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Barbarie y civilización

en el pensamiento jusfilosófico latinoamericano


Barbarism and civilization
in the latin american philosophical thought

Resumen Abstract Cristóbal Arteta Ripoll


Un estudio de las ideas filosóficas en Améri- The history of philosophical ideas in Latin Universidad del Atlántico,
ca Latina nos indica los cambios ocurridos en America underwent a significant shift from the Universidad Libre seccional
Barranquilla, Colombia
nuestro pensamiento a partir del desarrollo development of positivist ideas, which played
Docente investigador, Universidad
de las ideas positivistas, las cuales jugaron un an important role in the Latin American philo- del Atlántico y Universidad Libre.
papel importante en el devenir filosófico lati- sophical evolution. Asesor investigaciones USB.
noamericano. Argentina was one of Latin America’s longest Director Grupo de investigaciones
Argentina fue uno de los países latinoamerica- established sui generis positivism in the nine- Amauta y Editor Revista Amauta.
nos con mayor peso del positivismo sui géneris teenth and early twentieth centuries. One of its carteta@unilibrebaq.edu.co
en el siglo XIX e inicios del XX. A uno de sus illustrious sons, Domingo Faustino Sarmien-
ilustres hijos, Domingo Faustino Sarmiento, se to, is the one to have formulated the civilized
le debe el haber formulado en forma definiti- and barbaric literary figures. It succeeds once
va las figuras literarias de civilizado y bárbaro. exiled in Chile, writing a series of articles pub-
Ello lo logra una vez desterrado en Chile, con lished in 1845 in the newspaper El Progreso.
la escritura de artículos publicados en 1845 en In this essay it is analyzed the vision of the
el diario El Progreso. Argentine thinker in the light of the historical
En este ensayo se analiza la visión de ese demands in Latin America, for whom the best
pensador argentino a la luz de las exigencias way to fight against barbarism is to be Europe-
históricas en América Latina, para quien la an, but being the Franco-Anglo-Saxon Europe
mejor manera de luchar contra la barbarie es not the Iberian, because from the first we can
ser europeísta, pero mirando hacia la Europa rebuild America for being synonymous with
franco-anglosajona no hacia la Ibérica, porque superiority, while with the second we will be
con la primera se puede reconstruir a Améri- inferiority.
ca por ser sinónimo de superioridad, mientras
que con la segunda no, por ser sinónimo de Keywords: Latin America, Philosophical
inferioridad. thought, Positivism, Identity, Barbaric, Civili-
zation.
Palabras clave: América Latina, Pensamiento
filosófico, Positivismo, Identidad, Barbarie,
Civilización.

Recibido:
23 de abril de 2015
Aceptado:
15 de septiembre de 2015

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A comienzos de la segunda mitad del siglo tradicciones que su dominio pueda generar.
XIX América Latina no aparece muy cambia- Ello significa que pese a la existencia, durante
da con respecto a la época colonial: las ciuda- estos años, de sublevaciones y revueltas por
des, incluso las capitales, no difieren mucho parte de los grupos subalternos y de tensiones
de las que vieron el fin del proceso de inde- en el seno de las mismas oligarquías, unas y
pendencia, y el tipo de vida siguió siendo, otras pudieron ser superadas (Carmagnani,
esencialmente el mismo, tanto en el campo 1984).
como en las ciudades.
El significado histórico de este período, lo
Esta semejanza entre tipos sociales pertene- sintetiza el argentino Domingo Faustino Sar-
cientes a dos momentos históricos distintos miento (1993) con su libro Civilización y Bar-
nos da una idea de la profunda continuidad barie.
de la evolución histórica antes y después de
1850, pero al mismo tiempo nos muestra la I. LA ANTINOMIA CIVILIZACIÓN-
novedad y distinción en algunos aspectos re- BARBARIE
feridos a la actividad comercial, al manejo de
la propiedad agraria y al ejercicio de la polí- Desde la época del descubrimiento de Amé-
tica. Quienes se dedican a estas actividades rica se muestra con más claridad la polémica,
tienen plena conciencia que son los llamados con carácter de antinomia, entre Civilización
por la historia a dirigir, manejar la economía, y Barbarie, aunque su formulación data de la
la sociedad, la política y mantener bajo el do- época clásica en el mundo occidental. Esta
minio a los otros grupos sociales subalternos. polémica se extendió durante toda la época
colonial hasta muy avanzado el proceso inde-
La renovada confianza en sí mismas que pendentista.
muestran las oligarquías proviene de que en-
tre 1830 y 1850 habían logrado reabsorber, no En sus inicios la polémica asumió el término
sin dificultades, las condiciones creadas por bárbaro como distinción pero luego la filoso-
las guerras de independencia y los efectos de fía cristiana del medioevo le dio una nueva
la ruptura de la estructura política y adminis- connotación muy apegada a sus principios
trativa colonial. culturales. Con el encubrimiento de Améri-
ca, a partir del siglo XVI, los conquistadores,
Por esa razón no solo logran abrirle paso a la una vez reelaborado el término, lo aplican a
hegemonía como oligarquía, sino que utilizan los dominados en forma despectiva, primero
los factores de poder para consolidar el domi- al negro esclavo y luego, al nativo.
nio político, económico e ideológico sobre los
demás grupos sociales. Nos hallamos frente a Ya no es la síntesis de las diferencias entre los
una clase en fase ascendente, capaz de asumir grupos sociales la que prevalece, sino la an-
su poder hegemónico y de minimizar las con- títesis entre un hombre americano cualitati-

