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Reflexiones sobre nuestras

experiencias políticas y
organizativas:
Balances y desafíos por venir
Este texto constituye un aporte a la definición de nuestros principios
político-organizativos en el marco del proceso de síntesis entre nuestras
organizaciones. Se trata de uno de los insumos para ser discutidos por
toda nuestra militancia el 14 de diciembre. Un segundo documento
desarrolla una caracterización del momento político actual y de las
tareas comunes venideras. Buscamos así promover un necesario
intercambio entre todos nuestros compañeros y compañeras que
enriquezca la tarea colectiva de poner en pie una nueva organización
de izquierda popular y latinoamericana en nuestro país.
Para la construcción de un movimiento social y periencia propia, sino porque resuenan en nues-
político de nuevo tipo, no hay manuales ni ins- tras prácticas, en nuestros sueños y en nuestras
tructivos, sino a lo sumo certezas de lo que pre- convicciones las luchas incansables de los opri-
tendemos no ser. No queremos ser el reflejo de midos y las explotadas, de aquellos “condenados
disputas ideologizadas que, en pos de privilegiar de la tierra” que tienen la potencia de construir
el debate teórico-abstracto, no sean capaces de un mundo diferente. Reivindicamos una larga
traducirse en política concreta; ni representación historia de luchas y construcciones, somos parte
autoproclamada de un (único) sujeto de la revo- de un pueblo de carne y hueso, con sus victo-
lución, homogéneo y predestinado. Tampoco rias y sus fracasos, sus grandezas y sus miserias.
queremos ser un mero conglomerado de expe- Nosotros y nosotras venimos de lejos, venimos
riencias diversas, sin orientación común ni voca- de la dignidad de nuestros originarios, de las
ción estratégica. montoneras y los libertadores, del anarquismo y
Desde estas pequeñas certezas hemos transi- el comunismo, de la resistencia y del peronismo
tado distintas y valiosas experiencias que fueron revolucionario, del Cordobazo y la generación
construyendo organización, caminando a partir del 70, de la lucha contra la dictadura y de las
de ensayos y errores, y atesorando elementos de Madres, venimos de los sindicatos y los movi-
un aprendizaje político que nos encuentra hoy mientos feministas, de los barrios, del movimien-
ante un nuevo y gran desafío: construir una nue- tos estudiantil, estamos en la Bolivia indígena, en
va organización con mayor inserción en nuestro la Venezuela bolivariana y en la Cuba resistente.
pueblo y con la capacidad de constituirse en un No nacimos hoy, es este largo camino el que nos
actor político relevante a escala nacional. Esto deposita aquí y ahora frente a un nuevo desafío.
supone poner en juego nuestras acumulaciones Esta nueva etapa nos demanda reafirmar prin-
políticas y sociales, al mismo tiempo que enrique- cipios y sistematizar una concepción. Como un
cerlas y reevaluarlas, para ser capaces de construir aporte en ese sentido sintetizamos, de forma es-
la organización adecuada a los nuevos tiempos. quemática, algunas principios político - organi-
En este nuevo desafío sabemos que no arran- zativos fundamentales de la nueva organización
camos de cero. No sólo por el aporte de la ex- que pretendemos construir.

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Principios 
Generales 2
La construcción de poder
popular, una estrategia
Posiblemente lo que mejor distingue al univer-
so de nuestra izquierda sea la utilización de dos
palabras en un tándem que remite a las formas


de construcción, a un modelo de acumulación

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militante, a un modo de producir decisiones y, al
mismo tiempo, a un horizonte de cambio: poder
La herramienta política popular. La adopción de esta perspectiva, basada
en la construcción de poder popular como acu-
debe ser concebida como mulación y retaguardia estratégica, como funda-
un medio, no como un fin mento y fin de la praxis política, es una definición
central que nos distingue incluso de otras orga-
Una organización de nuevo tipo es una construc- nizaciones populares y de izquierda.
ción en movimiento, capaz de cambiar al compás Construir poder popular es construir nuestra
de los procesos en que interviene. Su fin y hori- autonomía como clase subalterna, es pensar las
zonte es aportar a una estrategia de poder popu- modificaciones en la relación de fuerzas como
lar con una perspectiva socialista. “guerra de posiciones”, al tiempo que mantener la
Nuestra organización se piensa como parte del perspectiva de una disputa global por la transfor-
movimiento real y se construye en tanto tal, arti- mación de la sociedad y del Estado. Es por eso que
culando diversas formas de intervención, acordes la herramienta político-social debe ser motor del
a las experiencias, necesidades e intereses de los poder popular, e impulsor de una estrategia revo-
sectores populares. Buscamos una organización lucionaria con horizonte socialista que se desarro-
que se transforme constantemente a sí misma, lla fuera, dentro y contra el Estado. Es un enorme
que rechace el conservadurismo y pretenda su- desafío desentrañar las formas que ese desarrollo
perarse de manera permanente, que se desarrolle del poder popular asume de manera preferente
en el impulso a la construcción de poder popular en cada proceso histórico. No hay aquí manua-
y no parisitando o sofocando dichas experiencias. les; ni el soviet, ni el consejo, ni la asamblea, ni la
Esta ha sido una característica de las tradicio- coordinadora, ni la comuna son aplicables como
nes militantes que confluimos en esta organiza- modelos prefabricados, pero todos deben ser es-
ción y que debe ser puesta a prueba una vez más tudiados y comprendidos en su proceso real. So-
en la nueva etapa política que potencialmente bre todo debemos seguir con atención las expe-
abrirá el agotamiento de este ciclo kirchnerista. riencias actuales en Nuestra América.

