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Plascencia Carbajal Vanessa

vanemoff@gmail.com
Grupo: 6708

Utilitarismo incompleto

“Con la energía poderosa del amor romperemos cada cadena


y destruiremos las paredes hasta que caigan todas
y cada ser que amemos esté libre” Peter Lamborn

Jeremy Bentham fundó y John Stuart Mill perfeccionó una teoría ética llamada
utilitarismo. En pocas palabras, esta teoría sostiene que una acción es útil o buena
cuando se busca y consigue la mayor felicidad para el mayor número. Sin embargo,
me parece muy importante resaltar que ese número al que se hace referencia
normalmente solo incluye a los humanos, olvidando a todos los demás seres con los
que compartimos la Tierra.

Jeremy Bentham vivió durante la Ilustración, en esa época los valores fueron
cambiando de ser teocéntricos a un entendimiento de la vida más centrado en el
humano. Sin embargo, el antropocentrismo lo podemos encontrar en los sentires
occidentales desde mucho antes, la Biblia es un gran ejemplo. En el Genesis 1:28 se
expresa que después de crear a los humanos “Dios los bendijo y les dijo: "Sean
fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre los
peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre
la tierra.””

Si la gente ha seguido la palabra de ese dios hebreo en algo, ha sido en esa cita del
Génesis. Los seres humanos han llenado la Tierra con su sobrepoblación que
inunda todos los continentes quitando espacio a cualquier otro ser que no les sea de
servicio o utilidad (como “mascotas” o animales para ganadería); han sometido al
planeta cambiando casi todos sus variados suelos por unos llenos de agricultura
industrial muchas veces de monocultivos infertilizando la tierra con los
agroquímicos; y su dominio sobre todo ser viviente nos ha llevado a la sexta mega
extinción.
Me parece intensamente preocupante que, aunque pareciera que el utilitarismo es
una filosofía del sentido común, ésta parece no llevarse a cabo en la vida cotidiana.
Concuerdo con lo que expresa Esperanza Guisán en su texto sobre utilitarismo,
“una verdad que sea captable por el sentido común no es, necesariamente, para
empezar, una verdad comunmente captada”. Ya que, si creyéramos, como
Bentham, que realmente cuando la gente piensa libremente desean el placer y
evitan el dolor propio o ajeno, no estaríamos en este punto de la historia al que
hemos llegado. En una nota del Universal de abril del año en curso, aseguran que
“de 1970 a 2015, cerca de 70% de todos los individuos de especies de animales
silvestres se perdió” (Guzmán Aguilar, 2019). Lo que intento decir es que, si
realmente evitáramos el dolor ajeno, no hubiera pasado que en 45 años se perdiera
mucho mas de la mitad de la variabilidad genética animal.

Para que el utilitarismo sea una filosofía del sentido común, Esperanza Guisán
(1992) advierte que las deben deshacerse de los mitos y prejuicios que nos atan. Lo
cual le parece que es “sumamente sencillo en buena teoria y dificiI, cuando no
imposible, de alcanzar en la practica cotidiana; tantos son los obstaculos e intereses
bastardos al bienestar, Ia dicha y la bienaventuranza de todos los hombres aquí y
ahora”. Lo cual yo creo que es aun mas imposible si incluimos a todos los seres.

Jeremy Bentham no fue quien teóricamente eliminó de los seres a tomar en cuenta
a aquellos que no eran humanos. De hecho, su hedonismo ético, búsqueda por el
placer, es considerado como universal en un sentido total que incluye a todos los
seres sensibles y sintientes. Para Bentham “los sujetos a quienes se dirigen
nuestras acciones no tienen que ser necesariamente seres «racionales» o por lo
menos poseer el grado de racionalidad de un miembro adulto de la raza humana
desarrollado” (Guisán, 1992).

Con respecto a este punto, podemos encontrar diferencias con el hedonismo


propuesto por John Stuart Mill. Para este autor el ser humano es un ser con una
felicidad peculiar, que solo es alcanzable para “el hombre autodesarrollado,
ilustrado, libre, en pIeno ejercido de sus facultades intelectuales, con sentido de su
dignidad” (Guisán, 1992: 486). Este hombre le resulta bastante diferente a los
demás animales que llama bestias. A mí parecer, ese tipo de hombre también se
diferencia de las personas que no son de la etnia, la clase social, la época y la
“inteligencia” de Mill.

