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ENSAYO SOBRE EL GENOCIDIO NAZI: DIFERENCIACIÓN RACIAL COMO EJE

ESTRUCTURAL DEL NUEVO IMPERIO

Por Mertxe Rodelgo Alaminos

INTRODUCCIÓN

A mediados del pasado siglo surge un fenómeno de aniquilamiento humano de proporciones jamás
conocidas hasta el momento. Tan desconocido e incomprensible que es preciso la creación de un
nuevo término para denominar tal criminal barbarie: el holocausto o genocidio nazi en la Alemania
moderna.

A la segregacion racial y al aislamiento de los “impuros”(judios, gitanos, gays y contrarios al


regimen nazi) sigue la esclavitud, el sometimiento y el exterminio de miles de personas para lograr
la “limpieza étnica”. Asi, los campos de concentración se convierten en una especie de laboratorio
social, un espacio donde reorganizar los elementos estructurales del sistema y llevar a efecto el
sueño nazi: la creacion de un imperio alemán esparcido por toda Europa, donde la supremacia de la
“sangre pura” imperase. Para ello, se hace uso de un adoctrinamiento brutal y se impone categorias
identitarias de tipo racial, para justificar el aniquilamiento de miles de personas en las cámaras de
gas.

El objeto de este ensayo, basado en varias lecturas como Primo Levi, Hannah Arendt, Benjamin
Walter y en el libro base de Paz Moreno Feliu, El Corazón de la zona gris, es analizar e intentar
desgranar los elementos puestos en juego y la relacion entre ellos para que estos campos de
exterminio actuasen como si de talleres tecnológicos se tratase. Una especie de micro-cosmos que
serviría de laboratorio a pequeña escala donde el ensamblaje de los nuevos elementos sociales,
economicos, de poder, pero sobre todo raciales e identitarios hiciesen que la maquinaria del
nazismo funcionase a pleno rendimiento.

La creacion de esos micro espacios (campos de concentración), servíría como modelo extrapolable
a la gran Alemania concebida por los ideólogos del sistema. El objetivo principal de estos
miscrocosmos sociales seria la anulación de la masa humana, en funcion de categorias raciales,
como eje principal del proyecto de imperio alemán, que buscaba erigirse como unica y mas
poderosa potencia europea.

En este hecho se hará hincapié para defender la idea de que, a pesar de las numerosas
reestructuraciones llevadas a cabo en diversos ambitos del sistema alemán (instrumentales,
organizativos y sociales), la segregación racial y la idea de supremacia racial fueron, sin duda, el eje
angular que se utilizó asegurar la consecución y perpetuidad del regimen ideado por Hitler.

DESHUMANIZACION SOCIAL

En este aspecto nos centraremos a lo largo de este trabajo. Sin embargo, no hay que dejar de lado el
interés de los campos como fuente de recursos económicos para Alemania, lo que propició que el
trabajo forzado también fuera articulado en función del establecimiento de categorias raciales.

Por recordar el escenario de la Europa de los años 30-40, debemos tener presente el contexto socio-
temporal en el que surgen los hechos.Tras la I Guerra Mundial, Alemania queda en el bando de los
perdedores sumida en una profunda crisis económica y con miles de muertos tras la contienda. Con
el ascenso de Hitler al poder, comienza a funcionar un maquiavelico plan que precisa de la
reestructuracion de las bases para la consecución de un nuevo sistema politico-economico. No como
perdedora, sino como adalid de fuerza y progreso.

