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Investigación de derecho procesal

1. Laudo

LAUDOS, CONCEPTO DE. En nuestro derecho laboral se entiende por laudo la resolución definitiva
que dictan las Juntas de Conciliación y Arbitraje para poner fin a un conflicto de trabajo, ya sea
jurídico o económico, en la que se decide la controversia en lo principal, después de que se ha
agotado el procedimiento señalado por la Ley Federal del Trabajo para la sustanciación del juicio.
Por tanto, la resolución que declara terminado un contrato individual de trabajo y condena al patrón
a la responsabilidad del conflicto, ante la negativa de éste de someter sus diferencias al arbitraje,
no tiene las características de un laudo, de donde se sigue que no pueda ser combatida en amparo
directo en los términos del artículo 158 de la Ley de Amparo, sino en amparo indirecto, conforme a
la fracción III del artículo 114 de la misma ley, por tratarse de un acto fuera de juicio.

Amparo directo 6166/59. Rebeca Ortiz Méndez. 22 de junio de 1960. Unanimidad de cuatro votos. Ponente:
Mariano Azuela. Consultado en http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/275/275648.pdf

El laudo es la solución irrevocable y constituye la última fase del procedimiento arbitral. Los
laudos arbítrales son obedecidos y cumplidos espontáneamente por las partes, el
cumplimiento voluntario es la regla y la ejecución coactiva es la excepción. Son las resoluciones
dictadas por árbitros nombrados para casos determinados, así como aquellas dictadas por órganos
permanentes a los que las partes se hubieran sometido si al arbitraje hubiere tenido lugar en uno
de los lugares partes.

JORGE ALBERTO SILVA, Arbitraje Comercial Internacional en México, segunda edición, Oxford, México, 2001,
pág. 212.

Es la resolución de la controversia existente entre las partes por el tribunal arbitral, en virtud del
poder de resolución que le ha otorgado la cláusula compromisoria.

LEO ROSENBERG, Tratado de Derecho Procesal Civil, segunda edición, Buenos Aires, 1995, pág. 613.

Un laudo final es el que dispone de todos los puntos legales controvertidos sometidos al tribunal
arbitral y cualquier otra decisión del tribunal arbitral que determine en forma definitiva cualquier
cuestión, sustancia, de su competencia o procesal, siempre y cuando en el último caso, el tribunal
arbitral califique su decisión como laudo.

FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSIO, Arbitraje, primera edición, México, 2001, pág. 279.

1.1. Clases de laudo


 Laudo sobre competencia: No importando que sea final o incidental, el laudo en el cual el
tribunal arbitral admite o rechaza su competencia ocupa un lugar particular. Las leyes de
arbitraje admiten que el árbitro decida por laudo separado su competencia y le consagran
en general reglas particulares.

Op. Cit. GONZÁLEZ DE COSSIO, pág. 384.


 Laudo incidental: El laudo incidental es una decisión interina que tiene lugar durante el
procedimiento y sin poner fin al mismo. Si el laudo versa sobre un punto que pueda
poner fin al arbitraje, ya sea de procedimiento o de fondo, el laudo será final si el punto
es aceptado. De la misma manera, será incidental si el laudo es negado.

Ibídem pág. 384.

 Laudo parcial: El laudo parcial es aquel que versa sobre una parte del objeto de litigio, es
decir, sobre uno de los puntos de la demanda o la contestación. Estos pueden ser objeto
de un recurso inmediato.

Ibídem, pág. 385.

 Laudo final: Este calificativo de “final” implica dos sentidos que es importante distinguir.
Por un lado, designan el laudo que decide sobre todas las pretensiones sometidas por
las partes y que, por consiguiente, pone fin al procedimiento arbitral. Por otro lado, un
laudo parcial es final en la medida en que tienen fuerza de cosa juzgada y vincula, en
consecuencia, a los árbitros y a las partes. Ello distingue el laudo de la orden procesal
revocable.

Ibídem, pág. 385.

 Laudo en rebeldía: El laudo en rebeldía es aquel en el cual una de las partes se rehúsa a
participar en el procedimiento y el tribunal arbitral se ve en la necesidad de proseguir
sin la participación activa de la parte en rebeldía. Los árbitros deben controlar de oficio
su competencia. El derecho arbitral no establece reglas particulares sobre el laudo en
rebeldía, sino que simplemente permite que el tribunal arbitral decida al respecto.

Ibídem, pág. 385.

