El propósito de estimular y promover la lectura en los niños
y los adolecentes exige no solo una reflexión general sobre la lectura y su pedagogía, sino el diseño, planeamiento y ejecución de una serie de actividades sistemática en las cuales están seriamente comprometidos los maestros, alumnos y los padres de familia. Este conjunto organizado de actividades es lo que se denomina estrategias.
El concepto de estrategias puede definirse a partir de sus
elementos más significativos, una estrategia debe tener unos objetivos claramente determinados. En el caso de una estrategia para estimular la lectura, el objetivo principal es promover en los niños el gusto por la lectura y el uso del texto escrito, en el aula y fuera de ella. Al lado de este objetivo general, cada estrategia deberá definir otros objetivos específicos, formulados para entender las diversas funciones de la lectura, por ejemplo, uno de estos objetivos es desarrollar las destrezas de búsqueda de información.
Para lograr los objetivos hay que organizar actividades que
al combinarlas adecuadamente con diferentes recursos y materiales, se puedan desarrollar en forma sistemática, en un tiempo determinado y que puedan ir evaluando para mejorarlas sobre la marcha. Estas actividades deben ser experiencias significativas para los niños enmarcadas dentro del contexto real de la escuela y de la vida cotidiana. Características de las estrategias Una estrategia tiene que surgir de las necesidades, intereses y expectativas de cada grupo de estudiantes y de maestros. Por lo tanto, serán ellos quienes en su planeamiento definan la duración, los recursos y materiales que necesitan, la forma de evaluación que van a aplicar y las actividades que van a desarrollar.
Las estrategias requieren planeamiento
anticipado La situación del aula debe mantener la fluidez y espontaneidad del vivir. Eventualmente el maestro y los alumnos deben crear situaciones de aprendizaje sobre la marcha, que responda a necesidades no previstas y que se presenten en el aula en diferentes momentos. Estas situaciones ocasionales pueden dar la pauta para una planificación mas organizada de una estrategia que responda a las necesidades detectadas en el grupo.
En otras ocasiones, el maestro planifica de antemano una
estrategia con base en las necesidades que ha detectado. El planeamiento no riñe con la flexibilidad que debe tener las situaciones de aprendizaje y la estrategia en general. Las estrategias deben tener objetivos específicos Los objetivos específicos serán el hilo conductor de cada estrategia. Para formularlos, el maestro debe apoyarse en el conocimiento que tiene de la lectura y de las condiciones para avanzar como lector y en la situación de su grupo.
Las estrategias deben construir una red de
actividades Las estrategias que se van programando deberán relacionarse, complementándose o ampliándose, de tal manera que su totalidad se construya una red de situaciones de aprendizaje sobre la que los niños, a lo largo del año escolar, van avanzando como lectores.
Una estrategia aislada es frágil y puede perderse, esta
podrá realizarse a lo largo de todo el año, otras solo se realizaran en momentos muy definidos y podrán repetirse.
Las estrategias deben estar vinculadas con
la vida diaria del niño Si queremos formar niños lectores, debemos recordar que la lectura es una actividad presente permanentemente en su vida. Toda y cada una de las áreas del currículo deben tener uno varios objetivos formales de la lectura en relación con los temas que se están trabajando. Si las áreas curriculares se desarrollan en forma integrada durante la primaria, guiadas por un solo maestro, la tarea de identificar intereses es más fácil y se puede lograr una mejor coordinación. En bachillerato hay que buscar un mecanismo para que los maestros de las distintas asignaturas encuentren caminos que lleven a actividades permanentes de lectura.
Proceso de diseño de una estrategia
Cuando se planean y diseñan estrategias para la lectura
en los niños hay que tener en cuenta algunos elementos básicos. A continuación presentan una serie de preguntas y de sugerencias que amplían y complementan lo expuesto en la sección anterior. Ellas ayudaran a analizar y complementar la estrategia que se diseñe.
¿Para qué sirve la estrategia?