Para Mill (1984) “Los seres humanos poseen facultades mas elevadas que los
apetitos animales y una vez que son conscientes de su existencia no consideran
como felicidad dada que no incluya la gratificación de aquellas facultades” (Mill,
1984, citado en Guisán, 1992: 487). Dentro de esas facultades intelectuales incluye
el autodesarrollo, autorrespeto, sentido de la dignidad propia, etc. Éstas para él no
son parte de la felicidad, sino la felicidad misma.

Retomando a Bentham, su teoría es más universal en el sentido de que nos invita a


expandir nuestros sentimientos de simpatía y benevolencia. Pero yo creo que falla
gravemente al considerar que ir en contra de esta capacidad de ampliar nuestro
círculo de afectos es algo típico del sexo femenino. Para Bentham (1970) las
mujeres “resultan menos conformes con eI principio de utilidad que las de los
varones” (citado en Guisán, 1992). Pero me parece que tal vez pueda ser un poco
entendible porque las mujeres en su época estaban relegadas a permanecer
únicamente en el espacio privado, lo que les impedía expandir sus redes de relación
con más personas al no poder accesar al espacio público.

Lo que representan las mujeres y el lugar que deberían tener en el mundo es


bastante distinto para Mill es bastante diferente a lo que Bentham expresa. El
primero “aboga por su plena integración, tanto en las tareas de coparticipación en eI
gobierno, defendiendo el sufragio femenino, como su participación en pie de
igualdad en el mundo del trabajo” (Guisán, 1992). Aunque esta integración a mí
gusto no es la adecuada para ser alguien libre, ya que llevó a las mujeres a tener
dobles o triples jornadas de trabajo.

Ya sea a las mujeres o a los animales no humanos que se eliminen de nuestra


suma de placer, será un utilitarismo incompleto. El no tomar en cuenta a cualquier
ser es peligroso, porque no podemos hablar de felicidad si no hablamos de la
felicidad y placer de todxs y del todo. Se puede ver desde una perspectiva como la
mía que es un poco espiritual donde entiendo que nuestro ser no es divisible de los
demás seres que inundan la galaxia. Incluso podría entenderse desde una
perspectiva capitalista o más egoísta, ya que si no pensamos en la felicidad del todo
nuestra supervivencia peligrará como lo está sucediendo ahora. El ver a la
naturaleza como un ente separado y como un recurso disponible al ser humano, nos
ha llevado a explotarla hasta tal punto que nuestra especie (junto a las demás) está
al borde del colapso y desaparición.

Concuerdo con Bentham en la importancia de saber lo que nos hace felices, yo creo
que asegurando nuestra propia felicidad de ahí podemos partir para compartirla. Me
encanta la idea de que “Cuando aprendemos a estar enamorados de nosotros
mismos, a encontrarnos como fuente de placer sin fin, la alegría ilimitada del Eros
nos atravesará y se derramará libremente, compartiremos nuestra energía con cada
ser que encontremos.” (Lamborn, 2014, 4) Así con el amor o placer llenándonos,
seremos capaces de compartirlo con todxs; al ver a cada ser como nuestro amante
de esta manera siempre queriendo y luchando por la mayor felicidad para el mayor
número.

Referencias
Guisán, E. (1992) El utilitarismo. En Camps, V., Historia de la ética 2. La ética
moderna (pp. 457-499), España: Crítica Barcelona
Guzmán Aguilar, F. (2019, April 12). Sexta extinción masiva de especies en la
Tierra. El Universal. Retrieved May 6, 2019, from
https://www.eluniversal.com.mx/ciencia-y-salud/sexta-extincion-masiva-de-
especies-en-la-tierra
Lamborn, P. (2014) Para acabar con la economía del amor. Madrid: Distribuidora
Peligrosidad Social

Nota: leí en una página web que la Biblia no debía ponerse en las referencias al citar en APA

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