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Al obtener este esclarecimiento, cayó por tierra la insistencia en el elemento
“traumático”; la práctica sexual infantil (sea espontánea o provocada) marca la dirección
q seguirá la vida sexual tras la madurez. Los síntomas histéricos ya no aparecían como
retoños directos de los recuerdos reprimidos de vivencias sexuales infantiles, sino q
entre los síntomas y las impresiones infantiles se intercalaban las fantasías (invenciones
de recuerdos) casi siempre producidas en los años de la pubertad. La fantasía cumple el
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papel de la defensa contra las propias prácticas sexuales del niño.
Los “traumas sexuales infantiles” fueron sustituidos en cierto sentido por el
“infantilismo de la sexualidad”.
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La disposición sexual constitucional del niño merece ser llamada “perversa polimorfa”
ya q posee diferentes formas de ganancia de placer.
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frente a las impresiones, sabíamos exteriorizar dolor y alegría de una manera humana,
mostrábamos amor, celos y otras pasiones. Y una vez adultos, nada de eso sabemos por
nosotros mismos. Esas impresiones q hemos olvidado dejaron las más profundas huellas
en nuestra vida anímica y son determinantes para nuestro desarrollo posterior.
Es una amnesia semejante a la que se observa en los neuróticos, dada por la represión.
Sin amnesia infantil, podríamos decir, no habría amnesia histérica.
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(2) Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil
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✓ Autoerotismo: esta práctica sexual es autoerótica, la pulsión no está dirigida a otra
persona, sino q se satisface en el cuerpo propio. La acción del niño se rige por la
búsqueda de un placer –ya vivenciado, y ahora recordado.
✓ Apuntalamiento: las primeras mociones de la sexualidad se apuntalan primero en
una de las funciones q sirven a la conservación de vida y solo más tarde se independizan
de ella. El pecho materno es el 1º objeto de la pulsión sexual. Luego, es resignado por el
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lactante en la actividad del chupeteo, y sustituido por una parte del cuerpo propio. Esto
le permite independizarse del mundo exterior en cuanto a la ganancia de placer, y
además le suma excitación a una segunda zona del cuerpo.
✓ “El chupeteo”: Consiste en un contacto de succión con la boca (los labios), repetido
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rítmicamente, q no tiene por fin la nutrición. La acción de mamar con fruición cautiva
por entero la atención y lleva al adormecimiento o a una reacción motriz similar al
orgasmo. Los labios del niño se comportan como una zona erógena.
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estas zonas erógenas son sin duda el comienzo de la posterior vida sexual “normal”. La
acción q elimina el estimulo y desencadena la satisfacción consiste en un contacto de
frotación con la mano o una presión. Hay 3 fases en la masturbación infantil: la 1º
corresponde al periodo de lactancia, la 2º al breve florecimiento de la práctica sexual
hacia el 4º año de vida, y la 3º responde al onanismo de la pubertad. Las primeras 2
caen bajo la amnesia infantil mientras q la única q suele tenerse en cuenta es la última.
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- PULSIONES PARCIALES: sus pulsiones parciales aspiran a conseguir placer cada una por
su cuenta. El punto de llegada lo constituye la vida sexual del adulto, placer al servicio
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de la reproducción, en q las pulsiones parciales se ponen bajo el primado genital.
El niño pequeño carece de vergüenza, y en ciertos años tempranos muestra una
inequívoca complacencia de desnudar su cuerpo poniendo particular énfasis en sus
genitales. La perversión de ver puede alcanzar gran importancia para la vida sexual del
niño.
Sobrevenida la represión de estas inclinaciones, la curiosidad de ver genitales de otras
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personas (de igual o distinto sexo) permanece como una presión martirizante, q en
muchos casos de neurosis presta después la más potente fuerza impulsora a la
formación de síntoma.
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equivale a la oposición genital masculino-castrado.
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Capítulo 3. Las metamorfosis de la pubertad
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(1) El hallazgo del objeto
Cuando la 1º satisfacción sexual estaba todavía conectada con la nutrición, la pulsión
sexual tenía un objeto fuera del cuerpo propio: el pecho materno. Después la pulsión
sexual pasa a ser autoerótica y solo luego de superado el periodo de latencia se
restablece la relación originaria. El hallazgo de objeto es propiamente un reencuentro.
A lo largo de todo el periodo de latencia, el niño aprende a amar a otras personas. El
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trato del niño con la persona q lo cuida es para él una fuente continua de excitación y de
satisfacción sexuales a partir de las zonas erógenas. Esa persona –por regla general, la
madre- dirige sobre el niño sentimientos q brotan de su vida sexual, lo acaricia, lo besa y
lo mece, y claramente lo toma como sustituto de un objeto sexual de pleno derecho.
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-LA BARRERA DEL INCESTO: lo más inmediato para el niño seria escoger como objetos
sexuales justamente a las personas a quienes desde su infancia ama, por así decir, con
una libido amortiguada.
El respeto de esta barrera es, sobre todo, una exigencia cultural de la sociedad.
La moción sexual del niño esta destinada hacia sus progenitores: la del varón hacia la
madre y la de la niña hacia su padre.
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Dora tenía en vista un fin q esperaba alcanzar mediante su enfermedad: hacer q el
padre se alejara de la señora K, con la q suponía mantenía una relación. Quizás
esperaba alcanzarlo espantando al padre o despertando su compasión. Seguramente
se habría sanado enseguida si el padre le hubiera declarado q sacrificaba a la señora K.
en bien de su salud.
Como las acusaciones contra el padre se repetían con fatigante monotonía, y al hacerlas
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ella tosía continuamente, tuve que pensar q ese síntoma podía tener un significado
referido al padre.
Cuando insistió otra vez en q la señora K. sólo amaba al papá porq era “un hombre de
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recursos”, se pudo observar q esa frase se ocultaba su contraria: q el padre era “un
hombre sin recursos”. Esto solo podía entenderse sexualmente: q el padre no tenía
recursos como hombre, era impotente. Esta frase caía en una contradicción cuando,
por un lado, insistía en q la relación con la señora K. era un vulgar asunto amoroso y,
por el otro, aseveraba q el padre era impotente. Su respuesta fue q ella bien sabía q
hay más de una manera de satisfacción sexual, es decir, se refería al uso de otros
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órganos q los genitales para el comercio sexual. Sin duda pensaba justamente en
aquellas partes del cuerpo q en ella se encontraban en estado de irritación (boca y
garganta). Con su tos espasmódica, q, como es común, respondía al estímulo de un
cosquilleo en su garganta, ella se representaba una situación de satisfacción sexual
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peros entre las 2 personas cuyo vínculo amoroso la ocupaba tan de continuo.
