Sei sulla pagina 1di 258

Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba

Secretaría de Coordinación Técnico Administrativa


Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales

Práctica Jurídica
de la Salud Pública
Segunda Parte

COLECCIÓN “ADMINISTRACIÓN SANITARIA”


2
2 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
3

PRÁCTICA JURÍDICA
DE LA SALUD PÚBLICA
4 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
5
José Emilio Ortega
Director

Práctica Jurídica
de la Salud Pública
Segunda Parte

Rodolfo Nicolás Zavaley


Co-Director

Federico Robledo (h)


Agustín Carignani
Coordinadores

Córdoba
2009
MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA
6 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

La reproducción de este libro, ya sea total o parcial, en forma idéntica o con


modificaciones, escrita a máquina por el sistema Multigraph, mimeógrafo,
impreso, etc., que no fuera autorizada por esta Editorial, es violatoria de derechos
reservados. Toda utilización debe ser solicitada con anterioridad.

Ortega, José Emilio


Práctica jurídica de la salud pública: segunda parte / José
Emilio Ortega; coordinado por Federico Robledo; Rodolfo Nicolás
Zavaley ; Agustín Carignani. - 1ª ed. - Córdoba : Ministerio de Salud
de Córdoba, 2010

255 p. ; 23x16 cm.


ISBN 978-950-840-003-1

1. Derecho a la Salud. I. Robledo, Federico, coord. II. Zavaley,


Rodolfo Nicolás, coord. III. Zavaley, Rodolfo Nicolás, coord. IV.
Título

CDD 344.099 Fecha de catalogación: 21/12/2009

Editado por el Ministerio de


Salud de la Provincia de Córdoba

Arte de Tapa: ilustración realizada sobre una idea de Enrique Ortega

Impreso por:

Obispo Trejo 181 - Córdoba


advocatus@fibertel.com.ar
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723
Impreso en Argentina
7

GOBIERNO DE LA
PROVINCIA DE CÓRDOBA

Gobernador Vicegobernador
Cr. Juan Schiaretti Sr. Héctor Oscar Campana

Ministro de Salud
Dr. Oscar Félix González
Secretario de Gestión Hospitalaria
Dr. Rafael Torres
Secretario de Programación Sanitaria
Dr. Héctor Gabriel Pedetta
Secretario de Coordinación Técnico Administrativa
Ab. José Emilio Ortega

AUTORIDADES DE LA SECRETARÍA DE
COORDINACIÓN TÉCNICO ADMINISTRATIVA

Subsecretaría de Integración Sanitaria


Dr. Carlos Nouzeret
Subsecretaría Legal y Técnica
Ab. Rodolfo Nicolás Zavaley
Dirección General de Jurisdicción de Planificación y Control Administrativo
Lic. Guadalupe González
Dirección General de Infraestructura, Equipamiento y Mantenimiento
Dr. Gustavo Ramón Dellamaggiore
Dirección de Jurisdicción de Recursos Humanos
Sra. Sandra Palamara
Subdirección de Jurisdicción de Proyectos Especiales
Lic. Federico Amieva
8 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
9

COMITÉ DE REFERATO

Prof. Dr. Pedro J. Frías


Prof. Dr. Guillermo Eduardo Barrera Buteler
Prof. Dr. Antonio María Hernández
Prof. Dr. Hugo Oscar Juri
Prof. Dr. Rubén Américo Martí
Prof. Dr. Alberto Taquini
10 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
11

PRÓLOGO

Una agradable y halagadora sorpresa más un fuerte compromiso, consti-


tuyó la encomienda del querido “Pepe” Ortega para que prologara esta obra.
Sin falsa modestia siempre consideré mi ejercicio profesional como la de un
humilde trabajador del Derecho en todos los órdenes donde se desarrolló:
actividad privada, docencia y función pública, así afronto el desafío del amigo.
Resulta sumamente loable el esfuerzo del Ministerio de Salud de la Pro-
vincia de Córdoba que dirige el Dr. Oscar González, de crear un espacio
institucional estable para el pensamiento y la reflexión jurídica sobre cuestio-
nes altamente trascendentes en el ejecución de las políticas de salud en nues-
tro territorio.
La segunda parte de la obra “Práctica Jurídica de la Salud Pública”, refle-
ja no sólo el esfuerzo y dedicación de todos los profesionales que han interve-
nido en la concreción de la temática abordada, sino también una meritoria
intención subyacente hacia lo que hoy la República demanda con intensidad
para lograr niveles aceptables de seguridad jurídica y previsibilidad:
“institucionalidad”, entendida esta como evolución estable y eficaz de la insti-
tución para potenciar la cantidad y calidad de los bienes y servicios que los
gobiernos brinden a sus administrados.
Esta mención no es un rendibú interesado, sino una conclusión derivada
del contenido de la obra, ésta es la continuación de una ya iniciada, pretende
además con hechos concretos el fortalecimiento más allá de las personas y
las gestiones, ahí radica quizás, el mérito mayor de este emprendimiento, la
búsqueda no solo de la divulgación del pensamiento de los autores sino por
sobre todas las cosas la intención de trascender y establecerse como una
unidad más dentro del área de la salud, para brindarle a ésta un soporte
institucionalizado e ideas renovadoras desde lo jurídico, para mejorar la ca-
lidad del estado.
12 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

La somera síntesis que el Dr. Zavaley formula en la introducción a la obra,


ya nos adelanta la candente actualidad de la problemática abordada por los
autores, que se extienden desde tópicos generales como la cuestión ambiental
y la ancianidad, hasta los más concretos y atrayentes de los recursos humanos
críticos en la Salud, el tabaquismo, la emergencia sanitaria, las coberturas
médicas específicas por las obras sociales, el ejercicio de los profesionales de
la salud, como también, los exámenes de la jurisprudencia administrativa y
judicial que con otras normativas generadas desde el Ministerio de Salud inte-
gran el opus prologado.
Los que a diario batallan dentro de la Administración Pública en todos sus
estamentos, desde el más encumbrado funcionario hasta el menos escalafonado
de los agentes públicos, sabe de lo que se trata cuando se habla de la vorágine
de la actividad diaria, que absorbe por distintas causas (justificadas o no) toda
la energía de quienes le dedican esfuerzo y contracción a sus obligaciones
cotidianas, o sea, a satisfacer las necesidades individuales y/o colectivas de
los administrados.
La mínima experiencia del suscripto en materia de literatura jurídica, le
permite afirmar que tanto los trabajos publicados como su coordinación, pro-
vienen de un encomiable esfuerzo personal que seguramente se ejecutó al
margen de las responsabilidades laborales diarias, de horas restadas al des-
canso, de ahí también el merecido reconocimiento.
Este proyecto dirigido por los Dres. Ortega y Zavaley y coordinado por los
Dres. Robledo y Carignani merece alcanzar los fines precitados, por su pro-
fundo contenido institucional y la gran dedicación y celo que supone organizar
a su vez el ahínco y diligencia individual o grupal que han exhibido los autores
de los artículos que integran este libro.
Comprometo a los coordinadores a seguir con la ruta trazada, a no cejar
en el empeño de consagrar la estabilidad de la divulgación del pensamiento
jurídico sobre la cuestión de estado que es la Salud de nuestros habitantes.

Ab. Jorge Eduardo Córdoba


Fiscal de Estado
de la Provincia de Córdoba
INTRODUCCIÓN

Este libro, segunda entrega de la Colección Administración Sanitaria, ha


sido concebido con el impulso extra que implicó la favorable repercusión del
primer volumen.
Confirma el profundo compromiso de nuestro servicio jurídico, en tanto
parte del equipo de salud, con el desenvolvimiento integral de la Cartera Sani-
taria, lo que se ha traducido en producción concreta en temáticas tales como
la reglamentación del Decreto 33/2008 (Ejercicio de las Profesiones y Activi-
dades Relacionadas con la Salud - Ley 6.222), del Decreto 657/09 (Estableci-
mientos Geriátricos Privados - Ley 7.872 modificada por Ley 8.677); la elabo-
ración de los proyectos de ley de declaración de utilidad pública y ocupación
del ex Hospital Español, de Lucha contra el Dengue, de Creación del Sistema
de Evaluación, Registro y Fiscalización de las Investigaciones en Salud; la
preparación de la Declaración de la Emergencia Sanitaria de la Atención Pri-
maria (Res 398/09); la puesta en marcha de la Escuela de Especialistas; la
elaboración de convenios y leyes que permitieron la provincialización de los
Hospitales de Unquillo y Huinca Renancó; la elaboración, organización y se-
guimiento del Pacto Sanitario; la creación y seguimiento del régimen de inicia-
ción y perfeccionamiento en la capacitación del Ministerio de Salud; la elabo-
ración de la ley de ligadura de trompas, la reglamentación (honrando deudas
en algunos casos de varios años que impedían su plena vigencia) de algunas
leyes sanitarias como la ley de sida, entre otras.
Debemos poner de resalto que esta publicación cuenta con un Comité de
Referato integrado por científicos, juristas y académicos de indiscutible jerar-
quía intelectual y reconocimiento en el horizonte jurídico y sanitario de Améri-
ca. Forman parte del mismo el Maestro Prof. Dr. Pedro J. Frías, Prof. Dr.
Antonio María Hernández, Prof. Dr. Guillermo Eduardo Barrera Buteler, Prof.
14 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Dr. Hugo Juri, Dr. Rubén Américo Martí y Prof. Dr. Carlos Alberto Taquini, a
quienes les agradecemos profundamente por su inestimable colaboración en
este proyecto editorial.
La dinámica propia de la materia sanitaria nos posibilita, a poco de haber
iniciado esta serie de publicaciones, emprender este nuevo desafío, reuniendo
distintos artículos inéditos que ilustran sobre importantes y diversos aspectos
de nuestra diaria tarea.
José Emilio Ortega y Federico Robledo efectúan un abordaje de la cober-
tura jurídica de la ancianidad, analizando su reconocimiento y diseño en el
bloque de constitucionalidad federal y el derecho público provincial.
Agustín Carignani comparte con José E. Ortega, una revisión
pormenorizada respecto a un tema de creciente interés entre los operadores
de la salud, nuestros colegas abogados, organizaciones de la sociedad civil y
funcionarios: «La Salud Ambiental en el ordenamiento jurídico».
Eduardo Octavio Figueroa aporta un estudio acerca del instituto del adi-
cional del recurso humano crítico a la luz de la ley 7625, que trata de los
requisitos de admisibilidad de su declaración y de los límites de su concesión.
En tanto Juan Fernando Micaelli y Esteban Soria Güidone son autores de
“Tabaquismo y Derecho a la Salud”, en el que se concentran en el estudio de
la regulación del tema hasta nuestros días, así como sus posibilidades a futuro.
En lo personal, compartí con María Agustina Jacinta Sommer la autoría
del trabajo “El deber de cuidar la salud”, particular enfoque sobre otro aspec-
to que integra la amplia concepción de salud y de ejercicio solidario de un
derecho. Con Esteban Soria Guidone transitamos la “Emergencia Sanitaria”,
desde la teoría y la práctica, analizando tanto los requisitos de procedencia,
como las medidas públicas que su declaración posibilita realizar en su conse-
cuencia. En tanto que conjuntamente con Federico Robledo elaboramos “As-
pectos novedosos de la protección de la salud y la vida - A propósito del caso
´...y otra c/ IOMA y otra s/Amparo”, analizando un meduloso y reciente fallo
de un tribunal de alzada marplatense, que trata sobre la cobertura de la ferti-
lidad asistida y otros aspectos colaterales importantes.
Asimismo, Nancy Cortizo y María del Valle Lescano realizan un trabajo
de síntesis y sistematización de los Convenios suscriptos por el Ministerio de
Salud de la Provincia de Córdoba.
Finalmente, nos acompañan en esta oportunidad Oscar Ernesto Garay,
Silvina Aranovich y Marina Khoury, quienes presentan su trabajo “Ejerci-
cio legítimo de las Profesiones de la Salud”, en el que realizan un estudio
Introducción 15

de las prescripciones legales para desempeñar legítimamente las profesio-


nes de la salud.
Hemos dispuesto en este volumen dos apéndices, uno de dictámenes e
informes producidos por la Secretaría de Coordinación Técnico Administrati-
vo y la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales y, otro, que reúne juris-
prudencia del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba sobre aspectos de
raigambre sanitaria.
En conjunto, estos textos ofrecen modelos de enfoques y elementos de
reflexión; destinados tanto a los colegas del Derecho, como al ciudadano co-
mún, elaborados por jóvenes abogados -que en su mayoría conforman el ser-
vicio jurídico del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba-
consustanciados tanto con la dinámica del trabajo en conjunto, como con el
sentido de pertenencia al equipo de salud de la Provincia de Córdoba.

Ab. Rodolfo Nicolás Zavaley


Subsecretario Legal y Técnico
del Ministerio de Salud
de la Provincia de Córdoba
16 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Los Derechos de los Ancianos 17

LOS DERECHOS DE LOS ANCIANOS

José Emilio Ortega


Federico Robledo (h)

“Amad y respetad a los viejos porque deben haber sufrido”


Lucio V. Mansilla 1

Sumario: 1. Introducción a la “Ancianidad”; 2. El anciano en su


circunstancia; 3. Los derechos de los Ancianos en el Bloque de
Constitucionalidad Federal; 3.1. La Constitución Nacional; 3.1.1. Las
Medidas de Acción Positiva; 3.1.2. Medidas de transferencia de efectividad;
3.1.3. Medidas de Acción Progresiva; 3.2. Los Tratados de Derechos
Humanos con jerarquía constitucional; 4. El reconocimiento de los derechos
de los ancianos en el Derecho Público Provincial; 4.1. La protección de la
ancianidad en la Constitución de la Provincia de Córdoba; 5. Breve repaso
de la experiencia legislativa; 6. Conclusiones

1. Introducción a la “Ancianidad”

La fuerza de la realidad, traducida en la expansión de los derechos huma-


nos, convirtió a la ancianidad en una cuestión cardinal no sólo para el ámbito
estrictamente sanitario, sino también en materia jurídica, política, económica y
social. Cierta doctrina, ha planteado que las necesidades de nuestro tiempo
requieren de una rama jurídica denominada “Derecho a la Ancianidad.”2

1
MANSILLA, Lucio V., Una excursión a los Indios Ranqueles, Edición Saúl Sosnowski,
Stockcero, Miami, 2007, pág. 317.
2
Cfr. CIURO CALDANI, Miguel Ángel, “Necesidad de un complejo de ramas del mundo
jurídico para un nuevo tiempo” en Investigación y Docencia”, Nº 40, Centro de Investigacio-
18 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Parte de la literatura conceptualiza a la ancianidad como un hecho


cronológico, como el último período de la vida del hombre, como una etapa
que comienza a partir de una determinada edad.3
En una tesitura distinta, a la cual somos tributarios, el factor “tiempo” se
pondera como un indicador objetivo pero no absoluto de la vejez. No es posi-
ble ensayar una definición sostenida por la mera la vigencia de los almana-
ques, ya que deviene imposible resumir toda la problemática del caso en las
celdas de los años, meses y días, unidades de medidas con los cuales se cuen-
ta, pero no se estima, la vida de un hombre.
Debemos integrar distintas facetas y procesos -biológicos, culturales, so-
ciales, históricos y normativos- que darán sentido y significado al complejo de
valores que pretenden tutelarse mediante la intervención del derecho.
En este orden de ideas, Dabove Caramuto afirma que no se es viejo me-
ramente por alcanzar una determinada edad. Incluso, agrega la autora, que
para la gerontología, existen diferentes grados de vejez plenamente
determinables. Este proceso, en tanto vital, es ciertamente biológico, pero tam-
bién histórico y cultural. Se es anciano por el paso de los años y su impacto en
la salud de las personas; y también porque la sociedad asigna ese rol, en
determinadas circunstancias de contexto. 4

2. El anciano en su circunstancia

En este apartado, nos proponemos abordar la situación de la anciani-


dad en sus actuales coordenadas de tiempo y espacio, las cuales impactan
o deben impactar en todos los campos, aún el social, el sanitario, el
institucional y el legal.

nes de Filosofía Jurídica y Filosofía Social de la UNR, Fundación para las Investigaciones
Jurídicas, Rosario, 2007, pág. 115
3
El Diccionario de la Real Academia Española define a la ancianidad, en su acepción
segunda, como “el último período de la vida ordinaria del hombre” en http://buscon.rae.es/
draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=ancianidad (02-06-09)
4
Cfr. DABOVE CARAMUTO, María Isolina, Los Derechos de los Ancianos, Ciudad Argentina,
Buenos Aires, 2002 citado en DAVOBE CARAMUTO, María Isolina y PRUNOTTO LABORDE, Adolfo,
Derecho de la Ancianidad. Perspectiva Interdisciplinaria, Juris, Rosario, 2006, págs 11 y 12.
Los Derechos de los Ancianos 19

a. El Siglo de los Mayores

La ancianidad constituye un hecho demográfico de tanta relevancia, que


muchos autores han denominado al Siglo XXI como el siglo de los Mayores.5
En los últimos cincuenta años se ha producido un aumento considerable, en
términos absolutos y relativos, de personas de tercera edad. Así, en 1950 se
estimaba que existían más de 200 millones de personas que superaban los 60
años, en 1975 dicha cifra subió a los 350 millones y se estima que para el 2025
será de 1.100 millones, lo que supondrá un aumento del 224% en cincuenta
años y representará cerca del 14% de la población mundial.6 Martín Blázquez,
define este aumento eclosivo de la ancianidad como la “Revolución Silencio-
sa” que invierte la tendencia demográfica del mundo,7 logrando por primera
vez en la historia de la humanidad que la franja de personas mayores a 60
años supera ampliamente a la de menos de 15 años.8
La Argentina,9 como Uruguay y Cuba entre otros países, son parte de
este proceso, en el que se combinan la disminución de la mortalidad y de la
fecundidad, en lo que se denomina “transición demográfica”.10

5
Cfr. ENRIQUE MIRET, Magdalena, “El Siglo de las personas mayores” en BLÁZQUEZ, Martín
Diego (Coordinador), Los Derechos de las Personas Mayores. Perspectivas sociales, jurídicas,
políticas y filosóficas, Cuaderno Bartolomé de las Casas Nº 40, Instituto de Derechos Humanos
Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III, Dikinson, España, 2006, pág. 9
6
NIKKEN, Pedro, “Los Derechos del niño, de los ancianos y de la mujer: su protección
internacional” en acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual de la Universidad Nacional Autónoma
de México, http://www.bibliojurídica.com (20-05-09)
7
BLÁZQUEZ, Martín Diego, “Los derechos (humanos) de los ancianos” en BLÁZQUEZ, Martín
Diego (Coordinador), Los Derechos de las Personas Mayores. Perspectivas sociales, jurídicas,
políticas y filosóficas, Cuaderno Bartolomé de las Casas Nº 40, Instituto de Derechos Humanos
Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III, Dikinson, España, 2006, pág. 17
8
TOMASELLO, Andrés, “Derechos de la Ancianidad” en DJ2002-3, 928
9
La Naciones Unidas ha puesto de resalto que la Argentina es uno de los países donde el
aumento demográfico de las personas mayores seguirá creciendo exponencialmante. Cfr. OMS
e INPEA, Missing Voices view of older person on elder abuse, pág. 3 en http://www.who.int/
ageing/projects/elder_abuse/missing_voices/en/ (01-06-09)
10
S OLÍS, Patricio, “El ingreso a la cuarta edad en México: una aproximación a su
intensidad, calendario e implicaciones en el apoyo familiar y social a los ancianos” en
Papeles de Población, Enero/Marzo Nº 19, Universidad Autónoma del Estado de México,
Toluca, 1999, pág. 43.
20 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Este dato presenta particular interés, pues es dable reflexionar sobre si las
instituciones, el derecho y el andamiaje sanitario están a la altura de esta
ampliación de la expectativa de vida, si la acompañan debidamente. Es razo-
nable examinar si la transición se ha “democratizado”, si los procesos son
vividos en plenitud no sólo por algunos sujetos, sino por amplias capas de la
comunidad 11, si la sobrevida tiene la adecuada consideración por la sociedad,
el mercado, las leyes, los bienes culturales.

12
b. Calidad de vida

Avanzando, indicamos que el nivel de vida adecuado es un derecho funda-


mental, que exige la convergencia todas las condiciones necesarias para que
las personas vivan dignamente. En dicha expresión, quedan comprendidos
aspectos subjetivos del individuo -sus aspiraciones, el grado de satisfacción de
las mismas y la percepción individual y colectiva de sus condiciones- y objeti-
vos -interacción con factores tales como educación, renta, salud, vivienda,
vestimenta, etc-.
¿Como absorbe el sistema esa necesidad de asegurar el aumento cuantitativo
de la vida, imbricado al aumento de cualitativo del nivel de vida de los ancianos?
Es quizá este campo, uno de los que con mayor crudeza muestra las dife-
rencias entre los rumbos marcados por los países desarrollados, respecto a los
países menos adelantados, pues en los primeros la transición a la vejez ha sido
abordada con mayor profundidad.
Es interesante, en este campo, cómo se han diferenciado dos grupos bien
nítidos: la “tercera edad”, o “viejos jóvenes”, y la “cuarta edad”, o de “depen-
dencia final”, también llamada “de viejos viejos” o “viejos entre los viejos”.
Como se ha dicho, superar ciertas barreras cronológicas, enviudar o quedarse
sin hijos solteros en la casa, no implican directamente el deterioro de la calidad
de vida o el menoscabo de la autonomía.13 Nos referimos a incapacidades,

11
En el sentido propuesto por Treas y Bengston, citados en SOLÍS, Patricio, ob. cit. pág. 44.
12
Aquí hablamos de “calidad de vida” relacionándola específicamente con la calidad que
pueda presentar el envejecimiento. Respecto a la definición jurídica de “calidad de vida” ver
nuestro artículo “Salud Ambiental en el ordenamiento jurídico”, punto 2.
13
SOLÍS, Patricio, ob. cit., pág. 46.
Los Derechos de los Ancianos 21

detrimento de funciones orgánicas, físicas, fisiológicas, psicológicas que im-


porten deterioro funcional, parámetro utilizado por la OMS para evaluar la
calidad del nivel de vida.
La correcta delimitación de ambos grupos, el abordaje de su transición, los
diversos estudios sanitarios, sociológicos, políticos, administrativos o jurídicos,
entre los más trascendentes, que permitan trabajar sobre las crecientes nece-
sidades de cada estadio y las respuestas institucionales y culturales que mejo-
ren su cobertura.

c. La soledad y abandono de los ancianos

Cada vez hay más personas ancianas viviendo solas, sin redes primarias
de apoyo, a causa de la verticalización de las familias (ruptura de la solidari-
dad vertical), por lo que la realidad asistencial deberá recaer sobre redes de
apoyo coetáneas (solidaridad horizontal) no consanguíneas 14.
En el informe sobre la situación de la Ancianidad de Argentina presentado
ante la OMS, se ha indicado que la soledad de los ancianos o abandono por
sus familiares es un factor determinante de todos sus problemas.15
¿La soledad aumenta las desigualdades? ¿Es posible prever quiénes que-
darán solos? ¿Es posible anticipar quiénes, entre los solos, pertenecerán a la
tercera o a la cuarta edad? ¿Es factible trabajar sobre grupos de amortigua-
miento o contención de esa soledad potencial o real (sean familiares o no
familiares)? ¿Es posible fomentar la participación de estos grupos en organi-
zaciones gubernamentales o no gubernamentales que los nuclean? ¿Los pro-
gramas de salud, los de desarrollo social, la propia seguridad social, deben
mejorar su respuesta ante estos fenómenos asegurando la calidad de vida en
las etapas previas con un sentido prospectivo? ¿En cuánto influye, a este
respecto, el estereotipo actual respecto a los ancianos?16¿Cómo deben coadyu-

14
TOMASELLO, Andrés, “Derechos de la Ancianidad” en DJ2002-3, 928
15
Informe de la Argentina sobre el estado de la Ancianidad presentado a la Organización
Mundial de la Salud en el 2001, disponible en página de la OMS, http://www.who.int/ageing/
projects/elder_abuse/missing_voices/en/ (01-06-09)
16
1 Pues como bien se ha dicho,“... en muchas sociedades existen muchos estereotipos
negativos acerca de las personas ancianas. Muchas personas consideran la declinación de las
22 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

var la política social, la sanitaria, la cultural, la educativa, así como la aplica-


ción del derecho, para corregir esa percepción?

d. Maltrato y discriminación

La discriminación y el maltrato17 de los viejos es imposible de ignorar.18


Presenta muchos rostros: exclusión del mercado laboral, infantilización en el
trato (violencia moral), maltrato físico, abandono por disgregación del vínculo
familiar, limitaciones del sector público para apuntalar la movilidad social, difi-
cultades del Estado y la sociedad civil para sostener alternativas de conten-
ción y participación, geronto fobia pasiva (al no valorar los aspectos positivos
de la vejez, la sociedad se desentiende de los ancianos), etcétera. En un con-
cepto que retomaremos, nos interesa plantear dos clases de maltrato: el do-
méstico, y el institucional 19.
La OMS publicó en el año 2002 el informe “Missing Voices views of older
person on elder abuse” (Voces ausentes: visión de las personas mayores so-
bre la discriminación de las personas mayores)20, relevamiento en ocho paí-

habilidades en la tercera edad como inevitable e irreversible (...) Si queremos vivir la vejez de
una manera determinada tenemos que revisar la imagen que nosotros mismos tenemos de las
personas ancianas”. Cfr. REYES CAMEJO, Teresa et al, “Salud en la tercera edad y calidad de
vida”, Centro Gerontológico Colón Máximo Gómez, Cuba, 2001.
17
Lo definimos como “Cualquier acto único o repetido o falta de acción apropiada que
ocurra en cualquier relación, supuestamente de confianza, que cause daño o angustia a
cualquier persona de edad” (Secretaría General de la Comisión de Desarrollo Social de la II
Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento).
18
BOBIO, Norberto, De Senectute y otros escritos autobiográficos, Taurus, Madrid, 1996,
pág. 27 citado por BLAZQUEZ, Martín Diego, ob. cit. pág. 22.
19
SEMINO, Eugenio, “Maltrato, Abuso y Abandono en la Tercera Edad” en acervo virtual de
la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, http://www.defensoria.org.ar/
areastematicas/doc/v014.doc (06-06-09)
20
Cfr. “Respuesta Mundial al Maltrato de Personas Mayores” en Revista Panamericana de Salud
Pública, Vol. 17, Junio de 2005, pág. 456. Ver OMS e INPEA, Missing Voices view of older person on
elder abuse en http://www.who.int/ageing/projects/elder_abuse/missing_voices/en/ (01-06-09)
21
Los otros países sobre los cuales se llevó a cabo esta investigación son Austria, Brasil,
Canadá, India, Kenya, Líbano y Suecia.
Los Derechos de los Ancianos 23

ses, entre los cuales se encuentra la Argentina21, en el cual se resumieron los


cuatro tipos de abusos que los ancianos reconocen que son sometidos:
- Abuso social estructural: la postergación o marginación de sus necesidades o
intereses en función de otras prioridades sociales, políticas y económicas.
- Negligencia y abandono, tanto desde la perspectiva personal como
institucional.
- La falta de respeto y actitudes edaístas como la infantilización, anonima-
to o pérdida de identidad personal.
- Los abusos legales y financieros.22
Como indica la O.P.S., “el desamparo y maltrato de las personas de edad
se ha convertido en un epidemia silenciosa en todo el continente”.23

3. Los derechos de los Ancianos en el Bloque de Constitucionalidad


Federal

3.1. La Constitución Nacional

En la Constitución Histórica de 1853/60 no se incluyeron expresamente los de-


rechos de los ancianos, que vendrían de la mano con el constitucionalismo social.
Recién tuvieron consagración expresa en la Constitución de 1949, en la
cual se incluyó una cláusula expresa de derechos de carácter social de la
ancianidad. Los derechos sociales reaparecieron en la reforma de 1957, resu-
midos en el art. 14 bis 24, contemplando en nuestra materia sólo el aspecto
previsional. No obstante ello, entendemos que, al tratarse de derechos huma-

22
Cfr. BLÁZQUEZ, Martín Diego, ob. cit. pág. 24.
23
OPS, 44º Consejo Directivo, 55º Sección del Comité Regional, La Familia y la Salud,
2003, citado en DAVOBE CARAMUTO, María Isolina y PRUNOTTO LABORDE, Adolfo, Derecho de la
Ancianidad. Perspectiva Interdisciplinaria, Juris, Rosario, 2006.
24
Cfr. GELLI, María Angélica, “Los nuevos derechos en el paradigma constitucional de
1994” en La Ley 1995-C, 1142
24 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

nos, mantienen su hospedaje en la cláusula del art. 33 de la Constitución 25


sobre los derechos implícitos.26
En 1994, el convencional constituyente insertó el art. 75 inc. 23 de la Cons-
titución Nacional, completando la igualdad formal del art. 16 (formal equality /
equality in books) con la “igualdad real” (material equality / equality in actions).
En su texto, aquel artículo le impone al Congreso la obligación de“[l]egislar
y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de
oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconoci-
dos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre
derechos humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los ancia-
nos y las personas con discapacidad” (la negrita nos pertenece).
La inclusión de esta cláusula, pone de manifiesto la inequívoca voluntad de
nuestra Norma Fundamental de comprometer al Estado Federal en un dinámi-
co esfuerzo por desarrollar estrategias legales, para imponer condiciones “rea-
les” de igualdad entre todos los habitantes de este país.27
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el caso “Itzcovich”28, ha pues-
to de resalto que la norma sub examine importa una calificación constitucional de
los ancianos como un grupo vulnerable.29 Dicha situación de vulnerabilidad, sobre
la cual hemos dado precisiones en el apartado anterior, traduce que éstos no son
iguales a los demás y, por tanto, requieren una protección especial.30

25
Constitución Nacional, Art. 33: “Las declaraciones, derechos y garantías que enumera
la Constitución, no serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enume-
rados; pero que nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de
gobierno”.
26
Cfr. BIDART CAMPOS, Germán J. “El artículo 75 inc. 22, de la Constitución y los derechos
humanos” en La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales loca-
les, pág.85, Ed. Del Puerto, Buenos Aires, RA, 1998.
27
Cfr. RIBERI, Pablo, Variaciones sobre igualdad como valor, principio y derecho, Medi-
terránea, Córdoba, 2007, pág. 102.
28
Ver BARRERA BUTELER, Guillermo, El caso “Itzcovich”: ¿Una sentencia de necesidad y
urgencia?, en Foro de Córdoba, (Publicación de doctrina y jurisprudencia), Año XVI, Nº 99,
Advocatus, Córdoba, 2005.
29
CSJN Fallos 328:566, “Itzcovich, Mabel c. Administración Nacional de la Seguridad
Social” (29-03-05), V oto del Dr. Lorenzetti, consid. 11
30
TRAVIESO, Juan Antonio, “La protección de los derechos de los ancianos. Aspectos
nacionales e internacionales” en La Ley Actualidad, 1995/07/06, pág. 3.
Los Derechos de los Ancianos 25

El ordenamiento constitucional vigente nos exige:


a) Interpretar el ordenamiento jurídico existente a la luz del mandato de
protección especial de la ancianidad -con lo cual se otorga contenido nuevo a
derechos reconocidos-;
b) Reconocer derechos específicos de los ancianos;
c) Tomar medidas de acción positiva, medidas de acción progresiva y
medidas de transferencia de efectividad a los derechos de los ancianos.31

3.1.1. Las Medidas de Acción Positiva


Nuestra Carta Fundamental ha reconocido de manera expresa las deno-
minadas acciones positivas o affirmative actions: mecanismos de discrimi-
nación inversa 32 que importan una “estrategia destinada a establecer la igual-
dad de oportunidades por medio de medidas que permitan contrarrestar o
corregir aquellas discriminaciones que son el resultado de prácticas o siste-
mas sociales.”33
El espíritu y fin de su inclusión, es garantizar la “igualdad real de oportuni-
dades” y de trato y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por

31
Es menester puntualizar que estas tres clases de medidas pueden combinarse en la
realidad.
32
Las medidas de acción positiva fueron una creación pretoriana de la Corte Suprema de
los Estados Unidos en el caso “Brown vs. Board of Education of Topeka” (1954). No obstan-
te, Roberto Gargarella señala que en el continente americano, a principios del Siglo XIX, la
discriminación inversa ya tenía tributarios, como José Artigas, que en el Reglamento Provisorio
de 1815 bregaba por la discriminación positiva a favor de los más pobres. (cfr. GARGARELLA,
Roberto, “Injertos y Rechazos: Radicalismo Político y Transplantes Constitucionales en
América” en acervo virtual del Seminario en Latinoamérica de Teoría Constitucional y Política
de la Y ALE L AW S C H O O L , en www.law.yale.edu/documents/pdf/SELA/
RobertoGargarella__Spanish_.pdf - (26-05-09)
33
Este concepto ha sido construido por el Comité para la Igualdad entre hombres y
mujeres del Consejo de Europa y es citada por KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, “Las Acciones
Positivas en la Reforma Constitucional (art. 75 i nc. 23)” en La incidencia de la Reforma
Constitucional en las distintas ramas del derecho”, XII Reunión conjunta de las Academias
Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba y Buenos Aires, Biblioteca de la
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Serie II - Obras - Nº 27,
Buenos Aires, 1998, pág. 93-94.
26 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

la Constitución y por los tratados internacionales a los ancianos 34, los otros
tres grupos enunciados y cualquier otro grupo vulnerable no enunciado. Fiss
aporta que las medidas de acción positiva son en definitiva verdaderas herra-
mientas de justicia 35.

3.1.2. Medidas de transferencia de efectividad


Los derechos sociales, género dentro del cual se han incluido a los dere-
chos de los ancianos, se han incorporado con dificultades al constitucionalis-
mo de la realidad y en la praxis legislativa e institucional. Los legisladores no
han sido lo suficientemente precisos, y los jueces han tendido a considerarlos
como no exigibles ante los tribunales.36
El Estado debe tomar medidas para garantizar el “pleno goce y ejercicio
de los derechos reconocidos [a los ancianos] por [la] Constitución y
por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos”.
También se ha tendido a simplificar el enfoque y centrarlo en la
“institucionalización”, aunque desde una perspectiva muy deficitaria (tanto
en la elaboración e implementación de políticas, visión de los funcionarios a
cargo, calidad de los recursos humanos empleados, estrategias de integra-
ción, coordinación o convergencia entre entidades involucradas -asistenciales
y no asistenciales, públicas y privadas, etc.-). Estas “instituciones” -hoga-
res, residencias, etcétera, sólo sirvieron para estatizar algunos-compromi-
sos que no solucionaron los problemas. Se interrumpieron muchas redes
afectivas -aislamiento de la familia-, no se estimularon las organizaciones de
autoayuda, la seguridad social no acompañó este esfuerzo, los servicios de

34
CSJN Fallos 328:1602, “Sánchez, María del Carmen c. Administración Nacional de la
Seguridad Social” (17-05-05), Voto del Dr. Maqueda, consid. 10 in fine.
35
FISS, Owen, “Affirmative Actions as a strategy of justice”, ensayo presentado en la
sesion inaugural del Simposio “Affirmative Action Talk” (17 y 18 de Octubre de 1996) del
Whitney Humanity Center y YALE LAW SCHOOL, en Report for the Institute for Philosophy &
Public Policy, www.law.yale.edu/documents/pdf/affirmativeaction.pdf (23-05-09)
36
GARGARELLA, Roberto, “Injertos y Rechazos: Radicalismo Político y Transplantes Cons-
titucionales en América” en acervo virtual del Seminario en Latinoamérica de Teoría Constitu-
cional y Política de la YALE LAW SCHOOL, en www.law.yale.edu/documents/pdf/SELA/
RobertoGargarella__Spanish_.pdf - (05-06-09)
Los Derechos de los Ancianos 27

salud no se articularon con estas estructuras, no se reorganizaron otras re-


des de solidaridad, etcétera.
Ni el derecho, ni los tribunales, ni las políticas de estado, pudieron todavía
transformar ese contexto: la creatividad, la precisión, la eficiencia, la eficacia
de los hombres de estado, de la sociedad civil organizada, aún no amalgamó
en realizaciones visibles.

3.1.3. Medidas de Acción Progresiva


El Estado debe lograr progresivamente la efectivización de los derechos
fundamentales de los ancianos.
El principio de progresividad tiene fundamento normativo en el art. 2.1. del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PISDEC)
y art. 17 de su Protocolo Complementario de San Salvador, a los cuales nos
referiremos infra. Parte tres premisas complementarias: a) que la plena reali-
zación de los derechos humanos generalmente no se puede lograr en un corto
lapso de tiempo; b) que el Estado no puede aplazar indefinidamente su cumpli-
miento o hasta que haya alcanzado un determinado nivel de desarrollo econó-
mico 37 y c) que existen grados de satisfacción de los derechos de los ancia-
nos que el Estado podrá ir cubriendo escalonadamente. La progresividad per-
mitirá evaluar el cumplimiento de los objetivos diacrónicamente.
La prohibición de regresividad de los derechos humanos constituye, al
decir de Salvioli, la ecuación inversa de la progresividad 38. Ella constituye una
limitación a las políticas del Estado en virtud de la cual éste se ve impedido de
adoptar políticas y medidas que empeoren la situación de los derechos.

37
Cfr. HUENCHUAN, Sandra y MORLACHETTI, Alejandro, Derechos Sociales y Envejecimien-
to: modalidades y perspectivas de respeto y garantía en América Latina, http://www.eclac.org/
celade/noticias/páginas/6/27116/HuenchuanS.pdf (21-03-08)
38
SALVIOLI, Fabián, Curso Básico sobre el Sistema Interamericano de Protección de los
Derechos Humanos, IIDH, 2003, en Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Glosa-
rio, http://www.iidh.ed.cr/glosario.htm (24-03-08).
28 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

3.2. Los Tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional

De los cuatro grupos vulnerables enunciados por el art. 75 inc. 23, los
ancianos y discapacitados son los que poseen una tutela más débil en el hori-
zonte normativo internacional.39
Los tratados de derechos humanos que conforman el bloque de
constitucionalidad, no contemplan expresa y sistemáticamente los derechos
de la ancianidad, salvo en el aspecto de la seguridad social. No obstante, en
comunión con nuestra Carta Fundamental, receptan en su letra y espíritu, la
igualdad real de oportunidades y las acciones positivas a favor de los grupos
vulnerables, como uno de los medios para efectivizar la primera.40
No obstante, en el 2003, la República Argentina ratificó el Protocolo Adi-
cional a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia de de-
rechos económicos, sociales y culturales (Protocolo de “San Salvador”), que
completa el Pacto de San José de Costa Rica, con la cláusula de los derechos
de la ancianidad:
“Toda persona tiene derecho a protección especial durante su ancianidad.
En tal cometido, los Estados partes se comprometen a adoptar de manera

39
Los “Niños” poseen la Convención de los Derechos del Niño -con jerarquía constitucio-
nal- que les dispensa un tratamiento integral y ajustado a su situación particular de indefen-
sión, reconociéndose principios y derechos propios. Las Mujeres se encuentran especialmen-
te tuteladas por la Convención de Eliminación de todas las formas de Discriminación a la Mujer
y el resto de los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional que, en general,
prohíben la discriminación fundada en el género. La situación de los “Discapacitados” se
encuentra contemplada en la Declaración de Derechos del Retardado Mental , Declaración de
los Derechos de los Impedidos (1975), Declaración de los Derechos de la Persona Sorda y
Ciega y Declaración de los Derechos de las Personas con Discapacidad, entre otros (Ver
ROBLEDO, Federico Justiniano, “Hacia una mejor tutela constitucional de los discapacitados”
en Cuaderno de Federalismo, Instituto de Federalismo de la Academia Nacional de Derecho y
Ciencias Sociales de Córdoba, Córdoba, XIX, Advocatus, Córdoba, 2006, págs.104-123)
40
La CADH, PIDESC y DUDH no incluyen expresamente a la edad como uno de los
factores prohibidos de discriminación. El Comité de DESC ha señalado que ello se debe a que,
cuando se adoptaron estos instrumentos normativos internacionales, el problema del envejeci-
miento no era tan importante ni urgente ni revestía la actualidad de los días que corren. Ello no
obsta, que pueda ser incluída en la expresión “cualquier otra condición social”. Cfr. Observación
General Nº 6 del Comités de DESC, “Los Derechos Económicos Sociales y Culturales de las
Personas Mayores”, 13 º Período de Sesiones - 1995, UN E/1996/22, considerandos 11 y 12.
Los Derechos de los Ancianos 29

progresiva las medidas necesarias a fin de llevar este derecho a la práctica y


en particular a:
a. proporcionar instalaciones adecuadas, así como alimentación y aten-
ción médica especializada a las personas de edad avanzada que carezcan de
ella y no se encuentren en condiciones de proporcionársela por sí mismas;
b. ejecutar programas laborales específicos destinados a conceder a los
ancianos la posibilidad de realizar una actividad productiva adecuada a sus
capacidades respetando su vocación o deseos;
c. estimular la formación de organizaciones sociales destinadas a mejorar
la calidad de vida de los ancianos (art. 17 Protocolo de San Salvador)”.

Asimismo, cabe precisar que los avances más importantes se han dado en
el seno de las Naciones Unidas. En Asamblea General de las Naciones Uni-
das 41 N° 46/91 en la 74ª sesión plenaria del 16 de diciembre de 1991, se
dispuso la ejecución del Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento
y Actividades Conexas y su Anexo: Principios de las Naciones Unidas en
favor de las personas de edad, donde se especifica sobre su independencia y
participación, cuidados, autorrealización y dignidad. Anteriormente, en 1982,
se había realizado en Viena la Primera Asamblea Mundial sobre el Envejeci-
miento, que procuró el informe sobre “Los asentamientos humanos y el enve-
jecimiento” al año 1982 y posteriormente en 1993. En Madrid, del 8 al 12 de
abril de 2002 se realizó la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimien-
to, bajo el lema “Una Sociedad para Todas las Edades”.42

4. El reconocimiento de los derechos de los ancianos en el Derecho


Público Provincial

Siguiendo a Mariano Novelli, sostenemos que las veintitrés constituciones


de las provincias argentinas y el estatuto de la Ciudad Autónoma de Buenos

41
Órgano en el que están representados todos los estados miembros de las Naciones
Unidas, más observadores e invitados.
42
Cfr. TOMASELLO, Andrés, ob. cit.
30 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Aires, pueden clasificarse en tres grandes grupos, conforme al modo de tratar


el tema de la población de edad avanzada.43 Estos son:
1) Constituciones que omiten todo pronunciamiento respecto a
la vejez. En este grupo se encuentran las Constituciones de Corrientes, La
Pampa y Mendoza.44 A pesar de dicho vacío legal, Novelli precisa que los
derechos de la ancianidad se encontrarían subsumidos en la “cláusula de los
derechos no enumerados” que las tres cartas contienen.
2) Constituciones con derechos provisionales. Este grupo estaría
integrado por aquellas constituciones que se limitan a enumerar ciertos dere-
chos relacionados con la seguridad social. Ellas son, las de Entre Ríos, Neuquén
y Santa Cruz.
3) Constituciones con cláusulas de “derechos de los ancianos”.
En este grupo, se ubican aquellas leyes supremas provinciales, por medio de
las cuales, con mayor o menor detalle, se reconocen los derechos de los an-
cianos.
Entre las normas más breves, el autor de referencia, menciona las de las
constituciones de Buenos Aires (art. 36, inc. 6), La Rioja (art. 37), Misiones
(art. 37, inc. 2; art. 38), Santa Fe (art. 23) y Tucumán (art. 67, inc 6º). Las
mismas, por lo general, expresan que el Estado proveerá al amparo de los
ancianos, aunque indican a la familia como responsable directa de su cuidado.
La Constitución de Buenos Aires señala que se promoverán políticas
asistenciales y de revalorización del rol de los ancianos.45
Las constituciones de Chaco (art. 35, inc. 4), Chubut (art. 29), Córdoba
(art. 28), Jujuy (art. 49), Río Negro (art. 35), San Juan (art. 57) y Tierra del
Fuego (art. 21), poseen artículos sobre derechos de los ancianos algo más
amplios.

43
Seguimos en este punto el trabajo de Mariano Novelli, titulado Los Derechos Constitu-
cionales de los Ancianos en la Argentina, Dunken, Fundación para las Investigaciones Jurídi-
cas, Buenos Aires, 2006 y el trabajo conjunto de DABOVE CARAMUTO, María Isolina, GONEM
MACHELLO, Graciela M, NAWOJCZYK, Érica, NOVELLI, Mariano H., PRUNOTTO, Mariana E. y
RODRIGO, Fernando titulado “Aportes para el pleno reconocimiento constitucional del derecho
de los ancianos” publicado en La Ley 20/06/2008, 1.
44
Es dable puntualizar que la Constitución de Mendoza vigente es la de 1916, y a la fecha
no ha sido fruto de ninguna reforma, quedándose al margen del ciclo de reformas constitucio-
nales provinciales nutridas por el constitucionalismo social.
45
Cfr. NOVELLI, Mariano, ob. cit., pág. 67.
Los Derechos de los Ancianos 31

Finalmente, se llega a las pocas constituciones que se adecuan a las “me-


didas de acción positiva” respecto de los ancianos que promueve el artículo
75, inciso 23, de la Constitución Nacional. Son seis las leyes supremas que
afrontan la ancianidad de manera plena, enunciando diversos derechos y sus
modos de efectivización: Ciudad de Buenos Aires (art. 41) y Provincias de
Catamarca (art. 65, inc. V), Formosa (art. 71), Salta (art. 35), San Luis (art.
51) y Santiago del Estero (art. 34). En su mayoría, comienzan garantizando a
las personas mayores la igualdad de oportunidades y de trato sin discrimina-
ción alguna. Luego, mencionan distintos derechos esenciales en la vejez, que
mayormente coinciden con la exhaustiva enumeración que formulaba la Cons-
titución Nacional de 1949. Así, establecen el derecho a la asistencia, a la
alimentación, a la vivienda, al vestido, a la salud física y moral, a la ocupación
por la laborterapia productiva, al esparcimiento y al turismo, a la tranquilidad y
al respeto. Las constituciones de las provincias de Formosa y San Luis van
aun más allá, haciendo hincapié en que es responsabilidad del Estado crear
establecimientos especiales organizados con fines preventivos, hogares o cen-
tros de día, así como ofrecer asistencia integral domiciliaria.46
Es posible sintetizar el tratamiento constitucional al derecho a la anciani-
dad en el derecho público provincial argentino, mediante el siguiente gráfico.

En mérito de lo expresado, podemos concluir que los derechos sociales del


anciano son reconocidos, con mayor o menor extensión, en la mayoría de las
constituciones provinciales argentinas, por influjo del constitucionalismo social.

46
Ibidem.
32 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

4.1. La protección de la ancianidad en la Constitución de la Provincia


de Córdoba

La Constitución de la Provincia de Córdoba aborda la problemática de la


ancianidad en tres artículos.
En primer término, en el acápite de los derechos sociales, como se
señaló supra, se incluye la cláusula de la ancianidad, que reza: “¨[e]l
Estado Provincial, la familia y la sociedad procuran la protección de los ancia-
nos y su integración social y cultural, tendiendo a que desarrollen tareas de
creación libre, de realización personal y de servicio a la sociedad.”
Es posible resumir el contenido de este novedoso apartado normativo
mediante las siguientes preguntas:
¿Quién es el titular de los derechos contenidos en la norma precipua? Los
titulares de los derechos enunciados en la cláusula sub examine son los
ancianos. Nuestro convencional constituyente provincial optó por con-
sagrar un catálogo de derechos especiales para este grupo de personas.
¿Qué tipo de derechos son los derechos de la ancianidad? La Constitución de
Córdoba califica a los derechos de la ancianidad como derechos sociales.
¿Quién es el titular del deber de protección del anciano? La protección
del anciano es un deber del Estado Provincial- en concurrencia con el
Estado Nacional (art. 14 bis, 33, 75 inc. 22 y 23 CN) y los municipios y
comunas (art. 186 C.Cba)- la sociedad y la familia. De ello se sigue que,
si bien el Estado es el custodio último del cumplimiento de los derechos
fundamentales, la Provincia de Córdoba, Estado Social de Derecho (ar-
tículo 1º de la Ley Fundamental), refuerza e integra esa tuición particu-
lar a los ancianos, guiada por un conjunto de principios entre los cuales
destacamos a la subsidiariedad.
Este principio, implica que las necesidades de los hombres deben ser satis-
fechas, en primer lugar por los individuos y sus familias; en caso que no pudie-
ran hacerlo por sí solas deberá intervenir subsidiariamente la sociedad y el
estado. Esta directriz, tiene razón de ser cuando reconocemos que el hombre
nació antes que el estado, para vivir en agrupaciones con otros hombres, en
cuyo seno se realiza y perfecciona como tal.47

47
Cfr. CAPEL, Mariano, HARRINGTON, Paula, MIRANDA, Magali, ROBLEDO, Federico y TUR,
Daniel, “Paisajes de una Argentina Invisible” en Anuario de Derecho Constitucional Latino-
Los Derechos de los Ancianos 33

¿Cuál es la extensión de los derechos de los ancianos? La Constitución


incluye un catálogo de derechos que conforman, a nuestro entender, un
mínimo irreductible para la atención integral de las necesidades de la
ancianidad. En concreto, reconoce:
- el derecho a una protección [especial], que trasunta todas las dimensio-
nes de sus situación particular y obliga a reinterpretar los derechos generales
con el cariz de la ancianidad;
- el derecho a la integración social y cultural.
En segundo término, en el art. 57 se tutelan los derechos previsionales.48
Finalmente, se incluye a la ancianidad en el Art. 186, que versa sobre la
competencia material del municipio; es decir, la atribución específica de poder
que la Constitución hace al Municipio para entender en asuntos específicos.49
Particularmente, en el inc. 7, le otorga a los municipios y comunas de la pro-
vincia competencia en materia ancianidad, la cual reviste carácter social,50 en
concurrencia con la que se reserva el estado provincial y la que corresponde
al estado nacional.
Es menester poner de resalto, que nuestra Constitución junto con la de
Santa Cruz, son las únicas del país que invisten expresamente a los municipios
de atribuciones y poderes respecto de la ancianidad.

americano,12º Año, Tomo 2, Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Impreso en Mastergraf,


Montevideo, 2006, pág. 1283.
48
Constitución de la Provincia de Córdoba, art. 57: “El Estado Provincial, en el ámbito de
su competencia, otorga a los trabajadores los beneficios de la previsión social y asegura
jubilaciones y pensiones móviles, irreductibles y proporcionales a la remuneración del traba-
jador en actividad.
El régimen previsional debe ser uniforme y equitativo y debe procurar la coordinación con
otros sistemas previsionales.
La ley establece un régimen general previsional que contemple las diferentes situaciones o
condiciones laborales, conforme lo establece el artículo 110, inciso 17 de esta Constitución.
Los recursos que conforman el patrimonio de las cajas previsionales son intangibles y
deben ser utilizados sólo para atender sus prestaciones específicas.”
49
Cfr. BOCCOLINI, Gustavo Luis, Práctica Municipal II; Ediciones Avatar, Córdoba, pág. 257.
50
En ingual sentido ver HERNÁNDEZ, Antonio (h), Derecho Municipal,2ª Edición Actuali-
zada y aumentada, Volumen 1, Depalma, Buenos Aires, 1997, pág. 472; BAULINA, Angel V, El
Gobierno Municipal. Manual Práctico de Derecho y Administración, Assandri, Córdoba, 1941,
pág. 204; MOONEY, Alfredo y BRUGGE, Juan, Derecho Municipal Argentino. Aspectos Teóricos
y Prácticos, 2ª Edición Actualizada, Francisco Ferreyra Editores, 1998, Córdoba, pág. 521-
522; BOCCOLINI, Gustavo Luis, Práctica Municipal II; Ediciones Avatar, Córdoba, pág. 263.
34 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Ello pone en evidencia, la importancia mayúscula del municipalismo en el


diseño constitucional de nuestra provincia, y la necesaria integración de los
tres niveles de gobierno (nacional, provincial y municipal) en la elaboración de
políticas que protejan a los ancianos, tal como efectivamente, lo propone la
propia Constitución en el artículo 59, segundo párrafo, al establecer el conte-
nido del derecho a la Salud.

5. Breve repaso de la experiencia legislativa

Razones de espacio nos impiden explorar en profundidad cómo la legisla-


ción acompañó estos esfuerzos que el constituyente nacional y los provincia-
les han realizado por incorporar la protección efectiva de la ancianidad, en sus
múltiples facetas.
No existen leyes nacionales generales sobre ancianidad. En algunas pro-
vincias sí encontramos textos que vienen a reglamentar las cláusulas constitu-
cionales, como Mendoza, Misiones, San Juan, Tierra del Fuego, entre otras.
Algunas también abordan, desde la perspectiva de los beneficios -no sólo los
de la seguridad social- esta problemática, como San Luis o Formosa.
En la provincia de Córdoba, encontramos la Ley Nº 7077, de 1984 51,
modificada por la Ley Nº 7434 de 1896 52, que establece la creación del “Pro-
grama de atención al anciano”, por el cual el Estado Provincial “... a tra-
vés de albergues, hogares de día, comedores, vianas domiciliarias y cual-
quier otra alternativa de ayuda económica al grupo familiar, para man-
tener al anciano en el núcleo de origen, atenderá a la ancianidad
carenciada de todo el territorio Provincial, para erradicar definitiva-
mente la situación de ancianos abandonados, y otorgarle el bienestar
necesario” (texto según reforma). Se establecen condiciones de ingreso al
programa (más de 60 años, residir en la zona, imposibilidad de autoabastecerse
y carencia de parientes obligados por ley de proporcionar cuidado). La norma
prevé la generación de convenios con Municipios, Comisiones Vecinales, Cen-

51
Ley Nº 7077, “Programa Permanente de Atención al Anciano”, - Córdoba- (B.O., 30-04-
1984).
52
Ley Nº 7434 - Córdoba- (B.O., 09-10-1986).
Los Derechos de los Ancianos 35

tros Vecinales, e instituciones de bien público sin fines de lucro. Los servicios
brindarán asistencia social, médica, de educación y recreación en la medida
de sus posibilidades. Una ley posterior, la 7.723 53, incorpora al Programa de
Asistencia Integral Córdoba -PAICOR- el servicio de atención a “hogares
de tercera edad”.
Asimismo, encontramos invocaciones muy genéricas a la ancianidad en
las disposiciones del artículo 8, inciso a) de la ley 8835, Carta del Ciudadano 54
-derechos de la solidaridad-. Recordemos que esta ley aún no ha sido regla-
mentada.
La ley 7872, 55 modificada por la Ley 8677 56, establece el Régimen de
Establecimientos Geriátricos Privados de la Provincia de Córdoba. Esta nor-
ma ha sido recientemente considerada por el Ministerio de Salud, impulsándose
una nueva reglamentación de la misma (cuya factura ha sido desarrollada en
gran parte por este servicio jurídico), finalmente consagrada como Decreto
657/09. El instrumento legal clasifica a estos establecimientos en seis catego-
rías 57 y precisa criterios de fiscalización, a cargo del Ministerio de Salud.
Estas normas son completadas mediante la Resolución del Ministerio de Salud
394/09, que permite operativizar dicha fiscalización en un extenso y detallado
catálogo de requerimientos, brindando certeza jurídica a los operadores y fa-
cilitando los mecanismos de habilitación categorizante y posterior contralor de
las obligaciones a cargo de los prestadores.
El plexo sanitario “duro” cordobés no hace menciones específicas a la
ancianidad como colectivo específico de protección particular. La estructura
orgánica del Poder Ejecutivo no hace mención expresa a la ancianidad, aun-
que diversos programas o acciones del Ministerio de Desarrollo Social -Se-
cretaría de Inclusión Social- la han contemplado; cuya reseña no es útil a los
fines de esta exploración.

53
Ley Nº 7723, “Programa Asistencial Integral Córdoba” -Córdoba- (B.O., 17-11-1988).
54
Ley Nº 8835, “Carta del Ciudadano” -Córdoba- (B.O., 27-03-2000).
55
Ley Nº 7872, “Establecimientos geriátricos privados” -Córdoba- (B.O., 28-12-1989).
56
Ley Nº 8677 - Córdoba- (B.O., 17-06-1998).
57
Establecimientos para ancianos autodependientes; para ancianos semidependientes;
para ancianos dependientes; para adultos mayors con asistencia psico-geriátrica; hogares de
día para personas adultas mayores; hogares de residencia (cfr. Artículo 2º del Decreto 657/09).
36 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

En el Ministerio de Salud, coexisten áreas con competencia en el desarro-


llo de políticas, de administración de programas, de fiscalización y efectores.
Entre los dos primeros grupos, encontramos a la Subsecretaría de Inclusión
Sanitaria -que a su vez administra el Programa Federal (PROFE)-, y la Sub-
secretaría de Programas. Entre los fiscalizadores, a la Jefatura de Área del
Registro Único de Prestadores de Salud, encargado de aplicar la normativa
supra invocada. Entre los efectores, en general, casi todos ellos -en particular
los que presentan mediana y alta complejidad- cuentan con servicios de espe-
cial interés para lo que podríamos denominar tercera y cuarta edad. En el
interior de la provincia, encontramos tres efectores especializados en interna-
ción geriátrica -nosocomios de Despeñaderos (Departamento Santa María),
San Francisco del Chañar (Departamento Sobremonte) y San Francisco (De-
partamento San Justo).

6. Conclusiones

Los hombres de mayor edad han tenido reconocimiento en toda la historia


del hombre: no sólo como grupos vulnerables, o como débiles, sino también
como sabios, como conductores o guías. Su formación, experiencia, luchas y
laboriosidad en el cultivo de la familia y de la sociedad, ha merecido la aten-
ción de aquellos que ejercieron la autoridad en cualquier ordenamiento huma-
no. Sobran los ejemplos de su importancia, no sólo dentro de la célula social,
sino como el puente indestructible de equilibrio entre el individuo aislado y la
especie humana.
En la actualidad, los ancianos se encuentran inmersos en una difícil encru-
cijada: cómo lograr que su expectativa de vida, mucho mayor, se encaje posi-
tivamente dentro de la percepción social, y de la dinámica que esta produce.
Ello permitirá reducir la discriminación, abuso y abandono, entre otros males
públicos que exigen la presencia de un “bien público”.
El Siglo XXI reclama no sólo el reconocimiento integral de los derechos de
los ancianos, ya efectivizado en el constitucionalismo formal, sino también su
realización concreta, a través del constitucionalismo de la realidad, y del ade-
cuado balance entre la vigencia de sus cuerpos dogmáticos y orgánicos.
Subyace, con crudeza, un profundo problema ético. Que los derechos y debe-
res individuales a decidir entre opciones, a proteger y ser protegido en el in-
greso y desarrollo dentro de la tercera edad y en una posible transición a la
Los Derechos de los Ancianos 37

cuarta, encuentren en el contexto la adecuada y suficiente medida, acorde


con pautas socio culturales razonables.
Así las cosas, el Estado, en sus tres niveles de gobierno, asume un rol
central en esta tarea. Pero como la constitución lo enseña, no está solo. La
responsabilidad de proteger a nuestros ancianos recae también en la sociedad
y las familias, de acuerdo con el Principio de Subsidiariedad Federal.
Son muchos los problemas: las incompletas respuestas de la Seguridad
Social, la reducción del tamaño de las familias, la crisis de la institucionalización
intentada por el Estado (asistencialismo sin completa eficacia) y el sector
privado (especulación económica), la desarticulación de los esfuerzos estata-
les, en particular por no existir planes integrales.
El derecho deberá hacer, si no mucho más, mucho mejor.
38 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Los Derechos de los Ancianos 39

LA SALUD AMBIENTAL EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO

José Emilio Ortega


Agustín Carignani

Sumario: 1. Introducción. 2. Relación del ambiente con la Salud


Humana. 3.Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico. 3.1. Generalidades.
3.2. Marco Internacional. 3.3. Salud y ambiente en el Ordenamiento Positivo
Argentino. 3.3.1. Antes de 1994. 3.3.2. Después de 1994.3.3.3. En la Provincia
de Córdoba. 4. Conclusión.

1. Introducción

El detrimento ambiental es indiscutible y desde hace décadas, se generan


esfuerzos por contenerlo y revertirlo. El Estado, las organizaciones de la so-
ciedad civil, las empresas, los ciudadanos, deben conducirse de modo compa-
tible con la preservación del medio ambiente. Las políticas -públicas o priva-
das- y la gestión, en cualquiera de sus ámbitos y cualesquiera sea su objetivo,
deben contemplar la protección ambiental, y ello conlleva la obligación de no
soslayar, en ningún tramo de esa actuación, la tutela de la salud humana.
Ese compromiso, paradójicamente, desnuda las diversas y muy profundas
dificultades para abordar la relación entre el medio ambiente y la salud huma-
na: la posibilidad de medir la exposición, la carencia de sistemas de informa-
ción y vigilancia, los insuficientes alcances de los resultados científicos que
permiten extrapolar o estimar posibles soluciones, la inestabilidad de las mag-
nitudes con las que se van intentando determinar los niveles permitidos o tole-
rados para ciertos agentes contaminantes 1, etcétera.

1
VARGAS, Marcos Francisco: “La contaminación ambiental como factor determinante de la
salud”, en Revista Española de Salud Pública, Volumen 79, N° 2, Madrid, marzo-abril 2005.
40 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Desde la perspectiva sanitarista, las políticas e instrumentos para tutelar la


salud humana se sustentan en la capacidad de la sociedad y de sus institucio-
nes para mejorar la interacción entre las actividades humanas y los ambientes
físico, químico y biológico 2.
A fines de la década de 1990 se estimaba que en los países industrializados,
un 20% de la incidencia total de enfermedades podía atribuirse a factores
medioambientales 3. Entrado el milenio, informes de la OMS duplican ese
porcentaje, indicando además que el 23% de la carga mundial de pérdida de
años de vida se asocia causalmente a dicha problemática 4. Recientemente,
se ha indicado que los factores de riesgo inciden en más del 80% de las enfer-
medades reportadas con regularidad por la OMS 5.
La literatura tradicional, explica mayoritariamente a las limitaciones
para abordar la relación entre la preservación ambiental y la protección de
la salud humana desde la incertidumbre, generada por heterogéneos fac-
tores 6, entre otros:
- Es muy vasta la tarea pendiente en materia de identificación de riesgos
(tanto para el ambiente como para la salud).
- Las tecnologías disponibles aún enfrentan el reto de la eficiencia, la efi-
cacia y la factibilidad.
- Se actúa en el marco de una aún muy fuerte diversidad de intereses:
culturales, político institucionales, sociales, económicos, etcétera.

