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RESUMEN HISTORICO
QUE HACE

EL GENERAL JOSÉ DOMINGO ESPINAR,


DE LOS

ACONTECIMIENTOS POLlTICOS
OCURRIDOS
EN

EN EL AÑO

DE

1830,
APELLIDADOS AHORA

REVOLUCION DE CASTAS,
POR EL GOBERNADOR

SEÑOR JOSÉ D~ OBALD1A.


De cavernas hondas i enccndid..'\,~
SUB
Arrojan los infiernos
Al jenlo que so gOZ<l
Cuando un mortal á otro mortal destroza.
(MORA.]

PANAMA:
Impl'Cnta de Jose Angel
Por José lll[aria Bermudez.

1851.

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•••••
Habiéndosenle vedado toda contraccion literaria por los Profesores que
me han asistido en la reciente i grave enfermedad que me ha trabajado:
me siento en incapacidad de correjir, moderar i dar mas órden lójico al fo-
lleto que me vi en ne:esidad de redactar un poco ántes i publicar por mi
propio honor, en impugnacion de solo la cláusula que estamp6 el sefior Go~
bernador Obaldia en el Parte que elevó al Gobierno Supremo por la Secre~
taria de guerra (sobre la fantasmagoría de la noche del 28 de setiembre de
1850) con fecha 5 de octubre último, i se halla inserto en la Gaceta Oficial
de Bogotá del 17 de noviembre, número 1171; que' dice así:
Innecesario es hablar de Espinar por ser bien eonocido
en la N ueva Granada como autor de la única revolucion
de castas que estalló en el antiguo territorio de Colombia.
Aunque la vaguedad e indeierminacion del anterior aserto presupone un
hecho perfectament~ clasificado, conocido i notorio; me he' propuesto hacer
ver;
l.º Que en el territorio de la antigua Colombia no ha tenid'o lugar tal fe~
nómeno, por dicha de la human~dad i efecto de'la civilizacion.
2.º Que aunque se quiere dar tal colorido a los acontecimientos polÍtiCj)~
de Panam'Í el año de 1830; la asonada del 10 de setiembre fué popular.
momentánea, circunscrita i no tuvo lugar niugun e'sceso primitivo ni secun-
dario o producido por dejeneracion.
3.º Que el pronunciamieuto del 26 de setiembre no tuvo indudablemente'
el mismo carácter; ni tenerlo pudiera sin que el Istmo se hubiese tran~for~
mado ántes en otro Haiti,
4.º Que niHgun escritor ha hablado de los sucesos de Panamá el afio de
1830, sino como de uno de los movimientos reaccionarios en favor de la ad-
ministracion Bolivar. Por consiguiente:
5.9 Que ni en la Nueva Granada, ni en ninguna otra nacion del Orbe es
conocido el Jeneral Espinar por la infame marca que ha tratado de impri-
mirle el mas torpe, el mas necio, el mas incircunspecto de cuantos hombrea
públicos hai inscritos en la administracion Neo-granadina.
6.º Que si en los acontecimientos de setiembre de 1830 hubo algun cri-
men polilico, es el autor de este crimen el que supo de él aprovecharse.,
queriendo hoi apurar hasta las heces.
Mas que todo siento haberme afectado hasta el estremo de romper loa
diques de mi habitual moderacion; pero he pensado que
Profano i criminal es el respeto.
Si impide que la crítica destaque
Sus tiros al que tanto lo merece,
Solo porque en altura resplandece.
Rúe[1;oal benévolo lector se penetre de mi situacion,
motivo par~ senne induljente.

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Ccltd-la Jait le erimc
.á qui le crimc serlo
[ eORNEILLEJ

"El nombre del pueblo no es aun bastante respetado ...


"~'porque está oscurecido, cubierto con el orin ue las preo-
""cupacione~; porque nos representa una idea que alarma al
'''orguilo i relJl!gna a la vanidad; porque se pronuncia con
"menosprecio en los salones de la ar:istocracia: por eso mis-
'''mo, Señores, quiero yo, i uebemos todos nosotros impo-
"nemos la obligacion, no solo de rehabilitarle, sino de en-
'''noblecerle i hacerle de hoi mas respetable .... i caro a to-
-"dos los corazones."-Asi hablaba el célebre Mirabeau a los
qua se oponian en la tribuna a la calificacion de pueblo fran-
,ces; i asi repito yo a mis ilustrados conciudadanos, para que
me ayuden a combatir con los que.olvida.dos de haber nacido
en el seno del pueblo istmeño, con los que afectando desco-
nocer la indescl'iptibl(\ heterojeneidad de su oríjen~ propa-
gacion i crecimiento, con .Ios que, émulos de los descendien-
tes de los conliuistadores i fundadores de esta antigua colo-
nia castellana, desprovistos de honrosos antecedentes co-
,mo de méritos i virtuues personales, i henchidos de una in-
sultante soberbia, derraman indistintamente su atrabílis so-
¡bre la jeneralidad o sea sobre la mayoria del pueblo al que
:tuvieron 'la dicha de pertenecer en no remoto~ tiempos.
Poco importara la calumnia si ella recayese sdbre mí,
única i esciusivamente. Decir o dar a entender p~\.adina-
.mente que en el istmo de.! D~rien, o en .' Íudad de
Panamá estalló alg-una veZlJ,na 'revoiu de castas,
.es una solem,ne i triple impostura, ta respecto del
11echoj como ud sujeto a Jluien se le J)amfl Itar, ('omo /:lel