Un hecho proporcionaba en ella la precondición somática para la creación de una
fantasía q coincide con el obrar de los perversos ya q recordaba muy bien haber sido
“chupeteadota” en su infancia.
Se cree q la pulsión sexual falta en los niños y solo se instala en ellos en la pubertad, con
la maduración de los órganos genésicos. En realidad, el recién nacido trae consigo al
mundo una sexualidad, ciertas sensaciones sexuales acompañan su desarrollo desde la
lactancia hasta la niñez.
Se designa como período de autoerotismo a esta época de la vida en q, por la excitación
de diversas partes de la piel (zonas erógenas), es producido un cierto monto de placer
sexual. La pubertad no hace sino procurar el primado a los genitales entre todas las
otras zonas y fuentes de placer.
Largo tiempo antes de la pubertad el niño es un ser completo en el orden del amor,
exceptuada la aptitud para la reproducción; y es lícito entonces sostener q con aquellos
La ocupación mas preferida y mas intensa del niño es el juego. Todo niño q juega se
comporta como un poeta, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden q le agrada.
Toma muy en serio su juego, emplea en él grandes montos de afecto. Lo opuesto al
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juego no es la seriedad sino la realidad efectiva. El niño diferencia muy bien la realidad
de su mundo del juego y tiende a apuntalar sus objetos y situaciones imaginados en
cosas palpables y visibles del mundo real. Ese apuntalamiento es el q diferencia aún su
“jugar” del “fantasear”.
El adulto deja, pues, de jugar; aparentemente renuncia a la ganancia de placer q extraía
del juego. Pero se sabe q no hay cosa mas difícil para el hombre q la renuncia a un
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placer q conoció. En verdad, no podemos renunciar a nada; sólo permutamos una cosa
por otra; lo q parece ser una renuncia es en realidad una formación de sustituto o
subrogado. Así, el adulto en vez de jugar, ahora fantasea. Crea lo que se llama sueños
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diurnos (o fantasías).
El jugar del niño estaba dirigido por deseos, en verdad por un solo deseo: ser grande y
adulto. Diverso es el caso del adulto; por una parte, este sabe lo q de él esperan: q ya no
juegue ni fantasee; por la otra, entre los deseos productores de sus fantasías hay
muchos q se ve precisado a esconder; entonces se avergüenza por infantil y por no
permitido por lo q su fantasear es menos fácil de observar
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Deseos insatisfechos son las fuerzas pulsionales de las fantasías y cada fantasía singular
es un cumplimiento de deseo. Los deseos pulsionantes se dejan agrupar siguiendo dos
orientaciones rectoras: son deseos ambiciosos, q sirven a la exaltación de la
personalidad, o son deseos eróticos.
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La investigación sexual de los niños no se inicia por la diferencia de los sexos sino bajo
las pulsiones egoístas q los gobiernan cuando los afecta la llegada de un nuevo
hermanito. El retiro de asistencia por los padres tiene por efecto despertar la vida de
sentimientos del niño y agudizar su capacidad de pensar. El niño mayor exterioriza una
sincera hostilidad hacia los competidores.
Entonces bajo la incitación de esos sentimientos e inquietudes el niño pasa a ocuparse
del primer problema de la vida, y se pregunta “¿de dónde vienen los hijos?”.
El niño demandará una respuesta a sus padres pero ese camino fracasará. Recibe una
respuesta evasiva lo q alimenta la desconfianza hacia los adultos y adquieren la
vislumbre de algo prohibido. Así también han vivenciado la 1º ocasión de un “conflicto
psíquico”, pues opiniones por la q sienten una predilección pulsional, pero no son
“correctas”, entran en oposición con otras sustentadas por la autoridad de los grandes.
Desde este conflicto puede desenvolverse una “escisión psíquica”.
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La ignorancia de la vagina posibilita al niño convencerse también de la 2º de sus teorías
sexuales. Si el hijo crece en el vientre de la madre y es sacado de ahí, ello ocurrirá por la
única vía posible: la abertura del intestino. Es preciso q el hijo sea evacuado como un
excremento, es defecado.
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La 3º de las teorías sexuales típicas se ofrece a los niños cuando, por alguno de los
azares hogareños, son testigos del comercio sexual entre sus padres. Tienen una
concepción sádica del coito: lo ven como algo q el más fuerte le hace a la más débil con
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violencia.
Otra de las cuestiones de las q se ocupan los niños es en averiguar la esencia y el
contenido del “estar casado”. La concepción más frecuente es: orinar cada uno en
presencia del otro. Otras veces el sentido de estar casados se sitúa en lo siguiente:
mostrarse recíprocamente la cola (sin avergonzarse).
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Las mociones de deseo de la infancia reprimidas son las q prestan su poder para la
formación de síntoma. Estas mociones de deseo son sexuales.
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El niño tiene sus pulsiones y quehaceres sexuales desde el comienzo mismo, los trae
consigo al mundo y, desde ahí, a través de un desarrollo surge la llamada sexualidad
normal del adulto.
Con respecto a la elección el objeto, recae primero en todas las personas de su crianza
para luego ser relegada en sus progenitores. Se toma a uno o ambos miembros de la
pareja parental como objeto de sus deseos eróticos. El hijo varón desea reemplazar al
padre y la niña a la madre. Estos vínculos despiertan no sólo sentimientos tiernos, sino
también hostiles. Esto esta destinado a una pronta represión, pero sigue ejerciendo un
efecto intenso y duradero desde lo ICC. El deseo infantil al q se le opone la barrera del
incesto, con todas sus ramificaciones constituye el complejo nuclear de todas las
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neurosis.
La paciente informa q se ofendió muchísimo porq un joven con quien se topa con
regularidad, la última vez arrojó una mirada de desprecio a sus pies. Creía q ese joven
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era hijo del medico; por tanto, a consecuencia de la trasferencia, le representa a su
hermanos (mayor q ella).
Recuerdo q cuando era niña solía acompañar a su hermano al baño, donde lo miraba
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orinar. Presa de la envidia (del pene), un día trato de emparejársele haciendo lo mismo
pero se mojó los zapatos y se enojó mucho cuando su hermano se le burló, esta
experiencia, agrega, comandó su posterior conducta.
Estímulo Pulsión
✓ Proviene del exterior ✓ Proviene del interior del cuerpo
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un representante psíquico de los estímulos q provienen del interior del cuerpo, como
una medida de exigencia de trabajo q es impuesta a lo anímico a consecuencia de su
relación con lo corporal.
• Por esfuerzo de una pulsión se entiende su factor motor, la suma de fuerza o la
medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Toda pulsión es un fragmento de
actividad.