2
YASSI et al,”Salud Ambiental Básica”, OMS-PNUMA, 2002, pág. 13.
3
Smith KR et al: “How much global ill health is atribuitable to enviromental factors?”,
Epidemiology 1999 Sep; 10 (5) 573-84, citado en VARGAS, Marcos, ob. cit.
4
El informe - “Objetivos del Milenio”- indica que el 10% de las enfermedades
cardiovasculares, 25% de las neoplasias, entre el 60 y el 90 de las infecciosas, el 30% de las
lesiones no intencionales y el 80 al 90% de las diarreas, se vinculan a problemas ambientales.
5
WHO (Organización Mundial de la Salud), publicado en http://www.who.int/
quantifying_ehimpacts/publications/preventingdisease/en/index.html (20/05/2009). Asimismo,
cerca de la cuarta parte de las muertes y del total de las enfermedades pueden ser, según
estudios, atribuidas al ambiente. El impacto en los niños es diferente, ya que puede atribuirse
a los factores de riesgo ambiental la tercer parte de las mencionadas consecuencias.-
6
GUTIÉRREZ ZÚÑIGA Cristina et al: “Evaluación económica y toma de decisiones en salud
ambiental” en Revista de Saúde Pública, Volumen 28 N° 2, Sao Paulo, Abril 1994.
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 41

2. Relación del ambiente con la salud humana

Ocuparse de la salud ambiental implica procurar la disminución de patolo-


gías asociadas al detrimento medioambiental, mediante acciones que minimi-
cen estos factores de riesgo para la salud de la población.
Para caracterizarla, se han empleado diversos nombres: “higiene am-
biental” (más orientado hacia el aseo urbano), “saneamiento ambiental” (en-
focado hacia el manejo de líquidos y efluentes cloacales y a sus obras de
infraestructura), “protección ambiental” (que la engloba junto a otros bienes
tutelados por los servicios ambientales), “salud y ambiente” o “ambiente y
salud” (ambas aparentan comprender, sin integrar, a dos compartimentos
estancos), etcétera.
La “Salud Ambiental”, como campo disciplinar, “… se ocupa de las
interrelaciones interactivas positivas y negativas del hombre con el me-
dio ambiente donde se habita y trabaja incluyendo los otros seres vivos
como animales y plantas, los cambios naturales o artificiales que ese
lugar manifiesta y la contaminación producida por el mismo hombre a
ese medio y que puedan afectar a la salud humana” 7. Importa el desarro-
llo de actividades de investigación, normatización, capacitación, vigilancia,
control y minimización de causales de las condiciones medioambientes que
afectan negativamente la calidad de vida de la población, en el marco de la
promoción y la protección de la salud.
Es precisa la observación que explica: “salud ambiental es un término
relativamente reciente, que se ha usado para definir tanto una condi-
ción que afecta a la salud humana como una disciplina profesional.
Más que un término creado, es un término que ha evolucionado. Inevi-
tablemente, con una historia así, ha adquirido diferentes significados
para diferentes personas y diferentes países” 8. Según el mismo trabajo,
la OMS define al concepto bajo examen como abarcativo de aspectos de
salud y enfermedades humanas determinadas por factores ambientales.
También se refiere a la teoría y la práctica de la evaluación y control de
factores que pueden afectar la salud.

7
Declaración de Río, CNUMAD-92, Principio 1.-
8
MAC ARTHUR I.: “Bonnefoy X. Environmental health services in Europe: an overview of
practice in the 1990s”. WHO/EURO. Copenhagen, 1997. Citado por ORDOÑEZ G., ob. cit.
42 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Una definición de 1993 propuesta por la OMS indica que: “La salud am-
biental comprende aquellos aspectos de la salud humana, incluida la
calidad de vida, que son determinados por factores ambientales físicos,
químicos, biológicos, sociales y psicosociales. También se refiere a la
teoría y la práctica de evaluación, corrección, control y prevención de
los factores ambientales que pueden afectar de forma adversa la salud
de las presentes y futuras generaciones”.
Si bien recientes pronunciamientos de las organizaciones internacionales,
revisan la relación entre daño a la salud y daño al medio ambiente, el concepto
clásico de “Salud Ambiental” representa un parámetro más que vigente, y a
pesar de sus años, un desafío por desarrollar en la gran mayoría de los países
del mundo. El esfuerzo por mejorar la calidad del aire, agua y del suelo aún no
alcanzó en la mayor parte del mundo, estándares satisfactorios. La contami-
nación daña la salud de miles de personas por año, sin saber a ciencia cierta
sobre sus efectos a largo plazo en la salud, produciendo con esto un impacto
ambiental 9 negativo.
El manejo de problemas y conflictos 10 ambientales es particularmente
complejo: es necesario hacer converger varias instituciones no habituadas al
trabajo interdisciplinario e interinstitucional. Los múltiples usos por el hombre
de los recursos naturales, crean interacciones diversas dentro de un mismo
espacio, cuyos límites no están precisamente definidos.

9
Impacto Ambiental: cuando una acción o actividad produce una alteración, favorable o
desfavorable en el medio o en alguno de los componentes del medio (WHO, publicado en http:/
/www.who.int/quantifying_ehimpacts/publications/preventingdisease/en/index.html (20/05/
2009). La doctrina admite que el deterioro ambiental genera la llamada “patologia ambiental
emergente”, ocasionada por la contaminación del aire, agua y suelos, por el creciente uso de
sustancias tóxicas y peligrosas como los productos agroquímicos, los plaguicidas y el asbesto.
10
Distinguimos entre “problema” (falla en el entorno medioambiental) y “conflicto”
(tensión social cuya causa es un tema ambiental).
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 43

3. Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico

3.1. Generalidades

Los efectos de la dinámica humana sobre el ambiente no resultan de una


acción concreta, directa, sino de una interacción que podríamos caracterizar
como mediada.
Las mediaciones institucionales, legales, económicas, productivas, sanita-
rias, tecnológicas, en definitiva culturales, que se advierten en la presión que
el hombre hace sobre su entorno, son heterogéneas y diversas, pero para
poder comprenderlas debemos relacionarlas entre sí. Emergen “ciencias del
ambiente”: ramas biológicas, médicas, antropológicas, económicas, jurídicas,
sociológicas, aunque la posibilidad de concebir un paradigma de ciencia am-
biental, nutrido por todas estas vertientes, aún está lejos.
Las experiencias muestran, proyectadas estas dificultades en el campo de
la gestión pública, cómo políticas y acciones exitosas en algún rubro, al no
haber estado asociadas con estrategias de desarrollo sostenible, no impactan
en otros campos necesariamente vinculados; y con ello, detienen su progreso
y comienzan a involucionar.
Por ello, al analizar desde los derechos al ambiente y a la salud, a la
conjunción “salud ambiental” debemos considerar esa fuerza interdisciplinaria
que ha nutrido a los institutos jurídicos imaginados para brindar respuestas.
Además, por la diversidad de intereses contrapuestos en todos los planos de la
vida en relación, los cuales repercuten significativamente tanto en el campo
sanitario como en el ambiental, no sólo el medio estrictamente técnico, sino
también el orden institucional, el contexto político y el social también deben
ser considerados. El Estado, deberá tomar cartas en el asunto, ejerciendo su
imperium. El Derecho deberá reglar esa intervención.

3.2. El marco internacional

Ya en las décadas del ’50 - ’60 y por el esfuerzo de las organizaciones


intergubernamentales, se empieza a plantear el problema ecológico como un
punto importante de la agenda política y jurídica internacional.
A fines de los ’60, la problemática medioambiental trasciende en las nego-
ciaciones internacionales. Algunos países, ya habían dictado marcos jurídicos
44 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

específicos 11. En 1972, en Estocolmo, se rubrica el primer Tratado 12. A partir


de allí se trabaja en dos niveles: uno internacional, constituyéndose el Progra-
ma de las Naciones Unidas del Medio Ambiente 13; y el otro, interno, ratifi-
cando los compromisos internacionales en los países parte del Tratado de
Estocolmo, abriéndose estructuras, dictándose la primera generación de nor-
mas, etcétera.
A poco más de diez años de Estocolmo, la Asamblea General de la ONU
decide convocar a una Comisión Especial con objetivos claros y específicos
en materia medioambiental. Su Presidenta fue la ex Premier de Noruega, Gro
Harlem Brundland, acompañada por un conjunto de expertos de todo el mun-
do. En 1987 finalizan su trabajo 14. Su principal aporte es el conocido concepto
de desarrollo sostenible o sustentable, receptado por buena parte de la legisla-
ción ambiental de segunda generación: “aquel que satisface las necesida-
des del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones fu-
turas para satisfacer sus propias necesidades” 15, dejando claro que se
trata de un medio más que de un resultado 16, y en alternativas para la solución

11
Suecia, EE.UU, Brasil, dictan leyes en la década de 1960 e inicios de la del ’70. Antes de
Estocolomo, encontramos la Convención Internacional para la Prevención de la Contamina-
ción por Petróleo de los Mares (1954), la Convención de París sobre la responsabilidad de
terceras partes en el campo de la energía nuclear (1960) y la Convención Ramsar sobre humedales
de importancia internacional (1971).
12
Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente, convocada por la ONU y celebrada
entre el 5 al 15 de junio de 1972 Aprobó una declaración final de 26 principios y 103 recomenda-
ciones, con una proclamación que la doctrina denominó “visión ecológica del mundo”.
13
La ONU por recomendación de Estocolmo, lo aprobó a fines de 1972. De carácter
técnico, pero con predicamento político, profundiza, desagrega y hace más cercana al ciudada-
no la “agenda ambiental”, planteada primeramente como una gran categorización global de
determinados problemas y conflictos .
14
Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo: Nuestro futuro
común. Transmitido a la Asamblea General como Anexo del documento A/42/247 – Desarrollo
y Cooperación Internacional: Medio Ambiente. Abril de 1987.
15
Capítulo 2, I.1. “El desarrollo sostenible (…) contiene en sí dos conceptos fundamen-
tales: El concepto de ‘necesidades’, en particular las necesidades esenciales de los pobres del
mundo, a la que se debe dar prioridad; y la idea de limitaciones impuestas por el estado de la
tecnología y la organización social sobre la capacidad del medio ambiente para satisfacer las
necesidades presentes y futuras”
16
Resumen Ejecutivo 3.27 “el desarrollo sostenible no es un estado de armonía, sino un
proceso de cambio en el cual la explotación de los recursos, la dirección e las inversiones, la
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 45

internacional cooperada, de problemas comunes 17. En lo inmediato a su publi-


cación, el informe sentó las bases para la Cumbre de la Tierra, en Río de
Janeiro, Brasil 18. Para calificados integrantes de la Comisión, esa fue la reco-
mendación más poderosa 19.
Los consensos internacionales han sido la base que ha permitido a los
Estados desarrollar políticas y acciones medioambientales, aproximando éstas
a las desarrolladas en el campo sanitario, con mayor o menor grado de efec-
tividad. Encontramos numerosos debates, consensos y concertación de obje-
tivos e indicadores, sobre los que haremos referencia más adelante.
En la escena internacional se advierten hoy diversas y a veces encontra-
das influencias, que inciden sobre el carácter, alcance y organización de la
salud ambiental: el aporte de las organizaciones internacionales, de las organi-
zaciones no gubernamentales -con fines científicos, solidarios, de activismo-,
el accionar de las grandes empresas, etcétera. Sin perjuicio de valorar sus
opiniones o recomendaciones, a veces sus denuncias, debemos tener en cuen-
ta que ninguno de estos actores, proveen -como sí lo hace el Estado en sus
diversos niveles jurisdiccionales-, directamente a los ciudadanos, los servicios
o bienes públicos sanitarios y ambientales.

3.3 Salud y ambiente en el ordenamiento positivo argentino

3.3.1 Antes de 1994


Si bien aceptamos que es a partir de 1972 que el marco jurídico ambiental
cobra su actual dimensión, tanto internacional como nacional, no es menos

orientación del desarrollo tecnológico y el cambio institucional, son coherentes con el futuro,
así como las necesidades actuales”.
17
“… para ayudar a definir la percepción compartida de largo plazo de las cuestiones
ambientales y los esfuerzos necesarios para hacer frente con éxito a los problemas de la
protección y mejora del medio ambiente, una agenda a largo plazo para la acción durante las
próximas décadas, los objetivos y aspiraciones de la comunidad mundial. “ .
18
La Cumbre de Río representa un importante paso adelante, con los acuerdos internacio-
nales sobre el cambio climático, los bosques y la diversidad biológica y el Programa 21, que
exige a los países a elaborar una estrategia nacional de desarrollo sostenible.
19
En este sentido, Volver Hauff, representante alemán en la Comisión, así lo expresa en su
ponencia “Informe Brundtland: A 20 años” (Berlín, 2007).
46 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

cierto que muchas normas de carácter civil, penal, administrativo, sanitario,


etcétera, ya poseían desde antaño vigencia en aspectos de la vida en relación
luego absorbidos por la dimensión o paradigma medioambiental, que no fue
necesario modificar -a lo sumo, la misma letra fue interpretada en esta nueva
clave-.
No obstante, en Argentina a partir de aquellos hitos se dicta normativa
ambiental; y desde la recuperación del Estado de Derecho, en 1983, el ciclo
de reformas constitucionales que se materializó en toda la República Argenti-
na incorporó en su temario renovadas cláusulas de protección ambiental que
receptaron las tendencias internacionales.
La Constitución reformada asume desde esta nueva perspectiva al am-
biente en su sección “Nuevos Derechos y Garantías”. La consagración del
valor medioambiental como bien jurídico tutelado se manifiesta en el artículo
41, garantizando el derecho al disfrute de un ambiente sano. Se explaya so-
bre daño ambiental, normas de presupuestos mínimos y residuos radioactivos.
En relación al derecho a la salud, es contemplado en la Carta Magna por el
artículo 42.
En ambos casos, las diversas competencias otorgadas al Congreso de la
Nación en el artículo 75, entre ellos los incisos 12, 13, 16, 17, 18 y por supuesto
el 22 -bloque de constitucionalidad federal- y finalmente el 24 -tratados de
integración-, abordan ambas problemáticas de múltiples maneras.
Finalmente, debemos destacar que conforme los artículos 122, subsiguien-
tes, 5 y 123, las Provincias y los Municipios, en el ejercicio de su jurisdicción y
competencias, podrán también dictar y aplicar normas con interés sanitario y
ambiental.
El artículo 41 establece que la Nación dictará presupuestos mínimos de
protección, y las Provincias las necesarias para complementarlas. Esto es un
drástico cambio de la configuración del orden ambiental hasta entonces vigen-
te, ya que se venía interpretando que la competencia ambiental “fuerte” era
resorte de las provincias. La Nación entendía en cuestiones interjurisdiccionales
o reglaba aquellas ocurridas o por ocurrir, en territorios bajo su jurisdicción.
Con esta mutación constitucional, el Estado Federal debe establecer los um-
brales o estándares sobre el cual las provincias individualmente, o un conjunto
de ellas -es perfectamente aplicable a este fin el 124- podrán dictar a posteriori
normas que amplíen u organicen la protección estatuida por la Nación.
En materia de salud, la competencia ha sido históricamente concurrente,
circunstancia que no ha cambiado con el texto reformado en 1994.
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 47

En este estado, y reiterando la salvedad de que existen desde larga data


normas que pueden aplicarse para resolver conflictos o problemas de salud
ambiental, nos interesa examinar si este paradigma jurídico que nace a partir
del Tratado de Estocolmo relaciona ambiente con salud, en la perspectiva que
estamos analizando.
Encontramos una referencia interesante en la Ley 20.284 20 -Plan de pre-
vención de situaciones críticas de contaminación atmosféricas-, que regula las
“… fuentes capaces de producir contaminación atmosférica ubicadas
en jurisdicción federal y en la de las provincias que adhieran a la mis-
ma” (artículo 1º, que ejemplifica con claridad cómo la legislación ambiental se
aplicaba antes de 1994). El artículo 2º pone en cabeza de las “autoridades
sanitarias” la aplicación de la norma. El artículo 4º le exige a la autoridad
sanitaria nacional organizar un programa. Los artículos posteriores asignan
responsabilidades a las estructuras de salud nacionales o provinciales en la
normatización de la calidad de aire, planes de prevención de situaciones críti-
cas, -que conforme el artículo 9 “… contemplará la adopción de medidas
que, según la gravedad de cada caso, autoricen a limitar o prohibir las
operaciones y actividades en la zona afectada, a fin de preservar la
salud de la población”, etcétera. El artículo 38 indica que los fondos percibidos
en conceptos de multa, ingresarán a un “fondo nacional de la salud”. El
Anexo III define en su artículo 1º a la contaminación atmosférica: “… pre-
sencia en la atmósfera de cualquier agente físico, químico o biológico, o
de combinaciones de los mismos en lugares, formas y concentraciones
tales que sean o puedan ser nocivos para la salud, seguridad o bienes-
tar de la población, o perjudiciales para la vida animal y vegetal o impi-
dan el uso y goce de las propiedades y lugares de recreación”
A continuación, nos detenemos en la ley 21.663 -Aprobación del convenio
sobre la prevención y el control de los riesgos profesionales causados por las
sustancias o agentes cancerígenos- aprobado por la OIT en 1974. El artículo
1º establece que “Todo Miembro que ratifique el presente Convenio debe-
rá determinar periódicamente las substancias y agentes cancerígenos a
los que la exposición en el trabajo estará prohibida, o sujeta a autoriza-
ción o control, y aquellos a los que se aplican otras disposiciones del
presente Convenio”. Consagra posteriormente diversas obligaciones clara-

20
B.O., 3/5/73.
48 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

mente compatibles con la moderna visión del derecho y la gestión ambiental:


monitoreo y registros, acceso a información, organización de un servicio de
protección y de inspección, etc.
La Ley 23.455 21 -Aprobación de la convención sobre la prohibición de
utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros fines
hostiles y su anexo-. invoca expresamente en su exordio al Tratado de Estocolmo
y expresa la conciencia de sus signatarios respecto a que “… la utilización
de técnicas de modificación ambiental con fines pacíficos podría mejo-
rar la interrelación hombre-naturaleza y contribuir a preservar y mejo-
rar el medio ambiente en beneficio de las generaciones presentes y veni-
deras” aunque “Reconociendo, sin embargo, que la utilización de esas
técnicas con fines militares u otros fines podría tener efectos sumamente
perjudiciales para el bienestar del ser humano”. El artículo I establece
que “Cada Estado Parte en la presente convención se compromete a no
utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros
fines hostiles que tengan efectos vastos, duraderos o graves, como me-
dios para producir destrucciones, daños o perjuicios a otro Estado Par-
te”. Las técnicas a que se refiere con aquellas que, conforme el artículo II,
puedan “alterar -mediante la manipulación deliberada de los procesos
naturales- la dinámica, la composición o estructura de la tierra, incluida
su biótica, su litósfera, su hidrósfera y su atmósfera, o del espacio
ultraterrestre”. Disposiciones posteriores, dentro del mismo convenio, la ad-
miten con fines pacíficos y promueven la cooperación.
La ley 24.051 22 -Residuos Peligrosos- atribuye en su artículo 2 tal carác-
ter al que “… pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos
o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general”.
Luego aborda específicamente la problemática de los residuos patógenos a
partir de su artículo 20. Se incluyen disposiciones de carácter penal a partir
del artículo 55. Destacamos que ésta fue la última ley ambiental dictada antes
de la reforma de 1994, por lo tanto es la última que requiere, para regir en las
provincias, de la ratificación que de ella haga cada legislatura local.
La ley 25.018 23-Régimen de Gestión de Residuos Radioactivos- estable-
ce los instrumentos para la gestión adecuada de los residuos radioactivos, que

21
B.O., 25/3/87.
22
B.O., 17/1/92.
23
B.O., 23/10/98.
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 49

garanticen en este aspecto, la protección del ambiente, la salud pública y los


derechos de la prosperidad. En su artículo 2º, define Gestión de Residuos
Radioactivos, como “…el conjunto de actividades necesarias para aislar
los residuos radioactivos de la biosfera derivados exclusivamente de la
actividad nuclear efectuada en el territorio de la Nación Argentina, el
tiempo necesario para que la radioactividad haya decaído a un nivel
tal, que su eventual reingreso a la misma no implique riesgos para el
hombre y su ambiente.” Posteriormente, a través del artículo 5º y ss., esta-
blece la responsabilidad del Estado Nacional a través del organismo de aplica-
ción, es decir, la Comisión Nacional de Energía Atómica (C.N.E.A) de la
gestión de los residuos radioactivos. Seguidamente, se establecen, de manera
enunciativa, las actividades necesarias para cumplir con los objetivos de ges-
tión, contemplados en el Programa Nacional de Gestión de Residuos Radioac-
tivos. Finalmente, la ley contempla la creación del Fondo para la Gestión y
Disposición Final de los Residuos Radioactivos, conformándose el mismo con
los aportes de los generadores de residuos radioactivos en la forma que esta-
blezca la presente normativa, en el artículo 10 inciso p.-

3.3.2. Después de 1994


Ocho años demoró el Congreso en comenzar a dictar la legislación am-
biental conteste con el nuevo artículo 41 de la Ley Fundamental. Recordamos
-insistimos en esto- que estas leyes, poseen aplicación directa e inmediata en
todo el territorio nacional: Provincias y municipios deben aplicarlas directa y
obligatoriamente.
La primera en sancionarse es la ley 25.61224 -Gestión integral de resi-
duos industriales y de actividades de servicios-, destinada a derogar la ley
24.051, lo que finalmente no ocurrió. Su objeto se define en el artículo 3: “…
conjunto de actividades interdependientes y complementarias entre sí,
que comprenden las etapas de generación, manejo, almacenamiento, trans-
porte, tratamiento o disposición final de los mismos, y que reducen o
eliminan los niveles de riesgo en cuanto a su peligrosidad, toxicidad o
nocividad, según lo establezca la reglamentación, para garantizar la

24
B.O., 29/7/02.
50 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

preservación ambiental y la calidad de vida de la población”. No encon-


tramos referencias concretas a la salud, y mucho menos a la salud ambiental;
pero sí invocaciones genéricas compatibles con la calidad de vida y el desa-
rrollo sustentable que bien pueden fundar la implementación de acciones con-
cretas en nuestro campo de estudio.
Destacamos como objetivo de la ley, en el artículo 4 “… a) Garantizar la
preservación ambiental, la protección de los recursos naturales, la cali-
dad de vida de la población, la conservación de la biodiversidad, y el
equilibrio de los ecosistemas”. Su artículo 7 determina que la autoridad de
aplicación concertará “… los niveles de riesgo que poseen los diferentes
residuos (…) para ello, se deberán tener en cuenta: los procesos de
potencial degradación ambiental que puedan generar, la afectación so-
bre la calidad de vida de la población…”.
El artículo 29 exige que las plantas de tratamiento funcionen “… bajo
normas de higiene y seguridad ambientales que no pongan en riesgo ni
afecten la calidad de vida de la población, en forma significativa”. Igual
prescripción encontramos en el artículo 30 para las plantas de disposición
final. El 35, establece que “La autoridad de aplicación nacional acordará
con las autoridades provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, los criterios generales sobre las condiciones de cierre de las plan-
tas de almacenamiento, tratamiento o disposición final de residuos, de-
biéndose garantizar en todo momento la preservación ambiental y la
calidad de vida de la población”.
Agregamos que el Capítulo III de la ley 25.612 incorpora, como legisla-
ción complementaria, un conjunto de delitos al Código Penal. El artículo 52
establece que: “Será reprimido con prisión de 3 (tres) a 10 (diez) años, el
que, utilizando residuos industriales y de actividades de servicio,
adulterare o contaminare el agua, el suelo, la atmósfera, o poniendo en
riesgo la calidad de vida de la población, los seres vivos en general, la
diversidad biológica o los sistemas ecológicos. Si el hecho fuere seguido
de la muerte de alguna persona o extinción de una especie de ser vivo,
la pena será de 10 (diez) a 25 (veinticinco) años de reclusión o prisión”.
La ley 25.67525 -Ley General del Ambiente- es especialmente importante,
por tratarse de una norma marco. Si bien omite la aplicación del término “sa-

25
B.O., 28/11/02.
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 51

lud” o de la expresión “salud ambiental”, realiza diversas menciones de inte-


rés a nuestro estudio. En su artículo 2º, establece entre los objetivos de la
política ambiental nacional “… b) Promover el mejoramiento de la calidad
de vida de las generaciones presentes y futuras, en forma prioritaria”.
En su artículo 11, sujeta a procedimientos de impacto ambiental a “[t]oda
obra o actividad que, en el territorio de la Nación, sea susceptible de
degradar el ambiente, alguno de sus componentes, o afectar la calidad
de vida de la población”. Asimismo, establece en el artículo 14 como uno de
los móviles de la educación ambiental, el mejorar “… la calidad de vida de
la población”
El Anexo I de la Ley 25.675, ratifica el Acta Constitutiva del Consejo
Federal de Medio Ambiente. En ella se expresa “[q]ue la preservación y
conservación del ambiente en el territorio del país requiere para el me-
joramiento de la calidad de vida una política coordinada y participativa”.
El artículo 2º del Acuerdo ratificado, expresa como objetivo del COFEMA, el
de “… 8. Propiciar programas y acciones de educación ambiental, tanto
en el sistema educativo formal como en el informal, tendientes a elevar
la calidad de vida de la población”.
La ley 25.67026 -Presupuestos mínimos para la elaboración de los PCB´s-
aborda la relación salud-ambiente. En su artículo 9, prescribe a los operadores
alcanzados por la norma, la obligación de contratar un seguro “… para ase-
gurar la recomposición de los posibles daños ambientales y dar cobertu-
ra a los riesgos a la salud de la población que su actividad pudiera
causar”. El 11, pone en cabeza de la autoridad de aplicación -el organismo de
la Nación de mayor nivel jerárquico con competencia ambiental-, entre otras
obligaciones, la de “… e) Coordinar (…) la realización de estudios
epidemiológicos para prevenir y detectar daños en la salud de la pobla-
ción de la posible zona afectada”. El artículo 17 exige al poseedor de PCB´s
“… c) Adecuar los equipos que contengan y los lugares de almacena-
miento de PCB´s y PCB´s usados e instrumentar las medidas necesarias
para evitar poner en riesgo la salud de las personas y la contaminación
del medio ambiente”.
La ley 25.688 -Régimen de Gestión Ambiental de las Aguas- no hace
referencias explícitas a la salud humana, aunque de diversas disposiciones se

26
B.O., 19/11/02.
52 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

infiere la consideración de su tutela. A modo de ejemplo, el artículo 7 estable-


ce que “[l]a autoridad nacional de aplicación deberá (…) Fijar los
parámetros y estándares ambientales de calidad de las aguas”, interpre-
tando en el uso del vocablo “calidad” un tenor análogo al de otras leyes de
presupuestos mínimos.
El último de los textos que analizamos, la ley 25.916 -Presupuestos míni-
mos de protección ambiental para la gestión integral de residuos domiciliarios-
refiere en el artículo 35, dentro del capitulo de “disposiciones complementa-
rias” que: “[l]as autoridades competentes deberán establecer, en el ám-
bito de su jurisdicción, programas especiales de gestión para aquellos
residuos domiciliarios que por sus características particulares de peli-
grosidad, nocividad o toxicidad, puedan presentar riesgos significativos
sobre la salud humana o animal, o sobre los recursos ambientales”. En
esos programas de gestión, y atento la expresa mención, podemos encontrar
una base para la aplicación de una estrategia de salud ambiental.
Existen otras leyes de presupuestos mínimos: la 25.831 -información am-
biental-, 26.331 -bosques nativos-, que no contienen regulaciones expresas
sobre la materia.

3.3.3. En la Provincia de Córdoba


Nuestra Constitución Provincial se ocupa especialmente de la salud, as-
pecto suficientemente tratado en esta colección y a la cual nos remitimos, y
también aborda en profundidad la protección del medio ambiente, en sus artí-
culos 11, 38 inc. 8º, 66, 68, 104 inc. 21 y 186 inc. 7º.
La ley 7343 -Preservación, conservación, defensa y mejoramiento del
ambiente-, desde su artículo 1º relaciona el objeto del instrumento con el logro
y manutención de una “… óptima calidad de vida”. Esta es definida en el
artículo 4º, inciso e): “Particular arreglo de las variables culturales que
condicionan directa o indirectamente la vida humana y de cuya conjun-
ción, compatibilizada con el mantenimiento de la organización ecológica
más conveniente, resulta el máximo grado de bienestar”. Las referencias
a la salud forman parte de una lógica aplicada a todo el texto legal: artículos 13
-aguas-, 23 -suelo-, 28 -atmósfera-, 33 -flora-, 40 y 41 -contaminación am-
biental-, 46 -contaminación del agua-, 47 -contaminación del suelo-, 48 -con-
taminación de la atmósfera-, 52 -impacto ambiental, actividades degradantes
del ambiente-, 79 -sanciones, posibilidad de cese inmediato de actividad por
peligrar la salud e integridad-.
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 53

La ley, imbuida como el texto constitucional del paradigma ambiental


imperante desde Estocolmo, relaciona estrechamente ambiente y salud; al
punto que su primera autoridad de aplicación, fue el propio Ministerio de Sa-
lud, dentro del cual se erigía la Secretaría de Medio Ambiente, en criterio
posteriormente modificado 27.
En materia de residuos peligrosos, la Provincia adhiere por ley 8973 a la
ley 24.051, lo que nos exime de mayores comentarios. Asimismo otros com-
ponentes del plexo ambiental provincial, hacen referencias a la salud, como la
Ley 558928 modificada por la 8853 -Código de Aguas- en su artículo 183 al
definir la contaminación de los cursos hídricos, o la Ley 8167 -Calidad de
Aire-, en los hechos jamás aplicada, que en su artículo 11 ponía en cabeza del
Ministerio de Salud la aplicación de ley, sin perjuicio de la que “… en el futu-
ro, la respectiva Ley Orgánica de Ministerios atribuya competencia”.
Explorando el marco legal con vigencia en el campo sanitario, la Ley 883529
-Carta del Ciudadano- regula el derecho a la salud en su artículo 6º 30; a
nuestros fines lo relacionamos con el artículo 25 inciso r), que confiere inter-
vención cautelar del Ente de Regulación de los Servicios Públicos (ERSEP)
por tiempo limitado y con la autorización del Poder Ejecutivo cuando por cau-
sa imputable al prestador del servicio vea afectado en forma grave y urgente
el servicio, la salud de la población o el medio ambiente, así como también con
la protección a los consumidores a la que se refiere el artículo 34, inciso a).
La Ley 913331 -Garantías Saludables- si bien no prevé especialmente la
configuración de servicio alguno, tanto al constituir el “Sistema integrado de
salud” como al establecer su organización, no excluyen la posibilidad de admi-
tir servicios de salud ambiental.
Las normas generales o particulares que rigen la salud pública provincial 32,
tampoco hacen expresa referencia a la salud ambiental; sin perjuicio de ello,

27
Por ley 8789, la Agencia Córdoba Ambiente S.E. se erigió en nueva autoridad de aplica-
ción de la presente ley. Por ley 9.454, se creó, con dependencia directa del Poder Ejecutivo, la
Secretaría de Medio Ambiente, que reemplazó a la ACE S.E. Actualmente no existe en el
Ministerio de Salud rama o repartición relacionada con la aplicación de esta ley.
28
B.O., 25/5/73.
29
B.O., 28/3/00.
30
En lo que es materia de otros artículos de esta colección.
31
B.O., 28/11/03.
32
Vastamente relacionada en diversos trabajos de esta colección a la cual nos remitimos.
54 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

una reciente modificación a la reglamentación de la ley 7625 -Equipos de


Salud Humana- introduce entre las profesiones que forman parte de los mis-
mos a los graduados de carreras relacionadas con la gestión ambiental 33.
Asimismo, mediante Resolución Ministerial se crea la Unidad de Toxicología
Ambiental, con funcionamiento en el predio del Hospital de Niños de la Santí-
sima Trinidad.
Dejamos para el final de esta reseña la expresa consideración de una ley
que data de fines de 1972, de la cual no conocemos efectiva aplicación, ni
tampoco una derogación expresa. Nos referimos a la 5.480, que constituye el
Instituto de Saneamiento y Ciencias del Ambiente. El articulado, de sencilla
redacción y buena técnica, establece -con criterio- objetivos, áreas básicas de
trabajo del Instituto y determina su organización, bajo la órbita de la estructura
sanitaria provincial. Sin dudas, una norma que de haberse aplicado y sostenido
como instrumento de largo plazo, aún cuando es difícil extrapolarla de los
vaivenes institucionales que sacudieron a este país durante toda la década de
1970 y parte de la siguiente, hubiera podido sin duda anticipar aportes muy
valiosos para el desarrollo de la salud ambiental en la Provincia.

4. Conclusión

La letra de los cuerpos normativos analizados, se encuentra influida por la


matriz jurídica que a nivel mundial instituyó el Declaración de Estocolmo, y los
consensos internacionales logrados en su consecuencia. Desde mediados de
los años 70, se han dictado en el país diversas leyes, ratificándose también
convenios internacionales en esa tendencia. La dimensión ambiental se abor-
da tanto desde una perspectiva individual como colectiva, en su moderna con-
figuración de derecho-deber.
Asimismo, la legislación nacional ambiental producida tanto antes como
después de la reforma de 1994, no aborda concretamente, salvo muy conta-
das excepciones, a la materia que nos ocupa, aunque la admite implícitamen-
te. En efecto, es innegable que, en todos los supuestos analizados, es viable la
posibilidad de que se estructuren, con base en sus previsiones, acciones, pro-
gramas o instrumentos específicos relacionados con la salud ambiental.

33
Decreto del Poder Ejecutivo 28/07, Publicado en el “Boletín Oficial”, 23/04/07.
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 55

La salud ambiental, en tanto campo disciplinar, o bien en su faz de bien


público a proveer, brinda puntos de contacto para procurar la convergencia
en el manejo y reducir los riesgos en el individuo, la comunidad y en el entor-
no. No ha sido promovida como tal en la legislación analizada, salvo quizá en
la ley 20.284. Las normas dictadas desde 1994, remiten siempre a una autori-
dad de aplicación que es la “máxima autoridad ambiental”, pocas veces rela-
cionadas en los textos expresamente con la sanitaria -aún cuando algunas
Leyes de Ministerios mantuvieron al área ambiental bajo la de Salud-. No
obstante, la continua referencia a la calidad de vida como valor colectivo a
tutelar y el respeto como límite de tolerancia de contaminación a la supervi-
vencia humana en condiciones normales (para lo cual se utiliza tanto el térmi-
no “salud” como “calidad” o “calidad de vida”), nos indican que en la visión
del legislador argentino, no hay ambiente sin salud; será resorte de la instru-
mentación y complementación que de esos presupuestos mínimos hagan la
Nación y las Provincias, cómo organizar en el cauce de las normas, los servi-
cios de salud ambiental.
En la órbita provincial, vemos que existe también un abordaje de la mate-
ria, más compacto en las estrategias iniciales -desplegadas a poco de dictarse
la Constitución reformada en 1986/87-. Con el paso de los años la administra-
ción y la política ambiental se despegaron del área sanitaria y en la actualidad
no poseen puntos de contacto, más allá de alguna cuestión coyuntural que
obliga al vínculo, o de ciertos esfuerzos más relacionados con la buena volun-
tad de los responsables de las áreas, que con la concreta definición de un
curso de acción.
Advertimos también, al revisar la vigencia de las normas provinciales, que
la legislación de “presupuestos mínimos” dictada por la Nación en los últimos
años, no ha sido suficientemente internalizada. Coexiste la ley general de
ambiente con la ley marco provincial. Coexisten normas regulatorias de los
residuos industriales y actividades de servicios con normas provinciales y tam-
bién municipales. Coexisten normas sobre bosques, o sobre los PCB´S, e in-
cluso una ley sobre residuos urbanos que si bien debe regir en todo el territorio
nacional a los diez años de publicada, no es debatida ni considerada en las
gestiones provinciales o municipales.
Nos preguntamos, poniendo sólo un ejemplo: ¿Hasta qué punto, más allá
de sus virtudes o aciertos, la ley 7343 puede seguir rigiendo como tal si una
norma de presupuestos mínimos dictada posteriormente establece también
planteos generales sobre los mismos temas? Asimismo, y en particular frente
56 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

a nuestra materia de estudio ¿Cómo complementar las normas nacionales con


las provinciales si ni siquiera en el plano ambiental puro o básico esa
complementación se ha materializado?
Mientras tanto, aclaramos que estas preguntas no son meros devaneos
teóricos. A la hora de trabajar en este artículo, el Ministerio de Salud en cuyo
servicio revistamos, extremó esfuerzos para contener en la Provincia -hasta
la fecha con resultados positivos- un severo problema sanitario originado en la
multiplicación de casos de Dengue. Enfermedades del siglo pasado, que re-
aparecen en distintas partes del mundo con virulenta intensidad.
Las estructuras sanitarias de varias provincias, en particular las del norte
argentino, y la propia cartera sanitaria nacional, mostraron límites para abor-
dar el problema. En Córdoba, un trabajo conjunto de la Jefatura de Área de
Epidemiología de nuestro Ministerio, y la Secretaría de Ambiente de la Provin-
cia, anticipó que los índices de presencia en domicilios del aedes agypti oca-
sionarían un brote al corto plazo. Se tomaron decisiones rápidamente en las
más altas esferas de gobierno, y se dictaron instrumentos tendientes a tal fin.
El trabajo provincial fue reconocido por expertos nacionales e internacionales.
Las entonces autoridades de salud federales explicaron la expansión de la
enfermedad en el territorio nacional a partir, entre otros factores, de la “situa-
ción socioeconómica” y del “calentamiento global” 34. No escuchamos pro-
nunciamientos, aún, desde las áreas de conducción de las políticas
medioambientales del Gobierno Federal -Secretaría de Medio Ambiente - ac-
tualmente bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete, hasta no hace mucho
tiempo reportando a la estructura del entonces denominado “Ministerio de
Salud y Ambiente de la Nación”.
Salvo algunos estudios extranjeros que abordan esta línea de trabajo ¿Dónde
están los estudios de nuestros servicios sanitarios y ambientales, dónde las
estadísticas propias que permitan justificar esa afirmación? ¿Cuál es el méto-
do para encuadrar el problema y definir las acciones tendientes a controlarlo?
En tal estado, resulta una prioridad indiscutible asociar en nuestro país, en el
diseño e instrumentación de las políticas, a la tutela la salud humana respecto
a la protección medio ambiental.

34
“Ocaña atribuye el avance del dengue a la situación socioeconómica”, Clarín.com, http:/
/www.clarin.com/diario/2009/04/07/um/m-01893226.htm (7/4/09).
La Salud Ambiental en el Ordenamiento Jurídico 57

Nos preguntamos: ¿Cuántas enfermedades podrían ser prevenidas o co-


rregidas a través de un mejor manejo de nuestro ambiente? ¿Cómo impactaría
ello en el gasto social y el gasto en salud pública o privada? ¿Cómo afectaría
el potencial individual, la sobrevida, el bienestar social, la productividad de los
países y regiones y el futuro de la humanidad 35.
En razón de la brevedad que imponen las normas de publicación en la
presente colección, dejamos para posteriores trabajos el cómo implementar
un servicio de salud ambiental. Sus objetivos, indicadores, posible estructura,
organización jerárquica, dependencia institucional, marcos de funcionamiento.
También trabajaremos, en paralelo, sobre el comportamiento de la jurispru-
dencia, a la hora de interpretar la legislación y sus alcances.
Es cierto que más allá del esfuerzo estatal, debe anidar en los hombres y
mujeres que conforman cada comunidad la debida conciencia sobre el impac-
to ambiental de sus propios actos; pero si el Estado brinda señales claras al
poseer un plan y organizar concertando en sus diversos niveles jurisdicciona-
les, la provisión de diversos bienes públicos que lo sustenten, los problemas y
los conflictos que se traducen en, por ejemplo, aumentos no previstos de la
temperatura media, nuevas o renovadas epidemias y desastres naturales in-
sospechados, o revueltas populares originadas por el miedo al desarrollo de
emprendimientos económicos con compromiso en los recursos naturales, ten-
drán en las estructuras de salud ambiental, un margen de suficiente
profesionalidad, compromiso y prestigio para ser contenidos.

35
“Segunda Conferencia Internacional sobre Salud Ambiental Infantil”, Buenos Aires,
Argentina, (22/5/2009).
58 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Recurso Humano Crítico en Salud 59

RECURSO HUMANO CRÍTICO EN SALUD

Eduardo Octavio Figueroa 1

Sumario: 1. Introducción. 2. Los Recursos Humanos en Salud. 3. La


problemática de los Recursos Humanos en el ámbito de la Organización
Panamericana de la Salud. 4. Recurso Humano Crítico. 5. Recurso Humano
Crítico en la Ley del Equipo de Salud N° 7625; 5.1. Adicional por Recurso
Humano Crítico. 5.2. Requisitos Exigidos para la determinación de Recurso
Humano Crítico. 6. Declaraciones del Ministerio de Salud de la Provincia. 7.
El deber del Estado de asegurar una adecuada atención de la salud en clave
con el instituto del Recurso Humano Crítico. 8. Conclusión.

1. Introducción

Este trabajo tiene por objeto abordar de manera integral la institución del
Recurso Humano Crítico, contemplada en la Ley del Régimen de personal
que integra el equipo de la salud humana N° 7625.2
Para ello, transitaremos un camino que va desde lo más general a lo más
específico, desarrollando, en primer término, que se entiende por “recurso
humano en salud” integrante del equipo de salud humana y, en segundo térmi-
no, como se define el “recurso humano crítico”. Seguidamente, analizaremos
cuales son los presupuestos y el procedimiento que se utiliza para la determi-
nación de estos últimos, y sistematizaremos las principales declaraciones exis-
tentes en la materia.

1
Este trabajo ha sido realizado con la colaboración del Ab. Federico Robledo (h).
2
B.O. 22/12/1987.
60 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

2. Los Recursos Humanos en Salud

Al hablar de “Recurso Humano en Salud”, se hace referencia -en térmi-


nos muy generales- a los trabajadores o personal que, dentro de la jurisdicción
sanitaria, y con arreglo a la organización jerárquica y operativa que corres-
ponda, se desempeña en un ámbito laboral cuyo objeto se relaciona directa-
mente con la prestación de servicios asistenciales y sanitarios.
Concebimos a la “salud“, como un proceso complejo que se nutre de ta-
reas muy variadas realizadas por los recursos humanos. En esta línea teórica,
entendemos que el recurso humano en salud, integra el denominado “Equipo
de Salud”, nominado -aunque no tipificado- por la ley 7625 3.
El recurso humano en salud, en tanto integrante del Equipo de Salud de
acuerdo a la normativa precitada, comprende específicamente, tanto a los
profesionales médicos, bioquímicos, farmacéuticos, asistentes sociales, perso-
nal de enfermería, técnicos, etc., como así también a los distintos trabajadores
de la sanidad, compuestos por personal administrativo, maestranza u oficios
generales que se caracterizan como auxiliares. Hacemos la salvedad para
este último grupo, aún subsisten en los hospitales y en el propio Nivel Central
muchos trabajadores que realizan este tipo de tareas pero que, en razón de
estar encuadrados en la ley 7.233 -Estatuto de la Administración Pública-,
integran la planta de la estructura pero no son técnicamente “Equipo de Salud”.

3
El servicio jurídico ha advertido en reiteradas oportunidades que el legislador omitió, al
propiciar la sanción de al ley 7.625, definir el equipo de salud. Asimismo, en la reglamentación,
tampoco esa definición se ha materializado. El Ab. José E. Ortega (en ese momento a cargo de
la Gerencia General de Asuntos Legales), propuso oportunamente, en un anteproyecto de
modificación de la reglamentación de la ley 7.265, la siguiente caracterización del Equipo de
Salud: “Se entiende como “Equipo de Salud”, al conjunto de profesionales que materializa la
oferta del servicio de salud pública asumida por el Estado, conforme las disposiciones cons-
titucionales y legales vigentes, mediante diversas prestaciones concebidas dentro de una es-
trategia de trabajo multidisciplinaria y realizadas en los establecimientos asistenciales bajo
jurisdicción del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, a cargo de personas físicas
cuyos vínculos con el Estado Provincial se formalizan mediante de alguna de las modalidades
previstas por la presente ley, actuando en forma conjunta o sucesiva, no elegidos por el
solicitante, funcionalmente separados pero coordinados técnicamente para el cumplimiento de
la prestación o prestaciones de que se trate, caracterizadas éstas como obligaciones de medio,
coordinación que incluye la posibilidad de la derivación y división del trabajo en tramos
específicos y complementarios conforme las pautas que establezcan las leyes en vigencia”.
Recurso Humano Crítico en Salud 61

El Decreto N° 28/07, modificatorio de la reglamentación de la Ley 7625,


contiene en su artículo 2° una descripción taxativa de las disciplinas compren-
didas en la Ley del Equipo de Salud.

3. La problemática de los Recursos Humanos en Salud

Uno de los problemas más acuciantes que se ha venido planteando en los


últimos años en el horizonte de la salud pública internacional, es la escasez de
“Recursos Humanos en Salud” en determinadas áreas y especialidades, para
poder hacer frente con las necesidades sanitarias.
La Organización Panamericana de la Salud, (O.P.S), y la Organización
Mundial de la Salud (O.M.S.) han formulado recomendaciones en torno a los
desafíos que esta problemática nos plantea y orientadas a la adopción de po-
líticas e intervenciones para el desarrollo de recursos humanos en salud, que
ayuden al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de las prioridades
nacionales de salud y al acceso a servicios de salud de calidad para todos los
pueblos de las Américas para el 2015.4
Las principales recomendaciones son:
1. Definir políticas y planes de largo plazo para la adecuación de las fuer-
za de trabajo a las necesidades de la salud y desarrollar la capacidad
institucional para la puesta en práctica y revisión periódica.
2. Colocar las personas adecuadas en los lugares adecuados, consiguien-
do una distribución equitativa de los profesionales de la salud en las
diferentes regiones y de acuerdo con las diferentes necesidades de
salud de la población.
3. Regular los desplazamientos y migraciones de los trabajadores de salud
de manera que permitan garantizar atención de la salud para toda la
población.
4. Generar relaciones laborales entre los trabajadores y las organizacio-
nes de la salud que promueva ambientes de trabajo saludables y per-

4
VII Reunión de Regional de Observatorios de Recursos Humanos en Salud, realizada en
Toronto, Canadá del 4 al 7 de octubre de 2005, disponible en http://www.observatoriorh.org/
Toronto/index-sp.html (05-07-09)
62 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

mitan el compromiso con la misión institucional de garantizar buenos


servicios de salud.
5. Desarrollar mecanismos de interacción entre las instituciones de
formación (escuelas, universidades) y los servicios de salud que
permitan adecuar la formación de los trabajadores de la salud
para un modelo de atención universal, equitativo y de calidad
que sirva a las necesidades de salud de la población.5

El Ministerio de Salud desarrolla diversas estrategias para revertir la difi-


cultad de mantener y desarrollar a los recursos en salud, todas ellas dirigidas
a cada uno de los grupos ocupacionales que la componen. Entre ellas ha
retomado la consideración del novel instituto del recurso humano crítico, en
los términos que a continuación reseñamos.

4. Recurso humano crítico en salud

Cuando la escasez o insuficiencia de personal del Equipos de Salud, por


las distintas razones que eventualmente pudiesen presentarse, pone en riesgo
cierto la atención de la salud en un Área de prestación de servicios asistenciales,
o cuando por razones de estrategia sanitaria sea indispensable promover el
desarrollo de ciertas actividades, profesiones o especialidades dentro del Equipo
de Salud, podrá configurarse la situación especial que la ley 7625 caracteriza
al establecer la posibilidad de pago de adicional en concepto de “Recurso
Humano Crítico”.
Es menester poner de resalto que la ley 7625 aborda de manera indirecta
la figura sub examine, al referirse al “adicional” que percibirán los agentes
cuya profesión o actividad haya sido declarada como recurso humano crítico
(art. 65 -inc. m- y 84), mas no contiene una definición de la misma.

5
Cfr. Documento “Llamado a la Acción de Toronto 2006-2015. Hacia una década de
Recursos Humanos en Salud para las Américas” en http://www.observatoriorh.org/Toronto/
LlamadoAccion_esp1.pdf (05-07-09)
Recurso Humano Crítico en Salud 63

5. Declaración de Recurso Humano Crítico

La declaración de recurso humano crítico constituye una atribución es-


pecial conferida por la legislación vigente al Poder Ejecutivo -y por éste dele-
gada parcialmente al titular de la Cartera Sanitaria Provincial- con el objeto de
que, ante la necesidad de “asegurar y mejorar el servicio asistencial” en
relación con alguna de las profesiones o actividades contempladas en la Ley
del Equipo de Salud Humana, proceda a su dictado; el que se emitirá con
carácter transitorio y revisable en función de su naturaleza eminentemente
restrictiva.
Los caracteres de la declaración son:
Es una atribución especial, por cuanto constituye una potestad conferida
a la autoridad, para decidir qué actividad, profesión o especialidad, de las con-
templadas en la Ley del Equipo de Salud será declarada recurso humano crítico.
El objeto de la declaración se traduce en la necesidad de mejorar y ase-
gurar el servicio asistencial en relación a las profesiones o actividades
contempladas.
La declaración de recurso humano crítico debe ser fundada. Algunas de
las causas que pueden justificar tal declaración son:
a) La reiteración de la problemática en un servicio determinado sin solu-
ción de continuidad y sin posibilidad de dar respuesta satisfactoria a la
demanda.
b) Necesidad real e imperiosa de lograr radicar profesionales en un área
geográfica determinada.
c) Necesidad de mejorar la atención dispensada. Se cuenta con personal
insuficiente para atender la demanda.
d) Necesidad de incorporar algún tipo de práctica o servicio determinado
por incorporación de tecnología o especialidad no brindada en una uni-
dad determinada.
e) Imposibilidad de reasignar lugares de desempeño dentro de una misma
actividad.
f) Inexistencia de centro formador o escaso desarrollo -a veces la invo-
lución- de una determinada especialidad.

Es de carácter transitorio por cuanto la declaración de recurso humano


critico se encuentra estrechamente vinculada a las necesidades del servicio
en un determinado momento y lugar.
64 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

La revisibilidad se relaciona con la evaluación del impacto sanitario pro-


ducido como consecuencia de la declaración. Efectuada la evaluación, se po-
drá prorrogar en los mismos términos, modificar en más o en menos e inclusi-
ve limitar lo resuelto, en función de los resultados sanitarios obtenidos. De allí
la necesidad de asegurar, en la gestión de la declaración, en el acto mismo que
la habilite en el seguimiento y monitoreo de la medida, además de la tempora-
lidad y la revisibilidad, su interpretación restrictiva.
Por todo lo expuesto, la declaración podrá circunscribirse a una profesión
o actividad determinada, inclusive dentro de esta suerte de género podrá con-
cederse sólo al personal que se desempeñe en un determinado establecimien-
to asistencial. Aún más, podrá sólo determinarse para una unidad de organiza-
ción puntual (dentro del establecimiento) o programa asistencial implementado.
También podrá condicionarse la percepción del adicional previsto, al efec-
tivo cumplimiento de las funciones inherentes al cargo, para lo cual -a modo
de ejemplo-, en algunas de las declaraciones vigentes, se establece la necesi-
dad de acreditar participación activa en programas determinados de capacita-
ción y formación de profesionales, como así también no usufructuar cierto tipo
de licencias que evidentemente van en contra del fin esperado.

6. Recurso Humano Crítico en la Ley del Equipo de Salud Humana


N° 7625

6.1. Adicional por Recurso Humano Crítico

La ley provincial del Equipo de Salud Humana Nº 7625, en su Capitulo V


acápite E titulado “Retribuciones”, artículo 65, establece los distintos adicio-
nales particulares y compensaciones que puede percibir el personal que inte-
gra el Equipo de Salud Humana. Entre estos, se prevé el adicional por “Recur-
so Humano Crítico” (art. 65 inc. m), regulado (pero no reglamentado) en el
art. 84 del mismo plexo normativo, cuyo texto prescribe:
“Adicional por recurso humano crítico: corresponderá percibir este
adicional a aquellos agentes que se desempeñen en un ámbito en que su
profesión o actividad haya sido declarada recurso humano crítico, por
la Secretaría Ministerio de Salud a fin de asegurar allí el servicio. Este
adicional consistirá en un porcentaje de la asignación básica del cargo
de revista que será determinado en cada caso por el Poder Ejecutivo.”
Recurso Humano Crítico en Salud 65

6.2. Requisitos Exigidos para la determinación de Recurso Humano Crítico

Los extremos que usualmente se verifican como requisito previo a la de-


claración son:
- Determinación de la Profesión o Actividad que “afecta” el servicio.
- Ámbito personal y alcance de la medida.
- Ámbito espacial
- Indicadores objetivos para la determinación del adicional.

a) Determinación de la profesión o actividad que “afecta el servicio”


Conforme surge de las prescripciones del artículo 84 de la ley 7625, resul-
ta menester, en primer lugar, efectuar la “determinación de la Actividad o
Profesión”, que será objeto de la declaración.
Cabe precisar la “Actividad o Profesión” aludida debe estar reconocida
por la ley 7625, actualizada mediante del Decreto N° 28/07.

b) El ámbito Personal alude a los “agentes” del Ministerio de Salud que


quedarán alcanzados por la implementación de la medida.
En los dictámenes producidos por el Servicio jurídico que integramos, se
ha sentado el criterio que la declaración de recurso humano crítico alcanza al
personal de Planta permanente (art. 3) y no permanente -Interinos, Suplentes,
Contratados y transitorios- (art 4°), que acrediten desempeño y los antece-
dentes que correspondan.

c) Ámbito Espacial
La autoridad puede, en función de las prescripciones de ley, declarar re-
curso humano crítico a una Actividad, Profesión o Especialidad, y definir su
alcance conforme la necesidad o problemática existente, esto es: puede efec-
tuar una declaración abierta sin referir a un Establecimiento Asistencial o
hasta circunscribir o acotar su alcance a una Unidad de Organización o Servi-
cio Hospitalario determinado.

d) Determinación del porcentaje del adicional del Recurso Humano Crítico


Mediante Decreto N° 2139 de fecha 16 de diciembre de 2007, el señor
Gobernador de la Provincia, delegó en la persona del señor Ministro de
66 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Salud, la facultad de establecer la asignación básica del cargo de revista


para el adicional por “Recurso Humano Crítico” (art. 84 Ley 7625), hasta
un tope del 120%.
Con motivo de efectuar la determinación del porcentaje por un medio o
herramienta más justa a la hora de la toma de decisión, el Ministerio de Salud,
ha implementado un mecanismo mediante indicadores objetivos, tendiente a
minimizar el empleo de parámetros discrecionales, a saber:
- RIESGO SANITARIO: Mediante este parámetro se puede medir o
determinar la entidad de la situación desde lo asistencial y como se
encuentra la Unidad de Organización de que se trata.
- ESPECIFICIDAD DEL RECURSO: Establece la relación entre la
cantidad del recurso humano disponible en el mercado laboral y la
dificultad para efectuar un reemplazo.
- COMPLEJIDAD EN LA FORMACIÓN: Se tiene en cuenta el tiem-
po que demanda la formación para la actividad o especialidad, grado
de dificultad y requisitos necesarios para alcanzar la capacitación re-
querida.
- IMPACTO PRESUPUESTARIO: Con esta variable, se intenta medir
la incidencia en el presupuesto vigente de la Cartera de Salud, para el
caso de abonar el adicional que se esté analizando y teniendo en cuen-
ta la cantidad de agentes comprendidos o susceptibles de percibir el
adicional.

e) Declaraciones Vigentes
Las declaraciones efectuadas por el Ministerio de Salud de la Provincia
en materia de recurso humano crítico, pueden ser clasificadas en dos grupos:
a) Profesión/Especialidad: en esta categoría quedan comprendidos los
Médicos Anestesiólogos, Cirujanos Radioterapia Oncológica, Físicos y carre-
ras afines con especialización en Radioterapia, Neonatología, Médico con for-
mación completa en Pediatría que desempeña funciones inherentes a la Espe-
cialidad de Neonatología, Terapia Intensiva Pediátrica.
b) Actividad: quedan incluidos los Profesionales Cirujanos con Funciones
Asistenciales en el Proyecto de “Red de Atención Integral del recién Nacido
con Patología Quirúrgica”, Profesionales Cirujanos que integran la “Red de
Trasplante Renal y Cirugía Cardiovascular Neonatal y Cardiopatías Congéni-
tas Complejas”, y Evacuación Aeromédica.
Recurso Humano Crítico en Salud 67

- Especialidad de Anestesiología

La Resolución N° 2723 del entonces Ministerio de Salud y Desarrollo


Social, de fecha 18 de mayo del año 1992, declara a la especialidad
Anestesiología de la profesión de medicina como recurso humano crítico.
La causa principal en la que se fundó dicha declaración, fue la falta e
imposibilidad de asegurar la prestación del servicio ante la carencia de recur-
sos humanos especializados o con formación completa en la especialidad de
referencia.
Las actuaciones tramitadas, daban cuenta de reales e impostergables ra-
zones de servicio que afectaban en forma directa la calidad de la atención y
se corría un grave riesgo de tener que suspender la misma en alguno de los
establecimientos asistenciales provinciales. En el Hospital Córdoba, la
reprogramación y postergación de cirugías llegó a su pico más alto,
practicándose solamente cirugías de urgencia.
En este caso, por ser la primera oportunidad en que se recurría a este
instituto, lo dispuesto en la mentada resolución no tuvo limitaciones; su alcan-
ce se extendió a todo el personal perteneciente al Equipo de Salud Humana de
la Provincia de Córdoba y no reparó en la situación de revista de los profesio-
nales comprendidos, abarcando a agentes contratados, interinos, suplentes y
de planta permanente.
En la actualidad son 155, los profesionales que perciben la bonificación.6
Mediante Decreto del PE N° 1292 del 4 de junio de l992, se estableció que
los Recursos Humanos Críticos comprendidos en la Resolución sub examine,
percibirán el 120% de la asignación básica del cargo de revista.

- Radioterapia oncológica

Atento a las exigencias de la Autoridad Regulatoria Nuclear (A.R.N.),


dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, se dictó la Resolu-
ción N° 625 de fecha 23 de septiembre de 2008, mediante la cual se declaró

6
Datos aportados por la Sub Dirección de Jurisdicción de Recursos Humanos del Minis-
terio de Salud de la Provincia de Córdoba.
68 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

recurso humano crítico a la Especialidad de Radioterapia Oncológica o a la


Actividad que desempeñan los profesionales con formación completa en di-
cha especialidad, que cuenten con la autorización del Ente Regulador precita-
do y a los Físicos o carreras afines que cuenten también con dicha autoriza-
ción y desempeñen funciones en el Hospital Oncológico Provincial.
En el actual Hospital Oncológico 7, la escasez de personal en la especiali-
dad que se ocupan de los cálculos para el manejo de la bomba de cobaltoterapia
y la dificultad para certificar ante la Autoridad Regulatoria Nuclear (A.R.N.),
fueron razones determinantes en la fundamentación de la medida.
El porcentaje asignado de la asignación básica del cargo de revista es del
120%.

- Personal médico Especialista en Neonatología

La resolución del Ministerio de Salud N° 0982 de fecha 23 de diciembre


de 2008, declaró recurso humano crítico, a la especialidad de Neonatología
que desempeñen los profesionales médicos en el ámbito de los establecimien-
tos asistenciales dependientes de esta Cartera de Salud.
Dicho instrumento legal, estableció el adicional en un 100% el porcentaje
de la asignación básica del cargo de revista de los profesionales comprendidos
y limitó el alcance de la declaración a los médicos neonatólogos que se des-
empeñen en el ámbito de los establecimientos asistenciales dependientes del
Ministerio de Salud y acrediten:
- Participación activa en la confección de pautas de manejo neonatal.
- Ejercer Tutorías médico-alumno, participantes del curso de formación
y actualización de neonatología 2009-2010.
- Colaboración activa en la capacitación y contribución en las
neonatologías de segundo nivel en el interior provincial.
- Participar activamente en los programas de seguridad del paciente.

7
Categorizado por Decreto de PE N° 1913 de fecha 18 de diciembre de 2008, en virtud del
cual pasa de Instituto de Oncología a Hospital Oncológico, debido a la proyección alcanzada
como establecimiento asistencial de alta complejidad orientado a la oncología clínica y terapia
radiante.
Recurso Humano Crítico en Salud 69

Las principales razones en las que se fundamentó la Resolución fueron: la


carencia de especialistas neonatólogos en la provincia que obligó a cubrir fun-
ciones asistenciales con profesionales pediatras sin una capacitación comple-
ta en la especialidad; la caída drástica de aspirantes para cubrir Becas de
Residentes en los últimos cuatro años8; el elevado nivel de stress laboral que
obliga la mayoría de las veces a restringir el ejercicio de la misma9 y la nece-
sidad imperiosa de asegurar la normal continuidad del servicio en los estable-
cimientos dependientes de la cartera sanitaria.
Cabe agregar, que esta declaración, al igual que la que se abordará a
continuación contribuyen a la consecución de los objetivos fijados en el “Plan
Estratégico para la Disminución de la Mortalidad 2009-2011”, encarado
por la Cartera Sanitaria.

- Personal médico con formación completa en Pediatría con funcio-


nes inherentes a la neonatología

La resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 999


de fecha 29 de diciembre de 2008, declara recurso humano crítico al personal
médico con formación completa en pediatría que desempeñe funciones inhe-
rentes a la especialidad de Neonatología en los hospitales públicos dependien-
tes de la Cartera de Salud.
Fue la caída drástica de la cantidad de Neonatólogos acreditados en la
provincia y la declinación del interés de profesionales recién egresados de
formarse en la especialidad que llevó al estado Provincial a reemplazar a este
recurso humano con otros profesionales formados en Pediatría para cubrir las
necesidades de Neonatología.
De esta forma se asegura una mejor prestación de los servicios que ac-
tualmente se brindan y se facilitará la ejecución del Plan estratégico para la

8
Datos aportados por la Escuela de Formación de Especialistas: en el año 2008 se declaró
desierto el llamado a concurso para cubrir becas en Neonatología tanto en la parte pública como
en la privada.
9
Según datos aportados por el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba, los
Neonátologos Matriculados a julio de 2008 suman ochenta y ocho, de los cuales solo 52
aproximadamente se encuentran en actividad y el 59% tienen mas de 49 años, edad tope en
líneas generales para desempeñar la profesión.
70 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

disminución de la Mortalidad Infantil 2009-2011, como lo indicamos supra.


