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Cuban studies are described on the emotional states related with the stress process, giving place to the distinction of
depression like a state and personal depression, and to the creation in 1989 of the “Inventario de Depresión Rasgo-
Estado” (IDERE): that was ready for introduction in institutions of the Cuban Health System, years before it was created
and achieved the construct validity of the “Depresión State-Trait Questionnaire” (ST-DEP) (Ritterband and Spielberger,
1996, 1999). Later, a Spanish version of the ST-DEP was validated by Spielberger and collaborators (2002).
Besides the theoretical bases of the IDERE and the steps that were carried out for the construction of this measure in 3
versions (short, long and it intermediates), the validation processes of the IDERE are described. Finally, some reflections
about its limitations and the necessity of its later development, its clinical utility (as much in Cuban institutions as of other
countries) and the proposal of carrying out cross-cultural investigations are discussed, especially in relation to its equivalence
with the ST-DEP.
Key words: Emotional States - Stress - Depression Trait - Depression State
más difundidos (como el modelo psicoanalítico de la que muchos de los problemas psicosomáticos característi-
retroflexión de la hostilidad, los modelos cognitivo- cos de la depresión se encuentran en la mayoría de los pro-
conductuales de Beck, Seligman, Lewinshon, etc.) han blemas de ansiedad y de otros desórdenes psicológicos, e
realizado aportes interesantes para la comprensión de incluso, se confunden con manifestaciones secundarias
algunos trastornos depresivos, pero no esclarecen definiti- sintomáticas de trastornos orgánicos, especialmente en las
vamente la relación que existe entre la fenomenología de enfermedades crónicas (Spielberger et al, 2002a, 2002b).
los estados depresivos y los procesos que conducen a su Entre los años 70 y 90 se desarrollaron en Cuba nume-
génesis y desarrollo. En estos modelos se tienden a con- rosos estudios dirigidos a la caracterización de las diversas
fundir los factores personales predisponentes con síntomas formas de expresión de la ansiedad y la depresión. Partien-
propios de la depresión, sin que queden delimitadas las fron- do de la distinción de ansiedad rasgo-estado inicialmente
teras que pudieran diferenciar a una persona que está de- esbozada por Cattell y colaboradores (Cattell, 1961, 1963,
primida de una persona con propensión a deprimirse. 1966) y desarrollada posteriormente por Ch. Spielberger y
La tendencia a experimentar frecuentes e intensos esta- otros autores (Spielberger, 1966, 1972, 1976, 1977, 1979,
dos depresivos, como un rasgo aislado o como un determi- 1983, 1989, 1996; Gaudry, Spielberger & Vagg, 1975; Janin,
nado tipo de estructuración de la personalidad, aparece ya 1978) y de los modelos transaccionales de estrés propues-
en el pensamiento de Kraepelin (1969) con su concepción tos por Lazarus (1984, 1991), los investigadores cubanos
de la locura maníaco-depresiva y su personalidad de base, asumieron que podrían existir diversas formas de expre-
en las ideas de Bleuler (1947) cuando creó la categoría ge- sión de la ansiedad y la depresión: como estados emocio-
neral de trastornos afectivos, en Freud (1971) cuando in- nales reactivos y como predisposiciones relativamente es-
tentaba explicar la etiología de la depresión de acuerdo al tables de la personalidad, las cuales se manifestarían de
modelo psicodinámico; se encuentra implícita en los es- manera diferente en función de las formas particulares de
quemas cognitivos de Beck y sus colaboradores (1979, valoración de las situaciones estresantes y de los recursos
1982, 1987) y en la teoría de la desesperanza aprendida del individuo para enfrentar estas situaciones.