• La meta es en todos los casos la satisfacción q solo puede alcanzarse cancelando el
estado de estimulación en la fuente de la pulsión. Esta meta permanece invariable.
• El objeto es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta; no esta enlazado
originariamente con ella sino q se le coordina solo a consecuencia de su aptitud para
posibilitar la satisfacción. La pulsión “rodea” al objeto, no se satisface en él. Puede
ocurrir q el mismo objeto sirva simultáneamente a la satisfacción de varias pulsiones. Un
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desprenden. Una parte de ellas continúan asociadas toda la vida a las pulsiones yoicas, a
las cuales proveen de componentes libidinosos. Los diferentes destinos q experimentan
estas pulsiones a lo largo se su desarrollo pueden ser:
1) El trastorno hacia lo contrario: se resuelve en 2 procesos diversos: la vuelta de una
pulsión de la actividad a la pasividad, y el trastorno en cuanto al contenido. Ejemplos del
primer proceso brindan los pares de opuesto sadismo-masoquismo y placer de ver-
exhibición. El trastorno solo atañe a las metas de la pulsión.
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2) La vuelta hacia la persona propia: se nos hace mas comprensible si pensamos q el
masoquismo es sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio, y la exhibición lleva
incluido el mirarse el cuerpo propio. Lo esencial en este proceso es entonces el cambio
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de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta.
3) La represión
4) La sublimación
El yo se encuentra originariamente, al comienzo mismo de la vida anímica, investido por
pulsiones, y es en parte capaz de satisfacer sus pulsiones en sí mismo. Llamamos
narcisismo a ese estado, y autoerótica a la posibilidad de satisfacción.
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El mundo exterior en esa época no esta investido con interés y es indiferente para la
satisfacción. Por tanto, en ese tiempo el yo-sujeto coincide con lo placentero y el mundo
exterior, con lo indiferente.
En la medida en q es autoerótico, el yo no necesita del mundo exterior, pero recibe de él
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renunciaron a la unión de los genitales y en el acto sexual los sustituyen, con un
compañero, por otra parte del cuerpo (boca, ano, en lugar de la vagina). En ellos
advertimos q las funciones excretorias siguen siendo capaces de atraer sobre sí el pleno
interés sexual.
El otro grupo está constituido por los perversos q han establecido como meta de los
deseos sexuales lo q normalmente es solo una acción preliminar y preparatoria. Son los
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q anhelan mirar y palpar a otra persona, o contemplarla es sus funciones íntimas; o los q
desnudan partes de su cuerpo con la esperanza de ser recompensados con una acción
idéntica. Después siguen los enigmáticos sádicos, cuya aspiración tierna no conoce otra
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meta que infligir dolores y martirizar a su objeto. Los masoquistas, cuyo único placer es
soportar de su objeto amado toda clase de humillaciones y martirios.
Cada uno de estos grupos existe de dos maneras: unos q buscan su satisfacción sexual
en la realidad y otros q se contentan con imaginarse meramente esa satisfacción; a
estos no les hace falta ningún objeto real, sino q pueden sustituírselo por la fantasía.
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La neurosis histérica puede hacer sus síntomas en todos los sistemas de órgano. Estos se
comportan entonces como genitales sustitutivos; y justamente la sintomatología de la
histeria nos llevó a comprender q a los órganos del cuerpo ha de reconocérseles,
además de su papel funcional, una significación sexual –erógena-. Los órganos de la
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Todas las inclinaciones perversas radican en la infancia; los niños tienen toda la
disposición a ellas y la ponen en práctica en una medida q corresponde a su inmadurez.
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funciones importantes para la vida. Su principal interés está dirigido a la recepción de
alimento. Observamos q el lactante quiere repetir la acción de recepción de alimento sin
pedir q se le vuelva a dar éste, no está bajo la impulsión de hambre. Es decir, ejecuta
acciones cuyo único propósito es la ganancia de placer. Esta ganancia de placer esta
dada por la excitación de la zona de la boca y los labios q se comportan como una zona
erógena. El placer alcanzado por el chupeteo se designa como sexual.
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En cuanto a la investigación sexual de los niños podemos decir q empieza antes del 3º
año de vida. No arranca con la diferencia de los sexos sino q se dirige primero a saber de
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dónde vienen los bebés. La mayoría de las veces surge por unos temores egoístas frente
a la llegada de un nuevo niño. Primero supone q los niños nacen cuando se ha comido
algo en particular, y no sabe q solo las mujeres pueden tenerlo.
A una edad mas avanzada sospecha q el órgano masculino tiene una participación
esencial en la generación de los niños. Desde el principio los niños creen q el nacimiento
del hijo tiene q producirse por el intestino por lo que vendría al mundo como una
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porción de excremento.
acciones presionan hacia una meta y una pulsión parcial tiene la primacía. En cambio, la
sexualidad infantil carece de semejante centramiento y organización, sus diversas
pulsiones parciales tienen iguales derechos y cada una persigue por cuenta propia el
logro de placer. Ambos tipos de sexualidad, la perversa y la normal, han nacido de lo
infantil.
La sexualidad del niño se diferencia con la del adulto por la falta de una organización fija
bajo el primado de los genitales, por los rasgos perversos y también por la intensidad
mucho menor de la aspiración.
La conformación de la vida sexual del niño en la 1º época infantil, antes del periodo de
latencia, presenta una organización pregenital. Se sitúan en 1º plano las pulsiones
sádicas y anales. La oposición entre masculino y femenino no desempeña todavía papel
alguno, ocupa su lugar la oposición entre activo y pasivo. La pulsión de ver y de saber
despiertan con fuerza.
Por detrás de la fase sádico-anal hay una etapa de organización mas temprana en q la
zona de erógena de la boca desempeña el papel principal.
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En cuanto al vínculo de las pulsiones sexuales parciales con el objeto, podemos decir q
el 1º objeto de la pulsión sexual es el pecho materno, q satisface la necesidad de
nutrición del lactante. En el acto del chupeteo el objeto se abandona y se sustituye por
un lugar del cuerpo propio. Se vuelve autoerótico.
El resto del desarrollo tiene dos metas: en 1º lugar, abandonar el autoerotismo, en 2º
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lugar, unificar los diferentes objetos de las pulsiones singulares y sustituirlos por un
objeto único.
Llamamos a la madre el 1º objeto de amor. De amor hablamos, en efecto, cuando
traemos al 1º plano el aspecto anímico de las aspiraciones sexuales y empujamos al 2º
plano los requerimientos pulsionales de carácter corporal o “sexual” q están en la base.
