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FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

4° PSICOLOGÍA – VESPERTINO
PSICOLOGÍA COMUNITARIA I

ADULTOS MAYORES
EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD

PROFESOR:
GERMAN GONZALEZ L.

INTEGRANTES:
MARIA CAROLINA MARIN
ESTER PINTO INZULZA
SILVIA SANDOVAL ARAVENA

FECHA
13 DE JUNIO DE 2013
INTRODUCCIÓN

Chile está envejeciendo nos indican diversas fuentes, lo que constituye un giro de la mirada o parte de
ella hacia los adultos mayores en la sociedad chilena del 2013.

La pirámide estadística tiende a invertirse etariamente y con ello surgen nuevas necesidades, que en el
presente trabajo abordaremos particularmente dirigiendo la revisión conceptual de la población a
intervenir, tales como la definición de lo que entenderemos por Adulto Mayor, concepto de salud,
envejecimiento, particularmente lo que entenderemos por vulnerabilidad, estratos socioeconómicos que
esclarecen la magnitud del problema de vulnerabilidad asociado al ingreso económico.

En el marco teórico ahondaremos en quienes asumen la responsabilidad de la problemática del adulto


mayor vulnerable en relación a SENAMA. Y el aporte que realiza en el ámbito de ONG una de las tres
más grandes que es el Hogar de Cristo, quienes realizan un conocido y amplio trabajo social con
diversos sectores vulnerables y también con adultos mayores en diversas modalidades.

Podremos dar cuenta del tipo de estudios, investigación o intervenciones que se han realizado en Chile
en los últimos 10 años en torno a este nivel etario, dejando fuertes evidencias de registros dentro del
enfoque comunitario.

Finalmente, se presentará una propuesta de facilitación comunitaria con el Hogar Residencia de larga
estadía del Adulto Mayor del Hogar de Cristo, comuna de Estación Central, Santiago de Chile.
DESARROLLO

Es posible observar en la actualidad que la sociedad está focalizándose, cada vez con mayor interés, en
conocer las necesidades de sus adultos mayores. Esto, tal vez, originado por el explosivo aumento de la
población de adultos mayores dentro de la población general en los últimos años, además de la
proyección que existe en que ésta siga aumentando. Tal como Bermejo lo explicita en La soledad en
los mayores (2005), este interés sea debido a una creciente sensibilidad ante las situaciones sociales que
presentan una cierta vulnerabilidad y requieren lo mejor de la condición humana para salir al paso de
las necesidades que presentan (Bermejo J., 2005). Lo importante es que sea cual fuere la razón, hoy
éste es un sector que presenta gran interés de ser investigado y estudiado en profundidad.

De acuerdo a cifras estadísticas del Gobierno de Chile en base a Encuesta CASEN 2011, es posible
observar que la cantidad de Adultos Mayores en Chile en la pirámide poblacional, ha aumentado en un
5,5% desde el año 1990 a la actualidad. (Ver gráfico N°1) Cabe mencionar, que la definición entregada
por el SENAMA (perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social en nuestro país) para Adulto Mayor
en Chile, corresponde al término para denominar a la población de 60 años o más.

Gráfico N°1:

Con respecto al concepto SALUD, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1946 la
definió como “Un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades” Con respecto a los Adultos Mayores, la OMS hace referencia que el
envejecimiento es un proceso fisiológico que comienza en la concepción y ocasiona cambios en las
características de las especies durante todo el ciclo de la vida. Estos cambios producen una limitación
de la adaptabilidad del organismo en relación con el medio en el que se desenvuelven. Los ritmos a que
estos cambios se producen en los diversos órganos de un mismo individuo o en distintos individuos
nunca son iguales.

De acuerdo a la investigación anterior, el “Envejecimiento Activo” corresponde al proceso de


optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el fin de mejorar la calidad
de vida a medida que las personas envejecen. Según López-Ballesteros en Psicología de la vejez
(1999), esta calidad de vida está relacionada con condiciones de vida, tales como la educación, salud,
ambiente en que se desenvuelve diariamente, aspectos socioculturales, satisfacción interna, estilos de
vida que éstos llevan, aspectos económicos, entre otros. Se considera que la calidad de vida es una
construcción compleja y multifactorial sobre la que pueden desarrollarse algunas medidas objetivas a
través de una serie de indicadores, donde el peso de la vivencia que el sujeto pueda tener de sí mismo
es de gran relevancia. Es así que la autoestima o autosatisfacción del sujeto pueden considerarse, según
Schwart (1975 en Fernández-Ballesteros, 1999), como el eje de la calidad de vida de los ancianos o
Adultos Mayores.