(Seligman, 1981); así como en las investigaciones sobre el La Facultad de Psicología de la Universidad Central de
papel de la herencia en la depresión (Rainer, 1982). La las Villas (Santa Clara, Cuba), la Facultad de Psicología de
clínica psiquiátrica también identifica trastornos de perso- la Universidad de la Habana y el Servicio de Psicología del
nalidad relacionados con la depresión, como la personali- Hospital “Hermanos Amejeiras” (en La Habana) fueron
dad ciclotímica, la personalidad histriónica y la personali- sede, en esa época, de una serie de investigaciones sobre el
dad obsesivo-compulsiva (Nemiah, 1982). proceso de estrés, que permitieron distinguir diversas for-
De esta manera, dentro del caos que representan los mas de expresión de estados de tensión, ansiedad y depre-
diferentes significados y usos del término se puede ir deli- sión (tensión operacional, tensión emocional, ansiedad
mitando como una dirección de estudio la diferenciación situacional y ansiedad patológica, depresión reactiva o
conceptual y empírica de la depresión que, como dijera situacional y patológica) y dos modalidades de expresión
Nemiah (1982, p.1408), “está tejida dentro de la construc- de la ansiedad y la depresión como rasgo: ansiedad perso-
ción de la personalidad” y de los estados depresivos, más nal (que puede ser específica e inespecífica) y depresión
o menos transitorios. rasgo. Como resultado de todas estas investigaciones, la
Otro de los factores que contribuye a fomentar la con- mayoría ejecutadas sobre la base de Trabajos de Diploma
fusión se basa en que fenomenológicamente y y algunas Tesis doctorales (Pineda, Rojas & Veitía, 1978;
genéticamente, la ansiedad y la depresión tienen muchas Grau & Portero, 1978; Colunga, Grau & Pérez, 1979; Grau,
características en común, como ha sido reconocido amplia- 1982; Pineda, 1983; Suazo, Pérez & Portero, 1984; Caste-
mente por la literatura y la práctica clínica. Una gran parte llanos, Grau & Martín, 1986; Portero, 1987; Márquez &
de los pacientes presentan los “síndromes ansioso-depresi- Hernández, 1987; Cañizares, Rodríguez & Grau, 1987;
vos”, diagnosticados con suma frecuencia. Por otra parte, Mitjans, Grau & Martín, 1987; Balleu, Grau & Martín,
algunos síntomas como la irritabilidad, la inquietud, los 1989; Pupo, Martín & López, 1989; González, Martín &
trastornos del sueño y la alimentación, etc, son comunes a Grau, 1989; Hernández & Grau, 1989; Almaguer, Jiménez
ambos tipos de trastornos. De hecho, la discusión acerca & Martín, 1989; Hernández, García & Portero, 1990;
de la distinción entre ambas entidades se ha presentado en Estrada & Portero, 1991; Grau & Morales, 1991; Guimarais,
numerosa literatura (Beck, Emery & Greenberg, 1985; Beck Grau & Martín, 1992; Franco, 1992; Portero, 1996), se pro-
et al, 1987; Peñate, 2001; Clark & Watson, 1991; Cole, puso un modelo teórico para explicar sus intervínculos en
Truglio & Peeke, 1997; Watson, Clark & Carey, 1988; el proceso de estrés (Grau, Martín & Portero, 1993) (ver
Watson, Clark & Tellegen, 1988; Watson et al, 1995), ya Tabla 1 y Diagrama 1).
TABLA 1:
Caracterización diferencial de las formas de ansiedad y depresión.
(según Grau, 1982, Almaguer, Jiménez, Martín, 1989 y Grau, Martín, Portero, 1993)
Tabla 1 (Continuación)
Depresión Caracterizada por los síntomas Compleja, con la tristeza Alta estabilidad y Alta estabilidad y relativa
patológica propios de la depresión, aunque no como componente rector relativa independencia independencia de la
necesariamente deben estar todos. acompañada de fracaso y de la situación. Puede situación. Puede que el sujeto
Con frecuencia se combina con vivencias de incapacidad, que el sujeto no no reconozca vínculos de su
síntomas ansiosos. Se corresponde- irritabilidad, pérdida de reconozca vínculos de estado con situaciones
ría a lo que antes se diagnosticaba interés en las cosas, etc. su estado con situacio- vitales. Suele aparecer
como neurosis depresiva. nes vitales. Suele combinada con ansiedad
aparecer combinada con patológica. Requiere
la ansiedad patológica. usualmente de tratamiento
Generalmente, para su psicológico intensivo. Se
curso favorable necesita constatan trastornos
de tratamiento cognitivos descritos por Beck
farmacológico y y otros, como la
psicológico. sobregeneralización, el
pensamiento irracional, etc.
De acuerdo a este modelo, tanto la ansiedad como la De acuerdo a los resultados de las investigaciones cu-
depresión se pueden expresar como estados emocionales banas, el factor que determina fenomenológicamente las
más o menos transitorios y como rasgos de la personalidad diferentes formas de expresión de los estados de ansiedad
relativamente estables. Ellos no son más que el reflejo sub- y depresión es la forma particular en la que el individuo
jetivo de la situación vital del sujeto, en un momento deter- valora la situación estresante y sus recursos o posibilida-
minado (en el caso de los estados emocionales) o “fijados” des de afrontamiento diagrama 1(Grau, Martín & Portero,
a lo largo de su vida (en el caso de los rasgos de la persona- 1993). Así, cuando el individuo duda de sus recursos para
lidad), entendiéndose que este reflejo no es una copia pasi- enfrentar la demanda, pero esta no es valorada como ame-
va, sino que se produce de forma activa, modulado por nazante para motivos cardinales del sujeto, se producen los
factores intrínsecos (biológicos, histórico-biográficos, estados de tensión operacional y emocional que se carac-
socioculturales, etc.) tal y como ha sido entendido por re- terizan por vivencias de tensión e incertidumbre, asocia-
presentantes de la escuela histórico-cultural (Vigotsky, das a otras vivencias positivas como la curiosidad, el reto,
1983; Leontiev 1975; Rubinstein, 1969; Zeigarnik, Bratus, etc., en dependencia de las características específicas del
1980; Asmolov, 1984; Levitov, 1989; Naenko, 1987; contexto en que ocurren. Cuando la situación es valorada
Nikolaeva, 1987; Vasiliuk, 1981; Luria, 1987; Zeigarnik, como una amenaza a las motivaciones centrales del sujeto
1976, 1986). De acuerdo a esta concepción, tanto los esta- y este duda de sus posibilidades para enfrentarla, surgen
dos emocionales como los llamados rasgos afectivos de la los estados de ansiedad situacional que pueden o no tener
personalidad son construcciones psicológicas complejas en alta intensidad y relevancia clínica, y tienden a disminuir y
las que se produce una imbricación de aspectos cognitivos, desaparecer cuando desaparece el estresor o se modifica la
emocionales y conductuales. valoración de la situación estresora. Sin embargo, cuando
el sujeto tiene la convicción de que no podrá resolver la
situación (como en el caso de los eventos de pérdida), pre- fármacos, por soluciones temporales de los conflictos, etc.)