A esta elección de la madre como objeto de amor se anuda todo lo q ha adquirido
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importancia en las neurosis bajo el nombre de “complejo de Edipo”.
No cabe duda q el complejo de Edipo es una de las fuentes mas importantes de la
conciencia de culpa q hace penar a los neuróticos. Se ve con facilidad q el varón quiere
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tener a la madre para él solo, siente como molesta la presencia del padre y a menudo
promete casarse con ella. Las cosas son semejantes en la niña hacia su padre. Esta 1º
elección del objeto es incestuosa.
En la época de la pubertad, cuando la pulsión sexual plantea sus exigencias por 1º vez
en toda su fuerza, los viejos objetos familiares e incestuosos son retomados e investidos
de nuevo libidinosamente. Esos procesos tienen q permanecer en buena parte alejados
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de la CC y la tarea del hijo consiste en separar de la madre sus deseos libidinosos a fin de
emplearlos en la elección de un objeto de amor ajeno y reconciliarse con el padre. En los
neuróticos, esto no sucede por lo q el hijo permanece toda la vida sometido a la
autoridad del padre y no esta en condiciones de transferir su libido a un objeto sexual
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direcciones y, en 3º lugar, la inclinación al conflicto, proveniente del desarrollo del yo, q
ha rechazado esas mociones libidinales.
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satisfacción sustitutiva.
La libido insatisfecha, rechazada por la realidad, se ve obligada a buscar otros caminos
para su satisfacción. Si, a pesar de que la libido está dispuesta a aceptar otro objeto en
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lugar del denegado, la realidad permanece inexorable, se verá finalmente precisada a
emprender el camino de la regresión y satisfacerse dentro de una de las organizaciones
u objetos ya superados. En este camino, la libido será cautivada por la fijación que ha
dejado tras sí en esos lugares de desarrollo.
Si esas regresiones no despiertan la contradicción del yo, tampoco sobrevendrá la
neurosis, y la libido alcanzará alguna satisfacción real aunq no una satisfacción normal.
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Entonces, todos los objetos y orientaciones de la libido resignados no lo han sido
todavía por completo. Son retenidos aun con cierta intensidad en las representaciones
de la fantasía. La libido no tiene mas q volver a las fantasías para hallar desde ellas el
camino a cada fijación reprimida. Estas fantasías gozan de cierta tolerancia y no llegan al
conflicto con el yo mientras se observe una determinada condición de naturaleza
cuantitativa, infringida ahora por el reflujo de la libido a las fantasías. El conflicto entre
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dos aspiraciones no estalla antes q se hayan alcanzado ciertas intensidades de
investidura.
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Constitución sexual
+ Vivenciar Infantil
(vivenciar prehistórico)
NEUROSIS
Experimentos adecuados han demostrado q los ciegos histéricos ven, en cierto sentido.
En efecto, las excitaciones del ojo ciego pueden tener ciertas consecuencias psíquicas,
por ejemplo, provocar efectos, si bien nunca devienen CC. Entonces, los ciegos
histéricos lo son solo para la CC; en lo ICC son videntes. En los enfermos predispuestos a
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del yo.
Los mismos órganos y sistemas de órganos están al servicio tanto de las pulsiones
sexuales como de las yoicas. Mientras más íntimo sea el vínculo en q un órgano dotado
de esa doble función entre con una de las grandes pulsiones, tanto más se rehusará a la
otra. Cuando las 2 funciones básicas están en discordia, desde el yo se mantiene una
represión contra la pulsión sexual parcial respectiva y produce consecuencias
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patológicas. El órgano se pone por entero a disposición de la pulsión sexual reprimida.
La pulsión reprimida, coartada de un ulterior despliegue psíquico, acrecienta su imperio
sobre el órgano q la sirve. La pérdida del imperio CC sobre el órgano es la formación
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sustitutiva de la represión fracasada.
Todo ser humano, por efecto de sus disposiciones innatas y de los influjos q recibe de su
infancia, adquiere una especificidad determinada para las condiciones de amor q
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establecerá y las pulsiones q satisfará, así como para las metas q habrá de fijarse. Esto
da por resultado un clisé, q se repite de manera regular. Solo un sector de esas
emociones ha recorrido el pleno desarrollo psíquico: ese sector está vuelto hacia la
realidad objetiva, disponible para la personalidad conciente. Otra parte de las mociones
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investigación. En este punto sobreviene la transferencia: algo del material del complejo
es apropiado para ser transferido sobre la persona del médico, esta transferencia da por
resultado la ocurrencia inmediata y se anuncia mediante una resistencia.
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Hay 2 tipos de transferencia: una “positiva” de sentimientos tiernos, y una “negativa” de
sentimientos hostiles. La positiva, a su vez, se descompone en la de sentimientos
amistosos (q son susceptibles de CC) y de sentimientos eróticos (ICC). La transferencia q
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resulta como resistencia dentro de la cura es la negativa, o una positiva de mociones
eróticas reprimidas.
La transferencia negativa se encuentra junto a la positiva dirigida de manera simultánea
sobre la misma persona, es decir, es ambivalente. Esta ambivalencia es lo q mejor nos
explica la aptitud de los neuróticos para poner sus transferencias al servicio de la
resistencia. Donde la capacidad de transferir se ha vuelto en lo esencial negativa, como
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Los resultados del PSA se basaron en una sugestión. Por sugestión se entiende al influjo
sobre un ser humano por medio de los fenómenos transferenciales posibles con él. La
sugestión se aprovecha para hacerle cumplir un trabajo psíquico q tiene por
consecuencia necesaria una mejoría de su situación psíquica.
Ejemplo: en la hipnosis una orden impartida deviene eficiente como acción, sin
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La vida anímica del histérico rebosa de esas ideas eficientes e ICC. De ellos provienen los
síntomas. Por tanto, un pensamiento latente o ICC no necesariamente es débil.
Ahora sabemos q hay ciertos pensamiento latentes q no penetran en la CC por intensos
q sean. Llamaremos entonces preconcientes a los pensamientos latentes del 1º grupo, e
ICC a los del 2º grupo.
Concepción dinámica: ICC no solo designa pensamientos latentes en general, sino, en
particular, pensamientos con un cierto carácter dinámico, aquellos q a pesar de su
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intensidad y su acción eficiente se mantienen alejados de la CC.
Hay un preconciente eficiente, q sin dificultad pasa a la CC y un ICC eficiente, q
permanece ICC y parece estar cortado de la CC. Al producto de lo ICC eficaz en modo
alguno le es imposible penetrar en la CC, para ello es necesario cierto gasto de esfuerzo
q venza la defensa q intenta repulsarlo de ésta; esta defensa se expresa como
resistencia al material ICC q quiere penetrar.
