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que nos presentara una conquista sistemática del país llevada a cabo por Josué a la
cabeza de las tribus; pero en realidad las cosas debieron haber pasado de manera muy
distinta.
La gente de las ciudades y los nómadas eran muy diferentes, y la obligación que te
nían unos y otros de cohabitar en un mismo territorio, no impidió que hubiera conflic-
los: unas veces eran los cananeos los que ganaban, otras, los nómadas. Pero poco a
poco las tribus fueron imponiendo su ley a los antiguos habitantes del país, y en la
cpoca de Saúl, los nómadas de otrora, convertidos en citadinos a medida que pasaban
los años, se habían apoderado del poder en el país. David y luego Salomón deberían
confirmar esta situación.
Las minorías activas son las que hacen la historia. Cuando hablamos de la Ig le
sia y de su impacto en el mundo, no se trata a veces más que de una minoría de
creyentes. Los grupos de profetas que, varios siglos después de Josué, recopilaron
las tradiciones y los documentos sobre la «con qu ista», no pretendieron entregarnos
una historia exacta y completa de aquélla. N o nos dejemos engañar por el aspecto
Iriunfador de estos relatos en que «to d o Isra el» obtiene junto a Josué victorias
asombrosas: el libro de Josué narra pequeñas cosas que constituyeron una gran
historia.
sés; así que llegó para ti la hora de manera y tendrás éxito dondequiera
atravesar el río Jordán, y to d o el que vayas.
pueblo pasará contigo a la tierra que
8 Leerás continuamente el libro de esta
yo doy a los hijos de Israel. 3 Yo les Ley y lo meditarás para actuar en todo
doy todos los lugares donde pongan según lo que dice. Así se cumplirán tus
sus pies, com o se lo prometí a Moi planes y tendrás éxito en todo. Yo soy
sés. 4 El territorio de ustedes limitará quien te manda; esfuérzate, pues, y sé
al norte con el monte Líbano; al sur, valiente.4 No temas ni te asustes, porque
con el d e s ie rto ; se e x te n d e rá al contigo está Yavé, tu Dios, adondequiera
que vayas.»
oriente hasta el río grande, el Eufra
10 Josué ordenó a los secretarios del
tes, y al o c c id e n te , hasta el Mar pueblo: " «Recorran el campamento im
Grande. partiendo esta orden: Junten bastante ali
5 Mientras vivas nadie te resistirá.mento, porque dentro de tres días pasarán
Estaré contigo com o lo estuve con el Jordán y entrarán en posesión de la tie
Moisés; no te dejaré ni te abandona rra que les dará Yavé, nuestro Dios.»
• 1.1 Al igual que todos los profetas que surgie Yo ¡es d o y todos los lugares donde pon-
g
ron a continuación en Israel,-Josué aparece aquí an sus pies (3). Así se nos enseña c ó m o de-
como el «servidor de Y a v é» que medita su palabra e m o s e s p e ra r los b en eficio s d e D ios. El no
día y noche (Sal 1,2). Y la primera imagen bíblica hace las cosas en lugar nuestro: hace que nos
que vendrá a la m ente de la comunidad cristiana sup erem os para conquistarlas. L a tierra que
primitiva para hablar d e Jesús, será la del «santo Y a v é da a los israelitas será suya cuando la ha
servidor d e Dios» (H e 3 ,1 3 ; á 26 : 4 ,2 7 ; 4,30). yan conquistado.
Así se dibuja la figura de un Salvador (Josué, co Bien es verdad que el Evangelio no habla de
mo Jesús, significa «Yavé-salva») que introduce al conquistas terrenales, pero la biblia muestra que
Pueblo de Dios en su tierra y en su descanso. Jo el Evangelio no podía ser entendido sino por un
sué aparece en la Biblia com o una prefiguración pueblo que hubiera luchado para conquistar su
de Jesús y la Carta a los H ebreos lo dará a enten tierra y su propia identidad, para luego crear su
der en el capítulo 4. propia cultura.
JOSÜE 1
m
A la gente de las tribus de Rubén y de
8 La mujer subió entonces a donde ténll
Oad j a los de la media tribu de Manasés,
escondidos a los exploradores de Josué y I
Josué les dijo: 13 «Recuerden la orden de es dijo: «Sé que Yavé, el Dios de ustedoi,
Moisés, servidor de Yavé: Yavé les ha con les ha entregado este país; estamos asu»
v i d o reposo y les ha dado toda esta pro tados y los nabitantes del país tiemblan
vincia. Las mujeres y los niños, así tam- ante ustedes. 10 Pues hemos sabido qu#
i ’j n 5°,m,0 9anado, se quedarán a este Yave secó las aguas del Mar Rojo para qu|
la • ?el Jordán, en la provincia que les dio pudieran pasar al salir de Egipto. Sabemoi
Moisés, pero ustedes, los valientes, pasa como trataron a los dos reyes de los amo
ran armados al frente de sus hermanos y rreps que vivían al otro lado del Jordán, a
los ayudarán 15 hasta que Yavé les dé su Sijon y a Og, a los que ustedes extermina*
herencia, como se la ha dado a ustedes, y ron por anatema.
que conquisten también ellos el país que
les da Yavé, nuestro Dios. Entonces uste- " Estas noticias nos han asustado, y to
dos se quedan sin ánimo ante ustedes poi
d?s regresarán a la provincia que les entre
go Moisés y poseerán este país al este del que Yavé es Dios arriba en los cielos como
Jordán.» abajo en la tierra.
12 Por lo tanto, júrenme por Yavé que asi
'6 Ellos respondieron a Josué: «Haremos como yo he sido leal con ustedes, también!
todo lo que nos has ordenado e iremos a ustedes lo serán con mi familia '3 y respe
donde quieras mandarnos; 17 así como he tarán la vida de mi padre, de mi madre, dr
mos obedecido a Moisés, de igual forma te mis hermanos y hermanas, con todo lo
obedeceremos. que les pertenece.»
Quiera Yavé, tu Dios, estar contigo como 14 Los hombres respondieron: «Siempre!
estuvo con Moisés. 18Muera el que contra que ustedes no descubran nuestro propó
diga tus palabras y desobedezca tus órde sito te devolveremos vida por vida cuan
nes. Solamente se valiente y actúa como do Yave nos entregue este país, y actuare- I
hombre.»
m os c o n tig o con ge n e ro s id a d y con
lealtad.» 3 ■
La historia de Rahab
15 Después de esto, los bajó con una
f2 l* 'Josué hizo salir secretamente desde cuerda por la ventana, ya que su casa es
L- J Setim a dos exploradores con la si taba pegada al muro de la ciudad. 16 Pero
guiente orden: «Vayan y observen bien el les dijo: «Diríjanse hacia los cerros para
terreno y la ciudad de Jericó.» que no los sorprendan los que los andan
Los exploradores fueron y tan pronto lle persiguiendo. Permanezcan escondidos
garon a Jericó se hospedaron en casa de allí por tres días, hasta que regresen ellos,
una prostituta llamada Rahab. 2 Pero al y luego prosigan su camino.» 17 Ellos res
guien le dijo al rey de Jericó: «Gnos israeli pondieron: «Mira en qué forma cumplire
tas han entrado aquí esta noche para es mos nuestro juramento; 18 cuando entre
piarnos.» 3 Entonces el rey de Jericó mandó mos en este país, tú colgarás esta cinta
a decir a Rahab: «Expulsa a esos hombres roja como señal en la ventana por donde
que están en tu casa, porque vinieron a ob hemos huido. Reúne en tu casa a tu pa-
servar el país.»4 Pero la mujer los había es dre, madre, hermanos y a todos tus pa
condido, y respondió: «Es verdad que llega- rientes. Si alguno de ellos sale de la ca
ron a mi casa, pero yo no sabía de dónde sa, el será el único responsable de su
eran. Y al anochecer, poco antes de que muerte y no podrá culpársenos a noso
se cerraran las puertas de la ciudad, se fue tros. Pero si matan a alguno de los que
ron. No sé a dónde se marcharon, pero contigo estén en tu casa, que venga sobre
dense prisa y seguramente los alcanzarán.» nosotros el castigo por su muerte. 20 Cuí
La mujer los había escondido en la te date de revelar nuestro plan; si no, queda
chumbre de la casa, tapándolos con pa remos desligados del juramento que nos
quetes de lino que allí guardaba. has exigido.» 21 Rahab les dijo: «Así sea.» I
7 Los perseguidores los buscaron por el be despidió de ellos y colgó en la ventana i
camino que lleva al valle del Jordán y, en la cinta roja.
cuanto salieron, se cerraron las puertas de 22 Los hombres se dirigieron a los ce
la ciudad.
rros y allí se escondieron por tres días,
a
' CJna vez que pasó toda la nación,
19 Fue el décim o día del mes pri
Yave dijo a Josué: 2 «E scoge doce
m ero cu ando el pu eblo subió del
hombres, uno por cada tribu, y dales la or
den siguiente: 3 Saquen doce piedras del Jordán, y fijaron su campamento en
lecho del Jordán, del mismo lugar donde Guilaal, a la extremidad este de Jeri
estuvieron parados los sacerdotes. Lléven có. Allí, en Guilgal, Josué colocó
selas y colóquenlas en el lugar donde las doce piedras que habían tomado
acamparán esta noche.»
en el cauce del Jordán, cuando lo
4 Josué entonces hizo llamar a los doce
hombres que había escogido de las doce atravesaron.
tribus de Tsrael y les ordenó: 5 «Caminen 21 E n to n c e s J o s u é d ijo a los
delante del Arca hasta el medio del Jordán israelitas: «Cuando en el futuro sus
y traigan de allí al hombro una piedra por hijos les pregunten qué significan
cada tribu. 6 Ellas permanecerán entre us esas piedras, 22 ustedes les ex p li
tedes com o una señal de esta hazaña,
carán que el pueblo de Israel cruzó
pues cuando sus hijos les pregunten en el
futuro qué significan para ustedes estas el J o rd á n sin m o ja r s e lo s p ies,
p ied ra s, u sted es podrán resp o n d er: 23 pues Y a v é, nuestro D ios, secó
Cuando el Arca de Yavé iba atravesando las a gu a s del J ordá n d e la n te de
ii '-*0[ c',an» las aguas se dividieron ante nosotros, lo m ism o que hizo en el
ella. Asi estas piedras servirán de memo m ar Rojo, que dejó seco ante no
rial a los israelitas para siempre.»
sotros cuando tuvim os que atrave
8 Los israelitas cumplieron la orden de
Josué y retiraron del lecho del Jordán do sarlo. 24 Esto ha sucedido para que
ce piedras, tal como Yavé le había ordena los pueblos de este país conozcan
do a Josué, una por cada tribu. Se las lle el poder de Y avé, nuestro Dios, y
varon hacia el lugar donde acamparon y para que ustedes m ism os lo teman
allí las depositaron. siem pre.»
JOSUE 6
225
l.os israelitas se circuncidan he quitado de encima de ustedes la ver
güenza de Egipto.» Por eso aquel lugar se
V celebran la Pascua
flama Quilgal hasta el día de hoy.
Icfl** 1 Los reyes de los amorreos radicá 10 Los israelitas acamparon en Quilgal,
i s dos al occidente del Jordán y todos donde celebraron la Pascua el día catorce
los reyes de los cananeos que habitaban del mes, al atardecer, en la llanura de Jen-
Ins tierras vecinas al Mar Mediterráneo su c ó . 11 A partir de este día comieron los pro
pieron que Yavé había secado el lecho del ductos del país: panes ázimos y espigas
Jordán para que los israelitas lo atravesa- tostadas en ese mismo día. 12 Y desde ese
i,m. Entonces se desanimaron y perdieron día en que consumieron los productos del
e*|aliento ante los israelitas. país, cesó el maná.
' Por aquel tiempo Yavé dijo a Josué: Ño hubo ya maná para los israelitas y
»1 abrica unos cuchillos de pedernal y cele ese año comieron lo que produce el país
bra de nuevo una circuncisión para los hi deCanaán. . . . ,
los de Israel.»3 Obedeció Josué la orden de 13 Mientras Josué estaba cerca de Jenco,
Yavé y circuncidó a los israelitas en el lu levantó los ojos y vio delante de sí a un hom
nar llamado C ollado de los Prepucios. bre con una espada desenvainada en la ma
4 Esta fue la razón por la cual Josué no. Se dirigió a él y le dijo: «¿Eres tú de los
practicó esta segunda circuncisión: 5 todos nuestros o de los enemigos?» 14 Y el respon
los hombres de Israel que salieron de Egip- dió: «No, yo soy el jefe del ejército de Yave, y
lo estaban circuncidados, pero murieron acabo de llegar.» Josué se postró en tierra, lo
durante su peregrinación en el desierto. Al adoró y dijo: «¿Qué ordena mi Señor a su
contrario, los nacidos en el desierto nopes servidor?» é El jefe del ejército de Yavé e di
iaban circuncidados. 6 Pues los israelitas jo: «Quítate el calzado de tus pies; el lugar
anduvieron cuarenta años por el desierto, que pisas es santo.» Así lo hizo Josué.
¡insta que murieron todos, toda esa gene
ración que no obedeció a Yavé, y Yavé les
juró que no los dejaría entrar a la tierra que La tom a de Jericó
mana leche y miel y que prometió a sus
pudres. 7 Pero en vez de ellos estaban sus HF1 • 1 Los habitantes de Jericó ha-
hijos, y son ellos los que circuncidó Josué. I O I bían cerrado la ciudad y puesto
11 Después de circuncidarse todos, des- sus cerrojos para que no entraran los
■ansarón en el campamento hasta su cura isra elitas: n adie entraba ni salía.
ción. Entonces Yavé dijo a Josué: «Hoy
“6Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdo trompetas. En ese preciso momento
tes y les dijo: «Ustedes llevarán el Arca de la se derrumbaron ios muros de la ciu
Alianza; siete sacerdotes irán delante tocan dad. Entonces cada uno avanzó so
do trompetas de las que se usan en el Jubi bre la parte de la ciudad que tenía n
leo.» Luego, Josué dijo al pueblo:7 «Ustedes su frente.
daran la vuelta a la ciudad y la vanguardia
21 Se apoderaron de Jericó. Y es
del ejército precederá el Arca de Yavé.»
8 Cuando Josué terminó de hablar, los ada en mano mataron a todos lo»
sacerdotes comenzaron a tocar las siete ombres y mujeres, jóvenes y viejos;
trompetas que sirven para tocar la fiesta incluso a los bueyes, ovejas y burros,
del Jubileo y avanzaron delante del Arca y los entregaron co m o anatema, o
de Yavé. 9 La vanguardia del pueblo iba sea, los sacrificaron a Dios.
delante de los sacerdotes y el resto del
pueblo detrás del Arca. Las trompetas re 22 (D os hombres habían sido enviado»
sonaban por todas partes. Josué había da por Josué para explorar Jericó y, al entrar
do esta orden: 10 «Ustedes no gritarán ni en ella, una prostituta los había escondi
darán voces, ni se oirá siquiera una pala do.) Entonces Jpsué les dijo: «Entren en lo
bra, hasta que llegue el día en que les diqa: casa de la prostituta y sáquenla fuera con
Griten y den voces.» toda su familia, como se lo habían jurado,»
1'E l Arca de Yavé dio ese día una vuelta Estos jóvenes hicieron salir a la mujer
alrededor de la ciudad, volviéndose todos llamada Rahab, a su padre, a su madre y
al campamento, donde pasaron la noche. sus hermanos con sus familiares, y los co
AI día siguiente, Josué se levantó de ma locaron a salvo fuera del campamento de
drugada; los sacerdotes tomaron el Arca y Israel.24 Después quemaron la ciudad y to
los que tocaban las siete trompetas pasa do lo que había en ella, dejando la plata, el
ron otra vez delante del Arca. 13Delante iba oro y los objetos de bronce y de hierro,
la vanguardia y detrás del Arca los demás. que depositaron entre las cosas preciosas
Y otra vez resonaron las trompetas. del Santuario de Yavé. 25 Josué perdonó la
vida de la prostituta y la de su familia, y I
14 Lo mismo hicieron el día siguien ella permaneció en Israel.
te, y durante seis días dieron a diario 26 Josué pidió al pueblo que repitiera es
una vuelta alrededor de la ciudad y ta maldición: «Que Yavé maldiga al que re
volvieron al campamento. 15 Al sépti construya Jericó. Que los cimientos se le
mo día los israelitas se levantaron de vanten sobre el cuerpo de su hijo mayor, y
las puertas sobre el de su hijo menor.»
madrugada y dieron la vuelta en tor
Así estuvo Yavé con Josué y lo hizo fa
no a Jericó según el mismo rito que moso en todo el país.
los días anteriores, pero, ese día, lo
hicieron siete veces. 16 A la séptima Acán desobedece el anatema
vez, mientras los sacerdotes tocaban
las trompetas, Josué ordenó al pue (7 l * 1Los israelitas cometieron una infide-
— 1 lidad respecto al anatema. Sucedió
blo: «Den su grito de guerra, porque que Acán, hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hi
Y a v é les ha en treg a d o la ciu dad. jo de Zaré, de la tribu de Judá, se apropió
.Ir algunas cosas consagradas por anate- 16 Josué se levantó de madrugada y or
liid y, debido a esto, el enojo de Yavé esta denó que se presentaran las tribus de Is
llo contra Israel. rael. La suerte cayó sobre la tribu de Judá.
Josué había despachado a algunos 17 Sorteadas las familias de ésta, salió la fa
hombres desde Jericó a Hay, vecino a Be- milia de Zaré; 18 sorteados los hogares de
Inven, al este de la ciudad de Betel, y les ésta salió el hogar de Zabdí, y sorteados
«lijo: «Vayan y reconozcan la tierra.» 1 Los los miembros de este hogar, se descubrió
i-x¡Moradores le dijeron a su regreso: «No que el culpable era Acán, hijo de Carmí,
M necesario que se movilice todo el ejérci- hijo de Zabdí, hijo de Zaré, de la tribu de
io; unos dos o tres mil hombres son sufi- Judá.