dominan las vivencias de tristeza, desesperanza y desam- pero quedan las estructuras psicológicas que a manera de
paro y otros síntomas propios de la depresión. especiales “factores de riesgo”, se expresarán como pre-
Cuando las situaciones son crónicas y/o cuando se pro- disposiciones personales, relativamente estables, a experi-
duce una afectación “masiva” de las motivaciones más mentar estados de ansiedad o depresión frecuentes, o sea,
importantes para el sujeto, cuando empiezan a producirse la ansiedad o depresión como rasgo de la personalidad (an-
contradicciones antagónicas entre las necesidades más im- siedad o depresión personal) de alguna manera condiciona
portantes del sujeto, produciéndose conflictos en su satis- el desarrollo de estados situacionales o patológicos. Estas
facción y la valoración de incapacidad e ineficacia se ge- formaciones psicológicas son definidas en función de la
neraliza a todas las situaciones vitales, estamos ante la pre- propensión a experimentar estados de ansiedad o depre-
sencia de estados de ansiedad y depresión patológicas (en sión con frecuencia. Pueden ser específicas si se
el contexto de trastornos marcadamente neuróticos). Estos circunscriben a determinados tipos de situaciones, mien-
estados suelen alcanzar gran intensidad y estabilidad, pre- tras en las inespecíficas la persona tiende a experimentar
sentando una sintomatología importante. La intensidad y estos estados emocionales ante situaciones de diferente
la cantidad de síntomas pueden disminuir (por la acción de naturaleza.
DIAGRAMA 1
ESTRÉS: ENFOQUE PERSONAL (según Grau, Martín & Portero, 1993)
MUERTE CORRECCIÓN
ESTABILIZACIÓN
Las investigaciones realizadas mostraron que tras estos Inventario Multidimensional de Personalidad de Minnesota
tipos de ansiedad y depresión personal se encontraban di- (MMPI). Instrumentos muy conocidos en otras latitudes,
ferentes estructuraciones de la esfera motivacional, la au- como la Escala de Zuckerman y Lubins (1965, 1985):
tovaloración, entre otros; que se han desarrollado MAACL en sus siglas en inglés (Multiple Affect Adjective
ontogenéticamente. De esta manera, la ansiedad y/o la de- Checklist) y el Cuestionario Básico de Depresión (CBD),
presión como rasgo constituyen indicadores pronósticos que construido en la Universidad de la Laguna por Peñate
ayudan a predecir la forma en que reaccionará una persona (2001); no son conocidos por la mayoría de los psicólogos
ante determinadas situaciones aunque no son los únicos cubanos que trabajan en el sector salud.
predictores (Grau, Martín & Portero, 1993). Estas investi- El Inventario de Depresión de Beck (BDI) ha sido muy
gaciones han tenido una vertiente de desarrollo instrumen- popular para evaluar la depresión, dada su bien demostra-
tal que se expresó en la validación del Inventario de Ansie- da confiabilidad y validez, Recientemente se realizó un es-
dad Rasgo-Estado de Ch. Spielberger (Castellanos, Grau tudio en pacientes cubanos para su validación en nuestro
& Martín, 1986), el Inventario de Ansiedad Rasgo-Estado medio (Lugo, Louro & Bayarre, 1996). Sin embargo, ha
de Ch. Spielberger para niños (Lorenzo, Grau, Vizcaíno, sido cuestionada su utilidad para diagnosticar la depresión
Fumero, Martín & Prado, 1992) y la creación de la Escala en pacientes con enfermedades crónicas (Schors, 1990;
de Ansiedad Patológica (Grau, Portero & Pérez-Yera, 1977; Martín, Grau y otros, 1993a, b). Similares señalamientos
Colunga, Grau & Pérez, 1979), así como en la elaboración se han realizado con respecto al MMPI (Martín & Grau,
de una metodología para el diagnóstico de las diversas for- 1993a, 1993b), el cual además presenta la desventaja de
mas de expresión de la ansiedad denominada convencio- ser fatigoso para los pacientes, por su longitud.
