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Alegato-Pertenecer al club.

En el día de la fecha nos dirigimos hacia ustedes con fin de demostrar la actitud discriminatoria
que sufre una mujer por no ser aceptada y no poder asociarse a un club por el solo hecho de serlo.
Resumiendo, el caso trata de una mujer, Carla Fratini, una abogada y una mujer divorciada, quien
quiere formar parte del club de caballeros “Palermo gentlemen’s club” (PGC) junto a sus hijos
(Iván y Matías de 15 y 13 años) que desean ser partícipes. Cabe aclarar que ella gano la custodia
de los menores y por esto ella debe ser parte de todos los espacios a los que sus hijos puedan
recurrir.

El conflicto comienza cuando su entrada es rotundamente negada debido al hecho de ser mujer
(ya que las mujeres eran admitidas solo como “cónyuge de...” o “Hija de la socio”) y sus hijos al ser
menores de edad no pueden ser admitidos sin estar asociados por su padre. Y además porque no
son mayores de edad (más de 18 años).

Frente a la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer


(CETFDCM), la cual tiene como objetivo que se modifique el papel tradicional de hombres y
mujeres en la sociedad y en la familia y tomen constantemente medidas para eliminar la
discriminación, incluso con acciones positivas, que el articulo 4 define como "medidas especiales
de carácter temporal encaminadas a acelerar la igualdad", que no se considerarán discriminación
hasta alcanzar los objetivos de igualdad real entre hombres y mujeres.

En esta situación, teniendo presente el párrafo anterior (sobre la CETFDCM); en el caso de Carla
Fratini, se puede ver como claramente sufre una fuerte discriminación por parte del club al ser
mujer, ya que estas se ven relegadas por su género y porque son consideradas inferiores. Y se
puede ver claramente con su política; la cual es que las mujeres no pueden ser socias
directamente, solo pueden ser “Cónyuges de Socio” o “Hija de Socio”. En este apartado, se puede
ver claramente como a las mujeres se las rebaja y no se las reconoce apropiadamente como socias
directas sino que son el acompañante del hombre, por esto solo deben cumplir lo que se les
ordena y no pueden decidir ni votar dentro del club PGC.

También queríamos agregar que va en contra de normas superiores tales sean la constitución
nacional; la cual menciona en el articulo 75 inciso 23: “Legislar y promover medidas de acción
positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de
los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre
derechos humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas
con discapacidad”. En contra también de los tratados, mencionados anteriormente como la
convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer.

Retomando la cuestión de discriminación, recurrimos a justificar la postura de la abogada a


partir del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI); este es un
organismo descentralizado que fue creado mediante la Ley 24515 en el año 1995 y desde el mes
de marzo de 2005, por Decreto presidencial 184, se ubicó en el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación. Su función principal es elaborar políticas nacionales para combatir toda
forma de discriminación, xenofobia y racismo, impulsando y llevando a cabo políticas públicas
federales y transversales articuladas por la sociedad civil, y orientadas a lograr una sociedad
diversa e igualitaria. Relacionamos a esta institución con el caso planteado a partir de que Laura
sufre discriminación por el solo hecho de serlo, por esto podríamos determinar que este
organismo podría regular las políticas del club PGC y denunciar sus actitudes discriminatorias
contra la mujer.

En consideración con la ley nº 26.579. Mayoría de Edad a los 18 años. Modifica Código
Civil.; la cual dicta en sus artículos 126, 127 y 128: ‘Artículo 126: Son menores las personas que no
hubieren cumplido la edad de DIECIOCHO (18) años; en el Artículo 127: Son menores impúberes
los que aún no tuvieren la edad de CATORCE (14) años cumplidos, y adultos los que fueren de esta
edad hasta los DIECIOCHO (18) años cumplido y en el Artículo 128: Cesa la incapacidad de los
menores por la mayor edad el día que cumplieren los DIECIOCHO (18) años. El menor que ha
obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta propia sin
necesidad de previa autorización, y administrar y disponer libremente de los bienes que adquiere
con el producto de su trabajo y estar en juicio civil o penal por acciones vinculadas a ello.

En esta situación, el caso de Carla Fratini, es que ninguno de sus hijos es mayor de edad (mayor a
18 años) y por tal razón ellos no pueden asociarse solos, sino que un adulto debe hacerlo; y la
adulta responsable de ellos es Carla Fratini (madre y titular de la custodia de los hijos) y ella por
ser mujer no puede asociarse y eso perjudica a que sus hijos puedan realizar sus actividades. En la
ley nº 26.579, se puede ver las responsabilidades de los adolescentes mayores a los años, estos
tienen completa libertad de sus acciones respecto de sus libertades. Los hijos de la abogada al ser
menores de edad, siguen bajo la supervisión de sus padres y bajo normas que deben acatar y
cumplir. Por esta razón y por las pocas libertades que se les dan a los menores de edad, estos
deben ser asociados por el progenitor, el cual en este caso resulta ser una mujer y estas por
medidas y políticas del Club PGS pueden ingresar como socias directas.

