTC el 7 de noviembre del 2016, según el


sello de recepción de la mesa de partes del ministerio. Sin embargo, la fiscalía ha
encontrado en la computadora personal de uno de los ejecutivos de Kuntur Wasi el
mismo documento, pero fechado 26 de octubre del mismo año. Casi dos semanas
antes.

-Un problema, dos caminos

Toca, entonces, volver al hilo central de esta historia. Para enfrentar los vacíos del
contrato original, el Estado tenía dos caminos. El primero era caducarlo
unilateralmente y defender esta acción ante el tribunal del Centro Internacional de
Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). Para esta defensa, el Estado
podría haber empleado el informe de la CAF.

El otro camino era negociar con Kuntur Wasi para establecer nuevos términos de
juego. Estos términos quedarían escritos en un texto anexo llamado adenda. El
camino de la adenda resultaba —es cierto— mucho más rápido, pues la cancelación
del contrato implicaba realizar todo el proceso de licitación nuevamente. No hay que
perder de vista que Chinchero llevaba 40 años esperando y empezaba a gestarse
en Cusco una nueva manifestación para exigirlo.

Como ya es conocido, el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) optó por


negociar una adenda que quitaba del medio al prestamista. En cambio, la obra sería
financiada directamente por el Estado. Por ello, varias voces alegaron que la adenda
desvirtuaba el concepto de APP y convertía el proyecto en algo similar a una obra
pública.
A los US$265 millones que Kuntur Wasi había ofrecido cofinanciar —destinados a
levantar el aeropuerto—, debían sumarse US$145 millones para el movimiento de
tierras —una etapa previa a la construcción, que siempre iba a ser pagada por el
Estado—, US$20,5 millones de la supervisión de la obra y US$98 millones que el
concesionario financiaba por su cuenta y que iban a ser rentabilizados en 40 años
de operación del aeropuerto.

La suma de esas cantidades daba una cifra final de US$530 millones: el monto que
originalmente se esperaba pagar. Sin embargo, la propuesta de Kuntur Wasi, con
el interés de 22,06%, alcanzaba los US$1.120 millones, según explicó PPK. Esto
significaba un sobrecosto por intereses de US$590 millones. En base a estas cifras,
PPK dirigió un mensaje a la nación para explicar la adenda, pizarra y plumón de por
medio.

-Los problemas de la pizarrita

En el recordado video, PPK explica que al financiar directamente la obra, el Estado


estaría ahorrándose los US$590 millones que sumaban los intereses. Esta
interpretación, sin embargo, encarna una serie de imprecisiones. La primera es que,
como analizó este diario, el Estado no estaba realmente obligado a pagar esos
US$590 millones. El interés de 22,06% era una interpretación de Kuntur Wasi que
el Estado ya había rechazado antes.

La segunda es que la razón de ser de una APP es que el Estado no asuma los
riesgos asociados a la obra, sean estos de construcción o de financiamiento.
Mediante el esquema de la adenda, el Estado pasaba a asumir todos los riesgos.
Así lo explicó luego la expresidenta de Ositran —el ente regulador en materia de
transportes—, Patricia Benavente, quien renunció tras la firma de la adenda.

La tercera imprecisión es que PPK había hecho una resta simple, pese a que el
valor del dinero varía en función del tiempo. En finanzas, el ‘valor presente’ se
calcula mediante una fórmula y es distinto al ‘valor nominal’. En un audio publicado
meses después, en el que también participan el excontralor Edgar Alarcón y el
exministro de Economía Alfredo Thorne, Martín Vizcarra menciona un ahorro de
solo “US$90 millones en valor presente”.

Finalmente, está el costo de oportunidad. El modelo de pago en cuotas durante 15


años, con cinco de gracia, presupone que el Estado tiene que atender otros gastos
igual de prioritarios con cargo al presupuesto público. Al diferir el desembolso del
dinero, puede utilizar los fondos para esas otras prioridades. Con la adenda, sin
embargo, el Estado debía desembolsar el dinero durante la construcción misma —
5 años— y no en los 15 siguientes.
Todas estas imprecisiones fueron rápidamente señaladas. En medio, el excontralor
Alarcón inició una investigación contra la adenda que terminó con la negación de la
confianza al exministro Thorne, por presuntamente haber condicionado el
presupuesto de la Contraloría al resultado de la pesquisa. La adenda y el contrato
finalmente fueron cancelados.