Por ello la importancia de incorporar la actividad física para mejorar la calidad de vida de los Adultos
Mayores, donde la actividad física hace referencia al movimiento, la interacción, el cuerpo y la práctica
humana. Esta posee tres dimensiones: biológica, personal y sociocultural. La dimensión biológica (la
más extendida) se define como cualquier movimiento corporal realizado con los músculos esqueléticos
que lleva asociado un gasto de energía. Pero una buena definición debería integrar las tres dimensiones
citadas: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos
esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar
con los seres y el ambiente que nos rodea”. (www.Efedeportes.com)

Sobre este tema se han realizado diversas investigaciones, dentro de las cuales se encuentra una en
particular, realizada en Venezuela, publicada en diciembre del año 2011, denominada “La actividad
física en el autocuidado del adulto mayor con artritis reumatoide para mantener su capacidad
funcional”.(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3868/1/La-actividad-fisica-en-el-
autocuidado-del-adulto-mayor-con-artritis-reumatoide-para-mantener-su-capacidad-funcional.html).

Los resultados de este estudio ratifica lo beneficiosa que es la actividad física para la salud de los
Adultos Mayores y también para mejorar la imagen de sí mismos y por ende, también mejorar su
calidad de vida.

Vulnerabilidad en los Adultos Mayores

De acuerdo a lo que la encuesta CASEN 2011 nos muestra en el Gráfico N°2 la situación de pobreza y
vulnerabilidad que se encuentran nuestros Adultos Mayores en el país, donde es posible observar la
franca disminución de los porcentajes de pobreza en Chile en los últimos 20 años, pero donde la
extrema pobreza no ha decaído con tanta intensidad, permaneciendo en estado de vulnerabilidad social.

Grafico N°2:
Pero, ¿qué se entiende por vulnerabilidad? De acuerdo a Henoch (2010), la vulnerabilidad es un
indicador que mide cuánto afecta al bienestar de los individuos la presencia de riesgo y la variabilidad
en el ingreso. El concepto de “vulnerabilidad” captura los efectos de la volatilidad del ingreso y riesgo
que enfrentan los individuos. En episodios de crisis el bienestar del hogar es seriamente afectado para
los pobres, incrementando la sensación de inseguridad. El problema ya no es tan solo tener poco, sino
el miedo de perderlo todo.

Por otra parte, Busso (2001) entiende a la vulnerabilidad como un proceso multidimensional, que
confluye en el riesgo o probabilidad del individuo, hogar o comunidad de ser herido, lesionado o
dañado ante cambios o permanencia de situaciones externas y/o internas. La vulnerabilidad social de
sujetos y colectivos de población, se expresa de varias formas, ya sea como fragilidad e indefensión
ante cambios originados en el entorno, como desamparado institucional desde el Estado, que no
contribuye a fortalecer ni cuida sistemáticamente a sus ciudadanos; como debilidad interna para
afrontar concretamente los cambios necesarios del individuo u hogar para aprovechar el conjunto de
oportunidades que se le presenta; como inseguridad permanente que paraliza, incapacita y desmotiva la
posibilidad de pensar estrategias y actuar a futuro para lograr mejores niveles de bienestar.

Al hablar de Adultos Mayores en situación de vulnerabilidad, es importante también, hacer una breve
revisión de cómo se encuentra estratificado en nivel socioeconómico en nuestro país.

El nivel socioeconómico según el nuevo modelo de ESOMAR (Asociación Internacional de Empresas


de Investigación de Mercado), considera para la nueva clasificación de las categorías socioeconómicas,
dos variables de definición:

 el nivel de educación alcanzado por el principal sostenedor del hogar y


 la categoría ocupacional del principal sostenedor del hogar.

Se define, entonces, la siguiente clasificación:

A = Muy Alto, B = Alto (clasificación anterior ABC1 segmento alto)


Ca = Medio Alto (clasificación anterior C2 medio alto)
Cb = Medio (clasificación anterior C3 medio)
D = Medio bajo (clasificación anterior D medio bajo)
E = Bajo (clasificación anterior E extrema pobreza)
Entonces podemos entender, que cuando hablamos de Adultos Mayores en situación de vulnerabilidad
en nuestro país, estamos hablando del grupo que está clasificado en el último lugar de nuestra
estratificación socioeconómica, siendo los Adultos Mayores además, un grupo que sufre fuertes
cambios a nivel psíquico y físico, que les limitan en su adaptabilidad con el medio, haciéndoles más
vulnerables aún en el sistema.