nalmente “CUBANSIOPAT” (Grau, Martín & Portero, Debe tenerse en cuenta que en la última mitad del pasa-
1991; 1993). do siglo el espectro de actuación del psicólogo en el campo
Los estudios cubanos más centrados en la distinción de de la salud se ha escapado de los reducidos marcos de la
la depresión como estado y la depresión personal, comen- consulta privada, este fenómeno no ha ocurrido solamente
zaron en 1989; en esta fecha se comenzó a trabajar en la en nuestro país, sino en todo el mundo. De esta manera, los
creación del INVENTARIO DE DEPRESIÓN RASGO-ESTADO, cono- psicólogos que trabajan en los sistemas de salud pública
cido como IDERE. En esta dirección instrumental, los inves- contemporáneos enfrentan un conjunto de exigencias que
tigadores (Ramírez, Grau, Martín & Grau, 1989) se inspi- imponen modificaciones al proceder habitual, especialmen-
raron en el IDARE (STAI) de Ch. Spielberger, introducido y te cuando se trabaja con pacientes que presentan “patolo-
validado en el país a mediados de la década de los años 80. gías somáticas” u “orgánicas”, como el cáncer, el SIDA,
Para ser justos con la historia, hay que decir que este In- enfermedades con dolor crónico, etc. y en contextos como
ventario estuvo listo para su introducción preliminar en las salas hospitalarias, los consultorios o servicios hospita-
instituciones del Sistema cubano de Salud algunos años larios de atención ambulatoria, la atención primaria de sa-
antes de que se creara y lograra la validez constructiva del lud, los cuidados intensivos y paliativos, etc. En estos ca-
Cuestionario de Depresión Rasgo-Estado (ST-DEP) por sos es recomendable la incorporación de la evaluación psi-
Ritterband y Spielberger (1996) y Spielberger (1999) y más cológica en el inicio mismo del proceso de diagnóstico.
de una década antes que se validara la versión española de Ella debe ser vista por el enfermo como un paso natural de
este instrumento (Spielberger, Carretero-Dios, De los San- este proceso, al igual que los exámenes clínicos,
tos-Roig & Buela-Casal, 2002a, 2002b). radiológicos y de laboratorio. La evaluación por parte del
El objetivo, precisamente, de este artículo, es exponer psicólogo deberá ser ágil, teniéndose mucho cuidado en la
los pasos realizados para la construcción del IDERE en Cuba, selección de los instrumentos psicológicos, los cuales de-
sus bases teóricas y los procesos de validación a que ha ben ser de fácil administración y calificación (Martín, 1998).
sido sometido y ofrecer algunas reflexiones acerca de su Por otra parte, la evaluación de los estados emociona-
desarrollo posterior, su utilidad clínica y la necesidad de les como la ansiedad, la depresión y la ira, es de relevancia
promover investigaciones conjuntas de carácter en cualquier contexto profesional en el que se haya impli-
transcultural en esta dirección. cado el estudio del bienestar humano. Como plantea
Spielberger, ellos pueden ser considerados como los “sig-
nos vitales” del bienestar psicológico y “las variaciones
Construcción del Inventario de Depresión Rasgo-
en la intensidad y duración de estos estados psicológicos
Estado (IDERE) provee información esencial acerca de la salud mental de
En Cuba, los instrumentos que más se han utilizado en una persona y puede indicar tanto eventos vitales recien-
la práctica cotidiana para la evaluación de la depresión han tes como conflictos de larga duración que tienen un parti-
sido el Inventario de Depresión de Beck (BDI) (Beck et cular significado e impacto en la vida del individuo”
al.1979), la Escala Auto-clasificatoria de Depresión de Zung (Spielberger et al, 1995, p.52).
(DSD) (Zung, 1965, 1967), y de cierta forma, el conocido
De esta manera, se impone la necesidad de contar con 4. Confección de la primera versión del IDERE: Se selec-
un instrumento sensible a las variaciones de la intensidad cionaron los ítemes a los que más del 60 % de los jue-
de la depresión y capaz de distinguir si estos se manifies- ces le otorgaron calificación superior a 7 para el diag-
tan como un estado transitorio, producto de una situación nóstico de cualquiera de los dos tipos de depresión y
en un momento determinado, o si las manifestaciones de- también aquellos que más del 60 % de los jueces les
presivas ya se han instalado como un “modus operandi” otorgó un valor superior a 5 para el diagnóstico de un
habitual en la personalidad de un sujeto. Este instrumento tipo de depresión y menor de 5 para el otro tipo (o sea,
debería además ser de fácil administración y corrección. los ítemes que discriminaban entre una y otra forma de
Dada la experiencia de trabajo con el I DARE de Ch. depresión). Estos ítemes fueron redactados de manera
Spielberger y cols, consideramos que resultaría útil contar positiva y negativa; es decir: para los ítemes positivos
con un instrumento de similares características para la eva- las respuestas de mayor intensidad y/o frecuencia se-
luación de la depresión. Como se ha dicho, los primeros ñalaban altos niveles de depresión y para los ítemes ne-
pasos en la construcción del IDERE se dieron en 1989 y cul- gativos, lo opuesto. Así, 64 ítemes integraron la
minaron con el Trabajo de tesis para obtener el título del subescala inicial para evaluar la depresión como esta-
psicólogo Vladimir Ramírez. do y 52 integraron la subescala inicial para evaluar la
depresión como rasgo. La consigna para cada subescala
Para la construcción del IDERE se llevaron a cabo las es similar a la del Inventario de Ansiedad Rasgo-Esta-
siguientes tareas: do de Ch. Spielberger (IDARE). El orden de aparición de
1. Creación de un “pool” de reactivos (ítemes) útiles para los ítemes se obtuvo a partir de una tabla de números
la evaluación de la depresión: se confeccionó un fondo aleatorios, o sea, fueron enumerados por azar.
