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El hombre inmerso en la sociedad

Una sociedad no es más que en conjunto de individuos que establecen relaciones


entre si y tienen en común los mismos propósitos, ya sea cultural o social sobre esa
definición Le Bon piensa, que, en una multitud (sociedad), se borran las
adquisiciones individuales, desapareciendo así la personalidad de cada uno de los
que la integran.

El hombre antes de su nacimiento es condicionado por diversas costumbres y


modos de organización social, desde que nace hasta que muere está inmerso en
una sociedad, rigiéndose por leyes comunes con la única finalidad de cumplir metas
u objetivos basados en las construcciones que se han impuesto. Si nos ponemos a
pensar, todo lo que somos hasta ahora, se debe básicamente al lugar y tiempo en
que nos tocó vivir, la escuela a la que asistimos, los amigos y vecinos que tuvimos,
nuestra familia y el trabajo que tenemos, es decir, somos lo que nuestro entorno es.
La sociedad está dominada o clasificada en grupos como lo son la economía,
familia, religión y el estado que a la vez estas rigen nuestros comportamientos y
maneras de pensar lo que podríamos decir que es una incorporación a una multitud
humana que ha adquirido el carácter de “masa psicológica”.

La sociedad ha hecho que por sí solos los individuos lleguemos a pensar que
la civilización o los logros, lleguen a representar una felicidad absoluta. Cuando este
factor lejos de representar felicidad son causantes de enfermedades, estrés,
depresión y fatiga, en otros términos, llevando a la infelicidad y a la autodestrucción
o como Freud lo escribe en su libro psicología de las masas y análisis del yo: ciertas
ideas y ciertos sentimientos no surgen ni se transforman en actos sino en los
individuos constituidos en multitud. La masa psicológica es un ser provisional
compuesto de elementos heterogéneos. Un autor reconocido menciona que el
hombre nace bueno pero que la sociedad lo corrompe lo cual es totalmente cierto
debido a que el hombre no posee dominio de sus propias decisiones, y en muy
pocas ocasiones esta dado de razón y de libre albedrio, podríamos decir que por
cumplir las expectativas que la sociedad impone se olvida de las decisiones propias
y de que es un ser autónomo, pero esto no es todos los casos, existen individuos

Nanci Esbeydi Esquivel Ramírez 7° A


que no se dejan manipular completamente por la sociedad, esta influye pero no
determina su destino, el hombre es libre y esta libertad él no va a permitir que sea
manipulada por una sociedad que en la actualidad está llena de prejuicios.

El que ocurran casos donde uno es llevado por los prejuicios de los demás
es porque introyectamos el deseo del otro, haciendo parecer que ese deseo es algo
propio y si no lo cumplimos caeríamos en la anormalidad.

El entorno social afecta la conciencia de sí mismo: como individuos en un


grupo de cultura, raza o sexo diferente, notamos cómo diferimos y cómo otros
reaccionan a nuestra diferencia.

La opinión de sí mismo influye en el juicio social pues no somos jueces


objetivos y desapasionados de los eventos

El interés por sí mismo, influye en el comportamiento social, nuestras


acciones frecuentemente son estratégicas

Existe un intercambio entre el yo y la sociedad, el cual se establece en ambos


sentidos, es decir, el cómo pensamos acerca de nosotros mismos afecta de manera
contundente la interpretación de los eventos, el cómo se recuerdan y cómo
respondemos a los demás, quienes, a su vez, ayudan a moldear la percepción que
tenemos de nosotros mismos.

Por medio de la comparación con otras personas llegamos a una


identificación, tenemos otras influencias que nos ayudan en dicha identificarnos,
tales como el rol que asumimos (estudiante, hijo, trabajador, etc.) que se incorporar
a nuestra percepción del yo; asimismo, el aspecto “nosotros” de nuestro auto
concepto (identidad social), que viene de nuestra pertenencia a ciertos grupos: el
círculo que “nos” incluye, excluye “a los demás”; otra influencia de igual importancia,
es la comparación social, es decir, la evaluación de las habilidades y opiniones
sobre nosotros mismos al compararnos con los demás, que moldean nuestra
identidad como ricos o pobres, inteligentes o tontos, altos o bajos; cuando los demás
tienen una buena opinión de nosotros, esto nos ayuda a tener una buena opinión

Nanci Esbeydi Esquivel Ramírez 7° A


de nosotros mismos, observamos nuestro reflejo en la forma como los demás nos
ven.

lo que importa para nuestra identificación no es lo que los demás en realidad


piensen de nosotros, sino lo que nosotros percibimos que los demás piensan. Al
tener una arraigada necesidad de pertenencia, sufrimos al tener una baja
autoestima cuando enfrentamos la exclusión social.

Existen culturas en las cuales se da prioridad a las metas personales por


sobre las del grupo (individualismo), sobre todo en países industrializados, donde
se acostumbra definir la propia identidad en términos de atributos personales, en
lugar de identificación con el grupo; por otro lado, existen otras en las cuales se da
prioridad a las metas de los grupos a lo que se pertenece y a partir de esto, se define
la identidad personal.

Como conclusión podríamos decir que somos producto de una sociedad y


que sería muy difícil desligarnos de ellos, pues al hacerlo caeríamos en lo que la
sociedad dicta que “no está bien”, por lo tanto, estaremos atenidos a los cambios
que la sociedad dicte para así nosotros también cambiar.

Nanci Esbeydi Esquivel Ramírez 7° A

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