2 Documento político para la confluencia entre MAREA Popular y el FPDS-CN



3 Unidad de un sujeto
popular diverso
Expresado resumidamente, podemos decir que
una herramienta social y política superadora debe
abordar la fragmentación del sujeto popular con
el objetivo de poder sintetizarla en términos po-
de la política por parte de los partidos y sus diri-
gentes profesionales, son claras manifestaciones
de esta división.
Por nuestra parte, la estrategia de construc-
ción de poder popular nos plantea la necesi-
dad de re-articular lo social y lo político. Ahora
bien, esta búsqueda atraviesa diferentes desa-
fíos en función del propio tiempo histórico. En
líticos. Esto es, debe colaborar en superar las fa-
los 90, cualquier reclamo social se politizaba
ses corporativas de la lucha para construir una
rápidamente: la lucha por una fuente de traba-
verdadera hegemonía política y cultural de los/as
jo perdida o por asistencia social, tuvo la cre-
“de abajo”. Para esto es necesario dar cuenta de
ciente capacidad de vincularse a una crítica al
las transformaciones de la estructura social que
neoliberalismo en su conjunto. Sin embargo,
aparejó el neoliberalismo y la reducción del peso
la situación extraordinariamente defensiva en
demográfico de la clase obrera industrial como
cuanto a correlación de fuerzas impedía pre-
fue entendida tradicionalmente. También visibi-
sentar un alternativa emancipatoria creíble a
lizar y aglutinar políticamente otras opresiones,
nivel popular. Durante el kirchnerismo nos
incluso algunas más antiguas, como el patriarcado
encontramos en una fase menos defensiva,
y el colonialismo. La visibilización y jerarquización
marcada sobre todo por la experiencia social
de otras luchas y movimientos populares, como el
posterior al 2001. Sin embargo, el Gobierno
feminismo, el movimiento de pueblos originarios,
tuvo entre sus pilares, sobre todo en una pri-
ambientalistas, movimiento de derechos huma-
mera etapa, la capacidad de rehabilitar diver-
nos, etc., no nos impide ver que la contradicción
sos y fragmentarios canales para las demandas
capital – trabajo en sus múltiples determinacio-
populares, al tiempo que la habilidad de aislar
nes y expresiones sigue siendo un articulador
o administrar el conflicto social. La política no
fundamental de la formación económico-social
nace espontáneamente de las construcciones
capitalista. Esta ha incorporando en su dinámica
de base. El kirchnerismo, mejor que nadie, nos
a un conjunto de trabajadores y trabajadoras mu-
enfrentó con nuestras limitaciones. Bajo su go-
cho más heterogéneo, fragmentado y a la vez más
bierno fue posible poner en pie experiencias
numeroso que nunca. Una nueva herramienta
reivindicativas medianamente exitosas que, sin
política y social en la Argentina deberá demostrar
embargo, no lograron (o quisieron) plantear
capacidad de organizar a esa nueva clase trabaja-
cuestionamiento alguno al proyecto de país.
dora, fundamentalmente joven y precarizada en
Para intentar acometer esa difícil tarea surge
sus condiciones de existencia.
esta nueva herramienta.
Asimismo, esta concepción ajena a todo tipo
de corporativismo se expresa en la propia inter-
vención y organización interna de nuestra mili-
tancia. No somos militantes sindicales, estudian-
tiles, territoriales, etc.; somos militantes políticos
y sociales integrales, militantes revolucionarios
que intentan articular su intervención en la bús-
queda de una nueva hegemonía popular.