Cualquier ambición de poder, requiere de una masa social adoctrinada y fuertemente jerarquizada
sobre la que asentarse. Para ésta labor, comienzan a trabajar ideólogos del regimen para conformar
un panorama en el que el proyecto de ingenieria social alcance los efectos deseados. En el caso del
trabajo El Corazon de la zona gris, el hecho de que gran parte del texto sean memorias de los
propios superviventes, nos aporta una idea de los efectos psicologicos y sociales provocados en
estas personas tras su paso por los campos. Nos permiten conocer, de primera mano, los esfuerzos
depositados en la anulacion del yo, en la perdida de conciencia social, de la identidad, de la
moralidad, creando seres alienados y deshumanizados, listos en definitiva para formar parte en tan
macabro proyecto.Esta anulacion del yo basado en el establecimiento de unas categorias raciales
superiores unas a las otras, como posteriormente veremos, es el elemento más significativo y que se
repetirá en los diferentes ámbitos estructurales de la organización de los campos de concentración.
El filósofo analista Walter Benjamin, destaca en este sentido que “una causa eficiente se convierte
en violencia, en el sentido exacto de la palabra, sólo cuando incide sobre relaciones morales”¹ de
los individuos.

En cuanto a los campos de concentración dentro de la estructura organizativa de dicho proyecto,


cada uno de ellos cumplen una labor específica en cuanto a la consecución de las bases teóricas,
diseñadas por gobernantes, pensadores, investigadores, etc. Cómo materializarlo queda bien
reflejado en el discurso de Suchomel, un dirigente de las SS de Treblinka, tal y como aparece en la
pelicula de Shoah: El campo de Belzec ejerceria de laboratorio social, donde se llevaron a cabo los
experimentos cientificos; Trebinka, fue la cadena de muerte y Ausckwitz la fabrica. Su organización
y la labor asignada a cada uno de ellos era impecable.

El proyecto preparatorio diseñado para deshumanizar a los prisionerso, con el fin de que asumieran
sus nuevas categorias de subhombres, precisaba de un gran esfuerzo. Un macabro proyecto social,
basado en la supremacia ária, que calara en todo el cosmos social para que judios, gitanos,
contrarios al regimen, homosexuales o prostitutas fueran tratados como “impuros”, reafirmando asi
la categoria superior de los arios. Llama la atención, según señala Feliu, la existencia de estudios
especificos para determinar los efectos que este tipo de internamiento, el ejercicio del poder y una
violencia despiada puede provocar en la psique y la conducta de los reclusos. Por ejemplo, existen
investigaciones financiadas por la Universidad de California durante la II Guerra Mundial para
conocer los efectos conductuales y psicologicos que el hacinamiento produciría en ciudadanos de
origen japones hechos prisioneros. Entre los encargados de llevar a cabo dicho estudios, figuran
antropologos de renombre como Robert Redfield, entre otros.

Una de las primeras fases del proyecto de deshumanización, lo podemos encontrar en la llegada de
los prisioneros a las rampas de los campos de concentración. Siguiendo el esquema de los ritos de
paso, que en este caso consisten en el tránsito de ser humano a ser alienado y deshumanizado,
comienza el desarrollo y ejecucion de las directrices ideadas.

Ya el traslado de prisioneros ponía a estas personas a situaciones limites, hacinados en vagones de


ganado en condiciones extremas donde muchos de ellos perecian. Era la antesala de las tres etapas:
perdida de condición-adquisicion de nuevo estatus-reincorporacion.

1. La primera etapa corresponde a muerte social del individuo: perdida de referencias


temporales y espaciales, separación del entorno familiar, extrañeza, desorientacion, perdida del
sentido.
2. Segunda fase: Muerte del yo. Ceremonias de humillacion. Practicas como dejar a los
prisioneros de pie durante una noche, al desnudo, rasurar el pelo, eliminación de cualquier
referencia de su anterior vida. Su nombre es sustituido por un numero, diferenciados por simbolos
visibles. Resultado: desamparo, perdida del sentido humano del individuo.
3. Tercera fase: Reingreso con un nuevo estatus social, esta vez de prisionero. Nuevo papel
dentro de la jerarquia interna para la supervivencia. Practicas de anulacion de los semejantes, de
asesinato en serie, de robo (“organizar”) para sobrevivir, anulacion de la moralidad.