. lentes para conquistar la ciudad. Es inútil 19 Josué, entonces, le dijo: «Hijo mío,
i nnsar a todo el pueblo, pues esa gente es confiesa la verdad ante Yavé, Dios de Is
uoco numerosa.» rael, y hónralo. Dime lo que has hecho sin
1 Así, pues, unos tres mil combatientes disimular nada.» 20 Acán respondió: «Es
nlucaron Hay, pero fueron rechazados por verdad que he pecado contra Yavé. 21 Esto
los defensores de la ciudad. 5 La gente de es lo que hice: Encontré entre los despojos
Hoy les mató treinta y seis hombres y los una rica capa, de Senaar, doscientos sidos
persiguió fuera de la Puerta hasta Sabarim, de plata y una barra de oro de cincuenta
.|<Trotándolos en la bajada. Al ver esto, to- sidos. Me dejé tentar y lo tomé. Ahora lo
. 1.1 el pueblo se desanimó. tengo escondido en un hoyo en medio de
" Entonces Josué y todos los jefes de Is mi tienda y la plata está debajo.»
rael rasgaron sus vestidos, se cubrieron de 22 Josué entonces envió unos mensaje
t miza la cabeza y permanecieron postra ros, que corrieron a la tienda de Acán y
dos delante del Arca de Yavé hasta la tar- encontraron el botín en la tienda, y la plata
tje. 7 Josué se lamentó: «Ay, Yavé, ¿por debajo.23 Llevaron todo y lo presentaron a
qué hiciste pasar a este pueblo el río Jor- Josué y al pueblo; todo rué depositado an
(Itin para entregarnos después en manos te Yave.
<itil amorreo y exterminarnos? 24 Entonces Josué tom ó a Acán, junto
Mejor hubiera sido para nosotros perma con la plata, la capa y el oro, con sus hijos
necer al otro lado del Jordán.8 Yavé, Dios y también sus hijas, sus bueyes, burros y
mió, ¿qué puedo decir cuando veo a Israel ovejas, su tienda y todo cuanto tenía. Todo
huir de sus enemigos? 9 Lo sabrán los ca Israel lo acompañaba y los llevaron al valle
míneos y todos los habitantes de este país. de A co r.25Allí Josué le dijo: «Ya que tú nos
Se unirán para cercarnos y nos echarán trajiste la desgracia, que Yavé te traiga la
hiera. Tú, ¿qué vas a hacer por el honor de desgracia en este día.» Todo el pueblo lo
tu Nombre?» apedreó. De los suyos, unos fueron ma
10 Yavé respondió: «Levántate, ¿por que chacados, otros quemados. 25 Amontona
PBtás postrado en tierra? " Israel pecó y aun ron sobre él una gran cantidad de piedras
violaron mi alianza; han tomado de lo desti que permanecen hasta el día de hoy. En
nado al anatema y lo han robado, colocán tonces Yavé calmó su ira. Por eso el lugar
dolo luego a escondidas entre su equipaje. se llamó valle de Acor.
1 Israel ya no hará frente a sus enemigos,
niño que huirá de ellos, pues ha llegado a Josué conquista Hay
ser anatema. Yo no estaré más con ellos
hasta que hayan expulsado de entre ustedes 1 Luego Yavé dijo a Josué: «No temas
«<sta maldición. 13 Levántate, pues, y santifi ni te acobardes. Marcha con todos tus
ca al pueblo. Diles: Purifiqúense para maña guerreros contra la ciudad de Hay. Entre
na; Yavé, Dios de Israel, les dice: ¡Oh, Is- garé en tus manos a su rey y a su pueblo,
rael!, el anatema está en medio de ti y no la ciudad y su territorio. 2 Los tratarás co
harás frente a tus enemigos hasta que ha mo trataste a Jericó y su rey, pero ustedes
yas apartado de ti el anatema. 14 Así aue podrán adueñarse del botín y de todos los
mañana ustedes se acercarán, agrupados animales. Ahora bien, prepara una embos
por tribus. La tribu que Yavé designe por cada detrás de la ciudad.»
suerte se presentará por familias. La familia 3 Josué, pues, salió con todos sus gue
<|ue designe Yavé se presentará por hogares rreros para asaltar Hay. Después, eligió
y el hogar por individuos,?5 El que resulte treinta mil hombres, todos guerreros va
responsable de este delitó será quemado lientes, y los envió de noche. 4 Les había
¡unto con todos sus enseres por haber viola dado esta orden: «Ustedes se emboscarán
do la alianza de Yavé y cometido un crimen detrás de la ciudad. No se alejen y estén
detestable en Israel.» listos.
• 8 . 3 0 ¿ R ue S9*7ifica esta alianza celebrada nizada. Sin em bargo, esas tribus de fuerza desi
en Siquem ' La Biblia nos presenta la historia
gual formaban un conjunto. Entre ellas predo
antigua de Israel en form a algo ficticia cuando
minaban las d e Efraím y Manasés, pero, poste
dice que las d oce tribus estuvieron en E gipto
riorm ente, se d esarrolfó en el sur la tribu de
salieron con M oisés y llegaron con él a la tierra
Juda a partir de grupos diversos, en especial
prometida D iversos grupos habían tom ado par
te en la salida de Egipto (Ex 12,38). En Palesti ¡ 3 (?ÚSbiT6)Jue 1,12; Núm 13,30) y los í uen¡-
na se les juntaron otros grupos (33). Las tribus
La alianza de Siquem pudo ser la ocasión en la
n o eran un pueblo hom ogén eo ni un grupo ce
que todos aceptaron la fe y los mandamientos re
rrado y no constituían todavía una nación orga cibidos de Moisés.
JOSUE 10
«129
iM Ebal, según lo mandado por Moisés refe- ropa y el calzado que usamos se han gas
tado a causa del largo viaje.» 14 Los israeli
imte a la manera de bendecir a Israel.
1Josué procedió a leer las palabras de tas compartieron con ellos su comida sin
lirndición y de maldición y todo lo escrito haber preguntado a Yavé lo que debían ha
n el libro de la Ley. 35 No olvidó ninguna cer. 15 Josué hizo alianza con ellos sin es
pnlabra de cuantas escribió Moisés. Las le- perar una respuesta, y tanto él como los
U en voz alta delante de la asamblea de jefes de la comunidad prometieron respe
ludo Israel, incluso las mujeres, niños y ex- tarles la vida.
16 Tres días más tarde, los israelitas su
ii.mjeros que vivían entre ellos.
pieron que esa gente habitaba en la vecin
dad en medio de su propio territorio. Ese
I os gabaonitas se salvan por astucia tercer día los israelitas partieron y entraron
a sus ciudades: Gabaon, Carifá, Beriot y
[Ki 1Estos acontecimientos llegaron al oí- Cariatiarim. 18 Les perdonaron la vida_en
I ’\ do de los reyes que vivían al oeste del vista de que los jefes del pueblo les habían
lordán, en la montaña, en la llanura y la prestado juramento en nombre de Yave,
insta del mar. 2 Los heteos, los amorreos, pero toda la gente criticó a los jefes. Es
los cananeos, los fereceos, los jeveos y los tos les respondieron: «Nosotros hemos ju
i. liuseos hicieron un pacto y acordaron pe- rado en nombre de Yavé y, por lo tanto, no
Inur juntos contra Josué e Israel. podemos matarlos. 20 Sin embargo, hare
’ Los habitantes de Gabaón supieron lo mos esto: les dejaremos vivir para no atra
,iiie Josué había hecho en Jericó y Hay y ernos el enojo de Y a vé ,21 pero servirán co
decidieron engañarlos. 4 Se aprovisionaron mo leñadores y acarreadores de agua al
de alimentos, cargaron sobre sus burros servicio de la comunidad de Israel.»
unos sacos viejos y pellejos de vino, rotos 22 Entonces Josué reunió a los gabaonitas
y parchados, 5 se pusieron unas sandalias y les dijo, según lo decidido por los jefes:
muy gastadas y remendadas y unas ropas «¿Por qué han mentido y nos han dicho que
mmbién muy usadas. Para el camino lleva- vienen de muy lejos cuando viven en medio
ion unos panes duros y hechos migas. de nosotros? 23 En adelante serán malditos
l ueron hacia Josué, al campamento de y siempre permanecerán como cortadores
(luilgal, y le dijeron: «Venimos de lejanas de leña y acarreadores de agua para la Ca
iierras para pactar con ustedes.» sa de mi Dios.» 24 Los gabaonitas respon
' Los israelitas respondieron: «¿Viven us- dieron: «Supimos que Yavé había mandado
Irdes cerca de nosotros? 8 Pues en ese ca- a Moisés destruir a todos los habitantes de
io no podríamos hacer un pacto con uste la tierra que él les entregaba. Tuvimos mie
des.» Respondieron a Josué: «Servidores do y optamos por esta medida. 25 Y ahora
Inyos somos.» Josué les preguntó: «¿Quie estamos en tus manos; haz con nosotros lo
nes son ustedes y de dónde vienen.’,» que te parezca bueno y justo.» .,
Contestaron: «De un país muy lejano vie 26 Josué cumplió su promesa y no dejo
nen tus servidores, por la fama de Yave, tu que los israelitas los mataran,27 pero desde
Dios, pues sabemos de su poder y de todo aquel día hasta hoy sirvieron como leñado
|n que hizo en Egipto, 10 y con los dos re res y acarreadores de agua para toda la
yes de los amorreos que reinaron en la comunidad y para el altar de Yavé en el lu
imrte oriental del Jordán, Sijón, rey de Jes- gar que él se fea a elegir.
hón, y Og, rey de Basán, que vivía en As-
i.irot. " Los dirigentes y demás habitantes
de nuestro pueblo nos dijeron: Provéanse «El sol se detuvo sobre G abaón»
de alimentos para un largo viaje, ubiquen-
|os y díganles: Servidores somos de uste ~5™H]e 1 Adonisedec, rey de Jerusa-
des; hagan alianza con nosotros. Obser 1 yJ) lén, su po que J os u é había
ven los panes que tomamos calientes en conquistado y arrasado a Hay, tra
nuestras casas para venir a encontrarlos y tándola junto con su rey del mismo
vean cómo se nan secado y despedazado. m odo que trató a Jerico y a su rey.
1Estos pellejos que llenamos de vino eran Supo también que los gabaonitas ha-
nuevos, ahora están rotos y descosidos. La
• 11.1 En el capítulo 11 se describe la campá impresión de que conquistó todo el país. Sin em
is de Josué en el norte d e Palestina. Allí tom ó bargo, los capítulos 13-19 muestran que cada tri
íntior, que merecía ser llamada una ciudad gran bu tuvo después que conquistar su sector, en una
ja con sus 4 0 .0 0 0 habitantes. Quedamos con la serie d e actuaciones particulares.
JOSUE 11
2 \,
guna ciudad hizo las paces con los israeli el cerro Hermón, en Saleca, sobre el taffl
tas, fuera de los jeveos de Gabaón, de torio de Basán, hasta la frontera con Gemih
manera que todas fueron conquistadas. y Macati; 5 también era dueño de la mlt¡|
0 Yavé les dio ánimo a todos ellos para de Galaad, hasta limitar con Sijón, rev w i
que pelearan contra Israel, con el fin de Jesbón. J
que fueran consagrados en anatema y des 6 Moisés y los hijos de Israel habían
truidos sin misericordia, como Yavé lo te rrotado a los dos; Moisés entregó el dof
ma ordenado a Moisés. mo de sus tierras a las tribus de Rubér
21 En aquel tiempo, Josué atacó y desba de Gad y a la media tribu de Manas*
rato a los enaceos de los cerros, de He- Ahora, éstos son ios reyes del país. ■
bron, Dabir, Anab, de todos los cerros de quienes derrotó Josué, con los hijos de li
Juda y de Israel; ellos y sus ciudades fue rael de esta parte del Jordán, al oestl
ron entregados en anatema. desde Baal Gad en el valle del Líbano hf
22 No quedaron enaceos en el país de Is ta los cerros que suben a Seír. BEs el pL
rael, excepto en Gaza, Gat y Azoto. 23 Jo que Josué repartió a las tribus de Israel,
sué s<r aP,ode.ró de todo el país, como Yavé cada una su porción, tanto en los c e *
se lo había dicho a Moisés, y se lo entregó como en los valles y campiñas, en el
en herencia a los israelitas para que lo re sierto y en el Negueb. Ahí vivían los
partieran entre sus tribus. Con esto el país teos, los amorreos, los cananeos, los f<
descanso de la guerra. ceos, los jeveos y los jebuseos. 'h
1 Rey de Jericó; rey de Hay, vecina'■
|l2| ' Viene a oontinuación la lista de los Betel.
1----- 1 reyes que los israelitas vencieron y '°Rey de Jerusalén; rey de Hebrón. ’ 1
cuyo territorio conquistaron al otro lado del Rey de Jerimot; rey de Laquis.
Jordán, desde el rio Arnón hasta el cerro Rey de Eglón; rey de Gazer.
Hermón con toda la Arabá del este. ' Rey de Dabir; rey de Gueder.
2 Sijón, rey de los amorreos, que habita Rey de Jorma; rey de Arad.
ba en Jesbon. Reinaba desde Ároer, ciu Rey de Libna; rey de Odulam.
dad situada junto al torrente Arnón, y des Rey de Maquedá; rey de Betel.
de el medio del valle reinaba sobre la Rey de Tapuaj; rey de Ofer.
mitad de Galaad hasta el torrente Yaboc Rey de Afee; rey de Sarón.
que limita con el país de los hijos de Arri Rey de Madom; rey de Jasor.
món; 3 también sobre la Arabá desde el ° Rey de Simerón; rey de Acsaf.
Mar de Quineret hasta el Mar Salado o Rey de Tanac; rey de Meguido.
Muerto; sobre el camino que va a Bet Jesi- Rey de Cadés; rey de Jocneam dt<i
mot, y al sur, los lugares bajos en las ver Carmelo.
tientes del monte Pisga.
23 Rey de Dor y de la provincia de Doi
4 Después, el reino de Og, rey de Basán,rev de los paganos de Guilgal.
sobreviviente de los refaím, que habitaba 4 Rey de Tirsa. En total, treinta y un ra
en Astarot y en Edreí. El dominaba desde yes. m
i|i"<i:t>ndencia de uno de los hijos de su antepasa Dios (el Sal 16 usa la misma imagen). Cada uno
do .Jacob, del que había recib id o su nom bre. recibió una parte que no escogió y que ahora de
lin realidad las d o c e eran trece. Basta con be conquistar para hacerla suya. Esto tiene valor
tmnparar la lista d e los hijos de Jacob, (G én de ejemplo: cada cual ha recibido de Dios su par
.jfi,Z3), y la de las doce tribus en el presente li te en la vida. D ebe aceptar lo que es, y a la vez
dio. La nómina concuerda en Rubén, Sim eón, conquistar su destino.
iii.Lí, Isacar, Zabulón, Dan. Neftalí, Gad, Aser y En toda la Biblia será importante la noción de
l'i'iijamín. En cambio, los «hijos de José» forman herencia. El hombre aislado no existe, sino que
•Ion tribus, Efraím y Manasés (Jos 16,4), que, tiene antepasados y es solidario de una tribu. Más
«rindidas a la de Leví, dan la cifra de trece. Pero aún, la existencia del individuo, com o la de su
i*«lii última estaba formada por familias tradicio- pueblo, es asegurada por la herencia inalienable
o.tímente dedicadas al culto. N o tenían territorio que ha recib id o d e sus padres. Son nociones
inonio (Jos 21,10), de manera que para la repar- esenciales que han sido violadas por los imperia
lli lón se restablecerá la cifra de d o c e tribus. lismos contemporáneos. ¡Cuántos pueblos ya no
I .i repartición se hace echando suertes: así se son dueños de su tierra, de sus minerales, ae los
enseña que la T ierra Prom etida es un don de bosques y d e las cosechas de su tierra!
JOSÜE 14
La parte que le tocó a Caleb
pasaba por las aguas llamadas Fuente
fi Los hijos de Judá se presentaron a Jo bol, llegando a la Fuente de Roqel
sué en Guilgal, y Caleb, hijo de Jefoné, el aquí su6ia por el valle del hijo de Hlnorr
cananeo, je dijo: «Tu sabes lo que Yavé le lado meridional del Hombro del Jebui
dijo a Moisés, hombre de Dios? a mi res es decir, Jerusalén, subiendo de allí hn
pecto en Cadés-Barné. Yo tenía cuarenta a cumbre del cerro que está enfrente
anos cuando Moisés me envió desde Ca- V -j j , , nom> al occidente, en la e>
des-Barne a explorar la tierra, y yo le infor midad del valle de Rafaím o de los gl(
me sinceramente. 8 Seguí fief a Yavé, mi tes, al norte. 9 Después bajaba de la ,
Dios, no obstante que los hermanos que del cerro hasta la fuente Neftoá, y lie
me acompañaron desalentaban al pueblo. hasta las aldeas del monte Efrón; y s8' .
Aquel día Moisés hizo este juramento: Por gia hacia Bala, es decir, Cariatiari
haber sido fiel a Yavé, mi Dios, la tierra Después de Bala, iba rodeando hacli
que pisaron tus pies será tuya y de tus occidente en dirección del monte Seli
descendientes para siempre. 10 Ahora bien por el norte se arrimaba al lado del mi
Yave, cumpliendo su palabra, me ha per Jarim hacia Queslón, de donde descei
mitido vivir hasta hoy. Hace cuarenta y a petsames, y pasaba por Timna. " h
cinco anos gue Yavé dio esta orden a Moí- pues, la frontera llegaba a la vertiente
ses^ cuando Israel peregrinaba en el desier Acarón, al norte, inclinándose hacia Sil
to. Hoy cuento ochenta y cinco años v ron y pasaba por el monte Bala, llegand.
tengo la misma buena salud que cuando AA si terminaba por el occidente _
fui enviado a explorar. El mismo viqor que el Mar Grande.
entonces me dura hasta hoy, tanto para de'2 ba fr°n^era occidental era el Mar Grn
combatir com o para caminar. 12 Dame
pues, esa montaña que me prometió Yavé.' Estos fueron por todos lados los térm
Lom o tu lo has oído, allí hay enaceos que
minas ° S bqOS ^ u<^a> según sus
viven en ciudades fortificadas. Pero con la
ayuda de Yave espero conquistarlas, seqún 13Mas a Caleb, hijo de Jefoné, dio Jo h
Yave me prometió.» y en posesión particular en medio de los hi]
¡3 Jos.ue b.endijo a Caleb, hijo de Jefoné de Juda como le había mandado Yavé,
X v j en? e90 Hearon para herencia suya ciudad de Cariat-Arbe (este Arbe era el p
V desde entonces hasta hoy, Hebrón per- dre de os enaceos). Hoy se llama HebiSn
t e " « ™ a Caleb por haber sido fiel en todo y Caleb expulso de ella a tres hijos
a Yave, Dios de Israel. 13Antiguamente He- tinaS’ j j a,’i A liman y Tolma, que habí
bron se llamo Cariat-Arbe; Arbe era el quedado de la raza de Enac. 15Y avanzam
nombre mas grande entre los enaceos Y desde allí, subió a los habitantes de Dab
descanso el país después de estas guerras. quif ^nte? s?. ,,arnaba Cariat-Sefer. •]
• hc CÍUI Caleb: "A quien asalte Í C
Limites de la tribu de Judá nat-Sefer, y se apodere de ella, yo le do
por esposa a mi hija Axa.» 17 Otoniel, P
de Uuenaz, hermano menor de Caleb
11 5 Í i'-*-os Judá, según sus fami- mo la ciudad; éste le dio por esposa a
f7 T d J ia n reSlbl.er? n porsu?rte la siguien hija Axa. 8 En cuanto llegó ella, acons
te parte. Desde la frontera de Edom hasta
el desierto de Zin en dirección al sur. 2 La a su marido que solicitara a su padre u
extremidad meridional era el Mar Salado campo. Axa se apeó de su burro y Cal«
desde la lengua que miraba al sur- des le pregunto: «¿Qué quieres?» 19 A lo ai
pués seguía hacia la subida de Acrabina v respondió ella: «Hazme un favor. Ya
pasaba por Zin, subía al sur de Cadés-Bar- me has dado una tierra árida en el r
ne, pasaba por Esrom, subía a Adar y da- gueb agrégame otra de regadío.» Y Cal
le dio las Fuentes de Arriba y las Fuenl
A W , VU<1ta hKaciíi Carcaa- " Pasaba por de Abajo.