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'!
~ueblo al que se atrrbllye la malicia ¡,ir'la eJecu'cioll. .F ~
adernas una supüla ignorancia de la idea que ellciena la pa:
labra 1'crolucion, i ue la que repre:;ellta la pala-bra casta, E~
ahora, como sería en todo tiempo, ulla grosera i torpe ca·
lumnia, inventaua solo por el inestinguible prurito de zahc-
riri mortificar a. los p.artidarios del illmurtal Bolivar, i t:llIili·
da con el mas negro intento de difamarme como autor o pro·
tagonista del drama· de 1880. Bastara enl1H;ro nombrar llli
acusador para medir mentalmente la enorme Jislullcia que
nos separa; distancia que no pudiera llenarse sino COII e1 im-
ponderable volúmen de su illlelécttwl1l1didad. Mas por de!)-
gracia hai acontecimientos que desde que se les relega al do-
minio de la.historia·, se les somete il1volúntariamente cuando
11.9al c.aballete d' un pintor malé.volo, al ménos a a la especta:.
clan de un vulgo necio; i -mi como juzgamos erróneamente Je
la magnitud de un astro cU:'vnto filas inmediato se halla e~tó
sobre el horizonte, o lo q~le es lo nli-srrlo, cua'l1to mus léjos'
e:stá del observadDr; a:;i tambien incurrimos inopinadamenté
en graves errores cuando hahemos dejuzgar sobre hechos dé
otra época, referidos al cabo de' algunos decenios" aun pOL'
lluestros mismos contemporáneos. A este jénero pertenece'
el memorau.le a.contecimiento oe lSS0'en Panamft, que el Sr ..
Ubaldía ha osado apellidar rC'lJolucion, i p" mas ennegrecerla; .
de caslas·.- Por cierto qua el idioma de castilhne ha mejora-
do i enriqueciJo en los 20 últimos' años;. mas nadie se per~-
suadirá de que haya sido alterado tan radicalmente'que las'
}Jalabrasrevol'Ucion i caslas .signifiquen hoi otra C'osa distinta-
tle lo que espresaban ahora 20 añQs. Preciso es pues 'supo-
ner o que el cerebl~o del SOl'. Obaldía padecerecientemen.-
te una alteracion orgánica, profllnda,.o que sus funciones se
hallan en un estado anormal digno de la mas tierna compa'"
sion, o que SH corazon e hígado se han hipertrofiado, caus:in··
dale un trastorn6 de sentimientos hasta el punto deconver J

tirle en un monstruo ele iniquidad i abominaciou. Mas no:


es que Obaluía no ha lle~ado aun a ser hombre¡ .
Si queremos pues juzgar con algun acierto sobre ese
insignificante (au,TIque para -el Sor. Obahlía, tremebundo) e"
I)isodio que cerró en el istmo ·ue Panamá la escena del ura..'

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rila tr¡íjico de· la' antíglla i·gloriosa República de Coloml>ia;~
es menester, es indispel,sable formarse pl'éviamente una
i<lea, si1luiera aprocsimada, de los actores i del escenario,po'"
I1tico.
En erecto: la pohlacion istmelía, dtirállte el coloniaje,
estllv'o dividida en tres rangos sociales: 10 el de las j~1I1Jilias'
de los conlJ"i~tadol'es, de sus desendientes, de los espalíO'-
les eurojleos qlle venian en clase de empleados de haci·
enda, de los l11ilitares destinados a I,a guarnicion, i de los
comerciantes i ricos ]lropietarios:'2 o el de las hl'milias del;
estado-llano que mas se acercahan a la raza europea,' i que
obtenian destillos sllLialtertlos de hacienda, cargos concejiles,
i otros, de los artesanos europeos i 0'tros industriales:' 3. o
el de los artesanos criollos, el de los e'uropeos sil'\ ientes do-
mésticos, de los libertos, i demas menestrales de la clase
poco crtizada en <¡tle predominaha la raza africana. Los es-
davos no formaoan parte de la asociacion istmelía.
POI' fruto de h~guerra de la indqiendencia se mezcla-'
ron de dCI"echq los ti'es rangos, mas sin confundirse:i por
efecto del sistenia democrático, patilatina i gradualmente in''''
troducido, ha empezado a verificarse' la fusioll aunque lenta
e irn p e'rfe cta', E~tando c01l1l::tida:po'r' la naturaleza la solu· ...
c1ol1el, este grande, importante i trascendental problema a la
sagacidad, instruccion i tillO adn'linistrati,'os; o' de otro modo,'
C'onsis.tiendo en gran parte, el se.sreto de' la' fusian en la. e'-
ducaclOn adeCUada del pueblo; .mlcntl'<t'S a las masas (re(;len
saliJas o nd de la esclavitu,d)se las deje como hasta hoi cre-
c'er en la ÍilcuIturai en la inmoralidad; tan léjos de obtenerse'
e'l fili propu'esto, 'el de formar una' He'pública· democ'r:ltica,'
r1'odebe esperarse fUfldadamente el ensanche de la 'ciuda~
d~anía, sino tem'erse un retroces{) que arrastre al pueblo a I[~
barbárie. r no se digfl q' ,el sucesi,'o tránsito de jente civiliza"
da i cultá nos producÍ!;ft ,el bien ue' ues~rrollar los instintos'
,bciale's de nuestro pueblo, .pues y.a le vemos, (~OS aliasc'
le roce, sacUdir todo yUgo legal i relijioso i n tal; y.a le ve-
110Sreclamar el derecho de igualdad fis1ca en desmedidal
lue casi no hai dique que oponer al torrente lIeslHoraliza"-
:ion qu-e nos' amenaZa, T¡llnr'OC'o es cÍel o'qüe "aJ.am-o~'

