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Devenir histórico de los paradigmas de la Geografía.

Lic.Leandra Watzlawik
Al igual que en otras ciencias, en la geografía han sido importantes los aportes realizados desde
los diferentes paradigmas que se fueron dando en la educación hasta la actualidad.
Sin embargo, en el caso específico de la geografía, los cambios de paradigmas no han reflejado
rupturas en el proceso didáctico, sino más bien una continuidad, complementariedad y
coexistencia que hace importante la breve descripción de cada uno de ellos.
Así mismo, Capel(1981) ya señalaba para 1980 que muchos autores hablaban de "revoluciones y
nuevas geografía" que es precisamente la sustitución de unos paradigmas por otros. Entre estas
revoluciones destacaría la revolución cuantitativa, que ha dado paso a la que se ha conocido
como la "nueva geografía" por antonomasia, la cual estaría siendo en esos momentos amenaza
por otra "novísima" geografía radical o humanista, en boga actualmente.
Al decir de Domínguez (2002), los paradigmas que han contextualizado la enseñanza de la
geografía han sido los siguientes: el paradigma naturalista, el regionalista, el neo positivista, el
social y el ambientalista. A su vez, cada uno de ellos presenta diferentes enfoques de la geografía,
y, por supuesto, diferentes métodos de enseñanza que se explican en detalle a continuación.
Paradigma Naturalista
Según este paradigma la geografía explicaba como la influencia de los factores físicos y naturales
afectaba en forma directa y determinaban la organización humana del espacio geográfico.
Con la influencia de Kant, el espacio geográfico se presenta como un gran escenario preexistente
en el cual el hombre desarrolla su actuación. Esta noción de naturaleza física como escenario de
las acciones humanas dio origen al determinismo geográfico, concepción que procuró interpretar
la influencia total y absoluta de la naturaleza sobre las actividades humanas, convirtiendo al
hombre en un elemento pasivo de la organización del espacio geográfico.
Los métodos de enseñanza explicativos eran los más utilizados bajo este paradigma. Domínguez
(2002) cita en su artículo a Elzear Gíuffra (1928), quien hace una definición del perfil del docente
bajo este paradigma: las clases de geografía eran "un trasunto de los libros de texto", en las
cuales el docente era " en rigor un repetidor, un admirable coleccionador de datos. Por su parte, el
alumno estaba convertido en un oyente o en un simple registrador más o menos completo de
aquellas retahilas desconcertantes"
La estrategia didáctica, según Domínguez (2002) se centraba frecuentemente en la realización de
mapas que se transformaba más en un ejercicio de habilidades y destrezas artísticas, que en el
manejo espacial de la información.
Paradigma Regionalista
Este paradigma surge de la escuela Regionalista Francesa de fines del s. XIX y primeras décadas
del S.XX, identificándose con la concepción posibilista para la comprensión de las relaciones
Hombre/Medio. El denominados medio natural constituye el escenario de oportunidades en el que
se desarrollan las actividades humanas.
Jorge Chebataroff citado por Domínguez (2002), en un apartado donde se explica con claridad la
postura regionalista: "Como la heterogeneidad sobre la faz de la tierra no es infinita, y existen
accidentes y hechos similares, capaces de ser agrupados, la geografía busca establecer sobre la
superficie terrestre la regionalidad, sea natural (..) o cultural." La geografía regional se presenta
entonces como una ciencia de síntesis entre la geografía física (con soporte técnico en las
ciencias naturales) y la geografía humana (con soporte técnico en las ciencias sociales).
La lectura y correcta interpretación de los mapas se transformó en uno de los objetivos
procedimentales en la enseñanza de la geografía, ya que se constituyó como recurso didáctico
fundamental para el reconocimiento regional.
La enseñanza de la geografía regionalista resígnificó didácticamente los procesos de
enseñanza/aprendizaje. Muchas veces sin desmantelarse la práctica conductista, se fueron
incorporando metodologías explicativas, analíticas e interactivas con el medio.
Paradigma Neo positivista
A partir de la definición de los fundamentos positivistas se intentó buscar leyes generales a la
distribución humana planteada a través del paradigma regionalista.
Es así que la geografía pasa a tener un alto contenido cuantitativo, siendo importante en el
análisis de los datos la estadística como ciencia auxiliar de gran importancia.
Este paradigma prácticamente se encontró superpuesto con el paradigma social que fue mucho
más fuerte en sus influencias, e inclusive en su didáctica.