Asmon y llegaba al torrente de Egipto, ter
minando en el Mar Grande. Estos son los
limites por el lado meridional. Lista de las ciudades de Judá 1
. J “a, tontera oriental era el Mar Salado
20 Esta fue la posesión de la tribu de Ju
6Sto a desembocadura del Jordán.
' Por el norte, la frontera empezaba des- da, según\ sus
r ’ u-.a , familias. 21 Las
Las ciuoaaes
ciudades d»
I
j e, , Lengua del Mar, a la desembocadura ios hijos de Juda en las extremidades m i
del Jordán subía a Bet-Hagla, pasaba por ridionales por las fronteras de Edom, eran
el norte de Bet-Arabá y subía hasta la pie AH^Hbaer 5 8er'4 Ja3u,r' 22 Clna. Dimoim
dra de Boen, hijo de Rubén. 1 Después la ^ades, Asor, Jetnan,99 Zuf, Telem
frontera subía a Dabir en el valle de Acor Balot, Asor la nueva, Cariot, Hesrom, m
y a norte daba la vuelta hacia Guilgal la la misma que A so r;23Amán, Sama y Molo
cual esta enfrente de la subida de Adomim da. Asergada, Hasemón, Betfelet, ía Asal
esta al sur del torrente; después la frontera sual, Berseba y sus aldeas, 99 Bala. Jim
Esem, Estojad, Cesil, Harma,91 Siquelag,'
JOSÜE 17
1« Imana, Sansana,32 Lebaot, Selim, Aen y gún sus familias, la frontera de su herencia
Npinón; entre todas, veintinueve ciudades y se extendía hacia el oriente, desde Atarot-
ttn nldeas. Addar hasta Bet-Horón de Arriba; 6 y des
I En las llanuras: Estaol, Sarea, Asena, pués iba al occidente, dejando Micmetat al
/nnoe, Engannim, Tafuaj, Enaím,35 Jeri- norte, y daba vuelta por el oriente hasta
iftot, Adulam, Socó, A zeca ,36 Seraím, Adi- Tanat Silo, que atravesaba al oriente de
illm, Qadera y Gederotaím; catorce ciuda- Janoka. 7 Desde Janoka bajaba hasta As-
wr y sus aldeas. tarot y Narata, pasaba por Jericó y termi
Hernán, Adasa, Magdalgad, 37 Deleam, naba en el Jordán.
Mnaefa, Jactel, 36 Laquis, Bascat, Eglón, 8 Después, la frontera se dirigía desde
< ubot, Leheman, Cetlís, 40 Giderot, Bet- Tafuaj hacia el oeste, hasta el Cana, y ter
Inijón,41 Naama y Maquedá; dieciséis ciu- minaba en el Mar Grande.
wdes y sus aldeas. Tal fue la herencia de la tribu de los hijos
' Lebana, Eter, A sán,43 Jefta, Esna, Me- de Efraím, distribuida en sus familias.9 Los
*il», 44 Queila, Ajzob y Maresa; nueve ciu hijos de Efraím tuvieron también ciudades
dades y sus aldeas. reservadas dentro de la posesión de los hi
" Acarón con sus aldeas y luaarcitos. jos de Manasés, cada ciudad con sus al
" Desde Acarón hasta el mar, todo el país deas dependientes. 10 Sin embargo, los hi
luí1da a Azoto con sus dependencias. jos de Efraím no expulsaron a los cananeos
" Azoto con sus pueblos y sus aldeas. que vivían en Gazer, de manera que éstos
Onza con sus pueblos y aldeas hasta el to- siguieron viviendo en medio de ellos hasta
ff«nte de Egipto. El Mar Grande o Medite- el día de hoy, pero sometidos a tributo.
iiñneo era su término.
Y los montes: Samir, Jeter, S oco t,48 Da 1La porción que tocó por suerte a la
na, Cariatsedna, que es Dabir, 49 Anab, Is- tribu de Manasés (primogénito de
líino, Anim, 50 Gosem, Jalón y Gilo; 51 on- José), fue atribuida a Maquir, primogénito
1•’ ciudades y sus aldeas. de Manasés y padre de Galaad, pues era
Arab, Duma, Esán, 53 Janum, Bettafua, un valiente. 2 Obtuvo el país de Galaad y
Aloca,54Jumta, Cariat-Arbe, que es Hebrón y Basán. También fue atribuida una parte a
Miii; nueve ciudades y sus aldeas. los demás hijos de Manasés, en proporción
' Maón, Carmel, Isif, Judá, 56 Jezrael, a sus familias: los hijos de Abiezer, los hi
Iih adam, Zanol,57 Acaín, Guibea y Timna; jos de Elec, los hijos de Esriel, los hijos de
||«z ciudades y sus aldeas. Siquem, los hijos de Jefer y los hijos de
II Halul, Bet-sur, Gedor, Marat, Betanot y Semida: éstos son los hijos varones de Ma
lllecón; seis ciudades y sus aldeas. nasés, hijo de José, catezas de familias.
' Tecoá, Efratá, es decir, Belén, Fegor, 3 Selofjad, hijo de Jefer, hijo de Galaad,
i Inm, Culón, Tatam, Sores, Canení, Ga- hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tenía
lim, Beter y Mana; once ciudades con sus hijos, sino solamente hijas, cuyos nombres
aldeas. son: Majlá, Noá, J oglá, Miícá y Tirsá.
Cariatbaal, que es Cariatiarim, o ciu- 4 Ellas se presentaron a Eleazar, el sacer
•Ind de las selvas, y Haraba; dos ciudades dote, en presencia de Josué, hijo de Nun, y
i rus aldeas. de los príncipes, diciendo: «Yavé ordenó
" En el desierto, Betarabá, Meddin y Se- por medio de Moisés que se nos diese po
ftlCQ,62 Nebsán, Ciudad de la Sal y Engad- sesión en medio de nuestros hermanos.»
•ll, seis ciudades y sus aldeas. Se les dio entonces una herencia en medio
1,1Los hijos de Judá no pudieron expulsar de los hermanos de su padre, conforme a
•i los jebuseos que vivían en Jerusalen, de la orden de Yavé.
muñera que siguieron viviendo hasta hoy 5 Así tocaron a Manasés diez porciones
•II Jerusalén con los hijos de Judá. en la tierra de Canaán, sin contar la tierra
de Galaad y de Basán, tras el Jordán.
6 Porque las cinco hijas de Selofjad pose
Iilbus de Efraím y Manasés
yeron su herencia en medio de los hijos de
I j e l 1 La tierra que le correspondió por esta tribu. Y la tierra de Galaad cupo en
II suerte a los hijos de José se exten- suerte a los otros hijos de Manasés.
i|ln al oriente, desde el Jordán, frente a Je- 7 Los límites de Manasés hacia Aser se
íli o, por el desierto que desde Jericó sube extendían desde Micmetat, que mira a Si
al norte de Betel. 2 Después, la frontera se quem; se dirigían a mano derecha hacia
• «tendía de Betel a Luz, pasaba a lo largo los que habitan en la Fuente de Tafuaj.8 La
i- l territorio de los arqueos por Atarot, tierra de Tafúaj le había correspondido por
Lujaba al occidente hacia los límites de sorteo a Manasés; pero la ciudad de Ta-
i” ', jefleteos, hasta Bet-Horón de Abajo, y fúaj, que está en los confines de Manasés,
1Inzer, terminando en el Mar Grande. fue dada a los hijos de Efraím.
1 Los hijos de José, Manasés y Efraím, 9 Dicha frontera descendía por el torrente
■ i(¡partieron esta herencia. de Cana al sur del torrente; eran éstas las
La frontera de los hijos de Efraím, se ciudades de Efraím, en medio de las de
JOSCIE 17 2V I
Manasés, de suerte que la frontera pasaba ción mediante sorteo aquí mismo, delonl»
al norte del torrente e iba a terminar en el de Yavé. 7 Los levitas no tendrán parto »
mar. lado de sus hermanos, pues ya recibieiyt
10 su herencia al ser sacerdotes de Yavé. h
Así, el sur pertenecía a Efraím y el nor
te a Manasés, terminando ambos en el cuanto a los de Gad y de Rubén y de 1«
mar. Limitaban al norte con la tribu de media tribu de Manasés, ya recibieron di
Aser, y con la tribu de Isacar por el este. Moisés su parte al oriente del Jordán*
" En efecto, Manasés tuvo por herencia, 8 Los exploradores estaban listos pm»
en Isacar y Aser, a Betsán con sus aldeas, salir cuando Josué les dijo: «Vayan y reco
a Jeblam con las suyas, a los habitantes rran la tierra y tomen nota de todo; luefli*
de Dor con sus villas, y a los de Endor con vuelvan a mí a este lugar, y echaré suer»
sus aldeas; asimismo, a los habitantes de delante de Yavé en Silo.»
Tanac con sus aldeas, y a los de Meauido 9 Los hombres fueron y anduvieron por »i
con las suyas, y la tercera parte de Nifet. país y lo describieron, dividiéndolo con sil
12 Pero los hijos de Manasés no pudieron ciudades en siete partes. Cuando volvieron
conquistar estas ciudades y los cananeos al campamento de Silo, 10 Josué sorteó v
se encapricharon en permanecer en el país repartió el país entre los hijos de Israel
¡unto con ellos. 13 Tan pronto los hijos de
Israel se sintieron más fuertes, subyugaron Territorio de Benjamín
a los cananeos, y los hicieron tributarios
suyos; mas no los mataron. " Los hijos de Benjamín, distribuidos pA
14 Los hijos de José se dirigieron a J o familias, fueron los primeros favorecidos pjfl
sué, y le dijeron: «¿Por qué nos has dado la suerte, con una parte del terreno situado
una sola parte y una sola provincia, siendo entre los hijos de Judá y los hijos de Josfl
que somos un pueblo tan numeroso, por la 12 Se extendía por el norte desde el Jor
gracia de Yavé?» dán; la frontera seguía por Jericó y subía!
15Josué les respondió: «Si son ustedes un los cerros hacia él occidente, llegando ||
desierto de Betaven. 13Luego pasaba al sui
pueblo numeroso, suban a los bosques; ha
de Luz, conocido como Betel, y bajaba a
gan desmontes en el país de los fereceos y
de los rafaítas, ya que los cerros de Efraím Atarot-Adar, cerca del cerro situado al sui
de Bet-Horón de Abajo. 14 Desde aquí la
son estrechos para ustedes.»
frontera tuerce y vuelve en dirección dn
16 Los hijos de José replicaron: «El país suroeste, desde el cerro frente a Bet-Horón
montañoso no nos basta. Y en la llanura hasta Cariat-Baal, llamada también Caria*
los cananeos usan carros armados de hie tiarim, ciudad de los hijos de Judá. Esto
rro, tanto los de Betsán y sus aldeas como era el lado occidental.
los del llano de Jezrael.» 15 Por el sur, la frontera empieza desdi
17 Entonces dijo Josué a la gente de Jo Cariatiarim, y dirigiéndose al oeste llega
sé, a los hombres de Efraím y Manasés: hasta la fuente de las aguas de Neftalí
«(Jstedes son un pueblo numeroso y valien 16 después desciende hasta el cabo del
te; no tendrán esta sola parte sino que su monte, que mira al valle del hijo de Hinom,
birán a las montañas y las desmontarán y la cual está en la llanura de Rafaím al ñor
limpiarán. 18 Todo sera de ustedes y exter te; de aquí baja al valle de Hinom, pasando
minarán a los cananeos aunque tengan ca or el Hombro del Jebuseo, al sur, hasta In
rros de hierro y sean fuertes.» uente de Rogel; 17 avanzando hacia q]
norte, sale a Ensemes, corre después hasta
Josué reparte el resto del país los cerros que están frente a la subida de
Adommin, 78 de donde desciende a la pie
1Cuando los hijos de Israel termina dra de Boén, hijo de Rubén; 19pasa por Ka-
ron de conquistar el territorio, insta fet delante de la Arabá, hacia el norte, y
laron en Silo la Tienda de las Declaracio desciende a la Arabá.
nes divinas y celebraron ahí una asamblea. Hacia el norte se extiende más allá de
2 Quedaban siete tribus que no habían reci Bet-Hagla; y termina en la extremidad sep
bido todavía su parte de la herencia. tentrional del Mar Salado, en la desembo
3 Josué les dijo: «¿Hasta cuándo descuicadura del Jordán que mira al sur. Esta es
darán la conquista del país que les ha dado la frontera del sur, mientras 20 el Jordán li
Yavé, Dios ele sus padres? 4 Elijan a tres mita al país por el oriente. Esta fue la parte
hombres de cada tribu; yo los enviaré a re de herencia de los hijos de Benjamín, se
correr el país para que los podamos repar gún sus familias, definida por sus límites.
tir según la descripción que nos traigan de 21 Las ciudades de los hijos de Benjamín
é l.5 Se dividirá el país en siete partes, pues fueron: Jericó y Bet-Hagla, y el Valle de
Judá tiene su territorio al sur, y la gente de Casis, 22 Bet-Árabá, Sem areím , Betel,
José, el suyo al norte. 6 Ustedes prepara 23Avim, Afara y O fra,24 la ciudad de Emo-
rán una repartición del país en siete partes na, Ofni y Geba; doce ciudades con sus
y me la traerán. Después haré la reparti aldeas.
50 km
O
Experiencias dolorosas preparan los ojos lim pios que verán a Dios.
17 JOSUE 2 0
9 Gabaón, Ramá, Berot, 26 Misfe, Cafira,
tienden por la izquierda hacia Cabul,28 Ab-
lAinosa, 27 Recem, Jirfel, Tarela, 28 Sela, dón, Rejob, Hamón y Caná, hasta Sidón la
lef, Jebús, que es Jerusalén, Guibea, y grande; 29 dan vuelta hacia Rama hasta la
iiriat; catorce ciudades con sus aldeas. ciudad fortaleza de Tiro; de ahí vuelven a
I f«la es la parte de la herencia de los hijos Hosa, terminando en el mar junto al Majleb
!'■Benjamín, ségún sus familias. y Acziba; 30 y después Acra, Afee y Rejob;
veintidós ciudades con sus aldeas.
| Icrritorio de las otras seis tribus 3' Esta es la posesión de los hijos de sus
familias.
11 o] 1 La segunda suerte tocó a los hijos 32 La sexta parte tocó a los hijos de Nef
i ZJ de Simeón, según sus familias, y su talí, divididos en sus familias. 33 Y comien
I lii'iencia vino a caer en medio de los hijos zan sus límites desde Helef y Elón en Se-
1U Judá, a saber:2 Bersebá, Sabe, Molaaa, nanin y Adam i-N eceb, y desde Jabnel
Aser-Sual, Bala, Asem, 4 Eltolad, Betul, hasta Lecum, terminando en el Jordán;
Lima, 5 Siquelag, Betmarcabot, Jesersu- 34 después los límites vuelven hacia Aza-
6 Betlebaot y Saruién; trece ciudades r.ottabor, al occidente, y de allí salen a Hu-
Min sus aldeas. 7 En, Rimón, Atar, Asán; cosa, limitando con Zabulón por el lado del
•luitro ciudades con sus aldeas, 8 y todas sur, y con Aser por el poniente. 35 Sus ciu
l Irtnaldeas alrededor de estas ciudades has- dades fuertes son: Asedim, Ser, Hamat,
i Balaar, Beer y Ramat del Negueb. Esta Recat, Cenrat, 35 Edema, Arama, Jasor,
» la herencia de los hijos de Simeón, se- 37 Cadés, Edreí, En Jasor, 38 Jirón, Magda-
l aun sus. familias. lel, Joren, Betanat y Betsamés, diecinueve
11Los hijos de Simeón recibieron su he- ciudades con sus aldeas.39 Esta es la parte
inicia dentro de la de los hijos de Judá de- de la herencia de la tribu de Neftalí, sus
|ido a que el territorio ocupado por éstos ciudades y aldeas para sus familias.
«id demasiado extenso. 40 A la tribu de Dan salió la séptima suer
1La tercera suerte tocó a los hijos de te para sus familias. 41 Y los límites de su
/¡ibulón por sus familias: los límites de su herencia fueron: Saraa, Estaol e Irsemes,
posesión se extienden por el occidente 42 Selebín, Ayalón, Jetela,43 Elon, Tinnata,
Insta Sarid. 11 Suben hacia el oeste a Ma Acarón, 44 Eltece, Guibetón, Balat, 45 Jud,
nía, y llegan a Debaset, hasta el torrente Bene-Barac, Gatrimón, 46 Mejarcón y Ra-
llie está enfrente de Jocueam; 12vuelven a cón con el territorio frente a Joppe; 47 sus
1 Luid por el oriente hasta los confines de límites fueron más allá del territorio que les,
l «selot-Tabor, llegan a Daberet, y suben correspondía, ya que los hijos de Dan
linda Jafia; 13de ahí corren hasta la región avanzaron y atacaron a Lesem, y la toma
nilental de Guita Jefet e Itcanín, y prosi- ron; la pasaron después a cuchillo y la ha
uuen con dirección a Remón, dando la bitaron, llamándola Lesem-Dan, del nom
vuelta hacia Moa. 14 Después dan la vuelta bre de Dan, su padre.
lor el norte de Hanatón y terminan en el 48 Esta es la parte de la herencia de la tri
vulle de Jeftael 15e incluyen también a Ca- bu de los hijos de Dan, las ciudades y al
Int, Malal, Simrón, Jedalá y Belén; doce deas para sus familias.