-Los 13 de Chinchero

Con todo lo explicado como punto de inicio, la fiscal Zoila Sueno ha formalizado
investigación preparatoria contra 13 personas vinculadas a la firma de la adenda.
Por el lado del sector público, el nombre más destacado es el de Fiorella Molinelli,
quien fue viceministra de Transportes y hoy es presidenta de EsSalud.

También están los exfuncionarios del MTC Yaco Rosas, Gianina Beoutis, Hernán
Muñoz y Nancy Zedano, el exdirector general de promoción de la inversión privada
del MEF Camilo Carrillo, y los exmiembros del directorio de Ositran Alfredo Dammert
y César Balbuena, quienes dieron luz verde a la adenda en contra de la opinión de
su presidenta.

En el lado privado, por su parte, están Carlos Vargas Loret de Mola —CEO de AIH,
uno de los dos miembros de Kuntur Wasi—, José Carlos Balta —CEO del
consorcio—, Javier Rizo Patrón —gerente legal del consorcio—, Patricia Teullet —
que a través de la consultora Newlink Group evaluó el contrato— y Ximena Zavala,
hermana del exprimer ministro Fernando Zavala y gerenta de asuntos corporativos
de AIH cuando se firmó la adenda.

Además de la aparición del informe de la CAF en la laptop de Balta, la fiscalía


destaca otras irregularidades adicionales: la aparición de un borrador del pliego
interpelatorio que tuvo que responder Martín Vizcarra ante el Congreso —aunque
las respuestas no coinciden—, de un borrador de la adenda —que se estaba
negociando entre ambas partes—, y un aporte de US$50.000 de AIH al Instituto
País, ONG vinculada a la campaña de PPK.

Vizcarra, titular del MTC durante todo este proceso —quien defendió la adenda
públicamente pero delegó su firma a Molinelli— no está incluido en la investigación
de Sueno. Debido a su cargo, sólo puede ser investigado por la fiscal de la Nación,
Zoraida Ávalos, y sólo mediante diligencias preliminares (una etapa previa a la
investigación preparatoria).

En marzo del 2018, el entonces fiscal de la Nación Pablo Sánchez concluyó que no
había elementos suficientes para continuar con la investigación a Vizcarra por el
mismo caso. Sin embargo, especificó que de encontrarse nuevos elementos, podría
reabrirse el proceso. El camino a seguir, si este fuera el caso, sería una denuncia
constitucional ante el Congreso, que procedería con el antejuicio político.
Fiscalía de la Nación evalúa caso de Martín Vizcarra por Chinchero

En laptop de gerente de Kuntur Wasi se encontró pliego de preguntas y respuestas


relacionadas con la interpelación al extitular del MTC.La Fiscalía de la Nación
decidió “reexaminar” la situación legal del presidente Martín Vizcarra por su
participación en la concesión del proyecto de construcción, financiamiento y
mantenimiento del nuevo aeropuerto internacional Chinchero (Cusco) al
consorcio Kuntur Wasi S.A., cuando se desempeñó como ministro de Transportes
y Comunicaciones (MTC) entre el 2016 y el 2017.

El Comercio pudo confirmar que el documento que elaboró la fiscal Zoila Sueno
Chirinos sobre hechos vinculados a Vizcarra fue acogido por la Fiscalía de la
Nación.

Fuentes del Ministerio Público indicaron que ahora se determinará si estos hechos
constituyen nuevos elementos de convicción contra el actual mandatario. Vizcarra
ya fue investigado por el Caso Chinchero, pero la indagación se archivó en febrero
del 2018 por falta de elementos probatorios.

Las fuentes explicaron que, luego de ello, si es que existen indicios para reabrir el
caso se ponderará si es investigado inmediatamente o se esperará a que concluya
su gestión presidencial.

