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ejemplos
Se denominan organismos sociales a cualquier organización que se tenga
procesos con estructura y jerarquías. Estos organismos deben de tener
diferentes áreas que realizarán diferentes procesos para obtener un objetivo
en común o específico.
Iglesias
Gobiernos
Empresas
Instituciones
Escuelas
Colegios
Asociaciones Civiles etc.
Misión
Visión
Funciones técnicas
Funciones comerciales
Funciones financieras
Funciones de seguridad
Funciones contables
Funciones administrativas
Participación social
I. CONCEPTO
Define Uría la participación social como una de las partes en que se divide el capital social, siendo
tres las características predicables de las mismas, la igualdad, la acumulabilidad y la indivisibilidad.
La participación o las participaciones sociales pueden definirse como cada una de las partes en que
se divide el capital social de la sociedad de responsabilidad limitada, y que corresponde a una
persona que adquiere por tal titularidad la condición de socio.
La Ley ha dividido por tanto el capital social de la sociedad de responsabilidad limitada en
participaciones, las cuales son iguales, acumulables e indivisibles. La participación social además,
como dice Sánchez Calero, es un conjunto de derechos y deberes que se otorga al socio y como tal,
se objetiviza, pero sin que pueda llegar a incorporarse a un título negociable. Por tanto, si una persona
es propietaria de una participación social adquiere la condición de socio, pudiendo ser propietario de
varias participaciones. Pero la participación es también indivisible, de forma tal que si varias personas
son propietarias de una participación social, serán copropietarios y formarán una comunidad titular
de la participación.
En este supuesto, es decir, para el caso de copropiedad sobre una o varias participaciones sociales,
los copropietarios habrán de designar una sola persona para el ejercicio de los derechos de socio, y
responderán solidariamente frente a la sociedad de cuantas obligaciones se deriven de esta condición.
Añadir además que la sociedad sólo reputará accionista a quien se halle inscrito en el libro registro
de las acciones nominativas, siendo de señalar que frente a la sociedad el titular de las acciones es
aquel que se encuentra registrado como tal, con independencia de que esa titularidad formal-social
pueda no corresponderse con una titularidad material mas esto último no resulta oponible a la
sociedad estableciendo además el artículo 179 de la Ley de Sociedades de Capital que sólo los socios
tiene derecho a asistir a la Junta General, si bien estos pueden hacerse representar por medio de otro
socio, su cónyuge, ascendientes, descendientes o persona que ostente poder general conferido en
documento público con facultades para administrar todo su patrimonio existente en Territorio
Nacional.
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Las participaciones sociales pueden ser objeto de transmisión, y la transmisión puede tener lugar bien
por actos inter vivos o mortis causa.
Por lo que se refiere a la transmisión de las participaciones sociales por actos inter vivos, la ley
establece un régimen de limitación para la transmisión de participaciones sociales a personas ajenas
a la sociedad (salvo que en los estatutos se haya previsto otra cosa), permitiendo por el contrario la
libre transmisión cuando la misma tenga lugar entre socios o se realice a favor del cónyuge,
ascendiente o descendiente de un socio, o se haga en favor de sociedades que pertenezcan al mismo
grupo.
Por tanto, salvo que otra cosa dispongan los estatutos, cuando las participaciones quieran enajenarse
a alguna persona distinta de las antes indicadas, deberá estarse a lo que los estatutos establezcan, y si
nada a este respecto establecen, deberán observar lo dispuesto en el artículo 107 de la Ley de
Sociedades de Capital. Este artículo fija las siguientes reglas:
En cuanto al precio, el mismo artículo establece que el precio de las participaciones, la forma de pago
y las demás condiciones de la operación, serán las convenidas y comunicadas a la sociedad por el
socio transmitente. Si el pago de la totalidad o de parte del precio estuviera aplazado en el proyecto
de transmisión, para la adquisición de las participaciones será requisito previo que una entidad de
crédito garantice el pago del precio aplazado. En los casos en que la transmisión proyectada fuera a
título oneroso distinto de la compraventa o a título gratuito, el precio de adquisición será el fijado de
común acuerdo por las partes y, en su defecto, el valor razonable de las participaciones el día en que
se hubiera comunicado a la sociedad el propósito de transmitir. Se entenderá por valor razonable el
que determine un auditor de cuentas, distinto al auditor de la sociedad, designado a tal efecto por los
administradores de ésta. En los casos de aportación a sociedad anónima o comanditaria por acciones,
se entenderá por valor real de las participaciones el que resulte del informe elaborado por el experto
independiente nombrado por el Registrador mercantil.
