Sei sulla pagina 1di 4

El fundamentalismo cristiano

Juan Guerrero, pastor de la Iglesia Metodista, analiza el


fundamentalismo cristiano desde varias perspectivas: la política, el
poder y la devoción, asociadas a este tema, hacen parte de la
columna semanal del pastor Guerrero.*****

Puede decirse que hace algo mas de cien años nace el


fundamentalismo cristiano. Sucede preponderantemente en el
elemento norteamericano, y es una reacción a la teología liberal
alemana. Es reacción también a las ideas liberales propias de la
modernidad y del creciente humanismo de comienzos del siglo XX.

El fundamentalismo germinó bien en el contexto positivista


norteamericano. Es la época del destino manifiesto y del plan Monroe.
Es la respuesta norteamericana a la pretensión europea de dominio
sobre la América Latina, llamada así por los franceses para reforzar la
idea de que la América hispana pertenecía al mundo latino y no al
anglosajón. Los norteamericanos reclamaron en contestación con
aquella famosa consigna: América para los americanos.

En aquella época ser pastor evangélico era la profesión mas


prestigiosa de la sociedad norteamericana. El protagonismo y la
visibilidad de las iglesias protestantes eran apabullantes y evidentes.
Es desde esta tradición religiosa dominante que se da una repuesta a
la teología liberal alemana.

La teología alemana, con sus grandes pensadores existenciales,


estaba descubriendo que el nuevo testamento era una construcción
teológica hecha por la comunidad primitiva de creyentes. Por tanto se
revaluaba la inspiración verbal de las escrituras. Fue mérito de
Schleiermacher colocar la comprensión de los textos del pasado en la
sensibilidad de los sujetos del presente. Esto haría repensar toda la
revelación bíblica.
Es que el existencialismo en si, ya era una crítica a la modernidad. Sin
los aportes hechos a la teología desde universidades como Tubinga,
la teología actual casi sería impensable.
También se imponía en aquella época la teoría de la evolución de las
especies, teoría que parecía estar en contra de cierta interpretación
creacionista tradicional inspirada en Génesis.

Los sectores religiosos norteamericanos con sus presupuestos


positivistas y su posición social ampliamente dominante, no podían
aceptar estas nuevas ideas. Por un lado preferían privilegiar la
redondez de un sistema teológico tradicional y “útil” [Positivismo] y por
otro lado sus intereses colonialistas los hacían sordos a otras ideas.

Por otro lado, parece que la guerra de secesión y la gran inmigración


que se produjo durante la guerra y en sus años posteriores, trajo un
creciente pesimismo en el ethos religioso norteamericano. La mayoría
de emigrantes que llegaron eran irlandeses e italianos de origen
católico romano que socavaron el ideal de un país enteramente
protestante.

Este pesimismo y fraccionamiento de las grandes denominaciones


protestantes fueron dinamizando el surgimiento de nuevas
denominaciones religiosas de corte pentecostal, de fe ultramundana y
marcadamente fundamentalistas.

La iglesia Metodista era la denominación más grande e influyente y


fue la que más sufrió estos fraccionamientos. Se suele decir que el
siglo XIX fue el siglo metodista en los Estados Unidos, pues esta
iglesia llegó a ser más grande que todas las otras denominaciones
sumadas.

Finalmente el fundamentalismo religioso se expandió y a través del


pentecostalismo llegaría a toda América latina. Este pentecostalismo
de tendencias fundamentalistas encontró en Latinoamérica un camino
abonado. Hoy se dice que en esta parte del continente, por lo menos
el 80 por ciento de los cristianos no católico romanos, son de tipo
pentecostal, neo pentecostal o carismático, que es mas o menos lo
mismo.

El fundamentalismo es dualista, todo lo tiende a ver en dos únicas


categorías: Dios o el Diablo, bueno o malo, cielo o infierno, la iglesia o
el mundo, salvo o inconverso, y así por el estilo. Este fundamentalismo
lo expresa todo en categorías que producen rechazo o militancia, pero
no indiferencia.
Allí, donde no hay buena formación académica el fundamentalismo
“da muy buenos resultados” y muchos “acogen a Dios” o a quien
supuestamente lo represente, sólo por miedo o rechazo al Diablo. Esto
implica crecimiento y mega-iglesias, fama y poder. Se entiende que en
estos fundamentalismos religiosos se le de tanto protagonismo e
importancia al Diablo.

Yo creo que hay ciertos principios bíblicos que defenderlos nos puede
hacer pasar por fundamentalistas, pero el fundamentalismo en si, es
un gran error. Nos roba la posibilidad de experimentar una vida
cristiana en la cual se viven encuentro y desencuentros, vida y muerte
y todo en un mismo crisol.

Por esto afirmamos que Dios es misterio y que el humano es como la


flor del campo que a la mañana es y a la tarde ya no es. Aunque
nuestro ser exterior se desgaste cada día, nuestro ser interior puede
fortalecerse en el conocimiento de Dios –Como decía San Pablo–.

Dios es misterio insondable y misterio es dimensión de profundidad a


la que sólo se accede mediante la experiencia subjetiva, personal y
propia. El fundamentalismo todo lo reduce, negando la experiencia
cristiana, que es rica en matices. Caminar con Cristo es una
experiencia bella y grata. De esto puedo dar testimonio.

Potrebbero piacerti anche