Proyectos y donación

El Comercio accedió al documento que la fiscal Sueno Chirinos remitió a la Fiscalía


de la Nación en la que concluye que el presunto “acto colusorio que favoreció al
Consorcio Kuntur Wasi” no se habría realizado con la suscripción del contrato, sino
con la firma de la adenda No 1 que dispuso un adelanto de US$40’262.870 a la
mencionada sociedad empresarial en perjuicio del Estado.
En este documento la fiscal Sueno señala que, del peritaje realizado a la laptop de
José Balta del Río, gerente general de la Sociedad Aeroportuaria Kuntur Wasi S.A.,
“se ha encontrado documentación que guardaría relación con la investigación No
65-2017 por presuntos delitos de colusión y negociación incompatible, que fue
llevada por la Fiscalía de la Nación contra el exministro de Transportes y
Comunicaciones Martín Alberto Vizcarra Cornejo, actual presidente de la República
del Perú”.
A continuación, describe que se halló un pliego interrogatorio con preguntas y
respuestas para Vizcarra, por entonces titular del MTC, documento que fue grabado
el 10 de marzo del 2017; que guardaría relación con el proceso de interpelación que
el 16 de marzo debía afrontar el entonces ministro en el Congreso, por la suscripción
de la adenda No 1 del contrato de Chinchero. Es decir, seis días después de la
fecha del documento hallado en la laptop del empresario (la interpelación finalmente
se realizó el 18 de mayo).
También se hallaron dos proyectos expedidos por el Banco de Desarrollo de
América Latina (CAF); ordenado por Vizcarra y que el MTC solicitó para resolver la
controversia con la concesionaria. Uno del 19 y otro del 21 de octubre del 2016. Por
este trabajo se pagaron US$45 mil.

Sin embargo, la CAF remitió el citado informe al Estado Peruano el 4 de noviembre


del 2016.

“Es decir que la Sociedad Aeroportuaria Kuntur Wasi tuvo dichos informes con
fechas anteladas, desconociéndose cuál habría sido su propósito”, cuestiona la
fiscal.

La magistrada solicitó explicaciones a dicha entidad vía cooperación internacional,


puesto que la CAF respondió que sus funcionarios no podían ser interrogados
porque les asiste la inmunidad.

La fiscal Sueno también halló un proyecto de la adenda No1 al contrato


de Chinchero, elaborado en Word, el 3 de enero del 2017, sin firmas.

“Siendo que el mismo proyecto de adenda aparece adjunto, en la misma fecha,


remitiéndose mediante oficio No 0028-2017 a Ositrán para el pronunciamiento
correspondiente; sin embargo, dicho proyecto cuenta con visos buenos del director
de concesiones del MTC y del gerente general de la sociedad Kuntur Wasi S.A.”,
indica la fiscal.

La fiscal también puso en conocimiento que, en los años 2013 y 2014, la empresa
Andino Investment Holding S.A., que forma parte del consorcio Kuntur Wasi, donó
al Instituto País –persona jurídica sin fines de lucro, creada por el expresidente
Pedro Pablo Kuczynski– la suma de US$50 mil. “Hecho que fue corroborado por el
representante de la Sociedad Aeroportuaria Kuntur Wasi, José Balta del Río”,
confirma la fiscal.

Este Diario trató de conocer la versión de la defensa legal de la empresa Kuntur


Wasi, pero no obtuvo respuesta. José Balta tampoco respondió a la comunicación.

En Palacio de Gobierno informaron que no se pronunciarán por el momento sobre


este tema. Ayer, en la actividad que tuvo en Pucallpa, el presidente Vizcarra evitó
responder cuando fue consultado por la prensa. En anteriores ocasiones, el
mandatario ha pedido que la fiscalía investigue el caso y que no tiene temor a esta
indagación.

ACCIONES FUNCIONALES

No se alegó caducidad

La fiscal Zoila Sueno sostuvo que, cuando se decidió resolver el contrato de


concesión de Chinchero con Kuntur Wasi, el 3 de febrero del 2017, el Estado pudo
alegar la “caducidad” del contrato y solo pagar la garantía estipulada en
US$8’687.826; sin embargo, no lo hizo y dejó que la sociedad empresarial
demandara la ejecución de la adenda, hasta solicitar mayor indemnización.

Procuraduría
Sueno Chirinos concluye que la denuncia presentada el 10 de febrero del 2017 por
el procurador del MTC contra los funcionarios Carlos Puga, Gonzalo Ruiz y Evelyn
Aliaga, “una semana después de celebrada la adenda No 01” al contrato de
Chinchero, “se habría realizado con la finalidad de justificar la citada adenda”.

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