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adquiriendo .int1istintarvente el hábito uet trabajo. Tr.t1Jaja
por ejel1Jplo el peon en un carguío que le deje '1 pesos diarios"
i cuando le falte esta ocupacion no tomará otra (ltle solo le
produzc;t ocho reales al dia.
Se perderá mui breve entr.e nosotros el conQcimiento;i
práctica ue las ;trtes i o~cios: los na-tivos serán remplazaJor;
-en los :talleres por estranjeros mas morales e intelijentes,~
apéní\s quedará a nuestra jente del pueblo el miserable re-
curso ue torcer ci~arros, i eso miéntras se traigan máquinas
par¡l h¡icerlos mejores i a mas bajo precio. Icuando háya-
mas descendido aceleradamente por esta escala social, i véa·
mas tle,tenido el puel;>lo entre las brelias ¿culparémos en-
tónces las leyes? ino atr;ibuirémos necesariamente este mal
a lo~ que tan estüpidamen,te nos gobiernan? ¿i \la nos culpa;
rén;lOs a nosotros mismos que, q\lt'ríenJo perpetuar las ca-
denas i esposas en el pueblo i mantenerlo bajo nuestra alíeja
coyunda i dependencia, lo hemos mantenido en las calles ,Í
pla,~as en vez uefrecuentar las escuelas i talleres, los hemos
acostumbrado a perpetuar en sus hábitos los defectos i aun
lo§ yicios de S~IS ~ntepasados?
De qué servian las masas colombianas en ~a época que
terminó el año de 1~30? de instrumentos de la demagojia; i
demagogos solo los hubo en política. Nadie, jamas .ni nunca,
pens(> en socia\i~mo. "Triunfe mi opinion, triunfe mi partí:
.1<;>, i caiga el que c~yere" era el programa de aquella ominos;l
época. Panall,lá no fué la exepcion de esta regla. El partido
aristocrático, o ma~ decente en su mayoría, estuvo a la <levo-
,cion del jeneral Santander, i en oposic,ion abierta con el je~
neral Bolivar 1 Era por cierto el único departamento que no
tuvo la dicha de conoeerle per$on~lmente]; i a tal estremQ
de obstio;\cjon se llevaban las resistencias, que llegó a foro
marse l,lna suerte de oligarquía de llamados liberales. La so-
cieJ~d del ?'Gran Círculo Istmeño~' se habia propagado hast~
los niños de e~cuela, i de amQos secsos. Los Qficiales de ll!-
gu~rnicion no e,staban escentos d~ contactos perniciosos: yq
mismo fuj ins¡;:ri.to, posteriormente a mi llegada, en el Gran
,Círculo; i la presencia de la fuerza armada dejó de ser impo-
nente. - ' ,

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1~n.estas circtln:-rtanCias me presento p01' primer.t vez
~~1l Pa'l •. un:"t como comandante jeneral del antiguo departa-
, WCllto (ki Istmo.... Debo silenciar los accidentes de mI
~!It"a, :a, ! :O!'I ue no escr:ibo para tiespertar pasiones ajenast
IJi para . "ti';{'acer las :nías propias ..•.. Lo cierto i del caso
es '1It'~ dc-.;de entóllces empezó a esperimentarse un cambio
,el! la Opil,ioll, i que Ilegb a .tal punto que una vez disuelta la
COllrt':IICjOII de Ocauu, rué el departamento Istmo uno de los
,pl'illu:ros ClI pl'Olllll1ciarse por la necesidad de la dictadurat
:j el dictado!' debi<l s.er i fué Boliyar.
. Yo tube de all:-elltarme mui luego de este departamento
por tener <¡lIe cOllc.ul'l'il' al Consejo de Estado., creauo por
,vil'tUiI del decl'etn ol'!!illlÍco C¡Llesostituyó elltóllces a la cons-
4,itllcion de la llepllh:ica del alío ue 1821, i cuya reforma se
babía declarado necesaria i Uljente.
No vol ví ,a Panamá la ~. ~ vez sino llespues de publica-
(la i ¡lirada la constii:llcioll del auo tieSO, dada por el con~re-
.~o "admirable," del que tambien tulle el honor de ser,uno de
.SU:-i secretarios; i vine por cierto, como la vez lo Il) , tle co-
plan dante jener:al del mismo departamento. cuyo despacho
~J1e rué reJrendado por el ~ 01'. jeneral Caicedo como vice
presidente encar~ado uelP. E.
. PenuÍtaseme aquí ulla lijcra digresion para desvanecer
en oportulli:!a'l la nota de desafecto al nuevo sistema de a-
quella época, que se me ha ~ra\'ado por la pl·ensa. Tan sa-
~isrecho IlH~hallaba ele ,mi conformidad con el nuevo orden de
cosas i de la arlllonÍa que reillaba entre el Libertador [des-
~e Sil retil'o] i,los modernos presidente J. Mosquera i vice-
presidente D. CaiceJo, que habiendo yo solicitauo i obteniclo
IJlis letras de cuartel, con motivo del movimiento que aca-
~aban de ejecutar en Bogotá los tropas venezolanas, aumiU
~Il!itoso el mando milital' jeneral del Istmo, porque como
grana¡l,ino,me creí eu mi propio teatro i me sentí dispuesto
a secundar la política del Gobierno Supremo. Contaba por
~upllesto con que S. B. el Libertador dejaría el'p~rs, como
~ordialmente lo había ofrecido, i con que no se me harta 'el
l,l~l'avio de suponerme capaz de traicionar al )ierno, ni a.
J.lli patria, ni a mí mismo.