Hudades con sus aldeas. 16Esta es la he- 49 Luego que Josué, hijo de Nun, terminó
inicia de la tribu de los hijos de Zabulón, de repartir la tierra por suerte a cada una
distribuida entre sus familias, con las ciu- de las tribus, los hijos de Israel le dieron su
tlndes y aldeas. porción en medio de ellos. 50 Según la or
u La cuarta suerte salió a Isacar para sus den de Yavé, le dieron la ciudad de Tamnat
Inmilias. 18 Sus fronteras comprenden a Seraj, en los cerros de Efraím, que él había
jftzrael, Casalot, Sunen, 19 Hafaraím, Seón, pedido. Reedificó esta ciudad y la habitó.
Anajerat, 20 Harabit, Quisión, Ebés, 21 Ro- 51 Estas son las posesiones que Eleazar,
ftifit, Enganim, Enjada y Betpases. De ahí el sacerdote, Josué, hijo de Nun, y los jefes
í*i frontera pasa al Tabor, a Sajesima 22 y de las familias de las tribus de los hijos de
lint Samés, terminando en el Jordán; die- Israel distribuyeron por suerte en Silo, de
i liéis ciudades con sus aldeas. lante de Yavé, a la entrada de la Tienda de
las Declaraciones divinas. Así terminaron
1Esta es la posesión de los hijos de
la distribución del país.
Mear, y las ciudades y aldeas para sus
familias.
•MLa quinta suerte salió a la tribu de los Las ciudades de refugio
hijos de Aser, según sus familias; 25 y fue-
inn sus fronteras Jelcat, Halí, Betén, Ajzaf, F>7j] 1 Yavéíhabló a Josué en esta forma:
Llmelec, Amad y Mesal; llegan hasta el u=-ZJ \2 «Di a los hijos de Israel que desig
1urmelo al oeste y a Sijor Lébanat; 27 de nen ciudades para los que tienen que refu
'ilu vuelven por el oriente hacia Bet Daaón; giarse según les indique por medio de Moi
"lindan con Zabulón y el valle de Jeftael sés. 3 Estas ciudades servirán de asilo a
ul norte, hasta Betemec y Nehiel; se ex todo el que mate a un hombre involunta
JOSCIE 2 0
riamente; ahí podrán refugiarse para esca dores, como lo mandó Yavé por medio A
par a Ia venganza del pariente del difunto. Moisés, distribuyéndolas a cada uno 1»
El que haya dado muerte a un hombre suerte.
escapará a una de estas ciudades y se pre
9 Estos son los nombres de las ciudad*-
sentará en la Puerta de la ciudad para ex
de las tribus de Judá y de Simeón que di*
poner su caso a los ancianos. Estos le da
Josué 10 a los hijos de Aarón de la famlll-
rán acogida y le designarán un lugar para
vivir entre ellos. de Quehat, descendiente de Leví, que lo
graron la primera suerte:
5 Y si llega el que quiere vengar al muer
to, no lo entregarán en sus manos, por " Cariat-Arbe, ciudad del padre de Enil
cuanto mató a su prójimo sin quererlo ni llamada Hebrón, en los cerros de Judrt *
tenerle odio. sus alrededores. ,2 Pero el territorio y las «I
6 Permanecerá en aquella ciudad hasta deas dependientes de la ciudad ya hal>l«i
que comparezca ante la asamblea para ser sido atribuidas a Caleb, hijo de Jefoní
juzgado y hasta que muera el Sumo Sacer 13 Dio, pues, Josué a los sacerdotes hijo
dote que en esa fecha esté en funciones. de Aarón la ciudad de refugio Hebrón y »ti«
Entonces podrá volver el que dio muerte a alrededores, y Libna con los suyos, 14jZ
un hombre a su patria y a su casa desde ter, Estemo, B Jelón, Dabir, 16Asan, Julo \
donde huyó. Betsamés con sus contornos; nueve cilicio
7 Señalaron, pues, a Cadés, en la Galilea des en las dos tribus, como queda dicho
sobre los cerros de Neftalí, a Siquem, en u Y de la tribu de los hijos de Benjamín,«
los cerros de Efraím, y a Cariat-Arbe, o sea Gabaón y Geba, 18Anatot y Amón con m
Hebrón, en los cerros de Judá. contornos: cuatro ciudades. 19 Todas 1«1
8 Más allá del Jordán, al oriente de Jeri- ciudades juntas de los sacerdotes, hijos de
có, destinaron a Bosor, situada en el desier Aarón, vinieron a ser trece con sus airej
to de la meseta de la tribu de Rubén; a Ra- dores.
mot en Galaad, de la tribu de Gad, y a , 20 A los demás hijos de Quehat, levita*
Golán en Basán, de la tribu de Manasés. de grado inferior repartidos en sus famillm
9 Estas ciudades fueron señaladas para se les dieron: de la tribu de Efraím, n ||
todos los hijos de Israel y para los foraste ciudad de refugio de Siquem con todos sui
ros que habitaban entre ellos, a fin de que alrededores, en los cerros de Efraím, Ge 01
a
sirvieran de asilo al que sin querer hubiese z er,22Cibsaím y Bet-Horón con sus álredl íde
muerto a un hombre. Ese no sería muerto dores: cuatro ciudades. 23 Y de la tribuni.
por el pariente de la víctima antes de haber Dan: Elteco, Guibetón, 24 Ayalón y Gu
sido juzgado por la comunidad. món, con sus alrededores: cuatro ciuov
des. 25 Y de la media tribu de Manasés, l
Las ciudades de los levitas Tanac y Jeblam con sus contornos: cloi
ciudades. 26 En todo se dieron diez ciudl
|211 ’ Los jefes de las familias de Leví se des y sus alrededores a los demás hijos di
I----- 1 presentaron a Eleazar, el sacerdote, Quehat.
a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las 27También a los hijos de Guersón, leviln*
familias de cada tribu de los hijos de Israel. de inferior grado, Josué dio de la media n
En Silo, en el país de Canaán, les dijeron bu de Manasés dos ciudades con sus ali
lo siguiente: «Yavé mandó por medio de dedores, a saber: Golán, en Basán, que (¡
Moisés que se nos dieran ciudades para ciudad de refugio, y Astarot.28Y de la trlUi
habitar y campos para alimentar nuestro
ganado.»
de Isacar: Quisuón, Daberet, 29 Jaramul
Engannín con sus alrededores: cuatro du
l
3 Los hijos de Israel, de acuerdo al man dades.
jT 30 De la tribu ude Aser:
c / w c i . fMasal,
ia s e n , /Ah
dato de Yavé, les dieron, de su propia par don, Helcat y Rejob con sus alrededor )rni
te de tierra, las siguientes ciudades con sus cuatro ciudades. 32 De la tribu de Neftii fhill
campos: las ciudades de refugio de Cadés en Gair jall
4 De la familia de Quehat, los hijos del lea, Hamot-Dor y Carten con sus alrededo
sacerdote Aarón recibieron, por suerte, tre res: tres ciudades. 33 Todas las ciudadJ
ce ciudades de las tribus de Judá, Simeón dadas a las familias de Guersón fueron tr*
y Benjamín. 5 El resto de los hijos de Que ce con sus contornos.
hat obtuvo diez ciudades de la tribu de 34 Asimismo a los hijos de Merarí, leviln*
Efraím, de Dan y de la media tribu de Ma de inferior grado, se Ies dieron, según siM
nasés. 6 Los hijos de Guersón recibieron familias: Jecnán, Carta, 35 Remón y Ñalol
trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser cuatro ciudades de la tribu de Zabulón con
y Neftalí, y de la otra media tribu de Mana sus alrededores. 36 De la tribu de Rubén
sés en Basán.7 Los hijos de Merarí recibie más allá del Jordán enfrente de Jericó, n
ron para sus familias doce ciudades de las Bosor, en el desierto, ciudad de refugio, y
tribus de Rubén, Gad y Zabulón. Jaseh, 37 Quedenal y Mefat: cuatro dual
8 Así, pues, los hijos de Israel dieron a des.38De la tribu de Gad, Ramot en Galaad,
los levitas estas ciudades con sus alrede ciudad de refugio, Manaím, 39 Jesebón
i 19
JOSUE 2 2
toser, cuatro ciudades con sus alrededo- Jordán.» 12 Al saber esto, toda la asamblea
irn.40 El total de las ciudades de los hijos de los israelitas se reunió en Silo para
Ir Merarí para sus familias fueron doce. combatirlos.
11Así las ciudades de los levitas en medio 13 Los israelitas mandaron a Finjas, hijo
(je la herencia de los hijos de Israel fueron de Eleazar, 14 junto con diez de los princi
uiiirenta y ocho, 42 con sus alrededores. pales jefes, uno por cada tribu. '5 Estos se
11De este modo, dio Yavé a los israelitas dirigieron a Galaad y dijeron a los hijos de
toda la tierra que habitaron. 44 Yavé les dio Rubén, de Gad y a los de la media tribu de
luí/, con todas las naciones vecinas y nin- Manasés: 16 «La asamblea de Israel les
(jimo de sus enemigos fue capaz de resistir- manda a decir: ¿Qué infidelidad es ésta?
In, Yavé los entregó a todos ellos en ma ¿Por qué han abandonado a Yavé, Dios de
nos de Israel. 45 Ninguna de las promesas Israel, y se han rebelado contra él, levan
go Yavé quedó sin efecto. Todo se realizó. tando este altar?
'7¿Les parece poco el pecado que se co
11 altar del otro lado del Jordán metió en Baal Fogor, del que todavía no
estamos purificados aún, cuando Israel tu
’ 1Entonces Josué convocó a los ru- vo que padecer un terrible castigo? 18 Hoy
benitas, gaditas, a la media tribu de se rebelan ustedes contra Yavé y mañana
Mnnasés, 2 y les dijo: «Todo lo que les or- su ira se desatará contra todo Israel. 19Si la
knó Moisés, servidor de Yavé, lo han tierra que ocupan les parece impura, pa
i mnplido; también a mí me han obedecido sen a la nuestra, donde está el Tabernácu
•n todo 3 y no han desamparado a sus her lo de Yavé; vengan a vivir con nosotros,
manos pese al tiempo transcurrido, cum- pero no se alejen de Yavé y de nuestra co
i'llrndo el mandamiento de Yavé. munidad, construyendo otro altar fuera del
4 Por lo tanto, ya que Yavé, según su dé Yavé.
.homesa, les ha dado reposo y paz a sus 20 Cuando Acán, hijo de Zaré, violó el
Mmanos, vuélvanse y regresen a sus ca anatema de Yavé, ¿no descargó él su ira
los, a la tierra que les entregó Moisés al sobre todo el pueblo de Israel? Ojalá él so
ente del Jordán. 5 Les encarao solamente lo hubiera muerto por su pecado.»
.lile recuerden y practiquen el mandamien 21 La gente de Rubén, de Gad y los de la
to de la Ley que les entregó Moisés y que media tribu de Manasés respondieron a los
"i amar a Yavé, nuestro Dios, siguiendo enviados de Israel:22 «El Dios de los dioses,
tus caminos y observando sus manda Yavé, sabe nuestras intenciones: Israel tam
mientos. Permanezcan fieles, sirviéndolo bién las conocerá. Castigúenos Yavé de in
mn todo el corazón y con toda el alma.» mediato si al edificar este altar nos ha ani
' En seguida Josué los bendijo y los des- mado la intención de rebelarnos. 23 Que
,ihlió, regresando a sus tierras. Yavé nos condene si construimos este altar
' Moisés había dado a la media tribu de para ofrecer sobre él holocaustos, sacrifi
Mqnasés su posesión en Basán; por eso, a cios y víctimas pacíficas.
|notra mitad Josué le dio la herencia entre 24 Más bien hemos hecho esto pensando
Im. demás hermanos suyos en este lado en el porvenir. Acaso algún día sus hijos
iM Jordán, al occidente. Por eso, al despe pregunten a los nuestros: ¿Qué tienen us
dirlos después de bendecirlos, 8 les dijo: tedes de común con Yavé, Dios de Israel?
Pmjresen a sus casas con grandes rique- 25 Yavé puso una frontera entre nosotros y
Un, cargados de plata, oro, cobre, hierro y ustedes, hijos de Rubén y de Gad: es el río
do toda clase de vestidos, y repartan con Jordán; por lo tanto, ustedes no tienen par
mu hermanos el botín de fos enemigos.» te con Yavé. Así nuestros hijos se alejarían
uCon esto, los hijos de Rubén, los de Gad de Y a vé .26 Por eso dijimos: Levantemos un
v la media tribu de Manasés se separaron altar, no para ofrecer holocaustos ni vícti
dn los hijos de Israel en Silo, en el país de mas, 27 sino como una prueba entre noso
< miaán, el país que habían recibido de tros y ustedes, entre nuestra descendencia
Moisés, conforme a la orden de Yavé. y la de ustedes, de que somos también
Cuando llegaron a las cercanías del servidores de Yavé y tenemos derecho a
lordán, en tierra de Canaán, edificaron ofrecer holocaustos y víctimas pacíficas; lo
junio al Jordán un altar de grandes propor- hicimos para que los hijos de ustedes no
•lunes. 11 Entonces se dijo entre los hijos puedan decir a los nuestros: Ustedes no
di* Israel: «Los hijos de Rubén, Gad y la tienen parte con Yavé.
lljodia tribu de Manasés han edificado el 28 Y si lo dijeran, nuestros hijos podrían
ill.ir que está frente a Canaán, cerca del responder: Reconozcan por su forma el al-
• 22 .1 El capítulo 22 es una manera de afir- multiplicado los lugares sagrados, pues fue escrito
iMi que las tribus ubicadadas al este del Jordán en la época de Josías, a Tines del siglo Vil a.C.
■ni parte del pueblo d e Israel. Además, quiere cuando se prohibieron estos santuarios y se rea
■i illllcar y excusar a los que, en el pasado, habían g ru p ó el culto en e l Santuario d e Jerusalén.
JOSÜE 2 2
tar de Yavé que levantaron nuestros pa nuestro Dios, como lo han hecho hasta |l
dres, no para ofrecer holocaustos o sacrifi día de hoy. 9 Por eso, Yavé ha desalojlJ
cios, sino como señal de comunión entre ante ustedes a pueblos numerosos y poda
nosotros. rosos; ninguno pudo resistirles hasta i
29 No está en nuestro ánimo alejarnos de presente. 10Uno solo de ustedes perseguid
Yavé al construir un altar para ofrecerle mil, pues Yavé, nuestro Dios, peíeaba |)« I
holocaustos y sacrificios. Solamente lo ha ustedes, como se lo había prometido,
remos en el altar de Yavé, nuestro Dios, que tengan mucho cuidado: ustedes jami
que se levanta frente a su Tabernáculo.» rán a Yavé, su Dios.
30 El sacerdote Finjas y los jefes de las ,2 Pero si se apartan de él y se unen I
tribus se quedaron conformes con la res resto de estos pueblos que todavía quediül
puesta de la gente de Rubén y de Gad y de entre ustedes, si llegan a ser sus pariente
la media tribu de Manasés. 31 Finjas les di y se mezclan con ellos, 13 sepan que Yi
jo: «Ahora comprobamos que Yavé está no seguirá arrojando delante de usted«
con nosotros, ya que ustedes no han co esos pueblos, sino que serán para ustei
metido semejante traición, y ahora Israel un lazo y una trampa, un látigo en sus ci
no tiene que temer la venganza de Yavé.» tados y espinas en sus ojos.liasta que lu
32 Regresó Finjas a Israel con los jefes ------------ :J- de esta
yan desaparecido . .. . espléndida
■' tid i
principales informando de todo. 33 Todos que les ha dado Yavé, nuestro Dios.
quedaron satisfechos, y los israelitas die 14 Estando yo a punto de irme por el c
ron gracias a Yavé, olvidando su intención mino de toda criatura, les declaro: Re< Q
de combatirlos. 34 La gente de Rubén y de nozcan en su alma y conciencia que tocjfi
Gad llamó al altar que habían edificado las promesas de Yavé, nuestro Dios, i
«Testigo», pues dijeron: «Este altar es testi cumplieron; ni una ha quedado sin efeelr*
go de que Yavé es Dios.» ni una ha fallado. '5 Pero, de la misma m i
ñera que todas estas promesas de Yavé i
favor nuestro se han cumplido, de iguii
Discurso de Josué en Siquem modo mandará Yavé contra ustedes todf
estos males con que los ha amenazad
|231 ' Mucho tiempo había transcurrido hasta borrarlos de la magnífica tierra c
I----- 1 desde que Yavé dio paz a Israel en les había dado.
todas sus fronteras. 2 Josué, muy anciano 16 Si ustedes rompen la alianza que Yav
y cargado de años, reunió a todo Israel, a nuestro Dios, les ha prescrito; si siguen *
sus ancianos, jefes, secretarios y jueces sirven a dioses ajenos; si se inclinan ani
para decirles: «Estoy ya muy viejo. 3 Uste ellos, el furor de Yavé se levantará contri
des han visto todo lo que Yavé ha hecho ustedes y desaparecerán pronto de ei(|
por ustedes con todas estas naciones y có tierra fértil que les ha entregado.» 1
mo él mismo ha peleado por nosotros.
4 Miren que les he repartido el territorio de
todos los pueblos que destruí desde el Jor S e renueva la Alianza en Siquem
dán hasta el Mar Grande, como también el |24| * 1Josué convocó en Siquem a todll
de esos pueblos gue todavía permanecen. ----- 1 las tribus de Israel, y reunió a los afr
1
5 Yavé, nuestro Dios, los seguirá rechazan cíanos, jefes, jueces y secretarios. JuntlJI
do ante ustedes y les quitará sus tierras se presentaron delante de Dios.
para que las tengan ustedes, tal como Ya ! Dirigiéndose al pueblo, Josué le dljfl
vé se lo tiene prometido. .... Dios de Israel, ■
«Yavé, les manda • decir:.
