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MAESTRÍA EN LITERATURA
HISPANOAMERICANA CONTEMPORÁNEA
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1. INTRODUCCIÓN
El presente ensayo tiene por finalidad llevar a cabo un acercamiento al carácter ambi-
en lo que respecta a su proyecto estético, pues por momentos adopta una estética pu-
de algunos problemas vigentes en la nación peruana a fines del siglo XIX. Basándonos
en los principios teóricos de Roland Barthes, quien sostiene en La muerte del autor la
abandonar una lectura del “desciframiento” del mensaje de la obra en base a las inten-
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texto, consideramos fundamental encarar Aves sin nido no en tanto sus pretensiones
políticas o ideológicas (por cierto, sabemos hoy, desde la misma óptica realista pro-
puesta por la autora, fallida), sino a partir de su escritura problemática, ambigua, ines-
table. Nuestro trabajo pretende argumentar que esa inestabilidad en el proyecto estéti-
co que ofrece la escritura de Aves sin nido, responde a una situación también ambiva-
lente, inestable y problemática al rededor de la función del letrado en las últimas dé-
cadas del siglo XIX. En Desencuentros de la modernidad, Julio Ramos afirma que,
nes antes aglomeradas por la figura del “letrado” fueron elaborando su propia especi-
que lo diferencian del letrado-escritor de décadas atrás. La idea del escritor puro, des-
ligado de la función política ejercida décadas atrás, veremos, sin embargo, correspon-
de más a una pretensión que a una realidad, pues, siguiendo a Ángel Rama, aunque los
escritores van consolidando un circuito y unos saberes propios, no alcanzan por esos
años a desligarse del todo del compromiso político. Si antes ejercían su rol desde el
poder que otorgaba por sí misma la letra, ahora manifiestan, mediante su escritura, una
posición crítica en tanto ciudadanos que acusan el deficiente manejo del país por parte
de las autoridades.
Consideramos que este rol problemático reviste toda la escritura de Aves sin nido, en
so, una reflexión propuesta para dar determinado sentido a lo que los lectores han leí-
do o estarán por leer, en muchos casos una dura crítica al manejo del país por parte de
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tanto muestra de cómo el lugar indeterminado del letrado en las últimas décadas del
Quiso Clorinda Matto de Turner que las primeras páginas con las que se encontraran
los lectores de su novela Aves sin nido no fuesen en sí la novela, sino un proemio (es
proemio destinado a esos lectores de Aves sin nido, antes de leer la novela, les dejara
muy en claro lo que debía ser (o hacer) una novela. Una novela, para la escritora pe-
ruana, tenía que “ser una fotografía que estereotipe los vicios y las virtudes de un pue-
ción para éstas” (Matto 2006: 93). Lineas más adelante, en ese mismo texto, Matto
afirmará que, en países como el Perú, en donde la literatura todavía está pobremente
desarrollada, la novela debe tener una mayor influencia en la corrección de las cos-
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“¿Quién sabe?”, dice Matto, y sabemos que en esa pregunta no hay incertidumbre sino
certeza. Matto, antes de la lectura de la novela, plantea ya (por si las dudas) las pre-
guntas que deberá hacerse su lector ideal, ese para el cual ha escrito Aves sin nido, ese
Aves sin nido será la “evidencia”. Puestas la fichas sobre la mesa, el lector simplemen-
te deberá dar un pequeño paso, el de llegar a las conclusiones sociales (¿no es, al fin y
al cabo, que para eso debe servir la novela?) en las que Matto, por supuesto, ya cree.
“La novela moderna”, un artículo publicado en 1891 por Mercedes Cabello de Carbo-
nera, en donde propone una crítica, tanto a la novela romántica de Victor Hugo como
a la novela naturalista de Zola, ambas por no ir acorde a la verdad del ser humano.
Para Cabello de Carbonera, una novela que represente la verdad es fundamental para
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por distorsionarla. Sin esa objetividad, la novela pierde su función analítica y correcti-
Sostiene Cabello que en literatura no debe haber reacciones violentas que lleven al escritor a
representar los extremos, pues de esa forma se distorsiona la esencia misma de la novela, que
imperfección.