Es así que recientemente han aparecido noticias relacionadas a que las “Fundaciones piden que aporte
estatal para adultos mayores se cuadruplique” (Revista Adulto Mayor, 2013), donde las tres entidades
que concentran el 80% de la oferta residencial de ONG para adultos mayores de bajos recursos en
Chile, Fundación Las Rosas, Hogar de Cristo y Sociedad San Vicente de Paul, manifestaron su
preocupación por la “situación de vulnerabilidad en que se encuentra esta población” y pidieron que se
cuadruplique el aporte actual del estado. Su objetivo es que este subsidio cubra el 50% del valor de la
atención de los adultos mayores, que en promedio alcanza los $450 mil per cápita al mes, de manera de
entregar un servicio de mayor dignidad a ellos.

SENAMA (www.senama.cl)

En Chile, quien está encargado de abordar los temas propios del adulto mayor es El Servicio Nacional
del Adulto Mayor, SENAMA, el cual es un servicio público creado por medio de la promulgación de la
Ley Nº19.828, el 17 de Septiembre de 2002, comenzando sus funciones en enero de 2003. SENAMA
se crea como un servicio público, funcionalmente descentralizado, con personalidad jurídica y
patrimonio propio, que se encuentra sometido a la supervigilancia del Presidente de la República a
través del Ministerio de Desarrollo Social.

La principal tarea, que compromete a todo el equipo SENAMA, es contribuir a mejorar la calidad de
vida de las personas mayores del país. Su misión es Fomentar el envejecimiento activo y el desarrollo
de servicios sociales para las personas mayores, cualquiera sea su condición, fortaleciendo su
participación y valoración en la sociedad, promoviendo su autocuidado y autonomía, y favoreciendo el
reconocimiento y ejercicio de sus derechos; por medio de la coordinación intersectorial, el diseño,
implementación y evaluación de políticas, planes y programas.

SENAMA posee tres ejes estratégicos:

1. A nivel de la Sociedad entera:

 Inducir un cambio cultural que promueva el respeto a la dignidad del Adulto Mayor, el ejercicio
de sus derechos y su valoración y participación en la sociedad.

2. A nivel de los Adultos Mayores con distintos niveles de funcionalidad:

 Promover la participación del Adulto Mayor y su integración en diferentes redes que lo


mantengan conectado y activo en la sociedad.
 Promover que el Adulto Mayor tome conciencia de las diferentes etapas de su envejecimiento.
 Impulsar la constitución de una Red de Protección Social para el Adulto Mayor, con los
ministerios y sus secretarías regionales ministeriales y las municipalidades.

3. A nivel interno:
 Modernizar el Servicio.

Es posible, entonces, observar que a nivel de Estado existe interés por velar por las necesidades
puntuales del Adulto Mayor. Sin embargo, cuando hablamos de Adultos Mayores en Situación de
Vulnerabilidad, muchos de éstos quedan fuera de los sistemas gubernamentales de apoyo, y es en éste
punto que se crean instituciones que abordan las necesidades de quienes están prácticamente al margen
de la sociedad, siendo uno de ellos el “Hogar de Cristo”.

Hogar de Cristo (www.hogardecristo.cl)

El Hogar de Cristo busca acoger dignamente y con amor a los más pobres entre los pobres, surgiendo
del último anhelo del Padre Hurtado, su fundador. De este modo, el horizonte al que aspira llegar el
Hogar de Cristo se expresa en la visión de “un país con justicia, respeto y solidaridad”.

Por otra parte, su Misión traza la ruta institucional para hacer realidad el cambio de las condiciones
sociales en el país. “El Hogar de Cristo acoge con amor y dignidad a los más pobres entre los pobres,
para ampliar sus oportunidades a una vida mejor. Convoca con entusiasmo y vincula a la comunidad en
su responsabilidad con los excluidos de la sociedad. Es una organización transparente, eficiente y
eficaz, que animada por la espiritualidad de san Alberto Hurtado promueve una cultura de respeto,
justicia y solidaridad”.

Obras Sociales realizadas por el Hogar de Cristo (HDC) en relación al Adulto Mayor

Su objetivo principal del trabajo con Adultos Mayores radica en mejorar las condiciones de vida y
bienestar biopsicosocial de las personas mayores de manera que permanezcan en su medio habitual y
familiar, fortaleciendo y manteniendo su autonomía e independencia. La idea es que, sólo cuando la
persona mayor no cuente con cuidados permanentes ingrese a una Residencia.

La población objetiva son personas mayores de 60 años, en situación de pobreza y/o exclusión social.
Principalmente personas mayores con algún nivel de dependencia y con escaso apoyo familiar.

Los principios para el Adulto Mayor, que guían el actuar del HDC, son el de autonomía, mantención en
medio habitual, participación, fortalecimiento de sus capacidades funcionales e integración social.