■ ir:/4
6 Por eso, sean muy valientes y tenganallá del río Eufrates vivían sus antepasn
empeño en actuar en todo según está es dos, Taré, padre de Abraham, y Najor, slf
crito en el libro de la Ley de Moisés, sin viendo a otros dioses. 3 Pero yo saqué I
desviarse de ella por ningún lado. 7 No se Abraham, padre de ustedes, de más nlli
mezclarán con esas naciones que subsis del Eufrates y lo conduje por todo el p«lt
ten entre ustedes. No invocarán a sus dio de Canaán; luego le di a Isaac para que tu
ses ni jurarán por su nombre; no los servi viera numerosos descendientes. 4 A Isam
rán ni se agacharán ante ellos. le di dos hijos, Esaú y Jacob. Esaú recibió
8 Manténgase más bien unidos a Yavé, los cerros de Seír com o herencia suya
mientras que Jacob y sus hijos bajaron a ses por donde pasamos; 18 desalojó ante
í i|ipto. 5 Después envié a Moisés y Aarón nosotros a todas la naciones y, en espe
Nía castigar a Egipto de la manera que cial, a los amorreos que vivían en este
»liben, para que ustedes salieran. 6 Hice, país. Por eso, nosotros también serviremos
i’iHis, salir de Egipto a sus padres, y uste- a Yavé: él es nuestro Dios.»
Irs llegaron al mar. Los persiguieron los 19 Josué contestó al pueblo: «¿Serán us
»’illpcios con carros y caballos hasta el Mar tedes capaces de servir a Yavé? Pues él es
Mujo,7 Entonces clamaron a Yavé y él pu- un Dios Santo, un Dios Celoso, que no so
iii densas tinieblas entre ustedes y los portará maldades ni faltas. 20 oi ustedes
pqlpcios; hizo retroceder el mar sobre ellos abandonan a Yavé y sirven a otros dioses,
t los sumergió. Ustedes han presenciado se volverá contra ustedes, y por mucho
Imlas estas cosas que hice en Egipto y, bien que les haya hecho, los castigará y
después, estuvieron mucho tiempo en el los arruinará.»21 Replicó el pueblo: «No, no
desierto. 8 Luego los llevé al país de los será así como tú dices. Serviremos a Ya
■miorreos que viven al este del Jordán. vé.» 22 Dijo Josué: «Ustedes mismos son
I líos pelearon, pero yo los entregué en testigos de que han escogido a Yavé para
m.inos de ustedes; los destruí, y ustedes se servirlo.» Ellos respondieron: «Somos testi
Apoderaron de sus tierras. gos.»
23 Josué prosiguió: «Arrojen ahora de en
I Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, de-
tre ustedes los dioses ajenos y sirvan de
i loro la guerra a Israel y mandó a buscar a
l'slaam, nijo de Beor, para que les maldije- corazón a Yavé, Dios de Israel.»24 Respon
ui, "'pero yo no quise escucharlo sino que dió el pueblo: «Serviremos a Yavé, nuestro
iior el contrario, los bendije a ustedes y los Dios, y obedeceremos sus órdenes.»
25 Aquel día, en Siquem, Josué pactó
libré de manos de Balac.
una alianza con el pueblo y le fijó regla
II Después pasaron el Jordán y llegaron mentos y leyes.26También escribió todo lo
ii lericó. Entonces combatieron contra us- expresado en el libro de la Ley de Dios; es
Imies los dueños de Jericó; los amorreos, cogió una gran piedra y la colocó debajo
irieceos, cananeos, heteos, guergueseos, de la Encina que estaba en el Lugar Sagra
hi'veos y jebuseos les declararon la guerra, do de Yavé. 22 Luego Josué dijo al pueblo
iirro yo se los entregué. 12 Los dos reyes reunido: «Esta piedra quedará como testigo
iimorreos huyeron de sus tierras por el en- de todo lo que nos habló Yavé, ya que oyó
i.unbre de avispas que lancé sobre ellos y todas estas palabras. Ella será testigo con
no por la espada y arco de ustedes. 13 Les tra nosotros, no sea que ustedes vayan a
.11 tierras que ustedes no habían cultivado, defraudar a Yavé.»
ilildades que no habían edificado y en que 28 En seguida Josué despidió al pueblo y
viven ahora; les di viñas y olivares que no cada uno volvió a su tierra.
hnbían plantado y de las que comen ahora. 29 Después de todos estos hechos, murió
" Tengan, pues, temor a Yavé, y sean Josué, hijo de Nun, servidor de Yavé, a la
•umplidores y fieles en servirlo. Dejen a un edad de ciento diez años. 30 Lo sepultaron
linio esos dioses que sus padres adoraron en su tierra, en Tamnat Seraj, en los cerros
en Mesopotamia y en Egipto, y sirvan sólo de Efraím, al norte del cerro Qaas. 31 Israel
a Yavé. '5 Que si no quieren servir a Yayé, sirvió a Yavé durante toda la vida de Josué
ill(|an hoy mismo a quiénes servirán, si a y de los ancianos que vivieron más tiempo
|0i dioses que sus padres sirvieron en Me- que Josué, los cuales habían presenciado
BfBbtamia, o a los dioses de los amorreos todas las maravillas que Yavé hizo en favor
que ocupaban el país en que ahora viven de Israel.
imtedes. Por rñi parte, yo y los míos servi 32 Los israelitas habían traído de Egipto
lismos a Yavé.» los huesos de José. Los enterraron en Si
El pueblo respondió: «¡No quiera Dios quem, en un lugar del campo que Jacob
que abandonemos a Yavé para servir a compró a los hijos de Hemor, padre de Si
(Jiros dioses! 17 Pues él nos hizo subir a no- quem, por cien monedas, y que quedó co
*i»tros y a nuestros padres de Egipto, de la mo herencia de los hijos de José.
' usa cíe esclavitud, e hizo estos grandes 33 Eleazar, hijo de Aarón, también murió
milagros que hemos visto; él nos protegió lo sepultaron en la loma asignada a su
durante todo el camino y en todos los paí ijo Finjas, en los cerros de Efraím.
Los Jueces son para nosotros un libro de bellas historias: Débora Gedeón
Sansón y Dalila, Jefté y su hija, sin olvidar al final a la mujer cortada en trozrn
ni al sacerdote que se aviva con los ídolos de su patrón. Pero esas historias trans
de n iT ' ° m0 16 at° S popuIares no hacen más que poner en imágenes la historia
de una época tan importante como desconocida. ¿De qué manera los hebreos
nómadas que entraron en Palestina después de M oisés'se t r a n " a“ on en u
Los libertadores
.,„LO qU.e o a, a salvar el porvenir de las tribus de Israel será, por una parte la
agresividad de vanas de ellas (pensemos en la tribu de Efraím cuyas campañas
” das en eI ,lbr° de Josué), y, por otra, será el hecho de q u e jó n frecuen-
‘ astuv,eron a merced de merodeadores y de otros nómadas venidos del desier-
t . Pero permanecieron fieles a Y avé porque en muchas ocasiones tuvieron la
experiencia del Dios que salvaba. tuvieron la
En medio de sus dificultades, los israelitas, desorganizados y divididos en
grupos rivales, se van a reagrupar alrededor de los «jueces» de tribus o iefes
so t í eltíp t° ' ,e/T iUf CeS' Hay que Saber que en la cultura hebrea^ e inclu-
19 281 De Ví ' g 0’ n Pa ra «J“ * * “ » quiere decir también gobernar (M t
únfribunal. ^ * 1,ame dueces a b°"> b™ 9 - no han tomado jfm ás p a r t e »
JUECES 1
• 2.1 El «A ngel de Y a v é» sube de Guilgal, pri m om ento de verse disueltos en m edio de su en
m er santuario israelita en Palestina, al lado del torno pagano.
Jordán, hasta Betel. Sabem os que el A n gel de Los israelitas habían logrado instalarse en las ni
Y avé es una manera de designar al mismo Yavé, turas del país. Desde allí miraban con envidia las il
porque el autor sabe que no se puede ver a Dios, cas llanuras ocupadas por los cananeos. Allí esta!»
sino a una representación suya.
la tentación de la idolatría. Los agricultores canana
El pecado está en n o haber destruido la cultu os practicaban una religión muy seductora que efl
ra V la religión de los cananeos. A l respecto, ol lebraba las fuerzas de la vida y de la fecundidad. S*
vidém onos de nuestro sentido m oderno de res reunían para fiestas campestres, se juntaban en lo*
peto por los demás pueblos. Israel vive entonces bosques sagrados y allí recurrían a la prostitución
en un mundo en el que sólo se mantiene por la sagrada para pedirfes a sus dioses, los baales, la lli 1
violencia y, por otra parte, todo el porvenir de la vía y buenas cosechas. Les costaba a los israelita*,
revelación divina en el mundo está en manos de poco acostumbrados a esas libertades, no juntan*
unos nómadas prim itivos am enazados a cada con sus vecinos paganos para esas celebración«»
M!> JUECES 3
• 11. Em pieza una segunda introducción al res (16). Así traducimos varias veces la palabra
lililí i ile los Jueces, en que, después de recor- «jueces»; ver la Introducción.
l.x |n muerte d e Josué (ver Jos 2 4 ,3 1 ), se dan
L i misas reales de los acon tecim ien tos que
• 3 .7 Sirvieron a los baales..., y Yavé los dejó
vfn .» suceder. La prim era causa d e las desgra-
en manos del rey de Aram. Siempre en la Biblia
. Silo (le Israel, que no puede eliminar al cana-
se juega con esta palabra: quien sirve a un falso
Mhi es su infidelidad a Y a v é, aunque no se ex-
dios por voluntad propia será esclavo, contra su
Itp/i'ii otras explicaciones que se darán en el
p ro p ia voluntad (c om p a ra r con 1 Sam 7 .3 ).
iil.ino libro. P e ro toda la Biblia nos dirá que,
n iii.tlquier lugar y tiem po, las desgracias de
El espíritu de Yavé estuvo sobre Otoniel (ver
i. 'ilia sociedad subrayan nuestra infidelidad a comentario 11,1). , ,
Mientras O toniel y Ehud luchan contra edo-
nina. ,\unque n o puede decirse e s to sin provo-
mitas. moabitas y am onitas venidos del otro la
ii tina sonrisa incluso entre creyentes.
d o del Jordán, Sam gar se enfrenta a los filis
\lendonaron a Yavé... para servir a Baal.
teos. Estos habían lle g a d o p o r el m ar a las
11 I.’ ). Baal (o sea, Señor) era cualquier dios ca- costas d e Palestina al m ism o tiem po que los is
..... , con preferencia el que da la lluvia. Las as-
raelitas entraban p or el interior. Pueblo d e ci
....... aran las diosas, con preferencia las de la
vilización superior, bien arm ados y organ iza
' Hit v de la fertilidad.
dos, ocupaban los «C in co Departam entos», es
j nné h izo qu e se levantaran libertad o-
JUECES 3
decir, las cin co ciudades d e Gat, A zo to , Asca- en los cerros. S olam en te el rey David les vtf
lón, A c arón y G aza, con sus alrededores. D o cerá definitivam ente, y d e ellos quedará
minaban la rica llanura que bordea el m ar M e m en te el nom bre: Palestina, nom bre de In lia
d iterráneo, y sus tropas de cuando en cuando r ra d e I s r a e l, v i e n e d e p i lis t e o s , o M i
venían a m olestar a los israelitas establecidos filisteos.
M7 JUECES 5
1.1 Jabin, rey de Canaáiv era en realidad el bus de Efraím y Benjamín, donde está establecida
■Vti** l.i llanura del norte de Canaán, llamada de Débora. Su confianza en Y avé es juzgada muy in
iinul Ahí se gana la gran victoria del tiem po suficiente, pues no quiere actuar sinl a presencia
N lili Jueces. de Débora a su lado, y la Biblia le antepone a D é
1(un mujer, Débora, es Juez de Israel, es decir, bora, que ha inspirado el levantamiento.
Imli il'ttra la justicia en nombre de Y avé. Es un
. -.i epcional en un pueblo donde los varones
• 5 .1 El «Canto de Débora» es una de las pie
.... lóelas las responsabilidades sociales y reli-
zas más antiguas d e la literatura hebrea, com
i 1lia manda al norte a llamar a Barac. Este
puesta p oco después de los acontecimientos: es
•itiM|ii a ir solo; desea la cooperación de las tri
JUECES 5
voluntarios para la guerra. ¡Bendigan a desde sus órbitas lucharon contra Sís«r|
Yavé! 21 El torrente Cisón los arrastró, el torrriil»
3 Escuchen, reyes, pongan atención, antiguo, el torrente Cisón. ¡Avanza sin mlf
príncipes. Yo voy a cantar a Yavé; celebra do, alma mía!
ré a Yavé, Dios de Israel. 22 Cascos de caballos sacuden el suelo;
4 Cuando saliste de Seír, oh Yavé, cuan galope, al galope de sus caballos. 23 Mal
do avanzabas desde el campo de Edom, la gan a Meroz, dijo el Angel de Yavé, mni
tierra tembló, los cielos se tambalearon y gan, maldigan a sus moradores, pues no
las nubes destilaron agu a.5 Delante de Ya nieron en ayuda de Yavé junto a los h ér
vé, los montes se estremecieron; delante 24 Bendita entre las mujeres Yael,
de Yavé, el Dios de Israel. de Heber, el quenita; entre las mujeres
6 En los días de Samgar, hijo de Anat, en habitan en tiendas, ¡bendita seas! 25 El
los días de Yael, ya no había caravanas, y dió agua, ella le dio leche; en la copa
los que iban caminando, lo hacían por sen honor le sirvió nata. 26 Llevó una manoJ
deros desviados.7 En Israel faltaban los líde estaca y con su derecha tomó el mai,
res, hasta que me levanté yo, Débora, hasta de los obreros. 27 Hirió a Sisara, le partii
que me desperté como madre de Israel. cabeza, lo golpeó y le partió la sien; a
8 Iban tras dioses nuevos, y la guerra se pies se desplomó, allí cayó, quedó tendí
les vino encima. ¡Apenas un escudo y una 28 A la ventana se asomó la madre de
lanza para cuarenta mil hombres en Israel! sara, y gritó tras la reja: ¿Por qué tarda
9 Mi corazón está con los jefes de Israel, llegar su carro?, ¿por qué se demora el
con los voluntarios del pueblo. ¡Bendigan a dar de su carro? 29 La más despierta de
Yavé! mujeres le contesta y le da esta respue.
10 Los que van montados en burras blan 30 Será que reparten el botín encontrai
cas, los que se sientan sobre tapices, los una cautiva, dos cautivas para cada g
que van por el camino, ¡mediten! " Oigan rrero; paños de color para bisara como
la voz de los que reparten los despojos jun tín, paños de color dos veces recam
to al lugar donde beben los animales. Allí para bufanda.
se cantan los favores que Dios ha hecho a 3' Así perezcan todos tus enemigos,
Israel, cuando el pueblo de Yavé ha bajado Yavé, y sean tus amigos como sol en t<
a las puertas. su fulgor.
12 Despierta, Débora, ¡despierta! Despier Y el país tuvo paz durante cuarei
ta, despierta y entona un canto. ¡Levántate, años.
.Barac, y trae tus cánticos, hijo de Abinoam!
13 ¡Que los sobrevivientes del pueblo do Gedeón
minen a sus opresores! ¡Que Yavé esté
conm igo más fuerte que los valientes! Ig l 1 Los israelitas se portaron mal cdR
14 Tus raíces, Efraím, están en Amalee; tu I— I Yavé, y Yavé los entregó durante sleti
hermano Benjamín está tras de ti entre tus años en manos de Madián^ y la mano (fi
tropas. De Makir han bajado capitanes; de Madián se les hizo muy pesada.
Zabulón, jefes llevando la vara de bronce. A causa de Madián, los israelitas se hl*
15 Los jefes de Isacar están con Débora,cieron los escondites que hay en los c |
Isacar está con Barac, lanzado tras sus rros, las cavernas y los refugios. 3 Cuando
huellas en la llanura. los israelitas sembraban, venía Madihn
En los clanes de Rubén se multiplican con Amalee y los hijos de Oriente. Subid»
las consultas. 16 ¿Por qué te has quedado contra Israel, 4 acampaban en sus tierras!
en tus corrales escuchando la flauta entre devastaban todos los campos hasta la d|f
los rebaños? Los clanes de Rubén no lo trada de Gaza. No dejaban víveres, ni ovf
gran decidirse. jas, ni bueyes, ni burros, 5 porque subía»
17 Galaad se quedó al otro lado del Jor numerosos como langostas, con sus gann
dán y, ¿por qué se quedó Dan en sus na dos y sus tiendas. Ellos y sus camello*
ves? Aser se ha quedado a orillas del mar, eran innumerables e invadían el país pan
tranquilo está en sus puertos. saquearlo.6 De esta manera Madián redu o
18Zabulón, en cambio, ha despreciado la a Israel a una gran miseria y los israelita!
muerte; también Neftalí, que subió al cam clamaron a Yavé.
po de batalla. 19 Vinieron los reyes al com
bate, combatieron los reyes de Canaán, en 7 Cuando los israelitas clamaron l
Tanac, junto a las aguas de Meguido, pero Yavé por causa de Madián, 8 Yavé leí
no recogieron plata. mandó un profeta que les dijo: «Asi
20 Desde los cielos lucharon las estrellas, habla Yavé, Dios de Israel: Yo los hl
un him no a Y avé vencedor. Este poem a destaca m ente se han reunido para enfrentarse a los cu
el individualismo d e las tribus: cinco de ellas sola naneos.
MU JCIECES 6
1,1 Y avé le respondió: «Y o estaré vidores, hizo lo que Yavé le había or
' imtigo y tú derrotarás al pueblo de denado. S olam ente que lo hizo de
M.idian de una sola vez . » 17 Gedeón le noche por temor a su familia y a la
dijo: «Por favor, dame una señal de gente del pueblo.
que eres tú quien habla. 18 No te va 28 Al día siguiente, toda la gente
ros de aquí hasta que yo vuelva con del pueblo vio el altar de Baal hecho
l l* 7 ; d y 3i8'7'''i!3 / '33 d em asiad a gente. La pa- ñas minorías preparan las revoluciones veril»
laora d e Y ave nos ayuda a creer que las peque- deras.