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vamente diferenciado del hombre europeo: que muy pronto comprendió cuán divorciada
el uno bárbaro, corrompido y basto; el otro podía estar la teoría de la práctica.
civilizado, inteligente y fino.
II. LA IRRUPCIÓN DEL POSITIVISMO
Pero es definitivamente el pensador argentino
Domingo Faustino Sarmiento quien desde su Este hecho fue para la filosofía en general de
pluma le da forma literaria a la polémica, con mucha importancia y su influencia tuvo re-
un conjunto de escritos de 1845 titulados: Ci- percusiones de gran significado en Latinoa-
vilización y Barbarie, referidos a la vida de mérica, sobre todo en el quehacer filosófico,
Juan Facundo Quiroga y a la situación de Ar- desde 1870 hasta 1920, aproximadamente.
gentina, como consecuencia de la dictadura Los pensadores latinoamericanos no se limi-
de Juan Manuel Rojas. taron a asimilarlo y aplicarlo mecánicamente,
por el contrario, lo adaptaron a nuestras rea-
Según Sarmiento las verdaderas causas del lidades y lo enriquecieron creativamente apli-
desastre en Argentina estaban referidas al ais- cándolo a las distintas esferas de la vida, sobre
lamiento de la gente de las pampas, a su pé- todo, en el mundo espiritual latinoamericano
simo sistema político, a la falta de educación de la época.
y a la primacía de la barbarie. Frente a ello
era impostergable la superación de esta utili- Pero hay críticos de la literatura filosófica
zando los medios que la civilización ofrecía y que afirman que sus manifestaciones fueron
mediante el impulso de un sistema educativo vernáculas, o que se presentaron con mucha
que privilegiara la literatura, las ciencias, las anterioridad a esa fecha, antes que aparecie-
humanidades y las bellas artes. ra la obra de Comte. Algunos consideran que
pensadores de la generación de 1857 en Lati-
Pero la cuestión no quedaba allí, la única noamérica, se desarrollaron en un ambiente
manera de que con el tirano Rosas se abriera positivista y se adelantaron a sus ideas, tal es
paso el liberalismo era mediante oleadas mi- la consideración de pensadores como Alejan-
gratorias provenientes de Europa, al mismo dro Korn y Francisco Romero, quienes seña-
tiempo que se aniquilaba al indio por salva- lan que en los países del Cono Sur existía un
je para que la pujanza, el desarrollo y el pro- clima académico positivista con figuras como
greso aparecieran. Solo el gaucho quedaría la del chileno José Victoriano Lastarria.
como ejemplo del primitivismo y barbarismo
argentino al lado de hombres educados y ci- Para el filósofo cubano Pablo Guadarrama,
vilizados al mejor estilo europeo. Estas ideas “el positivismo fue asumido y cultivado en
contenidas en Facundo fueron las luces que Latinoamérica como una filosofía optimis-
orientaron su accionar en la actividad políti- ta, llena de confianza en el hombre, en la
ca desplegada a lo ancho y largo del país para capacidad creativa de su pensamiento, en la
obtener el apoyo de sus conciudadanos. Aun- cultura, en la ciencia, en el progreso y el de-