que traza el plan de su arte, más que a la naturalidad de los sucesos, a la moraleja de la obra,
fantaseando y llevando a los personajes de uno a otro suceso, de uno a otro acontecimiento,
alejándose del fin que la novela debe perseguir: la verdad que, expuesta como un organismo
Es curioso que la principal crítica de Mercedes Cabello a la novela de la época (tipos excesi-
vamente nobles o desmesuradamente despreciables) coincida con los principales reparos que
hasta el día de hoy se hacen a Aves sin nido, de Clorinda Matto. ¿Qué son los Yupanqui sino
esos seres desprotegidos, cándidos, intrínsecamente nobles que tanto critica Carbonera en la
novela romántica? ¿Qué son el cura, el juez y el gobernador sino esos personajes abyectos,
sin matices, originariamente perversos que tanto critica en la novela naturalista? Tanto Mer-
cedes Cabello como Clorinda Matto parecen coincidir en lo que debe ser (y por tanto en un
modo de hacer) una novela, no obstante esas reflexiones teóricas, vistas en perspectiva, pare-
cen (por lo menos basándonos en Aves sin nido) haberse quedado más bien en buenas inten-
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En su texto La muerte del autor, Roland Barthes plantea que:
A partir de Barthes, es oportuno mantenerse alejado de posiciones que sitúan a Aves sin nido
como una gran novela en tanto el lugar que ocupó su autora en determinado contexto históri-
nacional ¿Es posible plantear una crítica social a través de una novela que, hoy sabemos, falló
en los lineamientos que ella misma se propuso, la de representar fielmente la realidad, como
si se tratase de una fotografía, para a partir de allí analizar una evidencia y establecer un
diagnóstico? ¿Qué tan auténticamente realista (en términos de Mercedes Cabello y la misma
Clorinda Matto) es Aves sin nido? Pretendemos atender, más bien, no tanto a la figura de Clo-
rinda Matto como a la escritura de Clorinda Matto, tanto o más compleja que su misma auto-
ra. Conviene, entonces, reformular la pregunta, cambiar las interrogantes centradas en Matto
de Turner en tanto escritora, en tanto intelectual, en tanto mujer; y atender más bien a lo que
nos ofrecen sus textos en tanto escritura o, más precisamente, en tanto escritura problemática.
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3. EL INESTABLE LUGAR DEL LETRADO
La problemática alrededor de la escritura de Aves sin nido tiene estrecha relación con
el lugar que en la últimas tres décadas del siglo XIX ocupó el intelectual en Hispa-
en los años posteriores a las independencias, el papel del letrado parecía bastante claro
“Hasta el último cuarto del siglo XIX, en América Latina la relación entre la literatura
—las letras, más bien— y la vida pública, generalmente no había sido problemática.
En las sociedades recién emancipadas escribir era una práctica racionalizada, auto
Ramos afirma más adelante que en ese periodo anterior a la consolidación y autono-
mización de los Estados nacionales, las letras eran la política2, pues eran las que
dición, orden de anarquía. Sostiene que esta relación entre vida pública y literatura, en
realidad, se hace problemática en las últimas dos décadas del siglo XIX, pues con la
mente política, orientada a la administración y con saberes específicos que los empe-
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“Lo que ha cambiado fundamentalmente no es solo (aunque también) el lugar de los
cos”; se ha transformado la relación entre los enunciados, las formas literarias, y los
Ramos afirma más adelante que, si bien se establece una división institucional entre el
primero. La noción de literatura puramente artística, en este sentido, es, más que una
entrada, que la voluntad de autonomía es ineluctable. Más que una ideología literaria,
Sostiene Ramos, por ejemplo, que la noción de “pureza" resultó inefectiva incluso en
Rubén Darío, quien en Azul y Prosas profanas parecía un escritor emblemático del
artista puro; y no obstante cambia su posición a partir de una crítica por parte de José
Así, el letrado, que antes percibía la problemática política desde el poder, ahora se
asume (y asume su rol) en tanto ciudadano marginal, y desde ese lugar, crítico. Es in-
capaz de aislarse de aquello que ve, del sufrimiento que en él genera el manejo políti-
co institucionalizado:
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“El escritor, en efecto, se repolitiza en ese saber del sufrimiento. Como trabajador asa
lariado, marginal —al menos con respecto al lugar céntrico que ocupaba el letrado en
En La ciudad letrada, Ángel Rama también explica la relación problemática del letra-
ción incorporó nuevas pautas de especialización, respondiendo a una división del tra-
bajo más rígida, hay que poner en duda el hecho de que los literatos se hayan retirado
producción artística una profesión que exigía fundados conocimientos y aun raros
tecnicismos […] Pero esta concentración en el orbe privativo de su trabajo —la len
gua y literatura— nos los retrajo de la vida política, a pesar de que muchos tuvieron
consciencia de que en ella despilfarraban energía que hubieran sido más eficientes
Artista (pero intelectual), intelectual (pero artista), Matto de Turner elige un gé-
nero como la novela (elige narrar, contar una historia) para transmitir una posi-
ción política a sus lectores (para ello, deja de contar y pasa a afirmar, a senten-
ciar, a reflexionar); y su escritura, el modo en que dispone y estructura su nove-
la, transmite esas tensiones entre una voluntad de narrador, del novelista, y una
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necesidad, también, de ejercer su rol en tanto intelectual, en tanto letrada, de
transmitir determinadas ideas. Aves sin nido condensa un lugar que, a finales del
siglo XIX, empieza a ser problemático, se materializa en una escritura.
