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taller de
textos descriptivos
Taller de TEXTOS DESCRIPTIVOS
autor
Fernando Carratalá Teruel
ISBN: 978-84-9921-545-7
Depósito legal: B. 12.598-2014
Impreso en Novagràfik
Introducción 7
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Introducción
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tiones planteadas— a título personal, aplicando cuanto se haya podido aprender a
través de la práctica y la imitación de modelos.
Por otra parte, los textos seleccionados constituyen una muestra representativa
del quehacer literario de sus respectivos autores y resultan lo suficientemente sig-
nificativos y sugestivos como para reflejar e incluso definir los rasgos de un estilo
personal, la mayoría de las veces representativo de tendencias literarias concretas.
Por esta razón, los breves comentarios estilísticos se han realizado desde criterios
interpretativos bien diferentes, y de ahí su irregular extensión. Y dado que el deno-
minador común de estos textos es el de su innegable calidad literaria, y que, ya sean
en prosa o en verso, se percibe con nitidez la técnica descriptiva empleada por sus
autores, suponemos que los lectores, al término del taller, estarán en condiciones
de producir textos literarios descriptivos manejando con cierta soltura estilística su
propia lengua ajustada a sus personales gustos estéticos.
El autor
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Rubén Darío
Comentario
Azul
Azul. Madrid, Cátedra, 1995. Editor literario: Juan María Martínez.
Colección Letras Hispánicas, 403. [El volumen incluye también Cantos de vida y esperanza.]
Caupolicán
Versos 3-4: «cuya fornida maza / blandiera el bra- por sus prodigiosas hazañas en la lucha del pueblo
zo de Hércules o el brazo de Sansón». El héroe de Israel contra los filisteos (cf. Libro de los jueces,
mitológico griego Heracles —identificado con el capítulos 13-16), encarnan la personificación de la
Hércules romano— y el Sansón bíblico, célebre fuerza. La fortaleza de Caupolicán es tan excep-
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cional que su «fornida maza» bien podría haber riendo, nuevamente, a Heracles. [En un acceso de
sido blandida por cualquiera de esos legendarios locura furiosa, Heracles mató a su mujer Mégara,
personajes. Un halo mítico de resonancias tanto hija de Creonte, rey de Tebas, y a los hijos habidos
clásicas como bíblicas envuelve, así, al guerrero en el matrimonio. Para expiar su crimen, la pitia
araucano, y subraya todavía más su extraordinaria —profetisa que emitía oráculos en nombre de
fuerza. Apolo, en Delfos—, lo envió al rey de Tirinto, Eu-
Verso 7: «lancero de los bosques, Nemrod que risteo, que sentía hacia él un profundo odio. Para
todo caza». Nemrod, nieto de Cam, fue el fun- deshacerse de Heracles, Euristeo le impuso doce
dador del imperio babilónico. La Biblia dice de él: trabajos; y dos de ellos fueron, precisamente, cap-
«Etiopía engendró a Nemrod, que fue el primer turar el toro cretense de Minos —«desjarretar un
héroe sobre la tierra, un cazador valiente delante toro»— y matar al león de Nemea —«estrangular
del Señor; de ahí el proverbio: «Cazador valeroso un león».]
delante del Señor, como Nemrod» (Génesis, 10, Verso 12: «¡El Toqui ! ¡El Toqui!, clama la conmovi-
8-10). da casta». Los indios araucanos eligen como cau-
Versos 6 y 8: «pudiera tal guerrero, […] / desjarre- dillo a Caupolicán —Toqui, jefe en tiempo de gue-
tar un toro o estrangular un león». Con la figura rra—, que cargó sobre sus hombros, durante más
retórica denominada alusión, Darío se está refi- tiempo que nadie, un «robusto tronco de árbol».
1. «Caupolicán» apareció publicado por vez primera, y con el título de «El Toqui», en La Época (San-
tiago, 11 de noviembre de 1888), junto con otros dos sonetos, «Chinampa» y «El sueño del Inca»–, agru-
pados bajo el título de «Sonetos americanos».
2. Conforman esta obra (precedida de una Carta-prólogo de Juan Valera a Rubén Darío, fechada
en Madrid, el 22 de octubre de 1988) diez cuentos, encabezados precisamente por el título «Azul»; las
doce breves secciones de «En Chile», y otros dos cuentos más: «La muerte de la emperatriz de la China»
y «A una estrella»; textos, todos ellos, escritos en una prosa refinada y colorista, y tras de los cuales se
encuentran varios poemas, entre los que destacan cuatro sobre las estaciones (en la sección titulada «El
año lírico»).
3. La Araucana, I y II. Editorial Castalia, 1979. Colección Clásicos Castalia, números 91 y 92. Edición,
introducción y notas de Marcos A. Morínigo e Isaías Lerner. [Aconsejamos la lectura, al menos, de las 93
octavas del canto II de la primera parte de este largo poema épico, págs. 147-173 de la citada edición,
para poder valorar en su justa medida la grandeza del soneto de Rubén Darío.]