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s
. Yo podía desde luego' confar en áqüe1fa é pota COll ef fla;
t~llon Ayacuch?,. i coa la decis!on .del plle~lo casi ~Il su tota.
lIdad, para veflhca~ un cambwmIe~lto, [SI necesano ~'lle eJ~
mas ¿en favor de <jlllen? ¿no se habla Jurado la COI1St¡tucio/
reciente? i no e~taban en ejercicio las autol idades cOllstitlli~
da ? Lno estaba el Libertador prócsimo a en-.l.larcarse p:ll a la
isla de Jamaica? Es cierto; mas no faltaron quienes se opu_
siesen al viaje de S. E., i quiZá quielJcs calcll!a~en sOure u.
na Jeneral reacciono Yo estaba inocellte. Ent 'e anta Bolivar
era el ídolo de la muyoría de la poblacion i:¡;tmeña, sin falt'\I'_
le algunos desafectos i aun pronucia<1os enemigos eIltre las
notabilidades <.lePanamá. Yo apél1as servía de vehículo ue
la opinion popular . .Mas, jI/mas (diré una "ez para siempl'e)
se oCL:rrió a nadie el pensamiento de sojuzgar ni aun de equi.-
librar las jerarquías sociales [como actualmente sucede, sin
intérvencion mia):· la política en jeneral absorvía casi todaS'
las facultades mentales de mis conciudadanos, dejando al co-
razon la menor palte en SlIS afecciones. Las masas no con-
sentian en la ausencia indefinida de Bolivar:·le miraban cemo
el representante oe! heróico pu blo el Colombia, miélltraS"
que ~antander, llamado el hombre de las leyes, era solo la
esperanza de un peql'leño pero intelijente partido político.
aun despues del estrañamíento a que había- sido conuenado,
Había llegado de tránsito para el Ecuauor un oficial
de Cartajena, i en carta partículat· me decía una persona res-
petable que el Sor. José Vallarino; nombrado entónces Pre.
fecto de este departamento, tr(l.Ía las prevenciones mas ad.
versas contra el Sor jeneral F; bre~a i contra mí. Yo de-
duje de allí que, en tales cit'cunstancias, de lo que se tralaba
era de impeuír se entregase el ,mando político del departa.
mento al Sor. Vallarino. Este s ~ tq era para mí, persona
muí estimable, aunque de diverso cblor político; i ei aviso
pre.cedente (que tube que trasmilir al jeneral Fábrega) me
causó un veruadero i penoso cOliÍiicto. Adelante
El 6 ue setiembre (1830) pusieron en mis manos una
carta oficial de la secretaría ue guerra de Col'ombia, que ha-
hía xeniuo estravagante i apertoria, con el número en blan-'
ca, i toda ella indicante de haber sido escrita fuera· de a
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r~spediva oficina del despacho. En dicha nota oficial se
me prevenía entregase la comandancia jcneral al Sor. coro·
ne! C. Robleuo (que había li:lllecido un ailo úntes en la pro·
vincia de Manabí) i por su ausencia aF comandante de mili·
cias [entónces retirado] J. de la C. Pérez: todo esto decía
en dos renglones de letra menuda que ocupaban el lugar de
uno solo que venía en blanco~
Suplico a los Sr~s. que esto'lean por 2. ~ vez (porque
en aquel mismo ailo se publicó, de mi óruen, por la prensa
de e ta ciudad) que !lO deuuzcan qne intento renovar cosas
olvidadas lli tildar a persona viva ni muerta. Juro por mi
honor, que refiero con repugnancia parte de un hecho histó·
rico, i de él solo lo que pueda conducir al objeto que me he
propuesto, el de esculparme de un cargo que a ser cierto
me habría ahorrado hoi la pena de contnrlo. Siento se me ha-
Y<\ puesto en la necesidad Je exhumar esos vejestorios q' solo
pueden nlimentar la curiosidad de jente ociosn, la famélica
ambicion de algun parásito, mas, no ocupar el tiempo de
hombres que se honran de serlo. Al jeneral Fábrega se le
llamaba al Consejo de Estado, a mí se me destinaba a la
gobel'nacion de Veraguas, i creo que el jefe que debió su-
Drol4arme era el Sor. jeneral l~ópez, actual Presidente de
ta República,
Hice tocar llamada de honor; i reunidos en casa los
Sres. jefes i oficiales, ~e impusieron del contenido de la pre-
citada comunicacion oficial; la desaprobaron fuertemente, i
protestaron que no la obedecerian por ser contraria a 01'·
denanz3; empero que si yo entregaba el mando jeneral de
armas al jefe veterano de mas graduacion, se someterian, a
rnénos, que yo lo retubiese hasta que, cOllsultado el gobier-
no supremo, resolviese éste con mejor acuerdo. Dicha re-
solucion se estampó en una acta que se elevó tambien por"
la secretaría tle guerra al supremo P. E.
El 2. o estremo de la mediJa propuesta por los JiJita.
f_esi adoptada por mí: la de retener por po ÍIémp, el
mando tle armas fué pésimamente acojida por ~ Sres. oÍm-
sicionistas (quienes quiera. que fuesen) los '1J.e, co'mo era
natural, no se descuidaron en socabar los dele ables cimíen-