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-La teoría: lo ICC es una fase regular e inevitable en los procesos q fundan nuestra vida
psíquica; todo acto psíquico comienza como ICC, y puede permanecer tal o bien avanzar
desarrollándose hasta la CC. El distingo entre actividad PRCC e ICC solo se establece
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después q ha entrado en juego la “defensa”.
día los hnos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre (unidos llevaron a
cabo lo q individualmente les habría sido imposible). En el acto de la devoración
consumaban la identificación con él apropiándose de su fuerza.
Los hnos odiaban al padre ya q representaba un obstáculo para sus necesidades de
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para avasallar al padre, eran rivales entre sí respecto de ellas. Cada uno habría querido
tenerlas a todas para sí lo q les hubiese impedido vivir juntos, por lo q no les quedó otra
alternativa q erigir la prohibición del incesto con la cual renunciaban a las mujeres con
tal de salvar la organización q los había hecho fuertes. En tanto así, los hnos aseguran la
vida de unos a otros, ninguno de ellos puede ser tratado por otro como todos en común
trataron al padre. A la prohibición, religiosa, de matar al tótem se agrega la prohibición,
social, de matar al hno.
La sociedad descansa en la culpa compartida por el crimen consumado en común; la
religión en la conciencia de culpa y el arrepentimiento.
Así se crearon los tabúes fundamentales del totemismo q coinciden con los 2 deseos
reprimidos del complejo de Edipo: Muerte e Incesto.
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esos objetos.
Esquizofrenia: delirio de grandeza, retiro de la libido de las personas y cosas del mundo
exterior, pero sin sustituirlas por otras en la fantasía. La libido es conducida al yo, de ahí
surge el narcisismo.
El delirio de grandeza es la amplificación de un estado ya existente, por lo q decimos q el
narcisismo nace por replegamiento de investiduras de objeto, como narcisismo
secundario.
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Existe una oposición entre la libido yoica y la libido de objeto. Cuanto mas gasta una,
mas se empobrece la otra. El enamoramiento es la fase superior de desarrollo q alcanza
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la segunda; es una resignación de la personalidad propia a favor de la investidura de
objeto. En definitiva, concluimos q al comienzo están juntas en el estado de narcisismo y
son indiscernibles para nuestro análisis, y solo con la investidura de objeto se vuelve
posible diferenciar una energía sexual, libido, de una energía de las pulsiones yoicas.
Amebas pueden emitir seudópodos y luego recogerlos formando de nuevo un glóbulo.
Los seudópodos serían el envío de la libido a los objetos, mientras la masa principal de la
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libido puede permanecer en el interior del yo. En condiciones normales, la libido yoica
se traspone sin impedimentos en libido de objeto y puede volver al yo.
el individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene q ser desarrollado. Las pulsiones
autoeróticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo tiene q agregarse al
autoerotismo, una nueva acción psíquica, para q el narcisismo se constituya.
La separación entre libido yoica y libido de objeto es la ineludible prolongación de la
división entre pulsiones sexuales y pulsiones yoicas.
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según el de su persona propia.
Todo ser humano tiene abiertos frente sí a ambos caminos para la elección de objeto,
pudiendo preferir uno u otro. Tiene 2 objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer q
lo crió, y presuponemos entonces en todo ser humano el narcisismo primario q puede
expresarse de manera dominante en la elección de objeto.
III. El narcisismo originario está expuesto al peligro del complejo de castración (angustia
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por el pene en el varón, envidia del pene en la niña).
Sabemos q mociones pulsionales libidinosas sucumben al destino de la represión
patógena cuando entran en conflicto con las representaciones culturales y éticas del
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individuo, la represión parte del yo. Las mismas impresiones y vivencias q un hombre
tolera, son desaprobadas por otro. Podemos decir q uno ha erigido en el interior de sí
un ideal por el cual mide su yo actual, mientras q en el otro falta ese ideal. La formación
de ideal sería, de parte del yo, la condición de represión. Lo q él proyecta frente a si
como su ideal es el sustituto del narcisismo perdido de su infancia, en la él fue su propio
ideal.
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La incitación para formar el ideal del yo partió de la influencia crítica de los padres, a la q
en el curso del tiempo se sumaron los educadores y todas las otras personas del medio.
El desarrollo del yo consiste en un distanciamiento respecto del narcisismo primario y
engendra una intensa aspiración a recobrarlo. Este distanciamiento acontece por medio
del desplazamiento de la libido a un ideal del yo impuesto desde afuera; la satisfacción
se obtiene mediante el cumplimiento de este ideal.
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como satisfacción sustitutiva. Entonces se ama, siguiendo el tipo de la elección narcisista
de objeto, lo q uno fue y ha perdido, o lo q posee los meritos q uno no tiene. Se ama lo q
posee el merito q falta al yo para alcanzar el ideal.
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De las situaciones q la transferencia produce mencionaremos aquella en la q una
paciente mujer se enamora del medico q la analiza.
A 1º vista no parece q el enamoramiento en la transferencia pudiera ser favorable para
DD
la cura. La paciente pierde de pronto todo interés por el tratamiento, no quiere hablar
ni oír mas q de su amor, ha resignado sus síntomas o los desprecia y hasta se declara
sana.
Todo cuanto estorbe proseguir la cura puede q se deba a la exteriorización de una
resistencia. Dicha mudanza sobreviene con regularidad en un punto temporal en q fue
preciso recordar un fragmento muy penoso y fuertemente reprimido de su biografía.
LA
Vale decir, el enamoramiento existía desde mucho antes, pero ahora la resistencia
empieza a servirse de él para inhibir la prosecución de la cura, apartar del trabajo todo
interés y exagera sus exteriorizaciones. Esto es lo esencial del proceso.
El enamoramiento se diferencia del amor normal por: 1) es provocado por la situación
FI
Si el analista cede ante la necesidad de amor del paciente, este último habría
conseguido aquello a lo cual aspiran todos los enfermos en análisis: actuar, repetir en la
vida aquello q sólo deben recordar, reproducir como material psíquico. El analista debe
dejar subsistir en el enfermo la necesidad y añoranza como unas fuerzas pulsionantes
del trabajo, y guardarse de aplacarlas mediante subrogados; debe guardarse de desviar
la transferencia amorosa (de ahuyentarla) y con igual firmeza de corresponderle.
Retiene la transferencia de amor, pero la trata como algo no real, como una situación
por la q se atraviesa en la cura. Debe tener en cuenta su meta: q esta mujer, estorbada
en su capacidad de amar por unas fijaciones infantiles, alcance la libre disposición sobre
esa función.