“Hemos llegado al fondo. Más bajo no puede llegarse: una condición humana más miserable no
existe, y no puede imaginarse. No tenemos nada nuestro: nos han quitado las ropas, los zapatos,
hasta los cabellos; si hablamos no nos escucharán, y si nos escuchasen no nos entenderían. Nos
quitarán hasta el nombre: y si queremos conservarlo deberemos encontrar en nosotros la fuerza de
obrar de tal manera que, detrás del nombre, algo nuestro, algo de lo que hemos sido,
permanezca”². Ésta frase, parte del testimonio de Primo Levi, superviviente del campo, nos acerca
el sentimiento de desesperanza que imperaba entre los prisioneros.

El paso de estas personas por el campo de concentración dejaría una huella imposible de borrar.
Ejemplo de ello son las dificultades, una vez liberados, para su reincorporación a la vida diaria, al
campo social que se expandia más allá de los campos de internamiento. Es más, cuando se les
otorgó el carácter de victima del genocidio, portaron el estigma y la vergüenza de haberse visto
imbuidos, como sujetos pasivos, en semejante barbarie. A veces como engranaje del sistema
perverso, con el fin de salvaguardar su propia vida. Es una de las experiencias más traumáticas no
solo para ellos, sino para el resto de la sociedad, que pretendia pasar de largo por una de las etapas
de la historia contemporánea más cruentas jamas conocida. Sin duda, la estrategia nazi de anulacion
y exterminio de la masa social iba por buen camino.

Muchos prisioneros habian ejercido de verdugos contra sus semejantes una vez que habian
adquirido cierto estatus dentro de la marcada jerarquia del campo. Este hecho es una de las
herramientas más interesantes que emplearon los nazis para la autodestruccion de la conciencia yo
grupal entre los prisioneros, siempre con el fin de salvaguardar lo más elemental: su propia vida.
Uno de los ejemplos mas ilustrativos es el hecho de que eran los propios prisioneros los encargados
de conducir a los recién llegados a las cámaras de gas, informándoles que eran unas duchas cuando
realmente les estaba indicando el camino a la muerte.

No me atreveria aquí a establecer paralelismos con los gobiernos indirectos nombrados tras las
épocas de colonizacion hispánicas en América, pero las semejanzas en cuanto a los resultados
obtenidos son evidentes. Delegar el gobierno e incluso el asesinato masivo a los iguales, en un
hecho sobrecogedor aunque de análisis interesante, tanto por el resultado obtenido para la
deshumanización de unos como para la fractura social de los lazos entre los prisioneros. De este
modo, a través de métodos de ingenieria social, se consigue desmembrar y crear desconfianza entre
los propios oprimidos. Este hecho aseguraria la permanencia en el poder a las elites nazis. “Divide e
impera”. Esa era la estrategia a seguir.Sin embargo, este es un tema de análisis que se escapa de
mis posibilidades y conocimientos, asi como del interés para el ensayo etnográfico que nos ocupa.

ECONOMÍA JERARQUICA

Enmarcado en el tercer rito de paso, el de la reincorporacion con estatus de subhombre, y para


asegurar el sistema de jerarquias cerradas dentro de los campos, se puso en marcha un sistema de
reparticion desigual de recursos y de distinciones o cargos. Ésa era la causa principal, los bienes y el
estatus, que propició que los que en la primera fase fuesen los oprimidos, pasaran a ser opresores.
Es más, rapidamente los prisioneros relacionaron la llegada de más detenidos con el incremento de
mercancias que podían ser utilizadas, “organizadas” en el mercado negro para poder sobrevivir o
mejorar sus condiciones dentro de la jerarquia. A mayor numero de muertos, más mercancias en
circulacion para poder “organizar”.

Volvemos a referenciar a W. Benjamin, para explicar la normalización del sistema de jerarquias


dentro del campo en función de la distribución de bienes y beneficios. “Incluso cuando el vencedor
se ha adueñado de una posesión ya inamovible, es necesaria e imprescindible aun una paz en el
sentido ceremonial. La palabra “paz”, en el sentido en que está relacionada con el término
“guerra” (…..). Esta sanción consiste precisamente en que las nuevas relaciones sean reconocidas
como nuevo “derecho”, independientemente del hecho de que de facto necesitan más o menos
ciertas garantías de subsistencia”³.