En concordancia con lo anterior, la estrategia de trabajo dará prioridad a su crecimiento en una oferta
programática de carácter ambulatorio. En esa línea, los programas ambulatorios deben resguardar la
realización de intervenciones preventivas que permitan que la persona mayor permanezca inserta en la
sociedad y trabajar para evitar o retardar su ingreso a una residencia. Sin embargo, para aquellos que
por su condición socioeconómica, familiar, de salud necesitan de cuidados y protección de manera
permanente, se les acogerá en programas residenciales.
El HDC trabaja para que la sociedad visualice a las personas mayores como ciudadanos activos
insertados en la sociedad, sujetos de derechos, que pueden y quieren aportar al desarrollo de la
sociedad.

Tipos de Programas realizados:

1. AMBULATORIOS:
 Centro de Encuentro del Adulto Mayor (CEAM): Centro de encuentro diurno, dirigido a
personas mayores autovalentes frágiles y dependientes leves (dependientes parciales sólo en
CEAM Especializado). En este programa se entregan prestaciones básicas como alimentación,
además de talleres y actividades educativas dirigidas a mantener las capacidades físicas y
cognitivas de las personas mayores.

 Programa de Atención Domiciliaria al Adulto Mayor (PADAM): programa que trabaja en los
domicilios de las personas, entregando apoyo psicosocial y material. Está dirigido a personas
mayores autovalentes frágiles, dependientes leves, parciales y severos.

 Comedor Fraterno Adulto Mayor: brinda servicio de alimentación, principalmente almuerzo y


cena, con un fuerte apoyo de voluntarios.

2. RESIDENCIAL:

 Residencia de Larga Estadía: son hogares de larga estadía, dirigidos a personas mayores con
dependencia parcial y severa, que no cuenten con el apoyo familiar y los cuidados suficientes
para permanecer en su medio.
ANTECEDENTES SOBRE ESTUDIOS E INTERVENCIONES PSICOSOCIALES Y/O
COMUNITARIAS EN CHILE

Investigación realizada por Juana Beatriz Ortiz Arriagada, Magíster en Enfermería; Universidad de
Concepción, Chile y Manuel Castro Salas, sobre, Enfermero, Sociólogo, Magíster en Enfermería;
docente Universidad de Concepción. Chile, denominada: “Bienestar psicológico de los adultos
mayores, su relación con la autoestima y la autoeficacia. Contribución de enfermería”.

En el artículo, se revisa el concepto de bienestar y el bienestar psicológico en la vejez, además, se


relaciona el bienestar psicológico con variables psicológicas como son: la autoestima y autoeficacia.
Finalmente se plantean reflexiones para potenciar la investigación en enfermería en el área del
bienestar psicológico del adulto mayor, el que es de vital importancia para obtener un envejecimiento
exitoso, junto con la contribución que enfermería hará en este ámbito para obtener adultos mayores con
grados elevados de autocuidado, funcionalidad y una alta motivación para el desarrollo de sus
potencialidades personales.

En los últimos años se ha generado un especial incremento de la población de la tercera edad, interés
por conocer el bienestar de las personas mayores, éste se debe principalmente al aumento de las
expectativas de vida de la población mayor en los países desarrollados. En Chile existe una tendencia
similar de envejecimiento, la cual transforma la pirámide poblacional, haciendo que, de forma
paulatina, su base se estreche y amplíe su cúspide. Los avances tecnológicos y la transición
demográfica, facilitan hoy en día, un rápido incremento de la población de la tercera edad, que en
nuestro país corresponde a los mayores de 60 años y que en su conjunto conforman el 11,4% del total
de la población. La búsqueda del bienestar ha servido como guía para definir las políticas sociales en
nuestro país.

El Gobierno concibe el estado de bienestar en relación a una asistencia social donde se postula que el
elemento principal es la satisfacción de las necesidades materiales y de salud. Bajo esta visión el
Gobierno ha visto minada su función al no satisfacer las expectativas de la población mayor, las que
tienen que ver con un cambio cualitativo en la valoración de la vida, en donde la subjetividad es
fundamental. Cada vez es más claro que las decisiones a nivel político deberían estar influidas por el
bienestar y el sentido de propósito de las personas. Esto no quiere decir que el bienestar y el propósito
sean valiosos en sí mismos, sino que complementan los actuales indicadores económicos. Por ejemplo,
los indicadores económicos han aumentado de forma intensa en las últimas décadas, y sin embargo, la
satisfacción personal no ha aumentado, por el contrario la tasa de depresión, ha duplicado su magnitud,
pasando a formar parte de un problema de salud pública en la tercera edad. Según la Real Academia de
la Lengua Española, bienestar se desglosa en bien, estar y lo define como: "vida holgada o abastecida
de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad" o "Estado de la persona en el que se le hace
sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica". Sin embargo, estas definiciones
aunque se acercan al concepto, no abarcan todo el significado del bienestar.