Si su amor fuera correspondido, sería un gran triunfo para la paciente y una derrota
para la cura ya q la relación de amor pone a término a la posibilidad de influir mediante
el tratamiento.
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consiste en rechazar algo de la CC y mantenerlo alejado de ella.
Podemos suponer una primera fase de la represión, la represión primordial, q consiste
en q al representante psíquico de la pulsión se le deniega el acceso a la CC. Así se
establece una fijación; a partir de ese momento el repre. psíquico en cuestión persiste
inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.
La segunda fase de la represión, la represión propiamente dicha, recae sobre retoños
.C
psíquicos del repre. psíquico reprimido o sobre unos itinerarios de pensamiento q han
entrado en un vínculo asociativo con él. La represión propiamente dicha es entonces un
“esfuerzo a dar caza”.
DD
La tendencia a la represión no alcanzaría su propósito si las fuerzas de atracción desde el
ICC, y repulsión desde lo CC no cooperasen, si no existiese algo reprimido desde antes,
presto a recoger lo repelido de lo CC.
La tercera fase de la represión, el retorno de lo reprimido, es una formación de
compromiso entre la sexualidad y el yo; se forma el síntoma.
Los síntomas neuróticos son retoños de lo reprimido, q a través de ellos han terminado
LA
Es decir, lo reprimido ejerce una presión continua en dirección a lo CC, a raíz de lo cual
el equilibrio tiene q mantenerse por medio de una contrapresión incesante. El
mantenimiento de una represión supone, por tanto, un derroche continuo de fuerza, y
en términos económicos su cancelación implicaría un ahorro.
El factor cuantitativo del repre. psíquico (el monto de afecto) tiene 3 destinos posibles:
la pulsión es sofocada por completo de suerte q nada se descubre de ella, o sale a la luz
como un afecto coloreado cualitativamente de algún modo, o se muda en angustia.
Si una represión no consigue impedir q nazcan sensaciones de displacer o de angustia,
ello nos autoriza a decir q ha fracasado.
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pulsión nunca puede pasar a ser objeto de la CC; solo puede serlo la representación q es
su representante.
Llamamos ICC a la moción afectiva originaria, aunq su afecto nunca lo fue porq solo su
representación fue reprimida. Las representaciones son investiduras –en el fondo, de
huellas mnémicas-, mientras q los afectos y sentimientos corresponden a procesos de
descarga cuyas exteriorizaciones se perciben como sensaciones. Mientras el sistema CC
.C
gobierna la afectividad y la motilidad, llamamos normal al estado psíquico del individuo.
Dentro de la vida normal puede discernirse una pugna permanente de los sistemas CC e
ICC, en torno al primado sobre la afectividad.
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Es posible q el desprendimiento de afecto parta directamente del sistema ICC, en cuyo
caso tiene siempre el carácter de la angustia, por la cual son mudados los afectos
“reprimidos”.
El paso desde el sistema ICC a uno contiguo no acontece mediante una nueva
transcripción sino mediante un cambio de estado, una mudanza en la investidura.
El mecanismo de sustracción de investidura no funciona en la represión primordial ya q
en ese caso la representación ICC aun no ha recibido investidura alguna del PRCC y, por
tanto, no puede serle sustraída.
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modifican por el transcurso de éste.
✓ No existe miramiento por la realidad, los procesos ICC se manejan con el principio
del placer. Su destino depende de la fuerza q posean y de q cumplan los requisitos de
la regulación placer-displacer.
✓ Los procesos ICC son insusceptibles de existencia. Solo son observables bajo las
condiciones del soñar y del análisis, momento en q los procesos PRCC son llevados
.C
hacia atrás, a un estadio anterior, por obra de la regresión.
sigue, a todo progreso hacia una etapa mas alta de organización psíquica.
Retoños del ICC devienen CC como formaciones sustitutivas y como síntomas, por lo
regular tras grandes desfiguraciones. Lo ICC es rechazado por la censura en la frontera
de lo PRCC; sus retoños pueden sortear esa censura, organizarse en un nivel alto, crecer
FI
dentro del PRCC hasta una cierta intensidad de investidura, pero después, cuando la han
rebasado y quieren imponerse a la CC, pueden ser individualizados como retoños del ICC
y reprimidos otra vez en la nueva frontera de censura entre el PRCC y CC. Así, la 1º
censura funciona contra el ICC mismo y la 2º contra los retoños PRCC de él.
VII: El discernimiento de lo ICC
En estudios sobre la esquizofrenia se observó una serie de alteraciones del lenguaje. Las
frases sufren una desorganización sintáctica q las vuelve incomprensibles.
Las palabras son sometidas a los procesos psíquicos primarios (condensación y
desplazamiento).
La investidura de las representaciones-palabra de los objetos se mantiene. La
representación-objeto CC se descompone en representación-palabra (significante) y en
la representación-cosa (significado), q consiste en la investidura de las huellas mnémicas
derivadas de las imágenes mnémicas de las cosas.
La diferencia entre una representación ICC y una CC es q ellas no son diversas
transcripciones del mismo contenido en lugares psíquicos diferentes (1º hipótesis:
tópica), ni diversos estados funcionales de investidura en el mismo lugar (2º hipótesis:
dinámica), sino q la representación CC abarca la representación-cosa mas la
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brinda la posibilidad de ello, por tanto, no caracteriza a otro sistema sino al del PRCC.
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resistencias q se recortan en el enfermo y hacérselas CC; dominadas ellas, el paciente
narra con toda facilidad las situaciones y los nexos olvidados.
El olvido de impresiones, escenas, vivencias, se produce por un “bloqueo”; el “olvido”
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experimenta otra restricción al apreciarse los recuerdos encubridores. En estos, se
conserva todo lo esencial de la vida infantil. Para un tipo particular de vivencias
sobrevenidas en la infancia y q han hallado inteligencia e interpretación con efecto
retardado, la mayoría de las veces es imposible despertar un recuerdo. Se toma noticias
de ellas a través de los sueños.
El otro grupo de procesos psíquicos es aquel en el q se “recuerda” algo q nunca pudo ser
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se origina a partir de la separacion con la madre.
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frente a la percepción de un peligro exterior, es decir, de un daño esperado, previsto; va
unida al reflejo de la huída, y es lícito ver en ella una manifestación de la pulsion de
autoconservación (yoica). Si esta angustia alcanza una fuerza desmedida, resulta
DD
inadecuada ya q paraliza toda accion, aun la de huida.