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tos de mi precaria posiejoll, Yo mismo me sentía ll!al p~
f'ado, porque en ningun caso habría de emplear la rllerz~
pública c.olltra nillguno de mis cQlIciu,ladallos. He:,ueltq
pues a dejar el pais por la via de Chf¡~res, mas bien que COll~
tinuar en un mando que ya no me pertencía, me dil'ijí a Ull~
de las casas de mi f~uniliu en la Qllebrada. a prete:,to de 1Il1l~
uur de aires. Préviamente encá"l~llé delmlindo de pallaOl~
al coronel J. E. Alzurll, qujen hallándose de tr;'in~ito par",
Venezuela, se detuvo aquÍ a plete~to de ellfermedad ~c~
[Alzuru i yo no éramo~ amigos, \li yo lo retuve en e:,t:\ ciu-
dad pOI' miras malas ni buenas, sino lo toleré pOI' respeto ~
sus ültimos importantes servicios ~ll la jamad;} ~el Portete
de Tarqui]. '
AI7.ul'u, al encargarse del mando militar, reunió el bl!-~
ta~lon Ayacucho para revistarlo, e hizo tales monerías, que
inspiró temores al Sor. jene.t~l Fflbl'eg-a, Prefecto Ul,n. Di~
cho jelleral i va ..ias personas re~l'et~bles se diriJieri~ron a mí
llamándome i haciéndome regresar a la ciudad para que im-
pidiese cualquier d~sman que pudiera causar Alzul'u. Les
complací volviéndome a casa al al}ochecer del dia 10 de !'e-
tiembre. Cerca de la puerta de tierra me encontré COI1lo~
Sres. l>r. Gabúcas gobernador del Obispado, !jellel'al Fá·
brega: subí COIl ellos a mi al'Üjamiento. e infol'mado tle lo~
~emLores que hahía concebido el jeneral Fábr~ia. hke com-
parecer a Alzul'u. Reunidos ~os cuatro confer~llciilball1()~
,en casa; i a eso de las 7 [minuto!; mas o méno:'] s~lltimos en
la calle de la Merced (it la que Iwcia eS(luiIH~ n~icnsa) 111\
pequelío tropel qtl~ derribaba los bancos de las puertas d~
tieIlJa<;, igritos de muera el jel!~r.al Espinar. Nos asollla~
mas al baleon para illformamos de la verdad de la ocurrell~
cia; i caJa UIlO de los cuatro tomó el part.ido que creyó ma~
pruuente. El gober'llador d~l'()~ispadó se r,i7.o illvisihle;
el jeneral F, bajó a la Jluerta de la calle; el cOI'onel i\. hizQ
poner sobre las armas la gual'ilia de honor alojada en dieha
puerta; i yo bajé COIIalg'llil;l<; qificultadcs (poril'~e a la \'~r.
dau rué para mí una completa sorpresa) hasta la niisma puer·
tao Quiso entónces el jeneral F. que le acompaiíase Jla('¡~
jr a disipar la pequeña asonaua; pero A. oponiéndose l~
. . " ' .

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II
~iij¡: "perdone Ü. mi 3eneral, 'que esta \Tez me oponga a.
tsa medida: si tI. cree que sola su preseneia basta para
,cOllteilcr llll movilllicnto popular, vúy<'<sesolo;" i dirijiéndosc
.a InÍ, i asiélldoll1e del brazo Ole dijo: "1\0 vaya U , mi jral.,
J)orque lo s:l<.:rirICUlI:v[¡mOllOS a unir al batallan Ayacucho."
;PareciólUe la [[lliea oleJida prudente i debida, aun para res-
tableccrel úrden, si fuese enteramente perturbado. Nos
,ellcamíllarno;-; eiltonces al estinguido convento de ~an Fran-
,cisco, 1:1\ <Ioude estaba aeuartelado el batallan Ayacucho, i
,nos reunimos a él. El jeneral F. tambien nos acompañaba.
,Formado el batallan en la calle i Jelante de la puerta del
,cuartel, i descansando sobre las armas, se nos vino encima,
Ila~,ta dar COl! las bayonetas, el pueblo Jel arrabal en masa,
.cada indirit!llo armado illdistintamente de palo o de arma
,blanca, i Itaciellilo un ruido .bronco i asordante. Les interro-
,gllé acerca dellllotivo que los habia tumultuado, i del objeto
que se propusieran; i declararon que solo tratahan de opo-
nerse a los enemigos de la República" que lo eran (segun.
ellos) los de S. E. el Libertador, i a los del jeneral.E. con-
tra quien se habian pronunciado .en la calle de la Merced
,UllOSpel'l'ersos; i que sll.obJeto era humillar a los blancos
,que se oponian a ,cuanto dependia del Libertador, tales co-
,mo .... L ae¡ ui los nombres de ciertas i determinadas perso-
nas entre las que fi~llrab.an algunos pardos] i tambien el
jeneral F. Contestéles que se equivocaban, que habria
ciertamente entre los nombrados algunos desafectos; mas
que eso no consistia sino en sus personales opiniones, a cu-
ya franca manifestacio I tellianderecho perfecto; i que era
, ,tan al contrario de lo que decían sobre el jeneral F., que
yo le acataba; como a uno de los amigos mas decididos del
Libertador, así como le apreciabn. como al mas fiel i conse-
, .cuente de los personales mios. "Pues si es aú (gritaron)
viva el jeneral F.! viva S. .E. el Libertador! viva la repú-
,blica de Colombia! viva el üitmo de Panamá! viva el jrl. E. &."
( Con ménos prontitud se despeja la atmósfera despues
, de una tempestaJ, i reaparece la serenidad i la vfa,. que
sucedió a la asonada [poco ha descrita] el n ~ ~ ordenado
,contentamiento i regocijo. Parecia el puebl ~ll1as bien in-

