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EL ORIGEN DE LA TENTACIÓN
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana; pero fiel es Dios, quien no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar, sino que
juntamente con la tentación dará la salida, para que la podáis resistir. 1 Corintios 10:12, 13
La tentación está en todas partes; no tenemos que andar buscándola, ella nos
encuentra. Somos tentados porque somos humanos. Sin embargo, la tentación
debidamente manejada nos puede acercar más a Dios. Hoy aprenderemos ¿De dónde
viene la tentación?
La biblia nos dice, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar”. 1 Pedro 5:8. Su intención es engañar, con el fin de tenernos
su control y bajo sus maquinaciones. El diablo se aprovecha de nuestras debilidades
para provocarnos a pecar contra Dios y alejarnos de Él. Por eso, Jesús nos advierte
a velar y orar para “no entrar en tentación” Mateo 26:41. El Diablo nos tienta de dos maneras:
¿Cómo podemos vencer al Diablo? “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad
vuestros corazones.” Santiago 4:5-8. (1) Ser humildes. 1 Corintios 10:12. “Así que, el que piensa estar
firme, mire que no caiga.” (2) Someternos a Cristo. 2 Corintios 10:5 “Destruimos argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se
someta a Cristo.” (NVI) (3) Resistir con la Palabra (cerrar las brechas por donde Satanás
entra) “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios…” 1 Pedro 1:13. “Estad, pues,
firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia…Sobre todo, tomad el
escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” Efesios 6:14,16. “…
resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el
mundo”. 1 Pedro 5:9.
Pero, ¿Qué más hay en el mundo? (1) Hay un espíritu (una actitud mundana)
que se mueve en el mundo. “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que
proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” 1 Corintios 2:12. (2) Hay afanes de
este mundo. “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el
engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” Mateo 13.22; Lucas 8:14. (3) Hay deseos
mundanos “enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente” Tito 2:12. (4) Hay, corrupción en el mundo “por medio de las cuales
nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” 2 Pedro 1:4 (5) El
mundo tiene su dios “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que
no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” 2 Corintios 4:4.
Recuerde, no somos del mundo, pero si somos luz para él, somos la esperanza de
muchas personas, nuestro testimonio es muy importante. Podemos vencer a este
enemigo tal como nuestro Señor Jesucristo lo hizo. “15 No ruego que los quites del mundo, sino
que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra
es verdad.” Juan 17:15-17. “4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” 1
Juan 5:4-5. “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en
personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes,
la cual es buena, agradable y perfecta.” Romanos 12:2. (NTV)
Una de las consecuencias de la caída del hombre en pecado es que este se volvió
carnal (o sea, un ser pecaminoso). “Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios
al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza,
conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.” Génesis 5:1,3. La Biblia llama de carne a la parte
pecaminosa del hombre, a la naturaleza humana contaminada con el pecado. Una
inclinación heredada para lo malo, lo sucio y lo prohibido. La naturaleza pecaminosa
no se erradica por medio del nuevo nacimiento, sino se nos facilita una nueva
naturaleza que lleva predominio sobre la naturaleza pecaminosa, si vivimos
sometidos al Espíritu Santo. La mujer o el hombre nacido de nuevo tienen dos
mentes, la de Cristo y la mente carnal. “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del
Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:17. Ambos
se encuentran en enemistad.
Las Obras de la carne, están divididas en cuatro partes. “Cuando ustedes siguen los deseos de
la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales,
idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, envidia,
borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera
que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.” Gálatas 5:19-21 (NTV)
¿Cómo vencemos a la Carne?: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,
que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del
nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:22-24. “Pero ahora dejad
también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis
los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual
conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera
que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo
perfecto. ” Colosenses 3:8-14.
Hay que ganar la mente carnal por medio de someterla al Espíritu Santo. “Por lo
tanto, amados hermanos, no están obligados a hacer lo que su naturaleza pecaminosa los incita a hacer; 13 pues, si
viven obedeciéndola, morirán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir las acciones de la naturaleza
pecaminosa,[e] vivirán. 14 Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.” Romanos 8:12-
14. (NTV).