En la angustia neurotica hallamos, en 1º lugar, un estado general de angustia
libremente flotante. Esta dispuesta a prenderse del contenido de cualquier
representación pasajer. Llamamos a este estado “expectativa angustiada”. Un grado
llamativo de angustia expectante corresponde a una “neurosis de angustia”.
Una 2º forma de la angustia está mas bien psíquicamente ligada y anudad a ciertos
LA
antipatías comunes a todos los seres humanos. Perdemos totalmente de vista el nexo
entre la angustia y la amenaza de un peligro. (Ej: fobia a un gato).
Las 2 formas de angustia (realista y la unida a fobias) son independientes entre si,
ninguna es superior a otra y en excepciones se presentan juntas.
Sostenemos q si hay angustia, debe haber algo frente a lo cual uno se angustie.
Indicaciones para comprender la angustia neurotica:
• La angustia expectante mantiene estrecha dependencia con determinados
procesos de la vida sexual; es decir, con ciertas aplicaciones de la libido. El caso mas
simple se presenta en aquellas personas en q unas violentas excitaciones sexuales no
experimentan descarga suficiente, no son llevadas a una consumación satisfactoria. Es
estos casos, la excitación libidinosa desaparece y es su lugar emerge la angustia.
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se intenta impedir q ejecuten su accion obsesiva, la angustia los fuerza a obedecer a la
compulsión. Esta angustia estaba encubierta por la accion obsesiva, por tanto, una
formación de sintoma sustituye a la angustia q, de lo contrario sobrevendria
necesariamente.
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Como sabemos, en la angustia realista, el desarrollo de angustia es la reaccion de yo
frente al peligro y la señal para q se inicie la huida; en el caso de la angustia neurotica, el
yo emprende un identico intento de huida frente al reclamo de su libido y trata este
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peligro interno como si fuera externo. Asi como el intento de huida frente al peligro
exterior es relevado por la actitud de hacerle frente y adoptar las medidas adecuadas
para la defensa, yambien el desarrollo de la angustia neurotica cede paso a la formación
de sintoma, q produce una ligazon de la angustia.
En los niños es muy comun el estado de angustia, y parece muy difícil discernir si se
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angustia realista.
Resumiendo: la angustia infantil tiene mut poco q ver con la angustia realista y, en
cambio, se emparienta de cerca con la angustia neurotica de los adultos. Como esta, se
genera a partir de una libido no aplicada y sustituye al objeto de amor, q se echa de
menos, por un objeto externo o una situación.
Lo mismo q en la angustia infantil ocurre con las fobias; en ellas una libido q permanece
inaplicable se trasmuda en una aparente angustia realista y, de este modo, un
minusculo peligro se erige como subrogación de los reclamos libidinales. Toda fobia
histerica se remonta a una angustia infantil y la continúa. La diferencia entre ambas
afecciones reside en el mecanismo. En el adulto, para la mudanza de la libido en
angustia no basta q aquella se haya vuelto inaplicable sino q tuvo q haber
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Separación entre las pulsiones yoicas y las sexuales: la represión nos mostró q ambas
pueden entrar en oposición recíproca, y entonces las pulsiones sexuales son
formalmente sometidas y obligadas a procurarse satisfacción por rodeos regresivos.
Además, las 2 mantienen diversa relación con el apremio, de manera q no recorren el
mismo camino de desarrollo ni entran en idéntico vínculo con el principio de realidad.
.C
No hay motivos para aseverar una diferencia fundamental entre ambos grupos de
pulsiones. Ambas se presentan como unas designaciones de fuentes energéticas del
individuo.
DD
A las investiduras energéticas q el yo dirigía a los objetos de sus aspiraciones sexuales
las llamamos “libido”; a todas las otras, q son enviadas por las pulsiones de
autoconservación, las llamamos “interés”.
La libido, q hallamos adherida a los objetos, y q es expresión del afán de ganar una
satisfacción por su intermedio, puede también abandonarlos y ocupar al yo. Esta
colocación de la libido es lo q llamamos “narcisismo”. En el desarrollo de la libido de
LA
El distingo entre libido e interés nos fue impuesto por la intelección del conflicto del cual
nacen las neurosis de transferencia. El supuesto de q la libido de objeto puede
trasponerse en libido yoica se nos presentó como el único q puede solucionar el enigma
de las llamadas neurosis narcisistas.
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nada podemos cambiar, es algo dado q pone limites al empeño del psicoanalista.
Después la influencia de las vivencias infantiles tempranas, q se suelen poner en 1º
plano en el análisis; pertenecen al pasado, no se puede hacer q no ocurrieran.
Si la restricción moral exigida por la sociedad participa en las privación impuestas al
enfermo, sin duda alguna el tratamiento puede procurarle satisfacción y
restablecimiento por renuncia al cumplimiento de un ideal de la sociedad. Entonces,
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uno se curaría si “gozara de la vida” sexualmente. Pero esto no es así en la terapia
analítica. El conflicto patógeno de los neuróticos no puede confundirse con una lucha
normal entre mociones del alma situadas en un mismo terreno psicológico. Es una
DD
disputa entre poderes de los cuales uno alcanzó el estadio de lo PRCC y CC, mientras q el
otro fue contenido en lo ICC. Por eso no puede lograrse un acuerdo.
Aquello de lo cual nos valemos no puede ser sino la sustitución de lo ICC por lo CC, la
traducción de lo ICC a lo CC. Al hacer q lo ICC prosiga hasta lo CC, cancelamos las
represiones, eliminamos las condiciones para la formación del síntoma y mudamos el
LA
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Hemos dicho q en las histerias, las neurosis de angustia y las neurosis obsesivas
(llamadas neurosis de transferencia) el éxito nos da en principio la razón. Pero existen
otras formas de enfermedad en las q, no obstante ser idénticas las condiciones, nuestro
procedimiento nunca alcanza el éxito. Estos pacientes, los paranoicos, los melancólicos,
permanecen totalmente ilesos e inmunes a la terapia psicoanalítica. Éstos adolecen de
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neurosis narcisistas por lo q no tienen ninguna capacidad de transferencia. Rechazan al
medico, no con hostilidad, sino con indiferencia. Por eso este no puede influirlos y
entonces no puede establecerse en ellos el mecanismo de curación q implantamos en
otros. En estos enfermos la investidura de objeto fue resignada, trasponiéndose la libido
en objeto en libido yoica.
Si seguimos ocupándonos de los histéricos y neuróticos obsesivos, pronto notamos q el
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paciente, al q no le interesaría sino encontrar una salida para sus conflictos patógenos,
desarrolla un interés particular hacia la persona del medico. Todo lo q tiene q ver con
esta persona le parece mucho mas importante q sus propios asuntos, y lo distrae de su
DD
condición de enfermo. Por eso el trato con el paciente resulta durante un tiempo muy
agradable. Por otro lado, en esas condiciones el análisis hace brillantes progresos. Al
buen entendimiento durante el trabajo analítico corresponde también una mejoría
objetiva del estado patológico.