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teresado en unÍformar fa opillion que eh oIJfener un triur
sobre la minoría aristocrática. As'í rué que nadie cantó v
toria. Retirose pues el pueblo arrahaleílo en mejor sent j,
del en que habia entrado en la ciudad; pero [tIltes hicieJ'(
alto a las inmediaciones de la casa del Dr. Bp.liz. .Este Se
[creo que era entonces jefe político] les obsequió' con t
Iijero refresco, el que aceptaron mui pocos de Jos COllCU
rentes por temor (Jecian) de que se atribuyese a f;>eodez
que emanaba soJo de patrioti~mo. Retirál'onse finalmen1
al arrabal, i los seguí en persona con mi escolta hasta el 1'(
bellin" en donde les JÍ mi despedida reencargándoles el 01
den, i haciéndoles responsables- de la tl'anquiliJad püblic
en 10- sucesivo.
Nada de' particular ocurrió' en aquella noche: mas sil
embargo, el ensayo que acababa- de preceder, me infllndi,
:recel-os de que pudieran presentarse nuevos o mas ominoso
síntomas" a cuyas tendencias jebia oponerme, l5upe tam
bien que algunos individuos Je la ciudad [bien conocido:
•.~nt6nces por sus opiniones exajeradas J se habian ausentad(
de sus casas, recelosos de ser acometidos o ultrajados pOl
algunos indiscretos dd pueblo: j así creí de un imperioso
deher mio declarar \ como declaré al dia siguiente, 11 de
setiembre ]SBO) el país en a-samblea,- paTa poder en uso de
la plena autoridad que nre-otorgaba la l'ei, enfrenar al mismo
pueblo, cuyas demasias recayeran de otro modo· sobre m~
inevitablemente. Hicelo así;' i la tranquilidad i el órden
fueron restablecidos, sin qae ninguna otra vez hubiese vuel-
to el-llamado-populacho a alzar la voz; ni a injerirse en
negocios políticos, ni a tomar siquiera parte en la cosa públi:.
ca. Hablo precisamente contraído al año de 30 i principios'
de131, en que dejé de mandar el pais. 1 tanto es esto, que-
la acta de 26 de setiembre del mismo alío de 30 (16 dias
despues de la asonada). por la cual se separo el Istmo pro J

visionalmente del gobierno de In República,- tan solo por nO'


participar de las contiendas civifes que tenian lugar enton-
ces en la capital de Colombia, no se encontrará abultada con
las firmas suplantarlas de esa parte del pueblo que ni leer ní
escribir sabia, sino que solo fué suscrita libre i e~pontftne~-

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tne'nie p'or todos los ti'u(]ad:iilos dignos de este nombre.
1)01' eso fué sin duda que el ~Ol'. Vallarino dijo al Libertador
que dicha aeta habia sido impopular. 1 yo añado, tanto tnejor
en mi defensa.
Probable i muí probable es q" entre los mismos q' firma·
fon m acta, a qlie hago referencia, haEiria alguno's que se
prestaron a hacerlo' por no incurrir en mí desagrado: i no
faltará quien aliada haberlo hecho p'or te'nlor' de que yo tu-
viese que apelara! pt¿eblo, que tan adicto 'a; nií se manifes-
taba. Empero sobre q' tal salida tiene mas de pueril i de ridí .•
cula que de varonil i de decente, seria marüfestm' una supina
ignorancia del progreso social. Vivimos en el siglo de las,
mayorias; i quien no se confonrre con sus soberanas decicio"
nes, debe dejar el país para sie~lpre. Por otra parte ¿quien
fla dado a estos pocos seudo-caballeros a estos improvisados
políticos el derecho de toinar la palabra por eSos buenos ciu-
dadanos" resto de nuestra antigua aristocrá:cia, que tan mo-
derada como civil i noblemente se han comportll'da en medio
de nuestras aJitaciones intestinas~' Asco, nátJS:~a,mas bien
que pena, da el oEYservarque las cuestiones de cuna se pro-
'mueven ordinariamente nó por los aristécratas nobiliarios,
~ó por los descendienetes de conquistadores, no por hom-
bres de pro lSLc. sino por un Obaldía enrolado velis nolis
entre los aristócratas hechizos, recien lllzauos del polvo por
tUI accidente casual, o por un cnpricho de la ciega tortuna.
¡Qué verguenza, que en la presente éra democrática, esos'
'mismos que visten sus harapos i que debieran respetar al
ptiehlo i a la humanidad, sean los acusadores, los calumnia-
dores; los jueces, los verdu~os, de esas pobres víctimas de
una taccion impostora i sacrílega!
Habrá. persona (no lo dudo) a quien se le ocurra decir
que el pronunciamiento del 26 de setiemhre estuvo conteni .•
'do en el pensamiento de la asonada del 10, i que siendo yo
entónces el bien-amado del pueblor yo debí ser el autor de
uno i otro. Aunque toda esta jerga no la reputo l' muí
Iójica, yo admito, sin cOllced~r, el honor de su ne'rme el
hombre que supiese calcular los elementos eSenios en
aquella época para una rcvolucion; pero para u' revoltlelon:

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lLt
reaccionaria en ülvor del Libertador,. Nó ciertamente e
favor mio; porque ella no me era honrosa, o 110 me alíadi
honra. Nó en provecho mio; porque hasta hoi me hallo il
soluto de los sueldos que me eOlTespondieron desde que en
tré de comandante jeneral. Nó en satisfaccion mia; porqu
~Iemasiad.as pruebas dí entónces de mi reptlgnacia al mando
CHaré en :;tpo),o ~o lo poco que mandé en los tres meses qLH
~stuve de jefe civil i militar; ~o la prontitud con dejé dich,
mando, rebajándome ().mi cl(}se primitiva i sometiendo el de
partamento (por n)andato de su ilustre protector) al gobier
no de hecho !lel jeneral H. Urdaneta; Su la firme reso[uciol
,con que me separé de la vida pública, por el faJiecimiclltc
dcl Libertador, entreg¡;¡.ndo el u)ando civil al Asesor o Au:
ditor de glJ.erra, i el r,nilitar al coronel A. ql.le en seguida m(
~rató como merece ser tratado el que 110 ha sabido mandar
sino por medio de la dulzura, de la llloderacioll, i aUII de le
clemencia. :Mas examinemos entre tanto )Jorqué actos dE
mi administracion ha podido llan)árseme autor de una l'cro'
lucían de castas, Yo no destituí a ninguno de los empleado~
constitucionales. Yo no creé ninglJnos nuev'os destinos pa·
ra colocar en ellos a mis paniaguados ni a la jente de COlOl
(como impropianJente suele decir'se, teniendo cada cual de
entre nosotros el Sl}Yo propio, el que nos cupo en suerte al
nacer J. Yo con~é los primeros mandos ¡). las personas ma~
,decentes, o é,l los mejor edllcados, i recuerdo haber reusado
posesionar a cierto jefe de la comandancia de artillería por
HO gozar de la mejor reputacion, o por tener ciertos desfa-
vorables anteceL!ttlltes a este respecto, i eso, no obstante de
pl'ofesarn}e una decidida i particular adhesion a toda prueba.
Aun los euerpos de milicias fueron encomentlados a personas
dignas de respeto por S9S personales i morales circunstan-
cias. La fuerza marítima, aunque en miniatura, no pudo
,estar rlepositada en manos mas decentes, ni mas espertas.
Los mando& civiles no pudieron distribuirse de mejor modQ,
ni en sujetos mas idóneos. Panamá, entónces la capital del
~stmo, hizo alarde el 28 de octubre de 1830 de su propia
dignidad; i recuerdo con noble orgullo que la decencia cív~-
F~ se os~entó aq1!el solemne día dc tal modo que solo enco»-

® Biblioteca Nacional de Colombia


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hé en ella dos 1una'l'es inev'it(1)les, i e~ios lunnres eran el Sr.
José de Obaldía i yo, que a mi pesar me hallaba al frente
de la admitlistra<.:Íoll istllleiía.
~i este relato es de todo punto conforme con la verdad
histórica: si viven i estin presentes los hombres de aquella
época: ¿Cual eS pues el Jia illfundo i de eterna maldicion en
que las castas Jla jel1tc de color qui:w decir] osaron convertir
el istmo de PanallJá en otro ~anto DOlllin~01 'Desen~añé-
monos: "miéntras el arnor a la veruad [ha dicho Laromiguie-
re] no sea ell ..o de lluestros intereses; miéntras exista et
valla dese<> de fi~urar i reinen las pasiones en la tierra, se tle-
ciL!irá sill conocimiento i se afirmará a la aventura~ el orgullo,
principalmente, ama las ·afirmaciones decisivas, pues si titu- I

bease un momento, daria lug-ar a creerse que ignoraba al-


5una cosa;" i el Señor. cle Obaldí.a, inepto ¡Jara conocerse i
~studiarse, no consiente en dejarse uesc,ubrir la hil-asa tle Slt
')urdo i adventicio ropaje. Gobernador de provincia, sena-
Jor, vicepres,identei.cuanto quiera será, maS nunca un hom-
ClJ'etleestado, nunca un filósofo, jamas un cabal!ero.
POLootra parte, ¿pudiera concebilse no diré una revolu-
~ion sino una simple revuelta de jente de color en Panamá
¡in haberse acuartelado un solo' dia la milicia urbana o de
~ualquiera otra denominacion1 Por cierto que posterior-
nente al 26 de setiembre las guardias naciona'les de infallte-
'ía i caballer-ía recibian la mas esmerada instrucc:ion, i que
Jara ello se acuartelaban por compañíast nada mas que du-
'ante los días o semanas de tlisciplina. Tarnbien de Panamá
¡alió una columna miliciana sobre Santiago de Veraguas con
notivo tle haberse negado el gobernador de aque11a provin-
~ia a desconocer el gobierno provisorio de la capital rle la
llepública. Mas no habrá un solo istmeilo que se atreva a
lecir, ni ménos a sostener, que en el istmo se azuzara ni un
:010 dia a los ciudadanos de cierta i determinada esfera, para
lue solicitase el abatimiento i depresion de los rangos su-
>eriores. 1"'::'" .'
Al mismo tiempo iquien, que haya sab~ el constante
filial respeto que yo profesara al Líbert I', seria capaz
le jmajinarse ni aun en sueño que YO-Je ral i granadino,