4 La articulación de lo social
y lo político
La política burguesa se constituyó sobre la
base de la división entre “lo social” y “lo políti-
co”, división que en cada momento histórico co-
bró un determinado perfil pero que es común
denominador del Estado capitalista. Las organi-
zaciones populares no están exentas de esta se-
paración: el corporativismo de los movimientos
sindicales, el “socialismo en un solo barrio” de
la micropolítica, y su anverso, la monopolización

Principales coordenadas de nuestra lectura política 3



5 La nueva herramienta
social y política debe ser
democrática y prefigurativa
del Socialismo o repetirá
en los que ésta aporte, como una prefiguración
de nuestras utopías, de la sociedad que quere-
mos, del Socialismo del mañana. Para él esto se
materializaba en el Partido Comunista Italiano
que funda en 1921, nosotros y nosotras debe-
mos ser capaces de construir la organización
adecuada a nuestros tiempos.
los errores de la vieja

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izquierda.
Desde la izquierda nueva, rechazamos el ver- Una concepción política
ticalismo burocrático, el personalismo y cau-
dillismo, que caracterizan a formaciones parti- antipatriarcal y feminista
darias tradicionales. También nos alejamos de
La nueva organización se forja desde la convic-
aquella concepción en la que el Partido o la
ción de que no hay transformación posible sin
Orga “dirigente”, se autoproclaman dirección o
construir una sociedad que sea realmente justa e
vanguardia de las masas, y bajo dicha autoridad
igualitaria, y en esa orientación hacemos propias
dinamitan las construcciones populares que no
las banderas del feminismo en tanto perspectiva,
pueden ser subordinadas o las convierten en
horizonte y práctica política actual. Del mismo
meras “correas de transmisión” de directivas
modo, la eliminación de las desigualdades entre
partidarias.
varones, mujeres y todas las identidades sexua-
Por ello, es necesario trabajar de manera
les y de género son la base de cualquier proyec-
consistente para que los valores y principios
to político que sea verdaderamente nuevo. Las
estratégicos, los gérmenes del Socialismo al
organizaciones que no cuestionan sus propias
que aspiramos, se tiendan a materializar en las
prácticas y, por tanto, no avanzan en políticas de
estructuras e instrumentos que hoy creamos
igualdad, no sólo son incapaces de prefigurar la
como medio para aportar a concretar nuestros
sociedad por venir, sino que debilitan su desa-
sueños. Hay que desarrollar esta tarea sin in-
rrollo, ya que sus militantes no logran desplegar
genuidad ni idealizaciones, sabiendo que la
su potencial transformador por aspectos vin-
realidad cotidiana de esta sociedad conspira
culados a los roles de género. Por ello es tarea
sistemáticamente en la perpetuación de las
fundamental subvertir las relaciones jerárqui-
desigualdades económicas, sociales y cultura-
cas entre los géneros, construyendo vínculos y
les. Recuperando a Gramsci debemos pensar
mandatos diferentes a los que hoy existen, y ello
nuestra organización, así como los proyectos
debe darse tanto en la orientación política como
en las prácticas internas de la organización.


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Una práctica política debe
sustentarse en una ética
militante de nuevo tipo
Así como consideramos que la organización
debe ser capaz de recrearse acorde al momen-
to histórico, debemos asumir también que para
ser una organización de nuevo tipo es preciso
desarrollar cotidianamente una ética militante
consecuente, honesta y compañera. Defender
una práctica prefigurativa quiere decir también
poner en juego cotidianamente los valores que
sustentan la militancia, las acciones y el com-
portamiento de cada compañera y compañero.
La riqueza y la fuerza de la organización radica
en buena parte en la capacidad de defender día

4 Documento político para la confluencia entre MAREA Popular y el FPDS-CN


a día valores éticos y morales revolucionarios,
en la solidaridad, en la pasión que, como dijera
el Che Guevara, conjuga la indignación contra
las injusticias con la ternura hacia los compa-
ñeros y compañeras, articulando compromiso
y responsabilidad ante cada tarea. Esto no su-
pone una mirada idealista en la que se preten-
de construir el hombre y la mujer nueva en el
marco de la sociedad capitalista, sino un em-
peño sincero en la lucha por superar nuestras
miserias y egoísmos. Es imperativo en todas
las instancias de la organización predicar con
el ejemplo, con la coherencia entre lo que se
dice y lo que se hace, fomentar la crítica, la au-
tocrítica y la auto-disciplina como valores fun-
dantes de la cultura militante que defendemos
y pretendemos multiplicar.