Esta situación no dura mucho, un buen día se estropea. Aparecen dificultades en el
tratamiento; el paciente asevera q nada mas se le ocurre. Ya no se interesa en el
LA
trabajo; es evidente q le preocupa algo, pero quiere reservárselo. Se está frente a una
violenta resistencia. El analista reconocerá como la causa de su perturbación el hecho
de q el paciente ha transferido sobre el medico intensos sentimientos de ternura
expresados como un enamoramiento normal.
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Llamamos transferencia a este nuevo hecho. Conjeturamos q toda esa atracción estaba
ya preparada en la enferma y con oportunidad del tratamiento analítico transfirió sobre
la persona del medico. La transferencia puede presentarse como un reclamo de amor o
en formas mas atenuadas. En los pacientes masculinos se observa más a menudo la
transferencia hostil o negativa.
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VII- La identificación
El psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de un
enlace afectivo con otra persona. Desempeña un papel en la prehistoria del complejo de
Edipo. El varón manifiesta un particular interés hacia su padre, toma al padre como su
ideal. Simultáneamente, comienza una completa investidura de objeto de la madre.
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Muestra entonces 2 lazos psicológicamente diversos: con la madre, una directa
investidura sexual de objeto; con el padre, una identificación q lo toma por modelo. La
unificación de la vida anímica avanza sin cesar, y a consecuencia de ella ambos lazos
confluyen, gracias a esto nace el complejo de Edipo normal. El pequeño nota q el padre
le significa un estorbo junto a la madre; su identificación con él cobra entonces una
tonalidad hostil, y pasa a ser idéntica al deseo de sustituir al padre; la identificación es
.C
ambivalente. Se comporta como un retoño de la primera fase, oral, de la organización
libidinal, en la q el objeto anhelado y apreciado se incorpora por devoración.
Puede ocurrir después q el complejo de Edipo experimente una inversión, q se tome por
DD
objeto al padre en una actitud femenina. La identificación con el padre se convierte en
la precursora de la unión de objeto q recae sobre él.
En el 1º caso el padre es lo q uno querría ser, en el 2º, lo q uno querría tener. La
diferencia depende, entonces, de q la unión recaiga en el sujeto o en el objeto del yo. La
identificación aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomada como
“modelo”.
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identificación puede ser la misma q la del complejo de Edipo, q implica una voluntad
hostil de sustituir a la madre, y el síntoma expresa el amor de objeto por el padre;
realiza la sustitución de la madre bajo el influjo de la conciencia de culpa. El yo copia a la
persona no amada.
2) O bien, el síntoma puede ser el mismo q el de la persona amada. La identificación
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como su madre lo hizo con él.
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La melancolía nos muestra al yo dividido en 2 fragmentos, una instancia q se separa del
resto del yo y puede entrar en conflicto con él. La llamaremos “ideal del yo” y le
atribuimos las funciones de la observación de sí, la conciencia moral, la censura onírica y
DD
el ejercicio de la principal influencia en la represión. Poco a poco toma del medio las
exigencias q este plantea al yo y a las q el yo no siempre puede igualarse, de manera q el
ser humano, toda vez q no pueda contentarse consigo en su yo, puede hallar su
satisfacción en el ideal del yo.
objeto e identificación. Las investiduras de objeto parten del ello, el yo recibe noticia de
ellas y busca satisfacerlas o defenderse mediante la represión. Si un objeto sexual es
resignado, no es raro q a cambio sobrevenga la alteración del yo. El carácter del yo es
una sedimentación de las investiduras de objeto resignadas.
Esta transposición de una elección erótica de objeto en una alteración del yo es,
además, un camino q permite al yo dominar al ello y profundizar sus vínculos con el ello,
aunq a costa de una gran docilidad hacia sus vivencias. Cuando el yo cobra rasgos del
objeto, se impone al ello como objeto de amor, busca repararle su perdida. Transpone
libido de objeto en libido narcisista, resignando las metas sexuales y sublimando las
mociones pulsionales
Los efectos de las primeras identificaciones (producidas en la edad más temprana) serán
universales y duraderos. Esto nos reconduce a la génesis del ideal del yo, tras este se
esconde la identificación primera del individuo: la identificación con el padre. Ésta es
una identificación directa e inmediata y más temprana q cualquier investidura de
objeto.
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o un refuerzo de la identificación-padre.
En la niña más q en el varón las identificaciones introducen en el yo al objeto resignado:
cuando renuncia al padre retoma y destaca su masculinidad y se identifica con el padre
q es el objeto perdido. Depende de q sus disposiciones masculinas posean intensidad
suficiente. Por lo tanto el desenlace de la situación Edípica depende de la intensidad de
las disposiciones sexuales.
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El otro modo del complejo de Edipo es mas completo, es uno duplicado, positivo y
negativo. El varón se comporta también como una niña: muestra la actitud femenina
tierna hacia el padre, y la correspondiente actitud celosa y hostil hacia la madre.
DD
El complejo de Edipo culmina cuando las 4 aspiraciones se desdoblan de tal manera q de
ellas surge una identificación-padre y madre; la identificación-padre retendrá el objeto-
madre del complejo positivo y, simultáneamente, el objeto-padre del complejo
invertido. Estas identificaciones (q son alteraciones del yo) se enfrentan al superyó. Su
vínculo con el yo no es sólo una advertencia (ser como el padre) sino es también una
prohibición (no puede ser como el padre = debe resignar a su madre como objeto de
LA
El superyó conservará el carácter del padre, y cuanto mas intenso fue el complejo de
Edipo y mas rápido se produjo su represión, tanto mas riguroso devendrá después como
sentimiento ICC de culpa, sobre el yo.
Génesis el superyó: es el resultado de 2 factores biológicos importantes: el
desvalimiento y la dependencia del ser humano durante su infancia, y el hecho de su
complejo de Edipo.
El ideal del yo es, por lo tanto, la herencia del complejo de Edipo y, así, expresión de las
más potentes mociones y los más importantes destinos libidinales del ello. Mediante su
institución, el yo se apodera del complejo de Edipo y simultáneamente se somete al ello.
Mientras q el yo es esencialmente representante del mundo exterior, de la realidad, el
superyó se le enfrenta como abogado del mundo interior, el ello. La tensión entre las
exigencias de la conciencia moral y las operaciones del Yo es sentida como sentimiento
de culpa.
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