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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
El capítulo desarrolla estos temas en tres apartados. El primero aborda las teorías
más importantes sobre la motivación escolar e intenta, desde ellas, explicar la
ausencia de motivación de determinados alumnos. El segudo apartado pone el
acento en el contexto escolar, social y cultural para ampliar las interpretaciones
anteriores. En el tercero y último apartado se presenta un conjunto de iniciativas,
tanto educativas como sociales, que pueden contribuir a reducir el número de
alumnos que no encuentran ningún sentido al aprendizaje escolar.
Los modelos más recientes sobre la motivación para el aprendizaje han incorporado
el concepto de meta como elemento fundamental, sin el cual es difícil entender la
actividad propositiva de los alumnos. Tanto Dweck (1985) como Covington (1992)
afirman que la motivación que manifiesta una persona está en función de las
creencias y metas a las que se adhiere en un momento determinado. Es decir, son
las representaciones cognitivas de lo que se desaría conseguir o evitar lo que
influye decisivamente en la motivación, o en la ausencia de motivación para
aprender.
En ocasiones se ha señalado que una estrategia positiva para resolver este círculo
paralizante de atribución externa-fracaso-atribución externa es animar a los alumnos
a relacionar el éxito con el esfuerzo.
A partir de estos análisis no es difícil encontrar las razones que conducen al efecto
contrario, es decir, a que los alumnos vayan paulatinamente dejando de atribuir
sentido a sus aprendizajes, si alguna vez llegaron a otorgarle alguno. Cuatro son las
condiciones que conducen a esta situación: la incomprensión de la tarea, la
ausencia de interés, la falta de autonomía y el sentimiento de incompetencia.
La incomprensión de la tarea
El primer requisito para poder enfrentarse a una tarea de aprendizaje, sea cual sea
el resultado final, es entender en qué consiste y qué se debe hacer para resolverla.
Cuando un alumno no tiene claro qué hay que hacer y no 189 7. Los alumnos con
escasa motivación para aprender consigue entender las explicaciones del profesor,
difícilmente intentará enfrentarse a la tarea. A veces el problema está en que las
demandas de la tarea están muy por encima de las posibilidades del alumno. En
otras ocasiones el alumno no entiende por qué debe hacer lo que se le demanda, y
ni siquiera factores extrínsecos, como la autoridad del profesor, la previsible
evaluación negativa o la reacción familiar, tienen más peso que esta sensación del
alumno de la sinrazón del esfuerzo que se le demanda.
La ausencia de interés
La falta de autonomía
El sentimiento de incompetencia
Posiblemente una de las principales razones por las que un alumno se desvincula
del aprendizaje es su valoración de que no es capaz de resolver las tareas
propuestas. En consecuencia, lo único que va a obtener al final del proceso es un
sentimiento de esfuerzo inútil, de fracaso, de desvalorización y de ausencia de
reconocimiento social. Ante tales perspectivas no cabe duda, a juicio del alumno,
que el aprendizaje escolar es un sinsentido para él.
Un modelo interactivo
La progresiva desmotivación del alumno se va generando a través de sus
experiencias familiares y escolares. Ningún alumno, salvo los que tienen retrasos
profundos y generalizados del desarrollo, entra en la escuela a los tres o cuatro
años sin interés ni motivación para las actividades escolares. Son estas
experiencias las que condicionan el itinerario académico de los alumnos y las que
configuran sus expectativas, sus intereses, su estilo atribucional y las estrategias
que considera más adecuada para mantener su autoestima.
Sería negativo e inexacto que la principal consecuencia obtenida al leer las páginas
anteriores fuera que el contexto social y familiar en que se desenvuelven los
alumnos es el principal responsable de sus resultados escolares y de su motivación
para el aprendizaje. Como también lo sería si se atribuyera a los centros docentes la
responsabilidad exclusiva de la desvinculación de sus alumnos. Las escuelas tienen
el deber de evitar el abandono prematuro de sus alumnos, pero este objetivo es más
o menos difícil de conseguir en función de las condiciones sociales, familiares y
personales de sus alumnos.
Las ideas que tienen los profesores sobre la motivación de los alumnos influyen
enormemente en su actitud. Si el profesor considera que la motivación, o
desmotivación de los alumnos, es un rasgo estable de su personalidad, cuya
adquisición se ha producido en contextos ajenos a la escuela, difícilmente va a
intentar modificarla o va a manifestar alguna expectiva de cambio futuro.
Los cambios en la escuela, en la forma de enseñar y en las condiciones
sociales
Existe una gran unanimidad en los estudios sobre el buen funcionamiento de las
escuelas al considerar que la participación de los padres es unos de los factores
responsables de una valoración positiva. La participación no debe centrarse
solamente en la presencia de los padres en los órganos o consejos de gestión del
centro.