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sarrollo industrial; como una filosofía alia- de la producción y una educación más acorde
da del liberalismo y defensora de la demo- con las exigencias requeridas para alcanzar
cracia burguesa. Esas ideas resultaban muy plenamente la independencia de los naciones
avanzadas para los países latinoamericanos recién liberadas.
recién liberados, en su mayoría, del colo-
nialismo español y enfrascados entonces en El positivismo en nuestro continente no
profundas luchas entre las oligarquías re- compartió la idea del debilitamiento de las
trógradas y la naciente burguesía nacional” Ciencias Sociales y el declive de la Filosofía,
(Guadarrama, 2012). tal como lo afirmaba en su versión original,
por el contrario, fue un cada vez creciente
Tales ideas, ya para la época en la cual Cuba y optimismo lo que la caracterizó. Desde esta
Puerto Rico aún no habían obtenido su inde- perspectiva podríamos afirmar que no fue
pendencia, eran consideradas por el gobierno copia y calco mecánico, como algunos sue-
español como muy peligrosas porque subver- len sugerir. Como lo afirman muchos filó-
tían el orden y la tranquilidad, cuando real- sofos latinoamericanos, entre ellos Leopoldo
mente se trataba de ideas de hondo contenido Zea y Pablo Guadarrama: “No significó una
democrático y de libertades políticas, necesa- simple adaptación de una filosofía europea
rias para el orden democrático burgués que se a estas latitudes, sino una incorporación
extendía con vigor en el continente. y recepción creadora con profundos ele-
mentos originales, disímiles y renovadores,
Con esa corriente filosófica, se pretendía or- que constituyeron una forma específica de
ganizar ideológicamente las nacientes repú- superación de dicha filosofía en el ámbito
blicas liberales siguiendo los lineamientos de particular de este continente, como expre-
racionalidad y modernidad, entregando a la sión concreta del desarrollo de la lucha en-
población un acervo de nuevas costumbres y tre el materialismo y el idealismo filosófico”
programas capaces de superar las formas so- (Guadarrama , 2012).
ciales y psicológicas del medioevo, subsisten-
tes aún. Se quería progreso material, espíritu Además, algunos de sus seguidores no siem-
empresarial y hábitos de cara a la industria pre se mantuvieron identificados con dicha fi-
para superar las viejas y carcomidas costum- losofía, pues criticaron y hasta superaron sus
bres de la herencia (Massuh, 1986). insuficiencias y las debilidades de la pretendi-
da superación de la metafísica. Aunque mu-
Encajaba perfectamente esa filosofía, con el chos pensadores latinoamericanos formados
carácter progresista de la débil burguesía na- en esa corriente filosófica se encontraron de
cional, cuya pretensión era sustituir de una repente buscando rescatar las posturas y con-
vez por todas las ya obsoletas relaciones pre- dición de la metafísica (Salazar, 1993).
capitalistas de producción y estimular el de-
sarrollo de la industria, la técnica al servicio Pero fue la concepción evolucionista de

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Spencer la que primó por encima de las ideas tinoamérica, en esos años, se correspondían
dogmáticas de Comte, excepción hecha de al- para que fuera el positivismo la corriente más
gunos países como Brasil y Chile, fundamen- apropiada para desplegarse con vigor. Porque
talmente, donde encontraron eco y se mos- prácticamente no tenía contrincante en la
traron fuertes las ideas del pensador francés. arena de las ideas, pero una vez se genera la
Esto era apenas lógico, porque las concepcio- difusión y desarrollo del marxismo, durante
nes spencerianas se correspondían más con la tercera década del siglo XX, el positivis-
las ideas de Darwin, con los últimos avances mo deja de ser la única opción filosófica y la
de las Ciencias Naturales y Ciencias Sociales más adecuada para las exigencias de aquellos
de la segunda mitad del siglo XIX y tenían tiempos. Inclusive, en esa época de cambios
un contenido más liberal, apropiado para el muchos pensadores positivistas se mostraron
mayor desarrollo de las ideas sociopolíticas y proclives a las ideas de Marx y las defendie-
económicas del continente latinoamericano ron, como el argentino Ingenieros y el cubano
(Zea, 1980). Varona.

Los pensadores que asimilaron y defendieron III. LAS HUELLAS DEL POSITIVISMO
las tesis positivistas no pudieron, en algunos
casos, desligarse del enfoque reduccionista Es bueno aclarar que esos intelectuales positi-
del darwinismo social, aunque no siempre vistas jamás dudaron de la aplicación creativa
estuvieron de acuerdo con sus posturas ra- de las ideas de esa doctrina, porque ellas eran
cistas. De la crítica deconstructiva y asimila- no solo fruto de las condiciones especiales del
tiva pasaron a darle una gran importancia a desarrollo europeo y respondían a sus pecu-
la educación para contrarrestar sus nefastas liaridades, sino que además el método de in-
influencias, al mirar a las minorías étnicas terpretación y análisis fue igualmente remo-
con sentido de inferioridad y propiciar desa- zado y adaptado a las nuevas circunstancias
rrollos de crecimiento humano en los grupos latinoamericanas.
poblacionales. Fue mediante la crítica que la
presumida inferioridad de indígenas, negros, Nada más alejado de la realidad que conside-
mestizos, zambos, mulatos etc., pasó pronto rar que el positivismo no contribuyó a que los
a convertirse en motor para alcanzar las vías intelectuales latinoamericanos se interesaran
del desarrollo mental y contrarrestar la su- por nuestras realidades. En todos los planos
puesta superioridad europea para justificar el del análisis y del desarrollo, con criterio cien-
sometimiento de unos individuos o pueblos tífico, contribuyó con un mejor conocimiento
a otros. de Nuestra América y de sus recursos y posi-
bilidades.
La crítica considera que las exigencias so-
cioeconómicas, políticas y culturales de La- En el campo jurídico y político, dado el in-