Frente a la responsabilidad parental por la custodia legal de los menores de edad (hijos de Carla
Fratini) promovido en el Código Civil y Comercial de la Nación, Art. 641 inc. B.; el cual dicta que en
caso de cese de la convivencia, divorcio o nulidad de matrimonio, a ambos progenitores. Se
presume que los actos realizados por uno cuentan con la conformidad del otro, con las
excepciones del inciso anterior. Por voluntad de los progenitores o por decisión judicial, en interés
del hijo, el ejercicio se puede atribuir a sólo uno de ellos, o establecerse distintas modalidades.

En el manual constitucional argentino: la convención americana y su proyección en el derecho


argentino, en el artículo 16 se ve reflejado el derecho de libre asociación (libertad de asociación);
este articulo deroga: “Todas las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines
ideológicos, religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos y de otra
índole. El cual está relacionado al libre albedrío del ser humano para formar junto con otras
personas, un grupo, conglomerado o asociación, ya sea con un fin de relación social, de disfrute,
de búsqueda de la defensa de sus derechos o de mayores beneficios. El club PGC se basa de esta
ley a partir de que todos aquellos que cumplan con las normas del club pueden ingresar y ser
partes de las actividades que este presenta a sus socios. Su norma y política principal: “Solo los
hombres pueden ser socios, mientras que las mujeres ingresan con estatus de “Cónyuges de
Socio” o “Hijas de socios” sin poder ascender de esa posición.

El club PGC (Palermo gentlemen’s club) también cuanta a su favor con el derecho de admisión y
permanencia, el cual se encuentra sancionado en la ley 26.370 en el artículo 4: “dicta que es el
derecho en virtud del cual, la persona titular del establecimiento y/o evento, se reserva la
atribución de admitir o excluir a terceros de dichos lugares, siempre que la exclusión se
fundamente en condiciones objetivas de admisión y permanencia, que no deben ser contrarias a
los derechos reconocidos en la Constitución Nacional ni suponer un trato discriminatorio o
arbitrario para las personas, así como tampoco colocarlas en situaciones de inferioridad o
indefensión con respecto a otros concurrentes o espectadores o agraviarlos”. Consideramos que lo
tienen a favor, ya que a la hora de decidir a quién asociar, ellos (dueños del establecimiento PGC)
se abstraen de permitir el acceso de la abogada; pero nos atrevemos a refutarlo ya que en el
artículo 4 (mencionado anteriormente) dicta que el dueño del establecimiento puede abstraerse a
rechazar su solicitud mientras que ese rechazo no suponga ninguna discriminación hacia un
tercero; pero en este caso se puede ver como el club PGC usa su derecho de exclusión a partir de
la discriminación a la mujer, colocándola en una posición de inferioridad sin posibilidad de
ascenso. No solo incumple el artículo 4 de la ley 26.370, sino que también incumple el tratado
internacional pactado en la ONU (Organización de las Naciones Unidas- es un organismo
internacional, creado luego de la Segunda Guerra Mundial para evitar que nuevos conflictos
internacionales afecten la paz mundial) en 1976 denominado “Convención sobre la Eliminación de
toda forma de Discriminación contra la Mujer”, el cual cumple la función de eliminar cualquier
forma de discriminación hacia el género femenino en todos los aspectos (laborales, deportivos,
sociales, etcétera).

Agregando al caso, tomamos consideración que hasta el año 2018 solo 1 (uno) de los clubes de
la capital federal argentina mantuvo las mismas políticas y normas del club PGC; el Club
Universitario de Buenos Aires (CUBA). En el mismo año, la jurisprudencia (en el código civil y
comercial argentino), como conjunto de sentencias o resoluciones judiciales emitidas por órganos
judiciales y que pueden repercutir en sentencias posteriores, junto con los jueces de la corte
suprema; determino que se cambien las políticas frente a que las mujeres que se encontraban en
el club eran tratadas como inferiores. Esto lo justificaron a partir del tratado internacional
aceptado y cumplido por Argentina, la convención sobre la Eliminación de toda forma de
Discriminación contra la Mujer.

Como conclusión y cierre del alegato, podemos inferir a pensar que las actitudes y posturas del
club, que si bien son aceptadas y justificadas bajo normas y derechos que las respaldan, las
consideramos como discriminatorias hacia la mujer. Dejándola en vista como una “cosa” (objeto
concreto y material) que acompaña al hombre, hacemos referencia al termino “cosa” a partir de
que, según la Real Academia Española, en uno de sus significados referidos al concepto; lo
conceptualiza como “nada” (No ser, o carencia absoluta de todo ser). Como un cierre definitivo
(hasta la instancia de juicio) a este caso podemos determinar las actitudes son injustificadas y
discriminatorias frente a los tratados internacionales que promueven la eliminación de formas
discriminatorias hacia las mujeres por ser consideradas inferiores.

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