Aislados del conjunto, determinados fragmentos de Aves sin nido nos llevan a
pensar en una escritura profundamente artística, capaz de servirse (a veces, in-
cluso, en exceso) de recursos como el símil o la metáfora, más próximos a los
efectos que intenta producir la poesía —ese género que según Mercedes Cabello
en nada debía relacionarse con la novela— que a una voluntad narrativa. Baste
observar el modo en que la narradora de la novela describe el enamoramiento
que surge del primer encuentro entre los jóvenes Margarita y Manuel:
al lecho de muerte nació el Amor que, rodeado de una valla insuperable iba a conducir
Escribe Matto de Turner “arquero niño” y no escribe “amor”; para decir que Manuel,
desde que vio a Margarita, se sintió enamorado de ella, Matto escribe que Cupido in-
como el cuerpo muerto de la madre y el amor reciente juntos, en afán por establecer
una oposición. La novela, en cuyo proemio Matto establece la importancia de ser ve-
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rosímil, fotográfica, objetiva; emplea un lenguaje sugerente y una representación, le-
Son, de igual modo, interesantes los momentos en los que Matto interrumpe la novela
para establecer una sentencia, para decir; aunque esta vez lo que se diga no tenga un
carácter político sino sea una conclusión acerca de la juventud y del amor, aunque lo
que diga no tenga la claridad a la que tanta importancia otorga en su proemio, sino que
Edad venturosa del hombre igualada a la rosa en botón con sus distintivos de edad,
Más adelante la novela establece otras sentencias que Matto de Turner parece estable-
Matto se pregunta por qué es que la mujer enamorada conoce con tal intensidad el so-
nido de los pasos del amante, su aliento a la distancia, su voz en medio de la multitud:
“¿Por qué razón la mujer que ama conoce, no sólo el sonido de los pasos de su amn
te, sino que siente el perfume de su aliento a la distancia y el eco de su voz vibra sono
Son abundantes los momentos en donde la escritura de Aves sin nido se presenta artifi-
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fundamental de novela que promueve en el Proemio. Sobre estos modos de represen-
“Sin duda se trata [el argumento de Aves sin nido] de un argumento inocultablemente
solo estética. La escritura no encuentra una dirección única, se hace a lo largo de las
narración de Aves sin nido con la finalidad de decir algo a sus lectores, elabora situa-
en buena parte de carácter político. Por eso sitúa una dicotomía marcada (y bastante
simplificada) entre personajes buenos (la pareja Marín) y personajes malos (el cura y
el gobernador); por eso plantea personajes andinos que piden ayuda a los personajes
limeños. Y sin embargo, son muy interesantes los momentos en los que la narración se
detiene, en los que la fluidez de las escenas queda en suspenso, se interrumpe el tiem-
po pasado y la narradora interpone una voz en tiempo presente (se narra en presente lo
que no ha pasado, lo que sigue siendo en tanto verdad universal) cuya finalidad es di-
reccionar lo que ha sido narrado o lo que se estará por narrar. No son pocos los mo-
mentos en los que Matto de Turner intercala sentencias como si las mismas escenas
colocadas en el texto fuesen insuficientes para dejar que estas ideas sean concluidas
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género narrativo, ya no narra, sino que dice, es forzada a decir. Matto, así, disciplina
su propio texto, fija lo que el lector debe entender a partir de lo que está leyendo. Re-
En el primer encuentro entre Lucía Marín y Marcela, la segunda pide ayuda porque las
autoridades del pueblo están abusando de su marido. Antes de que Marcela cuente
todo el problema, la voz de la narradora suspende la fluidez del diálogo para describir,
pero enseguida afirma una falta de cercanía hacia determinados sectores. Acusa un
problema nacional:
Era preciso ver de cerca aquellas desheredadas criaturas, y escuchar de sus labios, en
sin sentido en los corazones nobles, y cómo se llega a ser parte en el dolor aun
cuando solo el interés del estudio motive la observación de costumbres que la mayo
ría de los peruanos ignoran y que lamenta un reducido número de personas (Matto
de Turner 2006:100)
Más adelante, Lucía reflexiona acerca de cómo es posible que el cura Pascual haya
llegado tan lejos en el sacerdocio, cometiendo tal cantidad de abusos. Esta vez, la na-