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terés por la reorganización del poder en las neris en el siglo XIX e inicios del XX y sus ten-
distintas repúblicas, se hizo notar con gran dencias y manifestaciones se mostraron bien
entusiasmo el predominio de la filosofía po- temprano en pensadores como Juan Bautista
sitivista de Comte, sobre todo en la Filosofía Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento y mu-
del Derecho de esa época. Y sus manifestacio- chos otros, algunos de los cuales habían reci-
nes fueron claras: simpatía frente a las con- bido antes la influencia del romanticismo, el
cepciones materialistas, desprecio y hostili- eclepticismo y el espiritualismo.
dad hacia la metafísica, una gran valoración
de la experiencia como fuente exclusiva de El primero de esos pensadores fue claro al se-
conocimiento, importancia a la observación ñalar la necesidad de someter a una revalora-
de los hechos y el experimento como claves ción nuestra actitud ante la cultura universal
de investigación científica y la exclusividad, y especialmente en el campo de la filosofía.
en su aplicación del método científico a la in-
A mediados del siglo XIX Alberdi, efectiva-
vestigación en el campo de las Ciencias Natu-
mente, plantea la posibilidad de una filosofía
rales, reacción contra el iusnaturalismo de los
americana, bajo el precepto de que si no existe
siglos XVII y XVIII, por sus posturas dogmá-
una solución universal al conjunto de las si-
ticas y excluyentes y la asimilación acrítica del
tuaciones particulares, entonces no es posible
Derecho positivo. Consideraban a este como
ni viable una filosofía de carácter universal
el único válido, pues según ellos, el Derecho
(Alberdi , s.f).
natural no era Derecho (Kunz, 1951).

Es pertinente aclarar que en ese momento el


En aquellos países en que lograron gobernar,
término Latinoamérica aún no se había con-
como en el caso de Centroamérica, no se de-
solidado, por ello Alberdi no lo menciona,
clararon en contra de las religiones pero de-
fendieron la libertad de creencias religiosas y pero lo más significativo es su contenido y
las reformas educativas con sentido laico. no su forma al afirmar que ese filosofar debía
corresponderse con las necesidades económi-
Cualquier historia de las ideas filosóficas en cas, políticas, sociales y culturales de nuestros
América, escrita con objetividad, tiene que pueblos.
dar cuenta de las profundas transformaciones
del positivismo en el pensamiento filosófico Muchos de los pensadores del positivismo
latinoamericano y sus huellas imborrables, argentino no compartían con Alberdi la posi-
tanto en el campo espiritual como cultural, tal bilidad y necesidad de convertir a la Filosofía
como lo ha manifestado el pensador chileno en un instrumento para ponerlo en función
Ernesto Sábato (Guadarrama, 2012). de las peculiaridades latinoamericanas. Sin
embargo su preocupación tuvo eco mucho
Argentina fue uno de los países latinoameri- más allá de las fronteras de su país y se irradió
canos de mayor arraigo del positivismo sui gé- como debía ser por el resto del continente.

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IV. LAS IDEAS FILOSÓFICAS, POLÍTI- Indiscutiblemente si algo caracterizó a Sar-


CAS Y JURÍDICAS DE SARMIENTO miento fue su preocupación científica como
buen positivista, y tal vez por ello estaba al
Otro gran positivista argentino fue Domingo día con lo que ocurría con el desarrollo de la
Faustino Sarmiento, quien heredó la huella biología, la paleontología, la arqueología y la
del empirismo y el sensualismo que había lle- antropología. Y por esa misma razón, se iden-
gado del pensamiento moderno. Una de sus tificó fácilmente con las ideas evolucionistas
grandes preocupaciones fue la educación que de Charles Darwin y con lo que a la sazón se
lo llevó a presentar propuestas pedagógicas manejaba en aquellos tiempos: que los méto-
en las que prevalecía el culto a la experimen- dos de las Ciencias Naturales pueden explicar
tación y el rechazo a la enseñanza memorís- hasta los fenómenos sociales y espirituales.
tica, pero sin menospreciar la invención y la
creación del intelecto. El espíritu, decía, es
El grupo de intelectuales que con Sarmiento
un “instrumento apto para examinar toda
fue muy proclive a las oscilaciones filosóficas
clase de hechos, y encontrar la relación de
e ideológicas de la época, como ya lo había-
causa a efecto, importa poco que se produz-
mos indicado, estuvo integrado, además, por
ca de este o del otro lado de los Andes, a las
Alberdi y Echeverría. Se identificaron por su
márgenes del Sena o del Plata o del Hud-
gran preocupación por la naturaleza humana,
son” (Sarmiento, 1915).
el desarrollo social y los avances de la ciencia
en ese momento, es especial del evolucionis-
Era su concepción universalista la que lo lle-
mo darwiniano. Criticable el hecho de que le
vaba a considerar que el carácter universal de
dieran tanta importancia a los criterios étni-
las ideas facilitaba su adaptación a cualquier
tipo de circunstancias, más allá de aquellas cos y geográficos, casi al mismo nivel de la
que las vieron surgir. Algunos críticos consi- educación, aunque hay que hacer justicia con
deran que con tal posición, Sarmiento “sosla- Sarmiento, quien consideraba que era por
yaba la historicidad y la concreción necesa- medio de la educación como las instituciones
rias que debe poseer todo pensamiento que podían transformarse para avanzar hacia un
pretenda captar acertadamente la realidad mundo civilizado.
circundante, la cual no se manifiesta jamás
de forma idéntica a la que se da en otras Se caracterizó el pensador argentino por ser
partes” (Guadarrama, 2012). un defensor de las ideas y prácticas demo-
cráticas criticando fuertemente al caudillis-
Esa Nordomanía en la concepción del pen- mo como expresión salvaje de dirección no
sador argentino fue duramente criticada por civilizada y cuyas posturas voluntaristas y
otros pensadores, entre ellos, el uruguayo arbitrarias pretendían hacer depender el de-
José Enrique Rodó, quien “antepuso el espí- sarrollo social del carisma del líder. Por eso
ritu “arielista” al utilitarismo positivista del su criterio de la necesidad de la participación
argentino”. y el consenso para lograr marcos constitucio-