~y~
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con hermosos ialhagueíios precedentes, Líen Cjüistoi estítt
do por los que valian entónces mas que valen hoi todos Ir.
enemigos juntos i congregados en un bando político, q.ue)
(repito) quisiera desmerecerlo todo, atraer sohre mí
maldicion del mundo civilizado, irritar al mismo Lihertad(
harto apesadumbrado por la suerte tle la desgarra'da Colon
bia~ i con que miras1 con la de mandar? ... N o he dado n
petidas pruebas de no sel' esta mi vocacion, ni mi tlestino? , .
N o preferí ser víctima a ser el sacrificador de mis concü
dadanos? .• ,
¡Fuí 'alguna ~ez conspirador, revolucionario .. '!i Quie:
no 10 ha 8ido habiendo militado en la guerra df independencia
No lo serán con razon los que nazcan despues de cimentad:
la República sobre las eternas bases de cornumdad de dC1'e
chos, intereses i opiniones de cuantas pe1'sonas asienten el pi
sobre el suelo de la patria.
Mas no es este el lugar en que deba ocuparme oe sin·
cerar mi conoucta respecto de la imaj.inaria conspiracion,
que en adelante será. apellidada "de las viñetas." La l'evo,
lucion de castas, que (ue imputa con tallto descaro el Sor.
Obaldía es mi tema. 1 si la asonada del J O de setiembre de
1830 enjendró la acta revolucionaria del 26 del mismo mes
i año, i si los signatarios de ella eran individuos de castas,.
convendremos en que todo cuanto entónces se hizo i cuantO'
despues se ha hecho en Panamft. ha sido siempre ipor siem-
pre obra de las castas porque ellas (la jente de color, o sea
tumbaga istmeña) predominan sobre las pocas persona&
capaces de hacer alarde de sus abolengos, i en cuyo escaso
número no se encuentra por cierto el Sr. José de. Obaldía,
Mas, atended: la revolucion del año de SO,. que tanto
eco ha encontrado allá en lo íntimo de vuestro corazon, 08
Jo repito, Sor. Obaluía, no tuvo el tinte que habeis querido
darle, calumniándome al' cabo de 20 aÑos del modo mas ma-
ligno i trascendental. He pisado recientemente el umbral
de la eternidad; i nada me remuerde a este respecto. SÍ'
siento que vos os hayais querido convertir en prisma, a cuyo
travez hubiese de mirar todo el munuo [empezando por el
gobierno de nuestr¡¡. patria] los cuadros históricos de la..glp,

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liosa Colombia. MáS, teneJlo entenJido! no perteneceis a,
la familia (hablo en historia natural) de las piedras preciosas,
tales como el ópulo. i,Sabeis donde os halláis colocado espon-
táneamente? entre los aerolitas~ nada de transparencia, mu-
cho fit:'lTO~i decidida tendencia a negrificarlo todo, tanto los
líquidos mas diáfanos i pUros como los hechos si no los mas
nobles, siquiera los mas inQcentes.
Os diré aun mas: desde la revolucion del año de 80, os-
habeis esclarecido~ i encumbrado hasta el pináculo puede
ser del poder, no de la gloria. 1 si olvidatio de que en poli-
tica no hai crímenes sino errores, insistís en confirmar de
revolucion de castas la espresion de aquella é'poca: vos que
uatais desde entónces vuestros servicios, vuestra carrera i ...
toJo; vos que sois el único que ha medrado a merced de
aquel cambiamiento, oid.
De aquel el crÍmen es insigne hechura
.("¿ueel crímen convirtiera en' su ventura.
Por último, como la cuestion de castas mas atañe al
pueblo sobre quien recae el peso de la inculpacion, i no es
una cuestion personal entre Obaldía i yo: debo alzar la plu-·
ma sobre esta asquerosa materia, para dar lugar a la consi-
deracion del lazo que trata de formarse entre todas las cIases
de la sociedad.
"Los libros sagrados (dice el humanitario Raspail) i en-
tre ellos el mas suhlime cual es el testamento de Jesucristo,
habian realizado el prodijio de Ieunir al rico i al pobre, al
amo i al criado en 'Un mismo'- co:noierto de plegarias, sobre
el marmol del mismo altar, en, })'reserleia del mismo Dios, in~
dicándoles la misma tlúnpa::corno: sím'oolo de la i~ualdad que
existe en el cielo. El e'spkifu <lel'siglo, e~oista i corruptor
por naturaleza, habia negado a dividirnos nuevamente, arro-
Jando los recelos del miedo en el alma de los unos i los ren-
cores del hambre en el corazon de los otros,''' Sosiégue~e,
pues, Obaldía, que no haya miedo que le desconoz'can 108-
mismos cuya sangre' vápiua árt~ula por su c . por'
sus venas. ••• (
"Os hJ~cv istQ:_odiaro.sj detestaros· covd' ,enle' (pI' -,",,",
glle Raspail);pe¡:o a-sisto··hoi·a-un bello -e ctáeu:l:o;'::"-

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po le he 'listo del todo~ pe·ro la .democracia acelera su exhibí
cion: i "Dios quiera que ilusion no sea."
"La política que divide, no :emall~ tic Dios, que es lí
unidad.
"'J'ras tanto,s siglos de odios i de partidos civil.es .... e~
tjempo ya de que Qejando a un lado las diverjencias de opi-
nion, las interesadas animosic!ade,s, nos reunamos todos ant~
el pensamiento comun de dirijir el ánimo ácia todo lo grande:
el corazon ácia todo lo noble, el cuerpo ácia todo lo moral j
saludable. Corpo rico i como pobre, alternativamente, he es-
perimentado las delicias de la beneficencia i las emociones
qe la gratitud. Sec,undadme conciudad.anos en esta obra de
conciHacion entre los hijos grandes i pequeños de l~ gra.Q
f.':lmilia,d~ la que Dios es el ~PQYoi el padre."
panamá, a 25 de febrero de 18Q~..

•... ,

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