Una buena evaluación de los niños que nos permita conocer su momento de desarrollo lector, es básica para programar estrategias que deberán desarrollarse a lo largo del año de trabajo. Cuando el maestro no dispone de una evaluación de tal tipo, debe realizar actividades que le permita, tal vez el primer mes de trabajo, conocer la situación de su alumno.
¿Quienes participan en las estrategias?
Las estrategias se planean para el progreso del estudiante de acuerdo con nuestro conocimiento de sus necesidades e intereses. Los alumnos deben tener la oportunidad de plantear modificaciones a nuestros planes de trabajo tanto al comienzo como a lo largo de toda la estrategia. Así cada alumno será un participante activo en el desarrollo ya que en todo momento se ha tenido en cuenta.
Al darle participación al niño en todo el proceso, se
modifican sus relaciones con el maestro en un sentido muy positivo. Los alumnos tienen que aprender a participar, poniendo alternativas de temas, actividades y materiales, lo mismo que en su propia evolución.
¿Con qué se desarrollará la estrategia?
Hay que seleccionar dientes materiales escritos con los cuales pueda trabajar en diferentes actividades por supuesto deben ser de calidad literaria y deben estar de acuerdo a las exigencias de la estrategia, tener en cuenta lo que le interesa y le gusta a los niños, lo que les abre nuevas perspectivas. El maestro debe ir conociendo los materiales que tiene a disposición en la biblioteca. Puede usarlos en el aula o en la biblioteca con las estrategias y las comodidades del lugar.
Cada estrategia debe prever materiales distintos de libros y
textos escritos. Es recomendable el uso de recursos que permitan proyectar las actividades del aula hacia toda la comunidad. Podríamos señalar como de gran valor el uso de carteleras, imprenta escolar y grabados.
¿Cómo se realizará la estrategia?
Hay que pensar en las actividades que van a realizar los participantes, se recomienda que estas sean interesantes y que tengan significado dentro de una situación de aprendizaje. Hay que vincular las estrategias con otras actividades del currículo para que se vea se sienta la importancia de la lectura en la vida de un niño. Estas estrategias deben trabajarse través de una metodología abierta y participativa, donde los niños puedan preguntar permanentemente por las cosas de su entorno, confrontar puntos de vistas y construir conocimiento sobre bases solidas y convicciones profundas. Dentro de esta concepción metodológica, la lectura es una herramienta que le ayuda al niño a indagar la realidad.
Sugerencias para la enseñanza de la lectura:
La lectura debe ser siempre una actividad placentera, realizada en función de algo para lograr determinados fines.
La lectura debe ser una actividad espontánea que
surge de las necesidades de los individuos.
Las lecturas deben responder a intereses
individuales. No se deben imponer lecturas a los niños, sino sugerir y orientar para que ellos mismo escojan.
La lectura es un instrumento para conocer la
realidad y para actuar sobre ella, por lo tanto, es indispensable una práctica continua, vinculada a todas las actividades de la vida. INTRODUCCIÓN
La lectura y la lectura son fundamentales para el ser
humano ya que es una herramienta primordial para la comunicación, las estrategias de enseñanza son unas de las vías para un aprendizaje significativo en el niño.
La iniciación de la lectura va a depender de una buena
estrategia y el uso correcto de ella junto con la planificación, y así formar niños lectores, ya facilita el recuerdo y la comprensión de lo más importante de un texto.
Las estrategias que se presentan a continuación han
demostrado su efectividad al ser introducidas como apoyos en textos académicos así como en la dinámica de la enseñanza (exposición, negociación, discusión, etc.) ocurrida en la clase.
CONCLUSIÓN
El papel del docente en la promoción del aprendizaje
significativo de los alumnos, no necesariamente debe actuar como un transmisor de conocimientos o facilitador del aprendizaje, sin mediar el encuentro de sus alumnos con el conocimiento de manera que pueda orientar y guiar las actividades constructivistas de sus alumnos.
La motivación en el aula depende de la interacción entre el
profesor y sus estudiantes. Todas las estrategias de enseñanza son utilizadas intencional y flexiblemente por el profesor y este las puede usar antes para activar la enseñanza, durante el proceso para favorecer la atención y después para reforzar el aprendizaje de la información nueva.