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nales democráticos y anticaudillistas con ver- Pero no es solo la libertad política su preo-
dadero sentido educador. Fue un hombre de cupación, también la libertad económica, e
teoría y práctica y lo demostró cuando como ideológica. Es decir, una libertad en sentido
Presidente de la República de Argentina no amplio es la que deja plasmada en dos de sus
abandonó su labor pedagógica para mostrar obras clave: Facundo y Conflictos y armonías
con su ejemplo la profunda confianza que se de las razas en América.
debe tener en el papel emancipador de la edu-
cación. Esa libertad también se manifiesta en su pre-
ocupación por emancipar las escuelas de la
En su ideario político no había espacio para enseñanza religiosa, como vieja herencia de
las dictaduras, por eso fue el primer crítico la época colonial. Por esta razón, fue gestor e
impulsor de la Ley 1 de 1884 sobre la educa-
del dictador Rosas en la Argentina a quien
ción laica. Y, muy crítico de quienes querían
consideraba contrario al progreso, al desarro-
por todos los medios utilizar la religión para
llo civilizatorio e industrial del país.
justificar la ideología totalitaria y la manipu-
lación mental de los pueblos. Su postura re-
Como gran defensor de la democracia bur-
ligiosa era consecuente con su identificación
guesa, se mostró partidario de las formas
con la masonería. Pero fue un crítico mesura-
electorales de gobierno y de la división de
do con un discurso lleno de razones anticleri-
poderes, demostrando que fue influenciado
cales no radicales.
fuertemente por Spencer, Montesquieu y por
el eclecticismo de Coussin. Aunque en su for-
La libertad económica la consideraba como
mación como universalista también acogió
necesaria para el desarrollo y progreso capita-
las influencias, sobre todo en la primera fase
lista. Al respecto afirmaba: “no puede haber
de desarrollo intelectual, del romanticismo y progreso sin la posesión permanente del
el espiritualismo. Pero, como ya se indicó, fue suelo, sin la ciudad, que es lo que desenvuel-
el positivismo el que orientó su quehacer in- ve la capacidad industrial del hombre y le
telectual y político en su etapa madura. permite extender sus adquisiciones” (Larro-
yo, 1978).
Sarmiento fue un defensor de la libertad in-
dividual más que de la libertad social. Sobre Su pensamiento progresista lo entronca con
el particular escribía: “legar la libertad a sus dos conceptos: primero, el hombre no es por
hijos es la mejor y más productiva herencia naturaleza malo, sino portador de algunos
que una generación puede dejar a otra; y al elementos que bien pueden conducirlo al
constituir un Estado es digna y grave preo- mal, y que están relacionados con el entorno
cupación de sus legisladores hacer efectiva social. Su desarrollo es perfectible, pero hay
esa bendición que es el origen de todas las que crearle las mejores condiciones exterio-
otras” (Larroyo, 1978). res para que pueda adelantar en todos los as-

