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SUGERENCIAS DOCENTES
Se pretende que las clases impartidas generen un impacto espiritual en el estudiante, que en
grupo para que éste tome parte en la formación espiritual para lo cual puede formar
equipos para que expongan un tema en clase o solicitar a algún alumno que prepare
maestros titulares.
Aún con el conocimiento de que la plantilla de Maestros de la E.D. incluye hermanos
hay aspectos de suma importancia que se deben tomar en cuenta para la preparación
e impartición de la clase.
Oración.
Realiza una oración para que Dios obre en ti y te de los elementos necesarios para que
puedas preparar y dar una clase donde los propósitos de Dios lleguen al estudiante, y a ti
mismo.
Planeación de la lección.
Trata de buscar un lugar donde puedas estar tranquilo y sin distracciones.
Leer con una semana de anticipación la Lección Dominical; para que las experiencias
listado de las ideas principales que pienses se deben enfatizar durante la clase.
Elabora preguntas relacionadas con las ideas principales, a modo que éstas vallan
lección.
Durante la clase.
Iniciar con una oración.
Se debe diferenciar entre una clase, un sermón y una conferencia.
cada lección.
aprendido.
Hacer las oraciones correspondientes. Entregar los formatos de oración para que los
propósitos planeados, así como detectar puntos que se deben ir mejorando para oras
sesiones.
Dentro de las tareas encargadas a nuestros alumnos es poner en práctica loa prendido
y traer invitados, y generar ambientes adecuados para que nuestra matrícula no baje.
Permanencia.
Se les pide que realicen una
agenda de sus estudiantes, donde
se tenga a la mano su correo
electrónico, y su teléfono, a
manera de estar en frecuente
comunicación con ellos.
Cuando se detecte una deserción, se mandará una carta o un mensaje al
Sustitución en clase.
Si por alguna razón no puedes impartir la clase, en primer deberás comunicarte con tu
para la lección, ya que por respeto a los alumnos se debe de evitar improvisar.
Aportación de la M. D. Escuela
Dominical INPC “El Divino
Redentor” Nativitas D. F.
Ganancias y pérdidas (Filipenses
3:7-9)
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida
por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida
por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del
cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser
hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es a base de la ley, sino la
que es por medio de la fe de Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la
base de la fe… (Filipenses 3:7-9).
¡Qué poco vemos el pecado como Dios los ve! Dios se siente peor por tu pecado
más pequeño que lo que tú te sientes por tu pecado más grande. Nos sacudimos
en repulsión cuando oímos del abuso de niños. ¿Alguna vez has pensado que es
bastante posible que a Dios le repugna más tu más leve pecado de lo que a ti te
repugna ese otro? Ver las cosas como Dios las ve… Sí, a veces decimos, “¿Cómo
puede ser que Dios mande gente al infierno por esto?” ¿Pero realmente lo
entendemos? Como el gran teólogo medieval siempre solía decir: “Por cada
pregunta que tienes en conexión con la justicia de Dios en condenarte, por cada
pregunta que haces acerca de la justicia de Dios y lo que mereces, la respuesta
siempre es: “Todavía no has ponderado la gravedad del pecado.” ¿Y quién lo ha
hecho? Pero cuando el Espíritu de Dios trae la ley de Dios a tu corazón entonces
comienzas a ponderar la gravedad del pecado.
Quizá no pensabas que Saulo de Tarso estaba así de atribulado cuando estaba
llevando a cabo su persecución. ¿Alguna vez has pensado que estaba
redoblando sus esfuerzos para obtener paz con Dios, porque la ley con la que
alguna vez le fue tan fácil vivir era ahora la ley que estaba aplastándolo? Y aquí
da esencialmente lo que es un cuadro miserable de un hombre miserable. Y de
repente las cosas que eran para él ganancia dejan de serlo.
Así que aquí está un hombre miserable que está descubriendo que sus ganancias
ya no son buenas. ¿Qué lo saca de este desastre? …¿Quién lo saca de este
desastre? Cristo lo saca de este desastre… Lo saca de él en el camino a
Damasco. Cuando a Saulo, que sale en una hazaña de rabia y furia para ahogar
sus propias convicciones, Cristo lo encuentra soberanamente y por gracia en el
camino a Damasco.
Y por tres días Saulo de Tarso está ciego dentro de esa casa… Y finalmente algo
sucede. Dice que cayeron de sus ojos “como escamas,” y ve. ¿Pero qué es lo que
entiende? La gloria de la justificación por la fe es lo que entiende. Un gran
teólogo repentinamente sabe de lo que está hablando. Por fin sabe cuál es el
plan de Dios para la salvación; que el Cristo que era para él basura es realmente
TODO lo que necesita.
Estas escamas que caen de sus ojos [en Hechos 9:18, después del tercer día en la
casa de Ananías] son tan sólo un símbolo de la iluminación que llegó al alma de
este hombre, Saulo. Encuentra a Cristo. Sí, Cristo lo encuentra. Él encuentra a
Cristo. Es lo mismo, siempre que recordemos el orden. Es siempre Dios quien
nos encuentra primero. Si no lo hiciera, nosotros nunca lo encontraríamos. Y
nunca olvides eso. Dios te encontró antes de que tú lo encontraras a Él. Y
alabarás y glorificarás a Dios por ello todos tus días por la eternidad.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido
todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no
teniendo mi propia justicia, que es a base de la ley, sino la que es por medio
de la fe de Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe.
(Filipenses 3:8-9)
Eso nos dice que la primera cosa que obtuvo en Cristo fue una justicia. Y eso es
lo primero que necesitas. Necesitas algo que te ponga en la situación correcta
delante de Dios, necesitas una justicia. Necesitas algo que corresponda a Su
santidad. Él es santo, tú debes ser santo. Sin santidad nadie verá al Señor
[Hebreos 12:14].