La discusión de la SAC se hará entorno a que este era un órgano consultor del gobierno y por ende influiría en términos de decisión y de dirección tanto de lo político como de la intervención estatal reflejado en dos ejes primero en qué tipo de políticas arancelarias se debían usar por ejemplo en un primer momento se propuso un arancel genérico del 70% que terminaría con un régimen ad valorem (política arancelaria propia de la hegemonía conservadora) en beneficio a los cafeteros y en segundo lugar, la estructuración del transporte ferroviario y fluvial que debía manejar el Estado, por consiguiente se realiza una mención respecto a ciertos momentos que marcarían la historia paulatinamente. La SAC se funda como la representante de los intereses de los agricultores y de forma muy discreta, estaría bajo el dominio de la hegemonía cafetera, claro está que estaría orientada por Francisco Ospina (representante de los cafeteros en la SAC) que sin duda alguna, en algún momento sus intereses primarían sobre los sectores no cafeteros. La fundación en 1914 de un Ministerio de Agricultura que fue dictado por la SAC sería un ejemplo de lo anterior. En primera medida el fin de tener un Ministerio de Agricultura (MinA), es que elevaría la agricultura como tema importante en la agenda del Estado. Si bien la esencia de este MinA seria encargarse fundamentalmente de 3 ejes: (1) la capacitación agraria que se traduce en una tecnificación agrícola y el mejoramiento en los procesos de producción, (2) bancos de fomento caracterizados por ser capaces de girar la economía hacia un sector, los cuales tendría el fin de darle crédito a los agricultores con bajas tasas de interés, tanto para las bases de la producción agrícola y para el acceso a la tierra por parte de los agricultores y (3) la estadística de la productividad nacional. Sin embargo lo planteado por la SAC como función del MinA indudablemente beneficiaria al gremio cafetero. La capacitación vista como innovaciones tecnológicas para la producción del café. Los bancos de fomento planteados por los grandes cafeteros sería una forma más de acumulación de capital para ellos mismos. Finalmente la estadística como elemento de estructuración del número de fincas cafeteras en comparación de las fincas no utilizadas para esto con el fin de ampliar la producción, puesto que estaba claro que al implementar esto potenciaría la exportación del café y como consecuencia se generaría un crecimiento económico “nacional”, porque las finanzas del estado eran en gran medida dependientes del café. Pero en 1924 se liquida el MinA, tomando así estas funciones otras organizaciones; menos la función estadística puesto que está sería la menos relevante con la aparición que más tarde se presentaría sobre el problema de las tierras. Por otro lado se podría resaltar que la verdadera necesidad que debía considerar la SAC era qué al momento de crear el MinA realmente debía encargarse de fomentar y potenciar la agricultura del sector no cafetero, con mecanismos de distribución de tierras, inyección de capital por parte del estado, un fuerte proteccionismo arancelario y sistemas de riego, cosa que al final no sucedió. En 1927, los sectores agrícolas no cafeteros son incapaces de sostener la demanda del mercado interno, se genera así mismo un alza en la mano de obra, consecuente a esto surge la inflación, es decir, los terratenientes de la SAC deciden subir los precios, entonces el que tiene producto cobra más porque no existe casi oferta, cosa que a los cafeteros afectaría, de allí la separación de la SAC y la federación de cafeteros. Porque si bien los cafeteros influyen en la decisión de importar alimentos, perjudicando una vez más a los sectores no cafeteros, lo que se conoce como ley de emergencia de la hegemonía conservadora. La SAC al separarse finalmente daría origen a diversos gremios, entre ellos el de la ganadería extensiva, es decir el gremio ganadero, puesto que saldría la hipótesis de que las vacas son más fáciles de tener y requieren menos insumos que los productos agrícolas y generan mayor “rentabilidad”. Lo anterior sería un factor que daría surgimiento a una nueva época de violencia por la tenencia de la tierra. Respecto lo anterior opino que la historia Colombiana siempre ha estado marcada por el poder de las elites (siglo XIX-XX), que por lo general tienen una fuerte influencia en las decisiones políticas del Estado, siempre pensando en un interés particular. Actualmente el sector agrícola cada vez se ve más desplazado, más desigual, por ejemplo en el 2016 el DANE realiza el censo, en el que se expone que el país destina grandes extensiones a la ganadería y mucho menos a la agricultura. Del total del área, el 80,4% se dedica a pastos, mientras que el 19,1% a siembras. En 2017 el IGAC (Instituto Geográfico Agustín Codazzi) afirma que el ganado se está devorando tanto a las áreas más productivas para cultivar como a los ecosistemas estratégicos, menciono esto para argumentar que los grandes elites (en su mayoría son ganaderas) siguen construyendo progreso para ellos mismos .El campo se está disipando, cada vez se encuentra en peores condiciones, las situación como la crisis agraria (reflejado en los paros agrarios nacionales), los desequilibrios regionales, el daño ecológico causado por ciertos sectores, la falta de garantías para el campesino , la violencia, configuran las condiciones para que se acelere la migración del campo a la ciudad, haciendo que cada vez más se destruya y se pierda esa virtud de lo que significa la agricultura y el campesino en el país.