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0. INTRODUCCIÓN
* Fue una dictadura personal, en la que todo el poder se concentraba en la persona del general, y
una dictadura militar, con la pérdida de libertades políticas y la persecución de cualquier forma
de disidencia.
EL EJÉRCITO Y EL “NACIONALPATRIOTISMO”
La fidelidad de las fuerzas armadas fue la condición esencial de la supervivencia política, cuya
presencia en el Gobierno alcanzó su punto culminante entre 1939 y 1945
El franquismo fue un régimen militar en el que siempre estuvo presente el recuerdo de la Guerra
Civil y la victoria: el orden que Franco estableció no se concibe sin el ejército, a cuyos oficiales
asignó un papel relevante y cuya impronta se refleja en el autoritarismo del régimen. El ejército
gozó de prerrogativas muy amplias y participó activamente en la vida política (ministerios y
gobiernos civiles). El régimen configuró un verdadero estado policial que garantizase el orden
público y persiguiese cualquier forma de disidencia.
El franquismo tuvo un acusado carácter nacionalista español, fruto del pensamiento falangista y
tradicionalista, en el que toda la retórica oficial se llenaba de alusiones al pasado
grandioso de España. El franquismo usó el concepto falangista de unidad histórica a la
que atribuye una unidad de destino.
LA FALANGE Y EL NACIONALSINDICALISMO
El franquismo rechazó el sistema de partidos políticos y estableció sólo uno, Falange Española -
partido fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1933 -, a los que añadiría algunos elementos
del tradicionalismo, en el partido único que constituyó, en 1937, como Falange Española
Tradicionalista y de las JONS. De él tomó las formas externas, el lenguaje utilizado y la
simbología.
La Iglesia cumplió durante mucho tiempo el papel legitimador del régimen, obteniendo a cambio
numerosos privilegios en la vida social, la enseñanza y la moral pública. A cambio, la Iglesia
reconoció al estado prerrogativas de origen medieval, como el derecho de presentación de
obispos. Esta alianza quedó sellada con el Concordato de 1953, firmado con el Vaticano.
De ahí la visión nacional-católica del régimen. Franco se consideraba a sí mismo como hombre
providencial elegido por Dios para la salvación de España. El Estado y la Iglesia colaborarán en la
afirmación del nacionalcatolicismo, ideología que consideraba consustancial al ser español la fe
católica. El franquismo presentaba los rasgos de un régimen integrista y fundamentalista, en el que
la Iglesia y el Estado estaban unidos en un mismo proyecto político y social [LIBRO p. 374, foto].
2. EL ESTADO FRANQUISTA
La voluntad dictatorial quedó bien patente a partir del desmantelamiento de todas las
instituciones de la época republicana. Se suprimió la Constitución de 1931 y con ella todas las
garantías individuales y colectivas, se prohibieron todos los partidos políticos y las
organizaciones sindicales y se abolieron los estatutos de autonomía..
Como en toda dictadura, la oposición tuvo que manifestarse desde la clandestinidad y estuvo sometida a la
represión policial y judicial del régimen.
El MOVIMIENTO OBRERO inicia entre 1956-1958 unas fuertes movilizaciones en País Vasco y
Asturias, donde comenzaron a surgir comisiones de trabajadores que serán el embrión de las
futuras Comisiones Obreras (CCOO), organización sindical impulsada por el PCE.
La NUEVA PRENSA (diario Madrid) y las revistas (Cuadernos para el Diálogo; Triunfo), que
difunden ideas democráticas.
Incluso en EL EJÉRCITO se gestó la Unión Militar Democrática, que agrupó a varios cientos de
oficiales en torno a un programa en el que se demandaba el establecimiento de la democracia.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS. El principal partido clandestino era el PCE, que mantenía una
política basada en la "reconciliación nacional" y preconizaba un "Pacto por la Libertad",
amplia alianza de todas las fuerzas democráticas del Estado para derribar la dictadura
mediante una huelga general política. Por su parte, el PSOE celebró en Suresnes (1974) un
congreso en el que tomaron la dirección nuevos líderes del interior, a la cabeza de los cuales figuraba
el joven abogado Felipe González. En la extrema izquierda proliferaban grupos de ideología
marxista.