4. Consiste el quiasmo en la ordenación cruzada de dos secuencias bimembres paralelas, de modo
que en la segunda secuencia se invierte el orden de la primera: «Por casco sus cabellos, / su pecho por
coraza» (la simetría del verso primero del segundo serventesio es perfecta, tanto en el aspecto morfo-
sintáctico como rítmico).
Rubén Darío I 13
Actividades
Azul
[Azul, op. cit.]
Acuarela
Ya las azucenas floridas y llenas de miel han abierto sus cálices pálidos bajo el oro
del sol. Ya los gorriones tornasolados, esos amantes acariciadores, adulan a las
rosas frescas, esas opulentas y purpuradas emperatrices; ya el jazmín, flor sencilla,
tachona los tupidos ramajes como una blanca estrella sobre un cielo verde. Ya las
5 damas elegantes visten sus trajes claros, dando al olvido las pieles y los abrigos
invernales.
Y mientras el sol se pone, sonrosando las nieves con una claridad suave, junto a
los árboles de la Alameda que lucen sus cumbres resplandecientes en un polvo de
luz, su esbeltez solemne y sus hojas nuevas, bulle un enjambre humano en un ruido
10 de música, de cuchicheos vagos y de palabras fugaces.
He aquí el cuadro. En primer término, está la negrura de los cohes que es-
plende y quiebra los últimos reflejos solares; los caballos orgullosos con el brillo
de sus arneses, con sus cuellos estirados e inmóviles de brutos heráldicos; los
cocheros taciturnos, en su quietud de indiferentes, luciendo sobre las largas libreas
15 los botones metálicos flamantes, y en el fondo de los carruajes, reclinadas como
odaliscas, erguidas como reinas, las mujeres rubias de los ojos soñadores, las que
tienen cabelleras negras y rostros pálidos, las rosadas adolescentes que ríen con
alegría de pájaro primaveral; bellezas lánguidas, hermosuras audaces, castos lirios
albos y tentaciones ardientes.
20 En esa portezuela está un rostro apareciendo de modo que semeja el de un
querubín; por aquella ha salido una mano enguantada que se dijera de niño y es de
morena tal, que llama los corazones; más allá se alcanza a ver un pie de Cenicienta
con zapatito oscuro y media lila, y acullá, gentil con sus gestos de diosa, bella con
su color de marfil amapolado, su cuello real y la corona de su cabellera, está la
25 Venus de Milo, no manca, sino con dos brazos, gruesos como los muslos de un
querubín de Murillo, y vestida a la última moda de París.
Más allá está el oleaje de los que van y vienen: parejas de enamorados, herma-
nos y hermanas, grupos de caballeritos irreprochables; todo en la confusión de los
rostros, de las miradas, de los colorines, de los vestidos, de las capotas, resaltando
30 a veces en el fondo negro y aceitoso de los elegantes sombreros de copa, una cara
blanca de mujer, un sombrero de paja adornado de colibríes, de cintas o de plumas,
o el inflado globo rojo, de goma, que pendiente de un hilo lleva un niño risueño, de
medias azules, zapatos charolados y holgado cuello a la marinera.
En el fondo, los palacios elevan al azul la soberbia de sus fachadas, en las que los
35 álamos erguidos rayan columnas hojosas entre el abejeo trémulo y desfalleciente
de la tarde fugitiva.
1. Enumerar los caracteres del arte de Rubén Darío presentes en este cuento.
Rubén Darío I 15
Índice
Sumario 5
Introducción 7
I 117
Retrato de Felipe IV, de Velázquez 44
Antonio Machado 45
Comentario (Soledades) 45
Actividades (Campos de Castilla) 46
José Ortega y Gasset 49
Comentario (El espectador) 49
Actividades (El espectador) 51
Gabriel Miró 53
Comentario (Años y leguas) 53
Actividades (El Libro de Sigüenza) 55
El capitel corintio 57
Federico García Lorca 59
Comentario (Romancero gitano) 59
Actividades (Poeta en Nueva York) 64
Jorge Guillén 68
Comentario (Cántico) 68
Actividades (Cántico) 70
Gerardo Diego 71
Comentario (La suerte o la muerte: Poema del toreo) 71
Actividades (Alondra de verdad) 74
Rafael Sánchez Ferlosio 76
Comentario (El Jarama) 76
Actividades (El Jarama) 77
Vicente Soto 80
Comentario (La zancada) 80
Actividades (La zancada) 83
Miguel Delibes 85
Comentario (El camino) 85
Asunto y eje temático 87
Estructura 88
La técnica narrativa 88
Actividades (El camino) 90
Camilo José Cela 93
Comentario (Viaje a la Alcarria) 93
Cela, autor de libros de viajes 94