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4 Razones por las que No Deberías

Preocuparte Tanto por Tomar Buenas Fotos


Cuando mostramos nuestro trabajo al mundo vivimos con la presión de si lo que estamos
haciendo está bien o mal. Siempre habrá alguien que lo hará mejor que nosotros y aun así,
decidimos enseñar nuestro trabajo (ya sea en Internet, en exposiciones, o tomando un café con
alguien) y exponernos a las críticas de personas que, hipotéticamente, saben más que
nosotros.

en otras palabras: vivimos preocupados de tomar buenas fotos y esto, aunque pueda
parecer lo contrario, puede no ayudarnos a mejorar en nuestro arte fotográfico. ¿Por qué no
deberíamos tomar fotos preocupándonos de que éstas sean buenas? Allá van algunas
razones:

Nadie Nace Sabiendo


Por muy espectaculares que sean las fotos que veas por Internet, debes ser consciente
de que aquella persona algún día agarró la cámara por primera vez. Seguramente no
sabía cómo funcionaba y seguro que disparó en automático durante un tiempo hasta
que, por curiosidad o por las mismas ganas de aprender, dedicó un tiempo en conocer
su equipo. Es importantísimo conocer el equipo del que dispones para poder tomar
“buenas fotografías”. Sólo cuando tu cámara ya no tenga secretos para ti, podrás
empezar a tomar control del factor creativo en tus imágenes, porque no estarás
limitado a tener que investigar “cómo se hace esto o aquello”.
Así que, antes de preocuparte por hacer fotos buenas, preocúpate de aprender. De
sumergirte en el vasto universo de la fotografía. De conocer las distintas maneras de
ver fotografía, de descubrir qué es aquello que más te apasiona, de dejarte inspirar.
Dedícate a ser como una esponja, quédate con todo lo que veas y haz muchas
(¡MUCHAS!) fotos. Verás como, poco a poco, tus fotografías irán siendo mejores sin
que tú tengas que preocuparte por ello.

El Arte es Subjetivo
Y la fotografía es un arte. Así que, indudablemente, la fotografía es subjetiva. Esto
significa que, por mucho que te preocupes de conseguir “la mejor fotografía” siempre
habrá alguien a quien no le va a gustar. Y no sólo se trata de que tu fotografía guste o
no a alguien. La subjetividad también implica las relaciones que el espectador pueda
establecer entre él y la imagen. Así que, puede darse el caso de que una imagen
concreta, en tu opinión sea buenísima.

Esto puede ser, entre otras cosas, porque relaciones esa fotografía con alguna vivencia
propia (como, por ejemplo, el momento que estabas viviendo cuando tomaste la foto).
Sin embargo, esa vivencia puede no transmitirse a la persona que observe la imagen y
ésta, por lo tanto, puede mostrarse como vacía de significado. Puede no expresarle
nada a quien no conozca la historia que hay detrás y por lo tanto, al carecer de esa
dimensión emocional, puede no parecer buena. ¿Significa esto que tu fotografía no
es buena? No, esto sólo significa que para gustos, los colores. Y el arte habría que
saberlo apreciar dejando de lado si “nos gusta” o “no nos gusta” tanto tú como artista,
como el espectador.

Porque sólo así, despojando las imágenes de las relaciones emocionales


“independientes” (es decir, aquellas que no están presentes en la fotografía), podremos
apreciar la fotografía en todo su esplendor, sin estar condicionados por lo que sabemos
y lo que no.
¿Qué es “Una Buena Foto”?
No existe una línea divisoria que distinga entre fotos buenas y fotos malas porque esta
división se podría hacer con muchísimos conceptos como base. Por ejemplo: lo que
para alguien con poca cultura visual podría ser una fotografía borrosa, sin más, para
alguien con estudios fotográficos y con una cultura visual muy amplia, podría ser una
obra maestra.

¿Qué es lo que hace que una fotografía “sea buena”? Quizás que esté bien
expuesta, correctamente enfocada, con una composición atractiva… Definitivamente
no: aunque esto son elementos que ayudan a que una fotografía sea más “para todos
los públicos” (es decir, que cualquiera pueda apreciarla) y pueden ayudar a que una
fotografía pase a ser mejor, nunca serán lo único que una fotografía necesite para “ser
buena” porque hay muchos otros elementos, menos técnicos, menos previsibles (en su
mayoría) que dotarán a la imagen de carácter, de significado, de historias.
El momento, el lugar, el personaje, la acción. Son cosas que, si bien se pueden
controlar para dar pie a imágenes “buenas y preparadas”, también pueden salir por
casualidad, dándote imágenes buenas que nunca te habrías imaginado poder hacer.

Sea como sea, si estamos de acuerdo en que una imagen puede ser técnicamente perfecta
pero, aun así, no ser buena porque el conseguir una foto buena está más ligado al hecho de
transmitir cosas con las imágenes; podemos llegar a la conclusión de que andar buscando una
foto “buena” puede ser contraproducente, pues nos puede llevar a perdernos pequeños detalles
o escenas que sí podrían habernos dado esa imagen que andábamos buscando. Así que, de
nuevo, no te preocupes de hacer buenas fotos, las buenas fotos acaban saliendo solas con
esfuerzo, pasión y entrenando mucho el ojo.

¿Te Gustan tus Fotos?


Porque eso es lo más importante de tus fotografías. Sólo hay una manera de conseguir
fotografías buenas: consiguiendo lo que tú quieres conseguir. Trabajando,
aprendiendo, estudiando fotografía (y no es necesario hacerlo mediante cursos o libros
teóricos, a veces basta con ver muchas imágenes, analizándolas, viendo por qué las
consideramos o no buenas).

Si la respuesta a la pregunta inicial es “sí”, plantéate el porqué. ¿Qué hay en tus fotos
que te guste? ¿Crees que podrías mejorar algo en ellas para que te gustaran todavía
más? Si la respuesta a la pregunta inicial es negativa, lo que significa que no estás del
todo satisfecho con tu trabajo fotográfico, lo importante es, de nuevo, la autocrítica.
Compara tus fotos con las de otros artistas y plantéate por qué las suyas te gustan y
las tuyas no.

Tanto si llegas a la conclusión de que tus imágenes sí te gustan, como si decides que
no y que deberías cambiar algo en tu manera de hacerlas, siempre tiene que ser de
acuerdo con tus sensaciones. Nunca por intentar conseguir que tus fotos sean mejores
para que gusten más a la gente que las mire, que a veces es el único motivo por el que
la gente se preocupa por “hacer mejores fotos”.

Tus fotos son tuyas. Si las enseñas es porque deseas compartir tu trabajo con alguien.
Compartir el trabajo que haces no debería ser, sólo, para conseguir la
aceptación/admiración/aprobación del resto de gente. En mi opinión, es necesario
amar tu trabajo por encima de todo para conseguir resultados espectaculares.

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