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pectos de su vida; y segundo, solo saliendo de do tanto por la reflexión sobre la educación y
la barbarie, se puede llegar a la civilización. la cultura como elementos indispensables de
Pero el camino adecuado es seguir el ejem- la emancipación humana, como al análisis e
plo de Europa y Norteamérica (Guadarrama, interpretación sociopolíticos de su entorno.
2012 y Sarmiento, 1939). El pensamiento de Independientemente de su concepción antro-
Sarmiento ha sido duramente criticado, aun- pológica sobre los pueblos latinoamericanos,
que algunos coinciden en afirmar que estuvo en algún sentido muy cuestionable, su praxis
ajustado a las exigencias y connotaciones de estuvo marcada por una intención marcada-
la época histórica de los pueblos. mente civilizadora y progresista en todos los
órdenes de la vida socioeconómica, política
La filosofía positivista de Sarmiento fue el y cultural, y se dio a la tarea de realizarlas
arma política utilizada para golpear la ideo- mientras estuvo ocupando los altos cargos
logía dominante en cabeza de las dictaduras gubernamentales, como la Presidencia de la
que se abrían paso en el continente como la República.
de Rosas en Argentina y Gaspar Rodríguez en
Paraguay. Si bien es cierto no se mostraba plenamen-
te de acuerdo con el darwinismo aplicado a
Un balance apreciativo de sus ideas nos con- la sociedad, sí se identificaba con el pensa-
duce a afirmar que el norte de su orientación miento de Spencer, pilar fundamental del
política y económica estuvo marcado por positivismo, sobre todo en su obra Conflictos
el liberalismo decimonónico que proliferó y armonías de las razas en América. Su tesis
en la etapa premonopolista del capitalismo, central es que al ser nuestras razas resultado
cuando aún parecía tener alguna validez la de mezclas con razas inferiores, como la árabe
idea de un comercio absolutamente libre. Por de la cual se nutrió España y los negros afri-
supuesto, que esa idea central se disiparía y canos sometidos a la esclavitud, no tienen la
perdería fuerza con el advenimiento de los capacidad para gobernar y requieren, por lo
monopolios a fines del siglo XIX. Pero sería tanto, ser civilizadas adquiriendo una educa-
necio afirmar que sus posturas favorecían a ción que les permita construir un paradigma
las burguesías oligárquicas y eran contrarias de comportamiento parecido al europeo.
a los intereses de los sectores humildes de la
población. En teoría y práctica se mantuvo Mira hacia Europa porque considera que es
fiel a la necesidad de ampliar las posibilidades civilización y la mejor manera de luchar con-
de desarrollo económico, educativo y cultural tra la barbarie es ser europeísta. Es Europa
de estos sectores. Muestra de ello fue su férrea el norte, pero no la Europa ibérica, sino la
defensa de la educación popular auspiciada franco-anglosajona, porque con la primera
por el Estado. no se puede reconstruir a América por ser si-
nónimo de inferioridad, sino con la segunda,
Como académico y político estuvo preocupa- sinónimo de adelanto y desarrollo. Por lo tan-

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to, es indispensable y necesario un programa Pero no se dejaba arrastrar por la Nordoma-


completo de europeización de América Lati- nía como único norte pues propugnaba para
na, en lo económico, político, social y cultural que la cultura latinoamericana se convirtiera
para aprovechar las mejores influencias de la en una cultura auténtica, recibiendo las in-
ilustración franco-anglosajona y acabar con fluencias de otras culturas y generando sus
el atraso y la barbarie. De allí su alternativa: propias identidades. Pero lo grave de la con-
“civilización o barbarie”, la cual refleja cla- cepción de Bello era que no le veía mucho fu-
ramente el enfrentamiento conceptual con turo a la participación indígena en el proceso
la Europa ibérica, atrasada y bárbara, frente civilizatorio en Latinoamérica. Sin embargo,
a la América indígena y la América mestiza, su postura frente a los indígenas era muy dis-
construida con la herencia directa de la Colo- tante de la de Sarmiento, quien los veía como
una especie de animales de aire imbécil.
nia (Bilbao, 2004).

Sarmiento forjó su pensamiento al calor de sus


La xenofilia anglosajona de Sarmiento tuvo
viajes por el viejo continente, África y Nortea-
como contraparte a críticos como el venezo-
mérica lo que le permitió estudiar y comparar
lano Andrés Bello, el ecuatoriano Juan Mon-
las diferentes culturas afirmando sus criterios
talvo y el cubano José Martí, todos ellos ad-
discriminatorios y despreciativos de España y
miradores profundos de los valores culturales
del mundo árabe, y los de profunda admira-
de Nuestra América en el sentido más amplio.
ción por los pueblos anglosajones, de los cua-
También Rodó se oponía críticamente a la
les ponderaba hasta la exaltación el espíritu
Nordomanía o xenofilia de Sarmiento.
emprendedor, industrial y especialmente sus
sistemas educativos.
Todos esos pensadores reconocían, como he-
rederos de la cultura hispánica, sus valores y Es preciso aclarar que solo cuando compara-
los de los pueblos indígenas y consideraban ba la cultura española con la indígena prefería
que no debían echarse por la borda y mucho a la primera, pero con cierto dejo y resigna-
menos pretender realizar una sustitución por ción. Y al referirse al proceso de conquista y
los de la cultura anglosajona. Bello, por ejem- colonización ibérica lo justificaba plenamen-
plo, consideraba que los latinoamericanos te, bajo el concepto que todo pueblo conquis-
debían buscar su propia identidad sin desco- tador destruye lo que encuentra a su paso y
nocer el valor del idioma español y la cultura muy poco asimila su cultura. Al respecto es-
española, de igual manera, sin menospreciar cribía:
a los ingleses y su cultura, de la cual había
participado, porque tuvo la oportunidad de “Esto es providencial y útil, sublime y gran-
vivir en Inglaterra durante 19 años y conocía de. (…) creemos, pues, que no debieran ya
muy bien su idioma y la grandeza de sus rea- nuestros escritores insistir sobre la cruel-
lizaciones. dad de los españoles para con los salvajes de