 Laudo consentido: El laudo consentido tiene por objeto elevar a ludo una transacción en
las cuales intervienen las partes. El motivo es brindar un título ejecutivo a la transacción.
El mismo es tratado por leyes y reglamentos arbítrales con los mismos efectos.
Sin embargo, todos condicionan que sea una solicitud por ambas partes, una parte no
puede unilateralmente solicitar la conversión de una transacción en laudo. El laudo
consentido está sometido a las mismas reglas de forma que los demás laudos,
exceptuando la necesidad de motivación, pero debe estar dentro de los contenidos del
acuerdo arbitral a menos que las partes acuerden de forma expresa darle su poder al
árbitro, y con ello no pueda ser negado de conformidad con el derecho arbitral
aplicable.

Ibídem, pág. 386.

1.2. Principios del laudo


 Congruencia: Este principio también llamado de correlación, exige que las pretensiones
que se resuelvan en el laudo sean las planteadas y debatidas en el enjuiciamiento. Un
laudo no puede, por tanto, resolver sobre pretensiones diferentes de las planteadas.
Op. Cit. GONZÁLEZ DE COSSIO, pág. 216.

 Exhaustividad: Este principio exige que se resuelvan en el laudo todas las pretensiones
planteadas en el enjuiciamiento. La exhaustividad no entraña que deba solucionarse de
manera favorable sobre lo solicitado sino, simplemente que se resuelva.

Ibídem, pág. 217.

 Fundamentación y motivación: En México suelen diferenciarse la fundamentación y la


motivación de una resolución, pues la primera se refiere a los preceptos legales,
mientras que la segunda atiende a los elementos fácticos. Por lo que concierne a las
sentencias jurisdiccionales estatales, suele hacerse referencia a los principios de
motivación y de fundamentación, lo cual no será necesariamente una exigencia en el
caso de los laudos arbítrales.

Ibídem, pág. 219.

1.3. Distinción entre laudo y decisiones procesales

LAUDOS DECISIONES PROCESALES


Deciden sobre un punto
Deciden sobre aspectos procesales.
controvertido.
Son definitivos. Son revocables o modificables.
Tienen fuerza de cosa juzgada. No tienen fuerza de cosa juzgada.
Son recurribles. No son recurribles.
Deben ser motivados. No tienen que estar motivados.
Vinculan a los árbitros y a las partes. Obligan solo a las partes.
Deben reunir las formalidades que el No existe formalidad o requisito
reglamento arbitral exija. alguno que observar.

2. Beneficio de excusión

FIANZA. BENEFICIO DE EXCUSIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ). La fianza es un
contrato por el cual una persona se compromete con el acreedor a pagar por el deudor, si éste no
lo hace (artículo 2624 del Código Civil del Estado de San Luis Potosí). En el derecho romano, el
acreedor podía exigir al fiador el cumplimiento de la obligación sin ocurrir previamente al deudor
principal, pero luego se modificó esta severidad, teniendo en cuenta que los fiadores se obligan por
un sentido de beneficencia y generosidad, y se estableció a favor de ellos, el beneficio llamado de
excusión, cuyo efecto es obligar al acreedor a proceder contra el deudor principal, antes que contra
el fiador. Este beneficio es llamado también de orden y excusión, por el deber que tiene el acreedor
de gestionar ordenadamente el cumplimiento de la obligación, exigiéndolo primero el deudor,
consiste en aplicar todo el valor libre de los bienes de éste al pago de la obligación, que quedará
extinguida o reducida a la parte que no sea cubierta. Todos los autores sostienen que la existencia
legal del beneficio de excusión no importa la necesidad para el acreedor de proceder a ella en los
bienes del deudor antes de dirigirse contra el fiador, porque no sería opuesto a la naturaleza del
contrato, que sólo exige que el deudor principal no cumpla la obligación para que el fiador quede
obligado a satisfacerla. La excusión sólo tiene por objeto acreditar que el deudor no puede cumplir
ni cumplirá la obligación. En otros términos, es un beneficio y no un derecho que impida el ejercicio
de la acción del acreedor. Para que la excusión aproveche el fiador son indispensables los requisitos
siguientes: I. Que el fiador alegue el beneficio luego que se le requiera de pago; II. Que designe
bienes del deudor que basten para cubrir el crédito y que se hallen dentro del distrito judicial en
que deba hacerse el pago; III. Que anticipe o asegure competentemente los gastos de excusión. El
segundo requisito se funda en la naturaleza misma de la fianza y en consideraciones de equidad y
justicia. En efecto: por el contrato de fianza está obligado el fiador a satisfacer la obligación del
deudor principal, si éste no la cumple; sin embargo, la ley ha moderado este efecto necesario del
contrato, estableciendo, por consideraciones especiales, el beneficio de exclusión a favor de aquél,
pero a condición de que nunca le sirva para alargar indebidamente el cumplimiento del deber que
contrajo. Si el fiador tiene que satisfacer la obligación del deudor, sólo se le concede el beneficio de
excusión, como una gracia especial, difiriendo el cumplimiento de ella, en virtud de que el principal
obligado es solvente. Por tanto, para que el beneficio de excusión que consigna el artículo 2645 del
citado código aproveche a la parte fiadora, debió ésta no sólo invocarlo al ser requerida de pago,
sino designar bienes del deudor que bastarán para cubrir el crédito y que se hallarán dentro del
distrito judicial en que procede hacer el pago, debiendo además anticipar o asegurar
competentemente los gastos de excusión, según lo dispone el artículo 2647.