Paradigma Social
Reaccionaria a su paradigma antecesor, el paradigma social sitúa al hombre como protagonista
principal en la producción y reproducción del espacio geográfico. Su principal impulso se da en la
década del 70 con el auge de las ciencias sociales.
Domínguez (2002) en su artículo explica que son varias las perspectivas de desarrollo de la
geografía. Entre estas ramas geográficas emergentes se pueden considerar la geografía de la
percepción, que concibe que los individuos actúan sobre el espacio de acuerdo a la percepción
que tienen del mismo; la geografía humanística, que toma como categorías fundamentales el lugar
y el espacio vivido; la geografía del bienestar que considera como tema principal la calidad de vida
de la población y la geografía critica o radical que lo que busca es llegar a la raíz de los problemas
sociales.
Metodológicamente esta corriente utiliza técnicas cualitativas de investigación que permiten un
importante conocimiento de la vida cotidiana de las personas y lugares a estudiar. Las técnicas
que utilizan son entrevistas en profundidad, historias de vida, observación participante, trabajos de
capo experiencia! y análisis de aportes literarios. Se trata de intervenir lo menos posible cuando se
está en contacto con las personas con las que se trabaja, a efectos de alcanzar la mayor
comprensión del lenguaje y los significados y valores que atribuyen a los lugares a estudiar.
Domínguez (2002) rescata que desde esta corriente las prácticas didácticas se amplían
incorporando no solamente conceptos geográficos, sino también categorías de otras disciplinas
que permiten el abordaje del espacio geográfico como una realidad más compleja.
Dentro de las herramientas que señala dicho autor, se pueden mencionar elaboración de
cartografía, las salidas a terreno, el análisis de textos y la correlación entre diferentes escalas;
todas ellas tendientes a obtener una "reflexión colectiva que aproximan cada vez más a un saber
pensar el espacio, o los espacios. " ( Domínguez 2002).
Paradigma Ambientalista
Surge este paradigma en los últimos años del s.XX a raíz de la realidad geográfica de la
devastación del hombre en sus relaciones con la tierra y el replanteo de la interacción
hombre/medio medio/hombre.
En sus orígenes, al decir de Domínguez (2002), la emergencia de la temática ambiental no
constituyó un nuevo paradigma, sino el resurgir de la interpretación didáctica del otrora paradigma
naturalista.
La formulación de estrategias en la enseñanza de la geografía se orientó hacia el medio ambiente
como una realidad abstracta y externa a los contextos de enseñanza y de aprendizaje y,
puntualmente en el mes de junio, a la realización de actividades concretas para conmemorar el
Día Mundial del Medio Ambiente, tales como plantar árboles en el entorno escolar, organizar
exposiciones, etc. Este enfoque de la dimensión ambiental con una perspectiva conductista, se
centró en que la educación por sí misma constituía la fórmula para resolver los problemas
ambientales a través de la promoción de actitudes favorables para el ambiente, desconociendo la
esencia estructural de los mismos como producto del modelo de desarrollo.
Sin embargo, en las dos últimas décadas del s.XX, el ambiente dejó de ser concebido como un fin
en si mismo, y pasó a considerarse como la concreción territorial y temporal de complejas
interrelaciones entre procesos físicos, biológicos, socioeconómicos y tecnológicos.
Entre las muchas consecuencias sufridas por la globalización podemos mencionar la degradación

ambiental, el riesgo del colapso ecológico y el avance de las desigualdades y la pobreza. Estos
signos elocuentes no pueden ser solo ítems dentro de los planes de estudios a ser desarrollados
por los docentes durante el año lectivo, y mucho menos pueden ser sometidos a un estudio bajo el
paradigma conductista, memorizando primero largas listas de especies para luego poder
ordenarlas en otras largas listas de especies desaparecidas.
El grupo Espacio y Sociedad de Uruguay emite un juicio acerca de la problemática de la
enseñanza de la geografía desde el punto de vista ambientalista y es citado textualmente por
Domínguez (2002) de la siguiente manera: "El propósito formativo que subyace a esta idea
postula la necesidad de un contacto con el ambiente que empieza en el interior de cada persona,
continúa en el entorno próximo donde vivimos y no acaba hasta abarcar los componentes físicos y
las dinámicas relaciónales entre el espacio y la sociedad que caracterizan al mundo en su
conjunto".
Desde la eclosión del ambientalismo, ante la emergencia de que otro mundo es posible y
necesario, se debe propender a la formación espacial de ciudadanos como mecanismo de
transformación de la realidad objetiva a partir de la contribución formativa que la enseñanza de la
geografía ofrece.
Potencializar la inteligencia espacial, tiene entre otros fundamentos, aprehender el espacio
geográfico y las formas de simbolizar y representar el mismo, logrando integrar al estudiante con
su espacio, hacerlo parte de el mismo, volverlo a su naturaleza primigenia, desarrollar en él su
"Inteligencia espacial".
"La inteligencia espacial es la capacidad para formarse un modelo mental del mundo espacial y
para maniobrar y operar usando ese modelo" Gardner (1998).

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