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la América, ahora como entonces nuestros seían iniciativa social y empresarial ya que
enemigos de raza, de color, de tendencias, eran puro instinto. Además, como tenían, se-
de civilización; ni principiar la historia de gún él, el cráneo muy pequeño solo sentían
nuestra existencia por la historia de los y no pensaban. Esta postura, algo nihilista y
indígenas, que nada tienen de común con frenológica lo llevó a pensar que si España
nosotros” (Guadarrama, 2012 y Anderson, nos había dado todo, nada le debíamos a los
1967). indios.

Resulta más que evidente el visceral racis- La concepción sobre el gobierno era intere-
mo de su postura social-darwinista, cuando sante, aunque al final equívoca: saber gober-
esta teoría apenas comenzaba a emerger, si nar en ese momento era poblar para educar,
bien contaba con antecedentes en Buffon y civilizar y engrandecer, pero no poblar con
Montesquieu, Voltaire y otros pensadores eu- negros e indios salvajes sino con europeos ca-
ropeos. A su juicio aquella sociedad latinoa- lificados y de una cultura superior. Ya en Nor-
mericana mestiza, de la cual él mismo perso- teamérica se habían aniquilado los indios del
nalmente por su fisionomía tampoco podía Oeste, siendo este el modelo que sirvió para
escapar, no obstante sus ínfulas de hombre que los argentinos con la cruel campaña del
blanco, estaba castrada éticamente por consi- Desierto acabaran con los aborígenes de las
derar la existencia de una inferioridad mental Pampas.
en los indígenas, negros, mestizos, mulatos
y también en los criollos, de los cuales creía Esas ideas de Sarmiento son el fruto de su
él mismo no podía escapar. Por tal motivo se concepción sobre la historia universal que
presentaba a sí mismo, con cierta resignación, para él es un conflicto entre barbarie y civi-
como un “salvaje de las pampas”. lización. “La barbarie, es lo indígena, pero
también la España colonial, con su herencia
Consideraba que las razas indias y negras árabe y africana, mientras que la civilización
cuando se mezclaron con la española, ya esta es el capitalismo, el liberalismo, el modelo
se había a su vez mezclado con los árabes y anglosajón de gobierno, como el de Estados
por tal razón todas ellas eran inferiores, no en Unidos e Inglaterra”. A su juicio, “existe una
sentido biológico sino cultural, por eso pre- lucha ingenua, franca y primitiva entre los
suponía que podían mejorar por medio de la últimos progresos del espíritu humano y los
educación, así como en otras condiciones, las rudimentos de la vida salvaje, entre las ciuda-
mentalidades retardatarias se habían supera- des populosas y los bosques sombríos, este es
do logrando importantes niveles de progreso el conflicto entre barbarie y civilización” (Sar-
en su inteligencia. miento, 1915).

Para él, a los pueblos indígenas se les había La barbarie frenaba con su peso la marcha de
atrofiado la inteligencia, por lo que no po- la historia, mientras la civilización impulsaba