JUECES 8
C
había tenido. Este decía: «He tenido un
vados hasta Bet-Bará y a lo largo del
fio: un pan grande de cebada rodaba
i rl campamento de Madián, llegó hasta Jordán. 25 Hicieron prisioneros a los
vía lienda, chocó contra ella y la volcó de dos jefes de Madián, O reb y Zeeb;
Í
lhn a abajo.» 14 Su vecino le respondió: mataron a Oreb en la peña de Oreb,
tío no puede significar más que la espa y a Zeeb, en el lagar de Zeeb. Persi
do Gedeón, hijo de Joás, el israelita. guieron a Madián y llevaron a G e
H ha entregado en sus manos a Madián deón, al otro lado del Jordán, las ca
. lodo el campamento.» bezas de Oreb y Zeeb.
T‘ Cuando Gedeón oyó la narración del
|»no y su explicación, se postró, volvió al Segunda campaña de Gedeón
impamento de Israel y dijo: «Levántense,
t
uque Yavé ha puesto en manos de uste- [771 1 La gente de Efraím dijo a Gedeón:
t el campamento de Madián.» «¿Por qué has hecho esto de no con
vocarnos cuando fuiste a combatir contra
Gedeón dividió a sus trescientos Madián?»2 Discutieron con él violentamen
••iinbres en tres bandos. A todos les te. El les respondió: «¿Qué he hecho yo en
comparación con lo que han hecho uste
hó luego las trompetas y los iarro-
C -I vacíos, dentro de los cuales había
Morchas encendidas.17 Les dijo: «Mí-
des? ¿Mo vale más un racimo de Efraím
que la vendimia de Abiezer? 3 Yavé ha en
tregado a los jefes de Madián, Oreb y Ze
■nme a mí y hagan lo m ism o que eb, en sus manos; ¿qué he podido hacer
ui Cuando yo llegue a la proximidad yo en comparación de lo que han hecho
•li l campamento, ustedes harán igual ustedes?» Con estas palabras que les dijo
se calmaron sus ánimos. ,
uin yo. 18 Los que estén conmigo to 4 Gedeón llegó al Jordán y lo paso. Tan
mín el cuerno, com o señal para que to él com o los trescientos hombres que
Indos lo hagan alrededor del cam pa iban con él estaban agotados por el can
mento, y gritarán: «¡Por Y avé y por sancio y hambrientos. 5 Dijo, pues, a la
•liuleón!» gente de Sucot: «Den, por favor, tortas de
" Con los cien hombres de su ban- pan a la tropa que me sigue, porque esta
rendida de fatiga, y voy persiguiendo a Ze-
n, Gedeón llegó al campamento ma-
¡ lunita cuando los centinelas cambia-
mi de turno, al comienzo de la vigilia
baj y a Salmuná, reyes de Madián.»
¿ Pero los jefes de Sucot respondieron:
«¿Acaso has sujetado las manos de Zebaj y
I medianoche.20 Entonces los israe- Salmuná? ¿Cómo, pues, daríamos pan a tu
I ús rompieron los jarrones, sacaron ejército?» Y Gedeón les respondió: «Bien,
li antorchas y tocaron los cuernos cuando Yavé haya entregado en mis ma
nos a Zebaj y a Salmuná, a ustedes les
mui la otra mano. desgarraré sus carnes con espinas y car
Así lo hicieron los tres bandos, gri- dos del desierto.»
<nido: «¡P or Y a v é y por G ed eón !» 8 De allí subió a Penuel y les habló de
11 Se quedó cada uno en su puesto igual manera. Pero la gente de Penuel le
•ilirdeaor del campamento y los del respondió como los de Sucot. 9 El respon
i mnpamento com enzaron a correr dió: «Cuando vuelva victorioso derribare
iII,indo y huyendo. 22 Mientras, los esta torre.»
labra de Y?vé™ shayudITcSrM “ quTlís plq C Í d^ras"™ 0™ 5 prepara" las revoluciones vn,l„
JUECES 8
i:omo langostas, y sus camellos eran encuentro de Madián y córtenles los
■minerables como la arena de la orilla del vados hasta Bet-Bará y a lo largo del
imi 11 Se acercó Gedeón y escuchó cómo
Jordán.» Acudieron, pues, todos los
«< hombre contaba a su vecino un sueño
■i* había tenido. Este decía: «He tenido un hombres de Efraím y ocuparon los
Mito: un pan grande de cebada rodaba vados hasta Bet-Bará y a lo largo del
i» i H campamento de Madián, llegó hasta Jordán. 25 Hicieron prisioneros a los
M Honda, chocó contra ella y la volcó de dos jefes de M adián, Oreb y Zeeb;
Í
nba a abajo.» 14 Su vecino le respondió: mataron a Oreb en la peña de Oreb,
lio no puede significar más que la espa y a Zeeb, en el lagar de Zeeb. Persi
lé ile Gedeón, hijo de Joás, el israelita.
ha entregado en sus manos a Madián guieron a Madián y llevaron a G e
jn lodo el campamento.» deón, al otro lado del Jordán, las ca
" ruando Gedeón oyó la narración del bezas de Oreb y Zeeb.
Éano y su explicación, se postró, volvió al
i«u|lamento de Israel y dijo: «Levántense,
t
ni|iie Yavé ha puesto en manos de uste- Segunda campaña de Gedeón
ii el campamento de Madián.»
[ o l 1 La gente de Efraím dijo a Gedeón:
liZI «¿Por qué has hecho esto de no con
" Gedeón dividió a sus trescientos vocarnos cuando fuiste a combatir contra
hombres en tres bandos. A todos les Madián?»2 Discutieron con él violentamen
»ó luego las trompetas y los jarro - te. El les respondió: «¿Qué he hecho yo en
í
entonces: «Levántate tu y mátanos, por baales y tomaron por Dios a Baal-Bei
que, según es el hombre, es su valentía.» 34 Los israelitas no se acordaron más
Gedeón se levantó y los mató a los dos, y Yavé, su Dios, que los había librado do
tomó para sí los adornos que sus camellos mano de todos los enemigos que los lw
llevaban al cuello. deaban. 35 Tam poco fueron agradecidoi
con la familia de Jerubaal-Gedeón, por tu
do el bien que había hecho a Israel.
Esta fue la trampa en que cayó Gedeón
• 8 .2 2 Los israelitas necesitan formar una na de ahí que la acción política es inútil? ¿G que (I#
ción, lo que sería un gran progreso después de la bemos consagrar todos nuestros esfuerzos e «
anarquía de las tribus desunidas y desorganizadas. oración y a la catequesis y dejar a los demás ]¿i lu
Sin embargo, los que redactaron el presente libro, cha por la justicia? P e ro precisamente la justli;#
en el último siglo de los reyes de Jerusalén, ha se encuentra en cada página d e la Biblia.
bían quedado tan defraudados por sus gobernan D e hecho, hablar de política es hablar de podm
tes, que soñaban con el tiem po pasado en que no y el poder corrom pe a fos que no tienen una coi?
había ni reyes ni administración. Pensaban que Is ciencia sólidamente formada. P oc o se puede u¿
rael, por ser el pueblo de Dios, no debía tener je perar de la política allí donde la conciencia no Im
fes permanentes com o los demás pueblos. ya sido educada desde m uy tem pran o en ui)|
P or eso. el libro de los Jueces anota la negati familia sana, en la que el nino vaya descubríenfll
va de G edeón a ser rey: Y a v é tiene que ser rey am or y fidelidad entre sus padres (las dos cualida
de ustedes. Desgraciadamente, G edeón pide oro, des que la Biblia no cesa de juntar) y donde iw
en vez del poder, y con esto el héroe destruye to haya sido formada por los padres decididos a uiU
d o lo que hizo por su pueblo. de su autoridad para dom ar sus caprichos. Por vi
T od os estos salvadores: Gedeón, Barac, Jefté, ta razón, después de esos tiempos heroicos, vinii»
Sansón... son muy decepcionantes, com o en g e ron otros en que Dios quiso educar a las familia» v
neral lo son los políticos y todos los que hablan las personas mediante las enseñanzas de los »a
de liberar al pueblo oprimido. ¿H ay que concluir bios y la práctica de la ley.
.">:3 JUECES 9
i|iiem, quienes se inclinaron al lado de Abi- él. 20 De lo contrario, que salga fuego de
mclec, porque se decían: 4 «Es nuestro her Abimelec y devore a los señores de Si
manó.» Le dieron, pues, setenta monedas quem y a su consejo; y que salga fuego de
Ir plata del templo de Baal-Berit, con las los señores de Siquem y de su consejo y
.me Abimelec contrató a hombres malva- devore a Abimelec.»
jos y aventureros que marcharon con él. 21 Jotam huyó, se puso a salvo y fue a
lú e con ellos a casa de su padre, en Beer, donde se estableció lejos de su her
Oirá, y mató de una vez a todos sus her- mano Abimelec.
m.inos, hijos de Jerubaal, que eran setenta 22 Abimelec gobernó tres años en Israel.
hombres. Sólo escapó Jotam, el hijo m e 23 Pero Yavé envió un espíritu de discordia
nor de Jerubaal, que pudo esconderse. entre Abimelec y los señores de Siquem; y
1 l uego se reunieron todos los señores de entonces los señores de Siquem traiciona
Hl<|uem y todo el consejo. Fueron y procla- ron a Abimelec.
iimron rey a Abimelec, junto a la encina de 24 Así debía ser castigado el crimen co
In estela que hay en Siquem. metido contra los setenta hijos de Jeru
baal, para que su sangre cayera sobre su
• 7 Se lo anunciaron a Jotam, guien se hermano Abimelec, que los había asesina
colocó en la cumbre del monte Garizim. Allí do, y también sobre los señores de S i
nl/.ó la voz y clamó: «Escúchenme, señores quem, que lo habían ayudado a asesinar a
.Ir Siquem, y que Dios los escuche. sus hermanos.
" Los árboles se pusieron en camino para 25 Por hacerle daño, los señores de Si
Imscar un rey a quien ungir. Dijeron aí oli- quem prepararon emboscadas en las ci
vo: «Sé tú nuestro rey.» 9 Les respondió el mas de los montes y saqueaban a todo el
nllvo: «¿Voy a renunciar al aceite con el que pasaba cerca del camino. Abimelec
que gracias a mí son honrados los dioses y fue avisado . 26 Entonces llegó Gaal, hijo de
ios hombres, para ir a mecerme por enci Obed, acompañado de sus hermanos, el
ma de los árboles?» cual se gano la confianza de los señores
10 Los árboles dijeron a la higuera: «Ven de Siquem . 27 ün día salieron éstos al
lu a reinar sobre nosotros.» 11 Les respon campo a vendimiar sus viñas, pisaron las
dió la higuera: «¿Voy a renunciar a mi dul uvas, hicieron fiestas y entraron en el tem
zura y a mi sabroso fruto, para ir a mecer plo de su dios, donde comieron y bebie
me por encima de los árboles?» ron, y maldijeron a Abimelec. 28 Entonces
12 Los árboles dijeron a la vid: «Ven tú aGaal, hijo de Obed, exclamó: «¿Quién es
minar sobre nosotros.» 13 Les respondió la Abimelec y qué es Siquem para gue los
vid: «¿Voy a renunciar a mi mosto, que ale- sirvamos? Tanto el hijo de Jerubaal como
lira a los dioses y a los hombres, para ir a su lugarteniente Zebul servían a Hamor,
mecerme por encim a de los árboles?» padre de Siquem. ¿Por qué les serviríamos
14 Entonces los árboles dijeron a la zarza: también nosotros?
«Ven tú a reinar sobre nosotros.» 15 La zarza
icspondió a los árboles: «Si con sinceridad 29 ¡Quién pusiera este pueblo en mis ma
vienen a ungirme a mí para reinar sobre nos! Yo echaría a Abimelec y le diría: Re
ustedes, acérquense y cobíjense a mi som fuerza tu ejército y sal a la lucha.»
bra, y si así no fuera, brote de la zarza fue 30 Zebul, gobernador de la ciudad, se en
llo que devore los cedros del Líbano.» teró de la propuesta de Gaal, hijo de Obed,
1(1 Y ahora, díganme, ¿han obrado con sin- y se enojó. 31 Envió mensajeros donde Abi
>cridad y lealtad al elegir rey a Abimelec?, melec en secreto para decirle: .«Mira que
,";e han portado bien con Jerubaal y su fa Gaal, hijo de Obed, ha llegado con sus her
milia y lo han tratado según sus méritos? manos a Siquem y está sublevando a la
17 Pues mi padre combatió por ustedes;ciudad contra ti. 32 Por tanto, levántate tú y
arriesgando su vida, los libró de la mano la gente que tienes contigo y tiende una
•le Madián, 18 v ustedes se han lanzado hoy emboscada en el campo ; 33 por la mañana
i ontra la familia de mi padre. Ustedes han temprano, cuando salga el sol, te levantas
matado de una vez a todos sus hijos, se- y te lanzas contra la ciudad. Y cuando sal
l.-nta hombres, y han puesto por rey sobre ga Gaal a tu encuentro con su gente, harás
los señores de Siquem a Abimelec, el hijo con él lo que quieras.»
ilo su esclava, por ser el hermano de uste 34 Abimelec se levantó de noche con to
des. 19 Si, pues, han obrado con sinceridad das las tropas de que disponía y se embos
V lealtad con Jerubaal y con su familia en caron frente a Siquem, repartidos en cua
el día de hoy, que del mismo modo Abime- tro grupos. 35 Cuando Gaal, hijo de Obed,
Irc sea alegría para ustedes y ustedes para salió y se detuvo a la entrada de la ciudad,
• 9 .7 En 9 ,8-15 se insertó y se puso en boca ja es patente: los más inútiles son los que quieren
.1.- Jotam una fábula antigua en que se criticaba reinar. Y esta historia d e A b im ele c la viene a
muy duramente el poder de los reyes. L a morale- confirmar.
JUECES 9
mij?hoé9UI0 3 Qaa1, que tuvo que huir y matado6una m ujer.Au 'escudero to' atravi
muchos cayeron muertos antes d e lle n a r a
la puerta. ^Abim eíec volvióTÁrum a 9pero uueyA
aUP Á hb
irn3e io
U ÍH^ -! í l2.!a
“ -8ente
9 e ilte da
d<5 !s™l
lsra' I
Zebul expulsó a Gaal y a sus hermañm v uno a s ú X a r mUCTt0' 56 V° 'VÍÓ
no los de ó habitar en áquem nermanos ^
que haltóaYecho a'su pa^r^m atondi?!
Destrucción de Siquem — -viuau ucuiidnos. 1lamben hiVn 1«
fa erS6
S S a la
f e cabeza
™ ! ' de la gente de Si
caer sobre
quem toda su maldad. De esta m a iír c J
camón ¿ íL si9Piente el pueblo salló al
campo. Le avisaron a Abimeíec mi#» tn
Jó f c b a l l 05 'a mald¡CÍÓn de Jotam- »
te ndió
ten d to ‘ una
u°rfa’ em Lepartió
'a b osca d a en eels ccamorr
upos y
L üando Y¡° que la gente salía de la c f t Tolá, Jaír y Jefté
° al 5 ayo,sobre e,los y los derrotó. « Abi-
írn óm / 6 9rapo q,ue estaba con él atacó 1101*1 ‘ ? S sPdés de Abim eíec, To
v tomo posicon a la entrada de la puerta
de la ciudad mientras los otros qrupos se
L — 1 la, hijo de Puá, hijo de Dodó
caar o C2 tTodo
P noampo. aHt0dOS
aquel|°í.que eafa¿an
día estuvo en
Abime-
de salvar
de ia tribu de Isacar y habitaba 1«
a lsrael-“ en
nHntaCaní ° Ia- ciudad- Al tomada mató a Samir en los cerros de Efraím. 2 Hizo
todos sus habitantes, arrasó la ciudad v de je fe en Israel durante veintitrés
esgarcio sal sobre ella. aaa y
anos y al morir fue sepultado en Sa
Al saberlo, los habitantes de la torre de
3 Tras él surqió Jaír de Galaa.l
que hizo de befe en Israel por velntfi
™ SiquTm es^balíjuntos^^entonc^s Ató ¿ ° sn? n,o s - ‘ Tenia treinta Lijos q™
tT n óf sVb,° alJmonte Salmón con toda su m on taban treinta burros, y treinta
tropa y tomando un hacha en sus manos ciudades, que se llaman todavía hoy
seia0
seTa a|nhnmhra de
ai nombro j rbo1'a '?
y dijo la alzó oohándo
troDa mi#» ir, aarl “ A|S ^ .Ja/> en el P3ÍS de Ga
he°h2 ?hnaha: * i que ban vist° que yo món A m0nr fue sePuitado en Ca
he hecho, háganlo ustedes también » Y to
dos SUS hombres cortaron cada uto su ra m =iLoS ¡e rae-litas v°lvieron a portarse
ma, luego siguieron a Abimeíec, pusieron mal con Yave: sirvieron a los baales v
las ramas sobre el subterráneo y ¡o quema
habimnC; S aHdeiel ° S- A ? murieron tollos™ dJasid ótartef ’ aJ ° s dioses de Aram y
de Sidon, a los dioses de Moab, a los
tiStSTy de Siquem' Un0S AhJnrt am onitaJ y de los filisteos,
Abandonaron a Yave y ya no lo ser
É rn m m m
• 1 1 . 1 J e f t é e s u n o d e lo s s a lv a d o r e s m á s d is - n o a c t ú a s o l a m e n t e d e n t r o d e la s c e r e m o n i a s r e li
i u lib le s d e l a B ib lia . E s t á m o t i v a d o p o r e l r e n c o r g i o s a s n i p o r lo s h o m b r e s r e li g i o s o s , p r o f e t a s o
i m it r a s u s h e r m a n o s , q u e l o d e s p r e c i a r o n . S u s a c e r d o t e s . A c t ú a « r e n o v a n d o l a f a z d e la t ie r r a »
tp ic rra c o n t r a l a t r ib u d e E f r a ím n o e s g l o r i o s a ( S a l 1 0 4 ) a t r a v é s d e p e r s o n a s a la s q u e le s d a
l u í a e l p u e b l o d e Is r a e l. P o r f in , s u v o t o e fe s a c r i- f u e r z a y a u t o r id a d p a r a q u e r e a l i c e n t a r e a s h is t ó
lii .ir a a l g u i e n d e s u f a m i lia c o r r e s p o n d e a la c o s - r ic a s q u e s o n p a r t e d e l R e i n o d e D io s .
lu m b r e d e l o s c a n a n e o s p a g a n o s , q u e t a n f á c il E n e s t e s e n t i d o , m u c h o s p e r s o n a j e s d e la é p o
m e n te s a c r i fi c a b a n a s u s h ijo s . c a c o n t e m p o r á n e a , q u e n o h a n s id o s a n to s , p o
S in e m b a r g o , l e e m o s : e l E s p í r i t u d e Y a v é f u e d r ía n c o m p a r a r s e c o n lo s J u e c e s : D i o s le s h a d a
'a ih re J e f t é . E l E s p ír it u s ig n ific a b a e n e s e t i e m p o d o e l c a r i s m a p a r a l l e v a r a c a b o , b i e n o m a l,
l.i f u e r z a s o b r e h u m a n a d e Y a v é q u e e m p i n a a l g r a n d e s e m p r e s a s p o r la s c u a l e s l o s c r e y e n t e s
I lu m b r e a c u m p l i r h a z a ñ a s . E l E s p ír it u d e Y a v é n o q u e r í a n a r r i e s g a r s e o e n s u c ia r s e la s m a n o s .