“Nuestro Registro Mercantil, regido por el criterio del "numerus clausus" en cuanto a la materia
susceptible de inscripción (artículos 16 y 22 del Código de Comercio, y 94 y 175 del Reglamento del
Registro Mercantil), no tiene por objeto respecto de las sociedades de responsabilidad limitada, la
constatación y protección sustantiva del tráfico jurídico sobre las participaciones en que se divide el
capital social de aquéllas, sino la de la estructura y régimen de funcionamiento de tales entidades.
Tras la reforma operada por la Ley 19/1989, de 25 de julio, y salvo en el momento inicial de la
constitución de la sociedad de responsabilidad limitada y en caso de unipersonalidad sobrevenida o
de cambio de socio único -confróntense artículos 175.1.1.o y 203.2 del Reglamento del Registro
Mercantil-, la titularidad de las participaciones sociales fluye al margen del Registro Mercantil, de
suerte que no sólo no será posible la constatación tabular de la prohibición judicial de disponer de
que se trata, sino que, además, tal consignación carecería de sentido al no añadir protección adicional
a la prohibición; las participaciones sociales tienen un régimen de legitimación y una Ley de
circulación que opera al margen del Registro Mercantil, y a ello deberá adaptarse la prohibición para
que pueda ser plenamente eficaz, sin que pueda pretenderse que, por el solo reflejo tabular, queden
alteradas las reglas sobre su tráfico o las de legitimación para el ejercicio de los derechos sociales (en
el mismo sentido las Resoluciones de 27 y 28 de diciembre de 1990).”
Dicho lo anterior, concretar que en tal libro registro de socios, debe hacerse constar quienes son los
socios, es decir, quienes son titulares de participaciones sociales, tanto en el momento de constitución
de la sociedad de responsabilidad limitada como en los momentos posteriores. Quiere ello decir que
se ha de hacer constar quienes suscriben las participaciones desde la constitución de la sociedad, y
deben hacerse constar las sucesivas transmisiones, sean tales transmisiones voluntarias o forzosas,
debiendo hacerse constar, en todo caso, la identidad completa del titular de la participación social
como su domicilio.
Pero la transmisión de participaciones sociales inter vivos puede tener lugar igualmente no solo de
forma voluntaria, sino también por virtud de procedimientos de apremio. Las participaciones sociales
pueden ser objeto de embargo en cualquier procedimiento de apremio, sea este procedimiento judicial
o procedimiento administrativo. Y el embargo deberá ser notificado por el Juzgado o por la autoridad
administrativa que haya acordado el embargo, identificando quien es el acreedor en cuyo favor se ha
constituido el embargo, debiendo la sociedad anotar dicho embargo en el Libro Registro de Socios y
comunicarlo a los restantes socios.
En estos supuestos de enajenación forzosa, se establece igualmente a favor de los socios un derecho
de adquisición preferente, ya que una vez que la subasta o enajenación forzosa tiene lugar, el remate
no se aprueba inmediatamente, sino que queda en suspenso la aprobación del remate y la adjudicación
de las participaciones sociales embargadas, y la Autoridad Judicial o Administrativa correspondiente
comunicará a la sociedad el resultado de la subasta. Una vez que la sociedad tenga conocimiento del
resultado de dicha subasta, los socios o incluso la sociedad si así lo prevén los Estatutos sociales,
pueden en el plazo de un mes subrogarse en la posición del rematante (o del precio de adjudicación
al acreedor) aceptando todas las condiciones de la subasta y consignando el precio del remate más
todos los gastos que se hubieran ocasionado. Si en la adquisición de las participaciones sociales que
hayan sido objeto de embargo y subasta existe más de un socio interesado, ejercitando la subrogación
todos ellos, las participaciones se distribuyen entre ellos de forma proporcional al número de
participaciones sociales de que sean titulares.
También cabe la transmisión de las participaciones sociales mortis causa, es decir, por fallecimiento
de su titular pasando a sus herederos o legatarios. De esta forma, el sucesor del causante adquiere la
condición de socio de la sociedad de responsabilidad limitada. No obstante, se establece en el artículo
110 de la Ley de Sociedades de Capital que los estatutos podrán establecer a favor de los socios
sobrevivientes, y, en su defecto, a favor de la sociedad, un derecho de adquisición de las
participaciones del socio fallecido, apreciadas en el valor razonable que tuvieren el día del
fallecimiento del socio, cuyo precio se pagará al contado. La valoración se regirá por lo dispuesto en
los artículos 353 y siguientes y el derecho de adquisición habrá de ejercitarse en el plazo máximo de
tres meses a contar desde la comunicación a la sociedad de la adquisición hereditaria.