explicada su propensión al error, y ella no sabía como son generalmente los Pastores
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Uno de los momentos en donde Aves sin nido propone una intención más evidente-
cómo deben ser corregidos los vicios de un pueblo. El fragmento es interesante porque
sitúa una posición de la misma narradora respecto de lo que está contando: la educa-
ción y la erradicación de los vicios debe estar basada en la creencia de un Ser Supe-
rior. La sentencia del narrador funciona en conjunto con la presentación del cura como
un ataque directo a los sacerdotes en tanto institución, sino una dura crítica a aquellos
vincia. El plural, en este sentido, tampoco es gratuito, sino que establece una colecti-
vidad, una empresa en la que deberían participar todos los peruanos (sus lectores). El
“Ataquemos las costumbres viciosas de un pueblo sin haber puesto antes el cimiento de la
instrucción basada en la creencia de un Ser Superior, y veremos alzarse una muralla impene
trable de egoísta resistencia, y contemplaremos convertidos en lobos rabiosos a los corderos
apacibles de la víspera. […] Juzgamos que solo es variante de aquel salvajismo lo que ocurre
en Killac, como en todos los pequeños pueblos del interior del Perú, donde la carencia de es
cuelas, la falta de buena fe en los párrocos, y la depravación manifiesta de los pocos que co
mercian con la ignorancia y la con siguiente sumisión de las masas, alejan, cada día más, a
aquellos pueblos de la verdadera civilización, que, cimentada agregaría al país secciones im
portantes con elementos tendentes a su mayor engrandecimiento.” (Matto de Turner
2006:121-122)
un recurso también presente en la escritura de Clorinda Matto. Así, aparece una frase
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antes de presentar el momento en que el cura Pascual se arrepiente ante Fernando Ma-
rín. La voz de la narración, entonces, asume un rol activo en tanto juzga el acto mismo
del perdón. Se ha interrumpido otra vez la fluidez del que narra, ahora habla el narra-
“Positiva es la influencia simpática que ejerce ante sus semejantes el hombre que reconocien
do la mala senda se detiene para desandar lo andado y poder amparo de los buenos.
Por descorazonado y egoísta que sea el actual siglo, es falso que el arrepentimiento no inspi
re interés y merezca respeto.” (Matto de Turner 2006: 169)
Es, de igual modo, ya no la narradora dueña de los símiles y del lenguaje artificioso la
que pasa a establecer una sentencia en la escena en la que Fernando Marín anuncia el
viaje a Lima de toda la familia. Aparece entonces una embellecida Margarita ante lo
“Engreida y estimada la mujer gana un ciento por ciento en hermosura y en cualidades mora
les. Si no, acordémonos de esas infelices mujeres hostigadas en los misterios del hogar por los
celos infundados; gastadas por la glotonería de los maridos; reducidas a respirar aire débil y
tomar alimento escaso, y al punto tendremos a la vista la infeliz mujer displicente, pálida, oje
rosa; en cuya mente cruzan pensamientos siempre tristes” (Matto de Turner 2006: 197)
de la novela, pretender afirmar y sustentar una idea, una voz que se impone por mo-
mentos y que con esa misma facilidad se diluye para dar lugar nuevamente a la narra-
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sentencia sobre la condición de la mujer en la época es la misma que la del Proemio
5. CONCLUSIONES
A lo largo de nuestro ensayo hemos abordado el carácter oscilante que presenta la es-
critura de Aves sin nido, una novela que por momentos asume un proyecto estético
más preceptivo (encarnando el ideal del escritor-intelectual). Hemos situado esta es-
escritura de Clorinda Matto de Turner en tanto encarna el dilema del sujeto letrado en
el Perú a finales del siglo XIX. Lejos del lugar que la misma Clorinda Matto de Turner
ocupó en tanto intelectual (una discusión que nos remitiría, más bien, a una análisis
rededor del lugar del artista en una sociedad especializada, presenta unas consecuen-
cias en la estructura, representación y escritura misma de una obra de ficción. Aves sin
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BIBLOGRAFÍA
BARTHES, Roland. El grado cero de la escritura. Madrid: Siglo XXI España, 2012.
Jaume, 2006.
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