JCJECES 11
lé r o e 2 9 U B i t l i a n a r r a Si" n in a Ú n c o m e n t a r i o e l v o t o d e J e f t é . V e e n e l l o e l e r r o r l a m e n t a b l e (Ir
JUECES 13
b r e d e D i o s q u e y a e n c o n t r a m o s c o n e l h ijo d e
• 1 3 . 1 V ie n e n a c o n t in u a c ió n c u a t r o e p is o d io s A b r a h a m ( G é n l o ) y q u e s e p r e s e n t a r a t a m b ié n
ir l.is « h i s t o r i a s » d e S a n s ó n . A l o m e j o r e r a u n
p a r a S a m u e l (1 S a m 1 ) y , m a s t a r d e , p a r a J u a n
u m p e s in o d e f u e r z a p o c o o r d in a r ia q u e p e l e a b a B a u t is t a ( L e 1 ,5 ). E l n iñ o t ie n e q u e s e r n a z i r e o ,
i „ ,i su c u e n t a c o n t r a lo s_ f ilis t e o s . L a l e y e n d a le e s t o e s , c o n s a g r a d o a D io s , s e g ú n u n n to m u y a n
iiilh u y ó n u m e r o s a s h a z a ñ á s . . . . ., t i g u o e n la B ib lia ( N ú m 6 . 1 ) . E s t a c o n s a g r a c i ó n a
l e a t r ib u y e a S a n s ó n u n n a c i m i e n t o m ila g r o -
D io s s e r á la fu e n te d e su fu e rz a .
,, N a c e d e u n a p a r e j a e s t é r il, s e g ú n u n a c o s t u m
JUECES 13
el Angel de Yavé. Pero él dijo a Manoaj: a i llegar donde sus padres, les dio mlH y
«Aunque me obligues a quedarme, no pro comieron de ella, pero no les dijo que U
bare tu comida. Pero si quieres sacrificar había sacado del cadáver del león. 18Dfft
alguna víctima por el fuego, ofrécesela a pues, el padre
Yave.» 17 Manoaj dijo entonces al Angel de ’ de Sansón
' ~ bajó dondo
........... da(•
Yave: «¿Cuál es tu nombre, para que,
mujer y Sansón ofreció un banquete, pul
asi suelen hacerlo los jóvenes. " Cuatv
PUl»
cuando se cumpla tu palabra, te podamos
honrar?» 18 El Angel de Yavé le respondió: ta de ellos para que fuesen sus compn
d
se presentó, los filisteos designaron a trí
p,iñ«
«¿Por qué me preguntas el nombre? Es Ad ros de boda.
mirable.» 19 Entonces Manoaj tomó el ca
brito y la oblación y lo ofreció en holocaus
12 Sansón les dijo: «Les voy a propontl
una adivinanza. Si me dan la solución díiH-
to, sobre la roca, a Yavé, el que obra cosas
misteriosas. tro de los siete días de la fiesta y aciertan,
yo daré treinta túnicas y treinta mudjl
20 Y sucedió esto a la vista de Manoaj y Si no pueden darme la solución, usteaU
su esposa: cuando la llama subía del altar me darán treinta túnicas y treinta mudafi
hacia el cielo, el Angel de Yavé subió tam Ellos respondieron «Di no más tu adivinan
bién en la llama.
za; te escuchamos;»
Al verlo, Manoaj y su mujer cayeron ros
tro en tierra. 21 Al desaparecer el Angel de
14 Les dijo: «Del que come salió la corrá
da, y del fuerte salió la dulzura.» Despul
Yave a la vista de Manoaj y de su esposa,
de tres días no habían acertado la adivi
este se dio cuenta de que era el Angel dé nanza. '5 El día cuarto dijeron a la espo¿
Yave. Y dijo a su esposa: «Seguro que de Sansón: «Convence a tu marido pn~
vamos a morir porque hemos visto a Dios » que nos explique la adivinanza. Si no,
Ella le respondió: 2i «Si Yavé hubiera queri
quemaremos a ti y a la familia de tu p|
do matarnos, no habría aceptado de nues dre; ¿o es que nos han invitado para “
tra mano el holocausto ni la ofrenda; no barnos?»
nos habría mostrado todas estas cosas ni
dicho lo que acabamos de oír.» j8 La mujer de Sansón se puso a llorl
echándose encima de él y le dijo: «No r
24 La mujer dio a luz un hijo y lo llamó quieres, ni me amas, has propuesto uki
Sansón. El niño creció y Yavé lo bendijo.
adivinanza a los jóvenes de mi pueblo, y
Luego el espíritu de Yavé comenzó a exci
mi no me la has explicado.» El le respoi
tarlo en Mahane Dan, entre Sorá y Estaoi.
dio: «No se la he explicado a mis padres
te la explicaré a ti?» 17 Ella estuvo lloran««
Historias de Sansón detras de él los siete días que duró la fiel-
ta. Por fin, el séptimo día se la explicó pe
11 4 | ' Sansón bajó a Timná y se fijó en que lo tenía cansado. Ella lo contó a s
----- 1 una mujer filistea. 2 Subió a decírselo paisanos.
a su padre y a su madre: «He visto en Tim- 18 El séptimo día, antes de que entrara
na una mujer filistea; tómenla para mí para departamento de los esposos, la gente i
que sea mi esposa .»3 Su padre y su madre la ciudad dijo a Sansón: «¿Qué hay m
e dijeron: «¿No hay ninguna mujer entre dulce que la miel y qué más fuerte que
las hijas de tus hermanos y en todo el pue- león?» El les respondió: «Si no hubier;
blo, para que vayas a tomar mujer entre arado con mi novilla, no habrían acertar
esos filisteos incircuncisos?» mi adivinanza.»
Sansón le respondió a su padre: «Toma 19Luego el espíritu de Yavé lo tomó: balA
esta para mí, porque es la que me gusta.» a Asea Ion y mató allí a treinta hombre!,
Ellos no sabían que esto venía de Yavé Tomo sus despojos y entregó las mudas«
que buscaba un pretexto contra los filis los que habían acertado la adivinanza; luí
teos, pues por aquel tiempo los filisteos go, muy enojado, subió a la casa de su pi
dominaban a Israel. dre. " En eso dieron la mujer de Sansón |
3 Sansón, pues, bajó a Timná y, al llegar uno de sus compañeros de boda.
a las viñas de Timná, vio un cachorro de
león que se le acercaba rugiendo. 6 El espí |l 5 I 1 Algún tiempo después, por los dial
ritu de Yavé tomó a Sansón y, sin tener na .— I de la siega del trigo, fue Sansón a vi
da en la mano, despedazó al león como lo sitar a su esposa, llevando un cabrito, y dijo:
hubiera hecho con un cabrito. Pero nada de «Quiero estar con mi mujer en nuestra píe-
esto le contó ni a su padre ni a su madre. 5?.*” w Pac^re, de ella no lo dejó entrar y Ir
Bajo y habló con ¡a mujer, la cual por fin dijo: «Yo pensé que ya no la querías y se In
le gusto. Algún tiempo después, volvió di a tu compañero. ¿No te gustaría tener poi
para tomarla y dio un rodeo para ver el ca esposa a su hermana menor en lugar de In
dáver del león: se encontró con que en el otra?» Sansón le replicó: «Esta vez no debí-
cadáver del león había un enjambre de abe nada a los filisteos si les hago daño.»
jas con miel. 9 Sansón recogió miel en sus
manos y se la comió mientras caminaba.
4 Se fue Sansón y cazó trescientas zo
rras, tomo unas antorchas y juntando a lo-;
JUECES 16
.">9
mímales cola con cola puso una antorcha época de los filisteos por espacio de vein-
.■ñire cada dos colas. 5 Prendió fuego a las te años.
nntorchas y luego, soltando las zorras por
¡ns mieses de los filisteos, incendió las ga r r ^ l ’ Sansón se dirigió a Gaza, vio allí
villas y el trigo todavía en pie y las viñas y
1 * Vi una prostituta y entró donde ella vi
vía. 2 Cuando los hombres de Gaza tuvieron
olivares. noticias de que Sansón había venido, hicie
" Los filisteos preguntaron: «¿Quién ha ron rondas y estuvieron acechando a las
hecho esto?» Y les respondieron: «Sansón, puertas de la ciudad. Estuvieron aguardan
P|yerno del hombre de Timná, porque éste do toda la noche, pues se decían: «Espere
imnó a su esposa y se la dio a su compa- mos que despunte el día y lo mataremos.»
ni'io.» Entonces subieron y quemaron a 3 Sansón durmió hasta medianoche; y, a
Aquella mujer y a su familia. r Sansón les medianoche, se levantó, tomó las hojas de
illjo: «Ya que se portan así, no tendre paz la puerta de la ciudad con su marco, las
¡insta vengarme de ustedes.»8 Los molió a arrancó junto con la barra, se las cargo a las
,|ilipes, causando un gran estrago entre espaldas y las llevó hasta la cumbre del ce
••líos. Luego bajó a vivir en una cueva de la
rro que está frente a Hebrón.
mea de Etam.
’ Los filisteos subieron a los cerros de Ju-
,1,1 e hicieron una incursión por Lejí. 10 Los Sansón y Dalila
liombres de Judá les preguntaron: «¿Por
qué han venido a atacarnos?» Respondie- • 4 D espu és d e es o , Sansón se
mu: «Venimos a echar mano a Sansón, y lo enam oró ae una mujer del yalle de
Untaremos com o nos trató a nosotros.» Sorec, llamada Dalila. 8 Los jefes de
" Tres mil hombres de Judá bajaron a la los filisteos le dijeron a ésta: «Enamó
, iieva de la roca de Etam para decir a San-
muii: «¿No sabes que los filisteos nos están
ralo y averigua de dónde saca tanta
•I. »minando? ¿Qué les has hecho?» El les fuerza y cóm o podríamos vencerlo y
impondió: «Como me trataron a mí, los he amarrarlo. T e daremos cada uno de
tintado a ellos.» 12 Le dijeron: «Hemos baja- nosotros mil cien monedas de plata.»
*lo para amarrarte y entregarte en manos 6 Entonces Dalila preguntó a San
i|<- (os filisteos.» Sansón les dijo: «Júrenme són: «Dime, por favor, ¿de dónde sa
que ustedes mismos no me matarán.» 1 Le
i.'spondieron: «No, sólo queremos amarrar cas esa fuerza tan grande y co m o
la y entregarte a ellos, pero nosotros no te podrían amarrarte para dominarte?»
(untaremos.» Lo amarraron, pues, con dos 2 Sansón le contestó: «Si me ataran
. ilerdas nuevas y lo sacaron de entre las con siete cuerdas de arco, nuevas y
locas. 14 Cuando llegaban a Lejí, los filisteos todavía húmedas, perdería mi fuerza
Murieron a su encuentro con gritos de y sería c o m o cu a lqu ier h om b re.»
¡llunfo, pero el espíritu de Yavé vino sobre
él; las cuerdas que lo amarraban fueron co 8 Los jefes de los filisteos manda
mo hilos de lino quemados al fuego y ¡as li- ron a Dalila las siete cuerdas nuevas
iinduras se deshicieron en sus brazos. En- y sin secar y con ellas Dalila ato a
' mitró una quijada de burro todavía fresca, Sansón. 9 Ella tenía gente escondida
In tomó y mató con ella a mil hombres.
Sansón dijo entonces: «Con quijada de
en su habitación y le gritó: «¡Sansón,
burro, rociada de golpes di; con quijada de aquí vienen los filisteos!» Pero San
purro, a mil hombres sacudí.» són rom p ió las am arras c o m o se
'■ Cuando terminó de hablar, tiró la qui rompe el hilo quemado y no supieron
línla; por eso se llamó aquel lugar Ramat- de dónde le venía tanta Fuerza.
I rjí. 18 Entonces sintió una sed terrible e in- 10 Entonces Dalila dijo a Sansón: «Te
v<» ó a Yavé diciendo: «Tú has logrado esta
yion victoria por mano de tu siervo y ahora burlaste de mí y me contaste mentiras.
vi »y a morir ae sed y a caer en manos de D im e, ¿ có m o te podrían su jetar?»
fon incircuncisos.» 11 Sansón le contestó: «Si me ataran es
w Entonces Yavé hendió la cavidad que ta vez con siete cordeles nuevos trenza
hny en Lejí y brotó agua de ella. Sansón dos, que nunca se hayan usado, perde
liobió, recobró su espíritu y se reanimo, ría mi fuerza y sería com o cualquier
i'm eso dio el nombre de En Hacore a la
hombre.»12 Dalila, pues, lo ató con siete
i.n-nte que existe todavía en Lejí.
' Sansón hizo de líder en Israel en la cordeles trenzados, pero, cuando grito:
a Y a v é q u e e s fu e n t e d e su v ig o r s o b r e n a tu r a l.
• 1 6 . 4 S a n s ó n r e v e l a a D a lila s u c o n s a g r a c ió n a
C o n s ó lo r e v e la r lo , s e p r o fa n a b a a s i m is m o .
Mi is c o m o n a z i r e o . H a y e n é l u n a p a r t e r e s e r v a d a
JÜECES 16
. ,* ,».7 ; l T I d e lo s J u e c e s c o n c lu y e c o n d o s
r e la t o s t íp ic o s de la v i d a de Is r a e l de e s e t i e m n o reyes « “ noce los m alo |
E l a u to r, d e s p u é s de a la b a r e s a é p o c a e n q u e b r ó
qiie producía la anarquía.
En los capítulos 17-18, la ausencia de una au
JUECES 18
rutaron y por los que lanzaste una maldi- acá? ¿Qué haces en este lugar? ¿Por qué
Mi, esa plata la tomé yo; y ahora te la te quedas aquí?»4 El respondió: «Esto y es
■vuelvo.»3 Su madre respondió: «¡Que mi to me ha hecho Miqueas. Me ha tomado a
tl|n sea bendito de Yavé!» Y él le devolvió sueldo y soy su sacerdote.» 5 Le dijeron:
m mil cien sidos de plata. «Consulta, pues, a Dios para que sepamos
I’ero su madre le dijo: «Yo quería consa- si el viaje que estamos haciendo tendrá
«nr este dinero a Yave y dárselo de mi pro- éxito.»6 El sacerdote les respondió: «Vayan
Hfl mano, para que, con este dinero, mi hijo en paz, el viaje que hacen está bajo la mi
«■ hiciera una estatua con una cubierta de rada de Yavé.»
■iirtal. Así que te doy esta plata.» 7 Los cinco hombres partieron y llegaron
' El, sin embargo, devolvió la plata a su a Lais. Vieron que los habitantes de ese lu-
madre, la cual separó doscientos sidos ar vivían seguros según las costumbres
mío el fundidor. Este le hizo una estatua e los sidonios, tranquilos y confiados; que
Ü« inadera cubierta de metal y estuvo en no había allí quién dañara, que estaban le
aid de Miqueas. 5 Así que Miqueas tuvo jos de los sidonios y no tenían relaciones
'no Casa de Dios; también se hizo un con nadie.
mueble para sacar la suerte y unos idoli- 8 Cuando volvieron donde sus hermanos,
.. , y consagró a uno de sus hijos como éstos les preguntaron: «¿Q ué noticias
Ifli crdote suyo. 6 Pues, en aquel tiempo, traen?» 9 Ellos respondieron: «Arriba, vaya
fio había rey en Israel y cada uno hacía lo mos contra ellos porque el país que hemos
ijiir mejor le parecía. visto es excelente. Pero ¿por que no dicen
' Había en Belén de Judá un joven levita, nada? Mo duden en partir para Lais, a con
li"»< endiente de Moisés, que vivía allí co quistar aquella tierra. 10 Cuando lleguen,
mí forastero. 8 Un día dejó Belén y salió al encontraran un pueblo tranquilo. El país es
Omino para ver dónde podría establecerse espacioso, Dios lo ha puesto en nuestras
mino forastero. Llegó a los cerros de manos, es un lugar en el que no falta nada
i fraím, a la casa de Miqueas. 9 Este le pre- de lo que puede haber sobre la tierra.»
flUntó: «¿De dónde vienes?» Y contestó:
loy levita y vengo caminando de Belén; Migración de los danitas
nulo en busca de algún lugar en el cual
i»' pueda quedar como forastero.» 10 Mi 11 Partieron, pues, de allí, de la tribu de
litas le dijo: «Quédate en mi casa y serás los danitas, de Sorá y Estaol, seiscientos
Mra mí un padre y un sacerdote; yo te da- hombres danitas armados. 12 Subieron y
10 illez monedas de plata al año, el vestido acamparon en Cariatiarim, en Judá. Por
eso todavía hoy se llama aquel lugar el
v In comida.» Y entró el levita.