Dentro del sistema interno de los campos, compuesto por los elementos sociales ya descritos,
además de una estructura politica de ideologia nazi, un sistema economico particular y una masa
social fragmentada y deshumanizada, debemos destacar un elemento común a todos ellos que forma
parte fundamental para articular cada uno de los engranajes estructurales de dicho sistema: la
categorización racial en base a teorías científicas que sirvieron para establecer dicotomias fijas entre
superiores/inferiores, puros/impuros. Numerosos científicos, médicos y antropólogos del regimen
trabajaron árduamente para dar consistencia a sus estudios a través de ensayos craneométricos o de
índice de inteligencia para sostener sus tesis, como si tales diferencias fueran elementos naturales e
innatos. Pero el calado final de estas teorías no era más que el de separar, catalogar, segregar y
demostrar la existencia de “razas biológicas” diferenciadas , los puros de los impuros. Sin este
elemento justificador, del todo erroneo, el proyecto utopico de un imperio alemán ario no hubiera
podido madurar ante la imposibilidad de justificar semejante barbarie humana.

Aún a dia de hoy podemos encontrar estudios de esta índole, que usan datos científicos para
establecer caracteristicas biologicas concretas a ciudadanos en función de su procedencia o color.
Recientemente, ha caido por casualidad en mis manos un tomo que bajo el título Sociología de la
medicina, hace afirmaciones de este calado: “Los nortemericanos asiaticos han presentado
habitualmente altos niveles de salud, mientras que los negros han estado en clara desventaja. Los
hispanos y los indígenas tienen también desventajas en terminos de salud en relación a los
blancos”³. Estas afirmaciones corresponden a los primeros párrafos del tema de Raza de dicho
volúmen.

CONCLUSIÓN

El objetivo de escoger las teorias raciales como eje de diferenciación social no fue, en ultima
instancia, dividir la masa social en categorias delimitadas y diferenciadas. Se trata más bien de una
herramienta, una estrategia empleada por el Estado para alcanzar el proyecto nazi. Es más, dicha
teoría de diferenciación racial constituyó un elemento común y transversal a todos los componentes
estructurales del sistema utópico alemán (elementos sociales, politicos, economicos, entre otros),
que se comenzó a materializar dentro de los campos a través del exterminio y la segregación, pero
que ambiciaba con conquistar Europa .

Iría más allá al señalar que los elementos definitorios de este marco politico-social interno de los
campos de concentración, esta relación secuencial de elementos clasificatorios por cuestiones
raciales se repetía, una vez más, dentro de la organización de los propios prisioneros. En su
ordenamiento interno se repiten exactamente las mismas secuencia raza- jerarquia-poder.
Por ejemplo, los prisioneros alemanes siempre eran considerados superiores a los mischling (sangre
mezclada alemano-judia) y éstos, a su vez, serian superiores a los judios cuyos progenitores fueran
ambos judios. Para rizar mas el rizo, dentro de este último subgrupo, surge otra subdivision entre
los propios judios, tambien cuyo factor de diferenciación es racial o cultural, porque entre los
reclusos se sentian superiores los judios alemanes que los judios del este. Los gitanos, ocuparían el
último nivel de la jerarquía del campo.

Queda patente la mencionada secuencia categorica (raza-jerarquia-poder), en distintos ámbitos (en


función del idioma, el acceso a los recursos, las relaciones con los cargos, las afinidades políticas o
los delito cometido por los prisioneros, la nacionalidad, etc) , como eje deteminante de los distintos
niveles de poder otorgados a los prisioneros para ejercer la violencia y la opresión. Una secuencia
que se perpetúa allá hasta donde se quiera investigar.

1. Walter Benjamin. Para una crítica de la violencia. Buenos Aires. Leviatán 1995.p 13
2. Primo Levi. Si esto es un hombre. Barcelona, El Aleph Editores 2003.p26
3. Walter Benjamin. Para una critica de la violencia. Buenos Aires. Leviatán. 1995. p. 17
4. William C. Cockerham. Sociología de la medicina. Madrid, Prentice-Hall. 2002. p 54

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