Investigación realizada por Fabiola Lathrop, Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad
de Chile. Doctora en Derecho, Universidad de Salamanca, España. Profesora de Derecho Civil,
Universidad Finis Terrae, denominada: “Protección jurídica de los adultos mayores en chile”.
El artículo examina la situación jurídica de los adultos mayores en Chile y analiza un tipo de
discriminación por edad: el maltrato contra las personas ancianas, en especial, la situación en los
hogares e instituciones de larga estadía. Describe el concepto, los tipos y los factores de riesgo del
abuso contra los adultos mayores, y propone algunas soluciones legales introducidas en varios países
para protegerlos. Finalmente, se esbozan algunas conclusiones con el objeto de contribuir al incipiente
debate chileno sobre la protección de las personas ancianas. Al contrario de lo que ocurre hoy, cuando
demasiadas veces nuestros viejos sufren el desprecio de la sociedad y de sus propias familias, la
ancianidad fue objeto de continua veneración en la antigüedad. Los ancianos eran considerados
portadores de la más excelsa sabiduría y reserva de la memoria ancestral, al punto de poder afirmar que
la vejez representaba el archivo histórico de la comunidad. Así, retrospectivamente, puede afirmarse
que las culturas primitivas constituyeron el "periodo de gloria" de los ancianos. La denominada "tercera
edad" ha inspirado numerosas reflexiones filosóficas e importantes obras de la literatura.
Diversas disciplinas, como la sociología, la medicina y, por cierto, la gerontología, han abordado la
problemática de la ancianidad en profundidad. Sin ir más lejos, la bioética -o si se quiere, más
modernamente, el bioderecho ha analizado también ciertas situaciones de desprotección del anciano.
En efecto, y como veremos a lo largo de este artículo, en muchas situaciones de pacientes
institucionalizados, estos pierden autonomía en el ejercicio de ciertos derechos, de manera que
decisiones que en principio son personalísimas, pasan a ser adoptadas por sus familias e, incluso, por
funcionarios estatales que deben jerarquizar recursos públicos, situación que, como se ha señalado,
puede desembocar en una "eutanasia social directa o indirecta".
En el ámbito jurídico, desde hace un par de décadas ha comenzado a surgir en el contexto internacional
y comparado, la idea de la creación de un estatuto que otorgue un adecuado marco de protección a los
adultos mayores. En este sentido, en Europa occidental, que suele servir de paradigma en estas y otras
cuestiones de índole social, las políticas se centraron, en los albores del siglo XX, en la mera asistencia
económica y sanitaria de los adultos mayores; en los años ochenta, en cambio, comenzaron a
desarrollarse directrices de mayor proyección construidas en torno a políticas de vivienda, como las
viviendas-servicios dotadas de equipamiento asistencial; políticas de salud, que previeron asistencia
especializada; y políticas asistenciales, que han ido afianzándose progresivamente. Con mayores
pretensiones se sostiene que así como existe un Derecho de la Infancia y de la Adolescencia, debiera
existir un Derecho de la Ancianidad e, incluso, Tribunales de la Ancianidad, de forma que, al inicio y al
final de la línea de la vida, el ser humano reciba una protección, acorde con sus necesidades y
autonomía, que ponga fin al estado de indefensión que, desgraciadamente, buena parte de las veces
sufren. No obstante, lo cierto es que el interés que esta materia ha despertado en el ámbito jurídico es
todavía incipiente. Realidad a la que, lamentablemente, nuestro país no escapa.
En efecto, el gran hito de la reforma previsional del 2008 que beneficiará sin duda a un importante
número de adultos mayores, y la denuncia mediática de escabrosos casos de maltrato contra ancianos,
nos demuestra que existe una preocupación por mejorar y visualizar las condiciones de vida de este
sector y el estado de abandono y precariedad en que se encuentran muchos ancianos. Sin embargo,
nuestro ordenamiento jurídico dista mucho de ese tan ansiado Derecho de la Ancianidad. Son muy
pocas las normas legales que se refieren específicamente a los adultos mayores y, la gran mayoría de
las veces, la protección que ellas otorgan no alcanza el grado de especificidad que se requiere para que
sea eficaz.