La particularidad que presenta esta declaración es que al tiempo que se
resuelve una real e impostergable “necesidad de servicio”, la Escuela de For-
mación de Especialistas del Ministerio de Salud, reconociendo el conocimien-
to adquirido en neonatología por las médicos pediatras a lo largo de su desem-
peño en la especialidad, facilitará a estos profesionales la “capacitación nece-
saria” en un período de dos años para que puedan ser debidamente acredita-
dos en las actividades desarrolladas.
En función de lo planteado, el porcentaje a percibir por los agentes com-
prendidos en la declaración, será: el 50% de la asignación básica del cargo de
revista durante el primer año de cursado en el “Curso de Actualización y
Formación Bianual de Neonatología” el y 75% para el segundo año.
Asimismo, se establece que los agentes, en el marco del proyecto de la
Escuela de Formación de Especialistas, deben acreditar las siguientes condi-
ciones para la percepción de dicho adicional:
- Participación como alumno regular en el Curso de actualización y for-
mación Bianual en Neonatología.
- Participación activa en la confección de pautas de manejo neonatal.
- Participación activa en los Programas de Seguridad del Paciente.

- Especialidad de “Terapistas Intensivos Pediatras”

Como consecuencia del reclamo formulado por los profesionales integrantes


del Servicio de Terapia Intensiva del Hospital de Niños de la Santísima Trini-
dad dependientes del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, las Se-
cretarías de Coordinación Técnico Administrativa y de Gestión Hospitalaria,
evaluaron la posibilidad de incorporar a los especialistas de terapia intensiva
pediátrica en la declaración de Recurso Humano Crítico que se dictó oportu-
namente para la ”Red de Atención Integral del Recién Nacido con Patología
Quirúrgica y de Trasplante Renal”.
Habiéndose verificado los extremos exigidos por el ordenamiento jurídico
vigente, se dictó la Resolución N° 0335, de fecha 22 de mayo de 2009, por
medio de la cual se declaró recurso humano crítico a los terapistas intensivos
pediatras.
Las causas que justificaron el dictado de dicha declaración fueron: las
características de la especialidad, considerada al igual que la neonatología
Recurso Humano Crítico en Salud 71

como actividad en emergencia nacional, el escaso número de profesionales


que en la actualidad se encuentran “certificados” , la puja entre los sub secto-
res, donde el público no puede competir con lo ofertado en materia salarial por
el privado10, la confirmación de la problemática recurrente que se encuadraba
en los extremos exigidos por el artículo 84 de la ley 7625; esto es la necesidad
de asegurar el servicio ante la dificultad de obtener reemplazos en los distintos
hospitales donde la provincia cuenta con Unidades de Terapia Intensiva
Pediátrica (UTIP).
El adicional fijado consiste en un 105% de la asignación básica del cargo
de revista.

- Actividad desempeñada por cirujanos con funciones asistenciales


en el proyecto de red de atención integral del recién nacido con pato-
logía quirúrgica de la Provincia de Córdoba

Trascurrieron más de quince años desde la última declaración de Recurso


Humano critico, para que la Cartera Sanitaria Provincial apelara nuevamente
a este instituto por estrictas razones de servicio.
Actuaciones iniciadas por el entonces Secretario de Atención de las Per-
sonas del Ministerio de Salud, planteaban la necesidad de incorporar al perso-
nal de la Unidad neonatal del servicio de unidad de terapia intensiva del Hos-
pital Nuestra Señora de la Misericordia a la “Red de Atención Integral del
Recién Nacido con Patología Quirúrgica de la provincia de Córdoba11 y de-
clarar recurso humano critico a los profesionales cirujanos que desempeñen
funciones en la misma.
En aquella oportunidad el esquema prestacional ya se había fortalecido y
era el momento de incorporar dicho establecimiento asistencial al esquema de
atención que venía funcionando con los Hospitales de Niños, Materno Neonatal
y Materno provincial.
Mediante Resolución N° 822 de fecha 20 de septiembre de 2007, y su
ampliatoria N° 1249 del 14 de noviembre del mismo año, se autoriza la in-

10
Información suministrada por la Escuela de Formación de Especialistas del Ministerio
de Salud de la Provincia de Córdoba.
11
Creada por Resolución N° 0369/2000
72 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

corporación de la Unidad Neonatal del Servicio de Unidad de Terapia Intensi-


va del Hospital Nuestra Señora de la Misericordia al Proyecto de Red de
Atención Integral del Recién Nacido con Patología Quirúrgica y se declara
recurso humano crítico a la actividad que desempeñan los profesionales ciru-
janos con funciones asistenciales en dicho proyecto y cirujanos que desempe-
ñan la misma actividad en el Programa de Trasplante Renal Pediátrico del
Hospital de Niños de la Santísima Trinidad y Programa de Cirugía
Cardiovascular Neonatal y Cardiopatías Congénitas Complejas del hospital
precitado y Maternidades dependientes del Ministerio de Salud.
En este caso los fundamentos dados para proceder a la declaración con-
sistieron en: las características de la actividad desplegada por los profesiona-
les especialistas integrantes de la Red de Atención del Recién Nacido ya
mencionada y la necesidad de asegurar las prestaciones en los nosocomios
involucrados, focalizando el alcance de la medida a la acreditación del desem-
peño asistencial en el ámbito de dicha red.
Con motivo de establecer el porcentaje de la asignación básica del cargo
de revista de los profesionales comprendidos en la medida, se gestiona ante el
Poder Ejecutivo la determinación del porcentaje sobre el cual se liquidaría el
adicional correspondiente.
Fue entonces por Decreto N° 2130 del 6 de diciembre de 2007, que entre
otras medidas se delegó en la persona del ministro de salud, la facultad de
determinar el porcentaje para el adicional previsto en el artículo 84 de la Ley
7625 denominado “recurso humano crítico” hasta un tope del ciento veinte por
ciento (120%).

- Actividad de “Evacuación Aeromédica”

En virtud del requerimiento formulado por la Sub Secretaría de Servicios


Prehospitalarios del Ministerio de Salud, se dictó con fecha 16 de febrero de
2009, la Resolución N° 080, mediante la cual se declaró Recurso Humano
Crítico a la actividad de “Evacuación Aeromédica” que desempeñen profe-
sionales médicos dependientes de dicha cartera de salud y que acrediten ha-
ber aprobado las exigencias previstas en el Curso de Capacitación Aeromédica
dictado por el Instituto Nacional de Medicina Aeroespacial (IMAE) depen-
diente de la Fuerza Aérea Argentina.
Recurso Humano Crítico en Salud 73

El principal fundamento esgrimido para el dictado de la Resolución fue la


necesidad imperiosa de “asegurar el servicio” de todo tipo de traslados y eva-
cuaciones aéreas provinciales, nacionales e internacionales en caso de acae-
cimiento de siniestros que requieran la intervención del personal capacitado.

7. El deber del Estado de asegurar una adecuada atención de la


salud en clave con el instituto del Recurso Humano Crítico

El recurso humano crítico guarda estrecha relación con el deber que tiene
el Estado de asegurar la adecuada atención de la salud, erigiéndose como un
instituto de probada utilidad para coadyuvar su realización.
Cabe poner resalto que, conforme la jurisprudencia sentada en el caso
“GJVc/Gobierno Nacional y Otro”,12 el deber del hospital público de cumplir
con prestaciones propias del servicio de salud, es de raigambre constitucional
(art. 75 inc. 19 y 23 Constitución Nacional y art. 36 de la Provincia de Bs.
As.) y “[su] inobservancia (...) conlleva la configuración de la respon-
sabilidad objetiva y directa del Estado por falta de servicio”.13
En nuestra provincia, el marco normativo en el que se encuadran “las
acciones de salud” implementadas y desarrolladas a través del Ministerio de
Salud se integra con la Constitución Provincial -art. 59 y cc-, la Ley N° 8835
o Carta del Ciudadano, Ley de Garantías Saludables N° 9133 y Ley de la
Estructura Orgánica del Estado Provincial N° 9454.

8. Conclusión

El instituto del Recurso Humano Crítico, constituye una herramienta para


combatir una problemática real en materia sanitaria, como es la escasez de
personal, en ciertas profesiones o actividades.

12
Cám. Nac. Civil Comercial. Federal. Sala I, “GJV c/Gobierno Nacional y otro” (8/10/82)
E.D.103-578.
13
DJJ 166-84. Dicha responsabilidad se desplaza del marco contractual y del derecho
privado al derecho público, atendiendo a la naturaleza supra- legal de la obligación del Estado
de satisfacer sus funciones esenciales (salud, justicia, educación, seguridad).
74 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

La coordinación y el control sostenido de aquellos “factores” que inciden


en la prestación de una adecuada atención de la salud, como ha quedado
planteado, hará cesar o al menos mitigar las consecuencias adversas o nega-
tivas que justifiquen la declaración de Recurso Humano Crítico en el ámbito
del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba.
Revertir las condiciones para establecer un equilibrio en los recursos hu-
manos en salud, planteados desde la OPS, la OMS, La Conferencia Latinoa-
mericana de la Salud, a través de los Observatorios de la Salud, coadyuvarán
para que en un tiempo no muy lejano, se controle la escasez de profesionales
en especialidades críticas y se logre una “distribución regional equitativa”.
Tabaquismo y derecho a la salud 75

TABAQUISMO Y DERECHO A LA SALUD

Juan Fernando Micaelli


Esteban Julián Soria Güidone

Sumario: 1. Introducción. 2. Derecho a la Salud. 2.1. El concepto de


Salud. 2.2. La Salud como Derecho Personalísimo. 2.3. El Derecho a la Salud
y el Ambiente. 3. Marco Regulatorio. 3.1. Antecedentes. Breve repaso. 3.2.
¿Es necesario un Marco Regulatorio? 3.3. El Marco Regulatorio Vigente. 4
Conclusiones.

1. Introducción

Mediante el presente trabajo nos proponemos abordar un tema complejo y


actual: el tabaquismo y el Derecho a la Salud. Su complejidad deviene de los
múltiples factores en juego, ya que de las distintas normas e instituciones
involucradas se derivan restricciones a prácticas y derechos sobre los cuales
cualquier intento de regulación era considerado vano o hasta inútil en años
recientes. Más aún, el hábito de fumar fue hasta no hace mucho tiempo valo-
rado positivamente por la sociedad, y por tanto discutidos superficialmente
sus riesgos, además de continuar siendo un formidable negocio en términos
económicos1.

1
“Las utilidades de Philip Morris aumentaron a 2,080 millones de dólares, o 1.01 dólares
por acción, desde los 1,730 millones, u 82 centavos de dólar por título, en igual período del año
pasado” y “La cantidad de cigarrillos que la compañía despachó, creció un 4%, a 225,900
millones de unidades” (www.cnnexpansion.com/negocios/2008/10/22/tabacaleras-elevan-sus-
ganancias?q=43643855)
76 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

El título mismo nos plantea un desafío: cómo enfocar el análisis de un


hábito que hoy es considerado mundialmente como nocivo; y relacionarlo con
el Derecho a la Salud.
El riesgo sanitario se deriva, no sólo del consumo del tabaco, sino de la
exposición pasiva al humo, respecto del cual no ahondaremos ya que el pre-
sente no es un estudio médico. La información disponible producida por las
principales organizaciones internacionales2 y nacionales 3 que se han expedi-
do sobre la misma son más que reveladores para dispensarnos de explicar el
por qué de una necesaria regulación sobre el tema4, y permitir concentrarnos
en cómo esa regulación se ha llevado a cabo hasta nuestros días, así como sus
posibilidades a futuro.
Una vez comenzado el estudio, deberemos advertir el modo en que se
conjugan y colisionan diversas situaciones jurídicas subjetivas, esto es: el de-
recho de una industria lícita (al día de hoy) de producir y comercializar sus
productos, ligado íntimamente con el derecho de sus consumidores a adquirir-
lo y utilizarlo, con el derecho de los no fumadores a no verse perjudicados ni
alcanzados por el ejercicio de dicha práctica, en especial cuando se encuen-
tran en ámbitos públicos (entendiendo por los mismos a espacios cerrados de
la Administración Pública con o sin destino de atención al público, en cualquie-
ra de sus formas, como así también a espacios que si bien son privados, están
destinados a la recepción de público en general, tales como bares, restauran-
tes, etc., y por tanto sujetos a control y fiscalización de las autoridades compe-
tentes en materia sanitaria).

2
“Las empresas tabacaleras han atacado vigorosamente los datos científicos en cuanto a
los efectos que tiene en la salud la exposición al humo ambiental del tabaco mediante campañas
complejas de relaciones públicas y de información errónea. Ese ataque ha sido de gran alcance.
Se han gastado millones de dólares en estudios falsos y conferencias, han publicado en los
medios de comunicación artículos de terceros a sueldo, han subsidiado investigaciones “dirigi-
das” y grupos de terceros creados para apoyar públicamente sus posturas. Estas actividades
han sido coordinadas y se han reforzando mutuamente. Las empresas tabacaleras también han
trabajado sistemáticamente para desacreditar los resultados de importantes autoridades de
salud y ambiente sobre el tema del humo ambiental del tabaco.” (www.paho.org/Spanish/AD/
SDE/RA/wntd-factsheet3.doc)
3
De acuerdo al Programa Nacional de Control del Tabaco de la cartera de Salud, de 40.000
personas que en la Argentina mueren al año a causa del cigarrillo, 6.000 son debido a la
exposición pasiva al humo.
Tabaquismo y derecho a la salud 77

2. Derecho a la Salud

2.1. El concepto de Salud

Si bien ya ha sido tratado en otros trabajos de esta colección, es conve-


niente recordar que la salud ha sido definida por la propia Organización Mun-
dial de la Salud (OMS en adelante) como “Un estado de completo bienestar
físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades”.
El concepto es valioso, por cuanto no se limita a una situación exclusiva-
mente fisiológica-individual, sino que incluye al concepto de “bienestar social”
en ella, dejando en claro que el logro del mismo es multidimensional, y com-
prensivo de los tres aspectos. Así, la “Salud es un proceso activo tendiente
a lograr el estado de mayor equilibrio posible entre los componentes
orgánicos y psíquicos del hombre, y entre este y el ambiente físico, quími-
co, biológico y sociocultural en el que vive”5.
Tal criterio, si bien con una terminología diferente, ha sido recogido en los
fundamentos del “Marco Estratégico-Político para la Salud de los Ar-
gentinos”6, el cual expresa que “... la salud es una situación de relativo
bienestar físico, psíquico y social, producto de la interacción permanen-
te transformadora entre el individuo, la sociedad en la que participa y
su ambiente”. Advertimos, así, el carácter amplio de la definición utilizada.

2.2. La Salud como Derecho Personalísimo

Habiendo delineado el concepto de Salud, corresponde ahora que ubique-


mos a la misma dentro de los derechos personalísimos. Los mismos han sido

4
En ese sentido se expresa el preámbulo del Convenio Marco de la OMS para el Control
del Tabaco “Las Partes en este Convenio….Reconociendo que la propagación de la epidemia
del tabaquismo es un problema mundial con graves consecuencias para la salud pública, que
requiere la más amplia cooperación internacional posible y la participación de todos los países
en una respuesta internacional eficaz, apropiada e integral. …. Teniendo en cuenta la inquietud
de l comunidad internacional por las devastadoras consecuencias sanitarias y ambientales del
consumo del tabaco y de la exposición al humo del tabaco en el mundo entero”.
5
G. de COPELLO, Maitena - PERÉS, Victoria, Educación para la Salud. Ed. Estrada, Argen-
tina, 1993, página 3.
78 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

definidos como aquellos que aseguran al hombre el goce y respeto de todas


las potencias o facultades inherentes a su condición humana, protegiendo las
distintas proyecciones físicas o psíquicas de la persona natural7. Son aquellos
derechos que tienen por objeto los modos de ser físico y morales de la persona
La doctrina es pacífica al momento de distinguir cuáles son los caracteres
propios de estos derechos. Así, y sin perjuicio de las diferencias conceptuales
y metodológicas que puedan presentarse al momento de su esquematización,
se señala como características de estos derechos las siguientes:
- Son originarios e innatos: tienen su comienzo con el surgimiento mismo
de la persona como tal, sin distinción ni impedimento alguno.
- Son necesarios: no se concibe el concepto de persona si su presencia
- Son vitalicios, ya que acompañan a la persona durante toda su vida, y
aún más allá a criterio de algunos autores: “Por regla general se conside-
ra que estos derechos se agotan con la muerte de la persona; no obstan-
te, existe una notable tendencia a ampliar su marco de acción, estimán-
dose que, por lo menos, ciertos aspectos se trasladan a los herederos del
titular, pudiendo éstos ejercer algún tipo de acción; ello sucede particu-
larmente en el ámbito de los derechos a la intimidad y al honor”8.
- Son inalienables, no pudiendo disponerse de ellos en el sentido jurídi-
co de un acto de disposición (ello no debe confundirse con la posible
renuncia de algunos de ellos o de manifestaciones de los mismos, en
los casos en que el orden jurídico lo permita, como sería un acto de
disposición del propio cuerpo).
- Son también (y este es un aspecto central a los fines del presente
trabajo) “oponibles erga omnes. En todas las demás personas recae
una obligación pasivamente universal, en el sentido de que es deber de
ellas respetar las facultades del sujeto. Este carácter no debe ser en-
tendido como que atribuye al ejercicio del derecho un alcance ilimita-
do. Todo derecho encuentra su límite donde aparece el contacto con
los derechos de las demás personas” 9. Este es sin dudas uno de los

6
Decreto 455/2000 del PE.
7
LLOVERAS DE RESK, María Emilia y otras, Lecciones de Derecho Ciivi, segunda edición,
tercera reimpresión, Advocatus, Córdoba, 1995, página 81.
8
Lexis Nº 9204/003006, Derechos Personalísimos / 01.- Generalidades, RIVERA, Julio
César (autor), LexisNexis, Instituciones de derecho civil - Parte general, 2007 (4/5/2009).
9
Lexis Nº 9204/003006, Ob. Cit.
Tabaquismo y derecho a la salud 79

puntos de mayor discusión en esta temática, al punto de que algunos


autores hayan partido de aquí para negar a estos derechos su carácter
de verdaderos derechos subjetivos, ya que habría, según ellos, una
ausencia de deberes jurídicos correlativos con los mismos.
Un área no menos interesante la plantea la clasificación de estos dere-
chos. Partiendo de los bienes jurídicos protegidos, es posible sistematizarlos
según 10:
- Protejan las manifestaciones físicas de las personas;
- Protejan las manifestaciones espirituales de las personas, o
- Protejan las libertades.
J.C. Rivera expresa: “dentro de las manifestaciones físicas quedan
comprendidos los aspectos fundamentales de las atribuciones que la
persona tiene sobre su vida, su propio cuerpo, su salud y sobre sus des-
pojos mortales, en un doble sentido: la posibilidad de efectuar actos de
disposición y la protección frente a la agresión de terceros”.
El concepto del derecho a la Salud como un derecho personalísimo, com-
prensivo de atribuciones y facultades que permiten actuar jurídicamente en
pos de la defensa de las manifestaciones físicas de una persona, ha evolucio-
nado tanto en la doctrina, como en su paulatina pero firme recepción legislati-
va desde su reconocimiento como parte esencial de los derechos humanos, así
como también mediante el reconocimiento del mismo por parte de la jurispru-
dencia.
De tal modo, nuestra Corte Suprema se ha expedido al establecer que “.... el
derecho a la salud.... se encuentra íntimamente relacionado con el dere-
cho a la vida, que está reconocido por la Constitución Nacional y por
los tratados internacionales que tienen jerarquía constitucional (Artícu-
lo 75, inc. 22 de la Ley Suprema) .....” 11.
En un sentido similar se expidió la Cámara 1ª Civ. y Com., Sala 3, La Plata
el 09/02/95 en autos “Almada Hugo c/ Copetro S.A. s/ daños y perjuicios: “Si
algunos derechos son puestos en jaque por las nocivas poluciones am-
bientales, ellos son los llamados derechos humanos o personalísimos, a

10
En este punto también se sigue a RIVERA, Julio César, Ob. Cit.
11
CSJN “Orlando , Susana Beatriz c/ Buenos Aires, Provincia de y otros s/ amparo” 24/
05/2005
80 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

la vida y a la salud de los habitantes, de indiscutible rango constitucio-


nal, y de expreso reconocimiento internacional”.

2.3. El Derecho a la Salud y el Ambiente

Al traer a colación el concepto de Salud señalamos que el mismo era


multidimensional, comprensivo de aspectos físicos, mentales y sociales en los
que debía verificarse el estado de bienestar. No basta una persona física y
psíquicamente saludable para poder hablar de la existencia de “Salud” propia-
mente dicha, sino que ese bienestar debe observarse también en el entorno de
la misma.
Esto nos lleva a analizar la noción de ambiente, el cual, y bajo una pers-
pectiva amplia “involucra todo aquello que rodea al hombre, lo que pue-
de influenciarlo y puede ser influenciado por él” 12.
Siguiendo con esa línea de pensamiento, es dado afirmar que el ambiente
es también un concepto amplio, comprensivo no sólo del “ambiente natural”
(la noción tradicional y más elemental”, sino también al ambiente humano,
dentro del cual encontramos “ruido, tránsito, crimen y hasta la presencia
de drogas”13. Ello ha dado lugar a la noción de calidad de vida como idea
interdisciplinaria utilizada a modo de herramienta para la toma de decisiones
en materia ambiental.
El ambiente, en el concepto amplio aquí adoptado, es un bien jurídico en sí
mismo, susceptible de tutela y protección. Igualmente, la garantía universal
del derecho humano al ambiente, la cual integra los derechos humanos o
personalísimos a la vida y a la salud, por lo que la relación entre los conceptos
expuestos y tratados hasta ahora de “Salud” y “Ambiente” es por demás
cercana.

12
MORALES LAMBERTI, Alicia, Derecho Ambiental - Instrumentos de Política y Gestión
Ambienta,. Ed. Alveroni, Buenos Aires, 1999, página 31.
Tabaquismo y derecho a la salud 81

3. Marco Regulatorio

3.1. Antecedentes. Breve repaso.

Tal cual señaláramos, la preocupación por los efectos del tabaquismo es


relativamente reciente si consideramos que el mismo es consumido desde
principios del siglo XVII. Diversos factores determinaron que recién desde
mediados/fines de la década de 1960 se comenzara a difundir estudios sobre
su nocividad. Y más nos aproximamos en el tiempo al tratar antecedentes
legislativos.
La forma en que la lucha contra el tabaquismo ha sido encarada en nues-
tro país fue gradual y progresiva, aunque desde ya podemos adelantar que, al
menos a nivel Nacional, no ha sido todo lo exhaustiva que debió ser.
Podemos categorizar los diversos proyectos legislativos y las medidas adop-
tadas en tres etapas:
- Primera: meramente restrictiva en cuanto a la difusión y publicidad, sin
mayores fines preventivos, ordenatorios ni de sanción. Sólo se reconocía la
existencia de una amenaza a la Salud.
- Segunda: creación de conciencia sobre los peligros del tabaquismo, prepa-
ratoria de una normativa más estricta. Además de la toma de conciencia se
comienzan a desarrollar acciones concretas de protección; y
- Tercera (la actual) que, manteniendo un fin preventivo, fija pautas con-
cretas de salubridad pública y sanciona su incumplimiento.
En Argentina la primera etapa es inaugurada a nivel nacional en el año
1986, cuando se sanciona la Ley Nº 23.344 (B.O., 29/8/86), la cual legislaba
sobre restricciones en publicidad y promoción de productos destinados a fu-
mar, e imponía la obligatoriedad de exhibir la leyenda “el fumar es perjudicial
para la salud” en los envases de comercialización.
Dicha norma, por demás exigua, se limitó exclusivamente a fijar las res-
tricciones detalladas, no estableciendo sanciones algunas ni avanzaba más
allá de lo que podríamos describir como una mera limitación a la publicidad y
promoción del tabaco. La “advertencia” era para el consumidor del producto,
pero dejaba sin tutela a los no fumadores.

13
MORALES LAMBERTI, Alicia, Ob. Cit.
82 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

No obstante, al pretenderse avanzar hacia la imposición de sanciones (ej.:


la Ley 24.044), dichos proyectos se toparon con el veto del Poder Ejecutivo
Nacional14.
De contenido más enriquecedor, pueden citarse algunas disposiciones in-
ternas que diversos Organismos Públicos Nacionales dictaron prohibiendo el
consumo de tabaco en sus instalaciones. La DISPOSICIÓN 958/2000 de la
AFIP, por la que se establece la Prohibición de fumar en dependencias del
organismo, cita entre sus fundamentos:
“Que la nocividad del humo del cigarrillo ya no es discutida, como
así tampoco los efectos perjudiciales que el mismo provoca a los lla-
mados fumadores pasivos, según surge del informe médico más arriba
mencionado, situación que ha llevado a varios estados provinciales,
municipalidades y no pocas instituciones públicas y privadas, a dic-
tar normas que prohíben fumar en lugares de atención al público.
Que en síntesis todas las opiniones vertidas son coincidentes en acon-
sejar la adopción de medidas que limiten la posibilidad de fumar en
los lugares de atención al público y/o de trabajo interno.
Que analizados los antecedentes citados, se llega a la conclusión de
que no puede demorarse la adopción de una solución a la cuestión, la
cual no sólo debe comprender al personal de la Dirección General
Impositiva con asiento en la Ciudad de Salta, ya que se encuentra en
juego un bien jurídico que es obligación de este organismo proteger
en cuanto de él depende, es decir, la salud de sus empleados, de los
contribuyentes o usuarios de su servicios y, en general, de todas las
personas que concurren a sus dependencias y que no tienen el hábito
de fumar”

14
A modo de ejemplo puede citarse algunos de los “considerandos” del Decreto 1854/
1992, mediante el cual se vetó totalmente la Ley 24152 por la cual se promovía el control del
tabaquismo: “CONSIDERANDO: Que la actividad tabacalera constituye el ejercicio de una indus-
trial lícita, la que no sólo comprende la producción y elaboración del tabaco, sino también su
comercialización y consumo. Que con el dictado del mencionado proyecto se establece una
restricción absoluta al consumo del producto, que no atiende a las distintas particularidades de
su uso, tales como diferenciar el ámbito físico, lugares públicos abiertos o cerrados. Que la
normativa proyectada prohíbe absolutamente toda publicidad o propaganda, sin distingos,
referida a los productos comprendidos en la misma, mientras que permite la libre circulación de
publicaciones extranjeras que incluyen esa misma propaganda, vulnerándose así el principio de
igualdad consagrado por nuestra Constitución Nacional. Etc.”
Tabaquismo y derecho a la salud 83

Que el hecho de no existir una norma reglamentaria en este sentido a


nivel de la Administración Pública nacional, no inhibe a esta admi-
nistración federal de la posibilidad de disponer la prohibición en el
ámbito de su competencia, atento a las facultades de organización y
administración que posee”.
Igualmente, la Resolución 855/2005 del por entonces Ministerio de Salud
y Ambiente de la Nación establecía la Prohibición de fumar en todo el ámbito
de dicho Ministerio. Además de los fundamentos expresados en sus
considerandos: “Que, como es de conocimiento público, el tabaco produ-
ce un riesgo ambiental al que están sometidos innumerables fumadores
pasivos que aspiran involuntariamente el humo de los fumadores que los
rodean y que se agrava cuando el medio ambiente es un espacio confi-
nado y/o reducido, perjudicando seriamente la salud. Que por respeto
al no fumador y toda vez que no se puede obligar a nadie a fumar, ni aún
pasivamente, debe tomarse en consideración el perjuicio que significan
para la salud los residuos tabacales y la necesidad de respirar aire que
no implique riesgos para la misma”, Resulta de especial interés lo dispuesto
en su Art. 4, ya que prevé una instancia no sólo sancionatoria/prohibitiva, sino
de asistencia y superación de la adicción:
“ Autorízase a la Subsecretaría de Programas de Prevención y Pro-
moción de la Salud del Ministerio de Salud y Ambiente a promover la
realización de cursos de ayuda y contención, destinados a los agen-
tes que deseen abandonar su adicción al tabaco, debiendo elevar un
programa de acción dentro de los diez (10) días siguientes a la publi-
cación de la presente.”

3.2. ¿Es necesario un Marco regulatorio?

A estas instancias es posible que surja la siguiente pregunta: ¿es necesario


un marco regulatorio? ¿Hasta qué punto la presencia de normas que restrinjan
el consumo de tabaco en determinados lugares puede implicar una lesión a
derechos también tutelados en la Constitución Nacional, como pueden ser, por
parte del fumador, el decidir libremente sobre su salud, mediante la decisión
de consumir tabaco?
Tal cual hemos expresado en párrafos precedentes, el que una persona
que no ha decidido fumar se vea expuesta al humo de un producto cuya toxi-
84 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

cidad está acreditada, constituye una vulneración a su derecho a la salud, el


cual configura un Derecho Humano también tutelado por nuestro bloque de
constitucionalidad federal. Más aún, es frente a tal lesión que las autoridades
públicas no sólo pueden actuar, sino que tienen el DEBER de hacerlo, por
cuanto lo contrario implicaría la inobservancia de una de sus funciones bási-
cas: el poder de policía.
El poder de policía ha sido definido como aquella “parte de la función
legislativa que tiene por objeto la promoción del bienestar general, re-
gulando a ese fin los derechos individuales, reconocidos expresa o im-
plícitamente por la Constitución, extendiéndose hasta donde la promo-
ción del bienestar general lo haga conveniente o necesarios dentro de
los límites constitucionales (arts. 19 y 28 de la CN)”15.
Dicha función está sometida también a limitaciones, las cuales consisten
en la razonabilidad, la intimidad y la legalidad.
Esta función posee “dos aspectos centrales: a) el aspecto prohibitivo y
b) el aspecto protectorio. En el primero, se trata de un poder estatal
genérico y ordenador con el objeto de que los derechos constitucionales
de los individuos se ejerzan en forma armónica y compatible con los
derechos de los otros, y en el segundo caso, el poder de policía tiene por
objeto la protección de los derechos de los habitantes 16, motivo por el
cual el poder de policía no es sólo limitativo de derechos, sino que tam-
bién tutela a los mismos, en procura del interés general”.
De tal modo, frente a la vulneración del Derecho a la Salud (con el rango
y alcance asignado en el presente estudio), es que surge no sólo la convenien-
cia sino el deber de la autoridad pública de interceder en pos de su defensa,
mediante la imposición de restricciones tales como impedir que se consuma
tabaco en determinados ámbitos. No se está frente a un capricho o un fastidio
de quien no fuma y es expuesto al humo del tabaco, sino frente a una lesión
acreditada a su Salud.

15
DROMI, Roberto, “Derecho Administrativo”, Ed. Ciudad Argentina, cuarta edición ac-
tualizada, 1995, Buenos Aires, Pág. 562.
16
BIANCHI, Alberto B., “El estado de sitio económico”, en Revista del Colegio de Aboga-
dos de Buenos Aires N° 50, 1990, citado por SOMMER - BITTAR, “Lineamientos básicos del Poder
de Policía en Materia Sanitaria” en Práctica Jurídica de la Salud Pública, Ed. Advocatus,
Córdoba, 2008, Pág. 33
Tabaquismo y derecho a la salud 85

Una última pregunta se presenta al respecto: hasta qué punto esa regula-
ción, necesaria, puede devenir en atentatoria de la esfera privada. Esto es,
¿hasta qué punto esas restricciones implican un ataque a la garantía del art.
19 de la CN?. Consideramos que en un reciente fallo de la Sala II de la
Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires17 se ha respondido este interrogante, me-
diante fundamentos que por su claridad vale reproducir:
- “Cabe dejar en claro que la distinción entre acciones privadas y
acciones realizadas en privado es vital para proteger conductas hu-
manas que, aun realizadas en público, no admitan intervención esta-
tal debido a su inocuidad para con los derechos de terceros, el orden
y la moral pública. Demasiado estrecha resulta la protección consti-
tucional si lo privado es concebido como ámbito excluido y alejado
de los contextos comunicativos de los seres humanos en una comuni-
dad política”;
- “Cabe referir lo público y el espacio público como el ámbito inter-
medio entre lo estatal y lo privado, frecuentemente llamado «socie-
dad»;
- “No se pone en duda la decisión libre y voluntaria de fumar, deci-
sión que constituye, para el fumador, un derecho: el que tiene todo ser
humano de decidir acerca de su salud (implícitamente reconocido en
la Constitución) y el de hacer todo aquello que las normas no
prohíben.”, y
- “Fácil es advertir sus claros fines tuitivos (de la Ley en cuestión), de
bien común, de bienestar general, todos ellos reconocidos en el Preám-
bulo de la Constitución, y en el artículo 14 bis”.
Así, entendemos que frente a la temática bajo análisis, las normas
regulatorias que se analizarán a continuación, con el alcance y objetivos que
las mismas han logrado, configura un necesario y razonable ejercicio del po-
der de policía (sanitario en este caso) en pos de la protección de un Derecho
Humano fundamental: la Salud18.

17
Cámara de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo y Tributario de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, sala II, Amores Perros S.S. c. Ciudad de Buenos Aires, 21/03/2007
18
“Cuando la salud como bien colectivo sufre amenaza o daño, está a la vez comprome-
tida la salud individual del conjunto al que pertenece y donde se sitúa el bien colectivo; y no se
86 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

3.3. El Marco Regulatorio vigente.

Analizaremos esto desde dos ópticas relacionadas: la recepción normativa


del Derecho a la Salud y a un Ambiente Sano, y, concretamente, las normas
que establecen el Marco Regulatorio concreto en materia de limitaciones y
prohibiciones del hábito de fumar en ámbitos específicos, sus sanciones y los
planes de promoción y toma de conciencia vigentes, centrándonos en las dis-
posiciones vigentes en el orden nacional y en la Provincia de Córdoba.

A. Tratados Internacionales
Del juego armónico entre el art. 31 y el inc. 22 del art. 75 de nuestra
Constitución Nacional, los Tratados Internacionales aparecen como una de
las primeras fuentes normativas a analizar. Los mismos han sido definidos
como “la manifestación de voluntad común de una pluralidad de perso-
nas internacionales sobre un lícito posible, con el fin inmediato de crear,
conservar, modificar, transferir o extinguir derechos u obligaciones in-
ternacionales” 19 .
Con “jerarquía superior a la leyes” en la generalidad de los casos, y con
“jerarquía constitucional” en el caso de los tratados sobre Derechos Humanos
enumerados en su segundo párrafo, el inc. 22 del art. 75 de la Constitución
Nacional contempla a estos instrumentos jurídicos a partir de la reforma cons-
titucional de 1994, lo que, más allá de la complejidad y la no muy feliz técnica,
implicó el reconocimiento expreso de una serie de derechos que hasta enton-
ces eran discutidos, en especial en aspectos novedosos como lo relativo al
Ambiente, entre otros.
Podemos señalar entonces los siguientes instrumentos:
Declaración Americana de los Derechos del Hombre (Colombia, 1948)

nos diga que éste es un invento estrafalario, porque desde siempre hubo ene. Código Penal
delitos contra la salud pública, que no es otra cosa que un aspecto de la salud como bien
colectivo” BIDART CAMPOS, Germán J, “La dimensión de la salud como bien colectivo y los
servicios de salud”, La Ley 2001-F, 906 (04/05/2009)
19
BAQUERO LAZCANO y otros, Tratado de Derecho internacional Público Profundizado,
Tomo I, edit. Lerner, Córdoba, 1994, pág. 119.
Tabaquismo y derecho a la salud 87

Art. 11 “Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por
medidas sanitarias y sociales, relativas a la alimentación, el vestido, la vivien-
da y la asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos
públicos y los de la comunidad”
Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto de San José de
Costa Rica, 1969)
Art 5, 1º párrafo: “Toda persona tiene derecho a que se respete su integri-
dad física”
Declaración de los Derechos del Niño (Resolución 1386 de la ONU, 1959)
Principio 4 “El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social.
Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud”
Convenio Marco de la O.M.S. para el control del Tabaco (2003)
Este es sin dudas uno de los instrumentos de mayor contundencia sobre la
temática analizada. Ya en sus considerandos trata al tabaquismo como una
epidemia con graves consecuencias para la salud pública, y hace referencia a
“las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, económicas y ambienta-
les” del consumo del tabaco. Hace una mención expresa a la manipulación del
tabaco a fines de crear dependencia (algo que hasta no hace mucho era sólo
motivo de especulación), y manifiesta su preocupación por los sectores más
vulnerables frente al mismo (niñez y adolescencia). Tiene como objetivo el
proteger a las presentes y futuras generaciones de los efectos del tabaquismo,
y se instrumenta del siguiente modo:
- Disposiciones relativas a la reducción de la demanda de tabaco: arts. 6
a 14 (medidas con o sin relación con los precios e impuestos).
- Disposiciones relativas a la reducción de la oferta: arts. 15 a 17 (co-
mercio ilícito, venta a menores).
- Inclusión de una disposición relativa a la responsabilidad: art. 19
Si bien este convenio ha sido suscripto por Argentina, el mismo no ha sido
aún ratificado por el Congreso.

B. Constitución Nacional
Veremos a continuación los artículos de la Carta Magna que de modo
expreso o referencial se expiden sobre esta temática:
Art. 33. Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Cons-
titución, no serán entendidos como negación de otros derechos y
88 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

garantías no enumerados; pero que nacen del principio de la sobera-


nía del pueblo y de la forma republicana de gobierno:
Art. 41.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las activida-
des productivas satisfagan lasnecesidades presentes sin comprome-
ter las de las generaciones futuras, y tienen el deber de preservarlo.
El daño ambiental generara prioritariamente la obligación de re-
componer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utili-
zación racional de los recursos naturales, a la preservación del pa-
trimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la infor-
mación y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presu-
puestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para
complementarias, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o po-
tencialmente peligrosos, y de los radiactivos.

C. Leyes Nacionales
Ley 23.344 (B.O., 29/8/1986)
Una norma pionera, no obstante sus limitaciones de contenido. Tal cual
explicáramos supra, esta ley corresponde a la primera etapa en materia de
normas regulatorias. En sus sólo 5 artículos, estableció la obligatoriedad de
advertir que el fumar el perjudicial para la salud, lo que si bien puede ser
considerado como una medida de toma de conciencia, la misma sólo se dirige
al consumidor de tabaco. Estableció también restricciones en materia de pu-
blicidad y promoción del tabaco.
Ley 24.044 (B.O., 31/12/1991) Incorpora a la ley 23.344 un régimen de
infracciones. Fue vetada parcialmente por el Decreto 2721/91
Registro Nacional de Instituciones y Empresas Libres de Humo de Taba-
co20, Ministerio de Salud de la Nación: “Dentro del marco del Programa

20
Registro Nacional de Instituciones y Empresas Libres de Humo de Tabaco, http://
www.msal.gov.ar/htm/site_tabaco/regnac_emp_lib_pres.asp (2/5/2009).
Tabaquismo y derecho a la salud 89

Nacional de Control de Tabaco, y cumpliendo con el objetivo de reducir


la exposición al humo ambiental de tabaco en la población, el Ministerio
de Salud de la Nación lanzó en septiembre del 2004 la iniciativa “Regis-
tro de Instituciones y Empresas libres de humo de tabaco”. El objetivo
de esta propuesta es fomentar los ambientes de trabajo libres de tabaco
ya que esta visto que los adultos pasan la mayor parte del día en el
ambiente laboral”.

D. Constitución de la Provincia de Córdoba


Tal cual hicimos con la Constitución Nacional, transcribiremos las normas
que en nuestra Constitución Provincial se ocupan del Derecho a la Salud,
adelantando que en este caso las referencias han sido más concretas y abun-
dantes.
Artículo 11.- “El Estado Provincial resguarda el equilibrio ecológico,
protege el medio ambiente y preserva los recursos naturales”
Artículo 20.- “Los derechos enumerados y reconocidos por esta Cons-
titución no importan denegación de los demás que se derivan de la
forma democrática de gobierno y de la condición natural del hom-
bre”
Artículo 59.- “La salud es un bien natural y social que genera en los
habitantes de la Provincia el derecho al más completo bienestar
psicofísico, espiritual, ambiental y social.
El Gobierno de la Provincia garantiza este derecho mediante accio-
nes y prestaciones promoviendo la participación del individuo y de
la comunidad. Establece, regula y fiscaliza el sistema de salud, inte-
gra todos los recursos y concreta la política sanitaria con el Gobier-
no Federal, Gobiernos Provinciales, Municipios e instituciones so-
ciales públicas y privadas.
La Provincia, en función de lo establecido en la Constitución Nacio-
nal, conserva y reafirma para sí la potestad del poder de policía en
materia de legislación y administración sobre salud.
El sistema de salud se basa en la universalidad de la cobertura, con
acciones integrales de promoción, protección, recuperación y reha-
bilitación de la salud, e incluye el control de los riesgos biológicos
sociales y ambientales de todas las personas, desde su concepción.
Promueve la participación de los sectores interesados en la solución
90 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

de la problemática sanitaria. Asegura el acceso en todo el territorio


Provincial, al uso adecuado, igualitario y oportuno de las tecnolo-
gías de salud y recursos terapéuticos.”
Artículo 66.- “Toda persona tiene derecho a gozar de un medio am-
biente sano. Este derecho comprende el de vivir en un ambiente físico
y social libre de factores nocivos para la salud, a la conservación de
los recursos naturales y culturales y a los valores estéticos que permi-
tan asentamientos humanos dignos, y la preservación de la flora y la
fauna……”.

E. Leyes Provinciales
Ley 7503 (B.O., 20/11/86): adhiere a las limitaciones de publicidad de la
Ley Nacional nº 23.344.
Ley 7827 (B.O., 19/1/90): Prohibición de fumar en los sitios de espacio
cerrado y de atención al público en los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judi-
cial provincial. Incluyó también la prohibición de fumar en transportes de pa-
sajeros de corta, media y larga distancia, y fija sanciones.
Ley 9113 “PROGRAMA PROVINCIAL PERMANENTE DE PREVEN-
CIÓN Y CONTROL DEL TABAQUISMO” (B.O., 17/6/03): Constituye un
verdadero avance en materia de normas reglamentarias aplicables a esta te-
mática.
En su capítulos I y V esboza un programa en materia de prevención del
tabaquismo, priorizando así una faz educativa y de toma de conciencia al res-
pecto, y fijando objetivos de prevención y política sanitaria.
En su capítulo II y III reitera la adhesión a los lineamientos de la Ley
Nacional 23.344 en lo referente a publicidad y comercialización respecto de
menores, pero extendiendo sus alcances.
El capítulo IV es novedoso, por cuanto establece pautas concretas de
protección al no fumador. Además, en su artículo 9 sienta una verdadera regla
de protección al no fumador.
El capítulo VI contempla las infracciones por la no observancia de sus dis-
posiciones, aplicando sanciones pecuniarias, arresto, decomiso de mercadería y
retiro de publicidad en infracción. Prevé incluso la posibilidad del “el retiro del
incumplidor del lugar, pudiendo, a ese efecto, requerir el auxilio de la
Fuerza Pública e informar a la Autoridad de Aplicación” (art. 13).
Tabaquismo y derecho a la salud 91

Decreto 1798 (B.O., 31/5/2005), reglamentario de la Ley 9113.


Resolución Ministerial 221/2009, Ministerio de Salud de la Provincia de
Córdoba. Aprueba el formulario de Denuncia de las infracciones a la ley 9113
y el procedimiento de Recepción y Trámite.
Resolución Ministerial 369/2007, Ministerio de Salud de la Provincia de
Córdoba: crea el “Registro de empresas e instituciones libres de humo de
tabaco en la Provincia de Córdoba”21. Este registro, cuyo ingreso es volunta-
rio y solicitado por las propias empresas e instituciones interesadas, constata y
certifica que no sólo en los espacio físicos de trabajo de las mismas (cerrados
o incluso abiertos) hay ausencia de humo de tabaco y que no se consume el
mismo, sino incluso en actividades que las mismas organicen tales como re-
uniones o incluso festejos.

F. Ámbito Municipal:
La Ley Provincial 9113 tuvo una amplia y positiva recepción a nivel muni-
cipal, ya que aproximadamente el 80% de los municipios de la Provincia ha
adherido a la misma, haciéndose eco de la invitación que a tal fin establece el
art. 20 de la norma citada22.
No obstante la adhesión al régimen citado, algunas municipalidades, como
en el caso de la Ciudad de Córdoba23, no sólo adhirieron al régimen provincial
sino que fueron aún más allá y ampliaron el campo regulatorio, al dictar su
propia normativa al respecto.
Esto no debe entenderse como una superposición de facultades (como
podría interpretarse de una primera lectura del primer párrafo del art. 9 de la
Ley 9113 y, a modo de ejemplo, el art. 1° de la Ordenanza Municipal n° 11.039).
Por el contrario, creemos que, siempre que se respeten los principios de la
Ley Provincial, estaremos frente a verdaderas Facultades Concurrentes que
tendrán como objetivo final la protección del Derecho a la Salud y el ejercicio,

21
Registro de empresas e instituciones libres de humo de tabaco en la Provincia de
Córdoba, www.cba.gov.ar/vercanal.jsp?idCanal=54518 (2/5/2009)
22
“Conferencia de TABACO O SALUD en la India” en www.cadena3.com.ar/
post_ampliado.asp?programacion=CADENA%203&sector=6&post=24299 (23/06/2009).
23
Mediante Ordenanza de la Municipalidad de Córdoba 10.620 del 08 de Julio de 2003.
92 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

en sus respectivos ámbitos de competencia, del poder de policía sanitario.


Citamos, en refuerzo de lo manifestado, lo dispuesto en la Constitución Pro-
vincial al referirse a los Municipios, Art. 186 “Son funciones, atribuciones y
finalidades inherentes a la competencia municipal” inc.7. “Atender las
siguientes materias: salubridad; salud... protección del medio ambiente”
inc. 9. “Regular el procedimiento administrativo y el régimen de faltas”, y
el Art. 192.- “Las Municipalidades deben prestar la cooperación requeri-
da por el Gobierno de la Provincia para cumplir la Constitución y sus
leyes”.

4. Conclusión Final

La Organización Mundial de la Salud (OMS) instauró en 1988 el Día Mundial


Sin Tabaco a celebrarse el día 31 de mayo año de cada año. Con ello pretende
centrar la atención en general sobre este importante problema de salud, y a la
vez propiciar actuaciones que aparecen como puntuales y que pueden llegar a
consolidarse e integrarse en el conjunto de estrategias para la prevención y
control del tabaquismo. Cada año propone tratar un aspecto distinto y especí-
fico del problema, avanzando así en dar una visión global de las numerosas
facetas y su complejidad que representa el consumo de tabaco24.
Como podemos advertir hasta con una simple lectura rápida de los párra-
fos precedentes, la evolución normativa generada a partir de mediados de la
década del sesenta, nos demuestra con meridiana claridad que la lucha contra
el Tabaquismo se ha convertido en una prioridad para la mayoría de los go-
biernos no tan sólo de aquellos países denominados “desarrollados” sino tam-
bién para estos otros que, no teniendo en su lista de prioridades sanitarias la
lucha contra este flagelo, han enmarcado acciones concretas tendientes a
crear nuevos hábitos saludables creando conciencia sobre los riesgos que re-
presenta el hábito de fumar, considerado como una adicción con profundas
implicancias en la calidad de vida de los seres humanos, que atenta no tan solo
contra su salud, sino, como quedo explicitado, contra todo el medio ambiente.

24
Universidad Blas Pascal, “Ambiente y Salud ¿Qué es el tabaco?” en www.ubp.edu.ar/
todoambiente/salud/tabaquismo.html (2/5/09).
Tabaquismo y derecho a la salud 93

Sabido es que el consumo de tabaco es una de las principales causas de


mortalidad en el mundo y por ello se viene desarrollando conciencia de las des-
ventajas del tabaquismo generando dependencia física, psicológica y social.
Tal cual hemos expresado, la protección del derecho a la salud y a un
ambiente saludable en el cual aquella pueda verificarse en plenitud no ha sido
pacífica en su evolución teórica, y mucho menos en su recepción normativa,
en donde no sólo han influido factores legales y culturales, sino también eco-
nómicos y de oportunidad.
Estimamos como positivo que la legislación actualmente en vigencia
conserve un propósito educativo y de prevención, el cual es fundamental.
Ello por cuanto una efectiva acción contra este verdadero flagelo necesita
de una población conciente de los riesgos que el consumo del tabaco impli-
ca; y celebramos que esas normas, en un necesario paso, hayan previsto
también deberes concretos en procura de tal objetivo y sanciones frente a
su inobservancia.
94 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Tabaquismo y derecho a la salud 95

EL DEBER DE CUIDAR LA SALUD

Rodolfo Nicolás Zavaley


María Agustina Jacinta Sommer

Sumario: 1. Introducción. 2. Restricciones a los derechos


fundamentales. 3. Los derechos fundamentales como principios. 4. El deber
del autocuidado de la Salud. 5. El deber de cuidar la salud en el MERCOSUR.
6. Constitucionalismo Provincial Argentino. 7. Conclusiones.

1. Introducción

El deber del autocuidado de la salud es en la actualidad una premisa de


vanguardia en el contexto de una creciente puja por ampliar cada vez más la
obligación de la prestación de salud a cargo del Estado y de los restantes
subsectores.
Sin embargo, caben preguntas tales como ¿Cuántas consultas médicas
pueden hacerse en virtud del derecho a la asistencia sanitaria cuando las cau-
sas de la preocupación no son absolutamente obvias o son sobrellevables; o
acaso imaginarios, el achaque o la dolencia? ¿A cuánta medicina preventiva
es lícito aspirar? ¿Un chequeo completo cada año con escrutajes, análisis de
todo tipo etc., sólo por lo aprensivo que es uno?1
Por otro lado, cuán abusivo resulta el accionar de una persona que no
cuida su salud y llega al hospital padeciendo de una enfermedad que cierta-

1
Cfr. PEÑA, Lorenzo y AUSÍN, Txetxu, “Cabe un abuso de los derechos positivos”, En
http://digital.csic.es (9/05/09).
96 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

mente se podría haber prevenido con una consulta al médico y el seguimiento


de meras recomendaciones.
Ahora bien, la pregunta que le sigue se plantea en el orden de la licitud de
limitar el ejercicio de un derecho fundamental reconocido en nuestra Constitu-
ción Provincial. Partiendo de la concepción del derecho a la salud como un
derecho personalísimo, sostenemos un quiebre necesario en el ejercicio del
mismo, que está dado por otro derecho personalísimo: la autonomía de la vo-
luntad.
El deber de cuidar la salud, así planteado, constituye en sí mismo un límite
al ejercicio del derecho a la salud. Lo que se busca evitar es que con motivo
de acciones o inacciones el sujeto haga un acto abusivo del derecho desvián-
dose del fin para el cual el mismo ha sido reconocido.
El deber de la salud está planteado en nuestra Constitución Provincial
como una limitación externa. No debemos pensar que lo que se está restrin-
giendo es la accesibilidad a los servicios sanitarios. Justamente, el ejercicio se
ve constreñido por el respeto que de los derechos de las demás personas se
tiene que tener, para posibilitar, de esta manera, con un carácter solidario el
acceso igualitario de todos a la salud.
Así, en este orden de ideas, se abordan cuestiones, que si bien son com-
plejas, demuestran que es iusfilosóficamente válido limitar el ejercicio de los
derechos personalísimos de raigambre constitucional.
Finalmente, forma parte de este trabajo, una reseña de la recepción de
este deber en las constituciones de las provincias argentinas; como así tam-
bién en las legislaciones de los estados integrantes del MERCOSUR, con el
propósito claro de mostrar el perfil aún mas marcado que tiene el deber de
cuidar la salud en el derecho comparado latinoamericano.

2. Restricciones a los derechos fundamentales

Si partimos de la concepción de que los derechos personalísimos, dentro


del cual se encuentra consagrado el derecho a la salud, no son ilimitados, el
planteo de cuáles son los límites válidos a esta clase de derechos es lo primero
que debemos abordar.
Si bien es el hecho de vivir en sociedad uno de los fundamentos de las
limitaciones externas al ejercicio de los derechos, “una norma puede ser una
El deber de cuidar la salud 97

restricción de derecho fundamental sólo si es constitucional. Si no lo es, su


imposición puede, por cierto, tener el carácter de una intervención pero no de
una restricción”2.
Parte de la doctrina clasifica en dos tipos a los límites de los derechos:
externos e internos. Si una actuación sale del ejercicio del derecho con el que
quiera ampararse, y se va más allá de los límites externos definidos en el
ordenamiento como deberes del agente o, lo que viene a ser igual, por los
correlativos derechos de otros se trata de un límite externo3. En cambio, los
límites internos son aquellos impuestos por la misma norma que reconoce el
derecho al fijar su contenido.
Además de lo expuesto, los derechos constitucionales de las personas
pueden sufrir serias limitaciones en ocasión de situaciones de necesidad y
emergencia. Bien sabido es que tal reglamentación a los derechos tiene topes
y debe estar debidamente fundamentada la situación de emergencia4.

2
ALEXY, Robert, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, Centro de Estudios Consti-
tucionales, Madrid, 1993. Título Original, “Theorie der Grundrechte”, Suhrkamp-verlag,1986.
Versión en castellano: Ernesto Garzón Valdés. Pág. 272. En el mismo sentido se pronuncia en
Tribunal Constitucional español cuando afirma en el fallo STC 058/1998: «que los derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución sólo pueden ceder ante los límites que la
propia Constitución expresamente imponga, o ante los que de manera mediata o indirecta se
infieran de la misma al resultar justificados por la necesidad de preservar otros derechos o
bienes jurídicamente protegidos (SSTC 11/1981, fundamento jurídico 7., y 2/1982, fundamen-
to jurídico 5., entre otras). Ni tampoco que, en todo caso, las limitaciones que se establezcan
no pueden obstruir el derecho fundamental más allá de lo razonable (STC 53/1986, fundamen-
to jurídico 3.). De donde se desprende que todo acto o resolución que limite derechos funda-
mentales ha de asegurar que las medidas limitadoras sean necesarias para conseguir el fin
perseguido (SSTC 62/1982, fundamento jurídico 5., y 13/1985, fundamento jurídico 2.), ha de
atender a la proporcionalidad entre el sacrificio del derecho y la situación en la que se halla
aquél a quien se le impone (STC 37/1989, fundamento jurídico 7.) y, en todo caso, ha de
respetar su contenido esencial (SSTC 11/1981, fundamento jurídico 10; 196/1987, fundamen-
tos jurídicos 4. a 6.; 120/1990, fundamento jurídico 8., y 137/1990, fundamento jurídico 6.)»
(STC 57/1994, fundamento jurídico 6.).
3
Cfr. PEÑA, Lorenzo y AUSÍN, Txetxu, Ob. Cit. (9/05/09).
4
En el fallo 9827/05. Obra Social De La Actividad De Seguros, Reaseguros, Capitaliza-
ción y Ahorro y Préstamo Para la Vivienda c/ Instituto Nacional De Servicios Sociales Para
Jubilados Y Pensionados s/ Incumplimiento De Prestación De Obra Social. 12/01/06, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación ha decidido que “Si graves circunstancias de perturbación
autorizan “el ejercicio del poder de policía del Estado, en forma más enérgica de que lo que
admiten períodos de sosiego y normalidad”, la norma de emergencia tiene que ser circunstancial
98 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Ligado a los límites externos, se plantean en el caso concreto dos extre-


mos, de un lado, el respeto por la libertad personal, del otro, la obligación
jurídica de no abusar del derecho. En este marco es que se plantea el deber de
cuidar la salud pero como un bien con impronta social, de modo que, de ningu-
na manera se invada la esfera de privacidad de la persona, pero tampoco
signifique un uso abusivo y extralimitado de los servicios de salud atentando
de esta manera contra la seguridad social.
El artículo 1071 del Código Civil configura el marco legal principal que
condena el ejercicio abusivo de los derechos. Lo que ley ampara es el ejerci-
cio regular de los derechos. Para caracterizar la conducta abusiva se ha adop-
tado un criterio finalista, con el agregado de directivas que hacen referencia a
las nociones de buena fe, moral y buenas costumbres (art. 1071, segundo
párrafo), pautas que nos permiten interpretar la conducta del titular del dere-
cho del que se trata5.
Importante sector de la doctrina considera que el acto abusivo requiere
para su configuración haber incurrido en dolo o culpa, o al menos que esa
imputabilidad pueda inferirse de la conducta objetiva del autor del abuso, como
animus nocendi 6 ínsito en el acto7.
Otros consideran que si bien es cierto que el acto abusivo suele ser ilícito,
no se requiere indispensablemente que estén presentes en todos los casos el

y temporaria (confr. Fallos: 136:171; 200:450; 202:456; SAGÜÉS, Néstor Pedro, “Derecho
Constitucional y Derecho de Emergencia”, L.L. 1990-D-1036). La emergencia es una excep-
ción a la regla, es una situación especial que permite apartarse de lo normal, por circunstancias
extraordinarias (confr. LORENZETTI, Ricardo, “La emergencia económica y los contratos”, ed.
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2002, p. 56).”
5
Cfr. “El Abuso del Derecho” por Luis M OISSET DE ESPANÉS publicado en: http://
www.acaderc.org.ar. (25/05/09).
6
Animus nocendi: Propósito de dañar o perjudicar. Se produce no sólo en la evidente o
violenta violación del orden jurídico a través del dolo, el fraude, la simulación y los delitos
contra personas y cosas, sino en la modalidad de ejercitar ciertos derechos. En http://
www.definicionlegal.com. (25/05/09).
7
En este sentido, la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de 2da Nominación
de Santiago de Estero en los autos “O.S.D.E c/ Cortes, Gabriel Alberto y otros” ha dicho que
“Abusar, es usar mal o indebidamente algo (en el caso la medida cautelar); y exceder, es
sobrepasarse, ir más allá de lo lícito o razonable. Estas expresiones configuran la ilicitud,,
como presupuesto para la procedencia de su aplicación”.
El deber de cuidar la salud 99

dolo o la culpa, sino que basta con que el acto exceda objetivamente los límites
fijados por el art. 1071 del Código Civil8.
Según Moisset de Espanés, en la jurisprudencia se distinguen dos catego-
rías de actos abusivos, por un lado, aquel que desde el punto de vista subjetivo
implica el ejercicio de un derecho con el solo propósito de causar un daño o
bien cuando se lo ejerce causando un daño sin obtener ningún beneficio. Por
otro lado, existe un criterio objetivo que distingue aquellos actos que son
antifuncionales, o contra las finalidades generales del derecho o, como expre-
sa el art. 1071 del Código Civil, contrarios a los fines que la ley tuvo en cuenta
al reconocerlo o, también, cuando el titular ejerce su derecho contrariando los
dictados de la buena fe desviándolo del fin para el cual el derecho ha sido
reconocido. Para el autor, para calificar el acto de antifuncional cabe prescin-
dir de la intensión maléfica y aún toda negligencia o culpa del agente, basta
con que ocasione a la otra parte un perjuicio anormal y excesivo9.

3. Los derechos fundamentales como principios

El abuso del derecho se presenta como un criterio para limitar la conducta


del titular: va a ser abusivo cuando su ejercicio sea contrario a los fines que la
ley tuvo en cuenta al reconocerlo. Ahora si entendemos a los derechos funda-
mentales como principios, el ejercicio del derecho a la salud va a consistir en
un grado de optimización de la conducta. De ahí que el deber que se imponga
al sujeto limitando su conducta va a consistir en una restricción que necesaria-
mente tiene que consistir en una norma.
Es importante distinguir entre normas de competencia y normas de prohi-
bición o mandato a los habitantes para comprender cuando una norma consti-
tuye una restricción de los derechos. Las primeras no constituyen ninguna
restricción sino tan solo fundamentan la restringibilidad de los derechos fun-

8
“Si la figura se redujese a las hipótesis de actos ilícitos, sería totalmente inútil, pues la
ilicitud fue siempre sancionada por nuestro ordenamiento jurídico”. En “El Abuso Del Dere-
cho” por Luis Moisset de Espanés publicado en: http://www.acaderc.org.ar. (29/05/09).
9
Cfr. MOISSET DE ESPANÉS, Luis, ob. cit.
100 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

damentales. Respecto a las segundas tiene importancia fundamental hablar


de reglas y principios10.
Una regla es una restricción de un derecho fundamental cuando, con su
vigencia, en lugar de una libertad iusfundamental prima facie o de un derecho
iusfundamental prima facie, aparece una no-libertad definitiva o un no-dere-
cho definitivo de igual contenido11. En cambio, un principio es una restricción
de derecho fundamental cuando hay casos en los cuales es una razón que
justifica la regla.
El filósofo alemán Robert Alexy deja sin lugar a dudas que los derechos
fundamentales “están restringidos y son restringibles sino también que su
restricción y restringibilidad son restringidas”12. De ello se sigue, que los
derechos no son ilimitados. En este orden de ideas, y partiendo de la concep-
ción de que las normas iusfundamentales constituyen en sí mismo principios,
podemos sostener que una restricción es válida: “si en el caso concreto a
principios opuestos les corresponde un peso mayor que al principio fun-
damental, la restricción va a ser admisible”13.
Ricardo Lorenzetti, de conformidad con la doctrina de Alexy14, señala que
así como el conflicto de reglas en un sistema codificado se resuelve en el
plano de la validez, cuando la colisión es entre principios intrasistémicos, se
requiere un análisis de capacidad argumentativa llamado juicio de pondera-
ción. El juicio de ponderación, a decir de Alexy, se guía por la siguiente premi-
sa: “Cuanto mayor es el grado de la no satisfacción o de afectación de
un principio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la satisfacción
del otro”15.
Es perfectamente posible presentar la situación de colisión de principios
en lo que respecta al deber de cuidar la salud. Ella se da cuando se habla, por
una parte, de la obligación de respetar la autonomía de voluntad y, por otra de
la obligación del mismo sujeto pasivo de cuidar su salud. Estos mandatos valen

10
Cfr. ALEXY, Robert, Ob. Cit. pág. 272
11
Ibidem.
12
Cfr. ALEXY, Robert, Ob. Cit. pág. 286
13
Ibidem.
14
SAUX, Edgardo Ignacio, Conflicto entre derechos fundamentales, acervo de la Academia
Nacional de Derecho y Cs. Sociales en http://www.acaderc.org.ar.
15
ALEXY, Robert, ob.cit. pág. 161
El deber de cuidar la salud 101

relativamente con respecto a las posibilidades fácticas y jurídicas de su cum-


plimiento. Si tan sólo existiera el principio que supone el cuidado de la salud,
estaría permitido violentar la autonomía de la voluntad. Tomados en sí mismos,
los dos principios conducen a una contradicción. Pero, esto significa que cada
uno de ellos limita la posibilidad jurídica de cumplimiento del otro. Esta situa-
ción no es solucionada declarando que uno de ambos principios no es válido y
eliminándolo del sistema jurídico. Tampoco se lo soluciona introduciendo una
excepción en uno de los principios de forma tal que en todos los casos futuros
este principio tenga que ser considerado como una regla satisfecha o no.

