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Presenta:
Magda Bayona Sanabria ID. 359568
Docente:
Dr. Carlos E. Martínez H.
En este orden de ideas, se interpreta que esta crisis es desencadenada por imaginarios
que surgen desde la cultura haciendo necesario estudiarla desde su génesis, llegando al origen
de todo, sólo en este contexto se hallarán las respuestas a tantos interrogantes que mantienen
sumida a la humanidad en un sistema hegemónico; como dice Martínez (2015) “no podemos
pensarnos sin la cultura, ya que es el espejo que nos devuelve la realidad; sin esta no seríamos
capaces de leerla, entenderla, ni interpretarla.”(p. 57)
De estos muros se han aprovechado los que ostentan el poder para reforzar su discurso
y seguir manipulando mentes para lograr su beneficio, que no es el mismo beneficio del
colectivo, sino que es el cúmulo de lo antiético, donde se vale de todo para poder permanecer
en la cúspide, aunque para esto se requiera pisotear o culpar al otro de los errores propios,
como si fuesen chivos expiatorios, haciendo que se mire solo lo superficial y no se ahonde en
la raíz, esa que conviene mantener oculta para conservar su estatus social.
Un imaginario que quizá es el que mayor fuerza tiene es el del miedo como
mecanismo de control social. Esto ha permitido que se reprima el deber ser del ciudadano; por
temor, se deja de ser libre. Hace unos días en una clase con estudiantes de tercer semestre de
Trabajo Social de una universidad pública en la ciudad de Cúcuta, se debatía el desarrollo de
la ciudad y aunque se reconocía que la crisis no era originada en el vecino país, sino por la
corrupción de los que siempre han ostentado el poder, un estudiante tomó la vocería y expresó
que era muy difícil cambiar esta cultura en una ciudad donde oponerse al sistema era firmar
su sentencia de muerte.
Aprovechando entonces este pensamiento, se puso sobre la mesa el debate que durante
este curso se ha interiorizado, las luchas y movimientos que han permitido transformaciones
sociales desde adentro, no tanto del territorio, sino desde el alma de cada ciudadano, que
comprendió que la única manera de salir de la crisis era atreverse a salir del cuenco, abrirse a
nuevas formas de concebir el mundo, a mirar la cultura como un sistema abierto que permite
mantener la supervivencia como lo expresa el profesor Carlos Martínez.
Al igual que Jesús y Gandhi, para Luther King citado por Martínez (2015), la
noviolencia era el camino ineludible y alternativo a la complacencia y al odio (p. 224); el
mismo autor referencia un apartado de King, en la cual manifiesta que, “durante los últimos
años he predicado sin cesar que la noviolencia requiere que los medios de que nos valemos
sean tan puros como las metas que nos proponemos alcanzar”. (Ibíd. p. 225).
Pensamientos como los descritos con anterioridad y que se forjaron desde el interior,
motivaron la movilización desde la comprensión de la situación y de subjetivar los problemas,
dejando de verlos como culpa del otro, por el contrario, reconocer que han llegado hasta ese
punto solo porque se les ha permitido. Esto sin duda, generó distintas movilizaciones desde la
noviolencia como la del hipismo de los años sesenta, en la cual se levantó la voz de protesta a
través de una cultura pacifista que precisamente se oponía a la violencia que promulgaban los
que para la época ostentaban el poder.
La caída de las fronteras como las que se vivieron en el derribamiento del muro de
Berlín en noviembre de 1989, ratificó este pensamiento; sus ciudadanos comprendieron que
sus muros más que físicos eran simbólicos, sostenidos en imaginarios atávicos propios de la
cultura sedentaria y que permitieron por muchos años no solo la división del territorio, sino el
justificar un mecanismo absurdo que se impuso para legitimar un poder entre el socialismo y
el capitalismo, ante la imposibilidad de convivir en medio de la alteridad.
Esta contextualización permite analizar el por qué la noviolencia se plantea como una
cultura emergente. Desde allí se comprende el pensamiento de Jesús, al no responder con
violencia, porque no se puede convertir en la única enseñanza que debe ser transmitida de
generación en generación, siendo la oración matutina y la reflexión nocturna. Y esto permitió
dar respuesta a la duda del estudiante, se puede desde la noviolencia transformar imaginarios
que tanto daño han causado, pero sobre todo que siguen legitimando la violencia como único
camino para alcanzar el desarrollo humano.
Referencias bibliográficas
Bibliografía
Ramonet, I. (19 de mayo de 2008). Mayo del 68, “una pop-revolución”. Recuperado de
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=67588
Uniminuto Virtual y a Distancia. (2013). Más allá del pacifismo. [Archivo de video]. Video
dirigido a http://youtu.be/kkWSymVwAWg
Autoevaluación:
Este último corte ha sido duro para mí por diferentes motivos personales que me hicieron
pensar incluso en abandonar la maestría; no obstante, experiencias como las narradas al
finalizar el ensayo, hicieron reflexionar sobre lo enriquecedor que ha sido este curso en mi
vida personal y profesional y, aunque fue difícil hacerlo por lo duro del momento, dediqué el
tiempo necesario para la construcción del mismo, queriendo recopilar en él todo lo aprendido.
Por lo anterior, mi calificación es de 20 puntos.