En este trabajo intentaremos poner de relieve algunas cuestiones relativas a la discriminación por vejez
y, específicamente, al maltrato ejercido contra el adulto mayor. Nos detendremos, especialmente, en la
situación de los ancianos institucionalizados, es decir, aquellos que viven muchas veces abandonados a
su suerte, en los denominados "asilos de ancianos", geriátricos o, más técnicamente, Establecimientos
de Larga Estadía para Adultos Mayores.
Investigación realizada por, Judith Salinas C., Magdalena Bello S., Álvaro Flores C., Leandro
Carbullanca L. y Mónica Torres G., del Departamento Promoción de la Salud, Ministerio de Salud.
Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile denominada: “Actividad física integral
con adultos y adultos mayores en chile: resultados de un programa piloto”.
Como respuesta a la situación de post transición epidemiológica y nutricional de Chile, caracterizada
por el aumento de la expectativa de vida, prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles y de
obesidad, el Ministerio de Salud creó en el año 1998 un Plan Nacional de Promoción de Salud y el
Consejo Nacional para la Promoción de la Salud VIDA CHILE con la misión de contribuir a la
creación de estilos de vida y ambientes más saludables.
En el año 2000 se establecieron metas para el año 2010 destinadas a reducir la obesidad, sedentarismo
y tabaquismo, y aumentar los factores protectores psicosociales y ambientales, con líneas de acción
formuladas a partir de la revisión de la experiencia (4,5). Este programa se inscribe en este esfuerzo de
diseño y validación de estrategias intersectoriales que aseguren eficacia y sostenibilidad para el logro
de las metas propuestas. Cifras nacionales recientes muestran una prevalencia de sedentarismo
(actividad física menor a 30 minutos, 3 veces por semana) del 89% (91% mujeres y 88% hombres),
aumentando en los niveles socioeconómicos bajos y con la edad (96% para mayores de 64 años).
Además existe un 37,8% de sobrepeso y 23,3% de obesidad, un 33,7% de hipertensión y 4,2% de
diabetes. El riesgo cardiovascular alto y muy alto alcanza un 54,9 % de la población adulta mayor de
17 años (64,2% hombres y 46,2% mujeres).
Existe consenso internacional respecto a los beneficios que la actividad física tiene en la salud y la
calidad vida, constituyéndose como el factor protector por excelencia. Se ha demostrado ampliamente
su efecto en promover, recuperar y mantener la salud. La evidencia más reciente demuestra los
beneficios de la actividad física regular de intensidad moderada, cuando es realizada en forma continua
o acumulada completando un mínimo de 30 minutos diarios. La actividad física contribuye a la
prevención y manejo de una serie de enfermedades, entre las que se destacan las enfermedades
cardiovasculares, diabetes mellitus tipo II (DM II), obesidad, hipertensión arterial (HTA) y depresión
entre otras.
El efecto de la actividad física y dieta en la disminución de la obesidad es concluyente, así como su
asociación con mortalidad. Además, se ha demostrado que el riesgo de muerte cardiovascular es menor
en adultos obesos activos que en más delgados y sedentarios; también es menor en hipertensos activos
que en hipertensos sedentarios y del mismo modo en diabéticos activos que en no diabéticos
sedentarios. Al mismo tiempo, se ha observado que en adultos mayores la actividad física contribuye a
prevenir riesgo de caídas, fracturas y pérdida ósea, mediante el fortalecimiento de los huesos y
músculos y la mejoría de la agilidad y flexibilidad; también mejora el bienestar psicológico y permite
conservar las habilidades para una vida independiente y autónoma.
En síntesis, el análisis de la literatura demuestra la necesidad de intervenciones poblacionales para
aumentar la actividad física y reducir los riesgos de las enfermedades crónicas no transmisibles
(ECNT), que sean pertinentes a la realidad económica, social y cultural de cada país y consideren las
recomendaciones internacionales. El objetivo de este estudio es evaluar la metodología y los resultados
de una intervención poblacional consistente en un programa piloto de actividad física integral,
realizado en las condiciones de funcionamiento regular de la atención primaria del país. Ello con el
propósito de desarrollar conductas de vida activa y saludable, mejorando la calidad de vida de adultos y
adultos mayores.
PROPUESTA DE FACILITACION COMUNITARIA