4. El deber del autocuidado de la Salud

En la Constitución de Córdoba se reconoce el derecho a la Salud de ma-


nera expresa, sobre todo a partir de la reforma de constitucional de 1987, que
renace con una impronta muy marcada de contenido social. La Constitución
de Córdoba trata este derecho de manera integral, como un derecho personal,
como un derecho social y como deber personal con una finalidad social.
La salud en Córdoba es reconocida como un derecho integral que com-
prende no sólo lo físico, lo espiritual, sino también lo social y ambiental. La ley
suprema provincial en su art. 59 adopta un concepto moderno y amplio; pues
este derecho le pertenece a todos los habitantes de la provincia, independien-
temente de cual fuera su nacionalidad. El texto constitucional le otorga al
Estado Provincial la obligación de tomar acciones positivas para garantizar el
derecho a la salud. Asimismo la Provincia se reserva y reafirma el poder de
policía en materia de salud (art 16 C.P. y art. 121 C.N) y el poder de restringir
y regular el derecho a la salud. (art. 19 C.Cba.)16.
La Sección Tercera de la Constitución Provincial de Córdoba, en su artí-
culo 38 enuncia los deberes de toda persona, entre los cuales expresamente
compele a todos los habitantes de la Provincia de Córdoba a “Cuidar su

16
Cfr. ZAVALEY, Nicolás, “Compilación de las Normas Basales del Sistema de Evaluación
Ética de la Investigación Biomédica en la Provincia de Córdoba” en ORTEGA, José Emilio
(Director) y Zavaley, Nicolás (Codirector), Práctica Jurídica de la Salud Pública, Ministerio
de Salud de la Provincia de Córdoba, 2008, pág. 110.
102 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

salud como bien social”. En concreto, la norma reza: “Los deberes de toda
persona son: inc. 9: Cuidar la salud como bien social”.
Como contrapartida de ese derecho a la salud, surge el deber de cuidar la salud.
Esta sección, incorporada en la parte dogmática de nuestra Carta Magna
provincial, luego de enumerar en el art. 19 los derechos personales nos lleva a
hacer distinciones en el orden de la filosofía jurídica y expresar con los cons-
tituyentes de la Convención de 1987 cuando citan a Carlos Cossio, que “Fa-
cultad y deber se coimplican”;”Pero el hecho de que estos conceptos
tengan la misma extensión lógica, en razón de su coimplicación, no quiere
decir que ambos piensen la misma significación en el dato común”17.
Esta distinción entre derecho y deber es una repetición de lo que disponía
aquella histórica Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hom-
bre que expresa: “El cumplimiento del deber de cada uno es exigencia del
derecho de todos. Derechos y Deberes se integran correlativamente en
toda actividad social y política del hombre. Si los derechos exaltan la
libertad individual, los deberes expresan la dignidad de esa libertad.
Los deberes de orden jurídico presuponen otros de orden moral que los
apoyan conceptualmente y los fundamentan”18.
Cuando hablamos del deber en particular, en el Diario de Sesiones de la
Convención Provincial Constituyente, la voz del Dr. Antonio María Hernández,
se hace escuchar cuando afirma que los fundamentos de los deberes se vin-
culan con tres aspectos: “en primer lugar, con la democracia; en segundo
lugar, con el concepto de lo que es el hombre; y en tercer lugar, con el
constitucionalismo social” 19.
Deberes, que como se puede observar en el derecho comparado, los mis-
mos ya estaban incluidos en las cartas magnas de la época de la reforma de
nuestra constitución: así la Constitución española de 197820.

17
“El concepto del facultad piensa en la libertad metafísica del “yo”, en su autodespliegue;
ya como señorío, ya como inordinación. Mientras que el concepto de deber piensa en los
hechos cumplidos por el “yo” en la inordinación”. Diario de Sesiones de Convención Provin-
cial Constituyente de 1987. Págs. 1584 y 1585.
18
El Preámbulo de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
adopta esta correlación entre derecho y deber.
19
Diario de Sesiones de Convención Provincial Constituyente de 1987. Págs. 1585 y 1586.
20
En la Constitución Española en su título primero cuando habla “De los Derechos y
Deberes Fundamentales”. en la Sección Segunda, en el artículo 30 inciso 4) expresa que median-
El deber de cuidar la salud 103

El Dr. Hernández cita en sus exposiciones a René Cassin quien al referir-


se a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre expresó: “Los
artículos 28 a 30 proclaman la existencia de deberes del individuo hacia
la comunidad, sin lo cual no podría expandir completamente su perso-
nalidad y hacia cada uno de los otros hombres. El individuo debe respe-
tar los derechos y libertades de los demás y aceptar para el ejercicio de
sus derechos las limitaciones impuestas por la moral, el orden público y
el bienestar en una sociedad democrática”21.
Cuando nos referíamos supra a que “Los deberes de orden jurídico
presuponen otros de orden moral que los apoyan conceptualmente y los
fundamentan” sostenemos que la salud es un bien que no se puede conside-
rar por sí mismo, sino en referencia precisamente a la vida que da sentido a la
salud. Por esta misma razón es que cuando hablamos del mandato de cuidar la
salud estamos poniendo la vida por encima del derecho a la autonomía perso-
nal. Así, la salud y el deber de preservarla, alcanzan una valencia social de
primera importancia que siempre se vivió en el caso de las epidemias y los
contagios, pero que en la actualidad es una parte sustancial de la atención
social a los ciudadanos por parte del Estado22.
El precepto de cuidar la salud encuentra legitimación en la ideología
solidarista propia del estado social de derecho conforme a la cual el individuo
tiene el deber de, por ejemplo, contribuir con los impuestos al estado, del que
se eximiría en caso de no curarse23.
En este orden de ideas, cuando la Constitución nos constriñe a realizar un
autocuidado de la salud enfatizamos que se trata de una limitación de carácter
externo. Se refiere en definitiva a un límite al ejercicio del derecho de la salud,
y no al contenido de este derecho24.

te ley podrá regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de graves riesgos, catástrofes
o calamidad pública”. Asimismo en el art. 43 regula en particular los derechos y deberes
respecto a la salud pública.
21
Diario de Sesiones de Convención Provincial Constituyente de 1987.
22
Cfr. PÉREZ-SOBA DIEZ DEL CORRAL, José, “Preservar la salud: capacidades y límites” en
http://es.catholic.net. (20/05/09)
23
Diario de Sesiones de Convención Provincial Constituyente de 1987.
24
En efecto, existe una fuerte presunción de que no son permisibles las medidas regresivas
adoptadas en relación con el derecho a la salud, como un mecanismo para despojar de conteni-
do cierto a las obligaciones de los Estados en materia de derechos humanos.
104 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

El autocuidado podría considerarse como la capacidad de un individuo


para realizar las actividades necesarias para vivir y sobrevivir. El autocuidado
es definido por como la práctica de actividades que los individuos inician y
realizan para el mantenimiento de su propia vida, salud y bienestar, haciendo
énfasis en la prevención de una mala salud. El autocuidado es una conducta
humana, un comportamiento aprendido que tiene las características de acción
intencionada. El autocuidado se produce a medida que los individuos se ocu-
pan en acciones para cuidar de sí mismos influyendo en los factores internos
y externos para regular su propio funcionamiento y desarrollo interno25.
Tanto en a doctrina como la jurisprudencia argentina en torno a la respon-
sabilidad por mala praxis se ha comenzado a hablar de la importancia de la
conducta de la víctima. En estos casos se pondera las acciones que el sujeto
realice o deje de hacer tendientes a preservar su salud. La conducta omisiva
se la considera una concausa en el daño que haya sufrido, toda vez que no
sólo es responsabilidad de los médicos sino propia también. Así lo tiene dicho
la jurisprudencia en un caso reciente: “Si bien en natural que el paciente
deposite su confianza en el médico emergentólogo y la médica clínica
que lo examinaron en su domicilio en Bs. As., también era de su propia
responsabilidad estar atento a la persistencia del dolor precordial y de
ambos miembros superiores, no obstante la medicación prescripta. El
paciente omitió el deber de preservar su propia salud, al no escuchar las
señales de su propio cuerpo y sin siquiera plantearse la posibilidad de
un eventual error de diagnóstico o bien de que éste fuera incompleto
ante la falta de práctica de un electrocardiograma que descartara una
dolencia o eventual crisis cardíaca. Tal es así que, en vez de ir con pre-
mura al consultorio de otro especialista de reputación reconocida o a un
hospital o clínica, le restó la debida trascendencia a la arritmia cardíaca
que motivó su internación en la Clínica de la Ciudad el 1998. Esta acti-
tud pasiva, de negación y de omisión también es reprochable a la vícti-
ma, más allá del grado de conocimientos que posea el paciente para
jerarquizar o relativizar los síntomas”26.

25
Cfr. CARBONE, Javier, “Importancia del auto cuidado en las enfermedades crónicas:
barreras que tenemos para ejercerlo” en http://www.aedip.com (27/05/09).
26
Cámara Nacional en lo Comercial, en los autos “V. F. M. L. c/ Diagnos S.A.M.A. s/
ordinario”, (21/4/2009).
El deber de cuidar la salud 105

5. El deber de cuidar la salud en el MERCOSUR

Es nuestro propósito efectuar una aproximación de la legislación en mate-


ria sanitaria en las constituciones de los países miembros del Mercosur. Esto
nos da una perspectiva de las semejanzas en el planteo del deber de cuidar la
salud en la diversidad legislativa.
La Constitución Nacional si bien no comprende en su articulado mención
alguna al derecho a la salud y menos aún del deber del autocuidado de la
salud, a pesar de la ausencia formal del reconocimiento del derecho a la Sa-
lud, es posible detectar que en ella se encuentran las bases implícitas para que
el Estado se ocupe de la atención de la salud.27 Así, los Arts. 41 y 42 de
nuestra Constitución Nacional sientan esas bases al tratar del derecho a un
medio ambiente sano y a la salud de consumidores y usuarios. Esta disposi-
ción, en concordancia con lo previsto en el artículo 33, en cuanto que “las
declaraciones, derechos y garantías no serán entendidas como nega-
ción de otros derechos y garantías no enumerados; pero que nacen del
principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de go-
bierno”, es coherente con lo acordado en Pactos y Convenios Internaciona-
les que hoy forman parte de nuestra Carta Magna (art. 75 inc. 22 CN). Así, la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su artícu-
lo XXXV establece que “Toda persona tiene el deber de cooperar con el
Estado y con la comunidad en la asistencia y seguridad sociales de acuer-
do con sus posibilidades y con las circunstancias”.
La Constitución de la República Oriental del Uruguay, en su artículo 44
expresa claramente que “Todos los habitantes tienen el deber de cuidar
su salud, así como el de asistirse en caso de enfermedad”. Llama la aten-
ción el hecho de que el Estado solamente proporcionará gratuitamente los
medios de prevención y de asistencia a los indigentes o carentes de recursos
suficientes.
La Constitución de la República Federativa del Brasil no incorpora expre-
samente el deber del autocuidado de la salud. El sistema de salud en Brasil
responde a un “Sistema Único de Salud” de acceso universal, con la participa-

27
Cfr. BIDART CAMPOS, Germán, “El derecho a la salud en las Américas. Estudio constitu-
cional comparado”, Publicación Científica, Fuenzalida Puelma, Hernán L y Scholle Connors,
Susan (ed.), Organización Panamericana del a Salud, Washington, 1989, págs. 29 a 31.
106 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

ción de los tres niveles de gobierno. La Carta Magna de Brasil legisla el dere-
cho a la Salud como un derecho del ciudadano y obligación del Estado, com-
plementado por un Sistema Privado de salud28.
En Paraguay, con la sanción de la nueva Constitución Nacional en 1992, se
declara en sus artículos 68 y 69 “que el Estado protegerá y promoverá el
derecho a la salud como fundamental, proveyendo las condiciones dentro
del Sistema Nacional de Salud, recursos, planes y políticas integradas al
desarrollo”. En ellos, de una manera indirecta, legisla este deber de cuidar la
salud al obligar a toda persona a “someterse a las medidas sanitarias que esta-
blezca la ley”, siempre en un marco de respeto a la dignidad humana.
Así, existe una Constitución dentro del Mercosur que impone al paciente
el deber de cuidar la salud expresamente; en el otro extremo, la Constitución
Argentina ni siquiera legisla entre sus derechos explícitos el relativo a la salud;
la constitución de la República Federativa de Brasil posee una tendencia mar-
cada a receptarlo como derecho sin expresarse sobre la obligación del
autocuidado; y por último, en la constitución de Paraguay se puede inferir la
potestad que otorga de reglar los alcances del derecho a la salud.

6. Constitucionalismo Provincial Argentino

No obstante, haber unanimidad de criterios en cuanto a la necesidad de


proteger y cuidar la salud de las personas, las constituciones provinciales han
adoptado distintos puntos de vista a la hora de elaborar las normas pertinentes
para lograrlo.
Por un lado, están las disposiciones que se enfocan en las políticas de los
Estados para promover la salud pública de sus pueblos que constituye la ma-
yoría de ellas, y por otro están las que lo hacen incluyendo el mandato de
cuidar la salud sin dejar de reconocer el correlativo derecho.

28
La Carta Magna de Brasil en su art. 196 establece: “La salud es un derecho de todos y
un deber del Estado, garantizado mediante políticas sociales y económicas que tiendan a la
reducción del riesgo de enfermedad y de otros riesgos y al acceso universal e igualitario a las
acciones y servicios para su promoción, protección y recuperación.” La constitución en su
última reforma de 1988 en la Sección II incorpora las directrices que ordenan el sistema único
de salud, como así también la iniciativa privada en salud.
El deber de cuidar la salud 107

Siguiendo la segunda de las tendencias, la Constitución de Santa Fe con-


tiene una cláusula programática en relación al cuidado personal de la salud:
“La Provincia tutela la salud como derecho fundamental del individuo e
interés de la colectividad. Con tal fin establece los derechos y deberes de
la comunidad y del individuo en materia sanitaria...” (art. 19). Asimismo,
en el mismo orden de ideas somete a las actividades profesionales afines a la
salud a la reglamentación de la ley para asegurarla.
Otro ejemplo claro dentro del constitucionalismo provincial es la Provincia
de Río Negro. En su articulado, dentro de la política previsional establece
expresamente el deber de cuidar la salud “… Los habitantes de la provincia
tienen derecho a un completo bienestar psicofísico y espiritual, debien-
do cuidar su salud y asistirse en caso de enfermedad… (art. 59)29.

7. Conclusiones

En la práctica, se presentan abusos en el ejercicio del derecho a la salud.


Aquél que sin necesidad utiliza el servicio de salud desmesuradamente está
abusándose de él. Pero también lo hace aquél que hace oídos sordos a las
recomendaciones que realizan los organismos encargados de la salud y no
cuida ni la propia salud ni la de los demás. En uno u otro caso el abuso debe
ser analizado en el caso concreto.
Tras exponer la idea del abuso de los derechos, llegamos a la conclusión
de que es ajustado a derecho afirmar que la autoridad pública debe ocuparse
de encauzar el ejercicio de ciertos derechos fundamentales, no sólo para res-
guardar la vida de los terceros, sino porque a este derecho le corresponde un
deber fundamental, cual es el de cuidar la propia salud para evitar un mal
mayor y permitir el acceso al servicio sanitario a aquellos que inevitablemente
necesitan.
Podemos concluir que en la evolución del pensamiento legislativo constitu-
cional y el que inspiró los diversos tratados internacionales que se han venido

29
Cfr. FERNÁNDEZ BALFHOR, Juana de Vigay y RICHENI DE BARRETO, Ma. del C, “El Equipo
Medico. Responsabilidad Del Estado”, I Jornada Interprovincial De Responsabilidad Civil
Del Medico en http://www.justiciachaco.gov.ar, (23/5/09).
108 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

ocupando de la materia, ha habido períodos en que ha predominado una visión


de salud pública, que paulatinamente ha dado paso a una visión que pone el
acento en la defensa de los espacios de libertad personales casi sin coto algu-
no. Esto ha dejado importantes vacíos que a la larga resultan en importantes
costos personales y sociales en materia de salud.
Es preciso, por ello, como dijimos al principio, hacer merecedores a los
cordobeses de un derecho a un acceso igualitario a la salud y para ello, este
servicio jurídico procurando interpretar la realidad en Córdoba, plantea la ne-
cesidad de desarrollar pautas de cumplimiento y control del deber correlativo
del autocuidado de la propia salud.
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 109

EMERGENCIA SANITARIA. PAUTAS Y


EFECTOS DE SU DECLARACIÓN

Rodolfo Nicolás Zavaley


Esteban Julián Soria Güidone

Sumario: 1. Introducción 2. Conceptualización de la emergencia y la


emergencia sanitaria en particular 2.1 Requisitos a Observar 3. Efectos de la
declaración de Emergencia Sanitaria 3.1 Algunos efectos en particular 3.2
Pautas a considerar en una Declaración de Emergencia Sanitaria 4. Ejemplos
5. Conclusiones.

1. Introducción

En los siguientes párrafos desarrollaremos una figura que, si bien no es


novedosa, ha cobrado en los últimos tiempos una relevancia sorpresiva: la
Emergencia Sanitaria.
Condiciones climáticas cambiantes, modificaciones abruptas producidas
por el hombre en la superficie de la tierra y en sus componentes, y la cada vez
mayor y más veloz conectividad de distintas comunidades a lo largo de todo el
globo producto del transporte de cosas y personas ha determinado que en las
últimas décadas se dispararan casos de enfermedades que en muchos casos
eran consideradas como controladas o incluso erradicadas, con las consiguien-
tes consecuencias que ellas implican tanto para la salud propiamente dicha,
como así también a la economía y posibilidades de progreso de las comunida-
des afectadas1. A ello se le deben sumar amenazas2 tales como el bioterrorismo,

1
“Las epidemias y las pandemias pueden presentar súbitas e intensas demandas en los
sistemas de salud. Exponen debilidades existentes en dichos sistemas y, además de sus efectos
110 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

el cual actúa como un verdadero potenciador de daños a la salud poblacional.


Además, las crisis económicas, tanto locales como aquellas cuyos efectos se
expanden a nivel mundial, implican serias restricciones en la implementación
de planes de salud consistentes y sustentables, lo cual es un caldo de cultivo
para la irrupción de epidemias cuyos alcances suelen extenderse más allá de
las fronteras del país originalmente afectado3.
Una correcta utilización de la figura de la emergencia deviene en funda-
mental, a fines de no convertir a esta útil (pero excepcional) herramienta en
una “primera opción” en casos en los que la salud pública se encuentra en
riesgo, sino de emplearla cuando verdaderamente las circunstancias lo de-
manden.
Es por ello que en el presente artículo, si bien conceptualizaremos la figura
de la emergencia, nos concentraremos fundamentalmente en elaborar una
serie de respuestas a cuestionamientos prácticos que pueden presentarse cuan-
do las autoridades competentes, enfrentadas a un supuesto en el que la salud
pública se encuentre comprometida, pueda determinar si es necesario o no
recurrir a esta figura. Y en caso afirmativo, buscaremos delinear cuáles son
las implicancias de tal decisión, esto es: qué es lo que la autoridad pública
puede realizar en una situación declarada de emergencia, a diferencia del
ejercicio ordinario de sus atribuciones.

y mortalidad, pueden interrumpir la actividad económica y el desarrollo” en www.who.int/


csr/en/ (25-05-09).
2
Utilizamos aquí el concepto de Amenaza de la ONU - “Estrategia Internacional para la
Reducción de Desastres” como todo evento físico, potencialmente perjudicial, fenómeno y/o
actividad humana que puede causar la muerte o lesiones, daños materiales, interrupción de la
actividad social y económica o degradación ambiental. Estos incluyen condiciones latentes que
pueden derivar en futuras amenazas/peligros, los cuales pueden tener diferentes orígenes:
natural (geológico, hidrometeorológico y biológico) o antrópico (degradación ambiental y ame-
nazas tecnológicas). Las amenazas pueden ser individuales, combinadas o secuenciales en su
origen y efectos. Cada una de ellas se caracteriza por su localización, magnitud o intensidad,
frecuencia y probabilidad. www.eird.org/esp/terminologia-esp.htm (25/5/09).
3
www.paho.org/Spanish/DD/PED/NL111s.pdf (25/5/09).
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 111

2. Conceptualización de la emergencia y la emergencia sanitaria en


particular

Pocos institutos han tenido un empleo tan extenso y dudoso en nuestro


país como el de la “emergencia”. Su utilización en los más diversos ámbitos
(economía, salud, habitación, recursos hídricos, etc.) 4 ha contribuido negativa-
mente a desdibujarlo, haciendo que sus límites sean cada vez menos claros
con respecto al ordenamiento legal ordinario y, fundamentalmente, a debilitar
las barreras que deben sortearse para poder proceder a su empleo.
Podemos intentar establecer un concepto genérico de lo que entendere-
mos por “emergencia”, en sentido amplio. Advertimos desde ya que tal tarea
no es en modo alguno sencilla, ya que básicamente deberá apuntarse a deter-
minar cuáles son las circunstancias fácticas que hacen posible la declaración
del estado de emergencia5.
Se ha dicho que “hay también otras situaciones que se asocian a ur-
gencia, al tiempo que se oponen a sosiego y normalidad para las cuales
el sistema del Derecho común no tiene prevista una respuesta de carác-
ter general, pues no admiten su tratamiento por los carriles previstos.
Son las denominadas situaciones de emergencia, es decir, las que se dan
cuando una situación de hecho desborda los cauces normales de la vida
institucional de una comunidad y al producirse genera un funcionamiento
especial de la maquinaria estatal que hace uso de sus atribuciones para
enfrentarla, tiene aptitud para causar un mal y hace preciso actuar sin
dilaciones para conjurarlo o evitar males mayores mediante la adopción
de algunas medidas perentorias que desbordan la normalidad del sistema
y pueden llegar a poner en compromiso sus propias bases; se considera
estado de emergencia a la situación oficialmente declarada de grave peli-
gro por conflictos sociales, catástrofes naturales u otras razones”6.

4
“Las normas que se fundan en la emergencia han tenido en nuestro país un desarrollo
inusitado. Las diversas declaraciones de estados de emergencia y normas fundados en ellos
han ocupado y ocupan buena parte de la legislación” (GUARINONI, Ricardo Víctor “La emer-
gencia y los jueces” en Sup. Emergencia Económica y Teoría del Derecho, 06/08/2003, 56 - La
Ley2003-E, 1112).
5
GUARINONI, Ricardo Víctor, ob. cit.
6
ALTERINI, Atilio Aníbal ¿Hay dos derechos, uno de la normalidad y otro de la emergencia?
en Sup. Esp. La emergencia y el caso Massa, 22/02/2007, La Ley.
112 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

De modo más laxo, pero vinculado al ámbito sanitario, se ha definiendo a la


Emergencia como a “toda condición amenazante que requiere acción inmediata”.
Vemos que el tratar de definir a la emergencia deviene en muchos casos
en una contradicción (que, como se verá, no es tal). Esto es: ¿cómo podemos
definir de antemano a algo que, por su naturaleza, revestirá las características
de ser excepcional? Estimamos que no debe centrase el foco de atención en
el concepto, sino más bien en las características de determinados supuestos
fáctico lesivos a la salud pública (el tema que nos compete aquí) y en la rela-
ción existente entre sus efectos y los medios disponibles para afrontarlos.
A modo de un primer esbozo, diremos que es posible hablar de una Situa-
ción de Emergencia Sanitaria7 cuando uno o más supuestos fácticos, presen-
tes o inminentes, independientemente de su origen, se manifiesta con una in-
tensidad y extensión tal que, luego de una evaluación técnica, interdisciplinaria
e interjurisdiccional, lleve a la autoridad competente a concluir que aún ago-
tando los medios y recursos con que habitualmente cuenta mediante los cana-
les de acción ordinarios (y su proyección a futuro), no le será posible afrontar-
la con éxito.
Hacemos también referencia a la “inminencia” por cuanto no debe ex-
cluirse de la posibilidad de una declaración preventiva si, luego de los corres-
pondientes análisis técnicos, se determina que el acaecimiento del fenómeno
en cuestión superará los medios disponibles para enfrentarlo.

2.1 Requisitos a Observar

Tal cual detallamos supra, no cualquier situación fáctica conflictiva que


ponga en peligro derechos reconocidos por la Constitución Nacional habilita a
recurrir a la figura de la emergencia. No se trata de un mecanismo de res-
puesta automático de cuya verificación se derive, indefectiblemente, una de-
claración de emergencia. Pero vamos más allá aún, y decimos que la verifica-
ción de esos supuestos aludidos no bastará para poder invocar esta situación8

7
A través de este concepto priorizamos los extremos a verificar por sobre los términos.
Creemos que la emergencia sanitaria es un instituto esencialmente dinámico y cambiante.
8
“Debe tenerse en cuenta que no hay una necesidad conceptual o empírica de enfrentar la
emergencia siempre por medios excepcionales” GUARINONI, Ricardo Víctor, ob. cit.
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 113

la doctrina se ha manifestado genéricamente sobre cuáles son las pautas a


tener en consideración previo a la utilización de la figura de la emergencia9:

- Excepcionalidad y gravedad: la emergencia, dado su carácter ex-


cepcional y exorbitante de las condiciones comunes y habituales en el
desenvolvimiento social, implica una situación de hecho que presenta
una faceta arrolladora de los cimientos mínimos de la estabilidad so-
cial. Sólo una situación de extrema gravedad puede autorizar las medi-
das excepcionales que integran el derecho de la emergencia, pues, de
lo contrario, bastan los poderes normales atribuidos a los órganos del
Estado.
Este es tal vez el punto más álgido de la temática, ya que conlleva un
análisis eminentemente técnico al respecto. No basta su invocación,
estimamos que debe estar fundado y suficientemente explicitado el
por qué un determinado supuesto fáctico lesivo reviste las caracterís-
ticas de ser excepcional y grave, más allá de patrones que puedan ser
considerados como normales o esperables, en especial al tratarse de
enfermedades.

- Provisoriedad y temporalidad: no basta con que el supuesto fáctico


sea excepcional y grave. Será necesario también que las restricciones
a que llevará la aplicación de la figura de la emergencia vayan a ser
esencialmente provisorias. “En esta línea, cabe recordar la enseñanza
de Linares Quintana cuando afirma que “... cuando la excepción se
convierte en regla es que la anarquía o el despotismo han reemplazado
al orden constitucional”.
Si las medidas para enfrentar ese supuesto fáctico se implementan
con carácter de permanentes, entonces deberá, una vez solucionada la
emergencia, o durante su tratamiento, recurrirse a los instrumentos
ordinarios para incorporarlas al ordenamiento vigente. La noción de
una norma de emergencia, esencialmente efímera, con “efectos per-
manentes” deviene en una contradicción absurda.

9
JUNYENT BAS, Francisco - LALLIYA, Sandra E “La Emergencia ¿Una excepción permanen-
te? A propósito de la Emergencia Sanitaria Nacional y la nueva prórroga dispuesta por Ley
25.972” en La Ley2005 B, 1218
114 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

- Razonabilidad: debe existir una adecuada relación entre las restric-


ciones a imponer, con los objetivos a lograr y, fundamentalmente, con
la forma o extensión en que los derechos serán afectados. “es esencial
que el órgano de poder exprese los motivos que fundamentan el acto
declarativo de tales medidas para que el Poder Judicial pueda ejercer
el control de constitucionalidad que asegura su razonabilidad a fin de
respetar la “tutela judicial efectiva”, art. 8 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos y art. 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos”.

- Superación de los recursos y medios de que se dispone: tal cual


adelantáramos, aún la verificación de los extremos detallados no habi-
lita por sí mismo a recurrir a la figura de la emergencia sanitaria. No
es, como advirtiéramos, un mecanismo de respuesta automática. Para
la procedencia de su aplicación, es condición que la utilización de los
recursos (financieros - humanos - materiales) y mediante los canales
de acción ordinarios, no le será posible a la autoridad pública afrontar
la amenaza con éxito.

La declaración de emergencia debe ser ponderada con criterio restrictivo,


por cuanto implica una situación de excepción que afectará derechos recono-
cidos por la Constitución. Así, estimamos que si de la ponderación de la ame-
naza y de la evaluación de los recursos disponibles a la fecha (o su gradual
incremento a futuro), se concluye que la misma puede ser enfrentada con
éxito, no se torna necesario recurrir a la declaración de emergencia, aún cuando
tal amenaza encuadre en los requisitos de excepcionalidad y gravedad. Inclu-
so si el fenómeno lesivo tuviera potencialidad de permanencia en el tiempo,
deberá analizarse si, a través de los canales habituales, puede preverse la
incorporación de refuerzos suficientes a futuro (no debe confundirse tampoco
la necesidad de una acción prioritaria en el ámbito de la Salud con la necesi-
dad de declarar una emergencia).
En este tópico deviene fundamental la planificación y la prevención. Un
equipo de salud capacitado, dotado de los recursos necesarios, acompañado
de una actividad estatal preventiva en todo aspecto10, podrá enfrentar la ma-

10
Mediante la erradicación de potenciales fuentes infecciosas, para lo cual la articulación
Provincia-Municipios es fundamental; con acciones conjuntas con autoridades migratorias
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 115

yoría de las amenazas preventivamente (la denominada “Alerta Temprana”,


consistente en el conocimiento y mapeo de amenazas; monitoreo y pronóstico
de eventos inminentes; proceso y difusión de alertas comprensibles a las auto-
ridades políticas y población; así como adopción de medidas apropiadas y
oportunas en respuesta a tales alertas ), en condiciones de normalidad, y pre-
viendo los pasos a seguir, haciendo que la declaración de emergencia sanitaria
se reserva para aquellos casos en los que verdaderamente sea necesaria.
Sino, toda amenaza se tornará en “excepcional”, y al no estarse preparados
para enfrentarlas, se potenciará el círculo vicioso de permanentes declaracio-
nes de emergencias que en nuestro país ha reemplazado, en muchos casos, a
la planificación ordenada.

3. Efectos de la declaración de Emergencia Sanitaria

Siguiendo la línea planteada al comienzo del presente artículo, analizare-


mos ahora los efectos de una declaración de emergencia sanitaria. Buscamos
aquí responder al siguiente interrogante: qué es lo que podría hacer la autori-
dad pública en el marco de una emergencia sanitaria, a diferencia de su accio-
nar ordinario en un contexto de normalidad.
Marquemos aquí un límite: no existe un derecho de la emergencia por
sobre la Constitución:
“En este sentido, ha establecido reiteradamente la Corte Suprema
que el estado de emergencia no crea potestades ajenas a la Constitu-
ción sino que permite ejercer con mayor profundidad y energía los
que ella contempla, llevándola más allá de los límites que son pro-
pios de los tiempos de tranquilidad y sosiego”11.
“Las restricciones son admisibles a fin de proteger el interés público
en presencia de desastres o graves perturbaciones de carácter físico,
económico o de otra índole, siempre que no se altere la sustancia de

(identificando posibles vías de entrada de infecciones transmisibles a las personas); a través de


campañas de educación a la población; etc.
11
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, sala Civil y Comercial, 22/09/
2004, Rosales, Guillermo A. c. D.I.P.A.S.
116 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

los derechos. Toda “restricción debe ser razonable, limitada en el


tiempo, un remedio y no una mutación en la sustancia o esencia del
derecho adquirido por sentencia o contrato, y está sometida al con-
trol jurisdiccional de constitucionalidad, toda vez que la situación
de emergencia, a diferencia del estado de sitio, no suspende las ga-
rantías constitucionales”12.
La declaración de emergencia no puede ser el pretexto de creación de un
marco de excepción, con el propósito de substraer a las autoridades públicas
de los debidos controles y limitaciones a sus atribuciones en pos de la protec-
ción de los derechos y garantías tutelados por la Constitución. Por el contra-
rio, debe ser un modo de potenciar sus atribuciones para la mejor defensa de
esos derechos, mediante acciones que, por el carácter excepcional, temporal
y necesario de las circunstancias, devienen en tolerables, así como las consi-
guientes limitaciones que las medidas a adoptar impliquen a esos derechos, en
tanto superen el juicio de razonabilidad:
“la ley de emergencia moviliza poderes del Estado de índole excep-
cional, cuyo ejercicio es legítimo en esos momentos extremos, pero no
en períodos normales. Puesto en otros términos, si graves circunstan-
cias de perturbación autorizan “el ejercicio del poder de policía del
Estado, en forma más enérgica de que lo que admiten períodos de
sosiego y normalidad”, la norma de emergencia tiene que ser circuns-
tancial y temporaria (cfr. Fallos 136:171; 200:450; 202:456; Sagüés,
Néstor Pedro, “Derecho Constitucional y Derecho de Emergencia”,
L.L. 1990-D-1036).
En igual sentido, se ha señalado que la emergencia es una excepción
a la regla, es una situación especial que permite apartarse de lo
normal, por circunstancias extraordinarias (cfr. Lorenzetti, Ricardo,
“La emergencia económica y los contratos”, ed. Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 2002, p. 56).”13.
Demás está decirlo, la declaración de emergencia no puede tampoco ser
la vía de subsanación de procesos de salud mal planificados, de falencias

12
ALTERINI, Atilio Aníbal “¿Hay dos derechos, uno de la normalidad y otro de la emergen-
cia?” en Sup. Esp. La emergencia y el caso Massa, 22/02/2007, 3
13
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, sala I, 30/11/2006,
Actuar Med S.A. c. Obra Social de la Dirección Nacional de Vialidad, La Ley 10/4/2007, 4 - La
Ley 2007-B, 643
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 117

económicas en el sistema, o de corrección de fallas en su implementación.


Igualmente, tal potenciamiento de atribuciones debe implicar un mayor rigor
en la evaluación de lo actuado bajo tales circunstancias, a fin de evitar abusos.

3.1 Algunos efectos en particular

Dado que nos es imposible analizar este punto en abstracto, por cuanto
deberíamos estar frente a una declaración concreta a fin de determinar sus
alcances, buscaremos referirnos a algunos efectos que se observan en el de-
recho comparado14, a fin de prever su posible utilización.
Si bien las restricciones concretas a derechos de los habitantes (en el caso
que la amenaza lo requiera, claro está) variarán según el caso, suele preverse
la consideración preventiva de las siguientes restricciones en caso de amena-
zas a la salud pública:
- Cierre de establecimientos públicos o privados destinados a recepcionar
público. En este punto, estimamos que se estaría frente a un ejercicio poten-
ciado del poder de policía, por lo que su implementación no debería presentar
mayores inconvenientes.
- Descontaminación de ámbitos públicos y privados; cierre de ámbitos
privados no dirigidos a recepcionar público (hogares particulares, oficinas, clu-
bes, etc). Este puede representar uno de los tópicos más complejos. La nor-
mativa de derecho comparado analizada exige el consentimiento del propieta-
rio para el ingreso a domicilios particulares, y la correspondiente orden judicial
frente a su negativa. Estimamos que tal criterio debe imponerse entre noso-
tros, para lo cual será necesaria la máxima cooperación entre la autoridad
pública y judicial.
- Secuestro de mercadería, objetos, productos, etc. para descontamina-
ción o destrucción. Nuevamente, estamos frente a atribuciones ya contempla-
das en los códigos de faltas provinciales y municipales. Es de advertir que aun

14
“The Turning Point Model State Public Health Act - a tool for assessing public health
laws” en www.publichealthlaw.net (25-05-09), y las conclusiones extraidas de “A Pandemic
Influenza EXERCISE FOR THE EUROPEAN UNION” en www.ec.europa.eu/health/
ph_threats/com/common.pdf (25-05-09)
118 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

en estos supuestos debe preverse la compensación sufrida por parte de los


propietarios y/o administradores de los lugares en cuestión.
- Control o cierre de vías de comunicación, a fines de evitar el ingreso a
áreas afectadas por sucesos naturales o amenazas biológicas; o la propaga-
ción de enfermedades o agentes contaminantes. Una medida temporal, deli-
mitada en su alcance, debidamente informada y con el único propósito de
resguardo de la salud pública no colisionaría con las disposiciones constitucio-
nales sobre libre tránsito. En igual sentido nos expedimos sobre las restriccio-
nes de viajes hacia o desde el exterior, por cualquier vía.
- Restricciones al funcionamiento de escuelas, dependencias públicas pro-
vinciales o municipales, espectáculos y/o concentración de público, etc. Aquí
es donde se evidencia una vez más la necesidad de actuación interjurisdiccional
a fin de lograr acciones eficaces, no obstaculizadas por cuestiones de compe-
tencia ni de implementación.
- Control de inhumaciones y cremaciones en casos de epidemias o catás-
trofes. La normativa analizada contempla la inmediata disposición de restos
humanos afectados, pero, llamativamente, invita a consideración de las creen-
cias de los deudos, en la medida de lo posible.
- Implementación de controles sanitarios obligatorios y vacunación
compulsiva
- Compra directa de medicamentos o vacunas. Una situación de emer-
gencia habilitaría a apartarse del principio de selección en materia de contra-
taciones del Estado. Sobre este punto, remarcamos que la excepcionalidad de
la medida debe tener su correlato en la severidad de la rendición de cuentas
sobre lo actuado, ya que tal obligación no cesa.
- Cuarentena o aislamiento: en los casos en que, para evitar la propagación
de enfermedades se torne necesario adoptar estas medidas, las mismas deben
ser lo menos restrictivas posibles, y desarrollarse en ámbitos adecuados.
- Toma de datos en laboratorios y acceso a registros médicos: Este su-
puesto es esencialmente problemático, ya que si bien el acceso a esos datos
se hace en el marco de una emergencia, intrínsecamente temporal, las conse-
cuencias del manejo negligente de tales datos pueden devenir en permanen-
tes. Creemos que todo registro o dato que llegue a conocimiento de la admi-
nistración en el marco de una emergencia sanitaria debe ser tratado con el
máximo de los secretos, y una vez superada, restituidos a sus titulares o des-
truidos. Del mismo modo, pensamos que el deber de confidencialidad de los
profesionales de la salud puede ser dispensado en tales supuestos (de hecho,
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 119

el propio Código Penal hace referencia a la existencia de “justa causa” como


eximente de la aplicación de la pena allí prevista en el caso del delito de viola-
ción de secretos).
- Obligación de prestar servicios o de continuar prestándolos, tanto en el
caso de agentes públicos como en el caso de ciudadanos particulares. No
caben mayores consideraciones en el caso de los agentes públicos: en el caso
de la Provincia de Córdoba, la obligación de prestar servicios por parte de sus
agentes tato en las circunstancias normales como de fuerza mayor tiene ex-
presa contemplación legal (el art. 17 inc. a, d y u. En el caso específico de la
Ley 7625, el art. 112 inc. a, d y n). Para el caso de los particulares, estimamos
que sus servicios pueden ser requeridos bajo el concepto de carga pública, en
tanto las tareas a realizar sean compatibles con su formación y condiciones,
con adecuada provisión de insumos y capacitación, y reconociéndosele el de-
recho a una compensación por su tiempo.
Aquí se platea también el derecho de la autoridad pública a rechazar la
renuncia de sus agentes hasta tanto las condiciones que motivaron la declara-
ción de emergencia sean superadas:
“Corresponde admitir la medida de no innovar interpuesta en el
marco de una acción de amparo a fin de que la Provincia de Neuquén
se abstenga de aceptar la renuncia de dos anestesiólogos de un noso-
comio público hasta tanto pueda reemplazarse su trabajo en el hospi-
tal, dado que frente a la crisis del sistema de salud de la provincia se
acreditó con suficiente verosimilitud que el cese de los profesionales
renunciantes podría ocasionar daños irreparables en la salud de
pacientes que requieren indispensablemente de sus servicios, desde
que ellos aparecen como los únicos en condiciones de paliar en algu-
na medida la situación planteada, pues, el derecho a trabajador o
dejar de hacerlo que los asiste está sujeto a las limitaciones que cir-
cunstancias excepcionales como la planteada puede imponer, máxi-
me si se encuentran constreñidos por el código de ética que rige su
actividad a no abandonar sus indispensables funciones antes de po-
der ser reemplazados adecuadamente”.Cámara de Apelaciones en lo
Civil del Neuquén, 12/09/2007, Defensora del Niño y del Adolescente
c. Provincia del Neuquén, L.L.Patagonia 1/1/1900, 1371
120 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

3.2 Pautas a considerar en una Declaración de Emergencia Sanitaria

Sugeriremos aquí una serie de aspectos que, a tenor de lo expuesto en los


párrafos precedentes, estimamos que no debe faltar en una declaración de
emergencia sanitaria,
- Fondos y recursos: Con qué fondos se afrontará la crisis. Cómo se
procederá a su uso durante la emergencia, quién controlará lo gastado durante
ese período, etc.
- Objetivos: no basta una mera mención del supuesto fáctico lesivo; cree-
mos que debe dejarse específicamente detallados los objetivos a alcanzar
mediante la declaración de emergencia. Qué amenaza se combatirá, cuál es
el segmento poblacional afectado (si pudiera determinarse), etc.
- Límite temporal: tal cual se expresó, hace a la naturaleza misma de la
emergencia su temporalidad. El plazo no debe ser arbitrario, sino consecuente
con la amenaza y las estimaciones que se efectúen sobre su tratamiento.
Estimamos que las prórrogas son procedentes en tanto sean razonables, pro-
curen ir “liberando” las restricciones a derechos que hubiere impuesto.
- Límite espacial: en la medida en que sea posible, debe determinarse en
qué áreas serán aplicables las restricciones analizadas, a fin de que los habi-
tantes puedan preverlas.
- Límite material: Cuál es el supuesto fáctico que, por amenazar de modo
actual o inminente, y con las características descriptas, al Derecho a la Salud,
se torna indispensable enfrentar.
- Coordinación con otras fuerzas - Acuerdos y convenios: Ya hemos
resaltado la importancia fundamental de que los esfuerzos para enfrentar
amenazas a la salud pública sean interjurisdiccionales y multisectoriales. Ca-
recería de sentido contar con la mejor norma de emergencia si su
implementación deviene imposible por cuestiones de competencia. Conside-
ramos que los Gobiernos Provinciales deben, preventivamente, celebrar acuer-
dos de cooperación con las órbitas nacionales y municipales a fin de estable-
cer un marco de cooperación.
- Designación de autoridad y facultades: debe estar claramente esta-
blecido qué autoridad coordinará los esfuerzos y tendrá a su cargo la direc-
ción de las medidas a adoptar.
En los casos en que sea absolutamente necesario limitar o restringir el
ejercicio de derechos por parte de los habitantes, creemos conveniente dejar
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 121

sentado específicamente cuáles serán, a fin de evitar alusiones vagas, materia


de conflicto.
- Forma de la declaración: Dado que en nuestra Provincia no se ha
previsto la delegación legislativa al estilo de art. 76 de la Constitución Nacio-
nal, y por la entidad de los derechos y obligaciones en juego, entendemos que
la declaración de emergencia debería (en los casos en que los tiempos legisla-
tivos lo permitan) efectuarse por Ley (art. 104 de la Constitución Provincial,
inc. 41). No obstante ello, entendemos que en determinados casos de excep-
cional gravedad y urgencia, el Poder Ejecutivo puede (y debe) declararla
mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, con las consideraciones ver-
tidas, máxime cuando el mismo tendrá el correspondiente tratamiento legisla-
tivo posterior. Sin embargo, y sin perjuicio de lo expresado, consideramos que
en aquellos casos en que el recurrir a esta figura, luego del correspondiente
análisis y valoraciones señaladas, no implique una restricción de derechos
reconocidos en la Constitución, sino que tan solo signifique un reordenamiento
de medios disponibles a efectos de hacer frente al supuesto fáctico lesivo,
podría recurrirse a la figura de la Resolución Ministerial. En este grupo inclui-
mos a la “Alertas Sanitarias”, las que, sin implicar el uso de la figura de la
Declaración de Emergencia, ponen en marcha mecanismos preventivos y pre-
paratorios, reforzando las capacidades ya existentes.

4. Ejemplos

Nos expediremos brevemente sobre tres instrumentos legales de la Pro-


vincia de Córdoba, que reflejan acabadamente los principios aquí desarrolla-
dos:
La Resolución N° 200 del Ministerio de Salud de la Provincia, de fecha 1
de abril de 2009, la cual se dictó con motivo de la aparición de numerosos
casos de virus del Dengue que comenzaron a registrase en los primeros me-
ses del año. Lo destacado es que, en coincidencia con los lineamientos plan-
teados en los párrafos precedentes, no se recurrió a la Declaración de emer-
gencia como “primera opción” sino que consistió en un Alerta Sanitario, a fin
de actuar de forma preventiva, poniendo especial énfasis en las tareas de
preparación (art. 5°). Es igualmente de resaltar que las medidas a tomarse,
según lo expresado en los Considerandos de la misma, debían tener el carác-
ter de “integrales”
122 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

En sentido similar, la Resolución N° 257 del 27 de abril de 2009 implicó la


Adhesión a la declaración de Alerta para Vigilancia y Control, formulada por
la OMS., ante el aumento de casos de gripe (influenza A H1N1). Destacamos
este instrumento no sólo por su naturaleza netamente preventiva y preparato-
ria, sino también porque implica llevar la noción de integralidad y coordinación
en el tratamiento de un riesgo sanitario a niveles internacionales.
Finalmente, y confirmando nuestras apreciaciones al esbozar un concepto
de Situación de Emergencia Sanitaria, la reciente Resolución 398 del 16 de
Junio de 2009 dispuso la declaración de emergencia sanitaria “en el segmen-
to de atención primaria de la salud en el ámbito jurisdiccional corres-
pondiente a la ciudad de Córdoba” (art. 1°). Ha delimitado con precisión el
ámbito material, espacial y temporal de vigencia de la declaración; y tiene
carácter preventivo. Aquí, el motivo de la misma no fue una razón sanitaria
propiamente dicha, sino una situación de hecho cuya no ponderación a tiempo
derivaría, en lo inmediato, en un desborde de las capacidades de prestación de
los centros de salud y personal ya existentes en el ámbito espacial especificado.
En consonancia, podemos citar las recientes Alertas Sanitarias emitidas
en el Orden Nacional por el Ministerio de Salud de la Nación “ALERTA
EPIDEMIOLÓGICO POR GRIPE PORCINA EN MEXICO” del 25/04/
2009 15 y “RECOMENDACIONES PARA VIAJEROS POR GRIPE
PORCINA EN MEXICO”16 del 26/4/2009, dirigidas tanto a los responsables
del tránsito aéreo. Son de interés por cuanto no se limitaron a una mera enun-
ciación del objeto de la alerta, sino que además acompañaron instrucciones
concretas a observar por parte de los viajeros.

5. Conclusiones

En este trabajo hemos partido de la premisa que el estado de emergencia


es una institución del Estado de Derecho, que obra como garantía jurídica
para preservar un derecho fundamental de los ciudadanos frente a situaciones
de crisis, generando reglas acordes con el estado de excepcionalidad.

15
Informe Nº 4 - Brote de gripe porcina en Mexico DIREPI \ ALERTA \ J10-J22 \ 5.2009
16
Dirección de Epidemiología - Aviso Para Viajeros - Brote De Gripe Porcina En México
Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración 123

Ahora bien, del análisis histórico de las normas jurídicas del derecho pa-
trio que declararon la emergencia en cualquier campo (económico, social,
sanitario, etc), sancionadas en distintos momentos y con base en disímiles
motivaciones, surgen como comunes denominadores, dos aspectos, por una
parte su añeja raigambre en el derecho positivo argentino y, por otra, su for-
mulación a través de una adusta técnica legislativa, limitada a la declaración
de emergencia en un determinado ámbito, área o región territorial; la fija-
ción más o menos cierta del plazo de su vigencia y la enumeración de medi-
das de acción con mayor o menor precisión. Es un instituto nominado, pero
que carece de tipicidad técnico legislativa.
Esta caracterización dio pie a la formulación de nuestra hipótesis de traba-
jo, en orden a la identificación de las pautas de admisibilidad de la declaración
de la emergencia sanitaria -específicamente- y al estudio de los efectos prác-
ticos consecuentes.
Así podemos decir, con sustento en el derecho pretoriano de nuestros
tribunales, como en la constante elaboración y evolución doctrinaria, que en-
tendemos a la declaración de la emergencia sanitaria como un modo de poten-
ciar las atribuciones de la autoridad pública para la mayor defensa de los
derechos y garantías constitucionales, mediante acciones que por el carácter
excepcional, temporal y necesario de las circunstancias, así como las consi-
guientes limitaciones que las medidas a adoptar impliquen a es esos derechos,
en tanto superen el test de razonabilidad.
Siempre consideramos nuestro norte que: “La finalidad exclusiva de la
emergencia debe ser la superación de la crisis”17; no obstante con las
limitaciones y requisitos expuestos a lo largo de este trabajo, podemos colegir
que la declaración de la emergencia sanitaria constituye una herramienta prác-
tica relevante para el ejercicio concreto por parte de la Autoridad Pública de
determinadas políticas públicas, exigidas por excepcionales contextos históri-
cos, sociales y económicos.

17
HUTCHINSON, Tomás, “La Emergencia y el Estado de Derecho”, Revista de Derecho
Público (2002 - 1), Rubinzal-Culzoni Editores, Bs. As., 2002, p. 37.
124 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 125

ASPECTOS NOVEDOSOS DE LA PROTECCIÓN


DE LA SALUD Y LA VIDA.
A PROPÓSITO DEL CASO “… Y OTRA
C/ IOMA Y OTRA S/AMPARO”

Rodolfo Nicolás Zavaley


Federico Robledo (h)

Sumario: 1. Introducción; 2. Los Hechos del caso; 3. Argumentos de


las Partes; 4. Derechos Constitucionales en Conflicto; 5. Análisis de la
Sentencia; 5.1. Holding: cobertura del tratamiento de fertilización asistida;
5.2. Obiter Dictum: lo embriones no utilizados; 6. Valoración del Rol del
Juez; 7. Conclusiones; Bibliografía

1. Introducción

Ronald Dworkin sostiene que existen dos tipos de casos: los fáciles y los
difíciles.
Los casos fáciles son aquellos en los que solución surge de la literalidad
de los textos normativos preconstituidos y de la existencia de evidencia in-
controvertible acerca de los hechos.
Los casos difíciles, en cambio, son aquellos en los que las circunstancias
sugieren varias soluciones “diferentes”, a veces “contradictorias”, y el orde-
namiento no es claro en señalar la que debe seguirse para el caso; o aquellos

1
SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Luis Manuel, “Ponderación y Casos Difíciles en materia constitu-
cional” en acervo virtual de la Universidad de San Agustín, www.unsa.edu.pe/escuelas/de/
rev_derecho/REVISTA05/art4.pdf (20-05-09)
126 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

en los que la respuesta fuese clara pero moralmente inaceptable o contraria


con algún otro valor fundamental.1
El caso “… y otra c/IOMA y otra s/Amparo” 2 es un prototípico caso
difícil, en el que los magistrados se enfrentan a dos cuestiones de cardinal
importancia: el holding3 (cuestión central), que versa sobre el reconocimiento
de la cobertura económica por parte de las Mutuales que prestan servicios de
medicina prepaga y las Obras Sociales del tratamiento de fecundación asisti-
da para la implantación de un embrión histocompatible con su hermano
discapacitado y que permita curar dicha disminución psicofísica; y el obiter
dictum (cuestión lateral), que aborda la compleja disyuntiva del tratamiento
jurídico que se le debe dispensar a los futuros embriones no implantados en el
seno materno. Se ha dicho, sobre este último punto, que el fallo “constituye
un valioso aporte a uno de los temas más arduos y que más debates ha
originado a raíz de los incesantes avances de la biogenética moderna,
la cual - en el siglo que corre- no tiene miras de detener su evolución” 4.

2. Los hechos del caso

Los padres de un menor de edad discapacitado que padece una enferme-


dad granulomatosa crónica promovieron una acción de amparo contra el Ins-
tituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) y la Obra Asistencial Mutual para
Agentes Municipales (OAM)5, a fin de que cubran los costos que requiere la
realización de un tratamiento de fertilización asistida para que una pareja pue-
da concebir un nuevo hijo que resulte histocompatible con su hermano enfer-
mo y permita su cura por vía de un trasplante de las células progenitoras.
En primera instancia, el juez condena solidariamente a I.O.M.A. y O.A.M.
a cubrir el 100% de los tratamientos necesarios, a través de un procedimiento

2
Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata “… y otra c/IOMA y otra s/Amparo”
(29/12/08)
3
El “Holding” constituye la respuesta a la cuestión central y el razonamiento seguido
por la Corte para su decisión. Cfr. ETCHICHURRY, Horacio Javier, “Por un Método Crítico de
Casos” en ROSSETTI, Andrés y ALVAREZ, Magdalena (Compiladores), Derecho a la Vida. Un
análisis desde el Método de Casos, Advocatus, Córdoba, 2005, pág. 55.
4
NALLAR, Florencia, “Destino de los Embriones Crioconservados” en La Ley 13-03-09, 6.
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 127

que permita seleccionar un embrión histoidéntico al hijo discapacitado y no


portador de la enfermedad granulomatosa crónica. Asimismo, dispone que
frente a la existencia de embriones sobrantes deberá garantizarse su condi-
ción, dejando al criterio deontológico del profesional tratante, previo acuerdo
con los padres, el destino de los mismos.
Ambos codemandados apelaron. La parte actora no contestó los recursos.
En segunda instancia, la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata
por mayoría resuelve confirmar parcialmente el fallo del a quo, proponiendo
una nueva solución respecto al obiter dictum -los futuros embriones restan-
tes-: a) el respeto a su condición humana, expresado en el consentimiento
informado que oportunamente firmen los padres; b) deber de los profesionales
de proceder rápidamente a la crioconservación de los mismos en las condicio-
nes necesarias para mantener su vitalidad e integridad; c) se decreta la medi-
da de no innovar respecto de ellos prohibiéndose expresamente su utilización
con fines experimentales, su eventual clonación u otras formas de manipula-
ción genética y su descarte o destrucción; d) toda medida que se tome respec-
to a los embriones deberá contar con la autorización expresa de la autoridad
judicial, previa intervención del curador designado y del Ministerio Público.
Asimismo, ordena librar oficio dirigido al Ministerio de Justicia de la Nación
haciendo saber el vacío legislativo en torno al tema del destino de los embrio-
nes “sobrantes” de las técnicas de fertilización asistida, en los términos del
art. 2 del Código Civil, a fin de presentarlo oportunamente ante el Congreso
de la Nación si lo considerase pertinente.
Este fallo se encuentra firme.

3. Agravios y Argumentos de las Partes

A los efectos de analizar el caso, relevaremos los fundamentos de las


pretensiones de las partes.

3.1. Niño discapacitado, representado por sus padres (actor)

El argumento basal sobre el cual se traza la línea argumental de la parte


actora constituye el derecho a la salud y a la vida del “menor” “discapacitado”,
que debe resguardarse removiendo el obstáculo económico de la cobertura,
128 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

para poder llevar adelante la alternativa científica que permitirá la gestación


de un hermano histocompatible y con él, su cura.

3.2. O.A.M. (demandada)

a) La mutuales no se encuentran comprendidas en el Régimen de la Ley


24.754
La demandada sostiene que no le corresponde cubrir las prestaciones so-
licitadas, porque es una mutual y no una obra social ni una empresa de medi-
cina prepaga, razón por la cual, no estaría comprendida en el Régimen de la
Ley 24.754 6, correspondiendo al Estado atender la situación del caso.
b) No inclusión de dicha cobertura en la cartilla de prestaciones y cono-
cimiento de ello por parte del actor.
Los afiliados conocían de antemano cuáles eran las prestaciones cubier-
tas, entre las cuales no se encontraba la reclamada en autos.
c) Consecuencias económico fatalistas
Si el Poder Judicial ordena la cobertura de las prestaciones, la O.A.M. se
verá obligada a aumentar las cuotas a sus afiliados, que presumiblemente
saldrían del sistema mutual, privando a su vez de ingresos a la entidad que
finalizaría cerrando sus puertas.

3.3. I.O.M.A. (demandada)

a) Afectación del derecho a la vida de los embriones no histocompatibles


El fallo del a quo obliga al descarte de embriones sanos por no ser
histocompatibles con el niño enfermo. El recurrente indica que ello es incons-

5
El Juez Ferro, en su voto, disiente de los otros dos magistrados que integran la Cámara
precisando que OAM no había sido demandada por los actores interesados.
6
La Ley Nº 24.754 (B.O., 1/4/1997) prescribe en su art. 1 que “las empresas o entidades
que presten servicios de medicina prepaga deberán cubrir, como mínimo, en sus planes de
cobertura médico-asistencial las mismas “prestaciones obligatorias” dispuestas para las
obras sociales, conforme lo establecido por las leyes 23.660, 23.661 y 24.455, y sus respecti-
vas reglamentaciones.”
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 129

titucional y también contrario a los arts. 637 y 708 del Código Civil, pues vulne-
ra el derecho a la vida de los embriones.
b) Tratamientos experimentales
El art. 41 del decreto 7881/84 establece que el I.O.M.A. no debe recono-
cer honorarios por tratamientos que se hallen en estado experimental.
c) Alternativas terapéuticas
Debió valorarse otra alternativa terapéutica, en especial la posibilidad de
obtener células progenitoras hematopoyéticas mediante el INCUCAI y el sis-
tema regulado por la ley 25.392 y la Resolución 309/07.
d) El ordenamiento jurídico no establece el derecho de obtener la cober-
tura de un procedimiento de reproducción artificial a cargo de una entidad
estatal
e) Invasión de Poderes
Este argumento guarda una relación de conexidad con el anterior. El Po-
der Judicial no debe invadir la competencia propia del Poder Legislativo, en-
cargado de reglamentar el derecho constitucional a la salud.

4. Derechos Constitucionales en Juego

En el caso bajo análisis se encuentran en juego los siguientes derechos


constitucionales.

4.1. Derecho a la Vida y la Salud

El planteo del juzgador comienza con la invocación y definición de los


derechos a la salud y vida -estrechamente vinculados- ubicándolos en el cen-

7
Código Civil, Art. 63: “Son personas por nacer las que no habiendo nacido están
concebidas en el seno materno.”
8
Código Civil, Art. 70: “Desde la concepción en el seno materno comienza la existencia
de las personas; y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como si ya
hubiesen nacido. Esos derechos quedan irrevocablemente adquiridos, si los concebidos en el
seno materno nacieren con vida, aunque fuera por instantes después de estar separados de su
madre.”
130 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

tro de la discusión de autos. Siguiendo el análisis de Krasnow, encontramos


que en el caso el derecho a la vida se manifiesta como:
a) Derecho a la vida del hijo discapacitado: los padres en calidad de
representantes legales buscan preservar su vida, recurriendo a la justicia con
el propósito de acceder a un tratamiento médico capaz de contribuir con la
cura de la enfermedad que condiciona la vida. El supuesto encuadra en una
decisión reproductiva tomada por los padres antes de la concepción.
b) Derecho a la vida de la persona por nacer: en el caso que se con-
crete la gestación de un embrión estamos frente a una vida nueva, cuya exis-
tencia comienza desde el instante mismo de la concepción dentro o fuera del
seno materno.
c) Derecho a la vida de los embriones no implantados: si como con-
secuencia de la selección del embrión histocompatible para el trasplante que-
dan embriones sin implantar, como se desprende del fallo de Cámara, surge la
necesidad de arbitrar los medios que permitan conservar su vitalidad e integri-
dad. En este ámbito nos encontramos con vidas humanas impedidas de com-
pletar el proceso vital. 9

4.2. Consentimiento Informado

El Consentimiento Informado (CI), ha sido definido como la declaración de


voluntad efectuada por el paciente, por la cual, luego de brindársele una sufi-
ciente información referida al procedimiento o intervención quirúrgica que se le
propone como medicamente aconsejable, éste decide prestar su conformidad
para someterse a dicho tratamiento. 10 Entendemos que éste encuentra soporte
axial en Principio de Autonomía del Paciente e importa un derecho fundamental
con rango constitucional y asiento normativo en el art. 19 de la Constitución
Nacional y art. 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 11.

9
KRASNOW, Adriana N., “Procreación humana asistida. Crear una vida para salvar otra
vida” en LLBA2009 (abril), 251.
10
Cfr. HIGHTON, Elena y WIERZBA, Sandra, La Relación Médico Paciente: El Consentimien-
to informado, 2ª Edición actualizada y ampliada, Ad Hoc, Buenos Aires, 2003, pág. 1.
11
Ver ORTEGA, José Emilio y ROBLEDO, Federico, “Consentimiento Informado” en ORTE-
GA, José Emilio (Director) y ZAVALEY, Rodolfo Nicolás (Co-Director), Práctica Jurídica de la
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 131

En el caso de autos, asume un cariz especial a tenor de que quien debe


emitirlo es un niño que además es discapacitado, razón por la cual se viste de
“asentimiento” de su protagonista combinado con el consentimiento de los pa-
dres a someter a éste último al tratamiento por el cual se origina este proceso.

4.3. Derecho a la procreación y a la procreación asistida

Según la prestigiosa Harvard Law Review, el reconocimiento al “derecho


constitucional a la procreación asistida” constituye uno de los temas más
acuciantes en el derecho norteamericano actual. La Corte Suprema de los
Estados Unidos no ha tenido oportunidad de pronunciarse aún sobre el caso.
No obstante, en el caso “Skinner v. Oklahoma” (316 U.S. 535 -1942) ha
reconocido el “derecho fundamental a la procreación”. Para algunos autores,
Skinner podría leerse de manera tal que se generalice la regla sentada, con-
siderando que el derecho a la procreación incluye la libertad fundamental de
elección del método de procreación. 12
En el caso sub examine los magistrados ponen el acento en el derecho a
la salud del menor y no en el derecho a la procreación asistida, optando por lo
expedirse sobre este tema, consideramos que el planteo subyace en el fallo y
encuentra en él un precedente.

4.4. Interés Superior del niño

El Interés Superior del Niño constituye uno de los ejes sobre los cuales
gira la argumentación del fallo. Cabe reparar, que ha sido definido como una
pauta axiológica insoslayable prescripta por la Convención de los derechos del
Niño, 13 que busca garantizar la máxima satisfacción de los derechos y garan-

Salud Pública, Colección Sanitaria Vol. 1, Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba,


Córdoba, 2008.
12
“Assessing the viability of substantive due process right to in vitro fertilization” en Harvard
Law Review, Vol 118, Nº 8, The Harvard Law Review Association, EEUU, 2005, pág. 2800.
13
Convención de los Derechos del Niño, art. 31: “En todas las medidas concernientes a
los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales,
132 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

tías de los niños. 14 Con el mismo temperamento, se ha señalado que constitu-


ye instrumento jurídico que tiende a asegurar el bienestar del niño en el plan
físico, psíquico y social y sirve de unidad de medida cuando varios intereses
entran en convergencia. 15

4.5. Derecho a la salud desde la óptica de su sistema de protección

El sistema de protección de la salud está contemplado en una serie de


subsectores: a) el estatal propiamente dicho; b) las Obras Sociales; c) las
mutualidades dependientes de los colegios profesionales, entes asociativos
creados a tal fin y d) las empresas de medicina prepaga.
En el caso sub examine se invoca el fin social que tienen las Obras Socia-
les y Mutuales, en virtud del cual su actividad trasciende las fronteras de lo
comercial, y puede fundamentar la exigencia de cubrir prestaciones no previs-
tas o, al menos, de previsión controvertida.

