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Sin negar la gran importancia que para los humanos tienen los reflejos
incondicionados, muchos de los cuales presentan un carácter defensivo, es claro que
el hombre no hubiera llegado a la cúspide de la pirámide de la evolución biológica,
sin la facultad de crear a lo largo de la vida, nuevas conexiones entre las partes
sensitivas, integradoras y efectoras del arco reflejo. La creación de nuevas
conexiones es posible mediante el aprendizaje.
En la imagen que está más abajo, se muestra la reacción del perro a un estímulo
luminoso (puede ser también un estímulo sonoro), que para el momento no se
relaciona con el acto de comer. La luz se proyecta entonces como un estímulo
indiferente, incondicionado. Esta información visual, sería analizada por el centro
visual localizado en la corteza cerebral del animal (punto 3). En este momento no se
presenta ninguna salivación.
La información visual (si se trata de la luz del bombillo que es encendido), irá por
una vía sensitiva hacia el centro cortical, encargado de procesar, analizar y sintetizar
la información visual (punto 3). Posteriormente la excitación se irradiará desde el
centro cortical que controla la información visual hacia el centro cortical que
controla la salivación (punto 2), para posteriormente dirigirse al centro subcortical
de la salivación (punto 1), que como ya se mencionó, se encuentra localizado en la
médula oblonga. Por esta vía eferente llegarán las órdenes a las glándulas salivales
y las obligarán a secretar una buena cantidad de saliva, acción previa a la llegada de
los alimentos a la cavidad bucal.
Prepararse de antemano (para comer, defenderse, huir, etc.), parece ser el sentido
biológico de los mecanismos reflejo-condicionados. Es necesario aclarar, que al acto
de salivar, sin haber sido estimuladas las pailas gustativas, como ocurre en la
salivación reflejo-condicionada, no se presentará indefinidamente. Es necesario que
se refuerce de vez en cuando el arco reflejo-incondicionado de la salivación, es decir,
es pertinente que se le ofrezca con cierta frecuencia comida al perro, unos segundos
después de prender el bombillo.
Lo anterior es fácil de entender. Así como el perro aprendió a asociar la luz con la
comida, muy rápidamente aprende a disociar estos dos elementos, si pasado algún
tiempo no se le da de comer.
A veces nos asombran las piruetas que realizan los animales que trabajan en los
circos. Por ser actos producto del aprendizaje, se requiere de un refuerzo continuo,
que se expresa en una golosina que el domador le ofrece con bastante disimulo al
animal, una vez éste haya realizado su acto. En realidad el animal hace su acto sin
esperar el reconocimiento del público (aplausos); lo único que le interesa es recibir
su deliciosa golosina, es decir el refuerza para que él continúe realizando durante
mucho tiempo su acto, que no deja de ser el acto más humillante que se le infiere al
animal de circo. Más que la conducta del animal de circo, lo que nos debe causar
asombro es la conducta de los humanos que insisten en demostrar la superioridad
sobre otras especies, a través de actos que lo convierten en el más irracional entre
todos los animales.
Reflejo condicionado
Se denomina reflejo condicionado a un comportamiento que se produce en
respuesta a un estímulo que no ocurría de manera natural, y que debe ser aprendido
por el individuo asociando a un estímulo neutro un estímulo fuerte. El estímulo
fuerte es uno que no requiere de ningún aprendizaje o condicionamiento para
producir una respuesta. En cambio un estímulo neutro inicialmente no posee
ninguna respuesta asociada al mismo, y la respuesta correcta debe ser aprendida
mediante repetidas asociaciones con un estímulo fuerte.12
Investigaciones de Pávlov
El trabajo inicial más conocido y completo sobre reflejo condicionado fue realizado
por Iván Pávlov, si bien Edwin Burket Twitmyer publicó algunos hallazgos
relacionados un año antes.3 Durante su investigación sobre la fisiología de la
digestión en perros, Pávlov desarrolló un procedimiento que le permitió estudiar los
procesos digestivos de los animales durante largos períodos de tiempo. Pávlov
redirigió los fluidos digestivos del animal fuera del cuerpo, donde podían medirse.
Pávlov notó que sus perros comenzaron a salivar en presencia del técnico que
normalmente los alimentaba, en lugar de simplemente hacer saliva en presencia de
comida. Pávlov llamó a la salivación anticipada de los perros "secreción psíquica".
Al poner estas observaciones informales en una prueba experimental, Pávlov
presentó un estímulo (por ejemplo, el sonido de un metrónomo) y luego le dio
comida al perro; después de algunas repeticiones, los perros comenzaron a salivar
en respuesta al estímulo. Pávlov concluyó que si un estímulo particular en el entorno
del perro estaba presente cuando el perro recibía comida, ese estímulo podría
asociarse con la comida y causar la salivación por sí mismo.
El experimento de Pavlov
El alimento (o algún tipo de substancia química) al ser colocadas en la boca,
producen saliva, este fenómeno fisiológico permite que la comida sea alterada
químicamente para que, tras ser diluida, pueda producirse el proceso digestivo. Lo
que Pavlov observa es que dicha secreción puede ser evocada a distancia cuando un
órgano sensorial (olfato o vista) detecta la presencia de algún alimento. De esta
manera, aún el plato en el que se acostumbra a alimentar al perro es suficiente para
que se produzca el reflejo condicionado de la secreción salival: "Y más adelante la
secreción puede ser provocada con la sola vista de la persona que trae la vasija, o
por el sonido de sus pisadas (Pavlov, 1927).
Finalmente, de acuerdo a una relación espacio temporal entre estímulos, se llegó a
postular la teoría de que toda nuestra conducta no es nada más que una cadena de
reflejos, algunos innatos y la mayor parte (sobre todo en los seres humanos)
aprendidos, adquiridos o condicionados por el simple hecho de haber (en algún
momento de la existencia del organismo) sido asociadas ciertas condiciones
ambientales. Pavlov nunca imaginó lo que sus investigaciones llegarían a influir
decisivamente en el principal defensor del conductismo, John Broadus Watson.
Reflejos condicionados e incondicionados
Reacciones adaptativas de los animales y el hombre, determinadas por la
excitación de los receptores y la actividad del sistema nervioso central. Los reflejos
incondicionados son reacciones innatas de respuesta del organismo, iguales en los
seres de una especie dada. Se caracterizan por una conexión constante y univalente
entre la acción sobre uno u otro receptor y una determinada reacción de respuesta
que asegura la adaptación de los organismos a las condiciones estables de su vida.
Los reflejos incondicionados se realizan, por lo común, con ayuda de la médula
espinal y las secciones inferiores del encéfalo. Las series y cadenas complejas de
reflejos incondicionados se llaman instintos. Los reflejos condicionados son
reacciones –adquiridas en la vida del organismo– a la excitación de los receptores:
en los animales superiores y en el hombre, los reflejos condicionados se forman
mediante el establecimiento de conexiones temporales en la corteza del cerebro y
sirven de mecanismo de adaptación a las complejas condiciones mutables del medio
exterior. Séchenov fue el primero en demostrar que la actividad psíquica tiene
naturaleza refleja. El método objetivo de reflejos condicionados, que es obra de
Pávlov, constituye la base de la doctrina de la actividad nerviosa superior, en
particular, de la teoría de los dos sistemas de señales. Esta doctrina tiene gran
importancia para la fundamentación científica natural de la psicología materialista
y la teoría marxista dialéctica del reflejo.
Diccionario de filosofía · 1984:365-366