De acuerdo a cifras del Gobierno Nacional (gráfico N°3), los Adultos Mayores en nuestro país
presentan mayores deficiencias en aspectos físicos y de movilidad, como el desplazarse solos por las
calles de la ciudad.

Gráfico N°3:

Es por ello, que la intervención propuesta para este grupo en particular corresponde a la de “Promover
la actividad física, para lograr mejorar la calidad de vida de los Adultos Mayores en situación de
vulnerabilidad social, mediante una rutina regular y establecida de ejercicios”.

Mantenerse físicamente activo y hacer regularmente ejercicios ayuda a prevenir o retrasar algunas
enfermedades y disminuyen las incapacidades que acarrea el envejecimiento.

Hay muchos beneficios inmediatos y muchos otros a largo plazo de la actividad física en los Adultos
Mayores.

Según informa el Senama en su página oficial, la actividad física es definida por la Organización
Mundial de la Salud (OMS); como una amplia variedad de actividades y movimientos que incluyen las
actividades cotidianas o domesticas como subir y bajar escaleras, salir a pasear, jardinear, bailar y
realizar ejercicios como el golf, la natación y el ciclismo, todos en un contexto no competitivo.
(www.senama.cl)

La cantidad e intensidad de ejercicio difiere de una persona a otra, lo importante es que, al hacerlo, la
persona sienta bienestar, nunca fatiga. Es recomendable que la actividad física de los mayores sea
programada y controlada por un profesional con experiencia en geriatría.

En cualquier caso, la práctica regular de actividad física tiene efectos muy positivos sobre la salud.

1. Mejora el desempeño del corazón.


2. Disminuye el tejido adiposo (grasa).
3. Aumenta la fuerza muscular.
4. Aumenta la densidad ósea.
5. Mejora la movilidad de las articulaciones.
6. Mejora la irrigación sanguínea.
7. Mejora el trabajo respiratorio.
8. Nos aleja de la depresión.
9. Nos aleja del estrés.
10. Nos permite una vida de mejor calidad.

Propuesta específica
Nuestra intervención comunitaria requiere necesariamente de un levantamiento de necesidades y
validación de los facilitadores con la comunidad específica de adultos mayores del nivel residencial con
el cual se trabajará.
a) Se establecerán los vínculos con los agentes comunitarios internos para conocer la dinámica
interna de trabajo de los adultos, sus características, número, horarios, actividades más
aceptadas.

b) Se concertará una visita al grupo de adultos mayores, en el día de actividad que los facilitadores
externos hayan acordado con ellos, en conocimiento de la visita a realizar por los facilitadores
estudiantes de psicología. En la visita los facilitadores se presentarán al grupo, comentarán de
su interés por el trabajo y se insertarán en la actividad que ellos realicen por calendario ese día,
como un miembro más.

c) En próxima sesión los facilitadores en sesión pactada para trabajo con ellos, realizan dinámica
de conocimiento y grupo de discusión en torno al tema “Promoción de la actividad física en
Adultos Mayores, en situación de vulnerabilidad”.

d) Se presenta propuesta de trabajo de promoción de actividad física dirigida por las facilitadores y
confeccionada por un kinesióloga. (Pizzo, V., 2011)

e) Seis encuentros en 1 sesión semanal de 30 minutos, con un encuentro posterior de revisión de


estado de ánimo y novedades individuales y grupales, junto a un refrigerio.

f) Cierre de la actividad.

La actividad se realizará en una sesión grupal semanal, con una duración de 30 minutos, en día y hora
por definir.

La actividad será guiada por dos facilitadoras, considerando un grupo heterogéneo, por lo tanto es
importante considerar tramos de edad y posibles patologías de los Adultos. Es importante la integración
del Adulto Mayor con necesidades diferentes al grupo, ya que permite un clima de solidaridad y para el
Adulto Mayor con necesidades especiales un espacio de fortalecimiento de autoestima.

Se hará el trabajo en grupo, distribuyéndolos en círculo, en líneas enfrentadas, en parejas, de esta forma
todos trabajan a la vez.
Se realizarán los ejercicios más adecuados para las características del adulto mayor, que desarrollan
movimientos pero que no impliquen grandes esfuerzos ni sean muy excitantes.

La actividad física se divide en 4 categorías básicas:

1. Resistencia (aeróbica), 10 minutos


2. Fortalecimiento (fuerza), 10 minutos
3. Equilibrio, 5 minutos
4. Flexibilidad (estiramiento o elongación), 5 minutos

1 Ejercicios de resistencia (también llamados aeróbicos o cardio-respiratorios)

Son aquellas actividades que aumentan la frecuencia cardiaca y respiratoria por períodos prolongados.
Pueden ser ejercicios moderados, como caminar enérgicamente y bailar.

Objetivo: Mejoran la salud del corazón, los pulmones y el sistema circulatorio. Aumentan el flujo
sanguíneo a todo el cuerpo, lo que trae una mejoría en el funcionamiento de todos los aparatos y
sistemas del cuerpo. Ayudan a prevenir (o retardar) enfermedades crónicas o degenerativas, como la
hipertensión, la diabetes, la enfermedad del corazón, etc.