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el progreso de las ciudades siguiendo el ejem- dor Rosas en Argentina, demostró que tenía
plo de Europa y Estados Unidos. Lamentable- la talla y la intelectualidad capaz de asumir
mente en América ese conflicto se desataba las riendas del poder debidamente, realizan-
política y culturalmente en un mismo suelo, do una amplia labor de educación popular
la barbarie en el campo y la civilización en lo durante su gobierno y procurando superiores
urbano. niveles de desarrollo en todos los órdenes y
estimulando para que se lograra para los pue-
Pareciera que a Sarmiento le interesaba poco blos latinoamericanos.
estudiar científicamente a las culturas indí-
genas, solo se limitó a la observancia acrítica A pesar de que influenciado por el podero-
de los análisis sesgados e ideologizados de al- so vecino del norte propusiera la creación de
gunos pensadores eurocéntricos. Sintió ver- una especie de Estados Unidos de América
güenza por ellas y hasta el lenguaje hispánico, del Sur, contribuyó grandemente a la aspira-
que asimilaron le parecía que había dejado ción integracionista de Argentina frente a los
más taras mentales que instrumentos de pro- caudillismos y sus aspiraciones federalistas.
greso. Menos mal, decía, que la historia lati-
noamericana se había iniciado con las luchas Sus ideas integracionistas ya las había plas-
independentistas. mado en 1850, con la publicación de su libro
Argiropolis, con la idea de una utópica isla con
Ese pensamiento de Sarmiento fue duramen- una mayor autonomía comercial de las pro-
te criticado por varios pensadores latinoame- vincias del interior y de su natal San Juan para
ricanos, sobre todo, en lo que toca al carácter enfrentar el monopolio aduanero de Buenos
discriminador de los pueblos latinoamerica- Aires.
nos, tanto los aborígenes y ancestrales como
el producto de sus mezclas con otros pueblos Su anhelo era integrar a la Argentina, Uru-
europeos, africanos y asiáticos. Entre ellos, guay y Paraguay en un sistema político te-
José Martí en su célebre ensayo Nuestra Amé- niendo como capital la Isla Martin García, a
rica, quien sostenía que eran equivocadas las la entrada de ríos que serían libremente nave-
apreciaciones en torno al presunto conflicto gados por barcos de todas las banderas.
entre civilización y barbarie sostenido por
Sarmiento, puntualizando que América se Las contradicciones del pensamiento del
debe ante todo a sus indios y que salvarlos es “loco Sarmiento”, como acostumbraban lla-
salvar a América. marle, por un lado proclive al desarrollo, a
la integración y al progreso; y, por otro, par-
Pero a Sarmiento no se le puede juzgar solo tidario de la frenología y el social darwinis-
por lo que pensaba y por sus etiquetas sino mo para superar el falso conflicto barbarie y
por sus realizaciones. Cuando en 1851 logró civilización, no obstaculizaron su labor para
asumir la presidencia, al reemplazar al dicta- hacer de la educación la palanca de la perfec-

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Cristóbal Arteta Ripoll 251

tibilidad humana, la promoción de la cultura, de progreso y superación del atraso mental


el impulso del progreso industrial y científico en las recién emancipadas repúblicas. Y en
y el cultivo de la conciencia política y jurídi- –algún modo influyó positivamente– con su
ca. En opinión del autor de este artículo tiene praxis política imbuida en el liberalismo y
sobrados méritos para aparecer como uno de el espíritu democrático favorecedora de la
los grandes integrantes de la tradición huma- empresa, el comercio internacional, la –re-
nista del pensamiento latinoamericano. novación educativa, etc.– en la promoción
de nuevos elementos constitutivos para la
Más allá de las críticas fundadas e infunda- identidad cultural argentina y por qué no,
das, su prolongada y fructífera labor por con- latinoamericana” (Guadarrama, 2012).
tinuar la tarea de nuestros próceres por una
mayor justicia, mejores formas de organiza- La oposición a la concepción de Sarmiento
ción política, freno al gamonalismo, al desin-
es tan amplia y compleja, como la geografía
tegracionismo, al oscurantismo, a la corrup-
latinoamericana. Y es posible hoy una crítica
ción, al atraso agrario e industrial, entre otros
más objetiva y real capaz de comprender en
objetivos, lo cierto es que Argentina durante
su real dimensión su significado. Pero toda
sus seis años de presidencia viró significati-
obra es hija de su tiempo y responde a sus exi-
vamente en la historia latinoamericana. Y no
gencias y la de Sarmiento no es la excepción.
solo Argentina, porque su ejemplo, con su
Como tampoco lo es la obra de Alejo Carpen-
pensamiento y praxis liberadora, influyó y
tier, Los pasos perdidos, donde el escritor, casi
dejó huella en el Cono Sur.
una centuria después, replica con brillantez
literaria diametralmente a Sarmiento. En esta
De cualquier manera, es evidente que su
novela, para el pensador cubano la situación
desprecio por lo autóctono y su amor por lo
extraño no permite ubicarlo como parte del es contraria a la visión de Sarmiento: es la
grupo de pensadores que valoraron, estudia- falta de autenticidad y la alienación que le es
ron y defendieron la necesidad de la identi- propia, la causa principal de la barbarie im-
dad latinoamericana. productiva del mundo occidental. Mientras
que América hispánica, recóndita e inconta-
El intento de construir la nueva identidad del minada, representa a una redentora civiliza-
latinoamericano desconociendo que ella solo ción auténticamente humana.
era posible con aquellos indios, mestizos,
mulatos y criollos y no solo con inmigran- Esas dos obras, a mi entender, sintetizan uno
tes anglosajones, fue, tal vez su mayor error. de los tópicos más importantes de la literatura
Pero, independientemente de tan “equívocas latinoamericana como lo es la propia identi-
perspectivas etiológicas no cabe la menor dad y demuestran lo difícil que es ignorar que
duda que logró construir no solo escuelas la historia de la dicotomía barbarie y civiliza-
e instituciones, sino también perspectivas ción, es un pasado siempre presente.

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