5. Análisis de la Sentencia

La Sentencia de la Cámara se compone por tres votos. Existe una mayo-


ría resolutiva en cuanto a la condenabilidad de O.A.M., integrada por los Jue-
ces Tazza y Comparato. Existe una mayoría resolutiva y argumentativa - aun-
que con algunas diferencias- compuesta por los Jueces Tazza y Ferro en rela-
ción a la solución a tomar respecto de los embriones no utilizados.

las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a


que se atenderá será el interés superior del niño”
14
Cfr. Corte Suprema de Justicia de la Nación, “A.M.S.” (26/03/08)
15
Cfr. AGUILAR CAVALLO, Gonzalo, “El Principio del Interés Superior del Niño y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos” en Estudios Constitucionales, Año 6 Nº 1, Centro de
Estudios Constitucionales de Chile - Universidad de Talca - , 2008.
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 133

5.1. Holding: cobertura del tratamiento de fertilización asistida

La cuestión central del caso consiste en la cobertura económica del trata-


miento de fertilización asistida que la parte actora reclama a OAM y IOMA.
Los Jueces Tazza y Ferro, en sus votos, fundamentan su decisión en base
a los siguientes argumentos, que han sido elaborados en correlación con los
agravios de las demandadas.

a) El Derecho a la Salud como mandato de optimización


La arquitectura argumental de los camaristas comienza, en el Voto de
Tazza, con la apropiación de una cita de la Corte, en la que se vincula al
Derecho a la Salud con el Derecho a la Vida -máxime cuando median enfer-
medades graves-. A renglón seguido destaca su deber de buscar una solución
que satisfaga de mejor manera posible el derecho a la salud del niño
discapacitado que ampara.
Debe prestarse especial atención a la toma de posición que realiza el Juez
respecto al derecho precitado, concibiéndolo como un principio mas que como
una regla de estructura condicional hipotética (aunque no utilice dicha termi-
nología).
Los principios, son mandatos de optimización que ordenan que algo sea
realizado en la mayor medida posible, de acuerdo con las posibilidades jurídi-
cas y fácticas que juegan en sentido contrario. 16 Con esta tesitura, el magis-
trado buscará la mayor satisfacción posible del derecho a la salud del niño
discapacitado accionante, del futuro embrión a implantarse en el seno mater-
no y de los futuros embriones no utilizados.

b) Inclusión de la OAM al Régimen de la Ley 24.754


En aras de confirmar la decisión del a quo respecto del deber de la OAM
de cubrir, solidariamente con IOMA, el tratamiento solicitado, el Juez Tazza
realiza un razonamiento que, si bien está enderezado teleológicamente por la

16
Cfr. ALEXY, Robert, Teoría de los Derechos Fundamentales, Traducción a cargo de
Ernesto Garzón Valdez, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1997, págs.
86 y 87.
134 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

noble convicción de afianzar la justicia y tutelar el derecho a la vida, resulta, a


nuestro criterio, técnicamente perfectible.
En primer lugar, señala que, conforme la ley 24.754 “las empresas o
entidades que presten servicios de medicina prepaga deben cubrir, como
mínimo, las mismas prestaciones obligatorias dispuestas para las obras
sociales, conforme lo establecido por las leyes 23.660, 23.661 y 24.455”.
Seguidamente, sostiene que “si la accionada fuera considerada una enti-
dad que presta servicios de medicina prepaga (o asimilada a ella por vía
de la analogía), debería ser condenada”. Finalmente colige que, puesto
que la OAM brinda servicios de medicina prepaga queda comprendida en el
régimen de la ley 24.754 y, consecuentemente, debe responder.
En los términos enunciados la conclusión nos parece infundada. Al res-
pecto, consideramos que el hecho de que la mutual sea equiparada a una
Entidad de Medicina Prepaga (E.M.P.) le impone la obligación de cubrir las
prestaciones mínimas para la Obras Sociales, que son las previstas expresa-
mente en el Programa Médico Obligatorio (PMO). 17 Sin embargo, habrá que
verificar que la prestación solicitada se encuentra contemplada en el
nomenclador de dicho programa, para exigir su cobertura.
En suma, para ver si corresponde o no la cobertura del tratamiento de
fecundación artificial, deberíase:
a) acreditar que la OAM presta servicios de medicina prepaga y, por tan-
to, queda comprendida por la Ley 24.754, lo cual el juzgador realiza
acabadamente,
b) constatar que el tratamiento de fecundación artificial se encuentra com-
prendido en el PMO, lo cual no es analizado por el magistrado.
Aplicando las reglas contenidas en las normas referenciadas, en caso de
no verificarse este último requisito, en principio, no correspondería la cobertu-
ra por parte de la OAM, aún cuando se hubiera equiparado a una EMP y
dentro del ámbito de la ley 24.754.
La cadena de razonamientos se estructura en dos silogismos:
En primer lugar

17
Cfr. MICAELLI, Juan Fernando y ROBLEDO, Federico, “Entidades y Contratos de Medi-
cina Prepaga” en ORTEGA, José Emilio (Director) y ZAVALEY, Rodolfo Nicolás (Co-Director),
Práctica Jurídica de la Salud Pública, Colección Sanitaria Vol. 1, Ministerio de Salud de la
Provincia de Córdoba, Córdoba, pág. 90.
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 135

M1 Las Entidades que prestan servicios de medicina prepaga y las equi-


paradas, deben cubrir como mínimo, las mismas prestaciones obligatorias
dispuestas para las obras sociales (Ley 24.754)
m1 La OAM presta servicios de medicina prepaga
R1 La OAM debe cubrir como mínimo, las mismas prestaciones obligato-
rias dispuestas para las obras sociales
En segundo lugar

M2 La OAM está obligada a cubrir las prestaciones indicadas en el PMO


m2 La fertilización asistida está prevista en el PMO

R2 La OAM debe cubrir el tratamiento de fertilización asistida que se


reclama

El magistrado fusiona los dos silogismos, tomando las premisas mayor y


menor del primer silogismo para concluir en el resultado del segundo. Ello
pone en evidencia que la conclusión, en los términos argumentados, no es
formalmente verdadera.
En cuanto a la equiparación de la mutual a las Entidades de Medicina
Prepagas, consideramos de importancia superlativa, analizar dos cuestiones,
cuya solución adherimos con el voto de Tazza: a) que tipo de EMP es a la que
se equipara, b) cuáles son los presupuestos que las tipifican.
En cuanto al primer punto, el magistrado advierte que las prestaciones de
las EMP no pueden ser reducidas a un negocio, sino que persigue un fin social.
Compartimos dicha conclusión, que ya ha sido fijada por la Corte en numero-
sos casos (“Etcheverry”; “Cambiaso Perez Nealón”)
En cuanto al segundo punto, debe ponerse de resalto que el magistrado va
mucho más allá del ropaje jurídico de la mutual y sus reglamentos, analizando
su funcionamiento conforme a las siguientes pautas fijadas por Lorenzetti, que
fueron adoptados por la Corte en el caso “C.C. V. Sociedad de Autores y
Compositores de Música” (01.04.08). 18 Acreditados los presupuestos
tipificantes, colige que la mutual queda comprendida en el régimen de las
EMP y Obras Sociales.

18
Ver MICAELLI, Juan Fernando y ROBLEDO, Federico, ob. cit., pág. 97.
136 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

El segundo agravio del accionado -la prestación no está incluida en al


cartilla y el actor lo conocía ab initio- pierde fuerza cuando se equipara la
mutual a una prepaga, puesto que, aunque no esté pactada, si legalmente resulta
exigible por estar incluida en el PMO, la OAM está obligada a su cobertura

c) Argumento de no acreditación del perjuicio económico de la Mutual


Al argumento consecuencialista de la accionada de que la apertura del
menú de prestaciones contractualmente convenidas al tratamiento de fertili-
zación asistida, provocaría el aumento de cuotas, pérdida de afiliados y a la
postre el cierre de la mutual, el juez Ferro lo califica como absurdo y el juez
Tazza lo rechaza por entender que no se encuentra acreditado el presupuesto
fáctico que da sustento al mismo. 19
Cabe preguntarnos que hubiera pasado si la Mutual hubiese probado el
daño económico. Aclarando que cualquier conclusión a la que pudiéramos
inferir sería tan sólo hipotética, nos aventuramos a sostener que aún, median-
do prueba del daño se hubiera fallado en el mismo sentido. Los dos argumen-
tos que el juez expone en el fallo y podría gravitar en este caso, sería la fun-
ción social de las EMP y la finalidad del tratamiento de fertilización asistida.

d) Argumento finalista: protección de la salud del niño discapacitado


El camarista Tazza, al momento de valorar los derechos constitucionales
en juego, pone el acento en el derecho a la salud y a la vida del niño
discapacitado, manifestando expresamente que no está en juego el derecho a
la concepción por medio de asistencia artificial, al cual nos referimos supra..
Se reconoce la cobertura económica del tratamiento fundándose en el
derecho a la salud del niño discapacitado y su interés superior y no en el
derecho de los padres a la procreación. En concreto, dice el Juez Tazza que
“no se trata (…) de un matrimonio que sólo tiene deseos de concebir
para satisfacer la expectativa paternal, sino de encontrar una alternati-
va humanamente viable para poder eliminar las gravísimas secuelas de
enfermedad que padece su otro hijo ya nacido” (consid. III in fine)

19
“En concreto - apunta el Juez Tazza- no se probó ni justificó con guarismos, demostra-
ciones contables, balances, estadísticas o cualquier otro elemento probatorio la posibilidad de
un desequilibrio económico, ni se acreditó la imposibilidad económica para hacer frente a la
prestación reclamada por la parte actora”.
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 137

La procreación asistida no es encuadrada como un derecho en sí, sino


como una medida necesaria para satisfacer el derecho a la salud del menor
discapacitado.
Su argumento se basa en la finalidad del niño a concebir. Es jurídicamente
relevante ponderar la finalidad del acto.
Utiliza ese valor para abrir la norma y hacerlo responder.

e) Argumento de la vulnerabilidad del menor y las Affirmative Actions


El juez Tazza recurre a precedentes jurisprudenciales, como cimentos
pretorianos para justificar la importancia cardinal que tiene en el caso valorar
la especial situación de vulnerabilidad y situación desventajada en que se en-
cuentra el actor, en virtud de ser un “niño” “discapacitado” y “gravemente
enfermo”. Dicha definición comulga con el art. 75 inc. 23 de la Constitución
Nacional que, al momento de regular la igualdad real de oportunidades, califi-
ca a las mujeres, niños, ancianos y discapacitados como grupos vulnerables
que requieren protección especial y acciones positivas del estado dirigidas a
promover y facilitar el goce efectivo de sus derechos.
El voto no lo dice expresamente pero pareciera direccional la sentencia
como una medida de acción positiva a favor del derecho del menor20.

5.2. Obiter Dictum. Los embriones no utilizados

Quizás lo más novedoso e importante del fallo, no radica en la cuestión


central de la pretensión sino en la compleja problemática de los futuros embrio-
nes no implantados en la fecundación in vitro, que el camarista opinante escudri-
ña con notable capacidad técnica, apartándose de lo resuelto por el a quo.
La Fecundación In Vitro, constituye, al decir de Cafferata y Rezzónico,
una técnica de procreación artificial en la cual se recogen esperma

20
Bidart Campos explica que la Corte muchas veces a utilizado sus sentencias como
medidas de acción positiva, aún cuando el art. 75 inc. 23 pone en cabeza del Poder Legislativo
Nacional esta competencia y deber. Cfr. BIDART CAMPOS, Germán J. “Las prestidigitaciones del
mago y la galera de la Corte” en acervo virtual del Centro de Investigaciones de Filosofía
Jurídica y Filosofía Social de la UNR, www.circulodoxa.org/.../Circulo%20Doxa%20-
%20Mago.pdf (05-07-09).
138 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

(espermatozoides) y óvulos21, que después se ponen de contacto en una pro-


beta. 22
Cabe poner de resalto que la fecundación in vitro en sí no es inconstitu-
cional pero en cambio si podría serlo determinados usos que se hagan con los
embriones no implantados así como también su descarte o muerte. 23
Retomando el planteo introductoria, debemos recordar que nos encontra-
mos ante una materia frente al cual existe un vacío legislativo.
Frente a esta laguna, la Cámara Federal y el Juzgado de primera instancia
proponen dos soluciones diferentes en torno a los embriones no utilizados, que
pueden graficarse en el siguiente cuadro:

Solución respecto de los embriones no implantados

Juez de 1ª Instancia Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata

deber de garantizar el respeto de la condición humana de los embriones sobrantes

No propone solución Propone solución provisoria


concreta

- Deja a criterio - Crioconservasión de los embriones


deontológico del médi- - Prohibición de destrucción o descarte
co, previo acuerdo con - Prohibición de utilizarlos con fines experimentales,
los padres, el destino clonación o manipulación genética
de los embriones. - Nombramiento de un curador de los embriones
- Toda medida que se tome respecto a los embriones
debe contar con la autorización expresa de la autoridad
judicial, previa intervención del curador designado y
del Ministerio Público.
- Posibilidad de Adopción Prenatal

Propone criterios para una solución definitiva

Oficia al Ministerio de Justicia para que presente un


proyecto de ley que reconozca el derecho al embrión y
cubra el vacío normativo
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 139

El juez Tazza realiza una correcta aplicación del Bloque de


Constitucionalidad Federal para construir una respuesta pretoriana al caso,
que busca atender el derecho a la vida de los embriones no utilizados y supe-
rar la ausencia de legislación en la materia.
El indicando sostiene que, más allá de la discusión científica y filosófica de
cuando comienza la vida (en la cual manifiesta que no ingresará), a la luz de
nuestro bloque de constitucionalidad federal y leyes de fondo, la protección
constitucional y jurídica de la vida comienza en el momento de la concepción.
A partir de ese momento, concluye, existe una persona que titulariza derechos
fundamentales y merece tutela. 24
En cuanto al destino de los embriones no implantado, ponemos de relieve
junto con Krasnow25 que el magistrado acepta la crioconservación y compar-
te la idea de recurrir a la adopción prenatal cuando los padres biológicos deci-
den no proceder al implante. En igual sentido, emiten sus votos los otros dos
camaristas, con la salvedad de que el Juez Ferro acepta (en sus considerandos
pero no en la parte resolutiva) su eventual utilización para investigaciones. La

21
La fecundación in vitro será homóloga cuando se inocula a la mujer con semen de su
esposo y heteróloga cuando el semen fecundante es de un tercero donante.
22
Cfr. CAFFERATA, José Ignacio y REZZÓNICO, Carlos Alberto, Encuentros por la Vida,
Impreso en Talleres Gráficos de BR Copias, Córdoba, 2007. Ver Stanford Hospital and Clinics
- Stanford University Medical Center, “In Vitro Fertilization” en http://www.stanfordivf.com/
ivf.html (25-06-09).
23
Cfr. SAGÜÉS, Néstor Pedro, Elementos de Derecho Constitucional, Tomo II, 3ª Edición
Actualizada y Ampliada, 1ª Reimpresión, Astrea, Buenos Aires, 2001, pág. 329.
24
El art. 70 del CC dispone que la existencia de las personas comienza desde su concep-
ción en el seno materno. En la época de la sanción del Código, no se podía concebir la idea de
que la fecundación del Óvulo podía realizarse en otro lugar que no sea el seno materno. Pero
hoy la fecundación in Vitro (FIV) lo hace posible, así como la posterior implantación en la
madre. Se adquiere la condición de persona desde el origen de la existencia de la vida humana,
con todo lo que ello implica -fundamentalmente- desde la órbita de los derechos personalísimos,
de los derechos a la vida y a nacer en el seno de una familia y la igualdad ante la ley. CIFUENTES,
Santos (Director) y SAGARNA, Fernando (Coordinador), Código Civil Comentado y Anotado,
Tomo I, La Ley, Buenos Aires, 2003, pág. 72. En el mismo sentido, en la jurisprudencia se ha
dicho que Es irrelevante para conferir el carácter de persona por nacer, que la concepción se
hubiera realizado entro o fuera del seno materno. El art. 51 del Código Civil es aplicable al
embrión congelado. (CNCiv., Sala I, 1999/2/03, ED, 185-412).
25
KRASNOW, Adriana, ob. cit.
140 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

autora citada, destaca particularmente del fallo el expreso reconocimiento de


la condición humana del embrión, disponiendo para su debida protección me-
didas novedosas a tener en cuenta para una futura regulación legal: a) medida
de no innovar, prohibiendo la experimentación, manipulación, clonación y/o
descarte; b) autorización judicial para tomar medidas respecto a los embrio-
nes, previa intervención del Ministerio Público; c) interesar al Ministerio Pú-
blico respecto al eventual recurso a la adopción prenatal; d) librar oficio al
Ministerio de Justicia de la Nación para poner en conocimiento el vacío legis-
lativo, con el fin de que se presente en el Congreso de la Nación.

6. Valoración del Rol del Juez

En los últimos años se ha replanteado el rol que debe desarrollar el juez en


el proceso. Las opiniones sobre el tema derraman ríos de tinta en el horizonte
académico. Este tema, lejos de ser una cuestión de dogmática jurídica, tiene
un fuerte impacto en la realidad. En la hora actual el activismo y garantismo
se disputan como distintos paradigmas procesales. En efecto, desde el
garantismo se propicia que se aplique en el proceso judicial a la Constitución
con mayúscula, puesto que se hace recaer en las partes toda la actividad
procesal para el planteamiento de los hechos litigiosos y para producir sus
pruebas, no permitiéndole al juez que actúe de oficio y sin respetar la con-
gruencia al sentenciar. En tanto que el activismo le otorga al juez amplias
facultades de tal manera que si fuera menester pueda producir de oficio las
pruebas, que flexibilice la congruencia en el dictado de la sentencia para sal-
vaguardar la justicia y la verdad. En otras palabras, en el activismo se da le
otorga al juez un gran protagonismo. 26
En el caso de autos, advertimos que el Vocal Tazza asumió una conducta
de activismo procesal porque resuelve en base a criterios de interpretación
para cubrir un vacío legislativo existente en materia de embriones -incluso
propone el reconocimiento del derecho del embrión- y ordena se oficie al

26
Sobre este tema ver Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba,
Activismo y Garantismo Procesal,1ª Edición, Ediciones de la Academia Nacional de Derecho y
Ciencias Sociales de Córdoba, Córdoba, 2009.
Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida 141

Ministerio de Justicia para que oportunamente presente un proyecto de ley


por ante el poder legislativo.
Se trata de una solución no frecuente, en la que se flexibiliza el “Principio
de Congruencia”, pronunciándose el magistrado más allá de lo pedido y dialo-
gando con los otros dos poderes del estado para el dictado de una ley que no
existe en la materia que constituye el obiter dictum del caso.
Además, ordena a hacer gestiones antes el Estado para obtener la cober-
tura los gastos que implique el tratamiento, más allá de los que se colocan
solidariamente en cabeza de O.A.M. y I.O.M.A..

7. Conclusiones

En esta temática nos permitimos realizar estas reflexiones conclusivas:


1. Los avances de la tecnología, como la Fecundación In Vitro, generan
nuevos desafíos y problemáticas que obligan a los operadores jurídicos a pen-
sar y repensar soluciones creativas y novedosas que salvaguarden los dere-
chos humanos.
2. Con esta tesitura, y ante el vacío normativo en la materia analizada, la
Cámara Federal de Mar del Plata, ha fijado como regla principal que “Las
Obras Sociales y Mutuales que presten servicios de medicina prepaga
deben cubrir los tratamientos de fertilización asistida que tengan por
objeto la concepción de una persona histocompatible con otra (niño y
discapacitado) para salvaguardar su salud”.
3. Asimismo, ha fijado como regla secundaria que las Mutuales pueden
ser equiparadas a las Entidades de Medicina Prepaga, y por tanto, hacerles
extensivo su régimen jurídico, siempre que en la realidad se verifique que
detentan las notas tipificantes de éstas.
4. A modo de corolario, entendemos que la sentencia en análisis trata
sobre una cuestión de estado excepcional, que representa un caso difícil y
complejo en el que el iudex sentenció priorizando la tutela del derecho a la
vida a través de una solución atípica, excepcional y pretoriana. Asimismo
a la luz de los derechos humanos, que son expansivos (art. 29 de la Con-
vención Americana de Derechos Humanos) esta solución judicial abre un
nuevo horizonte de tutela a la vida, cuyas páginas se han comenzando
recién a escribir.
142 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 143

EJERCICIO LEGÍTIMO DE LAS


PROFESIONES DE LA SALUD 1

Silvina Aranovich
Oscar Ernesto Garay
Marina Khoury

Sumario: I) De los Profesionales de la Salud en General; 1. Introducción;


2. Profesional. Concepto; 3. Profesional de la salud; 4. Del marco científico,
ético y jurídico en que se desenvuelven las profesiones de la salud. Limites;
5. La reglamentación de las profesiones de la salud; 6. La estructura de las
leyes que reglamentan las profesiones de la salud; 7. Obligaciones y derechos
de los profesionales de la salud; 8. Los derechos de lo pacientes; II)
Profesionales de la Salud en la Republica Argentina; 1. Distintas profesiones
en salud; 2. Integración regional; 3. Registro de Profesiones ; 3.1. Registro
de Profesiones universitarias; 3.2. Registro de Profesiones Técnicas; 3.3.
Registro de Auxiliares; 4. Requisitos legales para ejercer las profesiones de
la salud; 4.1. Acreditación de Título; 4.2. Matrícula. Habilitación para ejercer;
4.3 Profesionales extranjeros. Reválida; 5. Ejercicio en las provincias; 6. Los
Colegios Profesionales; III) Las Residencias en salud; 1. El médico residente;
2. La regulación de la residencia en salud; 3. ¿Qué es la residencia de salud?;
4. Características de la Residencia Médica; 5. Funciones, obligaciones y
derechos del residente; 6. De los Jefes de Residentes; IV) Las Especialidades
Médicas; 1. Conceptos generales; 2. Prohibiciones jurídicas especificas
relacionadas con los anuncios médicos ; 3. Los requisitos jurídicos que la ley
prescribe para actuar como especialista ; 4. Listado de Especialidades Médicas
y Odontológicas Reconocidas

1
Saludamos a los Doctores José E. Ortega, Rodolfo N. Zavaley, Federico Robledo y
Agustín Carignani, responsables de la Colección “Administración Sanitaria”, Editado por el
Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, Secretaría de Coordinación Técnico Adminis-
trativa, Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales, felicitándolos por este nuevo
emprendimiento cultural.
144 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

I) De los Profesionales de la Salud en General

1. Introducción

La frase con que se da a conocer el presente trabajo de doctrina referen-


cia acerca de las prescripciones legales para desempeñar legítimamente las
profesiones de la salud. El Estado a los fines de preservar la salud pública,
instituye una especie de monopolio en relación a quienes pueden ejercer las
profesiones de la salud. De tal modo, establece requisitos a cumplimentar por
parte de las personas que quieran practicar actos de profesión: ser graduado
en la carrera respectiva, realizar el trámite administrativo tendiente a obtener
la habilitación / matrícula. En consonancia con ello, el poder de policía del
Estado reprime a quienes incurren en intrusismo2 (Aplicación Arts. 4º ley
17.132, 208 Código Penal y cc.).
Los comentarios que se realizan más abajo, entonces, dan unas sucintas
nociones en relación al tópico tratado en este material: en primer término,
sobre el profesional de la salud: concepto, características, el marco científi-
co, ético y jurídico que lo constriñe, la facultad del Estado de reglamentar las
profesiones de la salud, las obligaciones, prohibiciones y derechos del profesio-
nal sanitario. Luego se dice respecto de las profesiones de la salud en la
Republica Argentina: de grado universitario, técnicos profesionales y auxilia-
res. Se prosigue mentando acerca de los requisitos legales para ejercer las
profesiones de la salud: Acreditación de título, habilitación, matrícula, profe-
sionales extranjeros (reválida), ejercicio en las provincias, los colegios profesio-
nales. Por último, se comenta en relación a las prescripciones legales de las
residencias en salud y lo mismo en relación a las especialidades médicas.

2. Profesional. Concepto

En una noción preliminar del concepto «profesional» tenemos lo siguiente:


adjetivos: 1. “Perteneciente o relativo a la profesión”, 2. “Dicho de una perso-

2
Intrusismo. (De intruso). 1. m. Ejercicio de actividades profesionales por persona no
autorizada para ello. Puede constituir delito. (Diccionario de la Lengua Española).
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 145

na: Que ejerce una profesión”, 3. “Dicho de una persona: Que practica habi-
tualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive”, 4. com. “Persona
que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación”.3
Al vocablo profesional suele agregarse el término “liberal” que significa
“dicho de un arte o de una profesión: Que ante todo requiere el ejercicio del
intelecto”.
Allá por la década de ’80 de la centuria pasada —cuando estaba en el
apogeo de la consideración doctrinaria la cuestión de la “mala praxis médi-
ca”—, en relación a la responsabilidad del profesional4 , se debatió en los
foros del derecho la conceptualización de la expresión “profesión liberal”, de
allí, los siguientes conceptos.
En la Antigüedad, en Roma, encontramos que “los trabajos a jornal, sobre
todo aquellos que no requerían conocimientos técnicos afinados, sino que con-
sistían en simples manualidades, eran denominados mercenarios. Se los opo-
nía a los trabajos profesionales (operae - liberales), consistentes en tareas —
o servicios— desplegados por profesionales liberales: médicos, abogados, pro-
fesores (gramáticos, geómetras, y retóricos), agrimensores, etcétera”.5
En nuestros tiempos se dice que “el sustantivo profesional engloba un
doble concepto, lato y estricto. La doctrina tradicional ha tomado en cuenta
este sentido estricto, que corresponde al denominado profesional liberal.6

3
Diccionario de la lengua española: http://buscon.rae.es
4
La responsabilidad profesional del integrante del equipo de salud (tema que no tratamos
en el presente trabajo), se divide en ética (deontólogica) y jurídica y esta se subdivide en
administrativa, civil y penal.
5
BUERES, Alberto J., Responsabilidad civil de los médicos, Editorial Hammurabi, Buenos
Aires, 1992, p. 125.
6
ALTERINI, A. A. – Ameal, O. J., y _LÓPEZ CABANA, R. M., Derecho de obligaciones.
civiles y comerciales, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, p. 765. Estos autores sostienen que “se
consideran notas distintivas de la responsabilidad profesional a las siguientes: a) habitualidad,
vale decir, el ejercicio efectivo de la actividad; b) pertenencia a una realidad del saber científico,
técnico o productivo; c) reglamentabilidad de la actividad por el Estado; d) habilitación por el
Estado, en uso de su poder de policía; e) presunción de onerosidad. Pero hay un sector limitado
(sentido estricto del concepto) que concierne al profesional liberal, cuya actividad tiene ciertas
singularidades: a) autonomía técnica, propia del saber especializado; b) sujeción a normas
éticas, que resultan de códigos especiales”. En igual sentido, I Jornadas Nacionales de Profeso-
res de Derecho (Lomas de Zamora, 1989); II Encuentro de Abogados Civilistas (Santa Fe,
1988); I Jornadas Rosarinas sobre temas de Derecho Civil (Rosario, 1988); IV Jornadas
146 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

3. Profesional de la salud

El «profesional de la salud» (o “profesional del arte de curar” o “profesio-


nal del Equipo de Salud” —médico, enfermero, kinesiólogo, bioquímico, odon-
tólogo, farmacéutico, etcétera—); integra un grupo de personas / trabajadores
de la salud (en general: profesionales – técnicos – auxiliares), que actuando
cada una de ellas/ellos conforme a la competencia para la cual se capacito,
tienen como misión, el mismo fin que la medicina: prevenir, curar o cuidar la
salud del ser humano.
El profesional de la salud (“PdelaS”) está encuadrado en las llamadas
profesiones liberales. En relación a la responsabilidad profesional, al profesio-
nal de la salud le son aplicables las siguientes notas distintivas:
a) Habitualidad. Desde el momento de la graduación, la obtención del
titulo y su matriculación, se presume que el “PdelaS” ejerce con habitualidad.
Las dificultades de la realidad económica, desvirtúan de alguna manera esa
presunción. Dicha nota da la idea de que el PdelaS ejerce su oficio de manera
permanente, de continuo, precisamente, porque es ése su “modo de vivir”.
Aquí, hay que relacionar la habitualidad en el ejercicio de la profesión, con el
carácter de medio o fin de subsistencia económica que ella representa para el
profesional de la salud.
b) Pertenencia a una realidad del saber científico. El saber que domina el
profesional de la salud (médico – odontólogo – farmacéutico, etcétera), esta
reconocido como una ciencia particular que abarca una porción del conoci-
miento humano.

Sanjuaninas de Derecho Civil (San Juan, 1989). Así: “Segundo Encuentro de Abogados Civilis-
tas (Santa Fe, 1988).
—De lege lata— 1. El concepto de profesional: en sentido amplio supone la concurrencia
de algunas de estas notas distintivas en su desempeño: habitualidad, reglamentación, habilita-
ción, presunción de onerosidad, autonomía técnica y, en su caso, sujeción a la colegiación,
sumisión a las normas éticas y sometimiento a potestades disciplinarias. No es imprescindible
el título profesional universitario.”
___ “Cuartas Jornadas Sanjuaninas de Derecho Civil (San Juan, 1989).
___De lege lata— 1. Son notas distintivas de la profesionalidad en sentido lato —entre
otras— la condición de experto en un área de saber (científico, técnico o práctico), habitualidad,
reglamentación, habilitación, presunción de onerosidad; en especial, con relación a los profe-
sionales denominados liberales: autonomía técnica, sujeción a normas reglamentarias y éticas”.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 147

c) Reglamentabilidad de la actividad del Profesional de la Salud. La Cons-


titución en su primera parte establece los derechos y garantías de los habitan-
tes de la nación argentina. El Art. 14 C. N. establece los derechos de trabajar
y de asociarse7 ; los que están vinculados directamente con el ejercicio de las
profesiones de la salud.
Pero los derechos normados en la constitución no son absolutos. El Estado
a través de su poder de policía legisla respecto a las condiciones o requisitos a
cumplimentarse para poder ejercer como “PdelaS”. Por otra parte, por la orga-
nización federal de la nación argentina (Art. 1º C. N.) y por la atribución legisla-
tiva que le compete a la nación, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a cada
una de las 23 provincias argentinas (Conf. Arts. 75, 121, 129 y cc. C. N.), cada
una de esas jurisdicciones puede reglamentar las profesiones de la salud.
d) Presunción de onerosidad. El “PdelaS”, por lo general, hace de su pro-
fesión su medio de vida. La presunción de onerosidad resulta del Código de
Comercio (arts. 5º, 8º, 218, inc. 5º), como del Código Civil (art. 1627). El
derecho de trabajar (art. 14, C.N.) comprende el derecho de toda persona de
tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido
o aceptado (conforme “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Socia-
les y Culturales”).
e) Autonomía técnica, propia del saber especializado. La “Autonomía” es
la condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie. Los “PdelaS”
ejercen su profesión en base a su conocimiento y autonomía técnica.
La calificación del oficio del “PdelaS” (el médico, el odontólogo, el far-
macéutico, especialmente), como profesión liberal, apunta a poner de mani-
fiesto que su voluntad es autónoma, porque se gobierna a sí misma, no
heterónoma, o sea, regida desde afuera8 ; en otras palabras, su decisión y su
praxis científica son autónomas, tanto cuando ejerce su profesión en el con-
sultorio, o cuando lo hace en la macromedicina hospitalaria o sanatorial, a
través de un vínculo jurídico de dependencia administrativa o laboral.

7
Asociarse es relacionarse de hecho o de derecho, dos o más personas con una finalidad
ventajosa y/o rentable. Es útil todo lo que no es ilícito, lo que no afecta a la moral ni a los
derechos de terceros.
8
MOSSET ITURRASPE, Jorge, Responsabilidad civil del médico, Astrea, Buenos Aires, 1985,
p. 41.
148 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

f) Sujeción a normas éticas, que resultan de códigos especiales. Desde la


época hipocrática hasta nuestros días, los profesionales de la salud sujetan sus
actos de profesión a las normas de los códigos deontológicos. En estos se
prescriben los valores que se deben respetar y las faltas éticas por las que han
que responder. Los “PdelaS” son juzgados así por sus pares.
Pero, la ética médica, la vieja ética deontológica, se quedo anclada en el
pasado, en el criterio paternalista9 de llevar adelante la relación médico –
paciente. No siguió la evolución de las sociedades occidentales que devinieron
en sociedades democráticas. La ética médica tradicional (la de los arcaicos
códigos deontológicos) esta siendo dejada de lado paulatinamente por la ética
moderna. Esta, ligada a la normativa y doctrina de los derechos humanos10 .

4. Del marco científico, ético y jurídico en que se desenvuelven las


profesiones de la salud. Limites

El accionar profesional de los “PdelaS” se ve influenciado fuertemente


por factores a los que debe acatar, que constituyen el limite de su hacer y que
a su vez lo guían en el sendero de una buena praxis.
La ciencia (médica, farmacéutica, odontológica, etcétera) es uno de los
tres pilares del marco estructural de normas que obligan al “PdelaS”. Lo que
sigue, si bien se refiere al galeno, constituye un parámetro que vale para los
restantes profesionales de la salud. El médico debe obrar en cada acto de
profesión, conforme lo establece la ciencia médica. El facultativo es un profe-
sional universitario; se forma en la universidad, adquiriendo los conocimientos,
los fundamentos y principios de la medicina y a lo largo de su carrera sigue
incorporando ese saber, en lo que se denomina la “educación médica conti-
nua”. El médico debe ejercer la medicina conforme la lex artis.11

9
Para el paternalismo médico sólo contaba la decisión del médico; no se tenía en cuenta la
voluntad del paciente.
10
Ver el Manual de Ética Médica de la Asociación Médica Mundial (AMM, 2005 – 2ª
edición 2009), que esta fundado filosóficamente en la bioética y en los DDHH: http://
www.wma.net/s/index.htm .
11
Se denomina como “Lex Artis” a “aquel criterio valorativo de la corrección del concreto
acto médico ejecutado por el profesional de la medicina —Ciencia o Arte médica—, que tiene
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 149

La ética le indica en conciencia al profesional del Equipo de Salud que es


lo correcto o incorrecto, lo bueno o lo malo, lo que se ajusta al bien o al mal.
Que el bien del paciente se relaciona con el respeto a ultranza de su dignidad
y su libertad. En los ’70 hizo su irrupción en la sociedad mundial la bioética12 .
Disciplina que vino a humanizar la atención médica y la investigación en sa-
lud. La bioética, en alianza con los fundamentos, valores y principios de los
DDHH, aboga por el respeto de la salud, la dignidad y la autonomía de la
persona humana. En el marco general de la relación Profesional del Equipo de
Salud – Paciente, éste actúa guiado por el principio de autonomía13 ; el Profe-
sional del Equipo de Salud por el de beneficencia – no maleficencia14 y la
sociedad por el de Justicia15 .
El ordenamiento jurídico estatuye las normas de derecho que reglan las
pautas de convivencia del hombre en sociedad. En la Constitución Nacional
residen los valores fundamentales (justicia, libertad, igualdad, seguridad, soli-
daridad, democracia, paz) que infunden la filosofía con que se deben interpre-
tar las normas jurídicas (entre ellas, las que reglamentan las profesiones de la
salud). El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (con Jerarquía
Constitucional, Art. 75, inc. 22 C. N.), refuerza la interpretación humanista de

en cuenta las especiales características de su autor, de la profesión, de la complejidad y


trascendencia vital del acto, y, en su caso, de la influencia en otros factores endógenos, para
calificar dicho acto médico de conforme o no con la técnica normal requerida, derivando de ello
tanto el acervo de exigencias o requisitos de legitimación o actuación lícita, de la correspondien-
te eficacia de los servicios puestos y en particular, de la posible responsabilidad de su autor
por el resultado de la intervención o acto médico ejecutivo”. El objeto de la “Lex Artis” es el de
fijar o establecer el standard de práctica profesional normal u ortodoxa para cada caso, estable-
ciendo la conducta general del facultativo promedio ante un caso similar.
12
La Enciclopedia de Bioética la define como “el estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, en cuanto que dicha
conducta es examinada a la luz de los valores y de los principios morales”.
13
Principio de Autonomía: el paciente decide por sí y sobre sí, de acuerdo a su plan o
proyecto de vida.
14
Principio de Beneficencia: Obligación del profesional sanitario de procurar siempre el
bien del enfermo. El principio de beneficencia comprende al principio de no-maleficencia, que
significa: «ante todo no dañar» («primun non nocere»). El profesional de la salud esta obligado
a respetar la integridad psicofísica del paciente, a no dañarlo. Es oobligación del profesional
sanitario evitar todo daño en la persona del paciente (se exceptúa el daño terapéutico)..
15
Principio de Justicia: Dar a cada uno lo suyo; no discriminar. Se aplica el principio
jurídico de igualdad.
150 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

los valores fundamentales (vida – salud, dignidad, libertad) con que debe ser
valorado el ser humano. Las leyes que reglamenta el ejercicio de las profesio-
nes de la salud, determinan aspectos generales del ejercicio de cada profe-
sión, prescriben la competencia, obligaciones, prohibiciones y sanciones. A las
leyes especiales la secundan sus decretos reglamentarios y un ramillete de
normas jurídicas que integran la legislación material y que las complementan.
Los fundamentos y valores de los derechos humanos constituyen en la
actualidad, el marco ético - jurídico mínimo a respetar por los profesionales de
la salud. Así, constituyen valores que los deben guiar:
1. El profesional de la salud debe resguardar permanentemente los dere-
chos humanos de todas las personas: a) Todos los seres humanos gozan del
valor o atributo esencial que es la Dignidad Humana. b) La Libertad es un
principio y derecho fundamental para la plena realización de la persona. 2.
Son derechos fundamentales que se derivan de los valores Libertad y Digni-
dad, el acceso igualitario de todo ser humano a la Alimentación, a la Salud, a la
Educación y al Trabajo. 3. La protección de la Vida y la Salud de todo Hombre
y Mujer, son derechos básicos, en todas las etapas de sus vidas. 4. Se debe
condenar expresamente la Pena de Muerte, la Tortura y los Tratos Inhumanos
o Degradantes, y todo tipo y forma de Discriminación. 5. La Ciencia y la
Técnica, deben avanzar, sólo hasta los límites impuestos por la Moral.16

17
5. La reglamentación de las profesiones de la salud

Las provincias delegaron en el Congreso nacional lo referente al poder de


policía de la educación (arts. 121 y 75, inc. 19, ter. apartado, C. N.), por lo que
lo atinente a los planes de estudio, los títulos y las profesiones de la salud que
reconoce el Estado, es resorte del Congreso federal.18

16
Conf. GARAY, Oscar Ernesto, Tratado de la responsabilidad civil en las especialidades
médicas, Editorial Errepar, 2009, p. XIII.
17
Ver GARAY, Oscar Ernesto, Tratado de la responsabilidad civil en las especialidades
médicas, Editorial Errepar, 2009, T º I, p. 84.
18
BIDART CAMPOS, Germán J., Manual de la Constitución Reformada, ed. Ediar, Tº III,
Buenos Aires, 2005, p. 182.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 151

La competencia legislativa —del Congreso Federal y de las legislaturas


provinciales (y la de la CABA) —, para dictar normas jurídicas de naturaleza
sanitaria tiene anclaje constitucional:
i) El art. 121 C. N. (redactado en términos muy generales) prescribe que
“las provincias conservan todo el poder no delegado por esta constitución al
gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos espe-
ciales al tiempo de la incorporación”.
ii) El art. 75 C. N. establece a través de sus incisos fija las atribuciones del
Congreso Nacional en materia legislativa.
iii) A las provincias compete el poder de policía sanitario en sentido estric-
to —salubridad, moralidad y seguridad pública— (existe concordancia en la
doctrina).
iv) Los incisos 18 y 19 art. 75 C. N. expresan la competencia legislativa
federal del “poder de policía de bienestar” o “bien común” (aplicación del
Preámbulo de la Constitución nacional: “promover el bienestar general”);
v) El art. 75, inc. 19 prescribe que corresponde al Poder Legislativo Fede-
ral “proveer lo conducente (...) a la formación profesional de los trabajado-
res”;
vi) Al establecer el art. 125 C. N. los “poderes concurrentes”, también
establece la competencia legislativa concurrente en materia del “poder de
policía de bienestar”.
vii) El Congreso Federal, con el objeto de armonizar la legislación (sanita-
ria) de la Republica Argentina, está habilitado para dictar leyes sobre Poder
de Policía (Sanitario); las que establecerán un piso normativo mínimo, a partir
del cual, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pueden sancio-
nar leyes con contenidos tuitivos más amplios (arts. 75 incs. 18 y 19, 125 y
Preámbulo de la C. N.).
viii) En caso de conflictos entre normas sanitarias (una federal y la otra
local) que regulan determinado tema o instituto de la salud, sobre la base del
principio de raigambre constitucional pro homine, deberá regir aquella que

19
i) Farmacia: ley 17.565 (B. O. 12/12/1967); ii) Medicina y Odontología: ley 17.132
(B.O. 31/01/1967); iii) Nutrición: Ley 24.301 (B. O. 10/01/1994); iv) Kinesiología: ley 24.317
(B. O. 30/05/1994); v) Enfermería: ley 24.004 (B. O. 28/10/1991); vi) Técnico en Prótesis
Dental: ley 23.752 (B. O. 13/10/1989); vii) Psicología: ley 23.277 (B. O. 15/11/1985).
152 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

provea la solución más favorable a la persona humana, a sus derechos, y al


sistema de derechos en sentido institucional (art. 75, inc. 22 C. N.).
El Congreso federal, entonces, dicto/dicta normas (leyes locales) para re-
glar las profesiones de la salud y para que tengan vigencia en la Capital Fede-
ral y en el “territorio nacional”. Así, el parlamento nacional legislo normas
para reglamentar las profesiones de la salud.19
Las jurisdicciones provinciales, por su parte, han ejercido el poder de
policía para reglamentar las profesiones de la salud, ya que a través de las
legislaturas provinciales han dictado las leyes que las reglan, en el ámbito de
sus respectivos territorios provinciales.20

6. La estructura de las leyes que reglamentan las profesiones de la salud

Desde el año 1877 existe en el país legislación relativa al ejercicio de las


profesiones del arte de curar. En el ámbito nacional, la primera norma fue la
ley 2829 (adaptación de una ley de la provincia de Buenos Aires). En 1944, la
citada norma fue reemplazada por el dec. 6216/44; el cual fue convalidado por
la ley 12.912 del año 1947. Finalmente, en el año 1967, fue sancionada la ley
de facto 17.132 (B. O. 31/1/67);21 norma que con pocas modificaciones aún
sigue vigente.
Las leyes que regulan el ejercicio de las distintas profesiones de la salud,
tanto en la jurisdicción nacional, como en las jurisdicciones provinciales, si-
guieron la estructura que presenta la ley 17.132: Una parte general (compren-
de el ámbito de aplicación, el concepto del ejercicio de la medicina, la odonto-
logía y las actividades de colaboración, la fiscalización, el instrusismo, la auto-
ridad sanitaria, la habilitación, las incompatibilidades, la publicidad y la propa-
ganda, el secreto médico) y dos partes especiales: Una regula sobre el ejerci-
cio de la medicina, la odontología y los colaboradores (matriculación, compe-
tencia, obligaciones, prohibiciones) y la otra, trata sobre la Prescripción, las
Sanciones y el Procedimiento.

20
Para profundizar en la temática, ver: GARAY, Oscar Ernesto, “Competencia de la Nación
y de las Provincias para legislar en materia sanitaria”, La Ley, 2008-A-941.
21
GARAY, Oscar Ernesto, Código de derecho médico, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 1999,
p. 5.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 153

En un primer momento, se legislo sobre las profesiones de la salud en una


sola norma (por ejemplo, la ley 17.132 ya citada). Posteriormente, se fueron
dictando leyes que reglamentaron profesiones, independizándolas de la ley
madre nº 17.132 (por ejemplo, la ley 24.004 de Enfermería).
Las legislaturas provinciales, en general, han dictado leyes que en su gran
mayoría siguieron la estructura de la ley 17.132.
Tanto la referida ley 17.132, como las normas posteriores de la jurisdic-
ción nacional que la complementaron, y la generalidad de las leyes provincia-
les que le siguieron, fueron dictadas en base a una concepción filosófica
hipocrático – paternalista de entender la misión de las profesiones sanitarias.
Muchas de las normas jurídicas que regulan las profesiones sanitarias, ade-
más, fueron “decretadas” por gobiernos de facto; esto es, son normas jurídi-
cas expedidas sin debate de ideas, ni pluralismo o espíritu democrático en el
proceso de creación de las mismas.
Se impone la modernización – actualización de las leyes que regulan las
profesiones de la salud. Es una necesidad de nuestro tiempo, dotarlas de la
filosofía e ideología de la democracia, de los derechos humanos y de la bioética,
resguardando la dignidad, la libertad y los derechos humanos de los pacientes
y de los profesionales sanitarios.22

7. Obligaciones y derechos de los profesionales de la salud

Los profesionales del Equipo de Salud deben adecuar su praxis a un triple


orden de deberes y obligaciones: científicas, éticas y jurídicas. A su vez, el
ordenamiento jurídico le reconoce derechos al profesional sanitario.

— Deberes. Los códigos deontológicos prescriben deberes éticos que sir-


ven de orientación moral para el actual profesional del agente sanitario. Si
éste obra en infracción de aquéllos deberes, será juzgado por sus pares de la
corporación.

22
Ello, en concordancia con la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), con
la letra y el espíritu de los textos constitucionales (nacional y provinciales) sancionados desde
la década de 1980 para acá y con la bioética que se funde en alianza con la doctrina de los
DDHH en defensa de la dignidad, la libertad y la igualdad de la persona humana.
154 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

En general, los deberes éticos son los siguientes: de beneficencia - de no


hacer daño - de respetar la dignidad del paciente - de prestar asistencia médi-
ca - de no discriminar - de combatir el charlatanismo y el curanderismo - de
respetar los derechos de los pacientes - de continuar permanentemente la
«educación médica - de colaboración, responsabilidad social y solidaridad - de
trabajar en defensa de los derechos humanos.

— Obligaciones. Las normas legales prescriben obligaciones de hacer23


en cabeza del profesional de la salud. En general, las obligaciones jurídicas
son las que siguen: de obrar c/ ciencia y prudencia - de abstenerse de asegu-
rar un resultado - de desplegar en su praxis médica conductas éticas, jurídicas
y científicas adecuadas -de obrar conforme el marco jurídico que rige la pro-
fesión médica - de Informar - de obtener el Consentimiento Informado - de
guardar el secreto médico - de denunciar - de No llevar a cabo intervenciones
quirúrgicas que modifiquen el sexo de la persona (sin el previo consentimiento
de la misma) - de No realizar operaciones esterilizantes - de promover la
internación de personas peligrosas - de ajustarse al saber científico, a la pru-
dencia y a la ley, al prescribir medicamentos - de ajustarse a lo establecido en
las disposiciones legales para prescribir alcaloides – de producir en debida
forma la documentación médica - de fiscalizar a su personal auxiliar - de
obrar disponiendo los “Medios adecuados” para cumplir con el objeto del Con-
trato - de obrar con diligencia, prudencia y pericia - de seguridad.

— Derechos. En el actuar marco de prestación del servicio de salud, los


profesionales sanitarios ejercen su praxis en el hospital, el sanatorio, la clínica,
etcétera, a través de relaciones de empleo público o de trabajo. En esta nueva
modalidad de profesional – trabajador de la salud, la doctrina ha comenzado a
hablar de los derechos del profesional sanitario y sin estar sistematizados, los
mismos surgen del derecho positivo. A continuación ofrecemos una cataloga-
ción de los derechos a que tiene derecho el profesional de la salud.
1. Derecho a que se respeten sus Derechos Humanos; 2. Derecho a que
se respeten sus derechos individuales, económicos, sociales y profesionales;
3. Derecho a ser considerado en igualdad de oportunidades para su desarrollo

23
Y obligaciones de no hacer (prohibiciones). Ver el Art. 20 ley 17.132.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 155

profesional; 4. Derecho a tener acceso a la educación médica continúa; 5.


Derecho a asociarse para promover sus intereses profesionales; 6. Derecho a
percibir remuneración por los servicios prestados; 7. Derecho a percibir una
remuneración digna y justa por su labor profesional; 8. Derecho a laborar en
instalaciones apropiadas y seguras que garanticen su praxis profesional; 9.
Derecho a la Indemnidad Psicofísica; 10. Derecho a que se le proporcione
asistencia humana, materiales, insumos, equipo, mobiliario y demás instrumen-
tos; así como todos los recursos necesarios para el desempeño de su profe-
sión; 11. Derecho a ejercer la profesión en forma libre y sin presiones de
naturaleza moral, técnica o económica; 12. Derecho a la libertad de elección
del paciente; 13. Derecho a abstenerse de garantizar resultados en la atención
médica; 14. Derecho a recibir un trato respetuoso por parte de los pacientes y
sus familiares, así como del personal relacionado con su trabajo profesional, y
de las instituciones donde desempeñen su actividad; 15. Derecho a recibir
información veraz, completa y oportuna del paciente y sus familiares; 16.
Derecho a abandonar o transferir la atención médica del paciente; 17. Dere-
cho al secreto profesional; 18. Derecho a la objeción de conciencia; 19. Dere-
cho a tener acceso a actividades de investigación y docencia; en el campo de
su profesión; 20. Derecho a la Propiedad Intelectual sobre los trabajos que
sean de su autoría; 21. Derecho a salvaguardar su prestigio profesional.24

8. Los derechos de lo pacientes

Una de las obligaciones principales del profesional de la salud es recono-


cer, reafirmar y garantizar (en el marco de su competencia y praxis profesio-
nal) los derechos de los pacientes.
En la argentina, en el orden nacional, a pesar que se han presentado pro-
yectos de ley en tal sentido, no se ha dictado aún una ley que regule jurídica-
mente los derechos de los pacientes.25 En el orden provincial, solamente tres

24
GARAY, Oscar Ernesto, “Los derechos del profesional del equipo de salud” en Revista de
la Asociación Médica Argentina, (AMA): v. 118, nº 2 – julio de 2005.
25
Una buena catalogación de los derechos de los pacientes es la contenida en Declaración
de Lisboa Sobre los Derechos del Paciente de la Asociación Medica Mundial (A.M.M., 1981–
1995–2005).
156 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

provincias han legislado respecto a los derechos de los pacientes; la provincia


de Rió Negro (ley 3076/1997), la provincia de Formosa (ley 1255/1997) y la
provincia de Tucumán (ley 6952/1999). La Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res, dicto en 1999, la “Ley Básica de Salud (nº 153), enumerando en su art. 4º
varios de los derechos del paciente.26
Derivándose de los valores “vida”, “dignidad” y “autonomía”, los dere-
chos de los pacientes se pueden clasificar como sigue.
a) Derecho a la Vida: A la Salud. A la Protección de la Salud. A la Integri-
dad Psicofísica. A la Asistencia Médica. A Acceder a Prestaciones de Salud.
A la Disposiciones del Propio Cuerpo. A la Disposición del Cadáver.
b) Derecho a la Dignidad: A la Intimidad. A la Confidencialidad. A la Igual-
dad. A no ser Discriminado. A la Verdad. A ser Diferente. A la Identidad
Sexual. A ser Tratado por un Médico Bondadoso, Respetuoso, Responsable,
Idóneo, Compasivo y Honesto - A una Muerte Digna.
c) Derecho a la Autonomía: A la Información. Al Consentimiento Infor-
mado. A Rechazar Tratamientos.

II) Profesionales de la Salud en la Republica Argentina

1. Distintas profesiones en salud

Las profesiones de salud de la República Argentina, tienen diferentes pe-


culiaridades debido al carácter Federal y a la diversidad geográfica y social
del país.
En 1967, la ya citada Ley de facto Nº 17.132 y su Decreto Reglamentario
Nº 6216 del mismo año, normatizó la actividad de la Medicina, Odontología y
Actividades de Colaboración. Esta ley fue modificada y ampliada por otras
normas que incluyeron profesiones necesarias a la actividad de la salud, a la
vez que dejaron sin efecto otras profesiones.

26
En la Provincia de Córdoba se legislaron los “Derechos de los Pacientes” en una ley
denominada “Carta del Ciudadano”; se trata de la ley 8835/2000: en su art. 6º, bajo la denomi-
nación “Derechos a la Salud”, trata sobre los Derechos de los Pacientes.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 157

Esta ley tuvo adhesión por varias provincias, sirvió de base para legislar el
ejercicio profesional en otras e impulsó al dictado de normativas afines.
Actualmente el régimen jurídico de las jurisdicciones del país incluye nor-
mas que si bien no en todos los casos normalizan el ejercicio de cada profe-
sión, autorizan su matriculación habilitando a ejercer localmente distintas pro-
fesiones.
Los profesionales de la salud se encuadran en tres grandes grupos en
relación a su nivel de formación. Estos son el nivel de profesiones de grado
universitario, técnico profesional y auxiliares.
El Ministerio de Educación de la Nación es el organismo que regula las
actividades curriculares fijando el nivel de instrucción que recibirá el egresado.
En el caso de egresados profesionales universitarios, deberán cumplir con
una currícula mínima de 2.600 horas y no menos de cuatro años de forma-
ción.27
Los profesionales técnicos profesionales o técnicos universitarios y auxi-
liares deben cumplir con 1.60028 y 900 horas de formación respectivamente,
bajo la normativa de la Ley de Educación Técnico Profesional Nº 26.058 y de
Educación Nacional Nº 26.206.
Se ha mencionado que el carácter Federal de nuestro país (Conf. la nor-
mativa constitucional supra citada) y las peculiaridades regionales indican a la
República Argentina la necesidad de sus propias normas y necesidades de
recursos humanos, en nuestro caso en salud, dentro del marco que la Nación
impone, con el consenso de los ministros de educación del país, integrantes del
Consejo Federal de Educación (COFEDU).
Si bien las profesiones universitarias entran en este grupo de diferentes
diversidades, un número de ellas se tornan imprescindibles por sus incumbencias
no sólo en todas las jurisdicciones del país sino a lo largo de los continentes.
En este grupo citamos a los profesionales médicos, odontólogos, bioquímicos,
enfermeros, psicólogos, nutricionistas, fonoaudiólogos y obstetras, sin por esta
mención tildar de prescindibles a otras profesiones universitarias del equipo
de salud.

27
Res. MEyC Nº 6/2007.
28
Acuerdo Marco para la Educación Superior no universitaria – en las áreas humanística,
social y técnico-profesional- Anexo Resolución CFCyE Nº 238/05. III.1.6. Carga Horaria
158 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

2. Integración regional

En las últimas décadas, con la formación de mercados regionales, los Sis-


temas de Seguridad Social están abriendo las fronteras, para integrar dentro
de cada país a ciudadanos de otros países parte, que por diferentes motivos
debieran permanecer temporal o permanentemente en otro país del grupo.
Argentina, junto con Brasil, Paraguay y Uruguay han protocolizado la in-
tegración del Mercado Común del Sur, MERCOSUR. Esto lleva a considerar
especialmente cómo están compuestos los Sistemas de Salud y Seguridad
Social de estos cuatro países.
El 27 de mayo de 2005, la Resolución 604/2005 del ex Ministerio de Salud
y Ambiente incorporó al ordenamiento jurídico nacional la Resolución Grupo
Mercado Común Nº 27/2004 «Matriz Mínima de Registro de Profesionales de
Salud en el Mercosur», en cuyos primeros artículos se impone la necesidad de
un registro de profesionales, compartiendo criterios de inscripción entre los
países miembros del MERCOSUR: “… Art. 1 - Aprobar la «Matriz Mínima
de Registro de Profesionales de Salud del MERCOSUR», que consta como
Anexo I y forma parte de la presente Resolución.
Art. 2 - Aprobar el «Instructivo para la carga de datos que los órganos
competentes de los Estados Partes deberán observar al completar la informa-
ción requerida por la Matriz Mínima de Registro de Profesionales de Salud del
MERCOSUR», que consta como Anexo II de la presente Resolución].
Art. 3 - Los Estados Partes deberán incluir como información mínima
para el Registro de los Profesionales de la Salud, los datos indicados en la
Matriz Mínima de Registro de Profesionales de la Salud del MERCOSUR
que constan en el Anexo I de la presente Resolución….”
En el año 2006, para definir parámetros sobre los cuales avanzar en la
implementación de la Res. MERCOSUR 24/2004, el mismo Mercado Común
del Sur, por Res. 66 del 24 de octubre de 2006, establece que es necesario
definir parámetros sobre los cuales avanzar en la implementación de la Matriz
Mínima de Registro de Profesionales de Salud del MERCOSUR y decide
Iniciar la obligatoriedad del llenado de la Matriz Mínima de Registro de Profe-
sionales de Salud del MERCOSUR para profesiones de salud, comunes en el
área de salud entre los Estados Partes, estableciendo el Grupo Mercado Co-
mún que la Resolución no necesitaba ser incorporada a los ordenamientos
jurídicos de los Estados Partes.
Estas profesiones son: médico, farmacéutico, bioquímico, odontólogo, li-
cenciado en enfermería, licenciado en nutrición y psicólogo.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 159

Los datos que establece la Matriz Mínima de Registro de Profesionales de


Salud del MERCOSUR29 son:

Nº Registro Profesional......................./Jurisdicción....................
Fecha de registro / /

Titulo/Diploma/Certificado.........................................................
Institución formadora................................................................
Fecha..../....../...... Ciudad.............................País......................

DATOS PERSONALES

Nombre ................................ Apellidos..................................


Documento de Identidad ..........................................................
Fecha de Nacimiento ........./........./.........
Ciudad y País de Nacimiento.....................................................
Nacionalidad................................................ Sexo....................
Domicilio Particular
Calle................................................................... Nº................
Ciudad........................ Provincia................. País......................
Código Postal................ Teléfonos............................................
E-mail .....................................................................................

Observaciones..........................................................................

Formación de Postgrado

Titulo/Diploma/ Certificado........................................................
Institución formadora................................................................
Fecha ....../...../..... Ciudad.....................País.............................

29
Res. MSyS Nº 605/05; Res. MERCOSUR Nº24/04
160 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Reválida de Titulo/Diploma/Certificado.....................................
Institución...............................................................................
Fecha....../......./....... País.......................................................

Registro de Título/Diploma/Certificado
en otro País de MERCOSUR

País............................................... Fecha........./........../.........

Sanciones

Tipo............................................... Fecha........./........../.........
Motivo...................................................................................

De los datos anteriores se consideran de carácter reservado el domicilio,


teléfonos y correo electrónico particulares del profesional registrado y las
eventuales sanciones. Se entiende por sanciones a registrar aquellas del ejer-
cicio de la profesión o las que por incumplimientos en las correspondientes
áreas de matriculación hayan dado lugar a la baja temporaria de la misma. A
fin de acceder a los datos reservados se deberá poseer diferentes niveles de
acceso.
Como título de postgrado se entiende el certificado de especialidad en
caso de que corresponda.
El último ítem, certificado o título en otro país del MERCOSUR se regis-
trará una vez se haya avanzado en la articulación de Registros de Profesiona-
les de los diferentes estados parte.

3. Registro de Profesiones

3.1. Registro de Profesiones universitarias


Con la finalidad de prosperar en la articulación de registros de diferen-
tes estados es necesario armonizar los registros de cada una de las juris-
dicciones de nuestro país para su posterior articulación nacional en un
registro federal.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 161

Como ejemplo de esta armonización se cita la modalidad de nombre para


la matriculación de profesiones, que algunas provincias utilizan al momento
de su registro por el cual se emite la autorización para ejercer.
La primera denominación a citar corresponde a la que otorga el Ministerio
de Salud de la Nación.30

- Médico – Médico cirujano – Dr. en Medicina


- Bioquímico – Lic. en Bioquímica – Lic. en Bioquímica y Farmacia –
Lic. en Bioquímica Clínica
- Lic. en enfermería – Enfermero Universitario – Enfermera
- Farmacéutico – Farmacéutico Nacional – Lic. en Química Farmacéu-
tica – Lic. en Ciencias Farmacéuticas – Lic. en farmacia.
- Psicólogo – Lic. en Psicología – Dr. en Psicología
- Nutricionista – Lic. en nutrición – Nutricionista dietista.
- Kinesiólogo – Lic. en Kinesiología – Lic. en Terapia Física –
Fisioterapeuta – Lic. en Kinesiología y Fisiatría.
- Lic. en Trabajo Social – Lic. en Servicio Social – Lic. en Asistencia
Social
- Fonoaudiólogo – Lic. en Fonoaudiología
- Obstetra – Lic. en Obstetricia
- Terapista Ocupacional – Lic. en Terapia Ocupacional

Hasta allí las profesiones de grado universitario que con una u otra deno-
minación se matriculan, ya sea en los Ministerios o Secretarias de Salud o por
medio de Colegios de Ley en todas las jurisdicciones del país.
Se listarán seguidamente otras profesiones universitarias de la salud que
se matriculan en algunas provincias:

- Lic. en Producción de Bioimágenes


- Psicopedagogo – Lic. en Psicopedagogía
- Lic. en Musicoterapia
- Lic. en Psicomotricidad

30
Res. MS Nº 404/08
162 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

- Lic. en Análisis Clínicos – Lic. en Química – Dr. en Ciencias Quími-


cas – Ingeniero Químico
- Lic. en Biología – Lic. en Biología Molecular – Lic. en Microbiología
- Bacteriólogo Clínico Industrial
- Lic. en Genética
- Lic. en Atención Primaria
- Lic. en Bromatología – Lic. en Tecnología de los Alimentos

Por último se citaran profesiones de grado universitario que se matriculan


en el ámbito de la salud, bajo la responsabilidad de la Autoridad Sanitaria en
algunas jurisdicciones, que sin duda alguna forman parte del equipo
multidisciplinario que atiende a la salud del individuo y de su medio ambiente
pero sin tener una responsabilidad directa sobre el paciente humano enfermo
o en la prevención de su salud

- Lic. en Ciencias del Ambiente


- Lic. en Saneamiento y Protección del Ambiente
- Bioingeniero
- Ingeniero Sanitario
- Fruticultor enólogo
- Lic. en Estadísticas para la Salud
- Médico Veterinario.