de 214 ítemes, extraídos de las escalas más utilizadas
en nuestro país (BDI, Escala de Zung, MMPI Test de Estudios de validación realizados con el IDERE
Hamilton, Inventario de Síntomas Cornell-Index).
2. Selección primaria de los ítemes con mayor fuerza Siguiendo la afirmación de Anastasi (1970) acerca de
diagnóstica: Se sometió este “pool” inicial de 214 que las estimaciones de las personas cercanas, próximas a
ítemes al juicio de 5 psiquiatras con experiencia de más un sujeto dado, son el mejor criterio para evaluar sus ras-
de 15 años en el diagnóstico de pacientes con depre- gos de personalidad estables, mucho más cuando esta de-
sión, a quienes se les pidió de manera independiente terminación se corresponde con la propia autovaloración
que evaluaran la utilidad de cada ítem en una escala de del sujeto, se trabajó con pequeños grupos laborales, que
0 a 11 puntos, en la que el 11 era el equivalente de la tuvieran menos de 20 miembros cada uno, de las provin-
máxima utilidad. Los ítemes que obtuvieron puntua- cias Ciudad de la Habana (como región más urbanizada) y
ciones inferiores a 7 al menos por dos jueces, fueron de Ciego de Ávila (provincia del interior del país, con ma-
eliminados. De este proceso quedó un fondo total de yor población rural).
131 ítemes (fueron eliminados 83 items del grupo ini- A cada miembro de estos grupos de trabajo se les pidió
cial). que identificaran a tres de sus compañeros que mejor se
3. Reelaboración de los ítemes seleccionados para eva- ajustaran a la descripción de depresión personal alta y a
luar su capacidad para distinguir la depresión rasgo- tres que mejor se ajustaran a la descripción de depresión
estado: Con los 131 items se elaboró un instrumento personal baja (se les explicó previamente cuáles eran las
que pretendía evaluar la capacidad de cada uno de ellos características de las mismas). A todos los sujetos se les
para distinguir la depresión como rasgo de la depresión pidió, además, que se calificaran a sí mismos en un instru-
como estado, en una escala de 0 a 11 puntos, en la que mento de 18 ítemes cuyas respuestas se ofrecían en escalas
el 0 representaba que el Item era totalmente incapaz de análogo-visuales que se medían posteriormente entre 0 y 5
evaluar esta distinción. Este instrumento fue aplicado a puntos. Estos 18 ítemes describían las principales caracte-
un grupo de 25 psicólogos y psiquiatras con más de rísticas de personalidad que, de acuerdo a estudios de au-
tres años de experiencia asistencial en la clínica, prove- tores cubanos se encuentran con mayor frecuencia en las
nientes de diversas instituciones de la Ciudad de la personas deprimidas (Alonso, 1989; Almaguer, Jiménez y
Habana; ellos actuaron en calidad de jueces. Previa en- Martín, 1989; González, 1985, y otros).
trega de una definición de la depresión como rasgo y Luego se aplicó la primera versión del IDERE a 129 su-
como estado, se les pidió que evaluaran cada uno de los jetos que fueron clasificados posteriormente en los siguien-
ítemes de acuerdo a su valor para diagnosticarlos, acla- tes grupos:
rándoles que un ítemes podría resultar bueno para am- Grupo con depresión personal alta (DRA), identifica-
bas formas de depresión, mejor para una forma y no dos por sus compañeros como tales y con calificaciones
para la otra o simplemente inútil para evaluar la depre- adjudicadas a sí mismos superiores a 3, en 11 de los ítemes
sión en cualquiera de sus formas de manifestarse. del instrumento con escalas autovalorativas: este grupo
quedó conformado por 27 sujetos.
