La obra esta escrita en forma ternaria. De inmediato, lo primero que se percibe es
el virtuosismo plasmado en las escalas. A pesar de ello se puede escuchar muy bien un fraseo melódico muy musical e incluso cantable que se va construyendo con los acordes. En realidad, las escalas son el entramado armónico. Personalmente, me gusta mucho cómo se pasa de la parte central tranquila y más lírica, a la última sección que es como una reexposición de la primera sólo que en modo menor. Es un puento muy bien logrado que conecta muy bien para dicha reexposición la cual es además un poco más emotiva. Robert Schumann, Arabesque, op. 18 Es una pieza pequeña para piano. Se presenta un tema dancístico muy divertido con cierto virtuosismo. (Es muy parecido al estilo de obra de Clara Schumann expuesta). Luego hay un puente muy rítmico que se repite para dar paso a otra sección llamada minore I de la cual me agrada mucho la parte final de la misma pues es muy tranquila e impregnada de un lirismo muy sutil y emotivo que sin embargo no se logra desarrollar muy bien pues otra vez se expone el tema del principio para dar lugar a otra sección llamada Minore II, la cual recuerda el tema del principio o es más bien una variación. Luego viene una sección llamada Langsam que es la última y la que más me gustó, y además a mi parecer, muy interesante porque es como un final inesperado después de muchos momentos más movidos.