3.2. Registro de Profesiones Técnicas


El análisis comparativo realizado de las profesiones técnicas registradas
en las provincias de la Argentina muestra que de las más de ochenta profesio-
nes técnicas matriculadas, se matriculan en las distintas provincias con dife-
rentes denominaciones. Algunas de ellas no se matriculan en todas las juris-
dicciones; la única que se registra en todas las provincias del país, con uno de
los nombres que se utiliza es el técnico radiólogo.
A continuación se detalla el nombre de las profesiones técnicas de la salud
del país. En primer lugar se inscribe el nombre de la profesión como se reco-
noce en el Ministerio de Salud de Nación.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 163

- Enfermero – Enfermero Profesional


- Técnico Superior de Esterilización – Téc. Esterilización – Téc. en Far-
macia
- Instrumentador Quirúrgico - Instrumentador Universitario –– Téc. Sup.
En Instrumentación Quirúrgica – Téc. en Quirófano
- Téc. Hemoterapia – Téc. en hemoterapia e Inmunohematología
- Téc. Hematólogo – Téc. en Inmunohematología
- Téc. en Prácticas Cardiológicas – Téc. Cardiólogo – Téc.
Electrocardiografía
- Téc. Laboratorio – Téc. Superior de Laboratorio – Téc. Análisis Clíni-
cos – Téc. Químico – Analista Químico Biológico
- Téc. Radiólogo – Téc. Superior en Radiología – Téc. en Radiología y
Terapia Radiante – Téc. en Radiodiagnóstico – Téc. Diagnóstico por
Imágenes – Téc. Bioimágenes – Téc. Tomografía Axial Computada
- Citotécnico – Téc. en histología – Téc. en Laboratorio Clínico e
Histopatología – Téc. en Citología – Téc. Preparadores de histología –
Téc. Anatomía Patológica – Citotécnico Universitario
- Téc. de Anestesia
- Téc. Prótesis Dental – Mecánico Dental – Téc. Laboratorio
Odontológico – Téc. en Prótesis y Ortesis – Téc. Ortopédico Ortóptico
– Téc. Calzado Ortopédico
- Téc. Óptico – Téc. Óptico Experto – Óptico Técnico Contactólogo –
Técnico Universitario en Oftalmología
- Podólogo – Podólogo Universitario – Pedicuro
- Téc. Industria de Alimentos

Desde acá las tecnicaturas que se matriculan en distintas jurisdicciones y


no en el Ministerio de Salud de Nación:

- Téc. Electroencefalografía – Téc. Neurofisiología


- Téc. en Medicina Nuclear
- Téc. en Hemodiálisis – Téc. Universitario en Diálisis
- Téc. Bromatología
- Cosmetólogo
- Terapeuta Físico
164 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

- Terapista Ocupacional
- Téc. Estimulación Temprana
- Téc. Psicomotricidad
- Prof. Deficientes Mentales
- Prof. Educador de Sordos
- Téc. Educación Especial y Asistencial
- Téc. Kinesiólogo
- Téc. en Fonoaudiología
- Profesor de Psicopedagogía
- Psicopedagogo
- Téc. Obstetricia
- Téc. Estadística - Téc. Estadística en Salud
- Educador Sanitario
- Téc. en Salud
- Téc. en Salud Rural
- Téc. Sanitarista
- Téc. en Emergencia Médica
- Téc. en Identificación del Recién Nacido

A continuación se listarán tecnicaturas que se matriculan en el ámbito de


la salud, bajo la responsabilidad de la Autoridad Sanitaria en algunas juris-
dicciones, cuya colaboración con el profesional de la salud no es determinante
a la hora del diagnóstico y / ó tratamiento del paciente enfermo. Pueden ser
de necesidad en el campo de la prevención de la salud como parte del equipo
multidisciplinario, pero no necesariamente como parte del sector salud.

- Agente de Propaganda Médica


- Téc. en Minoridad y Familia
- Téc. en Administración Hospitalaria
- Téc. en saneamiento Ambiental

3.3. Registro de Auxiliares


Los auxiliares tienen un nivel de formación que por la normativa vigente
requiere solamente el nivel de formación primaria.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 165

La Ley de Educación de vigencia actual Nº 26.606 agrega a la enseñanza


obligatoria la escolaridad secundaria o su correspondiente de Enseñanza Ge-
neral Básica (EGB). Por lógica consecuencia se deberá modificar este reque-
rimiento a la vez que se profesionalizan las profesiones.
Actualmente existe un Programa de profesionalización de la enfermería,
otorgando contenidos de formación teórica y práctica a los auxiliares de en-
fermería para obtener su grado de enfermeros técnicos profesionales.
En primer lugar se citará la denominación que otorga el Ministerio de
Salud de Nación.

- Auxiliar de enfermería – Auxiliar de enfermería pediátrica – Asistente


de enfermería
- Auxiliar de laboratorio – Ayudante de laboratorio – Auxiliar de labora-
torio e histopatología – Auxiliar de bioquímica
- Auxiliar de anestesia
- Auxiliar de radiología
- Asistente dental – Auxiliar de odontología

A continuación, se citan auxiliares que se registran en diferentes jurisdic-


ciones y no en el Ministerio de Salud de Nación.

- Agente sanitario
- Educador Sanitario
- Auxiliar de geriatría – Asistente de geriatría
- Auxiliar de psiquiatría
- Auxiliar de hemoterapia
- Auxiliar de diálisis
- Auxiliar de esterilización
- Auxiliar de instrumentación quirúrgica
- Auxiliar de farmacia – Idóneos de farmacia
- Auxiliar ortóptico
- Asistente terapéutico para discapacidad
- Auxiliar de identificación del recién nacido
- Auxiliar dietista
- Auxiliar de fonaudiología
166 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Seguidamente, se mencionan auxiliares que se registran en diferentes ju-


risdicciones y no en el Ministerio de Salud de Nación, sin competencia en
forma directa para la salud del enfermo.
- Auxiliar de estadística de salud
- Auxiliar de estadística hospitalaria
- Auxiliar de bromatología
- Agente de propaganda médica
- Auxiliar de educación
- Auxiliar de veterinaria

4. Requisitos legales para ejercer las profesiones de la salud

Todo profesional de la salud que aspire a trabajar dentro de su profesión,


deberá estar habilitado para ejercer.
Esta autorización, o acto de matriculación y/o registro, se lleva a cabo por
la Autoridad Sanitaria responsable o en el organismo que bajo su responsabi-
lidad fuera delegado, como son los Colegios o Consejos de profesionales.
En el caso de esta delegación, la norma legal que formaliza este acto es
una ley, de la jurisdicción correspondiente, por lo que se denomina a estos
organismos “Colegios de Ley”.
Cada organismo responsable de la matriculación debe registrar los datos
de la Matriz Mínima de Profesionales de la Salud (Res. MERCOSUR Nº 24/
04; RMS Nº 604/05).

4.1. Acreditación de Título


El certificado o título de egreso es el documento que otorga la entidad formadora
como constancia de haber completado la currícula de la carrera o curso.
El Consejo Federal de Cultura y Educación establecerá los criterios básicos
y los parámetros mínimos referidos a: perfil profesional, bases curriculares, car-
gas horarias mínimas, así como el desarrollo de prácticas profesionalizantes. 31

31
Acuerdo Marco para la Educación Superior no universitaria – en las áreas humanística,
social y técnico-profesional- Anexo Resolución CFCyE Nº 238/05
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 167

Este documento debe estar firmado por el responsable de la carrera y de


la institución.
La firma del superior institucional debe estar certificada por el Ministerio
de Educación Jurisdiccional en el caso de tratarse de carreras técnicas o
cursos de formación de auxiliares y las de formación universitaria por el Mi-
nisterio de Educación de la Nación. Estos últimos, a su vez, deberán estar
validados por el Ministerio del Interior nacional.
El título debe contener los nombres completos del egresado y apellidos tal
como figuran en el documento de identidad. Estos nombres y apellidos se
corresponderán con los de la futura credencial de matrícula.

4.2. Matrícula. Habilitación para ejercer


Cada provincia del país, por lo que establece el carácter federal del país
ya mencionado, matricula y lleva el registro de los profesionales que actúan
en la misma.
El hecho de ejercer en varias provincias simultáneamente o en más de una
región sanitaria de una misma jurisdicción, no eximen al profesional de estar
matriculados en cada una de ellas, debiendo cumplir, en forma independiente
de la jurisdicción que se trate, los requisitos que fije la Autoridad Sanitaria o
Colegio de Ley, ya sea a nivel de documentación, de pagos de aranceles úni-
cos o periódicos o de renovación de la credencial en determinada cantidad de
tiempo. El no cumplir con alguna de estas obligaciones lleva al organismo
responsable a la cancelación momentánea o permanente de la matrícula y por
ende a la inhabilitación para ejercer.
El ejercicio profesional tiene su responsabilidad establecida por leyes, de-
cretos o resoluciones.
En dichas normativas se establecen las competencias de cada una de las
profesiones de la salud, así como qué es lo que no podrá ejercer o dónde no
podrá actuar el profesional sanitario.
La Ley 17.132 de Ejercicio de la Medicina, Odontología y Profesiones de
Colaboración, establece la obligatoriedad tanto de la matriculación como de la
autorización para ejercer para los profesionales en ella comprendidos o anexa-
dos por normas complementarias.
La Autoridad Sanitaria deberá, por solicitud del profesional actuante o un
responsable de un establecimiento sanitario, autorizar a ejercer en el mismo o
168 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

a negar tal solicitud en caso de que no se cumplan con los requisitos necesa-
rios, dentro de los cuales figura la habilitación del establecimiento sanitario
donde se pretende ejercer.
Tanto la autorización para ejercer, la habilitación de los establecimientos
sanitarios y la fiscalización de los mismos y del ejercicio profesional, los reali-
za la Autoridad Sanitaria o el organismo sobre el cual ésta haya depositado el
poder de policía.

Fig.1- Modelo de credencial de matrícula emitido por el Ministerio de Salud de Nación.


Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 169

4.3 Profesionales extranjeros. Reválida


Los profesionales de la salud egresados en otros países32 , sean ellos ex-
tranjeros o argentinos, deben realizar la consulta ante el Ministerio de Educa-
ción de Nación para conocer el procedimiento que deba realizar.
En algunos casos el trámite consiste en que una Universidad Nacional
verifique la currícula del profesional extranjero y resuelva que la profesión
presentada posee la currícula similar a la que dicta la Universidad respaldante.
Posteriormente el Ministerio de Salud de Nación certificará el documento y el
profesional estará en condiciones de realizar los trámites posteriores de matri-
culación para estar habilitado a ejercer.
El profesional extranjero deberá tener documento de identidad de nuestro
país con la residencia otorgada. De no ser así, la credencial de matrícula que
se otorgue tendrá fecha de vencimiento coincidente con la del Documento
Nacional de Identidad.
Otra manera de obtener la reválida del título es mediante un examen de
aptitud escrito teórico y uno presencial práctico. En caso de no aprobar en
una primera instancia podrá volver a rendir el examen habiendo transcurrido
un año desde la primera fecha.
De reprobar esta instancia la única manera para ejercer la profesión que
intenta revalidar será cursando la carrera en una institución formadora acre-
ditada en la Argentina.
En tercer lugar, está el caso de profesionales extranjeros que concurran a
la Argentina con la finalidad de realizar residencias, becas u otro curso de
postgrado. Para ellos rige el modelo de reválida de título, por convenio o por
examen.
Debe tenerse en cuenta que el trámite de reválida está sujeto a fechas de
exámenes y que puede prolongarse en más de un año, por lo que se sugiere estar
al tanto de estos tiempos antes de rendir exámenes de ingreso a residencias,
becas, concurrencias, los que a su vez pueden tener una fecha de vencimiento.
Otro caso que se puede dar con profesionales de la salud extranjeros es
el de aquellos que sean invitados a la Argentina con el motivo de atender a
un paciente, debido a su experiencia y trabajos demostrados en otros países.

32
Convenio Andrés Bello. Boletín de Prensa. Pronunciamiento de ministros de educación
en Cartagena, Colombia. Cartagena de Indias, 21 de mayo de 2004.
170 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

En este caso deben concurrir muñidos de la nota de invitación por un Orga-


nismo reconocido, y se les otorgará una credencial de matrícula por el tér-
mino de seis meses que lo habilitará para atender en forma exclusiva a un
paciente, de quien se emitirá una nota con sus datos personales, o para dar
clases o conferencias.
Si su matrícula se solicita para dirigir el curso de prácticas asistenciales,
por ejemplo cirugías, estudios o sólo para dar clases se le dará una credencial
de matrícula con tiempo limitado y con la leyenda “no habilitado para ejercer”.
En los casos anteriores es responsabilidad de la Institución que invita a
participar al profesional extranjero, verificar que al momento de realizar las
prácticas para las que fue invitado, posea su documentación en orden.

5. Ejercicio en las provincias

Cada jurisdicción del país posee su propia normativa para la habilitación a


ejercer de los profesionales de la salud. Es requisito para ejercer estar regis-
trado y matriculado en la Autoridad Sanitaria jurisdiccional o en el Organismo
que la misma indique por ley.
En relación a las necesidades locales, dentro de las cuales se incluyen
costumbres, distancias, formas de vida, existen en los distintos sectores geo-
gráficos del país, profesiones arraigadas en la población como los “agentes
sanitarios”, “idóneos de farmacia” y otros, algunos de los cuales tienden a ir
desapareciendo y otros profesionalizándose como trabajadores sociales.

6. Los Colegios Profesionales

Los Colegios Profesionales33 son uno de los tipos de las llamadas “socie-
dades intermedias”, que en el campo de las “profesiones liberales”, cumplen

33
Bibliografía especial: MORELLO, Augusto M. y BERIZONCE, Roberto O., “Los Colegios
Profesionales: Fin de una Etapa y Perspectiva Superadora” en Revista del Colegio de Aboga-
dos de la Plata, 1992, año XXXII, nº 52, Buenos Aires, p. 205/224; SESIN, Domingo Juan y
ABAD HERNANDO, Jesús L., “Régimen Jurídico Público de los Colegios Profesionales” en Co-
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 171

funciones de interés público. Este, es el interés general y no el interés particu-


lar de un sector. Su nacimiento proviene de una necesidad del Estado contem-
poráneo (su génesis data principalmente de la década del 40 del siglo XX).
De allí que el Estado haya requerido la colaboración activa y permanente de
tales agrupamientos organizados que así, de manera imprescindible, respondie-
ron con aquél a las demandas del servicio público y dieron satisfacción a las
necesidades, cada ves más intensas, variadas y complejas de la comunidad.
El derecho constitucional provincial (constituciones sancionadas desde 1983
en adelante), en su gran mayoría ha reconocido los colegios profesionales. Así:
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Cláusula Transitoria Decimoctava, Buenos
Aires: Art. 41, Catamarca: Art. 58, Chaco: Art. 15, Chubut: Art. 38, Córdoba:
Art. 37, Jujuy: Art. 34, Neuquén: Art. 52, Santiago del Estero: Art. 40.34
Los colegios profesionales creados por ley son entidades de derecho pú-
blico no estatales, también denominadas paraestatales. Creados mediante le-
yes por el Estado, éste delega en forma expresa alguna de sus potestades
públicas, por las cuales, de esa manera, ejerce el poder de policía sobre la
profesión y las consiguientes potestades disciplinarias.
Esa naturaleza jurídica (personas jurídicas públicas no estatales), resulta,
por cuanto, desde un punto de vista institucional, no pertenecen a los cuadros
de la administración pública, ni integran los mismos como en la persona jurídi-
ca publica estatal. Lo que si deben garantizar los colegios es el ejercicio pro-
fesional adecuado.

mercio y Justicia, v. XXVII, Córdoba, 1977/78, p. 51; VITERBORI, Juan Carlos, “Los Colegios
de los Profesionales del Derecho”, LL, 1992-D-Sec. Doctrina, p. 1028/1036; ROCA, Marcelo,
“Institucionalización de colegios Profesionales en el Derecho Público Provincial”, LL, Tº 119-
1965, p. 1128/1133.
34
Citamos a modo de ejemplo, lo legislado en la Constitución de la Provincia de Córdoba,
Que trata acerca de los “De los colegios profesionales” en el Art. 37.
Art. 37. - La Provincia puede conferir el gobierno de las profesiones y el control de su
ejercicio a las entidades que se organicen con el concurso de todos los profesionales de la
actividad, en forma democrática y pluralista conforme a las bases y condiciones que establece
la Legislatura. Tienen a su cargo la defensa y promoción de sus intereses específicos y gozan
de las atribuciones que la ley estime necesarias para el desempeño de sus funciones, con arreglo
a los principios de leal colaboración mutua y subordinación al bien común, sin perjuicio de la
jurisdicción de los poderes del Estado.
172 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

La ley que los crea les adjudica funciones específicas: organizan un regis-
tro de profesionales, otorgan la matrícula, el reconocimiento o certificación de
especialidades, la defensa de la actividad y la deontología, siendo titulares de
códigos de ética.
La adhesión es obligatoria para el ejercicio profesional en la jurisdicción,
siendo los aportes compulsivos, conformando un patrimonio público, pero no
estatal.
Se ha dicho doctrinaria y jurisprudencialmente que constituyen un tipo de
institución que ocupa un lugar intermedio entre los entes privados (no integran
la administración pública) y los públicos (creados por un acto del poder públi-
co). Sus actos se rigen por el derecho común y son actos jurídicos civiles y no
administrativos. Tienen conferida una competencia expresa y limitada por la
ley, reservándose el Estado el control del cumplimiento de sus objetivos y
funciones, evitando excesos, discriminaciones o una organización interna que
no asegure la participación de los colegiados, el pluralismo ideológico y la
democracia representativa.
No existe en el país una uniformidad de colegiaciones de las profesiones y
su conformación es resorte de las legislaturas provinciales. A modo de ejem-
plo, la profesión médica esta colegiada en once jurisdicciones provinciales. En
las restantes jurisdicciones —al no producirse la delegación de la potestad
propia del Estado provincial— las funciones mencionadas más arriba siguen
siendo ejercidas por los ministerios de salud. En otras profesiones de la salud,
también se da esta falta de consonancia en relación a la existencia o no de
colegios profesionales.

III) Las Residencias en salud

35
1. El médico residente

El «residente de salud» (médico u otro) es un profesional de reciente gra-


duación, que esta autorizado – legitimado por el Estado para realizar actos de

35
Los conceptos que se expresan en este parágrafo comprenden a “las residencias en
salud” en general.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 173

profesión (actos médicos u otros); los cuales debe ejecutar en el marco de un


programa educativo denominado “residencia en salud”, siendo el propósito del
mismo, “complementar la formación integral del profesional ejercitándolo en
el desempeño responsable, eficiente y ético” de la ciencia médica. Su praxis
profesional es supervisada y los actos de profesión que practique serán de
“progresiva complejidad y responsabilidad”.
El médico residente, se ha graduado de médico, ha prestado el “juramento
médico” de estilo (“Declaración de Ginebra”) —al momento de recibir el
diploma correspondiente—, y habiendo hecho el tramite administrativo perti-
nente, ha sido autorizado por el Estado a ejercer la medicina (aplicación arts.
2º, 13 y cc. Ley 17.132).
El médico residente intentar alcanzar el mismo bien que tiene como norte
la medicina: preservar la vida e integridad de las personas, prevenir las enfer-
medades y, si ellas ocurren, curarlas en la medida de lo posible. Con esa
finalidad, la residencia médica coadyuvara a integrar y consolidar el saber
científico del médico residente, a dotarlo de experiencia práctica y capacidad
técnica; lo que anexado a los valores que emanan de la ética médica y la
bioética, redundara en un profesional de la salud idóneo, responsable y ético.

2. La regulación de la residencia en salud

La reglamentación legal de la residencia en salud, en el ámbito nacional,


se dispuso a través de la ley 22.12736 (B. O. 08/01/1980). Dicha ley estable-
ce: “el Sistema Nacional de Residencias de la Salud, cuyo objeto es comple-
mentar la formación integral del profesional ejercitándolo en el desempeño
responsable, eficiente y ético de las disciplinas correspondientes mediante la
adjudicación y ejecución personal supervisada de actos de progresiva comple-
jidad y responsabilidad” (art. 1º).37

36
Adhirieron a la ley 22127 las siguientes provincias: Jujuy: Ley 3726; Misiones: Ley
1270; San Luís: Ley VII-0234-2004.
37
La ley 22.127 dispone que “las disposiciones de la presente ley rigen en todos los
establecimientos asistenciales y sanitarios dependientes de la Autoridad Sanitaria Nacional.
Las Provincias, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, las Universidades, las Fuerzas
Armadas y la Policía Federal y las instituciones privadas que deseen tener programas de
174 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

En el año 2008, el Ministerio de Salud de la Nación dicto la Resolución


303/2008, mediante la cual se aprobó el “Reglamento Básico General para el
Sistema Nacional de Residencias del Equipo de Salud” (B. O. 16/04/2008).
Citamos las siguientes normas que regulan la residencia de salud en distin-
tas provincias argentinas: Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ley 601 – De-
creto 2001/1992; Provincia de Buenos Aires: Decreto 2557/2001; Catamarca:
Ley 4853 – Resolución 197/2003; Entre Ríos: Ley 8951 – Decreto 5946/2000;
Jujuy: Ley 4286; La Rioja: Ley 7492; Misiones: Ley 1270; Río Negro: Leyes
3117 y 3444; Santa Fe: Leyes 9529, 10048 y 10270.

3. ¿Qué es la residencia de salud?

La resolución 308/2008 MS nos dice que “La Residencia de Salud es un


sistema de formación integral de postgrado para el graduado reciente en las
disciplinas que integran el equipo de salud, cuyo objeto es completar su forma-
ción en forma exhaustiva, ejercitándolo en el desempeño responsable y eficaz
de la disciplina correspondiente, bajo la modalidad de formación en el trabajo
(art. 1º).
Que “Se trata de un modelo formativo cuyo desarrollo ha sido previsto a
modo de beca anual, la que deberá ser cumplida conforme lo establecido en la
presente y de acuerdo a la modalidad prevista para cada ciclo de capacita-
ción” (art. 2º).
Y que “Las Residencias de Salud, cualquiera sea su especialidad o profe-
sión, se desarrollarán según un programa de formación predeterminado, con
un régimen de actividad a tiempo completo, el que no podrá ser inferior a
cuarenta y ocho (48) horas semanales, con dedicación exclusiva y mediante la
ejecución personal, bajo supervisión, de actos profesionales de complejidad y
responsabilidad crecientes (art. 3º).

residencias aprobados según esta ley, podrán incorporarse al Sistema que se establece median-
te convenios (art. 3º).
También dispone crear el “Consejo Nacional de Residencias de la salud (C.O.N.A.R.E.S.A.)
a los fines de la conducción del Sistema, organismo que funcionará en el ámbito de la Secretaría
de Estado de Salud Pública. Dicho Consejo estará compuesto por la Asamblea General y por
el Consejo Directivo (art. 4º).
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 175

Buzzi señala que “la residencia constituye un sistema fundamentalmente


educativo, basado en la premisa «aprendiendo a través de la tarea» («learning
by doing»). A través de este proceso, el joven graduado, provisto de los cono-
cimientos biomédicos necesarios después de su pasaje por la Facultad, ad-
quiere la experiencia práctica y la capacitación técnica que lo convierten en
un profesional idóneo y en un recurso humano útil para la sociedad. Este
proceso debe considerarse como una actividad en terreno, y por lo tanto, aún
cuando su esencia es eminentemente educativa, no puede ser logrado sino
mediante la ejecución directa y personal de las tareas asistenciales, benefi-
ciándose estas últimas mediante la asignación progresiva de responsabilida-
des crecientes bajo supervisión permanente y adecuada.”
“Lo que caracteriza a este sistema de formación es la práctica de la capa-
citación en servicio, esto es, desarrollar actividades asistenciales programa-
das y supervisadas en instituciones dependientes del Sistema de Salud del
Estado.”38 (Kees, Amanda Estela).

4. Características de la Residencia Médica.

Conforme se ha legislado esta temática, cabe señalar algunas característi-


cas de la residencia médica.

a. Profesional de la salud. Para acceder a la residencia médica se requie-


re ser médico (graduado hasta con cinco años de obtenido el titulo universitario).

b. Residencia. Se dice en el Diccionario de la Real Academia Española


(en una de sus acepciones) que “residencia” es “lugar en que se reside”. En
nuestro caso, el médico residente “vive” lapsos periódicos de tiempo39 (por el

38
El art. 3º ley 22.127 estatuye el ámbito de aplicación del Sistema Nacional de Residen-
cias de la Salud “Las disposiciones de la presente ley rigen en todos los establecimientos
asistenciales y sanitarios dependientes de la Autoridad Sanitaria Nacional. Las Provincias, la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, las Universidades, las Fuerzas Armadas y la
Policía Federal y las instituciones privadas que deseen tener programas de residencias aproba-
dos según esta ley, podrán incorporarse al Sistema que se establece mediante convenios.”
176 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

espacio temporal que dure la residencia), en el hospital o sanatorio donde


curse la misma, a los fines de desempeñar la práctica médica que le asignen a
“tiempo completo y con dedicación exclusiva”. (Conf. art. 2º ley 22127).

c. Programa de práctica y formación educativa. La esencia del siste-


ma de residencia médica es “complementar la formación integral del” médico
recién graduado (art. 1º ley 22127). La ley establece que “los profesionales de
los establecimientos incorporados serán considerados integrantes del plantel
de instructores del sistema y participarán en la enseñanza de los residentes,
como una extensión de sus servicios específicos, a través de la capacitación,
adjudicación y supervisión personal de los actos de progresiva complejidad y
responsabilidad que encomienden” (art. 14 ley 22127).

d. Especialización. También se dispone que “la certificación de haber


aprobado la residencia, extendida por el Consejo Nacional de Residencias de
la Salud (C.O.N A.R.E.S.A.) será suficiente para que el residente pueda ins-
cribirse como especialista” (art. 19 ley 22127).

e. Actividad remunerada. La ley determina que “las residencias serán


cumplidas mediante beca anual con una modalidad y remuneración a estable-
cer por el organismo de conducción del Sistema” (art. 2º ley 22127).

f) Responsabilidad. La ley 22127 establece que “a los efectos de lo


dispuesto en el artículo 14 la ejecución de los actos de progresiva complejidad
encomendados al residente en cumplimiento de los programas de residencias,
se desarrollarán bajo su propia responsabilidad profesional, sin perjuicio de la
que eventualmente pueda recaer sobre el instructor que hubiera dispuesto su
realización (art. 16).

39
La reglamentación establece que debe realizar determinada cantidad de guardias men-
suales (ver ínfra en el texto).
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 177

5. Funciones, obligaciones y derechos del residente

A los fines de juzgar la responsabilidad profesional del médico residente,


cabe tener presente el marco legal en que desenvuelve su actividad. La reso-
lución 308/2008 MS, a través del Anexo I, Capitulo VI, estatuye las funciones,
obligaciones y derechos del médico residente.
Artículo 17º - Serán funciones y obligaciones técnicas del residente:
a) Desarrollar las tareas que se le asignen bajo la supervisión de los profe-
sionales de planta, del encargado del sector y del Jefe de Sala, laboratorio o
unidad correspondiente y con la coordinación del jefe de residentes o residen-
te de año superior en el que se haya delegado esa función.
b) Cumplir las indicaciones del servicio formuladas por los respectivos
responsables, en lo referente a los aspectos técnicos de su función.
c) Asistir a las actividades científicas y docentes fijadas por el programa
educacional de la residencia.
d) Realizar búsquedas bibliográficas.
e) Elaborar las Historias Clínicas de los pacientes que les sean encomen-
dadas y confeccionar los ficheros de las Historias Clínicas según diagnósti-
cos, siguiendo la Clasificación Internacional de las Enfermedades de la OR-
GANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD - OMS - vigente, como asimis-
mo de radiografías y otras imágenes, iconográficos y bibliográficos.
f) Realizar, cuando les sea requerido, estudios estadísticos de morbilidad y
mortalidad.
g) Incorporar a la actividad, de serle solicitado, herramientas epidemiológicas
e informáticas.
h) No abandonar el servicio sin antes asegurarse que otro residente cubra
adecuadamente sus funciones, comunicando a quien corresponda el lugar al
que se dirige y cómo se le puede encontrar, de ser necesario.
i) Cuando esté de guardia, notificar los casos de emergencia al residente
del año superior, al Jefe de Residentes o a quien corresponda.
j) Consultar obligatoriamente al responsable de su formación frente a un
problema cuando la complejidad del caso lo exija.
k) Rotar por las secciones especiales que corresponda, dentro de los tur-
nos y lapsos que cada programa establezca.
l) Las rotaciones fuera del Establecimiento podrán ser realizadas a partir
del tercer año de formación, según lo establecido en el respectivo Programa.
178 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

m) Para realizar rotaciones por el extranjero, el residente deberá contar


con la aprobación del encargado del Programa y el Comité de Docencia e
Investigación, avalando tal situación con una fundamentación por escrito a la
DIRECCION NACIONAL DE CAPITAL HUMANO Y SALUD OCUPA-
CIONAL en la que se informe que dicha rotación meritúa realizarse por el
aprendizaje de procedimientos o técnicas novedosas. Debiendo contar con un
seguro de viaje a nombre del Residente, ateniéndose a las mismas pautas que
para las rotaciones fuera del Establecimiento en cuanto a momento de realiza-
ción, duración y presentación de monografía.
n) Concurrir a reuniones científicas o profesionales, dentro o fuera del
servicio u organismo, con autorización del respectivo responsable.
o) Participar en la elaboración y presentación de trabajos científicos.
p) Realizar tareas docentes en el lugar de desempeño de su residencia,
siempre que no afecten sus tareas asignadas, con la autorización del respon-
sable del programa.
“Artículo 18º - Las obligaciones administrativas a cargo del residente para
acceder y mantener el cargo serán las que se detallan a continuación:
a) Una vez que haya sido seleccionado para cubrir el cargo, deberá some-
terse a un examen médico completo. El mismo será realizado en el órgano
técnico respectivo correspondiente a la Jurisdicción (Dirección de Reconoci-
mientos Médicos, Salud Ocupacional u otras). Los datos emergentes del cita-
do examen deberán ser incluidos en la ficha médica individual.
b) Todo hecho en el que intervenga el residente que adquiera o pueda
adquirir características médico-legales, deberá en forma inmediata ser comu-
nicado al superior correspondiente.
c) Será considerado causal de rescisión del contrato la falta de promoción
del residente al año superior o a la instancia de finalización de la Residencia.
d) Será rescindido, sin posibilidad de recontratación, el vínculo con aquel
residente que no hubiere concluido el plazo total del ciclo o que no hubiere
alcanzado las metas u objetivos académicos, o de otra índole, contemplados
en el mismo.
e) El residente que renunciara de forma fehaciente con posterioridad a la
adjudicación y hasta cinco días hábiles antes de la fecha fijada por la jurisdic-
ción para la readjudicación podrá presentarse a rendir examen al año siguien-
te. La vacante será readjudicada de acuerdo con el orden de mérito. Si la
renuncia se produjera con posterioridad a esa fecha, quedará inhibido para
optar por una residencia nacional por un período de dos años a partir de la
fecha de ingreso a la residencia.”
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 179

“Artículo 19º - Los residentes gozarán de los siguientes derechos:


a) Los residentes recibirán, como parte de la formación, un emolumento
mensual, sujeto a las normas de liquidación y actualización vigentes, de con-
formidad con el contrato que a ese respecto se suscriba con el MINSITERIO
DE SALUD.
b) El residente deberá recibir, en forma previa a su inicio, el Programa de
la residencia a cursar actualizado, debidamente acreditado y registrado con el
número de Acto Administrativo por el cual ha sido autorizado. Todo ello en
copia certificada.
c) Al residente le será aplicable la normativa jurisdiccional en cuanto al
régimen disciplinario, de licencias y franquicias, ello en estricta relación al
lugar en que éste realiza su beca formativa.
d) El Establecimiento deberá garantizar una habitación para el residente
de guardia en ámbito del mismo.
e) La Jurisdicción donde realiza su formación, o en su defecto, el nosoco-
mio o servicio, deberá proveer al residente de equipos completos de ropa de
labor en cantidad adecuada.
f) Los residentes tendrán derecho a recibir la información necesaria a fin
conocer los obligaciones que rigen su formación.
g) Los residentes quedarán incorporado al régimen previsional establecido
por la Ley Nº 24.241, sus complementarias y modificatorias. Del mismo modo
queda incorporado a la Obra Social de los trabajadores del Estado Nacional
de acuerdo al régimen vigente. Así como percibirá los beneficios correspon-
dientes a las asignaciones familiares, de conformidad a la normativa vigente
en la materia.”

6. De los Jefes de Residentes

Al ser la actividad de los médicos residentes supervisada y/o coordinada


por un médico jefe de residentes, citamos lo que sigue de lo reglamentado por
la resolución 308/2008 respecto del jefe de residentes:
VIII. - DE LOS JEFES DE RESIDENTES:
ARTICULO 28º - El Jefe de Residentes será un profesional elegido de
entre los que hayan cumplido y culminado en forma reciente el mismo progra-
ma del ciclo completo de la residencia de que se trate.
180 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Artículo 29º - Sólo con carácter excepcional, cuando en una Residencia no


haya habido egresados o no existan interesados en el cargo, o cuando los intere-
sados carezcan de condiciones para ocupar dicha jefatura, podrá ser reelegido
por única vez el Jefe de residentes del año anterior de la misma residencia,
Servicio y Establecimiento o se procederá a realizar un Concurso Abierto entre
ex - jefes de residentes de otros Establecimientos de la misma especialidad.
De no existir interesados entre estos últimos, se procederá a concursar el
cargo entre los residentes recién egresados de la misma especialidad de otros
Establecimientos, debiendo en esta instancia, publicar el llamado a Concurso,
por única vez, en el periódico de mayor circulación existente en el lugar en
que sea requerido.
Artículo 30º - La selección de los Jefes de Residentes será efectuada por
una comisión ad hoc presidida por el responsable del programa e integrada por
el Jefe del Servicio, UN (1) profesional de planta del servicio u organismo
respectivo y el Jefe de Residentes saliente.
Artículo 31º - La evaluación de que trata el artículo anterior deberá ser
realizada conforme al leal saber y entender de los responsables, debiendo
éstos hacer constar en forma fehaciente la fundamentación del veredicto en
un acta labrada a tal efecto.
En la selección deberán ser considerados, entre otros, los siguientes atri-
butos personales de los candidatos:
a) Capacidad de conducción de grupos,
b) Aptitud para la organización de actividades propias y grupales,
c) La aplicación y establecimiento de los principios éticos de la profesión,
d) La buena predisposición para la transferencia de conocimientos,
e) Los conocimientos adquiridos durante el período de su residencia,
f) Las evaluaciones que hubiere realizado durante todo su ciclo de forma-
ción como Residente,
g) El concepto personal que el candidato hubiere alcanzado entre sus pa-
res y superiores,
h) La opinión del conjunto de los residentes del programa.
Artículo 32º - Los residentes que alcancen el cargo de Jefe de residentes
tendrán las siguientes funciones y obligaciones:
a) Dentro de los programas preestablecidos, deberá organizar y coordinar
las tareas de los residentes.
b) Con el objeto de discutir el desarrollo de las tareas asignadas dentro del
servicio, deberá reunirse por lo menos una vez al día con los residentes.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 181

c) Deberá reunirse periódicamente con el Jefe de Servicio o Unidad para


coordinar las tareas de los residentes.
d) Coordinar las tareas comunes con los Jefes de Residentes de otros
departamentos o servicios.
e) Promover el trabajo interdisciplinario durante la residencia.
f) Participar en la evaluación periódica de los residentes desde el punto de
vista profesional, personal y ético.
g) Asegurar la concurrencia de los residentes a las actividades docentes
del programa.
Artículo 33º - El Jefe de Residentes gozará de todos los derechos y tendrá
las mismas obligaciones técnicas y administrativas en relación con su cargo
que el resto de los residentes.
Artículo 34º - El plazo previsto para la duración de la Jefatura de residencia
será de UN (1) año calendario, debiendo cumplir con sus funciones bajo un
sistema de dedicación exclusiva, con las mismas obligaciones que los demás
residentes. Al final de su período, y si su actuación ha sido satisfactoria, recibirá
un certificado extendido por la institución en la cual se ha desempeñado.

IV) Las Especialidades Médicas

1. Conceptos generales

“Especialista” es el profesional de la medicina capacitado o idóneo en “un


campo especifico de la medicina” (“especialidad”); el cual adquirió esa capa-
cidad, a través del proceso educativo correspondiente” (“especialización”).
Lo primero a definir es que se considera una especialidad médica. Gené-
ricamente se denomina así al ámbito del conocimiento médico dentro del cual
el profesional que lo ejerza demuestra idoneidad en la resolución de proble-
mas, preservando la salud, resolviendo la enfermedad, adaptando la secuela, y
al que voluntariamente accede. En síntesis, a la rama de la medicina a que se
consagra un profesional.40

40
FLIESS, Enrique, Especialidades médicas reconocidas, Coneau – 2004, Ministerio de
Salud y Ambiente., Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria (CONAPRIS),
Buenos Aires, 2004, p. 26.
182 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Otro concepto nos dice que es el área de conocimiento acotada, para su


mejor investigación, estudio, enseñanza, evolución y aplicación a aspectos
determinados o particulares de las ciencias médicas. En el marco de este
concepto global, se entiende como especialidad básica o troncal al área
acotada de conocimiento, abarcativa dentro de sus límites de contenidos fun-
damentales de las ciencias médicas. Una especialidad dependiente o deri-
vada es el campo restringido del conocimiento, dentro de la especialidad bási-
ca, que por sus características requiere investigación, estudio y capacitación
particular, agregado al dominio previo de la especialidad madre. Por fin, puede
definirse como subespecialidad o especialidad específica al campo restringi-
do del conocimiento, dentro del área de una especialidad dependiente que por
sus características requiere la capacitación antedicha agregada al dominio
previo de la especialidad derivada.41
El artículo 58 del Código de Ética de la COMRA prescribe que “Médico
especialista es quien se ha consagrado particularmente a una de las
ramas de la Ciencia Médica, realizando estudios especiales en faculta-
des, hospitales u otras instituciones que están en condiciones de certifi-
car dicha especialización con toda seriedad, ya sean del país o del ex-
tranjero y luego de haber cumplido dos años como mínimo, en el ejerci-
cio profesional. La especialización es más seriamente reconocida cuan-
do se hace con intervención de una sociedad científica o gremial.
Interpretando la norma ética podemos decir que el médico en general,
para alcanzar la categoría de médico especialista debe: a) haberse volcado al
ejercicio y al estudio profundizado de una rama particular de la ciencia médi-
ca; b) esos estudios de postgrado deben ser cursados en casas de estudios de
reconocido prestigio (nacionales o extranjeras), y que puedan avalar la capa-
citación académica del cursante, certificando la especialización en cuestión, y
c) tener un mínimo de dos años de ejercicio en la profesión.
La norma, finalmente, determina que cuando en todo el proceso de la
especialización interviene una sociedad científica o gremial, la misma detenta
un mayor nivel de prestigio y seriedad.

41
FLIESS, Enrique, Especialidades médicas reconocidas, Coneau – 2004, Ministerio de
Salud y Ambiente. Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria (CONAPRIS),
Buenos Aires, 2004, p. 26.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 183

Una vez que el médico ha elegido una especialidad, debe asumir el serio y
severo compromiso ético de limitar su actividad profesional al campo de dicha
especialidad. Este es un compromiso de respeto para consigo mismo y para
con los colegas (Conf. arts. 59 C. E. COMRA y 40 C. E. AMA).
También, será conveniente que el especialista, como miembro de Equipo
de Salud, se presente voluntaria y periódicamente para la evaluación de cono-
cimientos antes sus pares (Recertificación Asistencial), luego de haber cum-
plido cinco años como mínimo en el ejercicio profesional como Especialista
Certificado demostrando responsabilidad técnica y legal en la profesión, para
garantizar la Calidad de la Atención de la Salud ante la población”. (art. 41 C.
E. AMA).
No obstante, el hecho de abrazar profesionalmente una especialidad, no
debe hacer olvidar al galeno que no sólo se es médico de un órgano o de una
parte del cuerpo humano, sino, que se es médico de un Ser Humano, es decir,
de toda la «Persona», lo que lo obliga a actuar respetando la dignidad incita en
toda persona humana.
Por otra parte, si un médico de cualquier especialidad que asiste a un
paciente ve la necesidad de hacer intervenir a otro médico especialista, pues
la enfermedad que afecta a aquel escapa a su conocimiento, y presume, que-
da subsumida en determinada especialidad médica, debe hacerlo sin egoís-
mos, pues de tal modo se obra en beneficio del paciente.
Entonces, el médico experto en la especialidad de que se trate, debe, tam-
bién, tener la formación suficiente para, de acuerdo a la gravedad y patología
que afecta al paciente, determinar en qué especialidad encuadra la enferme-
dad, y por otro lado, ser cuidadoso respecto a los limites de su saber y actuar
con amplitud de criterio.
El médico tratante debe hacer saber al enfermo o a sus familiares sobre la
necesidad de concretar la consulta con el especialista que corresponda. Una
vez aceptada la consulta con el médico especialista, entre este y el médico
tratante se deben guardar cordiales relaciones profesionales: debe primar la
buena fe, el respeto entre colegas, la lealtad; no deben existir comentarios
malévolos, ni chismes dichos al pasar, etc., que busquen desprestigiar al cole-
ga y atraerse al paciente (Conf. art. 60 C. E. COMRA)
Además de lo preceptuado por las normas éticas sobre los profesionales
de salud que han abrazado una especialidad, a los efectos legales de la espe-
cialización, hay que estarse a lo normado en el art. 21 ley 17.132, el decreto
10/2003 PEN y demás normativa que reglamente al respecto (ver ínfra).
184 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Rigen respecto a los médicos en general (especialistas en cualquiera de


las especialidades reconocidas legalmente), un cúmulo de deberes – obliga-
ciones éticas, jurídicas y científicas generales y un ramillete de obligaciones
científicas propias de la especialidad. La ley establece los requisitos a cumpli-
mentar para ejercer como médico especialista y estatuye prohibiciones parti-
culares en relación a ellos.

2. Prohibiciones jurídicas especificas relacionadas con los anuncios médicos

La ley 17.132, por intermedio de su art. 20 establece prohibiciones a todos


los médicos en general. Esa norma, establece dos prohibiciones específicas
relacionadas con los médicos que se quieren anunciar como especialistas.
El inciso 9 de la norma citada prescribe que esta prohibido «anunciar por
cualquier medio especializaciones no reconocidas por la Secretaría de
Estado de Salud Pública”; lo que implica que el médico para anunciarse
como especialista debe cumplimentar los requisitos normados en el artículo 21
de la ley 17.132; y obtener el titulo de especialista de algunas de las especia-
lidades reconocidas por la autoridad sanitaria.
A su vez, el inciso 10º del artículo 20 de la Ley 17.132 establece que está
vedado a los médicos «anunciarse como especialista no estando registra-
do como tal en la Secretaría de Estado de Salud Pública». El médico debe
cumplir con los pasos formales que estatuye la reglamentación. Ello ayuda a
un mayor control del sistema. Así, por ejemplo, luego de obtenido un título de
especialista otorgado por una universidad, para poder anunciarse como tal
debe inscribirse por ante la autoridad de contralor.

3. Los requisitos jurídicos que la ley prescribe para actuar como


especialista

La ley 17.132 a través de su Capitulo II, art. 21 [sustituido por ley 23.873],
«De los especialistas Médicos» estableció lo siguiente:

Art. 21.- «Para emplear el título o certificado de especialista y anunciar-


se como tales, los profesionales que ejerzan la medicina deberán acredi-
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 185

tar alguna de las condiciones siguientes para obtener la autorización


del Ministerio de Salud y Acción Social:
a) Poseer certificación otorgada por comisiones especiales de eva-
luación designadas al efecto por la autoridad de aplicación, en las
condiciones que se reglamenten, las que deberán incluir como míni-
mo acreditación de cinco (5) años de egresado y tres (3) de antigüe-
dad de ejercicio de la especialidad; valoración de títulos, anteceden-
tes y trabajos; y examen de competencia.
b) Poseer el titulo de «especialista» o de capacitación especializada
otorgado o revalidado por Universidad Nacional o privada y habili-
tado por el Estado;
c) Ser profesor universitario por concurso de la materia y en activi-
dad.
d) Poseer certificación otorgada por entidad científica de la especia-
lidad reconocida a tal efecto por la autoridad de aplicación, de acuer-
do a las condiciones reglamentarias;
e) Poseer certificado de aprobación de residencia profesional com-
pleto, no menor de tres (3) años, extendido por institución pública o
privada reconocida a tal efecto por la autoridad de aplicación y en
las condiciones que se reglamenten.
La autorización oficial tendrá una duración de cinco (5) años y po-
drá ser revalidada cada cinco (5) años mediante acreditación, du-
rante ese lapso, de antecedentes que demuestren continuidad en la
especialidad y una entrevista personal o examen de competencia, de
acuerdo a la reglamentación.
La autoridad de aplicación elaborará una nómina de especialidades
reconocidas, actualizadas periódicamente con la participación de
las universidades e instituciones reconocidas.
El Ministerio de Salud y Acción Social, a través del organismo com-
petente, llevará un registro de especialistas actualizado permanente-
mente».

El artículo 21 de la ley 17.132 fue reglamentado por el anexo I del


Decreto 10 del año 2003 PEN (B.O. 6/1/2003), en los siguientes tér-
minos:
186 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

“Art. 21.– Inc. a):


Las comisiones especiales de evaluación de especialidades médicas
designadas para cada especialidad por la autoridad sanitaria de
aplicación, serán convocadas por ésta una (1) vez al año y estarán
integradas por:
– Dos (2) representantes del Ministerio de Salud – Subsecretaría de
Políticas. Regulación y Fiscalización.
– Un (1) representante del Ministerio de Salud – Dirección Nacional
de Políticas de Recursos Humanos en Salud.
– Un (1) representante del área de Salud del Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires – Dirección de Capacitación.
– Un (1) representante de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Buenos Aires (U.B.A.).
– Un (1) representante de la Federación Médica Gremial de la Capi-
tal Federal (Femeca).
– Un (1) representante de la Asociación Médica Argentina (A.M.A.)
y/o del colegio o sociedad científica de la especialidad que ella de-
signe.
Las comisiones especiales de evaluación por especialidad designa-
rán el jurado que evaluará los títulos, antecedentes, trabajos y exá-
menes teórico práctico de los aspirantes al título o certificado de
especialistas en las condiciones previstas reglamentariamente por la
autoridad de aplicación.
El procedimiento de evaluación constará de tres (3) etapas sucesivas
y excluyentes a saber:
La primera consistirá en una entrevista personal del postulante y la
evaluación de sus antecedentes curriculares los que deberán demos-
trar no menos de cinco (5) años de graduado en una universidad
nacional o privada reconocida por el Estado nacional, el ejercicio
efectivo de la profesión por igual período y no menos de tres (3) años
consecutivos e inmediatos anteriores a la fecha de solicitud en el
ejercicio de la especialidad de que se trate.
Los postulantes recibidos en una universidad extranjera deberán acre-
ditar, además de los antecedentes aludidos precedentemente, título
revalidado o convalidado por una universidad nacional.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 187

En todos los casos, la certificación de antigüedad en el ejercicio de la


especialidad requerirá el cumplimiento mínimo de veinte (20) horas
semanales y doscientos (200) días por año calendario de actividad
certificada y un mínimo de prácticas de baja, mediana y alta comple-
jidad prescriptas reglamentariamente, en servicios hospitalarios de
instituciones públicas o privadas aprobados y reconocidos por la
autoridad de aplicación.
Los requisitos de aprobación de los servicios para la formación su-
pervisada de especialistas, la verificación periódica del mantenimien-
to de las condiciones originarias y su caducidad en caso contrario,
serán reglamentados por la autoridad de aplicación con la partici-
pación de los integrantes de las comisiones especiales de evaluación.
Aprobada la primera etapa sobreviene la segunda, en la que el postu-
lante deberá rendir examen escrito sobre los temas que refieren los
programas de formación de la especialidad reconocidos por la auto-
ridad de aplicación, que será aprobado cuando su valoración sea
igual o superior al setenta por ciento (70%) del sistema de evalua-
ción previsto reglamentariamente.
Superadas ambas etapas el postulante accederá a la tercera etapa,
en la que deberá rendir un examen teórico práctico consistente en el
análisis oral de uno o varios casos clínicos y en la realización de
prácticas que podrá solicitar la Comisión Evaluadora, siempre que
no se afecte la autonomía de los pacientes ni su integridad psicofísica
y se cuente con su consentimiento informado por escrito de ser nece-
sario, examen que aprobará cuando la puntuación sea igual o supe-
rior a siete (7) puntos en una escala de uno (1) a diez (10) del sistema
de calificación establecido.
Inc. b):
De los títulos o certificados de “especialistas de post-grado” otorga-
dos o revalidados por universidades nacionales o privadas reconoci-
das por el Estado nacional, sólo se inscribirán aquéllos incluidos en
la nómina de especialidades médicas reconocidas y aprobadas por el
Ministerio de Salud, que actualizará periódicamente con la partici-
pación de las universidades e instituciones previamente reconocidas.
Inc. c):
Comprenderá a los profesores universitarios en actividad que revis-
ten en las categorías siguientes:
188 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

I) Profesor titular.
II) Profesor asociado.
III) Profesor adjunto.
Los docentes de universidades nacionales deberán acreditar su in-
greso a la cátedra por concurso, conforme lo establece el art. 51 de la
ley 24521.
Los docentes de universidades privadas deberán acreditar el carác-
ter de docente regular de la materia y su designación por el procedi-
miento reglado por el Consejo académico del establecimiento.
Inc. d):
Las entidades científicas de la especialidad (colegios, sociedades,
asociaciones y/o federaciones) que soliciten ser reconocidas por la
autoridad de aplicación a efectos de otorgar títulos o certificados de
especialista deberán acreditar los siguientes requisitos:
I) Personería jurídica, representatividad, jerarquía científica y ac-
tuación en el medio.
II) Los límites del área en que se especializan, y observar que la regla-
mentación sobre certificación de especialidades médicas, reúna los
recaudos que se enumeran:
1) No se oponga a las prescripciones del inc. a) del presente artículo,
en cuanto a requisitos, antecedentes, servicios acreditados, forma-
ción en los mismos, antigüedad en el ejercicio de la profesión y de la
especialidad.
2) Que en caso de comprender la realización de un curso, será obliga-
toria la evaluación final teórico práctica y personal del postulante,
debiendo sus currículas contar con la previa aprobación de la auto-
ridad de aplicación.
3) Que la evaluación teórico práctica obligatoria se adecue a las
previsiones de esta regulación.
Inc. e):
La residencia profesional completa deberá ser efectuada en un servi-
cio aprobado por la autoridad de aplicación o en aquellos que fueren
reconocidos por convenios con otras jurisdicciones.
El programa de formación deberá ser aprobado por la Dirección
Nacional de Políticas de Recursos Humanos en Salud del Ministerio
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 189

de Salud quien podrá contar con el asesoramiento y participación de


las comisiones asesoras designadas y creadas por el Ministerio de
Salud en la presente reglamentación.
En todos los casos se deberá certificar el cumplimiento de un mínimo
de prácticas de baja, mediana y alta complejidad, que se determinará
por vía reglamentaria.
Los médicos residentes tendrán una evaluación anual obligatoria y
otra final, en la que podrán intervenir en carácter de veedores los
integrantes de las comisiones especiales de evaluación de especiali-
dades médicas.
El Ministerio de Salud, por intermedio de la Secretaría de Políticas,
Regulación y Relaciones Sanitarias, creará una Comisión Asesora de
Especialidades Médicas que se integrará con representantes de las
áreas de esa Secretaría; del Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: de las universidades nacionales o privadas que dicten
cursos o carreras de post-grado; de las asociaciones profesionales y
de las entidades científicas y gremiales más representativas, que lo
asesorará en la elaboración de normas de procedimiento para revali-
dar los títulos de especialistas médicos, la nómina de especialidades
médicas su actualización y registro de profesionales especialistas”.

42
4. Listado de Especialidades Médicas Reconocidas

El Ministerio de Salud de la Nación, primero a través de de la resolución


1337/200143 (B.O. 21/11/01) y luego mediante la resolución 1923/2006 (B. O.

42
Enrique Fliess nos dice que “las especialidades médicas reconocidas y la denominación
de las mismas varían según las jurisdicciones. Un análisis comparativo muestra la existencia de
una gran heterogeneidad, que se refleja en los listados de especialidades aceptadas como tales
en las distintas provincias y en las formas de denominarlas, que dan lugar a un sinnúmero de
sinonimias.” El autor citado expone “un listado de 196 especialidades reconocidas en la Argen-
tina.” (p. 27).
43
La resolución 1337/2001 establece en sus fundamentos lo siguiente: “Que hasta la fecha
cada jurisdicción reconoce respecto de las especialidades de profesiones de la salud las que a su
criterio considera convenientes.
190 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

13/12/2006) —ésta última modifico la res. 1337/01—, tiene reconocidas a las


siguientes especialidades médicas.

Listado de especialidades medicas


• Clinica médica
• Medicina general y/o medicina de familia
• Alergia e inmunología
• Cardiología
• Angiología general y hemodinamía
• Dermatología
• Endocrinología
• Farmacologia clinica
• Fisiatría (medicina física y rehabilitación)
• Gastroenterología
• Genética médica
• Geriatría
• Hematología
• Infectología
• Nefrología
• Neumonología
• Neurología
• Nutrición

Que resulta necesario, a los efectos de lograr una uniformidad de criterios a nivel nacional
e internacional, compatibilizar en toda la Nación la denominación de las especialidades de
profesiones de la salud reconocidas en el país.” “Que esta necesidad se ha puesto de manifiesto
en reuniones con autoridades de las Provincias y con representantes de las instituciones que
agrupan a estos especialistas. “Que existe un consenso respecto de la necesidad de no aumen-
tar el número existente de especialidades sino de desagregar las mismas en básicas, dependien-
tes y orientaciones, según se ha acordado con las Provincias y las mencionadas instituciones de
acuerdo a las actas firmadas como resultado de reuniones convocadas a fin de tratar este tema
con fecha 26 de mayo y 17 de noviembre de 2000.”
Que a los mismos efectos que el punto anterior se convocó a una reunión con representan-
tes de los países del Mercosur en la que se llegó a las mismas conclusiones sobre la necesidad
de uniformar criterios de denominación y reconocimiento de especialidades, según el acta
firmada con fecha 19 de julio de 2000.
Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud 191

• Oncología
• Reumatología
• Terapia intensiva
• Cirugía general
• Cirugía cardiovascular
• Cirugía de cabeza y cuello
• Cirugía de tórax (cirugía torácica)
• Cirugía infantil (cirugía pediátrica)
• Cirugía plastica y reparadora
• Cirugía vascular periferica
• Coloproctología
• Ginecología
• Neurocirugía
• Obstetricia
• Oftalmología
• Ortopedia y traumatología
• Otorrinolaringología
• Tocoginecología
• Urología
• Pediatría
• Cardiólogo infantil.
• Endocrinólogo infantil.
• Gastroenterólogo infantil.
• Hematólogo infantil.
• Infectólogo infantil
• Nefrólogo infantil.
• Neonatología
• Neumonólogo infantil.
• Neurólogo infantil.
• Oncólogo infantil.
• Reumatólogo infantil.
• Terapista intensivo infantil
• Psiquiatría
• Psiquiatría infanto juvenil
192 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

• Anatomía patológica
• Anestesiología
• Diagnóstico por imágenes
• Hemoterapia e inmunohematología
• Medicina del deporte
• Medicina del trabajo
• Medicina legal
• Medicina nuclear
• Radioterapia o terapia radiante
• Toxicología

La lista actual de especialidades médicas fue aprobada mediante una se-


rie de consensos sucesivos y actualmente se están evaluando otras especiali-
dades médicas que posiblemente se agreguen al listado. Para incorporar otras
especialidades se realizan una serie de pasos que se inician en la Comisión
Nacional Asesora del Ejercicio de las Profesiones de Grado Universitario en
Salud creada por la Resolución Ministerial 1105/2006 con los siguientes obje-
tivos:
a) Establecer en forma armónica para todas las jurisdicciones del país las
profesiones de grado universitario y las especialidades de las mismas, que
deben integrar el Equipo de Salud enmarcados en la estrategia de Atención
Primaria de la Salud y el Plan Federal de Salud.
b) Armonizar a nivel federal los criterios y las reglamentaciones para el
reconocimiento de una profesión o de especialidades para el ejercicio profe-
sional por la autoridad competente y según la reglamentación vigente en cada
jurisdicción.
c) Homogeneizar los mecanismos y modalidades de validación periódica
de las especialidades reglamentados por autoridad competente con el fin de
eliminar asimetrías y establecer mecanismos de mutuo reconocimiento
interjurisdiccionales.
Posteriormente se presentan los listados a representantes de los Ministe-
rios de Salud de las 24 jurisdicciones del país para que realicen sus comenta-
rios. Una vez logrado el acuerdo de todos, se presenta en COFESA donde los
Ministros de Salud de todas las jurisdicciones aprueban el material consensuado.
Finalizado el proceso, se redacta la resolución ministerial correspondiente.
Los convenios suscriptos por el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba 193

LOS CONVENIOS SUSCRIPTOS


POR EL MINISTERIO DE SALUD DE LA
PROVINCIA DE CÓRDOBA

Nancy Cortizo
María del Valle Lescano

El Ministerio de Salud desde siempre ha formalizado Convenios de diver-


sa índole con el objeto de implementar programas, acciones y prestaciones
que garanticen “el derecho al más completo bienestar psicofísico, espiri-
tual, ambiental y social de los habitantes de la Provincia”, tal como lo
establece el artículo 59 de la Constitución de la Provincia de Córdoba.
La Ley N° 9133 de Garantías Saludables crea el “Sistema Integrado Pro-
vincial de Atención de la Salud” y le encarga al Ministerio de Salud la función
de rectoría del mismo. Asimismo, lo inviste de competencia específica para
“...suscribir convenios con las distintas organizaciones públicas (estata-
les o no estatales), semi-públicas y privadas, a fin de acordar la moda-
lidad de inclusión de sus beneficiarios en los Programas y demás accio-
nes del Sistema Integrado Provincial de Atención de la Salud” (art. 5 inc.
c).
A lo largo del tiempo estos acuerdos se realizaron con distintos objetivos,
en algunos casos meramente protocolares y en otros circunscriptos sólo a las
dependencias que los promovían, sin generar el intercambio de la información
como una herramienta para enriquecer, valorar y evaluar la gestión de gobierno.
A partir del año 2006, desde la entonces Dirección General de Asuntos
Legales del Ministerio de Salud, en forma progresiva y sostenida se comenzó
a reorientar la organización y sistematización de toda esta documentación tan
valiosa con la finalidad de formalizar un “protocolo único” que reuniera toda la
194 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

información referida al tema, no con el interés de “centralizar” sino buscando


“coordinar” acciones.
Desde entonces se ha trabajado para la formalización de los convenios,
estableciendo criterios rectores basados en la comunicación, información, ges-
tión, firma, archivo, protocolización, seguimiento de la ejecución de los mis-
mos como así también estableciendo la necesidad o no de la aprobación del
Poder Ejecutivo.
Las iniciativas para la firma de un acuerdo se generan desde diferentes
sectores, (académicos, institucionales, prestacionales, etc.), pero lo que se ha
logrado en este periodo, es que desde la actual Dirección de Jurisdicción de
Asuntos Legales este proceso sea guiado, supervisado y revisado para que
reflejen en forma clara y precisa la intención que dio origen al interés de
suscribirlo.
Esta recopilación de documentación agrupa convenios que versan sobre
temas de diversa índole.
En lo referido a educación y capacitación, hay una numerosa cantidad
de Convenios de Cooperación Institucional que enmarcan acuerdos particu-
lares en temas específicos, formalizados en algunos casos a través de Proto-
colos de Trabajo, que contribuyen a fortalecer los vínculos entre las partes
para el logro de los objetivos que le son propios, tales como la formación
profesional. Se destacan convenios suscriptos con Universidades Públicas,
Privadas e Instituciones Educativas adscriptas en la Dirección de Institutos
Privados de Enseñanza del Ministerio de Educación de la Provincia.
El Ministerio de Salud le ha dado un papel central a la investigación,
formalizando acuerdos con entidades muy prestigiosas de nuestra comunidad,
posibilitando la interrelación institucional necesaria para realizar tareas de
cooperación, relación y asistencia académica y de investigación en cuanto
concierne a temas de interés recíproco. A modo ejemplificativo, podemos
mencionar el Convenio suscripto, en el marco de la Comisión Provincial de
Investigación en Seres Humanos, con la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Nacional de Córdoba.
Con la finalidad de optimizar la utilización de recursos y mejorar la cober-
tura y calidad de la atención en el marco de la estrategia de la Atención Pri-
maria de la Salud, el Ministerio de Salud se vincula con la Nación para coordi-
nar acciones y programas específicos, adhiriendo e implementando Progra-
mas tales como, el Plan Nacer, Materno Infantil, Funciones Esenciales y Pro-
grama de Salud Pública (FESP) entre otros.
Los convenios suscriptos por el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba 195

Asimismo, ponderando la importancia de la interrelación administrati-


va como una forma de facilitar la gestión de gobierno, se han suscripto conve-
nios por medio de los cuales se fortalecen las relaciones con los distintos
sectores del Poder Ejecutivo coordinando acciones, prestaciones e intercam-
bios de servicios.
Los convenios constituyen una herramienta medular para en el Sistema de
Derivación de Pacientes, regulado por el Decr. 1262 y su modificatorio 1734/
07, permitiendo al Estado Provincial acordar con el sector privado su utiliza-
ción como un brazo largo de atención sanitaria, en los caso en que la capaci-
dad de los Hospitales Públicos se encuentre superada, conforme la evaluación
exclusiva y excluyente efectuada por el área pública.
La colaboración permanente de las organizaciones de la sociedad
involucradas en acciones de promoción de la salud y el bienestar de la comu-
nidad, han dado lugar a que en numerosas ocasiones se suscriban Convenios
con asociaciones civiles de forma tal que faciliten el desarrollo de sus activi-
dades y que favorezcan la participación de los actores sociales.
Por último mencionamos la vigencia desde junio del año 2008, del Pacto
Sanitario, que tiene como objetivo optimizar las prestaciones de salud pública
en los diferentes dispensarios y hospitales municipales del interior de la Pro-
vincia, buscando fortalecer la prevención y la atención primaria de la salud.
En la actualidad se han suscripto más de 700 convenios con municipalidad y
comunas de todos los departamentos de la provincia, por medio de los cuales
se financia la atención médica, la adquisición de equipamiento médico necesa-
rio y adecuado, la construcción y mantenimiento de centros asistenciales así
como también la logística y mantenimiento de las ambulancias que asegurar el
servicio de traslado de pacientes en las localidades y zona de influencia. Di-
chos convenios se protocolizan a través de la Secretaría de Coordinación Téc-
nico Administrativa, estableciendo un registro paralelo e independiente al exis-
tente en la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales.
Con el objeto de dejar expresada la firme voluntad de favorecer la
concertación de políticas y acciones tendientes al desarrollo de intereses recí-
procos , todo en beneficio del bienestar de la comunidad en general, elaboran-
do y cumpliendo proyectos que necesite involucrar al Estado Provincial, y en
particular al Ministerio de Salud, con distintos sectores de la sociedad como
instituciones educativas, (públicas y privadas), organismos provincial y nacio-
nal, (gubernamentales y no gubernamental) y entidades privadas, es que se
celebran convenios con la modalidad ya expresada, siendo la Dirección de
196 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Jurisdicción de Asuntos Legales con dependencia de la Secretaría de Coordi-


nación Técnica Administrativa, la encargada de garantizar el trámite corres-
pondiente que permitan prever su adecuada registración oficial, distribución,
comunicación y archivo de los documentos originales.
A modo conclusivo, debemos decir que la oportunidad de poder de partici-
par en el desarrollo de esta publicación especializada nos sorprendió gratamente.
Sabemos que estamos trabajando a la par de profesionales que tienen los
elementos, la práctica y el ejercicio que les brinda su tarea habitual y forma-
ción técnica pero también somos conscientes que hemos transcurrido un largo
período de trabajo dentro del Ministerio de Salud, que ha posibilitado nuestra
formación, instrucción y capacitación en temas inherentes a la salud y a sus
efectores así como la adquisición de una gran experiencia, que día a día inten-
tamos aportar al equipo de trabajo.
Creemos que esta convocatoria además de darle un profundo valor a la
trayectoria tiene que ver con un reconocimiento personal, que a lo largo de
nuestro desempeño no siempre hemos tenido.
Desde nuestro lugar, intentamos plasmar en pocas palabras el desarrollo
de esta unidad de trabajo, cuya amplitud y complejidad excede los márgenes
de estas páginas, pero que sintetiza el compromiso que a diario asumimos
acompañando el desarrollo de la políticas en Salud.
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 197

REPERTORIO DE DICTÁMENES E INFORMES DE LA


DIRECCIÓN DE JURISDICCIÓN DE ASUNTOS LEGALES
Y DE LA SECRETARÍA DE COORDINACIÓN TÉCNICO
ADMINISTRATIVO.