Grupo con depresión personal baja (DRB), identifica- tra total. Como se esperaba, en el caso del IDERE-R se en-
dos por sus compañeros como tales y que se adjudicaron contró una distribución normal de las puntuaciones para el
calificaciones inferiores a 3, en 11 de los ítemes del instru- grupo indefinido (DRI) y para la muestra total, no así para
mento con escalas autovalorativas: este grupo quedó cons- los grupos con depresión personal alta (DRA) y depresión
tituido por 30 sujetos. personal baja (DRB), en los que la normalidad resultó sos-
Grupo considerado como “indefinido” (DRI), que no pechosa, lo cual corrobora el criterio utilizado para la con-
cumplía los requisitos anteriores (72 sujetos). formación de estos grupos extremos, en los que predomi-
Las tablas 2 y 3 muestran un resumen de los resultados naban puntuaciones extremas. Con respecto al IDERE-E se
de la prueba Kolmogorov-Smirnov para evaluar la norma- obtuvo una distribución normal.
lidad de la distribución de los resultados del IDERE-R para
la muestra total y los subgrupos y del IDERE-E para la mues-
TABLA 2:
Resultado de la prueba de normalidad por el test de kolmogorov-smirnov (IDERE-R)
TABLA 3:
Resultado de la prueba de normalidad por el test de Kolmogorov- Smirnov (idere-e)
Se analizó si existían diferencias significativas con res- Con respecto al IDERE-E se aplicó el análisis de
pecto al IDERE-R entre los tres grupos. Las pruebas C de varianza no paramétrico Kruskal-Wallis que encontró di-
Cochran y f de Bartlett-Box para valorar la homogeneidad ferencias significativas entre los tres grupos (p = 0,000) y
de varianza, demostraron que había homogeneidad de la prueba U de Mann-Withney que ratificó la significación
varianza entre los grupos (p = 0,688 y 0,682 respectiva- de las diferencias por pares de grupos (p = 0,000 para to-
mente) para el caso del IDERE-R, mientras que el análisis dos los casos), estos resultados corrobaron lo que se espe-
de varianza (ONEWAY) y la prueba de Kuskal-Wallis de- raba, dadas las relaciones entre estas dos formas de expre-
mostraron que existían diferencias significativas entre los sión de la depresión.
tres grupos (p = 0,000 y 0,0000 respectivamente). El test También se realizó un análisis de correlación ítem-ítem
de Rangos de Scheffe también encontró diferencias signi- que mostró niveles de significación entre p = 0,05 y 0,01
ficativas entre los tres grupos (p = 0,005), mientras que las para todas las asociaciones, lo cual habla de la consistencia
pruebas T de Student y U de Mann-Whitney corroboraron interna de la escala y de las complejas interdependencias
la significación de las diferencias entre los pares (en todos entre las variables.
los casos con un nivel de p = 0,000), sin que hubiera dife- El próximo paso consistió en intentar la simplificación
rencias significativas de varianza entre los pares, tal como del cuestionario mediante la reducción del número de
se comprobó mediante la prueba Fisher-Snedecor (p = ítemes. Para ello se ejecutaron varios procedimientos de
0,395, 0,692, 0,792, respectivamente). En otras palabras, análisis discriminante (discriminación utilizando todas las
la escala R (rasgo) del IDERE resultó útil para identificar a variables que satisfagan los criterios de tolerancia para va-
los sujetos de acuerdo a su nivel de depresión personal. lores entre 0,01 y 0,05; minimización del estadígrafo
Lambda de Wilks; maximización de la distancia de -INT). El criterio de Max-Min. F, trabajado con probabili-
Mahalanobis entre cada pareja de grupos, maximización y dades adecuadas, logró discriminar 22 variables para la
minimización de la F de Fisher-Snedecor en la entrada- subescala IDERE-R y 20 para la subescala IDERE-E, re-
salida de variables; minimización en la entrada de varia- sultando en consecuencia un instrumento mucho más abre-
bles de la suma de variación no explicada entre los grupos viado, que denominamos como variante “corta” (IDERE -
y maximización del estadígrafo Y de Rao). Estos análisis COR) (Ver anexo).
permitieron discriminar adecuadamente entre el 92.3 % y Para cada uno de los subconjuntos seleccionados por
el 96.9 % de los casos para ambas subescalas del IDERE, lo estos estadígrafos: es decir, IDERE-INT e IDERE-COR, se re-
cual constituye un importante indicador de su validez em- pitieron los análisis de estadistíca descriptiva, las pruebas
pírica, sobre todo en el caso de la subescala R (rasgo). de normalidad, de homogeneidad de varianzas y distin-
Criterios como el de Mínimos Residuos, el de Rao, el ción de medias por vías paramétricas y no paramétricas.
de Wilks y el de Mahalanobis produjeron discriminaciones Los resultados más satisfactorios se obtuvieron con el
equivalentes y en los últimos tres casos 34 variables resul- IDERE-INT ; pero en general, en ambas variantes se mantie-
taron identificadas para la subescala IDERE-R y 38 para la nen y en todo caso mejoran las condiciones de normalidad
subescala IDERE-E, resultando una versión más reducida y se conservan las diferencias significativas entre los gru-
que la original, que llamamos variante “intermedia” (IDERE pos (Tabla 4).