En relación a esto debe destacarse que se han planteado dudas en relación al dies a quo, habiendo
indicado la pequeña jurisprudencia (así sentencia Audiencia Provincial de Zaragoza de 17 de mayo
de 2005) que: “la mejor doctrina señala que hubiese sido preferible que aquella comunicación
hubiese quedado prevista en relación con la apertura de la sucesión y no con la adquisición
hereditaria, pero lo que ambos preceptos, legal y estatutario, disponen es que el plazo se contará
desde la comunicación de la segunda. Ello supondrá que esta funcionará como una carga para los
causahabientes, que habrán de hacerla si quieren que comience el computo, pero el supuesto
conocimiento de las circunstancias de la sucesión por el Sr. J.C. no consiente que se declare
caducado el derecho de adquisición preferente, cosa que es evidente no cabe cuando la Ley y los
Estatutos dicen lo que dicen y no es firme la resolución recaída sobre la liquidación de la sociedad
conyugal y la partición de los bienes de la herencia. Lo que, si es necesario decirlo, no contradice ni
queda contradicho por la interpretación que a favor de su postura se ha hecho en el caso del recurso
de la contraparte”.
Las participaciones sociales, además de ser susceptibles de ser transmitidas, pueden ser objeto de
constitución de un derecho real.
En cuanto a relaciones entre el usufructuario y el nudo propietario, las mismas se regirán por los
pactos que entre ellos se hubieran dado, aplicándose con carácter subsidiario la normativa del Código
Civil en materia de usufructo. Salvo que otra cosa hubieran convenido usufructuario y nudo
propietario, finalizado el usufructo, el usufructuario podrá exigir del nudo propietario el incremento
de valor experimentado por las participaciones usufructuadas que corresponda a los beneficios
propios de la explotación de la sociedad integrados durante el usufructo en las reservas expresas que
figuren en el balance de la sociedad, cualquiera que sea la naturaleza o denominación de las mismas.
Por otro lado, en los supuestos de aumento del capital de la sociedad, si el nudo propietario no hubiere
ejercitado o enajenado el derecho de suscripción preferente diez días antes de la extinción del plazo
fijado para su ejercicio estará legitimado el usufructuario para proceder a la venta de los derechos o
a la suscripción de las acciones. Si durante el usufructo se aumentase el capital con cargo a los
beneficios o reservas constituidas durante el mismo, las nuevas acciones corresponderán al nudo
propietario, pero se extenderá a ellas el usufructo. Si se enajenaren los derechos de suscripción, bien
por el nudo propietario, bien por el usufructuario, el usufructo se extenderá al importe obtenido por
la enajenación.
En caso de suscripción de nuevas participaciones, con independencia de que la suscripción sea
realizada por el usufructuario o por el nudo propietario, el usufructo se extenderá a las participaciones
cuyo desembolso hubiera podido realizarse con el valor total de los derechos utilizados en la
suscripción. Ese valor se calculará, para los derechos que coticen en Bolsa, por el precio medio de
cotización durante el período de suscripción, y por su valor teórico en los restantes casos. El resto de
las participaciones sociales suscritas pertenecerán en plena propiedad a aquél que hubiera
desembolsado su importe.
Por otro lado, la Ley de Sociedades de Capital prohíbe a la sociedad limitada la adquisición de sus
propias participaciones, e igualmente la adquisición de participaciones sociales de su sociedad
limitada dominante y de las acciones de su sociedad anónima dominante. La consecuencia jurídica
de la infracción de esta prohibición se traduce en la nulidad de pleno derecho de la adquisición. Es
decir, es nula de pleno derecho la adquisición de participaciones sociales propias, o de participaciones
sociales o acciones de la sociedad (limitada o anónima dominante). Solo de forma excepcional la
sociedad de responsabilidad limitada puede adquirir sus propias participaciones sociales o las
participaciones sociales o acciones de su sociedad dominante. Tales casos son los siguientes:
Para el supuesto de que la sociedad de responsabilidad limitada haya adquirido sus propias
participaciones sociales, éstas deberán ser amortizadas o enajenadas, respetando en este caso el
régimen legal y estatutario de transmisión, en el plazo de tres años.
Cuando la adquisición no comporte devolución de aportaciones a los socios, la sociedad deberá dotar
una reserva por el importe del valor nominal de las participaciones amortizadas, la cual será
indisponible hasta que transcurran cinco años a contar desde la publicación de la reducción en
el “Boletín Oficial del Registro Mercantil”, salvo que antes del vencimiento de dicho plazo hubieren
sido satisfechas todas las deudas sociales contraídas con anterioridad a la fecha en que la reducción
fuera oponible a terceros. Por el contrario, si las participaciones sociales adquiridas, o las acciones
adquiridas, son las de su sociedad dominante, el plazo de enajenación se reduce, por cuanto en este
caso las participaciones o acciones deberán ser enajenadas en el plazo máximo de un año a contar
desde su adquisición.