2 Ejercicios de fortalecimiento

Los ejercicios para aumentar la masa muscular mejoran la fuerza en la mayoría de los adultos mayores,
pero hay algunos adultos mayores que no sólo pierden masa muscular y fuerza, sino que también tienen
un descenso en la calidad del tejido muscular, a esto se le llama atrofia muscular. Los ejercicios de
fortalecimiento más simples son flexionar y extender las extremidades en diferentes direcciones
(sentarse y pararse repetidas veces en una silla, por ejemplo). También pueden hacerse ejercicios de
fortalecimiento con bandas elásticas de resistencia, equipos de pesas o sustitutos de ellos (botellas de
plástico rellenas con arena, por ejemplo).

Objetivo: los adultos mayores han perdido de un 20 a un 40% de su masa muscular a medida que han
envejecido, a esta pérdida de masa músculo-esquelética se la llama sarcopenia. Pequeños cambios en el
tamaño de los músculos pueden hacer una gran diferencia en el fortalecimiento, especialmente en
quienes más pérdida muscular han sufrido. Estos ejercicios ayudan también a prevenir la osteoporosis y
aumentan el metabolismo, de tal manera que se pueda mantener un nivel de azúcar adecuado en la
sangre y un peso bajo. Por sobre todo, ayudan a que los adultos mayores se mantengan fuertes para ser
autónomos, activos e independientes.

3 Ejercicios de equilibrio

Cualquier momento y cualquier lugar es bueno para realizar ejercicios de equilibrio, porque pueden ser
tan simples como pararse en un pie y luego en el otro, caminar con los talones, caminar en puntas de
pie, o ponerse de pie y sentarse en una silla sin usar las manos. Hay una estrecha relación entre los
ejercicios de fortalecimiento y los de equilibrio, de hecho, muchas veces los ejercicios sirven para
ambas cosas.
Objetivo: Cuando se mejora el equilibrio, también se mejora la postura, es por esto que los ejercicios de
equilibrio sirven para que el adulto mayor se mantenga independiente, prevenga caídas y fracturas de
caderas (una de las principales razones de discapacidad entre adultos mayores).

4 Ejercicios de estiramiento o elongación

Mejoran la flexibilidad del cuerpo, ayudando al adulto mayor a realizar actividades cotidianas como
agacharse, atarse los cordones o alcanzar cosas alejadas con las manos, se trata principalmente de
flexiones o inclinaciones con extensiones.

Objetivo: Mejoran la movilidad del cuerpo y mantiene flexibles las articulaciones. Ayudan a mantener
la independencia de los adultos mayores, ya que dan más libertad de movimiento para la vida diaria.
Reducen el riesgo de ruptura muscular cuando se hacen movimientos bruscos, ya que las personas que
hacen estos ejercicios tienen mejor elasticidad. Por último, tienen un efecto relajante.

CONCLUSIÓN

La perspectiva de trabajo en Chile con sectores vulnerables está en transición desde una mirada
institucional hacia una mirada biopsicosocial. Predomina en el ámbito de los adultos mayores la
intervención en el área de la salud médica, de carácter institucional. En la búsqueda de antecedentes de
intervenciones comunitarias en sectores vulnerables, la investigación chilena escasea, y está ligada al
ámbito de la prevención más que a lo promocional. Existen o hemos enfrentado múltiples dificultades
para encontrar antecedentes directos relacionados con el conocimiento adquirido por la Psicología
Comunitaria, en torno a intervenciones con este ámbito de la población. Los antecedentes se centran en
investigaciones teóricas de aspectos médicos tales como: salud integral, autoestima, autocuidado
personal del adulto mayor, en gran mayoría de trabajos centrados en la atención primaria de salud, por
profesionales de la terapia ocupacional, enfermería y medicina en general.

La búsqueda de fuentes que aporten al tema definitivamente no encuentra raíces en material que esté al
alcance fácilmente, no existen publicaciones que demuestren interés y bien sabemos que el recurso
económico y presupuestario para intervenciones o evidencias literarias de ello, están sujetos a
presupuesto al que pueden acceder Organizaciones no gubernamentales (ONG) quienes postulan a
diversos fondos, pero que no tienen intervenciones sistemáticas y sostenidas que hayan traducido en
capital informativo, demostrando que la intervención en enfoque comunitario para los adultos mayores
desde la psicología es un cambio mínimamente explorado y que como tal al ingresar a él cada
intervención irá generando un conocimiento nuevo necesario para cultivar mayores recursos e interés
desde la psicología por este rango etario que se convierte en un nuevo nicho de trabajo con múltiples
necesidades y desafíos para la psicología comunitaria.
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