TABLA 4:
Estadística descriptiva del IDERE-INT e IDERE-cOR
Se trasladaron las puntuaciones a valores positivos y Los resultados anteriormente descritos se presentaron
sumando una constante adecuada se categorizaron en tres en varios eventos nacionales e internacionales a principios
valores: ALTO, MEDIO y BAJO para cada subescala. Se de la década de los años 90 (XXIII Congreso Interamerica-
realizó un análisis chi-cuadrado para saber si establecían no de Psicología –SIP, San José de Costa Rica, 1991; Con-
diferencias significativas entre los grupos, obteniéndose ferencia Internacional de Psicología de la Salud, La Haba-
valores significativos tanto para la variante inicial como na, 1992; Congreso Iberoamericano de Psicología, Madrid,
para la corta (p = 0,001), en todos los casos para las dos 1994; Congresos Nacionales de Psicología de la Salud, La
subescalas de ambas variantes del IDERE. Habana, 1990, 1991, etc.) y también se divulgaron en va-
De esta forma, se logró corroborar la validez empírica rios cursos de postgrado para profesionales y técnicos me-
de la escala IDERE-R para evaluar la depresión personal, así dios en Psicología (psicometristas), tanto cubanos como
como el valor de la escala IDERE-E para distinguir diversos extranjeros, todo lo cual, y gracias a la demanda de psicó-
niveles de intensidad de la depresión. También se logró logos por los nuevos instrumentos generados en el enfo-
obtener dos variantes más cortas las cuales resultan más que personal del estrés desarrollados por investigadores
aptas para aplicar en la práctica clínica y tienen mejores cubanos en los años 80, dio lugar a que rápidamente se
propiedades estadísticas. difundiera el IDERE (especialmente la versión más corta),
en nuestro país y en otros países de Iberoamérica, a pesar Hay que decir, finalmente, que las difíciles condicio-
de que los autores aún no lo considerábamos listo para su nes económicas por las que atravesó nuestro país y que
introducción definitiva en la práctica asistencial por faltar impactaron en el Sistema Nacional de Salud con limitacio-
pasos necesarios para su validación. nes de papel, transporte, y otros recursos (sobre todo en la
Actualmente el IDERE es utilizado en la mayor parte de primera mitad de la década de los 90), dificultaron la pu-
los hospitales y en muchas instituciones de atención pri- blicación temprana de los primeros resultados de 1989 con
maria (policlínicos) de Cuba; conocemos de su uso en otros el IDERE: la primera publicación internacional sobre este
lugares, como en la Clínica del Dolor del Hospital “La Fe” instrumento (además de la que aparece en los resúmenes y
de Valencia, el Centro de Servicios Psicológicos de la Uni- memorias de los Congresos internacionales referidos, en
versidad Cooperativa de Colombia, filial Neiva, y en va- 1991, 1992 y 1994) se produjo en 1996, en la página elec-
rios consultorios privados de España, México y Colombia. trónica del capítulo colombiano de ALAPSA. Además, no se
Se ha reportado su uso en diversas investigaciones para ha podido continuar el necesario proceso de validación y
evaluar la calidad de vida de pacientes oncológicos termi- perfeccionamiento que requiere un instrumento con estas
nales (Jiménez, Noriega y otros, 1996), para estudiar la pretensiones.
correspondencia con problemas de burnout en profesiona- Hubiese sido deseable trabajar en un proceso de
les de la salud (Chacón & Grau, 1990), para la selección de validación transcultural en varios países iberoamericanos,
pacientes con dolor crónico candidatos a implantes de sis- estudiando la correspondencia del ST-DEP y el IDERE
temas (Pallarés, 1995). cubano, las ventajas e insuficiencias de cada versión y, va-
En 1994 se realizó un Curso-Taller auspiciado por el lorando –incluso– la posibilidad de construcción de un
Grupo Nacional de Psicología de la Salud y el Centro Na- instrumento único, pero este trabajo conjunto se ha visto
cional de Perfeccionamiento Técnico del Ministerio de Sa- también limitado por condiciones diversas. No fue, lamen-
lud Pública (CENAPET), en el que participaron 30 técnicos tablemente, hasta 1999, en ocasión de celebrarse el XXVII
medios (psicometristas) de la Ciudad de la Habana, para Congreso Interamericano de Psicología (Caracas, 1999) y
evaluar sus experiencias con el uso de algunos instrumen- el Simposium Internacional sobre Depresión (Granada,
tos autóctonos, entre ellos el IDERE (II Curso-Taller 1999) en que algunos autores del IDERE tuvieron contactos
Provincial de Psicometría, 1994). Los participantes con el Dr. Spielberger y especialistas españoles y portu-
coincidieron en señalar que el IDERE resultaba fácil de ad- gueses que intentaban validar el ST-DEP en población
ministrar y calificar, era muy sensible para identificar de hispanoparlante, conociendo así de la existencia del ST-
forma preliminar estados depresivos en pacientes con en- DEP. No hay la menor duda de que la construcción de un
fermedades crónicas y también para evaluar los efectos de instrumento para evaluar la depresión como rasgo y como
los tratamientos médicos y psicológicos. En 2001 tuvo lu- estado (IDERE y ST-DEP), ha sido un patético ejemplo de
gar una nueva versión de este Curso-Taller, con participa- cómo grupos diferentes de investigación de distintos paí-
ción de psicólogos y técnicos de varias provincias del país ses, pueden avanzar en el desarrollo de los conocimientos
y los participantes reiteraron su experiencia acerca del va- y de las herramientas de diagnóstico de manera totalmente
lor del IDERE, destacando su utilidad para el trabajo con independiente, sin contactos entre sí.