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Nuestra vocación
de síntesis
Un rasgo fundamental de las organizaciones
que estamos confluyendo en esta nueva expe-
riencia es nuestra vocación de síntesis. Por un
lado, entendiendo a la síntesis como posibili-
la precedieron mostraron la voluntad de actuali-
zar permanentemente esa búsqueda de síntesis
política.
En segundo lugar, pensando a la síntesis
como un método de resolución en el proce-
so de las decisiones políticas. Sintetizar di-
dad de expresar en una y la misma herramien-
versas posiciones y experiencias mediante
ta diversas tradiciones, trayectorias, territorios
un proceso democrático y paciente es el de-
y experiencias, comprendiendo en su riqueza
safío permanente que tiene una organización
toda una conclusión política en un sentido es-
como la que buscamos construir. Esto supone
tratégico. Tanto la experiencia del FPDS, como
reconocer y valorar los múltiples espacios de
la de MAREA Popular y las organizaciones que
producción de política (espacios de base, me-
sas o coordinaciones regionales o sectoriales,
mesas o coordinaciones nacionales, etc.), a la
vez que establecer mecanismos democráticos
claros para la circulación de la información,
los debates y la toma de decisiones. Producir,
crear y compartir la política de esta manera es
lo que permite una apropiación colectiva de
la misma y una “comprensión común de las ta-
reas”, dotándonos de mayor intensidad, efica-
cia y potencia en la intervención.
La forma concreta que asuma esta toma de
decisiones colectiva debe respetar los tiempos
necesarios para el correcto procesamiento de
los debates y favorecer la generación de los
consensos más amplios posibles. Sin embargo,
en una organización con inserción real en nues-
tro pueblo los consensos absolutos llegan a ser
más la excepción que la regla. Es esos casos es
necesario asumir los mecanismos democráticos
tendientes a la definición de mayorías y mino-
rías. Un monolitismo burocrático o una parali-
zación absoluta de la labor política son extre-

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mos a evitar. tar de verdadero contenido a las formas demo-
cráticas que adquiere nuestro movimiento. El


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combate contra las desigualdades pronuncia-
das de formación política es una de las medi-
La unidad política y la das más importantes de democracia interna en
cualquier organización. Finalmente, la forma-
formación ción política es importante para que la síntesis
suponga creación de algo nuevo, original y su-
Reivindicamos la confluencia y convivencia de perador, y no la mera sumatoria de fragmentos
distintas tradiciones políticas e ideológicas al heterogéneos.
interior de nuestra organización. No aspiramos


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a un discurso ideológico único, a una única
interpretación del marxismo y las demás teóri-
cas críticas, ni a un balance homogéneo de las
experiencias de nuestro pueblo. Sin embargo,
La militancia de base y la
sí es necesaria una caracterización común de disputa política global
las tareas de la etapa y el momento político,
así como unidad de criterios, discursos y pro- Un falso dilema atravesó algunos debates de
puestas en relación a los principales temas de la izquierda independiente en estos años:
la realidad nacional y latinoamericana. Somos ¿construir en las bases o asomar la cabeza para
una organización política, no una sumatoria hacer política? Una de las expresiones funda-
de sectores o un frente de organizaciones di- mentales de esta dicotomía es el razonamiento
versas, porque asumimos que es la estructura según el cual la intervención electoral iría en
necesaria para la etapa actual. En este sentido, detrimento mecánico de las construcciones
la autonomía lógica que tienen sectores, regio- de base. Nuestra organización se constituye,
nales u otros espacios de militancia tiene que entre otras cosas, en oposición franca a esa
ver con sus ámbitos de intervención específi- dicotomía paralizante. Esto no supone eludir
cos, no con definiciones generales ya sean es- las dificultades y peligros presentes, sino por
tas estratégicas o tácticas. Estas son discutidas el contrario, confrontarlos con la convicción
en el conjunto de la organización para llegar a de que es posible articular de manera poten-
definiciones colectivas. te y complementaria la construcción popular
Por otro lado, la formación política y teórica arraigada en el territorio con la intervención
de nuestros militantes es una tarea de primer política general (incluida, aunque no sólo, la
orden. Esa formación es fundamental para do- institucional).

6 Documento político para la confluencia entre MAREA Popular y el FPDS-CN


Hoy podemos resumir las tareas de la eta-
pa en una compleja articulación de diversos
planos de construcción. Esas tareas pueden
expresarse como la convicción de que hay
que soldar un bloque histórico de las clases
subalternas; la necesidad de construir una he-
rramienta político-social superadora de las ex-
periencias actuales de nuestra izquierda con
capacidad de diálogo y confluencia con otras
tradiciones políticas; la vocación de que esa
fuerza social y política ayude a referenciar otro
proyecto de país y sociedad alternativo al capi-
talismo neodesarrollista; la firmeza de profun-
dizar las construcciones estratégicas de poder
popular al mismo tiempo que nos organizamos
en la disputa del aparato estatal mediante los
mecanismos electorales; y finalmente la creen-
cia de que una nueva izquierda popular tiene
una responsabilidad histórica en coagular es-
tos desafíos.