Reflexión inicial: José Emilio Ortega


Selección de sumarios: Juan Fernando Micaelli

1. Reflexión inicial

Convencidos de que, como enseñó el maestro Scialoja, buena parte del or-
den jurídico se moldea fuera de las normas, “ … en la vibrante atmósfera de
la aplicación del derecho a los infinitamente varios y alejados de la nor-
ma precisa, fría, genérica y abstracta de los códigos”, presentamos, en lo
que quizá represente la mayor contribución del servicio que integramos a la
práctica jurídica de la salud pública, esta selección de informes y dictámenes.
En general se trata de pronunciamientos del servicio en casos que implica-
ron la aplicación de normas y principios inherentes al campo sanitario. La
vigencia plena de estatutos o normas generales pero de dinámica propia res-
pecto a nuestra materia, el tratamiento de situaciones que especialmente es-
tán contempladas en normas especiales o típicamente “sanitarias”; y el “dere-
cho vivo” -en la feliz visión del gran jurista italiano-, la interpretación de esa
normativa, los criterios particulares, la fuerza vinculante de la voluntad estatal
que muchas veces al modo pretoriano va construyendo reglas, primero no
escritas, luego consolidadas en instrumentos.
En nuestra primera edición, hablábamos del “vasto, aunque no absolu-
to, derecho a la salud”. Lorenzetti explicó hace tiempo, y con más claridad,
que más que un derecho a la salud, existe un derecho a las prestaciones de
198 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

salud que ha sido tratado como un derecho subjetivo absoluto, lo que -en sus
palabras- “no parece posible en nuestro ordenamiento jurídico” 1 .
Ese derecho esencial a un conjunto de prestaciones, se corresponde con
la idea de un bien público complejo, de altísima trascendencia individual y
colectiva, compuesto por numerosos rubros, tal como hemos repasado una y
otra vez en nuestros dos libros. El autor citado, parte de considerar que las
prestaciones de salud, en tanto “no absolutas”, constituyen un recurso que por
amplio que sea, siempre tendrá un límite, y por tanto será finito, o escaso.
Además, agregamos nosotros, insistiendo en conceptos ya vertidos en este
libro, que por tratarse de un conjunto de servicios destinados a remediar “ma-
les públicos”, serán de interés público, se encuentre prestado por operadores
estatales o privados.
Todo ello va moldeando las notas características de un conjunto de nor-
mas y principios que va adquiriendo fisonomía o identidad especial. Las nor-
mas que integran ese grupo son de carácter público y privado, de orden inter-
no e internacional. Los principios y criterios actúan tanto sobre la legislación
general que al aplicarse en este campo debe respetar sus particularismos, como
en la normativa específica que va brindando respuesta a los desafíos y necesi-
dades propios de las actividades englobadas dentro del quehacer sanitario.
El “derecho vivo” está muy presente en la actividad sanitaria, y tanto a la
hora de realizar reformas legislativas en cualquiera de los niveles jurisdiccio-
nales de un Estado, así como al momento de crear normas internacionales, es
preciso tener en cuenta su contenido para articularlo en la realidad de la diná-
mica sanitaria a normar, con orden a los principios superiores del derecho en
general como de la salud en particular; y es preciso, además, que los abogados
desistamos de ciertas actitudes rígidamente juridicistas que a veces nos im-
piden buscar en la interdisciplina o la interconsulta alternativas para mejorar
nuestro enfoque y hacer, de la innovación, luego una costumbre y finalmente
una regla.
La evolución social, cultural, económica y político institucional ha motori-
zado a la dinámica sanitaria, y ésta se ha constituido en un especial objeto de
estudio y desarrollo jurídico. Comienza a debatirse hoy la autonomía del “de-
recho sanitario” respecto a otras ramas jurídicas, lo que implica no sólo la

1
LORENZETTI, Ricardo Luis. La Empresa Médica. Editorial Rubinzal Culzoni, pág. 15.
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 199

novedad orgánica y la especialidad en sus principios, sino también y muy es-


pecialmente la tendencia a su completividad.
Es posible, tal como ha pasado en otras disciplinas, que se vaya producien-
do un mayor desarrollo de la autonomía, gracias al gran desarrollo tecnológi-
co, científico y sociocultural de la actividad sanitaria, y del protagónico rol del
Estado en su doble faz de regulador y efector.
Pero ese desarrollo de autonomía, que se nutrirá del derecho vivo que
luego será norma, quizá se vea influido por un proceso de mundialización que
fuerce la estandarización de diversos capítulos. Esa tendencia fáctica a una
pretendida uniformidad jurídica de ciertos aspectos de la dinámica sanitaria
requerirá de mayores controles, pues si los actores centrales que la impulsan
responden, como ahora, a intereses sectoriales de alcance global, el destino
de la rama jurídica sanitaria estará signado por su posible colisión con valores
superiores consagrados en nuestras constituciones y hasta con el propio rol
del Estado.
Mientras tanto, los acontecimientos que han influido en el proceso forma-
tivo del derecho sanitario han dado como resultado la coexistencia de dos
categorías de preceptos: normas positivas -de carácter internacional e inter-
nas-, más instrumentos de tipo pretoriano.
En cómo interpretar las normas positivas y cómo sustentar los instrumen-
tos, se va gran parte de nuestro esfuerzo cotidiano. Aquí exponemos, una
breve relación de esa tarea.
Precedemos a cada sumario de un breve título para facilitar su lectura. Se
ordenan alfabéticamente.

2. Selección de sumarios

Acción Social: Provisión de prótesis. Paciente menor de edad:


“La complejidad se presenta ante la falta de la documentación a los fines
de acreditar la guarda de la menor en debida forma, no pudiendo por esto
conocer fehacientemente quién es el adulto responsable y por ende, quién
debe dar la autorización correspondiente para la intervención de que se trata.
Desde que lo escritos acompañados en autos, carecen de legalidad por no
constar en los mismos su veracidad. No obstante lo expuesto, y reconociendo
ciertos principios rectores y lineamientos generales del derecho, a los fines de
200 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

subsanar cuestiones que por determinadas circunstancias, y ajenas las mis-


mas a la voluntad de quienes son afectados, corresponde valorar las disposi-
ciones legales que regulan las cuestiones que se ventilan en las actuaciones.”
Así es que, con el respaldo de la Carta Magna Provincial, precisamente en lo
dispuesto en los artículos 19, 25 y 59; la Carta del Ciudadano, Ley 8835; la
Declaración de Derechos Humanos, artículo 25; la Convención Americana
sobre Derechos Humanos artículo 19; la Ocnvención sobre los Derechos del
Niño (Ley Nº 23.849), artículo 9 y 24; la Ley de Protección integral de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes (Ley Nº 26.061), artículo 2 y 5.
Asimismo, se le dio tratamiento al consentimiento informado, tomado éste
como requisito necesario para el tipo de intervención que se trata. Se echó
mano a la normativa estipulada en el Código de Procedimiento Civil y Comer-
cial en lo atinente a Medidas de Urgencia artículo 854, y finalmente recono-
ciendo en el Estado Público Provincial su deber de velar por el bienestar de
los ciudadanos, en especial del niño, se concluyó que se podría dar curso
favorable a la intervención de que se tratara.-
DJAL - INFORME S/N, 13/04/09, Expte Nº 0425-184246/2008

Contratación pública directa. Reparaciones de Urgencia. Procedencia:


La excepción de la contratación directa resultaría justificada entonces ya
que la necesidad pública invocada es urgente, real e impostergable. Este últi-
mo carácter implica que la provisión del servicio de salud a niños y adolescen-
tes debe resolverse con urgencia considerando que la importancia del tema
reviste tal carácter que no soporta la espera de los tiempos que insumiría el
llamado a una Licitación.
DJAL - Dict. Nº 92, 15/04/09, EXPTE Nº 0425-186876/2009

Equipo de Salud. Contratación de especialista. Deberes del Estado


respecto a la salud de los niños:
La Provincia tiene la obligación de garantizar el crecimiento, el desarrollo
armónico y el pleno goce de los derechos de los niños (art. 19 inc. 1, 25 y 59
C.Cba.; art. 6 Ley 8835 “Carta del Ciudadano”, art. 3 Convención de los
Derechos del Niño) y realizar las prestaciones positivas necesarias y adecua-
das para que el ejercicio del derecho a la vida y a la salud no se tornen ilusorio
(“Asociación Benghalensis y otros c/ Ministerio de Salud y Acción – Estado
Nacional s/Amparo Ley 16.986, 01-06-00, Fallos 323:1339). Los médicos
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 201

especialistas son recursos técnicos imprescindibles para la consecución de


estas obligaciones.
DJAL - Dict. N° 57/09, 17-03-09, Expte 0425-171042/2007

Equipo de Salud. Ingreso a planta permanente:


La Provincia de Córdoba, en ejercicio de su autonomía política (art. 5, 121
y123 C.N.) y de conformidad con la Carta Magna Federal, organiza sus
poderes mediante la Constitución Provincial, en cuyo articulado se prevé que
“el ingreso a la Administración Pública se hace por idoneidad, con crite-
rio objetivo en base a concurso público de los aspirantes, que asegure
la igualdad de oportunidades. La Ley establece las condiciones de di-
cho concurso, y los cargos en los que por la naturaleza de las funcio-
nes, deba prescindirse de aquél” (art. 174 in fine)
En concordancia con dicha disposición, la Ley Provincial N° 7625, que
establece el Régimen del Personal que integra el Equipo de Salud Humana,
establece que “el ingreso del personal permanente al régimen será previo
concurso de títulos, antecedentes y en aquellos casos en que determine
la Reglamentación, prueba de conocimiento.” (art. 14)
De la lectura armónica de las normas referenciadas, se colige que la única
vía legalmente establecida para ingresar a la planta permanente del Estado
Provincial es mediante concurso público que garantice la igualdad de oportu-
nidad de los aspirantes.
DJAL - Cfr. Dict. N° 85/09, 13-04-09, Nota MS01-137148025-109

Equipo de Salud. Licencia Anual. Pago. Procedencia:


La solicitante, quien prestaba servicios en carácter de contratada en el
Hospital Misericordia como Enfermera Profesional desde el 01/07/2001, y en
virtud de la rescisión de su contrato el día 19/03/2007 es que solicita el pago de
los conceptos antedichos.-
Que la solicitud de pago de haberes de la agente se ajusta a las previsio-
nes legales contenidas en el Art. 92 de la Ley 7625 Régimen del Personal que
Integra el Equipo de Salud Humana y concordantes del Decreto Reglamenta-
rio N° 5640/88.-
Por último, por la aplicación de la teoría del enriquecimiento sin causa y
con sustento en el artículo 17 de la Constitución Nacional, procede el recono-
cimiento de las diferencias salariales reclamadas, siempre y cuando haya
202 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

mediado de parte del peticionario una efectiva y útil prestación de los servi-
cios correspondientes al cargo como ha quedado demostrado en el caso.-
DJAL - Inf. Nº 155, 22/05/09, Nota N°:MS01-610419025-507

Equipo de Salud. Licencia sin goce de haberes por razones particu-


lares. Procedencia:
La licencia sin goce de haberes está regulado en el artículo 93, inciso c),
del Régimen del Personal que Integra el Equipo de Salud Humana (Ley 7625).
El término de duración de la presente licencia está determinado en el Decreto
Reglamentario 5640-88 en un plazo máximo de dos (2) años, el cual puede ser
continuo o discontinuo cuando las posibilidades del servicio lo permitan. Asi-
mismo el Decreto 1003 de fecha 2 de Julio de 2007, delega en el Sr. Ministro
de Salud las funciones y atribuciones que le permitan conforme a derecho y
respecto del personal encuadrado en la Ley 7625 conceder licencias con o sin
goce de haberes. Es importante agregar que para la procedencia del trámite
es importante contar con el Visto Bueno de la superioridad.-
DJAL - DICT. Nº 58/2009, 18 /03/2009, Expte Nº 0425-183275/2008

Equipo de Salud. Pago de título y cambio de grupo ocupacional.


Interinato:
El Régimen del Personal que integra el Equipo de Salud Humano (Ley
7625), prevé el derecho que tienen los agentes, contemplados en el artículo 8
de ese cuerpo normativo, según lo establece el artículo 72 inciso b) al adicio-
nal por título o certificado, con los índices indicados en el Decreto Reglamen-
tario 5640-88. En este sentido, la ley equipara los derechos de los agentes de
planta permanente, con aquellas personas designadas en forma provisoria para
ocupar un cargo vacante con retención del cargo que hubiera obtenido por
concurso o en virtud del Artículo 147.- No sucede lo mismo en relación al
cambio de Grupo Ocupacional, dado que para que opere el mismo, es necesa-
rio que el agente pertenezca a la planta permanente, a la cual se accede
mediante concurso de títulos, antecedentes y en aquellos casos en que deter-
mine la Reglamentación, prueba de conocimiento (artículo 14 – Ley 7625).-
DJAL - DICT. Nº 164/2009, 26/05/09, Expte. Nº 0425-173762/2008

Equipo de Salud. Promociones adeudadas. Reconocimiento:


La peticionante reclama un supuesto reconocimiento de promociones adeu-
dadas y de eventuales diferencias salariales emergentes de la misma.
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 203

Al respecto de ese derecho, entendemos que la Ley 7625, habilita a inter-


pretar, como una consecuencia del derecho a la carrera, que la agente no
posee un derecho subjetivo, sino una mera expectativa o aspiración al
reencasillamiento, ya que para verificarse los extremos que habilita la promo-
ción es necesario, por una parte, cumplir con un conjunto de requisitos esta-
blecidos en la norma, y por otro, el dictado de un acto administrativo que lo
reconozca.-
En este mismo sentido la jurisprudencia administrativa nacional ha expre-
sado: “Si la propuesta de ascenso que se efectuara oportunamente a
favor de la peticionaria, no se plasmó en un acto administrativo que
reconociese la nueva sujeción escalafonaria, solo configuró una mera
expectativa que no le creó un derecho subjetivo a ser reencasillada en
una categoría superior” ( conf dict. 147:141)” (Dict N° 332/91, diciembre
16 de 1991 Expte. 43.947. C de I. Ministerio de Salud y Acción Social, Dictá-
menes 199:382).-
Así también, a manera ejemplificativa citamos a la Procuración del Tesoro
de la Nación, que oportunamente han expresado: “la pretensión de los inte-
resados de ser encasillados en categorías superiores constituye una mera
aspiración, y no un derecho que la administración se encuentra obliga-
da a satisfacer, pues ninguna norma legal o reglamentaria así lo dispone
( con. Dic. 143:137)” (Dict N° 166/94, diciembre 26 de 1994. Expte 87.038/
92. Ministerio de Justicia ( Dictámenes: 211:243).-
DJAL - Inf. Nº 192, 08/06/09, Expte 0425-774000/00

Equipo de Salud. Régimen de Incompatibilidades:


Sobre el régimen de incompatibilidades de los agentes de la Administra-
ción, la Constitución de la Provincia de Córdoba prescribe que “no pueden
acumularse en la misma persona dos o más empleos de las reparticiones
provinciales, con excepción de la docencia y las profesiones del arte de
curar, cuyas incompatibilidades establece la ley. Cuando se trate de car-
gos políticos, puede retenerse el empleo sin percepción de haberes” (fs.
177). Como se desprende de esta norma, el convencional ha delegado en el
órgano legislativo provincial, la facultad y el deber de dictar de una ley espe-
cial mediante la cual se establezca el régimen de incompatibilidades de los
agentes de la administración que se desempeñen como profesionales del arte
de curar. Dicha ley constitucional es la N° 7625, que establece el Régimen del
Personal que integra el Equipo de Salud Humana, dentro del cual queda com-
204 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

prendido el agente. Ésta última, prevé en su art. 110 que, “salvo lo estableci-
do en el Artículo 177º de la Constitución Provincial, el agente compren-
dido en el presente régimen no podrá ocupar más de un cargo en la
Secretaría Ministerio de Salud, el cual será incompatible con otro, pú-
blico o privado, por superposición horaria, solamente.” (el destacado
nos pertenece).
De la interpretación armónica del plexo normativo precitado surge que el
régimen de incompatibilidades previstos para los profesionales del arte de curar
comprendidos en el Régimen del Personal que integra el Equipo de Salud Hu-
mana se fundamenta en la “superposición horaria” de las funciones que des-
empeñe. Es decir que, en la medida que no exista superposición horaria, (...) el
agente estaría habilitado para desempañarse en más de una tarea.
DJAL - Dict. N° 57/09, 17-03-09, Expte 0425-171042/2007

Establecimientos asistenciales. Ingreso y habilitación. Fideicomiso.


Improcedencia:
Sería el primer caso – al menos bajo nuestra consideración-, en el que la
constitución de un fideicomiso tiene por objeto la prestación de servicios de
salud, y por tanto se entiende oportuna nuestra participación, en tanto Secre-
taría de Estado encargada de hacer cumplir, desde un plano técnico adminis-
trativo, las políticas de fondo impartidas por este Ministerio.
El instituto jurídico se encuentra regulado por la ley 24.441 y por el Código
Civil. La ley habla de una o varias personas –que pueden ser personas físicas
o jurídicas- , las cuales transmiten la propiedad de un bien, o de un conjunto de
bienes, en forma “fiduciaria”. Se trata de una modalidad específica de trans-
misión de propiedad.
Ahora bien, ¿Puede un “Instituto de Diagnóstico” ser un conjunto de bie-
nes afectados en fideicomiso?. La ley 6.222, y su decreto reglamentario 33/
08, son muy claras en este sentido. Las normas determinan que sólo “perso-
nas”, físicas o jurídicas (profesionales matriculados u organizaciones consti-
tuidas bajo alguno de los tipos previstos legalmente) podrán solicitar la habili-
tación de establecimientos.
El acotado margen que permiten, siempre accesorio a un proyecto o pro-
yectos que tienen como destinatarios a personas físicas o jurídicas que existen
por fuera del negocio fiduciario, arroja severas dificultades operativas, desde
el punto de vista del deber fiscalizatorio de la actividad asistencial privada, que
compete a este Ministerio; razón por la cual la exigencia de ser el solicitante
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 205

de la habilitación, una persona física o jurídica, se encuentra plenamente justi-


ficada y no existe motivo para su revisión.-
SCTA - Inf. S/N, 22/05/09, Expte. Nº 0425-183218/2008

Hospital Público. Concesión de explotación de bar. Improcedencia,


Doctrina de los actos propios: su aplicación:
Ab initio, los particulares obran por vías de hecho, a punto tal que de no
mediar el hecho de que las autoridades ministeriales competentes tomaron
conocimiento informal del inicio de las obras, es probable que se hubiese ma-
terializado su concreción.
En la especie, se aplica el principio del derecho en virtud del cual queda
vedada la posibilidad de invocar la propia torpeza. Asimismo, es aplicable la
norma dispuesta en el Código Civil Argentino, artículo 902, esto en razón de
que los particulares no han obrado con la diligencia de un buen hombre de
negocios. Lo dicho encuentra su fundamento, en la naturaleza del caso en
estudio, ya que en esencia se trataría de un negocio jurídico que tiene por
objeto el desarrollo de una actividad comercial privada en un inmueble perte-
neciente al patrimonio del Estado Provincial y afectado al Ministerio de Salud
de la Provincia de Córdoba. Va de suyo que cualquier tipo de modificación en
el destino de los bienes que integran el erario público se encuentra sometida a
un marco específico de condiciones y requisitos previos, diferentes a los que
se contemplan en la contratación entre particulares. Continuando en esta línea
de razonamiento jurídico, se advierte que las consecuencias prácticas de este
torpe obrar, consisten en que:
a. El rechazo de cualquier pretensión en orden a obtener ex post facto la
canalización del procedimiento administrativo pertinente para lograr la autori-
zación legalmente requerida.
En este sentido es trascendente que no exista prueba oficiosa a favor de
los dichos de los presentantes.
b. La atribución de la formación de la voluntad administrativa a autorida-
des no dotadas de competencia en la materia y entidades, no solo no configura
un atenuante de la gravedad del obrar de los particulares, sino por el contrario
destaca que el error de derecho es inexcusable.
Asimismo y atento los antecedentes de hecho y derecho enunciados, los
presentantes están desprovistos de fundamento legal para su pretensión de
llevar a cabo la edificación que propician, lo que además los inhibe de incoar
una pretensión indemnizatoria con relación a los avances de obra que han
206 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

elaborado; pues cualquier pretensión, ya sea de prosecución de la edificación


ó de indemnización, los haría colocarse en contradicción con sus propios
actos anteriores, puesto que significa oponer ahora una conducta incompatible
con aquella consistente en iniciar una construcción sin contar con el cumpli-
miento de los extremos legales correspondientes.
c. No existe ninguna situación jurídica consolidada de lo obrado hasta ese
momento, no existe ningún acto administrativo que diera origen a vinculación
alguna con el Estado Provincial, a través del Ministerio de Salud. Por ende no
puede existir viabilidad a su reclamo, pues este tiene como base una conducta
desplegada de modo unilateral y sin apego a las formas legales y
procedimentales.
d. Finalmente, respecto de la situación de las obras existentes en el predio
hospitalario de mención, oportunamente deberá acordarse la intervención del
área técnica pertinente a los fines de emitir informe que pondere la utilidad
que dicha edificación puede implicar a favor de la institución.
SCTA y DJAL - Inf. Nº S/N , MS01-521534025-908

Información Médica. Historias Clínicas. Comisión y Archivo Provin-


cial de la Memoria (Ley 9.286):
En las presentes actuaciones se solicita la protección de la documentación
presumiblemente obrante en este Ministerio de Salud, producida entre los años
1974 y 1983, en particular las Historias Clínicas que pudieren encontrarse
archivadas.
El ciclo de tiempo precitado, correspondería al período de “Terrorismo de
Estado” vivido en nuestro país y que resultan de “carácter histórico perma-
nente”, ya que aportan tanto a la memoria colectiva como a las causas judicia-
les en curso.
Sobre el pedido en particular, la Gerencia General, consideró lo siguiente:
1) Este Ministerio de Salud ha prestado y presta estrecha colaboración
con la Comisión de la Memoria y con sus organizaciones integrantes.
Prueba de ello es la específica cooperación materializada mediante la
autorización concedida a la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo
– Filial Córdoba.
2) La petición realizada a este Ministerio, implica apartarse de las previ-
siones establecidas por la reglamentación general de Historias Clíni-
cas (Resolución 847/82), en aras de un interés general superior. Ello
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 207

atento que los períodos requeridos exceden largamente el plazo a par-


tir del cual se autoriza la destrucción de dicha documentación.
3) Se hace específica referencia al lapso de resguardo de la Historia
Clínica, conforme los términos de la petición, se habría verificado el
“Terrorismo de Estado” (1974-1983).
4) Esta unidad de asesoramiento no soslaya que se está requiriendo la
protección de documental producida en el marco de un gobierno cons-
titucional, dado que desde el 1º de enero de 1974 y hasta el 23 de
Marzo de 1976, posee ese carácter.
5) Por Decreto del Poder Ejecutivo Nº 187/83, se constituyó la denomi-
nada “Comisión Nacional de Desaparición de las Personas”
(CONADEP). La misma, integrada por personalidades de alto perfil y
prestigio, contaba con amplias facultades y su objetivo era el esclare-
cimiento de hechos de desaparición.-
6) Respecto a la necesidad de proteger las Historias Clínicas de ese pe-
ríodo, informamos que ello ha constituido especial preocupación de
este Ministerio, habiéndose realizado numerosas diligencias en ese
sentido, en particular las actuaciones realizadas en el Hospital de Ni-
ños de la Santísima Trinidad, de las que da cuenta el informe de esta
unidad de asesoramiento fechado el 12 de enero de 2007. Así se ha
procedido, con la convicción de que el “derecho a la verdad” se en-
cuadra dentro del bloque de constitucionalidad federal como facultad-
deber de múltiple invocación y aplicación: quién detente un interés le-
gítimo podrá ejercerlo.
Encuadrando la naturaleza intrínseca del “derecho a la verdad” con la
petición efectuada, y la misión, objetivos y capacidad legalmente consagrada
respecto a la Comisión peticionante, se entiende que existen razones suficien-
tes para resguardar del plazo establecido por la Resolución Ministerial 847/82,
a las Historia Clínicas producidas por establecimientos asistenciales bajo ju-
risdicción de esta Cartera Ministerial, y que pudieran estar actualmente archi-
vadas, entre el 24 de marzo de 1976 y el 9 de diciembre de 1983.
GGAL - Inf. Nº 88/07, 04/10/07, Ref. Nota Nº 49949502174107

Matrícula Profesional. Solicitante con proceso penal pendiente. Pro-


cedencia:
Se cuestionó el otorgamiento de matrícula a un agente que tenía un proce-
so penal abierto y pendiente de resolución en su contra. La Ley 6222, en el
208 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Capítulo “De la Matrícula”, reúne los requisitos para su obtención. En este


orden de cosas, se citaron los artículos los artículos 9, 12 y 14 advirtiendo en
las mismas que no hay obstáculo legal expreso para la continuidad del trámite
de matriculación. Asimismo, se encontraron antecedentes de casos análogos
en la Administración Pública (tramitado bajo el Expte. Nº 0425-157325/2006 –
Dictamen GGAL Nº 050/2007) y en base a la presunción de inocencia previs-
ta en la constitución de la que gozan todos los ciudadanos de la República
Argentina hasta tanto no exista sentencia por la cual se impute el hecho que
se le atribuye se llegó a la siguiente conclusión: “Con la solución propicia-
da, la confianza del Estado en el presunto infractor resulta análoga en
todos los ámbitos; le da la oportunidad del acceso al cargo público,
pero lo condiciona a las resultas del proceso Además no se viola el prin-
cipio de la idoneidad fijado por la Constitución Nacional desde que
mientras no existe condena, el infractor presunto de la ley sigue gozan-
do del principio de inocencia y da coherencia al sistema, evitando que la
persona humana crea que las puertas que el Estado abre por un lado,
las cierra bajo cerrojo múltiple por el otro”.-
SCTA - INF. S/N, 11/05/2009, Nota Nro. MS01-249372025-809

Obras Sociales. Plazo de extensión de coberturas:


El plazo durante el cual se extiende la cobertura de la obra social después
del distracto, ha sido establecido para super proteger a las personas y sus
núcleos familiares que, a raíz de haber perdido su trabajo, se encuentran en
una situación de indefensión y es de orden público.
DJAL - Dict. N° 52/09, 09-03-09, NOTA MS01-072381025-209

Personal Ferroviario incorporado al Estado Provincial. Equipara-


ción. Recategorización por tarea especializada:
En el marco del Convenio Colectivo de Trabajo celebrado entre la Unión
Ferroviaria y el Gobierno de la Provincia de Córdoba bajo el número 001/
2006, el Art. 9 del mencionado convenio establece que el personal comprendi-
do en el mismo se encuentra equiparado laboral y salarialmente al resto del
personal del Gobierno Provincial regido por las leyes N° 7233 y 7625.
Con referencia a la promoción aludida por el reclamante, entendemos que
siendo aplicables las leyes mencionadas anteriormente, la Ley 9361 y el De-
creto que la reglamenta N° 1641/07 habilitan a interpretar que el reclamante
tiene derecho al reencasillamiento por encontrarse dentro del supuesto que
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 209

prescribe el Art. 36 primera parte de la misma ley: “Personal de Servicios


Generales y Oficios. El personal del Agrupamiento Servicios Generales
y Oficios que a la fecha de vigencia de la presente Ley estuviera cum-
pliendo funciones administrativas o técnicas, por un período de tres (3)
años o más, será encasillado en el Agrupamiento Administrativo o Técni-
co según corresponda.”
Así las cosas, corresponde pasar al análisis del grupo que le corresponde-
ría al agente luego de analizar los documentos agregados ut supra. Acredita-
da la pericia y habilidad en el manejo de sistemas, procedimientos y métodos
de un área de actividad específica, y siendo el título que acompaña de nivel
medio le correspondería en definitiva revestir el agrupamiento de Técnico
General tal como se desprende de lo prescripto por el Art.9 inc d) de la Ley
9361 y concordantes.
Habiéndose expedido esta unidad de asesoramiento técnico sobre la pro-
cedencia del pedido de reencasillamiento del agente, corresponde girar a la
Dirección de Administración y Recursos Humanos de la Dirección General
de Personal del Gobierno de la Provincia a fin de que conforme a las atribu-
ciones que le competen se pronuncie sobre lo peticionado.
DJAL - Inf. Nº 60, 19/03/09, Nota MS01-374969025-408

Procedimiento Administrativo. Acto Administrativo. Rechazo recurso


de Reconsideración por improcedencia formal:
El acto administrativo impugnado dispone la sustanciación de una investi-
gación administrativa, por lo tanto constituye un acto preparatorio de una de-
cisión administrativa definitiva, y en este sentido resulta irrecurrible (Conf.
Art. 78 de la Ley 6658 y Dictamen Nº 017/03 del Departamento Jurídico en
autos GRASSANI, Raquel María s/ Recurso de Reconsideración).
En relación a los actos irrecurribles (art. 78 de la Ley Nº 5350 (T.O. Ley
Nº 6658), la doctrina ha dicho que “La enumeración de la norma engloba a
los actos del procedimiento que va preparando el acto definitivo, apor-
tando elementos o realizando los pasos procedimentales necesarios para
habilitar su dictado. Si bien pueden producir efectos jurídicos, éstos
resultan mediatos en relación a los particulares, por lo que no puede
darse de manera directa el requisito del perjuicio a un derecho o interés
legítimo, haciéndose inviable de esta forma la impugnación recursiva
respecto de tales actos” (CARRANZA TORRES, Luis R., “PROCEDI-
MIENTO Y PROCESO ADMINISTRATIVO EN CORDOBA”, Vol. 1, El Pro-
cedimiento Administrativo, Alveroni Ediciones, Cba. 1999, p. 165/166).
210 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

En idéntico sentido, y sentando precedentes administrativos en torno al


tema, la Procuración del Tesoro de la Nación ha señalado que “el acto admi-
nistrativo preparatorio es aquél que no produce efectos inmediatos y
definitivos, por cuya razón no decide directa o indirectamente el fondo
del asunto de que se trata, no ocasiona indefensión, ni impide la prose-
cución del procedimiento hasta llegar a la decisión final”. (Conf. Dict.
218:291, 254:357).
En relación a la solicitud de suspensión de los efectos del acto administra-
tivo – art. 91 de la Ley N° 5350 (T.O. Ley N° 6658), - que establece que “La
interposición de cualquier recurso no suspenderá la ejecución del acto
impugnado. La Administración podrá disponerla cuando, siendo ésta
susceptible de causar un grave daño al administrado, estimare que de la
suspensión no se derivará una lesión al interés público”, esta Dirección
estima que debe ser rechazada, ya que al no ser impugnable la resolución
cuestionada, por tratarse de un acto preparatorio que no viste el carácter de
definitivo, no se configuran a nivel formal los requisitos establecidos en la
norma citada.
Al margen de ello, y de la posterior rectificación material de lo señalado,
esta Dirección estima que la suspensión preventiva del agente se encuentra
en un todo ajustada al Orden Jurídico que rige el caso, eso es, conforme a lo
que dispone el art. 130 de la Ley N° 7625, siendo esta razonable y ajustada a
derecho, de conformidad a la naturaleza y gravedad del hecho a investigar,
teniendo dicha suspensión la finalidad de evitar que el agente entorpezca el
esclarecimiento de los hechos motivo de la investigación.-
DJAL - Dict. Nº 185, 03/06/09, Expdte. N° 0425-178679/2008

Procedimiento Administrativo. Acto Administrativo. Resoluciones Con-


juntas:
“Se ha dicho que la evaluación médica preventiva de los ciudadanos que
practiquen deporte federado o comunitario, a fin de comprobar su aptitud para
la realización regular de las actividades de que se trate, se ha transformado en
una herramienta de primera necesidad, frente a la obligación de garantizar la
tutela y el ejercicio responsable del derecho a la salud y del derecho al depor-
te. De conformidad a la legislación referida, y con arreglo a la Ley de Estruc-
tura Orgánica del Poder Ejecutivo Provincial, compete al Ministerio de Salud
entender en todo lo concerniente a la promoción, protección, recuperación y
rehabilitación de la salud (art. 26 del Decreto 2107/07 ratificado por Ley 9.454).
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 211

Asimismo, de acuerdo al artículo 46 de la última norma invocada, la Agencia


Córdoba Deportes S.E.M. es la autoridad de aplicación de toda la actividad
deportiva y física.”
La Ley de Estructura Orgánica prevé el ejercicio compartido de las com-
petencias que les son propias, y tomando como base lo ya expuesto, es que se
considera procedente proveer el dictado de un instrumento legal que establez-
ca las bases en las disposiciones legales ya relacionadas a los fines de la
observación obligatoria del Exámen Médico de Aptitud Física, en las prácticas
del deporte comunitario.-
DJAL - INF. Nº 17, 26/01/2009, Expte Nº 0425-184916/09

Procedimiento Administrativo. Dictamen Jurídico. Concepto, clases,


efectos y alcance:
Los dictámenes son “actos jurídicos de la Administración emitidos por
órganos competentes que contienen opiniones e informes técnico-jurí-
dicos preparatorios de la voluntad administrativa” (DROMI, Roberto,
Derecho Administrativo, 9ª Edición Actualizada, Ciudad Argentina, Buenos
Aires, 2001, pag. 346).
De esta definición, se desprenden tres conceptos fundamentales: a) el
dictamen es un acto jurídico unilateral de la Administración emitido por el
órgano con idoneidad, al cual el ordenamiento jurídico le atribuye la función de
emitirlo; en el caso del Ministerio de Salud, el órgano competente es la Direc-
ción de Jurisdicción de Asuntos Legales (art. 49 de Ley 6658); b) contiene
informes u opiniones de carácter eminentemente técnico-jurídico; supone el
análisis específico, exhaustivo y profundo de una situación concreta, a efectos
de recomendar conductas acordes con la justicia y el interés legítimo de quien
formula la consulta (Cfr. PTN, Dicts. 203:159; 205:70; 231:196; 233:118) y; c)
es un acto preparatorio de la voluntad administrativa y no un acto administra-
tivo en sí.
En cuanto a sus efectos y alcances, los dictámenes no son vinculantes
para el órgano decisor, sino meramente preparatorios de la conformación de
la voluntad administrativa.
Esta unidad técnica puede dictar dos tipos de dictámenes:
A) FACULTATIVOS: son aquellos que pueden ser requeridos voluntariamente
por cualquier órgano de la administración, aunque la ley no los exija.
B) OBLIGATORIOS: son aquellos que la norma indica expresamente que de-
ben exigirse para la formación de la voluntad administrativa. Están
212 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

previstos en el art. 49 de la Ley 6658. Constituye un elemento esen-


cial del acto administrativo y una exigencia del debido proceso adjetivo
(Cfr. Suprema Corte de Buenos Aires, “Club Estudiantes de la Pla-
ta c. Municipalidad de la Plata, 04-09-2002, consid. 3º).
DJAL - Dict. N° 117/09, 30-04-09, MS01-019529025-709

Procedimiento Administrativo. Doctrina de los actos propios. Proce-


dencia:
La peticionante había solicitado la cancelación de deuda mediante DOCOF,
por el monto que otrora se le hizo lugar, mediante la resolución recurrida, y, en
el mismo acto, renunció expresamente a toda acción legal y/o reclamo admi-
nistrativo ante la Administración Pública Provincial en relación a lo estableci-
do en el art. 105 de la Ley 7625.
Siendo la conducta recursiva opuesta a su comportamiento anterior, no
podría interponer recurso por aplicación de la doctrina de los actos propios,
según la cual “nadie puede invocar un derecho que esté en pugna con su
propio accionar, ejerciendo una conducta incompatible con una ante-
rior, deliberada, jurídicamente relevante y plenamente eficaz” (Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala E Irigara y Arturo, Julio c. Ministerio
de Economía Obras y Servicios Públicos 28/11/2008)
DJAL - Cfr. Dict. N° 68/09, 26-03-09, Expte. N° 0425-129365/2004

Procedimiento Administrativo. Presentación extemporánea. Recha-


zo in limine de la pretensión y posterior archivo:
Se notifica debidamente la Resolución Ministerial a la parte interesada
con la constancia respectiva obrante en autos, y la consiguiente fecha de
recepción del administrado. En la notificación expresamente se establece el
plazo de cinco (5) días hábiles de conformidad lo dispuesto en el artículo 16
del Decreto 33/08, reglamentario de la Ley 6222 a los fines de que la compa-
reciente corra vista de lo actuado.-
Que ante la inactividad de la administrada, se da por decaído el derecho
dejado de usar, al no realizar la vista ordenada ni ofrecer prueba, dentro del
plazo establecido y notificado. La solución propiciada encuentra su funda-
mento en el artículo 64 de la Ley de Procedimiento Administrativo de Córdoba
(Ley 5353, T.O. 6658) dispuesto en el Capítulo XXI del mencionado texto
legal. Los plazos establecidos en el procedimiento, sirven en primer lugar como
marco general para la realización de los actos jurídicos que tanto obligan a la
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 213

administración como al administrado, y en segundo lugar, tienen el objeto de


ordenar disciplinariamente la sucesión de actos procedimentales, que sirvan a
la concreción del debido proceso, y finalmente, los plazos han sido estableci-
dos para dar estabilidad y firmeza a una situación jurídica determinada.-
DJAL - INF. S/N, 06/04/09, Nota Nro. MS01-131474025-009

Procedimiento Administrativo. Pronto Despacho:


Si bien la estricta observancia de los plazos es de interés de los ciudadanos
y deber de la Administración, debe comprenderse que en aquellos caso en que
se requiere se la substanciación de actuaciones por pare de dependencias que
se avocan a numerosas causas (y máxime cuando deben realizarse inspeccio-
nes o trámites fuera del asiento de los funcionarios) es posible que se verifi-
quen demoras que, en tanto no devengan en injustificadas ni irrazonables,
pueden ser toleradas, como supuestos de excepción.
DJAL - DICT. Nº 143/2009, 19/05/2009, Expte. Nº 0425-188627/2009

Profesiones y actividades relacionadas con la salud. Reglamenta-


ción de incumbencias. Terapista Ocupacional:
La reglamentación peticionada, se basa en el marco de la Ley 6.222 (Ejer-
cicio de las profesiones y actividades relacionadas con la salud en la Provincia
de Córdoba). En el caso, la entidad solicitante, funda su propuesta en la nece-
sidad de cubrir el vacío legal existente, respecto al ejercicio de la profesión.
Examinado el anteproyecto acompañado, surge que si bien es necesario el
dictado de un instrumento legal que reglamente la profesión, brindando la su-
ficiente certeza al campo de incumbencias, facultades y obligaciones admiti-
das dentro de la misma, no resulta pertinente impulsar el dictado de una ley,
sino de un decreto reglamentario de ejecución, entendido como aquel que
emite el Poder Ejecutivo para hacer posible la aplicación de leyes (artículo
144, incisos 1º y 2º de la Constitución Provincial), llenando o previendo los
detalles omitidos en éstas, completando e integrando la Ley 6.222, asegurando
“… no sólo el cumplimiento de la ley sino también los fines que se propu-
so el legislador” (Procuración del Tesoro de la Nación, Dictámen 87/94).-
GGAL - Inf. Nº 29/07, 09/04/07, MS01-139440025-607

Programa Federal de Salud. Cobertura:


El Programa Federal de Salud (PROFE), se enmarca dentro del subsistema
[de salud] estatal, y “tiene a su cargo el financiamiento de la provisión
214 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

médica y social integral de los beneficiarios de pensiones no contributi-


vas y sus familiares que no cuenten con otra cobertura asistencial” (Cfr.
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “R. A., D. c. Estado Nacional”, 04/
09/2007, ap. II, LA LEY 03/10/2007, 11 - DJ 2007-III, 392).
El PROFE es un programa federal que centraliza la cobertura médica de
los beneficiarios de pensiones no contributivas. Asegura el cumplimiento de
las políticas de promoción, prevención y recuperación de la salud y el ejercicio
del derecho de los afiliados a gozar de las prestaciones médicas conforme lo
establecido por el PROGRAMA MÉDICO OBLIGATORIO y otras leyes
nacionales. Para ello transfiere recursos presupuestarios convenidos con las
jurisdicciones provinciales, quienes brindan las prestaciones médicas a los afi-
liados (Cfr. Ministerio de Salud de la Nación Segunda Carta Compromiso
con el Ciudadano, Abril 2007)
DJAL - Dict. N° 117/09, 30-04-09, MS01-019529025-709

Programa Provincial Permanente de Prevención y Control del Taba-


quismo. Instrumentación. Formularios:
“La experiencia colectada en el transcurso de la vigencia de estas nor-
mas, nos lleva a proponer la adopción de un mecanismo de ágil diligenciamiento
a los fines de que los ciudadanos que se consideren afectados por conductas
de exposición al humo del tabaco ambiental contrarias a las previsiones conte-
nidas en la Ley 9.113, pueden canalizar sus denuncias, a través de formularios
pro forma de fácil instrumentación, que contengan la información indispensa-
ble para que la Autoridad de Aplicación, a través de los organismos pertinen-
tes, adopte las medidas correctivas correspondientes.-“
“Entendemos que mecanismos, como el que proponemos, vienen a constituír
ese modo seguro de garantizar el derecho de los ciudadanos no fumadores, es
un camino para superar lo que Gros Espiell denomina “el abismo entre la
normatividad y la realidad”, de manera que podamos combatir la falta de rea-
lización efectiva del derecho”.-
“A guisa de conclusión, entendemos que este proyecto, es un medio para
alcanzar el cumplimiento de los objetivos de la Ley 9.113, en el marco de la
cooperación impulsada con los Municipios y Comunas de esta Provincia a
través del “Pacto Sanitario”, para lo cual se sugiere la convocatoria a los
Municipios y Comunas de nuestra Provincia, para la adecuada implementación
del presente instrumento legal”.-
DJAL - INFORME S/N, 16/04/09, Expte. Nro. 0425-187644/2009
Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales... 215

Servicio de Salud. Sistema y Subsistema:


El sistema de protección del derecho a la salud en Argentina, comprende
los subsistemas: a) estatal estrictamente dicho; b) obras sociales; c) mutua-
lidades dependientes de los colegios profesionales, entes asociativos creados
a tal fin; y d) empresas de medicina prepaga (Cfr. IÑIGUEZ, Marcelo Daniel,
Contratos de Prestaciones de Salud y Derechos Humanos, Rubinzal Culzoni,
Santa Fe, 2005, pags. 79-80).
La prestación del servicio de la salud, si bien constituye una función esen-
cial del Estado no es provista sólo por el Estado. Es brindada, en forma
gratuita, por los hospitales públicos, pero también, en virtud de delegación
parcial, por la seguridad social (obras sociales-solidaridad) y por el sub-sector
privado (medicina prepaga –onerosidad) (GARAY, Oscar Ernesto, “Medicina
Prepaga: los periodos de carencia y exclusiones de enfermedades preexistentes”
en LL, 2008-C, 337).
DJAL - Dict. N° 117/09, 30-04-09, MS01-019529025-709

Servicio Público de Salud. Derivación de Pacientes al sector privado.


Procedencia:
Los Decretos 1262/05 y 1734/07 conforman plexo normativo específico
que regula la derivación de pacientes de hospitales públicos a efectores priva-
dos, cuando la capacidad de los efectores públicos esta saturada o medien
razones de urgencia acreditadas. En estos casos, el Estado tiene el deber de
salvaguardar la salud de los pacientes, pero utilizando como brazo largo al
sector privado (Decr. 1262/05 y 1734/07; art. 6° de Ley 8835) .
DJAL - Dict. N° 117/09, 30-04-09, MS01-019529025-709
216 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
Jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba 217

JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR


DE JUSTICIA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

Rodolfo Nicolás Zavaley


María Agustina Jacinta Sommer

En esta oportunidad queremos presentar la jurisprudencia del Tribunal


Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba que trata de casos de habitual
planteo en nuestra jurisdicción, a modo de aporte al conocimiento de diversas
temáticas contencioso-administrativas.
En este apéndice se plantean situaciones de diversa índole que implican
tanto al orden provincial como municipal de la Administración Pública, con
especial atención a la aplicación del régimen disciplinario en el Derecho Ad-
ministrativo, entre otros decisorios relacionados estrictamente con la cartera
ministerial sanitaria que nos compete.

Actividad Discrecional de la Administración


«ASOCIACIÓN MÉDICO GREMIAL DEL HOSPITAL MUNICIPAL
DE URGENCIAS C/ MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA -AMPARO-
RECURSOS DE CASACIÓN E INCONSTITUCIONALIDAD» Tribu-
nal Superior de Justicia, en pleno. (19/06/2007)
El más alto tribunal consideró que el Decreto municipal Nro. 914/03 que
declara como no obligatorios ciertos estudios pretransfusionales fue dictado
dentro del marco de legalidad propio de la potestades gubernativas discrecio-
nales otorgadas a la Administración Pública Municipal y por ende, extrañas a
las facultades de control de este Tribunal Superior de Justicia, atento que, es
218 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

la propia legislación existente en la materia la que deja a criterio exclusivo de


los organismos administrativos constituidos a tal efecto el tema de la
bioseguridad en las transfusiones en el cual se incluye la ponderación de los
análisis serológicos que motivaron la presente contienda jurisdiccional.
La discrecionalidad entendida como «...una modalidad de ejercicio que el
orden jurídico expresa o implícitamente confiere a quien desempeña la fun-
ción administrativa para que, mediante una apreciación subjetiva del interés
público comprometido, complete creativamente el ordenamiento en su con-
creción práctica, seleccionando una alternativa entre varias igualmente váli-
das para el derecho...” (SESIN Domingo, “Administración Pública. Actividad
Reglada, discrecional y técnica», Depalma, Bs. As. 1994, autor y op. cit., pág.
126) agrega un elemento nuevo al ordenamiento jurídico de donde proviene
porque la valoración subjetiva que debe realizar no existía, completando de tal
forma el sistema jurídico (conf. autor y op. cit., pág. 126).

Actividad Reglada. Actividad Discrecional de la Administración


«PERAFAN, JUAN ZENON C/ ESTADO PROVINCIAL - PLENA JURIS-
DICCION - RECURSO DE APELACION» - TSJ- Sala Contencioso-
Administrativa- (01/12/1999)
En cuanto a la graduación de la sanción impuesta por la Administración
entre varias establecidas, debe considerarse que no resulta factible controlar-
la si la misma ha sido encuadrada dentro de los límites establecidos por la
norma en tanto no se demuestre su arbitrariedad, situación ésta última que no
se verifica en el caso. Ello así por encontrarse dentro de su ámbito discrecio-
nal («zona de reserva»), donde no es dable incursionar sino se comprueba un
ejercicio irrazonable, so riesgo de vulnerar el principio de separación de poderes.

Debido proceso previo-Convalidación


«ESTEBAN, ELSA E. C/ PROVINCIA DE CORDOBA - PLENA JURIS-
DICCION - RECURSO DE APELACION» - TSJ. Sala Contencioso-
Administrativa (12/07/96)
El recurso es una impugnación de un acto administrativo que se interpone
a posteriori de la imposición de la sanción. Su objetivo es agotar la vía admi-
nistrativa como paso previo a la judicial procurando, generalmente sin
sustanciación, la revisión de un acto ya dictado. Nada tiene que ver con el
Jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba 219

debido proceso que procura tutelar una garantía constitucional clarificando la


comisión de los hechos y la determinación de las responsabilidades.
Su omisión significaría colocar el personal en una evidente situación de
indefensión, puesto que le privaría la posibilidad de destruir en el momento
oportuno las falsas imputaciones que le pudieran hacer, convirtiendo de esa
forma en ilusorias las garantías de acierto y ecuanimidad de la sanción a dictarse.

Emergencia. Revisión Judicial


“MOYANO ANTONIO BENITO C/ SUPERIOR GOBIERNO DE LA
PROVINCIA DE CORDOBA -INCAPACIDAD- RECURSO DE INCONS-
TITUCIONALIDAD” - TSJ en pleno (07/10/2004)
En el caso, se condenó a la Provincia a abonar una indemnización prove-
niente del daño físico a su persona derivado de las tareas desempeñadas y
declarar inaplicable la consolidación de deudas en relación a la obligación del
Estado de indemnizar daños que lesionan el derecho a la integridad física o
salud de la persona, dado que tal derecho, por su naturaleza, no es exclusiva-
mente patrimonial y configura un mínimo a respetar aún por las leyes de emer-
gencia ya que «....por daños a la vida en el cuerpo o en la salud de las
personas físicas, o por privación ilegal de la libertad o daños en cosas
que constituyan elementos de trabajo o vivienda del damnificado la ex-
clusión sólo comprende el resarcimiento del daño material emergente,
cierto, inmediato y presente...».
En efecto, la legislación emergencial dictada a posteriori ratificatoria de la
declaración de emergencia económico-financiera y administrativa del sector
público de la Provincia de Córdoba contempla dentro de sus preceptos la
posibilidad de disponer la exclusión “de otras obligaciones cuando mediaren
circunstancias de excepción vinculadas a desamparo, indigencia o cré-
ditos comprendidos en situaciones de naturaleza similar, cuando la obli-
gación tuviera carácter alimentario...”

Falta de acreditación del hecho imputado con la certeza legal necesaria


«GUERBEROFF, EDUARDO R. C/ PROVINCIA DE CORDOBA -
PLENA JURISDICCION - RECURSO DE APELACION» - TSJ- Sala
Contencioso-administrativa. (26/08/1997)
El superior tribunal provincial decidió rechazar el recurso de apelación y
confirmar la Sentencia que resolviera condenar a la Provincia de Córdoba a
220 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

reincorporar al actor en el cargo debiendo reconocérsele el tiempo transcurri-


do a los fines de computar la antigüedad a todos sus efectos. En autos la
causa de la sanción al médico consistió en haber extendido un certificado
médico mientras se encontraba en uso de licencia médica» (Art. 18 inc. q) de
a ley 7233).
El único elemento probatorio invocado por la Administración para acredi-
tar la irregularidad del agente es el certificado médico que obra en el sumario,
expedido en la misma fecha en que comienza a correr la licencia por enferme-
dad otorgada al profesional sancionado
El principio constitucional de inocencia despliega en la especie su verda-
dera dimensión y en el marco del procedimiento sancionador la carga de la
prueba le incumbe a la Administración. La presunción generalizada invocada
por la demandada, ya que no logró probar que fue con posterioridad al otorga-
miento de la licencia, no tiene su razón de ser en el ámbito del debido proceso
administrativo y no bastan para justificar la cesantía de autos.

Función Administrativa Consultiva


«PERAFAN, JUAN ZENON C/ ESTADO PROVINCIAL - PLENA JURIS-
DICCION - RECURSO DE APELACION» - TSJ- Sala Contencioso-
Administrativa- (01/12/1999)
En el sub examen se advierte que los dictámenes emitidos por los cuerpos
permanentes de asesoramiento técnico que tuvieron intervención en la causa,
difieren sólo en cuanto a la «entidad» de la sanción disciplinaria que debía
aplicarse -correctiva o expulsiva, pero no en cuanto a la participación del
agente en los hechos incriminados y acreditados.
Así, los dictámenes que emanan de los cuerpos técnicos permanentes,
constituyen opiniones legales que podrán ser o no objeto de seguimiento al
momento de la producción del acto definitivo. Ello es así en razón que la
función administrativa «consultiva» es una actividad preparatoria de las reso-
luciones de los órganos activos de la Administración. Ellos tienen la específica
tarea de emitir una opinión técnico-jurídica calificada sobre aspectos de méri-
to o sobre la legitimidad de la futura emisión de la voluntad administrativa,
integrando una etapa previa de carácter consultivo-deliberativo dentro del íter
procedimental de formación de la voluntad estatal. De lo que se deriva que
cuando la ley no les confiere carácter vinculante, no condicionan el sentido de
la decisión de quienes normativamente tienen la competencia para decidir,
pudiendo por tanto prescindir del parecer contenido en el dictamen.
Jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba 221

Graduación de la Sanción. El límite de la discrecionalidad.


«GUERBEROFF, EDUARDO R. C/ PROVINCIA DE CORDOBA -
PLENA JURISDICCION - RECURSO DE APELACION» - TSJ – Sala
Contencioso-administrativa. (26/08/1997)
Las etapas de la verificación material de los hechos imputados, compren-
siva de su investigación y fehaciente acreditación en función de los cargos
formulados, como asimismo su calificación jurídica en base a lo previamente
normado por la ley, conforman el bloque de lo reglado o vinculado sin posibili-
dad de que exista una modalidad discrecional. En cambio, en las etapas de la
apreciación de la prueba cuando no existan pautas objetivas para su valora-
ción, y la elección de la sanción entre varias preestablecidas, siempre que el
ordenamiento lo autorice, bien pueden consentir el uso de pequeños márgenes
de discrecionalidad.
Partiendo de la base de que si bien la graduación constituye una cuestión
de mérito, el respeto de las reglas de la sana crítica racional y la irrazonabilidad
e incongruencia acreditadas resultan evidentes si se tiene presente la
peculiariedad del ejercicio de la profesión médica, la corroborada enfermedad
padecida por la paciente, la falta de reiteración de los hechos y la naturaleza
intrínseca del mero otorgamiento de un certificado médico.

Nulidades Administrativas
«PATIÑO DE CHAVES, LILIA ZULMA C/ ESTADO PROVINCIAL -
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - PLENA JURISDICCIÓN - RE-
CURSO DE APELACIÓN « - TSJ- Sala Contencioso-Administrativa- (19/
12/2000)
Es dable advertir que la normativa de Procedimiento Administrativo en
Córdoba “es suficientemente clara cuando hace referencia a algunos ti-
pos de vicio, sin embargo es confusa cuando se refiere en general a los
vicios en la causa y en el objeto, en lo que respecta a las razones de
derecho. Ello, por cuanto tales vicios, para la sistemática de la ley, pue-
den ser tanto de nulidad absoluta (violación de las normas establecidas
legal o reglamentariamente para su dictado) como de nulidad relativa
(violación de la ley en cuanto al fondo del acto). En consecuencia, para
considerar la índole del vicio debe acudirse a los principios generales
en la materia, suficientemente acuñados por el resto de las normativas
222 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

vigentes, la doctrina y la jurisprudencia. De tal manera, según la grave-


dad y ostensibilidad del vicio dependerá su correcto encuadre dentro
del supuesto de nulidad absoluta o relativa.”
“Es que como ha sido señalado por la doctrina comparada, en fun-
ción de la observancia del principio de conservación, lo que determina
la invalidez de un acto no es haber incurrido en una ilegalidad, sino que
esa ilegalidad impida alcanzar un fin que el Derecho considera merece-
dor de protección. Por consiguiente para establecer la trascendencia
invalidante de los vicios o defectos en los que incurra un acto adminis-
trativo, es menester analizar el fin que con la prescripción legal quería
garantizar el ordenamiento, y luego comprobar si con su infracción se
ha impedido alcanzar dicho fin o si, por el contrario, se ha logrado la
finalidad pretendida a pesar de la ilegalidad en que ha incurrido el acto
(cfr. Beladiez Rojo, Margarita «Validez y Eficacia de los Actos Adminis-
trativos, Estudio Preliminar de Alejandro Nieto», Edit. Marcial Pons,
Ediciones Jurídicas S.A., Madrid 1994, pág. 70 y ss.).”

Nulidad de las sanciones implícitas o solapadas-Debido Proceso


«ESTEBAN, ELSA E. C/ PROVINCIA DE CORDOBA -PLENA JURIS-
DICCION- RECURSO DE APELACION» - TSJ. Sala Contencioso-
Administrativa (12/07/96)
El TSJ resuelve rechazar el recurso de apelación deducido por la deman-
dada en contra de la Sentencia que declara la nulidad de las sanciones impug-
nadas, las cuales habían sido anotadas en el Cuaderno de Actuación Profesio-
nal de la actora sin darle posibilidad alguna de descargo previo. «... Si la
posterior voluntad de la Administración fue que tales sanciones consti-
tuyeran sólo una advertencia para la docente, debió necesariamente
actuarse en consecuencia … aclarando debidamente la situación…”
“No existen las sanciones implícitas, es decir que sólo deben imponerse
las que se encuentren taxativamente señaladas por la normativa estatutaria
aplicable. En consecuencia, no pueden incorporarse en el legajo personal ni en
cualquier otra actuación administrativa, inconductas menores no aplicadas en
legal forma, susceptibles de desmerecer la carrera administrativa del agente
como de influir en las posibles sanciones y/o promociones.”
“La circunstancia de que las normas estatutarias autoricen la aplica-
ción de sanciones menores sin sumario previo en los casos de fácil acre-
Jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba 223

ditación objetiva de la falta imputada o de leves infracciones, no empece


la inclaudicable obligación de resguardar el derecho de defensa a tra-
vés del descargo, exista o no una norma que expresamente lo establezca,
ya que aún en ausencia de ella, el debido proceso constituye un princi-
pio constitucional de obligatorio acatamiento.”

Nulidades Administrativas
«PATIÑO DE CHAVES, LILIA ZULMA C/ ESTADO PROVINCIAL -
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - PLENA JURISDICCIÓN - RE-
CURSO DE APELACIÓN «-TSJ- Sala Contencioso-Administrativa- (19/
12/2000)
Corresponde considerar ilegitima la Resolución Ministerial que dispone la
nulidad absoluta de la resolución mediante la cual se designó a la accionante
como Vicedirectora de la Escuela Especial «Dra. Carolina Ana Mosca» por
considerar que tenía vedada la posibilidad de concursar para ocupar el cargo
para el que fue designada porque se encontraba en estado de docente pasiva.
Pero al tiempo del dictado del acto que lo declaró nulo, no se encontraba
afectada de un vicio que pudiera calificarse de grave. La misma revestía la
condición de regular, toda vez que el único vicio alegado por la Administración
para proceder per se a declararlo nulo, había quedado superado, en los he-
chos concretos, por el estado de docente activa que revestía la accionante,
situación esta que la propia Administración consintió al autorizarla a prestar
los servicios en forma efectiva, siendo por ello aplicable la doctrina que impide
ir contra los propios actos.
De lo que se desprende que la valoración de la entidad del vicio que pudie-
ra haber afectado originariamente alguno de los elementos del acto adminis-
trativo, debe efectuarse al momento del dictado del acto que lo anuló, máxime
cuando como sucede en el caso, aquél había generado prestaciones recípro-
cas propias del tracto sucesivo que caracteriza al contrato de empleo publico,
cumplimentadas de manera efectiva.
Por lo expuesto corresponde considerar que el acto anulado, al tiempo de
producirse su revocación por razones de ilegitimidad, reunía los requisitos de
la estabilidad que limitó el poder de invalidación en sede administrativa, por
cuanto: a) estableció derechos subjetivos, b) fue notificado y c) era regular.
224 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Potestad Disciplinaria. Descargo Previo


«ARDANAZ, GABRIELA IRENE C/ PROVINCIA DE CÓRDOBA - PLE-
NA JURISDICCIÓN - RECURSO DE APELACIÓN» TSJ- Sala Conten-
cioso-Administrativa. (05/06/2007)
En estos autos el TSJ resolvió rechazar el recurso de apelación interpues-
to por la Provincia de Córdoba en contra de la Sentencia que resolvió conde-
narla a anular la Resolución del Procurador del Tesoro de la Provincia de
Córdoba, mediante la cual se sancionó a una agente con apercibimiento por
escrito por no presentarse a una audiencia de vista de causa que le había sido
encomendada ya que «...no puede válidamente interpretarse que el infor-
me producido por la actora… satisfaga el requisito del descargo previo
antes aludido, toda vez que no consta que a la fecha de la producción
del mismo… existiera acusación previa” .
Lo correcto hubiera sido que previamente se individualizase la inconducta
endilgada a la profesional como consecuencia de una violación a un concreto
deber transgredido con su obrar y recién entonces hubiera estado ella en con-
diciones de realizar su descargo en debida forma.
El TSJ, en anteriores precedentes (Sentencias Nro. 173/2001 «Iachín...»
y Nro. 11/2005 «Binda La Spina...»), ha tenido oportunidad de señalar que la
correcta acusación, como acto inicial del procedimiento, resulta esencial por-
que permite al acusado conocer los hechos presuntamente irregulares que se
le atribuyen a fin de que formule su descargo, además de constituir el presu-
puesto indispensable para que pueda observarse el principio de congruencia.-

Regimen Disciplinario Administrativo. Prejudicialidad Penal


«PERAFAN, JUAN ZENON C/ ESTADO PROVINCIAL - PLENA JURIS-
DICCION - RECURSO DE APELACION» - TSJ- Sala Contencioso-
Administrativa- (01/12/1999)
Corresponde rechazar la el recurso de apelación incoado por el accionante,
en contra de la Resolución Ministerial que dispuso su cesantía por encontrarlo
incurso en conductas atentatorias en contra del prestigio y el decoro de la
Institución Policial consistentes en apersonarse en estado de ebriedad, en el
domicilio de otra persona, profiriéndoles amenazas y realizando diversos des-
trozos en sus bienes.
Ello por cuanto los actos de indisciplina desplegados por el actor, tienen
entidad suficiente para atentar contra el decoro y el prestigio de la repartición
Jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba 225

policial toda vez que tuvieron la trascendencia pública necesaria para lesionar
la imagen de la policía, contradiciendo de plano la naturaleza y finalidad de
excepción de la Institución (milicia armada), así como también representante
y depositaria de la fuerza pública, cuya misión es la de mantener el orden y la
seguridad, ejerciendo las funciones que la legislación establece para resguar-
dar la vida, los bienes y los derechos de la población.
Asimismo hay que tener en cuenta que en sede penal se le había imputado
haber cometido delitos calificados legalmente como «Violación de domicilio,
amenazas y daño». Con posterioridad al dictado del acto administrativo ataca-
do, el Juzgado Correccional informó que se había declarado el sobreseimiento
por prescripción de la acción penal.
Corresponde descartar el planteo de prejudicialidad penal planteada aten-
to que la sanción administrativa aplicada al actor, persigue una finalidad dife-
rente a la sanción penal en atención a tutelar un orden jurídico distinto, lo fue
por la violación al «prestigio y decoro de la Institución policial» que correspon-
día a su investidura, en tanto que la referencia a los delitos imputados en sede
penal, lo fue para eventualmente «agravar» dicha medida «en el caso que
resultaren adversas las causa judiciales incoadas en su contra», no condicio-
nando en manera alguna la procedencia de la baja.