enfermos crónicos, en comparación con el Beck (BDI). De forma resumida podemos concluir que el IDERE cu-
A pesar de estos criterios prometedores; los autores de bano ha resultado un instrumento útil para la evaluación de
este instrumento (IDERE) consideran que su desarrollo aún la depresión como rasgo y como estado en diversos con-
presenta insuficiencias, tales como: a) no se conoce el pun- textos clínicos, pero que es necesario continuar trabajando
to de corte para el diagnóstico diferencial entre depresión en el perfeccionamiento de esta escala. en que confiamos
personal media y alta, lo cual es de importancia clínica un futuro no muy lejano, se continúen las investigaciones,
diagnóstica en el trabajo cotidiano, b) no se conoce su es- y ojalá que no sea tarde para lograr avances en la noble
tructura factorial ni su confiabilidad en procedimientos test- pretensión de desarrollar estudios de manera conjunta en-
retest, c) existen números de ítemes diferentes entre las tre investigadores de varios países.
subescalas, no se conoce la influencia de este hecho en el
diagnóstico, d) se desconoce su correlación con otras prue-
bas valiosas para evaluar la depresión (como el BDI), e) no
se conoce su correlación con el IDARE, la cual es importan-
te por la similitud conceptual y formal que hay entre am-
bas escalas. Estas últimas insuficiencias han sido supera-
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INSTRUCCIONES:
Algunas expresiones que la gente usa para describirse aparecen abajo. Lea cada frase y encierre en un círculo en la hoja de
respuestas el número que indique cómo se siente Ud. ahora mismo, en estos momentos. No hay respuestas buenas o malas. No
emplee mucho tiempo en cada frase, pero trate de dar la respuesta que mejor describa sus sentimientos ahora.
INSTRUCCIONES:
Algunas expresiones que la gente usa para describirse aparecen abajo. Lea cada frase y encierre en un círculo en la hoja de
respuestas el número que indique cómo se siente Ud. generalmente. No hay respuestas buenas o malas. No emplee mucho
tiempo en cada frase, pero trate de dar la respuesta que mejor describa cómo Ud. se siente generalmente.
AHORA GENERALMENTE
No en lo Un poco Bastante Mucho Casi Algunas Frecuen- Casi
absoluto nunca veces temente siempre
1) 1 2 3 4 1) 1 2 3 4
2) 1 2 3 4 2) 1 2 3 4
3) 1 2 3 4 3) 1 2 3 4
4) 1 2 3 4 4) 1 2 3 4
5) 1 2 3 4 5) 1 2 3 4
6) 1 2 3 4 6) 1 2 3 4
7) 1 2 3 4 7) 1 2 3 4
8) 1 2 3 4 8) 1 2 3 4
9) 1 2 3 4 9) 1 2 3 4
10) 1 2 3 4 10) 1 2 3 4
11) 1 2 3 4 11) 1 2 3 4
12) 1 2 3 4 12) 1 2 3 4
13) 1 2 3 4 13) 1 2 3 4
14) 1 2 3 4 14) 1 2 3 4
15) 1 2 3 4 15) 1 2 3 4
16) 1 2 3 4 16) 1 2 3 4
17) 1 2 3 4 17) 1 2 3 4
18) 1 2 3 4 18) 1 2 3 4
19) 1 2 3 4 19) 1 2 3 4
20) 1 2 3 4 20) 1 2 3 4
21) 1 2 3 4
22) 1 2 3 4
I) Items (+) 1, 2, 6, 8, 9, 10, 13, 15, I) Items (+) 1, 3, 5, 7, 8, 11, 14, 16,
18 y 20 = 17, 20 y 22 =
II) Items (-) 3, 4, 5, 7, 11, 12, 14, 16, II) Items (-) 2, 4, 6, 9, 10, 12, 13, 15,
17 y 19 = 18, 19 y 21 =
(I - II + 50) = ___ Bajo (< 35) (I - II + 50) = ___ Bajo (< 34)
___ Medio (36-47) ___ Medio (35-43)
___ Alto (> 47) ___ Alto (> 43)