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La persona cuidadora, así como los padres y madres, deberán encontrar tiempo para
interactuar con cada niño o niña. Es indispensable aprovechar situaciones en las que se
produzcan un contacto íntimo (ejemplo
de ello es el momento del cambio de
pañal o de la comida), un contacto cara a
cara; dedicarles atención cuando hablan
y procurar momentos privilegiados para
acariciarles.
Además, es básico para el proceso de socialización del niño o niña, condicionando los
procesos de aprendizajes y afectando al modo en que va a vivir otros episodios en los
que tenga que controlar la respuesta a la frustración.
Ya sabes que la familia influye de manera importante en el desarrollo de los menores,
sobre todo en los primeros años. Y que no todas las familias son iguales, sino que son
diversas en función de su composición y de cómo ejerzan sus funciones.
Sin embargo, es necesario tener claro que los padres y madres son los principales
educadores de sus hijos y que el papel de la escuela infantil, o de otros recursos
educativos de carácter no formal, es el de colaborar con ellos en el ejercicio de las
funciones educativas parentales
En todas las familias tienen lugar actividades educativas, ya que las personas adultas
enseñan a los niños y niñas desde la realidad, mientras comparten con ellos actividades
y tareas, y a medida que van creciendo, les van cediendo responsabilidades acordes a
sus habilidades y madurez. Así se producen muchos de los aprendizajes, ya que a partir
de las actividades de la vida cotidiana, los niños y niñas pueden adquirir conocimientos,
habilidades y valores que luego utilizarán en la escuela y en el entorno social.
Como puedes ver, la manera de educar de los padres y madres no es tan diferente al
procedimiento que usa el personal TSEI u otro educador o educadora. Lo que sí puede
marcar la diferencia entre padres o madres y educadores o educadoras, es el grado de
consciencia que los padres y madres tienen sobre la labor que desempeñan.
Puesto que padres, madres, educadoras y educadores infantiles tienen el mismo objetivo
(educar al niño o niña) es importante que la educación sea percibida como una tarea
compartida, (sin entrar en una pugna sobre quién hace lo mejor, si los padres y madres o
los educadores o educadoras infantiles, si la escuela o la ludoteca, ...) en la que ambas
partes colaboren a su nivel.
El educador o educadora debería poder conseguir que sus propuestas educativas fueran
compartidas, ya que algunos objetivos sólo se alcanzarán en la medida en la que ese
objetivo sea importante para ambos contextos. En ese sentido, llegar a acuerdos con las
familias (por ejemplo en el momento en el que el niño o la niña inician el control de
esfínteres) facilita y mejora el establecimiento de hábitos, así como el desarrollo de los
niños y niñas en las condiciones más favorables.
en toda la literatura especializada que trate el tema de las relaciones entre las familias y
los centros educativos (ya sean formales o no formales), se señala la importancia de las
mismas, la utilidad de la comunicación entre ambos sistemas, y lo necesario que resulta
que se establezca una relación de colaboración.
La realidad es que, a pesar de que exista voluntad de colaboración entre ambos sistemas,
dicha colaboración es muy difícil de materializar, por lo que las evidencias de lo que
sucede en los centros infantiles o en las propuestas educativas de carácter no formal,
contrasta con lo deseado teóricamente por todos.
La vida de las ciudades, con continuas prisas y horarios imposibles, no facilita los
acercamientos entre las familias y los centros. Por otro lado, la falta de tradición
empírica sobre cómo estructurar y organizar la colaboración con las familias hace que
los educadores y educadoras, aún reconociendo la necesidad de la misma, tengan
dificultades para vencer los obstáculos que supone el inicio de los proyectos comunes
de intervención, máxime cuando se trata de instaurar una nueva forma de trabajar.
Todo este conjunto de factores hace que las relaciones entre familias y centros de
carácter educativo sean difíciles y que, en demasiadas ocasiones, no sean ni lo intensas,
ni lo colaborativas que debieran ser.
Cuando los niños tienen puesta la mirada en el conflicto entre sus padres o
entre sus padres y la escuela, están perdiendo una energía y un tiempo
precioso para dedicarse a aprender. Quedan atrapados en los conflictos. Los
niños, por amor a los padres, están dispuestos a cualquier cosa, incluso a
enfermar. Es un amor ciego. Nosotros como docentes no debemos
interferir. Cuando aparece un problema no debemos ejercer más presión
sobre él, porque se agrava, hemos de buscar caminos diferentes para
abordarlo con una cierta garantía de éxito.
En el caso de enfrentamos a un síntoma, es decir, cuando percibimos que
algo le ocurre a un niño por la manifestación de algún tipo de alteración en
su comportamiento, por ejemplo en el caso de un niño hiperactivo, podemos
hacer corresponder el síntoma con el problema, de manera que confundimos
la dificultad con el hecho, y nos planteamos, desde esa hipótesis, qué
podemos hacer para cambiar al niño.
Vamos errados en este abordaje, se trata de comprender que el síntoma,
como dicen algunos autores, es un regalo que el niño nos hace para que
podamos percibir que algo está ocurriendo en el sistema, en su contexto
familiar, y a partir de esa percepción intervenir ajustadamente, tanto en el
ámbito pedagógico evitando, por ejemplo, poner más presión sobre la
dificultad del propio niño, como desde el ámbito de la familia, procurando
compartir alguna información respecto a esta dificultad percibida.
Piaget afirmaba: «En ciertos países los consejos formados por padres y profesores unidos son
los verdaderos inspiradores de la nueva pedagogía y realizan, así, la síntesis deseada entre la
familia y la escuela».
http://www.cesdonbosco.com/revista/foro/28%20-%20Carmen
%20Aguirre.pdf
http://www.uib.es/ant/infsobre/estructura/instituts/ICE/revista_IN/pags/volum
enes/vol1_num1/m-mir/conclusiones.html
http://www.csi-
csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_20/CLARA_COLETO
_RUBIO02.pdf
http://www.mcgraw-hill.es/bcv/guide/capitulo/8448198786.pdf
http://www.mailxmail.com/curso-educacion-infantil-desarrollo-socioafectivo-
sexual-nino/familia-educador-educacion-nino
http://www.educacion.gob.es/cesces/revista/n4-costa-borras.pdf