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nes en las que se sitúa nuestra praxis política
La necesidad de una hoy y el horizonte al que aspiramos: una socie-
dad sin dirigentes ni dirigidos. Ahora bien, esa
conducción política sociedad comunista en la cual la división del
trabajo intelectual y manual, las divisiones de
Como más arriba expresamos, uno de los clase, las jerarquías y las diferencias de “capital
acuerdos de la nueva izquierda pasa sin dudas cultural” no existan seguramente esté colocada
por el rechazo a cualquier concepción vertical, más allá del ciclo vital de nuestra generación.
dirigista y vanguardista de la organización. Sin Así que por lo pronto, hay que trabajar de ma-
embargo, los liderazgos existen y forman parte nera honesta, clara y democrática esta tensión.
de la praxis política. El desafío que tenemos es Es fundamental en este sentido reconocer que
habitar la tensión existente entre las condicio- hay relaciones asimétricas de poder hacia el
interior de la organización, que hay dirigen-
tes, definir cómo se eligen, con qué criterios,
qué responsabilidades tienen, que exigencias
deben asumir, etc. Al mismo tiempo, es clave
trabajar (y así prefigurar) en la dirección de for-
mas cada vez más democráticas y antipatriarca-
les de praxis política.
Las recientes experiencias latinoamerica-
nas vienen demostrando desde los hechos que
los liderazgos no son en sí mismos negativos;
que es necesario distinguir entre los líderes
reales, forjados en procesos de lucha, de los li-
deres formales, los designados por algún tipo
de institucionalidad, ambos como parte de las
contradicciones sociales. De una lectura de los
diversos procesos latinoamericanos, entonces,
es preciso validar que en sociedades fragmen-
tadas como las nuestras, los liderazgos han per-
mitido articular a distintos y vastos sectores del
pueblo, que no sin contradicciones, han contri-
buido a enarbolar y profundizar la revolución
desde el aquí y ahora.

La situación actual: ¿Fin de ciclo? ¿se viene la derecha? ¿Novedades por izquierda? 7

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Una organización Estos doce principios po-
nacional y la tensión lítico – organizativos ex-
entre centralización y presan parte importante
democracia de nuestra experiencia
La fundación de una herramienta nacional
y nuestras definicio-
debe ser pensada como parte de la disputa por nes. Son, por supuesto,
la constitución de un nuevo bloque histórico
subalterno. Sin dudas, por ello, la herramienta
sólo un punto de parti-
que construimos aspira a ser nacional, incorpo- da que deberá ser en-
rando a su funcionamiento y generación de po-
lítica las realidades diversas que surcan a nues-
riquecido y superado
tro país y su pueblo. La configuración de una en el camino que ahora
política “federal” no es tarea sencilla, pero es
un desafío de primer orden para la nueva orga-
emprendemos hacia la
nización. Es una tarea compleja que claramen- construcción de una or-
te demanda un trabajo pedagógico, paciente
y sistemático, para que la vocación nacional
ganización nacional de
además de ser expresada en las instancias de la nueva izquierda po-
definición, sepa atender la dinámica de una or-
ganización con desarrollos desiguales y combi-
pular y latinoamericana.
nados, con tiempos organizativos dispares, etc. Estamos dando apenas
Junto con esto, la escasez lógica de recursos
a la hora de sortear las grandes distancias que
un paso, seguramente
nos separan será uno de los inconvenientes a insuficiente frente a la
resolver.
Sin dudas es una de las posibles caras de la
magnitud de los desa-
tensión entre centralización y democracia. Ser fíos, pero enormemente
-o aspirar a ser- una organización nacional no
implica, desde ya, una mera extensión territo-
trascendente para esta
rial; debe significar más bien la expresión de generación militante
una síntesis política que atienda las compleji-
dades de nuestro pueblo, sintiéndonos sujetos
que sueña con Nuestra
incluso en territorios a los que como organiza- América libre, sobera-
ción no llegamos. Es decir: la herramienta na-
cional debe ser capaz de articular el conjunto
na y emancipada, que
de luchas que se dan en nuestro pueblo, que lucha por un socialismo
se desenvuelven en una amplia extensión geo-
gráfica y con una dinámica heterogénea.
para el siglo XXI.

Diciembre 2013
8

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