Durante estos plazos, y mientras permanecen las participaciones sociales o las acciones, tanto propias
como de su sociedad dominante en poder de la sociedad adquirente, a las participaciones propias o
de la sociedad dominante se rigen por las siguientes reglas:
Por otro lado, y de la misma manera, la Ley de Sociedades de Capital prohíbe a la sociedad de
responsabilidad limitada aceptar en prenda o en cualquier otra forma de garantía, sus propias
participaciones sociales, así como las participaciones sociales o acciones emitidas por cualquier
sociedad que pertenezca al mismo grupo. También prohíbe a la sociedad de responsabilidad limitada
la anticipación de fondos, la concesión de créditos, la prestación de garantías, así como la facilitación
de asistencia financiera para adquirir sus propias participaciones sociales, o las participaciones
sociales o acciones emitidas por cualquier sociedad que pertenezcan a su mismo grupo.
En cuanto a la sociedad nueva empresa, debe indicarse que solamente pueden ser socios de una
sociedad nueva empresa las personas físicas, e incluso, el artículo 444 de la Ley de Sociedades de
Capital establece que la transmisión voluntaria de participaciones sociales por actos inter
vivossolamente podrá realizarse a favor de personas físicas. En el caso de que la prohibición contenida
en la ley se incumpliera y en consecuencia se transmitieran participaciones sociales a una persona
jurídica por acto inter vivos, tales participaciones sociales deberán enajenarse a favor de persona física
en el plazo de tres meses contados desde esa adquisición, y en caso de que esto no ocurriera, la
sociedad nueva empresa quedará sometida a la normativa general de la sociedad de responsabilidad
limitada.
Por el contrario, de la redacción de dicho precepto y entendido a sensu contrario cabe deducir que sí
que cabe la transmisión mortis causa de las participaciones sociales de la sociedad nueva empresa a
personas jurídicas, y que también las personas jurídicas pueden adquirir participaciones sociales de
sociedad nueva empresa en los supuestos de enajenación forzosa de participaciones.
Como destaca la doctrina, debe afirmarse que durante el período de tiempo en que las participaciones
sociales de la sociedad nueva empresa se hayan transmitido por actos inter vivos a una persona
jurídica, esta persona jurídica titular de tales participaciones sociales ostenta la cualidad de socia, y
por tanto, debe ser considerada como titular de los derechos y obligaciones que corresponden a todo
socio. Destaca igualmente la doctrina que el que las personas jurídicas no puedan devenir titulares de
participaciones sociales por actos inter vivos, no es óbice para que tales personas jurídicas puedan ser
titulares de derechos reales como el derecho de usufructo o el derecho de prenda. En cuanto al número
de socios de la sociedad nueva empresa, que no puede superar el número de cinco, en principio, como
dice el autor Pacheco, el artículo 438 contempla las figuras de la sociedad limitada nueva empresa
unipersonal originaria y sobrevenida, si bien se prohíbe que esa condición de socio único la detente
persona que ya tiene esa posición en relación con otra sociedad limitada nueva empresa sujeta a la Ley
de Sociedades de Capital. Ahora bien, a tenor de la redacción del citado artículo 438, no existe tal
limitación si la persona física que va a detentar la posición de socio único de la Nueva Empresa es a
su vez socio único de una sociedad de responsabilidad limitada sometida al régimen general de la
Ley.
Se plantea Pacheco en relación al número de socios de la sociedad nueva empresa, que en principio
no puede ser superior a cinco, si es posible que se supere ese número de socios fundadores. Y
considera Pacheco que la respuesta a esa pregunta debe ser afirmativa, ya que el artículo 444 de la
Ley de Sociedades de Capital prevé el aumento del número de socios en supuestos de transmisión
voluntaria de particiones sociales por actos inter vivos una vez inscrita la sociedad. Y entiende el
mismo autor que pueden existir más casos, poniendo a título de ejemplo situaciones como las
siguientes:
Conviene destacar igualmente que no será precisa la llevanza del libro registro de socios,
acreditándose la condición de socio mediante el documento público en el que se hubiese adquirido la
misma. La constitución de derechos reales limitados sobre participaciones sociales deberá notificarse
al órgano de administración mediante la remisión del documento público en el que figure y a su vez,
dicho órgano deberá notificar a los restantes socios la transmisión, constitución de derechos reales o
el embargo de participaciones sociales tan pronto como tenga conocimiento de que se hayan
producido, siendo responsable de los perjuicios que el incumplimiento de esta obligación pueda
deparar.