" El levita aceptó quedarse en casa de campamento de Dan. Está detrás de Caria-
ii|iiel hombre y fue para él como uno de tiarim. 13 De allí pasaron a los cerros de
lili hijos. 12 Miqueas consagró al levita; es- Efraím y llegaron a la casa de Miqueas.
m |oven fue su sacerdote y se quedó en 14 Entonces los cinco hombres, que ha
•lio de Miqueas. 13 Y dijo Miqueas: «Ahora bían ido a explorar la tierra tomaron la pa
<|iie Yave me favorecerá porque tengo a labra y dijeron a sus hermanos: «No saben
pío levita como sacerdote.» lo que hay en una de estas casas: un mue
ble para sacar la suérte, unos idolitos y una
i ni ' Por aquel tiempo no había rey en estatua de madera cubierta de metal. Con
l ' ° l Israel y la tribu ae Dan buscaba un sideren, pues, lo que tienen que hacer.»
iinltorio donde habitar, pues hasta aquel 15 Llegando allá, entraron en la casa del
iin no le había tocado heredad entre las joven levita, la casa de Miqueas, y le die
iilhus de Israel. 2 Los danitas enviaron a ron el saludo de paz, 16 mientras los seis
lineo hombres de los suyos, hombres va- cientos hombres danitas con sus armas es
nuiles de Sorá y Estaol, para recorrer taban en el umbral de la puerta. 17 Los
i'iuella tierra y explorarla. Les dijeron: «Va- cinco hombres que habían ido a explorar la
oiii .i explorar él país.» Llegaron a los ce tierra subieron, entraron y tomaron la esta
ní mde Erraím cerca de la casa de Miqueas tua, el mueble para sacar la suerte y los
i pnsaron allí la noche. idolitos, mientras el sacerdote estaba en la
1 Como estaban cerca de la casa recono- puerta con los seiscientos hombres arma
ilpron la voz del joven levita y se fueron dos. 18 El sacerdote les dijo: «¿Qué están
•Mil, Le dijeron: «¿Quién te ha traído por haciendo?» «¡C állate!», le contestaron.
i Ii IikI religiosa hace que los sacerdotes hagan lo ese tiem po no sabían todavía lo que vale la vida
» quieran. R ecordem os que en aquel tiem po del hombre, tanto la del enem igo com o la suya
IMimbres de la tribu de Leví estaban dedicados propia.
' ilio (Núm 3).
i ii 18,27 se notará uno de los lugares de la El individuo no contaba, sino sólo el pueblo.
ililln en que se manifiesta m ayor indiferencia Suprimir una población extranjera no tenía ma
viilea una matanza salvaje. Los israelitas de yor gravedad que arrasar un bosque.
JUECES 18
19 «Pon la mano en tu boca y ven con noso a visitarla para hablarle al corazón y hai*
tros. Serás para nosotros padre y sacerdo la volver a su casa. Llevaba consigo m
te. ¿Prefieres ser sacerdote en la casa de muchacho y dos burros.
un particular o ser sacerdote de una tribu Ella lo hizo entrar en la casa de su ni
de Israel?»
dre, el cual se alegró de verlo . 4 Su surgí*
20 Se alegró con ello el sacerdote, tomó el el padre de la muchacha, lo retuvo, asi <|i»
mueble para sacar la suerte, los idolitos y la
se quedó con él tres días; comieron, boD|
estatua y se fue en medio de la tropa.
ron y pasaron allí la noche. 5 Al cuarto ili
21 Prosiguieron su camino, colocando en se levantaron de madrugada y el levitn »
la cabeza a las mujeres, los niños, los re dispuso a partir; el padre de la joven le <l|»
baños y los objetos preciosos. 22 Estaban a su yerno: «Come primero un poco do pi
ya lejos de la casa ae Miqueas cuando la
para cobrar ánimo, y luego te marchará?
gente de las casas vecinas se puso a gritar
y salió en su persecución. 23 Pero los dani- 6 Se sentaron y se pusieron a comer !•
tas se volvieron y dijeron a Miqueas: «¿Qué dos y luego bebieron. Después el suegro I»
te pasa para gritar así?» 24 Respondió: «Me dijo: «Dígnate pasar aquí la noche y récríl
han quitado a mis dioses, que yo me había te .»7 Se levantó el levita para partir, peni»
hecho, y a mi sacerdote. Ustedes se van, y suegro le porfió y se quedó aquella noCM
a mí ¿qué me queda? Y encima me pre 8 Al quinto día madrugó para irse, peral
guntan: ¿Qué te pasa?» 25 Los danitas le padre de la joven le dijo: «Ten un poco i|
contestaron: «Calla de una vez, no sea que paciencia y quédate hasta que lleguol
algunos se pongan de mal genio y te qui tarde.» 9 Y comieron juntos. Se levanton*
ten la vida a ti y a los tuyos.»26 Los danitas para marcharse, el marido con su concua
siguieron su camino; y Miqueas, viendo na y su siervo, pero su suegro le dijo: «Mn
que eran más fuertes, se volvió a su casa. que ya está anocheciendo. Pasa aquí tt
7 Ellos tomaron el dios que Miqueas se noche y recréate. Mañana de madruuml»
había fabricado y el sacerdote que tenía a te irás y volverás a tu casa.» 10 Pero e l l i l
su servicio, y marcharon contra Lais, pue ta no quiso pasar allí la noche; se levanH
blo tranquilo y confiado. Pasaron a cuchillo partió y llego frente a Jebús, o sea, Jeru«
la población e incendiaron la ciudad. 28 Na- Ién. Llevaba consigo los dos burros c a n
die vino a ayudarlos porque estaban lejos dos, su concubina y su criado.
de Sidón y no tenían relaciones con nadie. 1' Cuando llegaban cerca de Jebús, dÉ
La ciudad estaba situada en el valle que se es ahora Jerusalén, ya era muy tarde. Af
extiende hacia Bet-Rejob. que el muchacho dijo a su patrón: «No el
Reconstruyeron la ciudad, se establecie minemos más y entremos en la ciudad w
ran en ella, 29 y le pusieron el nombre de los jebuseos para pasar allí la noche.» ' » I
Dan, en memoria de su antepasado Dan, amo le respondió: «No vamos a entrni *
hijo de Israel, aunque antiguamente la ciu una ciudad de extranjeros, que no son I*
dad se llamaba Lais. 30 Los danitas reserva raelitas; pasaremos de largo hasta gy¡
ron un lugar para la estatua, y Jonatán, bea.» 13 Y añadió a su muchacho: «Vamoli
descendiente de Guersón, hijo de Moisés, y acercarnos a uno de esos poblados. Pnii
sus hijos después de él, fueron sacerdotes remos la noche en Guibea o Ramá.» 14■
de la tribu de Dan hasta que la población saron, pues, de largo y continuaron
fue desterrada del país. 5l Colocaron la marcha. A la puesta del sol llegaron fren
imagen que había hecho Miqueas, y allí a Guibea de Benjamín. 15 Se desvianm
f
permaneció mientras estuvo en Silo la Ca ues, hacia allí y fueron a pasar la noel»*
sa de Dios. I levita entró y se sentó en la plaza <Ifl i
ciudad, pero no hubo nadie que le ofrecli
El crimen de Guibea ra casa donde pasar la noche. 16 En nlli
llegó un anciano que volvía de sus trabab !
11 9| * ' En aquel tiempo aún no había rey del campo. Era un hombre de los cerros í
en Israel. Un levita que residía como Efraím, que residía como forastero en Oul
forastero en los confines de los cerros de bea, pues la gente del lugar era de la tilín
Efraim tomó por concubina a una mujer de de Benjamín. 17 Mirando por ese lado, *
Belen de Juda.2Esta mujer lo engañó y lue anciano se fijó en el forastero que eslalt*
go volvió a la casa de su padre, en Belén en la plaza de la ciudad y le dijo: «¿De <lón
de Judá, donde permaneció unos cuatro de vienes y adonde vas?» 10 Y él respondí*
meses.3Su marido se puso en camino y fue «Estamos de paso, venimos de Belén .!• !
Í
nra continuar su camino. Entonces vio a cometido entre ustedes? 13 Entréguennos,
mujer, su concubina, tendida a la entra- ues, a esa gente, esos malvados de Gui-
n de la casa, con las manos en el um- ea, para que los matemos y desaparez
ini, 28 y le dijo: «Levántate y vámonos.» ca el mal de Israel.» Pero los benjaminitas
lio no hubo respuesta. El hombre, pues, no quisieron hacer caso a sus hermanos
ln i .irgó sobre su burro y siguió su cami israelitas.
no para volver a su pueblo. 14 Entretanto los de Benjamín, dejando
" Llegado a su casa, tomó un cuchillo y sus ciudades, se reunieron en Guibea pa
i'im,indo a su concubina la partió, miem- ra salir a combatir contra los israelitas.
pro por miembro, en doce trozos y los 15 Aquel día los benjaminitas llegados de
ninndó por todo el territorio de Israel. diversas ciudades hicieron el censo, que
Dio esta orden a sus mensajeros: «Esto dio en total veintiséis mil hombres arma
Hirtn a todos los israelitas: ¿Se ha visto al- dos de espada, sin contar los habitantes
yunti vez cosa semejante desde que los is- de Guibea. '6 En toda esta tropa había se
•irlitas subieron del país de Egipto hasta tecientos hombres valientes, todos zur
Iwy? Piensen en ello, consulten y tomen dos, capaces de lanzar una piedra con la
mui decisión.» Todos los que lo veían, de- honda contra un cabello, sin errar el tiro.
Inn: «Nunca ha ocurrido ni se ha visto 17 La gente de Israel hizo también el cen
imn igual desde que los israelitas subie- so. Sin contar a Benjamín, eran cuatro
n del país de Egipto hasta hoy.» cientos mil hombres capaces de manejar
la espada, todos hombres de guerra. 18Par
' Salieron, pues, todos los hijos de tieron, pues, y subieron a Betel, donde
Israel y se reunió toda la comunidad consultaron a Dios. Los israelitas pregunta
mno un solo hombre, desde Dan hasta ron: «¿Quién de nosotros subirá primero a
i. nebá, e incluso el país de Galaad, de- combatir a los hijos de Benjamín?» Y Yavé
iiite de Yavé en Mizpá. 2 Los principales respondió: «Judá subirá primero.»
JCJECES 2 0
19 Los israelitas se levantaron temprano y hombres, todos ellos de los que manejan I» i
acamparon frente a Guibea. 20 Avanzaron espada.
para combatir contra Benjamín y se pusie 36 Los benjaminitas se vieron derrotad»
ron en orden de batalla frente a Guibea. pero los hombres de Israel habían cedlt
21 Pero los de Benjamín salieron de Guibea terreno a Benjamín porque contaban 40
y mataron a veintidós mil israelitas. la emboscada que pusieron contra GuIIhM
22J“? s N os ^ lsrae* subieron a llorar ante 37 Los emboscados se lanzaron, desplefjéf
Yave hasta la tarde y luego consultaron a dose rápidamente, acometieron a Guiboa
Yave, diciendo: «¿He de entablar combate pasaron a cuchillo a toda la ciudad. " 1
otra vez con los hijos de mi hermano Ben gente de Israel se había puesto de acuarj
jamín?» Yavé respondió: «Suban contra él.» con los emboscados en que éstos hmlá
23 Entonces el pueblo, la tropa de Israel, salir de la ciudad muchas señales de hy
recobró su valor y volvió a ponerse en orden mo. 39 A esta señal entrarían a pelear I»
de batalla en el mismo lugar que el primer israelitas.
día. 24 El segundo día, los hijos de Israel ata Así, pues, los que huían de Israel
caron a los benjaminitas; " pero también dieron vuelta cuando los de Benjamín
aquel día Benjamín salió a su encuentro y habían matado com o treinta hombre»,
volvió a matar dieciocho mil israelitas, to se decían: «Están ya derrotados como
dos entendidos en manejar la espada. la primera batalla.» 40 Entonces, la so
26 Entonces todos los israelitas y todo elde humo comenzó a subir de la ciud.n
pueblo subieron a Betel. Allí lloraron, sen Benjamín, mirando atrás, vio que las
tados delante de Yavé, ayunaron todo el mas de toda la ciudad subían al el
día hasta la tarde y ofrecieron holocaustos 41 Entonces los israelitas hicieron fren
y sacrificios de comunión delante de Yavé, los benjaminitas temblaron ante la q
pues el Arca de la Alianza de Dios se midad que se les venía encima. 42 Vo!
encontraba a llí 28 y Finjás, hijo de Eleazar, ron la espalda ante la gente de Isra
hijo de Aarón, estaba entonces a su servi huyeron camino del desierto, pero la
cio. Preguntaron: «¿He de salir otra vez a talla se les echó encima y los que ve
combatir a los hijos de mi hermano Benja de la ciudad los exterminaban. 43 Asi \
mín o no?» Yavé respondió: «Suban maña volvieron a Benjamín, lo persiguieron |
na, los entregaré en sus manos.» descanso y lo aplastaron hasta lie
29 Israel puso gente emboscada alrede frente a Guibea por el oriente.
dor de Guibea . 30Al tercer día, los hijos de 44 Cayeron de Benjamín dieciocho
Israel marcharon contra Guibea y se pu hombres, todos ellos valientes. 45 Los
sieron en orden de batalla como las otras brevivientes volvieron la espalda y hu
veces. 31 Entonces salieron los hijos de ron hacia el desierto, hacia la peña
Benjamín a su encuentro, pero los de Is Rimmón. Pero hubo com o cinco mil
rael les cortaron el paso para volver a la fueron ejecutados en los caminos. ,
ciudad. Comenzaron como las otras veces
Luego persiguieron a Benjamín hai
a matar gente de Israel por los caminos Guideon y mataron dos mil hombres. 44
que suben uno a Betel y otro a Guibea: total aquel día murieron veinticinco ■
mataron como a treinta hombres. 32 Los hombres de Benjamín que manejaban
benjaminitas pensaron: «Los hemos de espada, todos ellos valientes . 47 De los q|
rrotado como la primera vez.»
huyeron al desierto hacia la peña de Rl
Pero los israelitas se habían dicho: «Va mon, seiscien tos hom bres escaparon
mos a huir para atraerlos lejos de la ciudad 48 Allí se quedaron cuatro meses. Las tro
y cortarles los caminos.» 33 Entonces todos pas de Israel se volvieron contra los pus
los hombres de Israel se levantaron de su blos de Benjamín y los pasaron a cuchlk
cam pam ento y tomaron posiciones en tanto las poblaciones como el ganado »
Baal-Tamar, mientras que los de ellos que todo lo que había. Incendiaron también tw
se habían emboscado salieron desde sus das las ciudades que encontraron.
puestos al oeste de Guibea. Así llegaron
frente a Guibea 34 diez mil hombres elegi [271 * ' Los hombres de Israel habían ju< [
dos de todo Israel. El combate se endure ■;— J rado en Mizpá: «Ninguno de nosotn»
ció sin que los benjaminitas se dieran dará su hija en matrimonio a alguno dr
cuenta de la calamidad que se les venía Benjamín.»
encima. 35 Yavé derrotó a Benjamín ante Is 2 El pueblo fue a Betel y allí se sentaron
rael, y aquel día los israelitas mataron de frente a Yavé hasta la tarde, clamando \
los de Benjamín a veinticinco mil cien llorando con grandes gemidos.
Decían: «Yavé, Dios de Israel, ¿por qué quedado con vida, pero no hubo suficien
i de suceder esta desgracia a Israel, que tes para todos.
i aparezca hoy una de sus tribus?» Al 15 El pueblo se compadeció de Benjamín,
in siguiente el pueblo se levantó de ma- pues Yavé había dejado un vacío entre las
iiuiiada, construyó allí un altar y ofreció tribus de Israel. '6 Decían los ancianos de la
'...locaustos y sacrificios de comunión. comunidad: «¿Qué podemos hacer para
Dijeron los israelitas: «¿Quién de entre proporcionar mujeres a los que quedan, ya
(.„los las tribus de Israel no acudió a la que las de Benjamín fueron exterminadas/»
«umblea ante Yavé?» Porque se había ju- d Y añadían: «¿Cómo asegurar la supervi
iilo solemnemente que el que no subiera vencia de Benjamín, para que no desapa
. Mi/.pá ante Yavé tenía que morir. rezca una tribu de Israel? 8 Mosotros no
* Los hijos de Israel se compadecieron podemos darles nuestras hijas, ya que he
ir su hermano Benjamín y decían: «Hoy mos pronunciado este juramento: Maldito
i, sido quitada una tribu de Israel; ¿que sea el que dé mujer a Benjamín.»
s.nfinos para proporcionar mujeres a los 19 Pero se dijeron: «Es ahora la_ fiesta de
i„r quedan? Pues nosotros hemos jurado Yavé, que se celebra todos los años en Si
imii Yavé no darles nuestras hijas en matri lo, al norte de Betel, al oriente de la calza
monio.» _ ,, . . da que sube de Betel a Siquem, y al sur de
" 1.ntonces se dijeron: «¿Cual es la tribu Leboná.»20 Aconsejaron, pues, a los benja
i. Israel que no subió ante Yavé en Miz- minitas: «Vayan y preparen una embosca
Y vieron que nadie de Jabés de Gala- da entre las viñas. 21 Estén alerta y cuando
,(.| había venido al campamento para la las muchachas de Silo vayan a danzar en
ainmblea. 9 Habían hecho el censo y se coros, salgan de las viñas y que cada uno
limón cuenta de que no había nadie de se rapte a una mujer y váyase a la tierra de
l.ihés de Galaad. Benjamín.
Entonces la comunidad mandó allá 22 Si sus padres o hermanos vienen a
‘Iih o mil hombres de los valientes con esta querellarse contra ustedes, les diremos:
i.len: «Vayan y pasen a cuchillo a los ha- «Sean comprensivos con ellos; miren que
i,limites de Jabés de Galaad, incluidos las la guerra no nos dejó la oportunidad de dar
mujeres y niños. " Esto es lo que haran: una mujer a cada uno de ellos. No son us
Mfllen a todo varón y a toda mujer que ha tedes los que se las dieron; de otra manera
ya icnido relaciones con un hombre, pero habrían quebrantado su voto.»
talón con vida a las niñas.» Así lo hicieron. 23 Así lo hicieron los benjaminitas y rap
B I ntre los habitantes de Jabés de Galaad taron a las mujeres que necesitaban; lue-
niinntraron cuatrocientas muchachas vir- qo se fueron, volvieron a su heredad, ree
ii«-s que no habían tenido relaciones y dificaron las ciudades y se establecieron
U llevaron al campamento a Silo, que es- en ellas.
ia rw el país de Canaán. 2 4 Los israelitas se marcharon entonces
" Entonces la comunidad envió mensa- de allí cada uno a su tribu y a su familia y
ioh a los benjaminitas que estaban en la
partieron cada uno a su heredad.