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TECNICAS DE PROGRAMACIÓN EN PLANIFICACIÓN DE PROCESOS PRODUCTIVOS

La actividad relativa a la planificación de la producción está destinada a relacionar


apropiadamente la demanda, a través de una labor comercial, con la oferta externa dentro de un
plano temporal definido a medio y largo plazo de manera que se pueden concretar planes de
producción con cantidades específicas de cada producto en virtud de una serie de etapas o
periodos, tratando de estar dentro de los límites de la capacidad instalada y bajo los criterios de
disposición de flujos sobre materiales y recursos técnicos, lo que configura un esquema adecuado
para satisfacer dicha demanda.

El conjunto de elementos que integran el plan de producción se listan a continuación:

 Horizonte de planificación: a corto y largo plazo.


 Capacidad de producción instalada: influyente en los costes fijos y en las variables del
proceso técnico.
 Cantidades a fabricar en cada periodo para satisfacer la demanda acumulada de
productos.
 Nivel de los inventarios, que se mantienen de un periodo a otro, de materiales,
componentes, útiles, semielaborados y productos terminados.
 Objetivo global: maximizar el margen de explotación o el rendimiento del proceso o
minimizar los costes de producción en el nivel de satisfacción de la demanda, logrando
maximizar la calidad de los productos planificados.

El proceso que encierra la planificación de la producción se expone en la figura 8, en la que se


observan los elementos que se citan a continuación:

 Planificación agregada de la producción. Indica el nivel agregado de decisión, en la que se


configura una mezcla de factores bajo condiciones generadas y deseables con el fin de
obtener un output de productos derivados de los procesos técnicos. Busca optimizar la
capacidad productiva teniendo en cuenta los inventarios existentes, los recursos
disponibles y la demanda prevista. Así, se convierte en un planteamiento global para una
línea de producción.
 Plan maestro de producción. Partiendo de la planificación agregada se deben especificar
los productos que serán fabricados, las cantidades y los periodos. Todos estos datos se
recogen en el plan maestro, determinando las diferentes cargas de trabajo de los centros
de coste, las horas de trabajo, materiales necesarios, etc. Para este fin se usan modelos y
técnicas operativas o cuantitativas que faciliten la articulación de la «programación de la
producción».
 Planificación de la capacidad. Dada la capacidad instalada total, es preciso determinar el
conjunto de necesidades de recursos, buscando el equilibrio existente entre las líneas de
fabricación y la capacidad que ostenta cada centro de trabajo o dispositivo, haciendo que
el plan maestro cumpla su propósito y tratando de evitar incidencias negativas. En este
sentido, destacan los sistemas denominados CRP (Capacity Requirement Planning) y el
MRP II.
 Planificación y control de los inventarios. Partiendo del plan maestro, se requiere la
planificación y control de las necesidades sobre los diferentes materiales, teniendo en
cuenta la minimización de los stocks y, por ende, de los costes de almacenamiento. En
este caso, los sistemas más utilizados son el EOQ, el MRP I y el JIT.
 Programación de las operaciones. Se ciñe al conjunto de modelos y técnicas operativas,
analíticas y gráficas que ponen en marcha el plan maestro, tanto de forma parcial como
agregada, combinando los requerimientos de materiales y las limitaciones de capacidad de
las partes del sistema; así se asegura el siguiente paso a la formulación del programa de
producción.
 Control de la producción. Actividad estrechamente vinculada a la tarea de planificación,
acaparando la labor de vigilancia del cumplimiento del plan maestro y del control de
costes además de los rendimientos del proceso productivo, complementado así el control
de calidad.
 Control de calidad. Representa el seguimiento de las especificaciones de la funcionalidad y
atributos de los productos, siguiendo ciertos estándares de certificación, persiguiendo el
«cero defectos» y tratando de evitar los costes y daños de la «no calidad».

Figura 8. Planificación y control de la producción

3.1. PROGRAMACIÓN DE LA PRODUCCIÓN

Siguiendo el planteamiento del plan maestro, este culmina en un requerimiento de programación,


o resolución de un problema de producción, que busca la definición de la fabricación más óptima,
cantidades, momentos, etc., teniendo en cuenta una serie de limitaciones sobre la capacidad,
además de un conjunto de necesidades de material y recursos. Ante este argumento se pueden
encontrar diferentes escenarios según las características del sistema productivo.