Sistema de Seguros de Atención Médica (IPAM) – Concubinato


«GARCÍA, MIGUEL ÁNGEL C/ I.P.A.M. – AMPARO - RECURSO DE
CASACIÓN» – TSJ (13/04/2004)
Debe declararse abstracta la causa que pretendía la incorporación de la
concubina del amparista al Instituto Provincial de Atención Médica (IPAM)
ya que la legislación cuestionada primigeniamente ha sido modificada -desde
la interposición de la demanda hasta la fecha- tornando vacua la pretensión
esgrimida en autos.
Esto es así toda vez que el nuevo plexo legal ha derogado las limitaciones
impuestas otrora por el inc. d del Decreto 23/89 que establecía como requisi-
tos de agregación de los concubinos “la subsistencia del impedimento vin-
cular para contraer matrimonio por parte de cualquiera de los integran-
tes en aparente matrimonio” o “la iniciación del trámite de divorcio de
uno o ambos integrantes del aparente matrimonio, según corresponda,
en los términos de la Ley N° 23515”.
226 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Visación Ficta – Facultad Revocatoria de la Administración


«CUEVAS, MARCELO FABIAN Y OTROS c/ MUNICIPALIDAD DE
VILLA CARLOS PAZ - PLENA JURISDICCION - RECURSO DE CASA-
CION» - TSJ- Sala Contencioso-Administrativa (07/11/1998)
Debe no hacerse lugar al recurso de casación interpuesto por la parte
actora que acusa una pretendida lesión a un derecho subjetivo de carácter
administrativo en virtud de la revocación por parte de la Administración de un
acto de designación en carácter de planta permanente que formó parte de un
«paquete» de decretos referidos a diversos empleados públicos y que oportu-
namente fueron observados por el Tribunal de Cuentas, ya que»...no corres-
ponde tener por cierto que el Departamento Ejecutivo Municipal haya
insistido en la visación del acto...» destacando además que «...Observado
que fue el acto de designación por parte del Tribunal de Cuentas, en
razón de haber comprometido gastos sin el crédito presupuestario co-
rrespondiente, la facultad de retirarlo de la vida jurídica antes que sea
ejecutado, constituía una potestad indiscutible del órgano administra-
dor..”
Asimismo que «...siendo ciertamente observado el Decreto y no me-
diando insistencia por el Depto. Ejecutivo dictante en acuerdo de Secre-
tarios, el acto no era ni válido, ni perfecto, ni eficaz por lo que podía ser
no sólo declarado nulo en sede administrativa sino incluso factible de
«retiro» desde que ningún derecho subjetivo había emanado de él para
los actores, ni les había sido formalmente notificado…”
«...Los actos administrativos firmes que provienen de autoridad com-
petente llenan todos los requisitos de forma y se han expedido sin grave
error de derecho, en uso regular de facultades regladas, no pueden ser
anulados por la autoridad que los dictó...» ha expresado también que
«...esa estabilidad cede cuando la decisión adolece de vicios formales o
sustanciales, o ha sido dictada sobre la base de presupuestos fácticos
manifiestamente irregulares, reconocidos o fehacientemente comproba-
dos...» (Fallos, 265:349; 277:205; 303:1684, entre muchos).
A modo de epílogo 227

A MODO DE EPILOGO

Apremiado porque el equipo editor reclama el cierre de la publicación


para enviar el material a imprenta, empiezo a esbozar este epílogo lejos del
despacho, en posición de pasajero en tránsito.
Primeros días de Junio de 2009. Aeropuerto Internacional Córdoba. Otra
vez nos golpea la puerta un grave problema sanitario. Demoras en los vuelos.
Cientos de pasajeros nerviosos, contrariados por las esperas -que lamentable-
mente ya no son inesperadas- y asustados por la inminencia de una nueva
epidemia -la segunda en pocos meses-: la temible Gripe A H1N1.
La enorme concentración de público en un espacio muy pequeño, atemo-
riza y tensiona al máximo los ánimos: Infraestructura de servicios -obra públi-
ca, obra privada- y salud. Los usuarios de los distintos vuelos se preocupan
por esa vigilia no planeada, y por compartir el viaje, obligatoriamente y sin
mayores recaudos a la vista por parte de las aerolíneas, con pasajeros que
pueden estar infectados del virus: servicios de transporte -tráfico mercantil,
comunicaciones- y salud.
Los programas de televisión que se dejan ver en las pantallas de la sala de
embarque, así como los periódicos o las revistas que compran los viajeros,
repiten en tono de catástrofe, el mismo y desalentador mensaje: prensa -opi-
nión pública- y salud. Entre el público, se multiplica la incertidumbre, matizada
con acciones individuales más hijas del temor que de la educación sanitaria,
como la utilización indiscriminada e incorrecta de barbijos. Las conversacio-
nes giran en torno la epidemia, abundando la crítica, el miedo y quizás, un
superficial conocimiento de la patología: ciudadanía -participación, derechos,
deberes- y salud.
Contesto preguntas de conocidos, en algunos casos vanamente, pues en la
certera y agresiva inquisición va de suyo que mi contestación no interesa, o en
el mejor de los casos, para ellos es parte del problema: Institucionalidad y
salud. Repaso entre mi material de trabajo, las heterogéneas declaraciones de
228 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

alertas y emergencias dictadas en estos últimos días por numerosos Munici-


pios y Provincias argentinas, sin planificación previa, ni coordinación alguna:
Gestión y salud.
La salud es un asunto de interés público. Debe ser parte de políticas de
Estado de profundo anclaje. Es un capítulo central y por cierto muy complejo
de las acciones de gobierno, y se nutre de la gestión pública, tanto general
como específica. Se articula por un entramado institucional y normativo que
requiere particular dominio de la materia. Reconoce la incidencia de la socie-
dad civil organizada, y requiere de una ciudadanía consustanciada.
Pero comprobamos en estos trances, cuando la salud pública en su com-
pleta dimensión se pone a prueba, que no todos los que la fundamentan, la
planifican, la gestionan, la brindan, la reclaman, la critican, están a la altura de
lo que este trascendente campo de la vida en relación nos demanda.
Con la pretensión de acercarnos a operadores sanitarios directos e indi-
rectos, habituales o accidentales, produjimos el primer tomo de “Práctica Jurí-
dica de la Salud Pública”. Nos animó la idea de presentar ciertos temas que
merecieron a nuestro equipo particular detenimiento, y que a su vez fueran de
interés del Equipo de Salud, con una redacción que sin rehusar del lenguaje
técnico propio de nuestra profesión, gradualmente dejara de lado los clásicos
modismos abogadiles, a veces ásperos, a veces sectarios, a veces elitistas
para graduados de otras disciplinas y público en general.
La repercusión de la publicación superó nuestras expectativas. Desde di-
versas áreas del Ministerio de Salud Provincial, se reconoció la pertinencia de
los temas y la utilidad operativa del texto. Desde carteras sanitarias de otras
jurisdicciones argentinas, los comentarios fueron contestes e inclusive se con-
certaron futuras colaboraciones -una de las cuales se materializa en este tomo-
. Las bibliotecas de las Universidades cordobesas, de las Academias Naciona-
les de Derecho y Medicina, del Superior Tribunal de Justicia, por nombrar algu-
nas instituciones, dieron cuenta de la recepción del libro y posteriormente, diver-
sas expresiones orgánicas e individuales nos indicaron que nuestro compendio
de experiencias y opiniones se transformó en material de consulta para muchos.
El entusiasmo que generó en el equipo la publicación, nos animó a seguir
trabajando. El contexto es muy especial, pues se trata del año que quizá sea
recordado como el de las epidemias para la República Argentina, y en el cual
quedaron claramente expuestos aquellos cruces entre la salud y la ciudadanía,
la institucionalidad, el Estado de Derecho, la opinión pública, la gestión de los
asuntos públicos, a los que hacíamos referencia más arriba.
A modo de epílogo 229

Desde nuestro servicio jurídico, que -como ha ocurrido en todas las juris-
dicciones- ha tenido un trabajo extraordinario en este año tan complicado,
queremos seguir aportando nuestras múltiples y variadas experiencias al aná-
lisis y debate de temas de mayor complejidad o proyección.
Decíamos que los operadores sanitarios están siendo puestos a prueba.
No lo afirmamos como meros observadores: somos parte de ese conjunto.
Ese “totum” que conforman Jefes de Estado, Ministros, funcionarios de dis-
tintas líneas, miembros del Equipo de Salud, expertos que trabajan dentro o
fuera de las estructuras sanitarias. Ese conjunto de hacedores de la salud que,
como responsables de un deber público de profunda significancia, están más
condicionados que nunca a la rápida y eficiente respuesta asistencial e
institucional.
Tienen derecho a exigir respuestas esos ciudadanos que a tientas, buscan
protegerse tras un barbijo utilizado sin demasiados conocimientos previos. O
esos padres y esos hijos atravesados por la angustia del período de confirma-
ción del caso sospechoso, o del dolor y el miedo ante la confirmación dolorosa.
También aquellos que directamente vinculados con una víctima fatal por cons-
tituir su núcleo familiar, o indirectamente por integrar una misma comunidad -
barrio, ciudad o provincia-, soportan la pérdida del que ya no está y necesitan
saber claramente por qué.
Cuando el esquema de salud en sus diferentes vertientes -federal, provin-
cial y municipal, público y privado- crujió ante la crisis, los planificadores mos-
traron sus límites: la anticipación a los problemas y su contención apareció
nítida en unas pocas jurisdicciones. Los líderes políticos, en muchos casos,
comprendieron tarde que es un riesgo capital gratificar la militancia, la hones-
tidad per se o la lealtad entronizando al dirigente “premiado” en el Mi-
nisterio de Salud. En general, las decisiones tomadas en la soledad de
los despachos demostraron ser ineficaces. Los poderes del Estado, el
Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, expusieron descarnadamente sus
falencias, su falta de preparación, su escasa experiencia para coordi-
nar una agenda -aún en la emergencia-. En definitiva, es claro que en la
República Argentina debe recrearse la conciencia sanitaria institucional.
Asimismo, los hombres y mujeres de a pie, aquellos que hoy tienen temor
y critican no sin razón, tampoco habían mostrado -hasta ahora- interés legíti-
mo por informarse responsablemente, por prevenir a partir del conocimiento y
evitar contagiarse, antes que de la enfermedad, del pánico a enfermarse. Los
ciudadanos no han manifestado motivación para construir una conciencia sa-
230 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

nitaria individual y colectiva, a partir de la divulgación, la capacitación, la in-


formación precisa y desprovista de sesgos utilitarios. Tampoco el Estado ha
colaborado en promover ese proceso. Y en general, hasta antes de las epide-
mias -el tiempo dirá si a partir de ellas lo logran- los ciudadanos -en tanto
habitantes, electores, administrados, vecinos, usuarios, pacientes- no se han
percibido a sí mismos como sujetos activos de la dinámica sanitaria, ni como
custodios de un deber individual y colectivo que la constitución marca con
claridad: cuidar de la salud como bien social.
Pero los ciudadanos no son enteramente responsables de este severo dé-
ficit cívico. La salud, en el discurso público, ha sido históricamente desdibujada.
En la escuela, se encuentra desarticulada, cosificada, sin ser parte dinámica
en los procesos de enseñanza aprendizaje, tampoco de la actualización profe-
sional o de la formación de formadores en sus distintos niveles -equipos direc-
tivos, docentes, etcétera-. Asimismo, la mayoría de los medios de comunica-
ción la ha abordado muy superficialmente, o bien desde la venta de una noticia
catástrofe, o en supuestas líneas de “prevención” concebidas a partir de las
posibilidades de sostener la “información” publicada en espacios que permitan
captar publicidad.
Las organizaciones de la sociedad civil, circunscriptas en nuestro medio
mayoritariamente a operar en el desgastado campo de la denuncia, así como
las asociaciones de bien público o cooperadoras hospitalarias -en las cuales,
de acuerdo a nuestra propia experiencia, a veces se confunden el benefactor
y el beneficiado-, no se han interesado ni han logrado interesar a financistas
institucionales que aporten fondos para el desarrollo de información, estudios,
propuestas, y en definitiva no inciden en la construcción de una genuina agen-
da pública sanitaria.
Tampoco los partidos políticos han ido mucho más allá de amplificar la sono-
ridad de algunas definiciones muy generales en la materia sanitaria. Es cierto
que en las campañas políticas la cuestión aparece -a trazo grueso-, y que a
veces ciertas fuerzas políticas han presentado como candidatos a personalida-
des del campo sanitario con prestigio; pero no conocemos que puertas adentro
de las principales estructuras políticas se generen debates profundos sobre los
modelos sanitarios, sobre el análisis de las estructuras existentes, sobre la canti-
dad y calidad de efectores, los datos producidos por los sistemas de informa-
ción, sobre la calidad de los servicios, la eficacia de su andamiaje normativo.
Ello impacta en la gestión de los Poderes Ejecutivos. Los equipos de los
Ministerios se suelen conformar por la intuición del jefe político y por el acier-
to o error de quienes a la sazón fueron designados por éste para la cartera
A modo de epílogo 231

sanitaria. Y también a la perfomance legislativa, pues la ausencia de equipos


sanitaristas dentro de los partidos políticos se evidencia palmariamente en las
preocupaciones que en este campo demuestran los legisladores, tanto en su
faz de control -pedidos de informes-, como de iniciativa parlamentaria -pro-
yectos de leyes generales o particulares.-.
Nos preguntamos, en esta instancia, cuál es el punto justo entre ciencia,
profesión, administración, política y participación ciudadana que supone el
complejo dinámico denominado “salud pública”. ¿Cómo politizar positivamen-
te el accionar sanitario profesional, científico y administrativo? ¿Cómo forta-
lecer sanitariamente a la ciudadanía? ¿Cómo nutrir a los líderes políticos, en
tanto estadistas, y a las estructuras administrativas permanentes o transitorias
-en si mismas sujeto de derechos y deberes- de bases científicas y profesiona-
les sólidas para aportar a la concepción y ejecución de políticas sanitarias de
largo aliento?
Estos indispensables cruces, o mejor, la indagación y procura respecto que
los mismos se produzcan en adecuadas condiciones de equilibrio, constituyen
el trasfondo de la presente obra. En capítulos que no pretenden agotar la
temática planteada, procurando un estilo en el cual seguimos haciendo esfuer-
zos para escribir “conforme a derecho” pero también para un público no abo-
gado que se ha mostrado interesado por este tipo de publicaciones, esbozamos
un catálogo de asuntos seleccionados por su actualidad, para trabajar esas
líneas profundas mientras buscamos respuestas para los asuntos más visibles,
tal como se propone actuar todos los días nuestro servicio jurídico, intentando
reducir la brecha entre la respuesta a la coyuntura y el trazado e implementación
de políticas de fondo, sean de Estado o de Gobierno.
El Estado asume cada día más y complejas funciones. Entre éstas, absor-
be en forma inexorable y creciente, la prestación de servicios asistenciales de
la más diversa especie y complejidad. Sectores enteros de la actividad sanita-
ria pasan a ser prestadas únicamente por efectores públicos. Además, las
universidades públicas forman a buena parte de los profesionales que integran
esos servicios, y una significativa proporción de la formación de posgrado es
realizada en esas universidades y en el propio sector público -residencias,
capacitación supervisada, etécera-.
Como hemos explicado, en materia sanitaria son numerosos los roles a car-
go del Estado: el diseño y aplicación de políticas, la prestación directa del servi-
cio en los hospitales, el gobierno de la matrícula profesional, la regulación de la
actividad pública y privada (habilitación y fiscalización de efectores), la ejecu-
ción de programas complementarios, entre las más importantes. En suma, y
232 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

volviendo a las relaciones establecidas al inicio de este epílogo: Estado Social de


Derecho -tal el modelo establecido en nuestra Constitución Provincial- y Salud.
Nos encaminamos hacia un modelo en el cual el sector público asume y
asumirá la mayor cantidad de prestaciones de salud, predominantemente a
través de su red provincial y municipal. El Gobierno deberá asumir compromi-
sos que lo trasciendan, es decir genuinas políticas de Estado. Su rol deberá
diversificarse y fortalecerse aún más desde el plano institucional. Enfrentará
a intereses corporativos que tenderán a concentrarse: fundamentalmente, ten-
drán que trabajar duro sobre qué y como pagan los operadores no estatales o
privados con capacidad de financiamiento -obras sociales, medicina prepaga-
, que en la mayoría de los casos deberán retribuir servicios prestados a sus
afiliados por el propio Estado; y también orientarán la inversión privada, pro-
curando complementarla con la pública.
El Gobierno, la Administración Pública y el Equipo de Salud, lejos de con-
vertirse en estructuras aisladas, encerradas en si mismas, tendrán que mejo-
rar su capacidad de operación, de interrelación, de adaptabilidad, de flexibili-
dad para hacer frente al desafío que implica sostener una salud pública cre-
ciente y diversificada, en un Estado de Derecho que garantiza la accesibilidad
con equidad y respeto al derecho-deber a la salud -o mejor dicho a los servi-
cios de salud entendidos como un complejo de recursos no absoluto y por
tanto finito-, dentro del cual la agenda sanitaria encuentre temáticas de largo,
mediano y corto plazo con participación seria de la sociedad civil organizada,
con funcionarios más comprometidos y especializados, un conjunto de profe-
sionales de la salud mejor preparados y una ciudadanía más comprometida.
No estamos haciendo futurología: a este desafío nos enfrentamos, en nuestro
Ministerio, día tras día.
Los estadistas necesitan a los sanitaristas, y viceversa. Los profesionales
de la salud necesitan a la burocracia administrativa, y viceversa. Los servicios
asistenciales requieren de la permanente intervención de servicios no
asistenciales, y viceversa. Todos deben confluir responsablemente, creando y
reproduciendo la conciencia sanitaria.
¿Alberdi manejando una ambulancia? ¡Claro que si!

Ab. José Emilio Ortega


Secretario de Coordinación Técnico Administrativa
del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba
A modo de epílogo 233

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Doctrina

ACADEMIA NACIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES DE


CÓRDOBA, Activismo y Galantismo Procesal,1ª Edición, Ediciones de
la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Cór-
doba, 2009.
AGUILAR CAVALLO, Gonzalo, “El Principio del Interés Superior del Niño y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos” en Estudios Constitu-
cionales, Año 6 Nº 1, Centro de Estudios Constitucionales de Chile –
Universidad de Talca - , 2008.
ALTERINI, A. A. – Ameal, O. J., y LÓPEZ CAVANA, R. M., Derecho de
obligaciones. civiles y comerciales, Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
ALTERINI, Atilio Aníbal, “¿Hay dos derechos, uno de la normalidad y otro
de la emergencia?” en Sup. Esp. La emergencia y el caso Massa, 22/02/
2007, LA LEY.
ALEXY, Robert, Teoría de los Derechos Fundamentales, Traducción a cargo
de Ernesto Garzón Valdez, Centro de Estudios Políticos y Constituciona-
les, Madrid, 1997.
- “Assessing the viability of substantive due process right to in vitro
fertilization” en Harvard Law Review, Vol 118, Nº 8, , EEUU, 2005.
BAQUERO LAZCANO y otros, “Tratado de Derecho internacional Público
Profundizado”, Tomo I, edit. Lerner, Córdoba, 1994.
BAULINA, Angel V, El Gobierno Municipal. Manual Práctico de Dere-
cho y Administración, Assandri, Córdoba, 1941.
234 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

BARRERA BUTELER, Guillermo, El caso “Itzcovich”: ¿Una sentencia de


necesidad y urgencia?, en Foro de Córdoba, (Publicación de doctrina y
jurisprudencia), Año XVI, Nº 99, Advocatus, Córdoba, 2005.
BIDART CAMPOS, Germán J., Manual de la Constitución Reformada,
ed. Ediar, Tº III, Buenos Aires, 2005.
- “El artículo 75 inc. 22, de la Constitución y los derechos humanos” en La
aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribuna-
les locales, Del Puerto, Buenos Aires, 1998.
- “El derecho a la salud en las Américas. Estudio constitucional compara-
do”, Publicación Científica, FUENZALIDA PUELMA, Hernán L y
SCHOLLE CONNORS, Susan (ed.), Organización Panamericana del a
Salud, Washington, 1989
- “La dimensión de la salud como bien colectivo y los servicios de salud” en
LL 2001-F,906 (04-05-09)
BITTAR, Nazario Eduardo y SOMMER, María Agustina Jacinta “Lineamientos
básicos del Poder de Policía en Materia Sanitaria” en Práctica Jurídica
de la Salud Pública, Colección Administración Sanitaria 1, Editado por el
Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, Córdoba, 2008.
BLAZQUEZ, Martín Diego, “Los derechos (humanos) de los ancianos” en
BLAZQUEZ, Martín Diego (Coordinador), Los Derechos de las Perso-
nas Mayores. Perspectivas sociales, jurídicas, políticas y filosóficas,
Cuaderno Bartolomé de las Casas Nº 40, Instituto de Derechos Humanos
Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III, Dikinson, España,
2006.
BOBBIO, Norberto, Igualdad y Libertad, Paidós, Barcelona, 1993.
BOCCOLINI, Gustavo Luis, Práctica Municipal II, Ediciones Avatar, Cór-
doba, 1998.
BRESSER-PEREIRA, Luis Carlos et al, Política y Gestión Pública, FCE-
Clad, 2004.
BUERES, Alberto J., Responsabilidad civil de los médicos, Editorial
Hammurabi, Buenos Aires, 1992.
CAFFERATA, José Ignacio y REZZÓNICO, Carlos Alberto, Encuentros por
la Vida, Impreso en Talleres Gráficos de BR Copias, Córdoba, 2007.
CAPEL, Mariano, HARRINGTON, Paula, MIRANDA, Magali, ROBLE-
DO, Federico y TUR, Daniel, “Paisajes de una Argentina Invisible” en
Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano,12º Año, Tomo
Bibliografía general 235

2, Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Impreso en Mastergraf, Monte-


video, 2006.
CASTELLS, Julia, “Ancianidad y pobreza. Ficción y realidad de las políticas
sociales en la Argentina”, artículo presentado en el Congreso Annuale
dell´Associzione Latina per L´Analisi dei Sistemi Saciosanitari, Véneto,
1998.
CIFUENTES, Santos (Director) y SAGARNA, Fernando (Coordinador),
Código Civil Comentado y Anotado, Tomo I, La Ley, Buenos Aires,
2003.
CIURO CALDANI, Miguel Ángel, “Necesidad de un complejo de ramas del
mundo jurídico para un nuevo tiempo” en Investigación y Docencia”, Nº
40, Centro de Investigaciones de Filosofía Jurídica y Filosofía Social de la
UNR, Fundación para las Investigaciones Jurídicas, Rosario, 2007.
Conclusiones “Conferencia Latinoamericana para la Salud” Llamado a la
Acción de Toronto –Hacia una década de Recursos Humanos en Salud
para la Américas 2006-2015, Publicación de la Organización Panamerica-
na de la Salud (O.P.S) y Organización Mundial de la Salud (O.M.S.).
DABOVE CARAMUTO, María Isolina, GONEM MACHELLO, Graciela
M, NAWOJCZYK, Érica, NOVELLI, Mariano H., PRUNOTTO, Mariana
E. y RODRIGO, Fernando titulado “Aportes para el pleno reconocimiento
constitucional del derecho de los ancianos” publicado en LA LEY 20/06/
2008, 1.
DAVOBE CARAMUTO, María Isolina y PRUNOTTO LABORDE, Adol-
fo, Derecho de la Ancianidad. Perspectiva Interdisciplinaria, Juris,
Rosario, 2006.
DROMI, Roberto, Derecho Administrativo, 9ª Edición Actualizada, Ciudad
Argentina, Buenos Aires, 2001.
ETCHICHURRY, Horacio Javier, “Por un Método Crítico de Casos” en
ROSSETTI, Andrés y ALVAREZ, Magdalena (Compiladores), Derecho
a la Vida. Un análisis desde el Método de Casos, Advocatus, Córdoba,
2005.
ENRIQUE MIRET, Magdalena, “El Siglo de las personas mayores” en
BLAZQUEZ, Martín Diego (Coordinador), Los Derechos de las Personas
Mayores. Perspectivas sociales, jurídicas, políticas y filosóficas, Cua-
derno Bartolomé de las Casas Nº 40, Instituto de Derechos Humanos Bartolomé
de las Casas de la Universidad Carlos III, Dikinson, España, 2006.
236 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

FLIESS, Enrique, Especialidades médicas reconocidas, Coneau – 2004,


Ministerio de Salud y Ambiente., Comisión Nacional de Programas de
Investigación Sanitaria (CONAPRIS), Buenos Aires, 2004.
FRÍAS, Pedro José, Cuestiones de Estado, Virtudes Editorial Univesitaria,
Salta, Febrero de 2006
G. de COPELLO, Maitena – PERES, Victoria, Educación para la Salud.
Ed. Estrada, Argentina, 1993.
GARAY, Oscar Ernesto, Tratado de la responsabilidad civil en las espe-
cialidades médicas, Editorial Errepar, T º I, 2009.
- “Los derechos del profesional del equipo de salud” en Revista de la Aso-
ciación Médica Argentina, (AMA): v. 118, nº 2 – julio de 2005.
- “Competencia de la Nación y de las Provincias para legislar en materia
sanitaria”, La Ley, 2008-A-941.
GARAY, Oscar Ernesto, Código de derecho médico, Ed. Ad-Hoc, Buenos
Aires, 1999.
GUARINONI, Ricardo Víctor “La emergencia y los jueces” en Sup. Emer-
gencia Económica y Teoría del Derecho, 06/08/2003, 56 - LA LEY2003-
E, 1112
GELLI, María Angélica, “Los nuevos derechos en el paradigma constitucio-
nal de 1994” en LA LEY1995-C, 1142.
GUTIÉRREZ ZÚÑIGA CRISTINA et al: “Evaluación económica y toma de
decisiones en salud ambiental” en “Revista de Saúde Pública”, Volumen
28 N° 2, Sao Paulo, Abril 1994.
HERNÁNDEZ, Antonio (h), Derecho Municipal,2ª Edición Actualizada y
aumentada, Volumen 1, Depalma, Buenos Aires, 1997.
HIGHTON, Elena y WIERZBA, Sandra, La Relación Médico Paciente: El
Consentimiento informado, 2ª Edición actualizada y ampliada, Ad Hoc,
Buenos Aires, 2003.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, “Las Acciones Positivas en la Re-
forma Constitucional (art. 75 i nc. 23)” en La incidencia de la Reforma
Constitucional en las distintas ramas del derecho”, XII Reunión con-
junta de las Academias Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales de
Córdoba y Buenos Aires, Biblioteca de la Academia Nacional de Derecho
y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Serie II – Obras – Nº 27, Buenos
Aires, 1998, pag. 93-94.
KRASNOW, Adriana N., “Procreación humana asistida. Crear una vida para
salvar otra vida” en LLBA2009 (abril), 251.
Bibliografía general 237

HUTCHINSON, Tomás, “La Emergencia y el Estado de Derecho”, Revis-


ta de Derecho Público (2002 – 1), Rubinzal – Culzoni Editores, Bs As,
2002.
JUNYENT BAS, Francisco LALLIYA, Sandra E, “La Emergencia ¿Una
excepción permanente? A propósito de la Emergencia Sanitaria Nacional
y la nueva prórroga dispuesta por Ley 25.972” en LA LEY2005 B, 1218.
JURI, Hugo O. y SBARATO, Darío, “La Salud y el Ambiente” en SBARATO
Rubén Darío et al, Metodologías para diagnóstico y pronóstico de
contaminación atmosférica en Ecosistemas Urbanos, Editorial U.N.C.,
Córdoba, 2000.
LORENZETTI, Ricardo Luis, La Empresa Médica, Rubinzal Culzoni, Santa
Fe, 1998.
- “La emergencia económica y los contratos”, ed. Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2002.
LLOVERAS DE RESK, María Emilia y otras. “Lecciones de Derecho Ci-
vil” segunda edición, tercera reimpresión, editorial Advocatus, Córdoba,
1995.
MANSILLA, Lucio V., Una excursión a los Indios Ranqueles, Edición
Saúl Sosnowski, Stockcero, Miami, 2007.
MICAELLI, Juan Fernando y ROBLEDO, Federico, “Entidades y Contratos
de Medicina Prepaga” en ORTEGA, José Emilio (Director) y ZAVALEY,
Rodolfo Nicolás (Co-Director), Práctica Jurídica de la Salud Pública,
Colección Sanitaria Vol. 1, Ministerio de Salud de la Provincia de Córdo-
ba, Córdoba, 2008.
MOONEY, Alfredo y BRUGGE, Juan, Derecho Municipal Argentino. As-
pectos Teóricos y Prácticos, 2ª Edición Actualizada, Francisco Ferreyra
Editores, Córdoba, 1998.
MORALES LAMBERTI, Alicia, Derecho Ambiental – Instrumentos de
Política y Gestión Ambienta,. Ed. Alveroni, Buenos Aires, 1999.
MORELLO, Augusto M. – BERIZONCE, Roberto O., “Los Colegios Profe-
sionales: Fin de una Etapa y Perspectiva Superadora” en Revista del Cole-
gio de Abogados de la Plata, 1992, año XXXII, nº 52, Buenos Aires.
MOSSET ITURRASPE, Jorge, Responsabilidad civil del médico, Astrea,
Buenos Aires, 1985.
NALLAR, Florencia, “Destino de los Embriones Crioconservados” en La
Ley 13-03-09, 6.
238 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

NOVELLI, Mariano Los Derechos Constitucionales de los Ancianos en


la Argentina, Dunken, Fundación para las Investigaciones Jurídicas, Bue-
nos Aires, 2006.
Organización Panamericana de la Salud, Recursos Humanos en Salud en Ar-
gentina 2001-Observatorio de Recursos Humanos en Salud Representa-
ción OPS/OMS en Argentina, Editado en Gráfica LAF. S.R.L en julio de
2001.
ORTEGA, José Emilio, “Derecho y Ambiente”, en SBARATO Rubén Darío
et al, Metodologías para diagnóstico y pronóstico de contaminación
atmosférica en Ecosistemas Urbanos, Editorial U.N.C., Córdoba, 2000.
ORTEGA, José Emilio, SBARATO, Rubén Darío y SBARATO, Viviana,
Problemas Ambientales Generales, Universidad Técnica Nacional, Cór-
doba, 2009.
ORTEGA, José Emilio y GODDIO, Cintia, “Integración Sanitaria de la Pro-
vincia de Córdoba” en ORTEGA, José Emilio (Director) y ZAVALEY,
Rodolfo Nicolás, Práctica Jurídica de la Salud Pública, Colección Ad-
ministración Sanitaria 1, Editado por el Ministerio de Salud de la Provincia
de Córdoba, Córdoba, 2008.
ORTEGA, José Emilio y ROBLEDO, Federico, “Consentimiento Informado”
en ORTEGA, José Emilio (Director) y ZAVALEY, Rodolfo Nicolás (Co-
Director), Práctica Jurídica de la Salud Pública, Colección Sanitaria
Vol. 1, Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, Córdoba, 2008.
OSORIO, Paulina, “Exclusión Generacional: La Tercera Edad” en Revista
Mad. Nº 14, Mayo 2006, Departamento de Antropología, Universidad de
Chile.
PEREZ BUENO, Luis, “La configuración de la autonomía personal y la nece-
sidad de apoyos generalizados como nuevo derecho social” en Revista
del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales Nº 60.
PERTILE, Félix Alberto, La discrecionalidad Administrativa, Arpon, Córdo-
ba, 1988.
PIGRETTI, Eduardo A., Derecho Ambiental Profundizado, La Ley, 2003.
REYES CAMEJO, Teresa et al, “Salud en la tercera edad y calidad de vida”,
Centro Gerontológico Colón Máximo Gómez, Cuba, 2001.
RIBERI, Pablo, Variaciones sobre igualdad como valor, principio y dere-
cho, Mediterránea, Córdoba, 2007.
ROBLEDO, Federico Justiniano, “Hacia una mejor tutela constitucional de
los discapacitados” en Cuaderno de Federalismo, Instituto de Federalismo
Bibliografía general 239

de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba,


Córdoba, XIX, Advocatus, Córdoba, 2006.
ROCA, Marcelo, “Institucionalización de colegios Profesionales en el Dere-
cho Público Provincial”, LL, Tº 119-1965.
ROMERO, Stella Maris (Coord.), Compilación de Leyes de la Salud de la
Provincia de Córdoba, 1968 – 1998. Trabajo de Investigación aprobado
por Resolución Ministerial N° 401/99 y publicado en el B.O. el 10-08-99.
RUIZ-RICO RUIZ Gerardo, “Fundamentos Sociales y Políticos en los Dere-
chos Sociales de la Constitución Española” en Revista de Estudios Polí-
ticos (Nueva Epoca), Num. 71. Enero-Marzo 1991.
SAGÜÉS, Néstro Pedro, Elementos de Derecho Constitucional, Tomo 2,
tercera edición actualizada y ampliada, primera reimpresión, Astrea, Bue-
nos Aires, 2001.
SEGURA, Andreu, “Salud Pública, Política y Administración: ¿Rehenes o
Cómplices?” en Gaceta Sanitaria, v. 16, Barcelona, mayo-junio, 2002.
SESÍN, Domingo Juan y ABAD HERNANDO, Jesús L., “Régimen Jurídico
Público de los Colegios Profesionales” en Comercio y Justicia, v. XXVII,
Córdoba, 1977/78.
SOLIS, Patricio, “El ingreso a la cuarta edad en México: una aproximación a
su intensidad, calendario e implicaciones en el apoyo familiar y social a los
ancianos” en Papeles de Población, Enero/Marzo Nº 19, Universidad
Autónoma del Estado de México, Toluca, 1999.
TOMASELLO, Andrés, “Derechos de la Ancianidad” en DJ2002-3, 928
TRAVIESO, Juan Antonio, «La protección de los derechos de los ancianos.
Aspectos nacionales e internacionales» en La Ley Actualidad, 1995/07/06.
VARGAS, Marcos Francisco: “La contaminación ambiental como factor de-
terminante de la salud”, en “Revista Española de Salud Pública”, Volumen
79, N° 2, Madrid, Marzo-Abril 2005
VELEZ FUNES, Ignacio María (Director) Derecho Procesal Administrati-
vo, Alverioni, Córdoba, 2003.
VITERBORI, Juan Carlos, “Los Colegios de los Profesionales del Derecho”,
LL, 1992-D-Sec. Doctrina.
ZAVALEY, Nicolás, “Compilación de las Normas Basales del Sistema de
Evaluación Ética de la Investigación Biomédica en la Provincia de Córdo-
ba” en ORTEGA, José Emilio (Director) y ZAVALEY, Nicolás (Codirec-
tor), Práctica Jurídica de la Salud Pública, Colección Administración
240 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Sanitaria, Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, Advocatus,


Córdoba, 2008.
YASSI et al,“Salud Ambiental Básica”, OMS-PNUMA, 2002

Fuentes Virtuales

VII Reunión de Regional de Observatorios de Recursos Humanos en Salud,


realizada en Toronto, Canadá del 4 al 7 de octubre de 2005, disponible en
http://www.observatoriorh.org/Toronto/index-sp.html (05-07-09)
“A PANDEMIC INFLUENZA EXERCISE. FOR. THE EUROPEAN
UNION” www.ec.europa.eu/health/ph_threats/com/common.pdf (25-05-
09)
BIDART CAMPOS, Germán J. “Las prestidigitaciones del mago y la galera
de la Corte” en acervo virtual del Centro de Investigaciones de Filosofía
Jurídica y Filosofía Social de la UNR, www.circulodoxa.org/.../
Circulo%20Doxa%20-%20Mago.pdf (05-07-09)
CARBONE, Javier, “Importancia del auto cuidado en las enfermedades cró-
nicas: barreras que tenemos para ejercerlo” en http://www.aedip.com (25-
05-09)
“Conferencia de TABACO O SALUD en la India” en www.cadena3.com.ar/
post_ampliado.asp?programacion=CADENA%203&sector=6&post=24299
(23/06/2009)
Dabove, María Isolina (2008).” Ancianidad en la Argentina, ¿un fenómeno
creciente abandonado en sus derechos?”, RENA: Reporter Emergency
News Agency, en http://www.renanews.com.ar/home.html (20-05-09)
Diario Clarín “Ocaña atribuye el avance del dengue a la situación
socioeconómica”, Clarín.com, http://www.clarin.com/diario/2009/04/07/um/
m-01893226.htm (07/04/09)
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, vigésima
segunda edición, http://www.rae.es/rae.html (02-06-09)
FASSIO, Adriana, “Redes solidarias entre pares ¿Una alternativa de inclusión
social para las personas de edad?”, Buenos Aires, 2001 en
www.comunidar.org.ar/abstractspanelistas.doc (06-07-09)
FERNÁNDEZ BALFHOR, Juana de Vigay y RICHENI DE BARRETO,
Ma. del C, “El Equipo Medico. Responsabilidad Del Estado”, I Jornada
Bibliografía general 241

Interprovincial De Responsabilidad Civil Del Medico en http://


www.justiciachaco.gov.ar (25-05-09)
FISS, Owen, “Affirmative Actions as a strategy of justice”, ensayo presenta-
do en la sesion inaugural del Simposio “Affirmative Action Talk” (17 y 18
de Octubre de 1996) del Whitney Humanity Center y YALE LAW
SCHOOL, en Report for the Institute for Philosophy & Public Policy,
www.law.yale.edu/documents/pdf/affirmativeaction.pdf (23-05-09)
FRÍAS, Pedro J., “El Derecho Público” en acervo de la Academia Nacional
de Derecho y Cs. Sociales en http://www.acaderc.org.ar (25-06-09)
FRÍAS, Pedro J., “La Provincia Argentina entre Alberdi y la realidad” en
acervo de la Academia Nacional de Derecho y Cs. Sociales en http://
www.acaderc.org.ar (25-06-09)
GARGARELLA, Roberto, “Injertos y Rechazos: Radicalismo Político y
Transplantes Constitucionales en América” en acervo virtual del Semina-
rio en Latinoamérica de Teoría Constitucional y Política de la YALE
LAW SCHOOL, en www.law.yale.edu/documents/pdf/SELA/
RobertoGargarella__Spanish_.pdf - (26-05-09)
HUENCHUAN, Sandra y MORLACHETTI, Alejandro, Derechos Sociales
y Envejecimiento: modalidades y perspectivas de respeto y garantía en
América Latina, http://www.eclac.org/celade/noticias/paginas/6/27116/
HuenchuanS.pdf (21-03-08)
Impacto Ambiental: cuando una acción o actividad produce una alteración,
favorable o desfavorable en el medio o en alguno de los componentes del
medio (WHO , publicado en http://www.who.int/quantifying_ehimpacts/
publications/preventingdisease/en/index.html (20/05/2009).
Lexis Nº 9204/003006, DERECHOS PERSONALÍSIMOS / 01.- Generali-
dades, RIVERA, Julio César (autor), LexisNexis, INSTITUCIONES DE
DERECHO CIVIL - PARTE GENERAL, 2007.
Manual de Ética Médica de la Asociación Médica Mundial (AMM, 2005 – 2ª
edición 2009), que esta fundado filosóficamente en la bioética y en los
DDHH: http://www.wma.net/s/index.htm .
MOISSET DE ESPANÉS, Luis, “El Abuso Del Derecho” en acervo de la
Academia Nacional de Derecho y Cs. Sociales en http://
www.acaderc.org.ar (25-05-09)
NIKKEN, Pedro, “Los Derechos del niño, de los ancianos y de la mujer: su
protección internacional” en acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual de la
242 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Universidad Nacional Autónoma de México, http://www.bibliojurídica.com


(20-05-09)
OMS e INPEA, Missing Voices view of older person on elder abuse, pag.
3 en http://www.who.int/ageing/projects/elder_abuse/missing_voices/en/
(01-06-09)
Organización Mundial de la Salud, www.who.int/csr/en/ (25-05-09)
Organización Panamericana de la Salud, Documento “Llamado a la Acción
de Toronto 2006-2015. Hacia una década de Recursos Humanos en Sa-
lud para las Américas” en http://www.observatoriorh.org/Toronto/
LlamadoAccion_esp1.pdf (05-07-09)
Organización de las Naciones Unidas – Estrategia Internacional para la Re-
ducción del Riesgo de Desastres en www.eird.org/esp/terminologia-esp.htm
(25-05-09)
Organización Panamericana de la Salud en www.paho.org/Spanish/DD/PED/
NL111s.pdf (25-05-09)
PEÑA, Lorenzo y AUSÍN, Txetxu, “Cabe un abuso de los derechos positi-
vos” en http://digital.csic.es. (25-05-09)
PÉREZ-SOBA DIEZ DEL CORRAL, José, “Preservar la salud: capacida-
des y límites” en http://es.catholic.net. (25/05/09)
“The Turning Point Model State Public Health Act – a Tool for Assessing
Public Health Laws” www.publichealthlaw.net (25-05-09)
Registro Nacional de Instituciones y Empresas Libres de Humo de Tabaco, http:/
/www.msal.gov.ar/htm/site_tabaco/regnac_emp_lib_pres.asp (02/05/2009)
“Respuesta Mundial al Maltrato de Personas Mayores” en Revista Paname-
ricana de Salud Pública, Vol. 17, Junio de 2005, pag. 456. Ver OMS e
INPEA, Missing Voices view of older person on elder abuse en http://
www.who.int/ageing/projects/elder_abuse/missing_voices/en/ (01-06-09)
SALVIOLI, Fabián, Curso Básico sobre el Sistema Interamericano de
Protección de los Derechos Humanos, IIDH, 2003, en Instituto Intera-
mericano de Derechos Humanos, Glosario, http://www.iidh.ed.cr/
glosario.htm (24-03-08)
SANCHEZ FERNÁNDEZ, Luis Manuel, “Ponderación y Casos Difíciles en
materia constitucional” en acervo virtual de la Universidad de San Agustín,
www.unsa.edu.pe/escuelas/de/rev_derecho/REVISTA05/art4.pdf (20-05-09)
SEMINO, Eugenio, “Maltrato, Abuso y Abandono en la Tercera Edad” en
acervo virtual de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires,
http://www.defensoria.org.ar/areastematicas/doc/v014.doc (06-06-09)
Bibliografía general 243

SAUX, Edgardo Ignacio, Conflicto entre derechos fundamentales, acervo vir-


tual de la Academia Nacional de Derecho y Cs. Sociales, http://
www.acaderc.org.ar (25-05-09)
Stanford Hospital and Clinics – Stanford University Medical Center, “In Vitro
Fertilization” en http://www.stanfordivf.com/ivf.html (25-06-09)
Universidad Blas Pascal, “Ambiente y Salud ¿Qué es el tabaco?” en
www.ubp.edu.ar/todoambiente/salud/tabaquismo.html (02/05/09)
WHO (Organización Mundial de la Salud), publicado en http://www.who.int/
quantifying_ehimpacts/publications/preventingdisease/en/index.html (20/05/
2009).

Legislación Analizada

Tratados Internacionales y Regionales

Convenio Marco de la O.M.S. para el Control del Tabaco


Convenció Americana de Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa
Rica)
Convención de los Derechos del Niño
Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación por petró-
leo de los mares
Convención de París
Convención Ramsar
Convención Andrés Bello
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
Declaración Universal de Derechos Humanos
Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Protocolo de San Salvador

Constituciones Nacionales

Constitución Nacional de España


244 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Constitución de la República Argentina


Constitución Nacional de la República Federativa del Brasil
Constitución Nacional de la República Oriental del Uruguay
Constitución Nacional del Paraguay

Constituciones Provinciales

Constitución de la provincia de Buenos Aires


Constitución de la provincia de Catamarca
Constitución de la provincia de Chaco
Constitución de la provincia de Chubut
Constitución de la provincia de Córdoba
Constitución de la provincia de Corrientes
Constitución de la provincia de Entre Ríos
Constitución de la provincia de Formosa
Constitución de la provincia de Jujuy
Constitución de la provincia de La Rioja
Constitución de la provincia de Mendoza
Constitución de la provincia de Misiones
Constitución de la provincia de La Pampa
Constitución de la provincia de Río Negro
Constitución de la provincia de Salta
Constitución de la provincia de San Cruz
Constitución de la provincia de San Juan
Constitución de la provincia de San Luis
Constitución de la provincia de Santa Fe
Constitución de la provincia de Santiago del Estero
Constitución de Tierra del Fuego e islas del Atlántico Sur
Constitución de la provincia de Tucumán

Legislación Nacional

Código Civil
Bibliografía general 245

Ley N° 23.344 (BO 29/08/86)


Ley N° 23.660 (BO 20/01/89)
Ley N° 23661 (BO 20/01/89)
Ley N° 24.445 (B= 19/01/95)
Ley N° 24.044 (BO 31/12/91)
Ley N° 24.152 (BO 13/10/92)
Ley Nº 24.754 (BO 01/04/97)
Ley 17.565 (BO 12/12/67)
Ley 17.132 (BO 31/01/67)
Ley 24.301 (BO 10/01/94)
Ley 24.317 (BO 30/05/94)
Ley 24.004 (BO 28/10/91)
Ley 23.752 (BO 13/10/89)
Ley 23.277 (BO 15/11/85)
Ley 22.127 “Sistema Nacional de Residencias de la Salud” (BO 08/01/80)
Res. MEyC Nº 6/2007
Res. CFCyE Nº 238/05
Res. MSyS Nº 605/05
Res. MS Nº 404/08
Resolución CFCyE Nº 238/05

Legislación Provincial

Ley N° 6222 del “Ejercicio de las Profesiones y Actividades relacionadas con


la Salud” la Provincia de Córdoba
Ley Nº 7077 “Programa Permanente de Atención al Anciano” de la Provin-
cia de Córdoba (BO 30/04/84)
Ley Nº 7.434 modificatoria de la Ley N° 7077 de la Provincia de Córdoba
(BO 09/10/86)
Ley N° 7625 de la Provincia de Córdoba (BO 22/12/87)
Ley Nº 7723, “Programa Asistencial Integral Córdoba” de la Provincia de
Córdoba (BO 17/11/88)
Ley Nº 7872, “Establecimientos geriátricos privados” de la Provincia de Cór-
doba (BO 28/12/89)
246 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Ley Nº 8677 de la Provincia de Córdoba (BO 17/06/98)


Ley N° 8835 “Carta del Ciudadano” de la Provincia de Córdoba (B.O. 28/03/
00)
Ley N° 9133 de “Garantías Saludables” de la Provincia de Córdoba (BO 28/
11/03)
Ley N° 9454 de la Provincia de Córdoba (BO 27/12/07)
Ley N° 3726 de la Provincia de Jujuy (Sancionada 26/09/80)
Ley N° 1270 de la Provincia de Misiones (Sancionada 30/06/80)
Ley VII-0234-2004 de la Provincia de San Luis
Ley N° 7503 de la Provincia de Córdoba (BO 20/11/86)
Ley N° 7827 de la Provincia de Córdoba (BO 19/01/90)
Decreto N° 657/09 de la Provincia de Córdoba
Decreto N° 5640/88 de la Provincia de Córdoba
Decreto N° 1798 de la Provincia de Córdoba
Decreto N° 1854/92 de la Provincia de Córdoba
Decreto N° 1913/08 de la Provincia de Córdoba
Decreto N° 2807 de la Provincia de Córdoba
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 394/09
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 2723/92
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 822/2007
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 625/08
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 982/08
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 999/08
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 80/09
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 335/09
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 221/2009
Resolución del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba N° 369/2007

Legislación Municipal y de Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Estatuto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Carta Orgánica de la Ciudad de Córdoba
Ordenanza de la Municipalidad de Córdoba N° 11.039 (18/05/2006)
Bibliografía general 247

Ordenanza de la Municipalidad de Córdoba N° 11.040 (18/05/2006)


Ordenanza de la Municipalidad de Córdoba N° 10.620 (08/07/2003)

Jurisprudencia

Jurisprudencia Extranjera

Corte Suprema de los Estados Unidos “Skinner v. Oklahoma” (1942)


Corte Suprema de los Estados Unidos “Brown vs. Board of Education of
Topeka” (1954).

Jurisprudencia Nacional

Corte Suprema de Justicia Argentina “Itzcovich, Mabel c. Administración


Nacional de la Seguridad Social” (29/03/05)
Corte Suprema de Justicia Argentina “Etcheverry, Luisa M. y otros c/ Pro-
vincia de Buenos Aires y otros” (04/12/80)
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “A.M.S.” (26/03/08)
Corte Suprema de Justicia Argentina “Cambiaso Peres Nealón, Celia M. A.
c/ Centro de Educación Médica e Investigaciones Médicas” (05/09/
07)
Corte Suprema de Justicia Argentina “C.C. V. Sociedad de Autores y Com-
positores de Música” (01/04/08)
Corte Suprema de Justicia Argentina, “Orlando , Susana Beatriz c/ Buenos
Aires, Provincia de y otros s/ amparo”, (24/05/05)
Corte Suprema de Justicia Argentina “Sánchez. c/ Centro de Educación
Médica e Investigaciones Médicas” (05/09/07)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, sala Civil y Comer-
cial, “Rosales, Guillermo A. c. D.I.P.A.S” (22/09/04)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba – Sala Contencioso
Administrativa - «ARDANAZ, GABRIELA IRENE C/ PROVINCIA DE
CÓRDOBA - PLENA JURISDICCIÓN - RECURSO DE APELACIÓN»
(05/06/07)
248 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba en pleno “ASOCIA-


CIÓN MÉDICO GREMIAL DEL HOSPITAL MUNICIPAL DE URGEN-
CIAS C/ MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA – AMPARO- RECURSOS
DE CASACIÓN E INCONSTITUCIONALIDAD» ( 19/06/07)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba – Sala Contencioso
Administrativa - «CUEVAS, MARCELO FABIAN Y OTROS c/ MUNICI-
PALIDAD DE VILLA CARLOS PAZ - PLENA JURISDICCION - RE-
CURSO DE CASACION» (07/11/98).
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba – Sala Contencioso
Administrativa - «ESTEBAN, ELSA E. C/ PROVINCIA DE CORDOBA -
PLENA JURISDICCION - RECURSO DE APELACION « (12/07/96)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, «GARCÍA, MI-
GUEL ÁNGEL C/ I.P.A.M. – AMPARO - RECURSO DE CASACIÓN»
(13/04/04)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, «GUERBEROFF,
EDUARDO R. C/ PROVINCIA DE CORDOBA - PLENA JURISDIC-
CION - RECURSO DE APELACION» (26/08/97)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba en pleno “MOYANO
ANTONIO BENITO C/ SUPERIOR GOBIERNO DE LA PROVINCIA
DE CORDOBA -INCAPACIDAD- RECURSO DE INCONSTITUCIO-
NALIDAD” (07/10/04)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, «PATIÑO DE
CHAVES, LILIA ZULMA C/ ESTADO PROVINCIAL - CONTENCIO-
SO ADMINISTRATIVO - PLENA JURISDICCIÓN - RECURSO DE
APELACIÓN « (19/12/00)
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba – Sala Contencioso
Administrativa, «PERAFAN, JUAN ZENON C/ ESTADO PROVINCIAL
- PLENA JURISDICCION - RECURSO DE APELACION» (01/12/99)
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, sala I, “Ac-
tuar Med S.A. c. Obra Social de la Dirección Nacional de Vialidad”,
(30/11/06)
Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sala II, “Amores Perros S.S. c. Ciu-
dad de Buenos Aires” (21/03/07)
Cámara de Apelaciones en lo Civil del Neuquén, “Defensora del Niño y del
Adolescente c. Provincia del Neuquén”, (12/09/2007)
Bibliografía general 249

Cámara Nacional en lo Comercial «V. F. M. L. c/ Diagnos S.A.M.A. s/ ordi-


nario», (21/04/09).
Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata “… y otra c/IOMA y otra s/
Amparo” (29/12/08)
Cám. Nac. Civil Comercial. Federal. SalaI, “GJVc/Gobierno Nacional y
Ot” (08/10/1982)
Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de 2da Nominación de Santia-
go de Estero.
“O.S.D.E c/ Cortes, Gabriel Alberto y otros” (21-08-08)
250 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte
A modo de epílogo 251

AUTORES DEL LIBRO

Aranovich, Silvina
Es Médica, Especialista en Neurología y en Sistema de Salud y Seguridad
Social. En la actualidad se desempeña en el Ministerio de Salud de la Nación.

Carignani, Agustín
Nacido en Alta Gracia, Córdoba, el 1 de diciembre de 1978. Es Abogado y
Procurador (U.N.C.). Veedor de audiencia en sede penal en la Casa de Jus-
ticia (Court House) de la ciudad de Reno, Estado de Nevada (EEUU). Fue
Becario en el Programa de Iniciación y Perfeccionamiento del M.S. Actual-
mente es abogado asesor de la D.J.A.L.-M.S.

Cortizo, Nancy
Nacida en Córdoba Capital el 06 de Julio de 1960. Es Profesora Normal
de Educación Preescolar (Escuela Normal de Profesores “Alejandro Carbó”).
Ha participado en las Jornada de Capacitación para Niveles de Conducción
de la Secretaría General de la Gobernación y Control de Gestión. Ingresó a la
Administración Pública Provincial en 1979. Ha desempeñado diversas funcio-
nes en el M.S., entre las que se destacan las de Supervisora Administrativa,
Jefa de Sección Personal (Suplente) de la ex Dirección General de Salud
Mental, funciones inherentes a la Jefatura de Sección Registro de Convenios
Instituciones y Expedición de Informes den Salud de la ex Gerencia General
de Asuntos Legales y Jefa de División Registro de Personal (Suplente) en la
DJAL.

Figueroa, Eduardo Octavio


Nacido en Córdoba Capital el 22 de Julio de 1960. Ha ocupado diversas
funciones en el M.S., integrando Equipos Directivos de los Hospitales Córdo-
252 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

ba y San Roque, ejerciendo la Jefatura de Departamento de Coordinación y


Gestión de la Dirección de Planeamiento Sanitario, entre otras. En la actua-
lidad, es Jefe de Área de Despacho D.J.A.L.-M.S.

Garay, Oscar Ernesto


Es Abogado y Especialista en Derecho Médico y Bioética. Es autor de
diversos libros y artículos en Revistas Especializadas sobre temas de Salud
Pública y Derecho Sanitario. En la actualidad se desempeña en el Ministerio
de Salud de la Nación.

Khoury, Marina
Es Médica Epidemióloga y Magíster en Efectividad Clínica. En la actua-
lidad se desempeña en el Ministerio de Salud de la Nación.

Lescano de Esper, María del Valle


María del Valle Lescano de Esper, nacida en Córdoba el 14 de octubre de
1960. Ingresó al Ministerio de Salud en 1983, cumpliendo funciones en la
Secretaría Privada hasta el año 2000. Luego se desempeñó en la Secretaria
de Salud hasta el año 2002. Desde esta última fecha presta servicio en la
entonces Gerencia General de Asuntos Legales y actual Dirección de Juris-
dicción de Asuntos Legales estando como respensable de la tramitación de
Oficios Judiciales.

Micaelli, Juan Fernando


Nacido en Córdoba Capital, el 29 de noviembre de 1968. Es Abogado y
Procurador (U.N.C.). Ocupó diversos cargos en la U.N.C., entre ellos miembro
titular del Consejo Directivo (Claustro de Graduados) de la Facultad de Dere-
cho y Cs. Soc. (F.D.C.S.), Secretario de Asuntos Estudiantiles de dicha uni-
dad académica, y Asesor Letrado de la Secretaría de Deportes del Rectorado.
Actualmente es el Jefe de Área de Dictámenes y Estudios Legislativos, de-
pendiente de la D.J.A.L.-M.S.

Ortega, José Emilio


Nacido en Córdoba Capital, el 10 de diciembre de 1969. Es Abogado y
Procurador (U.N.C.). Tesista de la Maestría en Partidos Políticos (Centro
de Estudios Avanzados-U.N.C.) y del Doctorado en Ciencias de la Salud
AAutores
modo dedelepílogo
Libro 253

(F.C.M.). Cursó posgrados en Derecho Comunitario (Universidad de


Salamanca) y Políticas Públicas (U.C.C. y Universidad de Georgetown). Ejer-
ció funciones docentes, de investigación y de gestión en la U.N.C. (F.D.C.S.,
F.C.M., Laboratorio de Hemoderivados, D.A.S.P.U., C.E.A., Rectorado).
Docente de la Universidad Blas Pascal. Fue consultor y asesor de diversos
organismos (P.N.U.D., C.F.I., UNESCO), Estados Provinciales, Municipios,
etc. Publicó artículos y libros. Premiado por la Academia Nacional de Dere-
cho y Cs. Soc. en dos oportunidades, una de ellas como coautor. Ejerció diver-
sos cargos en el M.S., entre ellos la Gerencia General de Asuntos Legales.
Actualmente es Secretario de Coordinación Técnico Administrativa del M.S.

Robledo, Federico (h)


Nacido en Córdoba Capital el 23 de marzo de 1984. Es Abogado (U.NC.)
“Egresado Sobresaliente” e integrante del “Cuadro de Honor” de la F.D.C.S.-
U.N.C. Es alumno de la Maestría en Derecho Privado (UNR), Maestría en
Bioética (UNC) y Maestría en Dirección de Negocios (UNC). Cursó el
postgrado de “Análisis Económico del Derecho” (Universidad Complutense
de Madrid y U.N.C.). Inició la carrera docente en las asignaturas de Derecho
Constitucional y Derecho Público Provincial y Municipal y la carrera de in-
vestigador en la F.D.C.S.- U.N.C. y la U.C.C. Publicó en libros y revistas
especializadas. Distinguido individualmente y en equipo por universidades de
Argentina, Chile y Brasil y por la Fundación Alemana Konrad Adenauer. Re-
cibió la Distinción “Talentos”. En la actualidad, es abogado asesor de la Di-
rección de Jurisdicción de Asuntos Legales del M.S.

Sommer, María Agustina Jacinta


Nacida en San Luis Capital, San Luis, el 17 de Agosto de 1984. Es Aboga-
da (U.N.C.). Ha participado de diversos equipos académicos en dicha Unidad
Académica. Diplomada en Gestión de Servicios de Salud (Universidad Em-
presarial Siglo XXI). Fue Becaria en el Programa de Iniciación y Perfeccio-
namiento del M.S. Prestó servicio en el Consejo de Evaluación Ética de la
Investigación en Salud (CoEIS). En la actualidad, es abogada asesora de la
Dirección de Jurisdicción de Asuntos Legales del M.S.

Soria Güidone, Esteban Julián


Nacido en Córdoba, el 6 de enero de 1979 . Es Abogado y Procurador
(U.N.C.). Ha realizado diversos cursos de actualización profesional en la
254 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

U.N.C. y en la Universidad Empresarial Siglo XXI. Fue pasante en el Poder


Judicial de la Provincia y en estudios jurídicos privados. En la actualidad, es
abogado asesor de la Dirección de Jurisdicción de Asuntos legales del M.S.

Zavaley, Rodolfo Nicolás


Nacido en Chilecito, La Rioja, 14 de enero de 1971. Abogado y Notario
(U.C.C.). Cursó los Posgrados PROAPS-IIFAP - (UNC) y el Programa de
Capacitación en Análisis e Implementación de Políticas de Atención Primaria
de la Salud (2007). Está finalizando la Maestría en Gerencia y Administración
de Servicios de Salud (F.C.M.-U.N.C.). Ocupó distintos cargos en el Ministe-
rio de Salud de la Provincia de Córdoba (M.S.), entre ellos Secretario Perma-
nente del Consejo de Reglamentación y Seguimiento de la Ley 9.133,
Subgerente de RUGEPRESA, Asesor de COEIS, Gerente de Asuntos Lega-
les y Director de Jurisdicción de Asuntos Legales (D.J.A.L.) de la Cartera.
Actualmente es Subsecretario Legal y Técnico del Ministerio de Salud de la
Provincia de Córdoba.
A modo de epílogo 255

INDICE

Prólogo ........................................................................................................ 11

Introducción
Rodolfo Nicolás Zavaley ...................................................................... 13

Los derechos de los ancianos


José Emilio Ortega y Federico Robledo (h) ...................................... 17

La salud ambiental en el ordenamiento jurídico


José Emilio Ortega y Agustín Carignani............................................ 39

Recurso Humano Crítico en Salud


Eduardo Octavio Figueroa .................................................................................................................. 59

Tabaquismo y derecho a la salud


Juan Fernando Micaelli y Esteban Julián Soria Güidone .............. 75

El deber de cuidar la salud


Rodolfo Nicolás Zavaley y María Agustina Jacinta Sommer ........... 95

Emergencia sanitaria. Pautas y efectos de su declaración


Rodolfo Nicolás Zavaley y Esteban Julián Soria Güidone ............ 109
256 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Aspectos novedosos de la protección de la salud y la vida.


A propósito del caso “… y otra c/ IOMA y otra s/Amparo”
Rodolfo Nicolás Zavaley y Federico Robledo (h) ........................... 125

Ejercicio Legítimo de las Profesiones de la Salud


Silvina Aranovich, Oscar Ernesto Garay y Marina Khoury ......... 143

Los convenios suscriptos por el Ministerio de Salud de la Provincia de


Córdoba
Nancy Cortizo y María del Valle Lescano ....................................... 193

Repertorio de Dictámenes e Informes de la Dirección de Jurisdicción


de Asuntos Legales y de la Secretaría de Coordinación Técnico
Administrativo
José Emilio Ortega y Juan Fernando Micaelli ............................... 197

Jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia


de Córdoba
Rodolfo Nicolás Zavaley y María Agustina Jacinta Sommer ......... 217

A Modo de Epílogo ................................................................................... 227


Bibliografía General del Libro ................................................................... 233
Autores del Libro ..................................................................................... 251
A modo de epílogo 257

Se terminó de imprimir en
Editorial Advocatus, Obispo Trejo 181,
en el mes de diciembre de 2009
258 Práctica Jurídica de la Salud Pública - Segunda Parte

Potrebbero piacerti anche