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Una de las epístolas más usadas por Dios para cambiar el curso de la iglesia es la epístola a los
Romanos. La vida de Martín Lutero es un gran ejemplo, y la justificación por la fe era su lema. Fue
escrito para enseñar a los romanos creyentes la doctrina básica de la justificación con todas sus
implicancias e instarles a entrar en la plenitud de la experiencia cristiana. Para entender la
justificación, tenemos que entender el evangelio y la necesidad de él.
En aquel tiempo en Roma había como tres millones de esclavos, por lo tanto los
romanos podían entender muy bien lo que era un esclavo.
Los romanos también entendían muy bien este concepto, porque con la palabra
“apóstol” se designaba a los representantes del emperador o a los emisarios de
un rey.
2. ¿Cómo eran los creyentes de Roma? Eran “amados de Dios” (v. 7), “santos” (v.
7), tenían una fe trascendente y motivadora (vs. 8, 11–12). En otras palabras,
eran ¡CRISTIANOS EJEMPLARES!
1. El Evangelio.
Buenas nuevas, buenas noticias. ¡El Evangelio es la mejor noticia, porque nos
dice cómo ser salvos!
CONCLUSIÓN
El evangelio no era el plan “b” de Dios, era el único plan de Dios. Lo primordial en nuestra
experiencia y predicación es JESUCRISTO. Todos tenemos nuestras áreas preferidas y
gustos, pero Cristo es el centro.