De esta forma, el problema de producción más básico se ciñe alrededor de aquel que pretende el
aprovechamiento más óptimo y la mejor asignación de los recursos disponibles, sacando el
máximo partido a la capacidad existente, bien sea con el propósito de lograr el máximo retorno o
beneficio (margen de explotación) o la productividad mayor, o incluso para conseguir los costes
totales mínimos dado un nivel de producción, una vez satisfecha la demanda prevista para un
periodo concreto.

Para este cometido se va a recurrir al modelo de programación lineal, partiendo de funciones


explicativas del problema de producción de tipo lineal y homogéneo (grado uno), y, por ende,
contando con rendimientos a escala constantes de igual manera que los precios, los costes y los
márgenes de cada factor y producto. Así, este modelo se puede exponer de la siguiente forma, en
virtud de un esquema de máximo rendimiento:

Función objetivo:

Max M = m1Q1 + m2Q2 + … + mnQn

Condiciones o restricciones:

a11Q1 + a12Q2 + … + a1nQn ≤ R1


a21Q1 + a22Q2 + … + a2nQn ≤ R2
. . . .
. . . .
. . . .
am1Q1 + am2Q2 + … + amnQn ≤ Rm
Qj ≥ 0
(j = 1, 2, …, n)
en donde:

mi = Margen unitario del producto i.


aij = Coeficiente técnico o cantidad necesaria del recurso i para fabricar el producto j.
Qj = Cantidad del producto j a fabricar.
Ri = Cantidad disponible a límite de capacidad del recurso i.
El problema puede, además, plantearse en términos de mínimos, tratando de conseguir el mínimo
coste de producción, satisfechos, eso sí, las demandas y los condicionantes del proceso
productivo.

Función objetivo:

Min C = c1R1 + c2R2 + … + cmRm


Condiciones o restricciones:

a11R1 + a12R2 + … + a1mRm ≤ Q1


a21R1 + a22R2 + … + a2mRm ≤ Q2
. . . .
. . . .
. . . .
an1R1 + an2R2 + … + anmRm ≤ Qn
Ri ≥ 0
(i = 1, 2, …, m)
En uno y otro caso, existe la opción de aplicar algoritmos de solución específica, siendo el más
conocido el «método del simplex» (Dantzing), base de un buen número de aplicaciones software.

TECNOLOGIA

La tecnología es un conjunto de nociones y conocimientos utilizados para lograr un objetivo


preciso, que de lugar a la solución de un problema especifico del individuo o a la satisfacción de
alguna de sus necesidades. Es un concepto extremadamente amplio que es capaz de abarcar una
inmensa variedad de aspectos que pueden ir de la electrónica al arte o la medicina.

Algunos ejemplos: la creación de las tabletas capaces de realizar el trabajo de una computadora,
siendo excesivamente livianas y portátiles, consiste en un mérito de la tecnología. Así como también
la creación de robots para la automatización de tareas repetitivas, o una clonación animal.

Podemos identificar los dos tipos principales de tecnologías:

 Tecnologías duras. Aquellas que utilizan elementos de las ciencias duras como la ingeniería,
la mecánica, la matemática, la física, química y otras. De esta forma se puede poner como
ejemplo de tecnología dura, la aplicada al ámbito de la informática, de la bioquímica, de la
electrónica, etc. Otra característica de estas, es que el producto que se obtiene es no sólo
visible sino también tangible; es decir, que se trata de la producción de bienes materiales.

 Tecnologías blandas. Aquellas que se apoyan sobre las ciencias humanísticas o blandas,
como ser la sociología, la psicología, la economía, etc. Por lo general, se las utiliza con el fin
de lograr mejorías dentro de instituciones o empresas que les permitan conseguir
sus objetivos de una forma más eficaz. En este caso el producto que se obtiene no es visible
ni tangible, dado que consiste en la elaboración de servicios, estrategias, teorías y otros.

En definitiva, las tecnologías duras nos brindan bienes tangibles, como por ejemplo una cuchara
de madera, y las tecnologías blandas nos aportan bienes intangibles, como lo es la creación y
desarrollo de un software. Es usual relacionar las tecnologías blandas con el campo de la economía,
de la gestión y administración mientras que, por el contrario, las tecnologías duras se ven
estrechamente relacionadas con el área de la física y la química.
Por otro lado, nos podemos encontrar con una tecnología flexible que masifica tecnologías en
distintas áreas (por ejemplo, el microchip que se ve utilizado tanto en teléfonos como en
computadoras) como así también encontramos la tecnología fija que engloba al conjunto de
tecnologías para un producto o área determinada (por ejemplo, el veneno para ratas se utiliza para
la eliminación particular de dicho animal).

TECNOLOGIAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICAICÓN COMO MEDIO PARA EMPRENDER

En un momento de desaceleración económica y contracción de la demanda interna se pensaría que


no hay un contexto favorable para emprender. Sin embargo, todo es cuestión de perspectiva. Hay
quienes ven el vaso medio vacío y quienes lo ven medio lleno. El emprendedor, por supuesto, lo ve
medio lleno y donde hay un problema siempre verá una oportunidad de crear o de innovar; todo
depende de cómo se mire la situación y la energía con la que se quieran enfrentar los retos que se
presenten con el paso de los días.

Entonces, ¿por qué ser parte del obstáculo y no de la solución? En medio de un entorno adverso,
busquemos perspectivas alentadoras y podremos encontrar las herramientas para asumir los
desafíos. Iniciar la travesía hacía la consecución de los proyectos es cuestión de motivación. Ser
emprendedores no significa únicamente arriesgarse a ir tras algunos sueños sin claridad; ser un
emprendedor implica crear, planear, organizar y gestionar los recursos con el fin de lograr impacto
económico dentro de la sociedad.

Ahora la pregunta es: ¿cómo podemos generar valor agregado y dónde podemos encontrar las
herramientas que nos permitan alcanzar dichos objetivos?

Según el reporte global de tecnologías de la información en 2016, realizado por el Foro Económico
Mundial (WEF), Colombia está en la posición 68 entre 143 países en el tema de inversión en
tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Esto nos lleva a pensar que aún nos
encontramos en una posición rezagada y que debemos hacerlo mejor. Podemos sacar partido de
una era en la cual las TIC están encabezando los diferentes contextos. Son los países desarrollados
los que se encuentran a la vanguardia en inversión tecnológica y cuyos emprendedores han
encontrado allí un camino hacía la constitución de empresas, muchas de ellas con crecimientos
exponenciales.

Países como Finlandia, Suecia, Suiza, los Países Bajos y Estados Unidos son los que nos guían en el
mundo de las TIC. Dentro de un mundo cada día más conectado, no podemos quedarnos en el
pasado. Debemos buscar nuevas alternativas que nos permitan crear empresas competitivas y que
logren conquistar nuevos mercados. A través de diversos programas y políticas, el Ministerio de las
TIC viene facilitando el acceso y fomentando el uso de nuevas tecnologías, buscando contribuir al
desarrollo económico y social promoviendo, por ejemplo, su uso entre las empresas medianas y
pequeñas, buscando mayores índices de productividad y competitividad en sus negocios.

Nuestro país aún está sujeto, en su gran mayoría, a actividades productivas de los sectores primarios
y secundarios, lo cual no es malo en sí mismo. Pero sería muy positivo desarrollar aún más
emprendimientos de base tecnológica; iniciativas de empresas basadas en tecnología, cuyos
productos o servicios derivados pretenden transformar significativamente las prestaciones que
reciben sus usuarios. Es necesario desarrollar emprendimientos en el sector de servicios y para ello,
¿qué mejor manera de hacerlo que utilizando las herramientas tecnológicas? Emprender utilizando
las herramientas tecnológicas de última generación, nos garantiza un acceso más dinámico a los
mercados actuales, cambiantes y mucho más exigentes, en los cuales los consumidores tienen
acceso a la información con mayor facilidad.

PROCESOS PRODUCTIVOS CON TECNOLGIA

La tecnología no determina la organización del trabajo sino que la refleja y refuerza su visión
previa sobre la división del trabajo que queda incorporada al diseño tecnológico.

Las tecnologías pueden ser diseñadas y elegidas para que provoquen efectos directos sobre la
organización del trabajo y sobre las funciones y tareas de los trabajadores. Los efectos de la
tecnología sobre el trabajo son hechos examinados en el diseño de las técnicas de
producción, que podían haberse construido de otro modo, dependiendo de la configuración de las
relaciones sociales en la empresa, es decir de los significados que trabajadores y empresarios dan
a una tecnología de producción concreta. Un mismo artefacto tecnológico no solo puede ser
utilizado de diferentes maneras sino que puede tener impactos productivos y laborales diferentes.