Amparo directo 2587/55. Estanislao Lara. 19 de enero de 1956. Cinco votos. Ponente: Mariano Ramírez
Vázquez. Consultado en http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/339/339471.pdf

BENEFICIOS DE ORDEN Y EXCUSIÓN. Aunque el fiador se haya obligado en los mismos términos que
el fiado, si no renunció de modo expreso los beneficios de orden y excusión, no puede ser compelido
a pagar al acreedor, sin que previamente sea reconvenido el deudor y se haga excusión en sus
bienes. El fiador debe pagar o cumplir si no lo hace el deudor, pero si tiene el beneficio de orden, el
acreedor no puede obligar al fiador, a hacer el pago, sin antes haberlo exigido del deudor principal,
y si el fiador, al ser demandado, opone la excepción de orden, el juzgador está en la obligación de
estudiar esa excepción previamente.

Amparo civil directo 4241/25. Pierce de Cuevas Ana, sucesión de. 15 de enero de 1932. Unanimidad de
cuatro votos. Consultado en http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/362/362981.pdf

Civ. Facultad que corresponde al fiador en la fianza simple de oponerse a la reclamación del acreedor
hasta que habilite la insolvencia total o parcial del deudor fiado. Se denomina también derecho de
excusión.

REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL, Diccionario del
español jurídico. Consultado en https://dej.rae.es/lema/beneficio-de-excusión
3. Prelación

Gral. Antelación o preferencia con que algo debe ser atendido respecto de otra cosa con la cual se
compara.

REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL, Diccionario del
español jurídico. Consultado en https://dej.rae.es/lema/prelaci%C3%B3n

4. Prelación de créditos

PRELACIÓN DE CRÉDITOS. DERECHOS REALES Y PERSONALES. Las disposiciones legales establecen


diversos grados de prelación, atribuyendo categorías preferentes a diversos tipos de derechos.
Cuando los diversos derechos de crédito están en una igualdad de rango, se puede hablar de
coordinación, pero cuando se trata de créditos de diverso rango, necesariamente habrá una
subordinación de unos a los otros. La prelación de créditos regula la forma y orden en que deben
pagarse los acreedores del patrimonio de su deudor. En ese tenor, la preferencia del crédito es una
cualidad intrínseca que le atribuyen al derecho las propias disposiciones sustantivas. De manera
que, salvo ciertas excepciones, los créditos garantizados con algún derecho real se pagan con el
producto de los bienes afectos a la garantía, con exclusión de los demás acreedores. Si concurren
varios acreedores con garantías sobre los mismos bienes, habrá que atender a la fecha de registro
de los gravámenes. A los derechos reales de garantía se les atribuye un grado de preferencia y de
prelación superior al que se atribuye a los derechos personales, porque se constituyen sobre un bien
específico y persiguen a la cosa, permitiendo al titular del derecho real pagarse con el producto del
bien gravado aun cuando haya pasado a manos de un tercero; a diferencia de los derechos
personales, en que el acreedor no tiene un derecho real sobre un bien específico para pagarse el
adeudo, sino sólo tiene un derecho personal en contra de su deudor, del cual éste responderá con
los bienes de que sea titular y que tenga disponibles, en su caso.

Contradicción de tesis 331/2014. Entre las sustentadas por el Tribunal Colegiado en Materias Civil y
Administrativa del Décimo Cuarto Circuito y el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito.
8 de julio de 2015. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Rosa María Rojas Vértiz Contreras.
Consultado en https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/2011/2011431.pdf

Fin. Garantía general del crédito tributario vencido y no satisfecho en cuanto concurra con otros
acreedores, excepto que se trate de acreedores de dominio, prenda, hipoteca u otro derecho real
debidamente inscrito en el registro público correspondiente con anterioridad a la fecha en que se
haga constar en el mismo derecho de la Hacienda pública.

REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL, Diccionario del
español jurídico. Consultado en https://dej.rae.es/lema/prelaci%C3%B3n-de-cr%C3%A9ditos

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