Los artefactos técnicos son tecnologías políticas o sociales, es decir, buscan producir un cambio en
el comportamiento o acción humana. Son dispositivos de disciplinamiento productores de sujetos
para que se comporten como se ha establecido. Por lo tanto el diseño de artefactos tecnológicos y
su implantación en los procesos productivos implica adoptar en la innovación una serie de
concepciones sobre el trabajo y los trabajadores.

Considerando la tecnología como producto social, aparecen diferentes formas de automatización


o de estrategias empresariales diferenciadas que persiguen objetivos económicos y productivos a
través de concepciones particulares sobre el trabajo y los trabajadores.

Dos formas sociales de automatización:

a) Sistemas tecnocéntricos de automatización:

“Hacer más que el hombre sin el hombre” o lo que es lo mismo, cualquier solución técnica es más
eficaz que las posibles soluciones organizativas o de gestión.

Esta convicción refleja la búsqueda de una única solución tecnológica posible – one way taylorista
– para el logro de los objetivos empresariales: la eliminación del trabajo humano, al que se le
considera un obstáculo para el logro de los objetivos empresariales y la tecnología se considera
como garantía a esos obstáculos “La máquina tiene como fin la total certidumbre”. Esta forma
social de innovación tiene como objetivo el establecimiento de una “fábrica sin hombres” o una
“fábrica automática” en lo que presencia de los trabajadores es reducida al máximo.

Esta apuesta social supone el desarrollo de estrategias de carácter taylorista basadas:

1. Especialización o división máxima de las tareas de los trabajadores.


2. Control de su actividad para evitar su autonomía en el establecimiento de ritmos y reglas de
producción.
Los sistemas tecnocentricos pretenden reducir al trabajador a ser un mero servidor de la máquina,
debiendo ser él el que se adapte a los ritmos de esta, sin poder intervenir.

Implica una descualificación de los trabajadores, puesto que el contenido de las tareas pasa a ser
desempeñado por las máquinas, a las que le traslada su cualificación. – expropiación del saber
obrero –.

El objetivo del proceso de automatización tecnocentrico es claro: reemplazar al trabajador


cualificado por la máquina, tan solo manteniendo el trabajo descualificado.

– Las decisiones teóricas de este tipo de automatización persiguen:la reducción del contenido
intelectual o cualificado de las tareas de los operadores, que en el diseño tecnológico se traslada a
los contenidos de la máquina.
– La sobreestima la fiabilidad de la máquina.

b) Sistemas antropocéntricos de automatización:

Es un estilo tecnológico que interpreta el papel de los trabajadores como central, al considerar que
son los operadores quienes deben pilotar la instalación tecnológica para resolver y anticipar
problemas e incidentes. Es el trabajador el que establece la fiabilidad del proceso de producción.

Esta forma social de innovación tecnológica se puede denominar “sistemas de automatización de


integración”:

1. Imagen del trabajo y los trabajadores centrados en la necesidad de su cualificación como sujetos
pensantes y actuantes. Es preciso dejar al operador un amplio margen de maniobra que le permita
tomar iniciativas tanto en tareas de ejecución como de planificación.

2. Las pericias y conocimientos experimentales que los trabajadores tienen sobre el


funcionamiento y la lógica del sistema de producción transmitida entre los propios trabajadores.
Lo que es importante conocer estos flujos de transmisión de pericias que son las que permiten
sacar los inocentes y la producción.

3. Está basado en el trabajo cualificado y en las decisiones humanas. Implica buscar una utilización
de la tecnología en que se contemplan los deseos y necesidades de los trabajadores. Permite el
abandono de políticas organizativas de carácter Taylorista a través de una apuesta por el
desarrollo de las facultades creadoras del operario, que desarrollan nuevas pericias para afrontar
nuevas situaciones de las condiciones particulares del trabajo, que son fundamentales para lograr
los objetivos de producción y calidad, los conceptos antropocéntricos del trabajo están basados en
combinar el trabajo integrado del trabajo y la experiencia hacia o través de la tecnología.

Estos dos modelos de automatización responden a concepciones distintas sobre el papel del
trabajador y sus características que los diseñadores e introductores de la tecnología tienen.

Estas visiones suponen el establecimiento de una alternativa organizativa u otro, que a través del
proceso de toma de decisiones acaban en el equipamiento tecnológico diseñado.

Una determinada tecnología implica comprometerse con un modelo social. (Visión tecnocentrica o
antropocéntrica). Aunque es habitual fenómenos de hibridación entre ambos modelos o
extremos.

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