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Trastornos del espectro autista

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Autismo

La rigidez en ciertos patrones de orden espacial para los objetos es un comportamiento

asociado a veces con individuos con autismo.

Clasificación y recursos externos

Especialidad Psicología

CIE-10 F84.0

CIE-9 299.00

CIAP-2 P99

OMIM 209850

DiseasesDB 1142
MedlinePlus 001526

eMedicine med/3202 ped/180

MeSH D001321

GeneReviews Autism overview

Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

Los trastornos del espectro del autismo o TEA (en inglés, autistic spectrum disorders o
ASD) abarcan un amplio espectro de trastornos1 que, en su manifestación fenotípica,2 se
caracterizan por deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción
social en diversos contextos, unidas a patrones restrictivos y repetitivos de
comportamiento, intereses o actividades.3 Estos síntomas han de estar presentes en las
primeras fases del período de desarrollo de la persona, aunque pueden no manifestarse
totalmente hasta que las demandas sociales superan sus limitaciones. También pueden
permanecer enmascarados por estrategias aprendidas.3 La historia del estudio
científico del autismo comienza con la publicación en 1943 del artículo «Autistic
disturbances of affective contact» («Trastornos autistas del contacto afectivo»)4de Leo
Kanner(1943),54 pero sufrirá diversos avatares que retrasarán el avance de la investigación
hasta bien entrado el decenio de 1960.5
Durante mucho tiempo, el autismo fue considerado un trastorno infantil. Sin embargo, hoy
día se sabe que se trata de una condición permanente que acompaña a la persona a lo
largo de todo su ciclo vital. Aunque aún no está clarificada su etiología, los trastornos del
espectro autista parecen estar causados por la interacción entre una susceptibilidad
genética heredable y factores epigenéticos y ambientales que actúan durante
la embriogénesis.6 7 3 Las controversias rodean a algunas causas ambientales
propuestas;8 por ejemplo, las hipótesis de vacuna son biológicamente implausibles y han
sido refutadas por estudios científicos.
Antes de la publicación del DSM-5 en 2013, el llamado «trastorno autista» (referido
también como «autismo clásico o kanneriano» o simplemente «autismo») constituía
según el DSM IV una subcategoría de los trastornos generalizados del desarrollo, dentro
de los cuales se incluía también el trastorno de Rett, el trastorno desintegrativo infantil,
el trastorno de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.9 Este
último se diagnosticaba cuando no se cumplían la totalidad de los criterios para los demás
trastornos.10 Actualmente, esta clasificación ha cambiado.11 El DSM V incorpora, de
acuerdo con los resultados de investigaciones posteriores, el concepto de «espectro»
propuesto por primera vez por Lorna Wing a raíz de un estudio realizado junto con Judith
Gould en 1979.5 En cuanto a la intervención, las terapias que ofrecen un mayor apoyo
científico son las cognitivo-conductuales.12 Estas tienen como finalidad mejorar la calidad
de vidade las personas TEA.
Algunas cuestiones pendientes de investigar en los TEA son sus diversas manifestaciones
en la edad adulta13 y en las mujeres. Se dice que su incidencia es mayor en los hombres,
pero se ha sugerido que este dato no es exacto por cuanto las manifestaciones en el sexo
femenino son diversas al masculino.14
Índice

 1Sistemas de clasificación
o 1.1DSM 5 (2013)
o 1.2CIE 10 (1992)
 2Historia
o 2.1Autismo o trastorno autista
o 2.2Actualidad: concepto de «espectro autista»
 3Cuadro clínico
 4Características
 5Autismo idiopático y autismo sindrómico
 6Etiología
o 6.1Bases neurobiológicas
o 6.2Causas estructurales
o 6.3Factores ambientales
 6.3.1Factores de riesgo prenatales y perinatales
 6.3.2Factores obstétricos
 6.3.3Estrés
 6.3.4Ácido fólico
o 6.4Conexión intestino-cerebro
o 6.5Controversias históricas en la etiología
 6.5.1Vacunas
 6.5.2Crianza
 7Teorías explicativas
o 7.1Teoría de la mente (ToM)
o 7.2Falta de coherencia central
o 7.3Teoría de la disfunción ejecutiva
o 7.4Teoría de la empatía-sistematización
o 7.5Neuronas espejo
 8Epidemiología
 9Detección
o 9.1Tipos de instrumentos para la detección del TEA
 10Evaluación integral para el diagnóstico
 11Diagnóstico
o 11.1Aspectos cognoscitivos
o 11.2Diagnóstico diferencial
 11.2.1Autismo infantil y retraso mental
 11.2.2Trastornos de la comunicación social
 11.2.3Autismo y esquizofrenia
 12Intervención
o 12.1Definición de TE y NEAE
o 12.2TE para tratar con alumnado TEA
o 12.3Herramientas
o 12.4Proyectos para el tratamiento educativo de personas TEA
o 12.5Enlaces externos a las aplicaciones
 13Pronóstico
o 13.1Inclusión en escuelas regulares
 14Calidad de vida
 15Otros datos de interés
o 15.1Alto y bajo funcionamiento
 15.1.1Síndrome del sabio
o 15.2Integración Sensorial
o 15.3Síndrome de evitación patológica de la demanda
o 15.4Fenotipo ampliado
o 15.5Aspectos políticos
 15.5.1Estrategia Española en Trastornos del Espectro del Autismo
 16Véase también
 17Referencias
 18Bibliografía
 19Enlaces externos

Sistemas de clasificación[editar]
DSM 5 (2013)[editar]
El DSM, en su edición de 1994 (DSM-IV), incluía el Trastorno autista en la
categoría Trastornos generalizados del desarrollo, junto a otras 4 subcategorías: Trastorno
de Rett, el Trastorno desintegrativo infantil, el Trastorno de Asperger y el Trastorno
generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS, en inglés).15916
En la actualidad, esta terminología ha desaparecido del DSM. El DSM-5,17incluye por
primera vez la categoría Trastornos del espectro autista, que sustituye a los anteriores
subtipos "trastorno autista", "síndrome de Asperger", y "trastorno generalizado del
desarrollo no especificado" por la categoría general “Trastornos del Espectro Autista”
(TEA), quedando fuera el síndrome de Rett, pues aunque tiene similitudes en algunos de
sus síntomas con el autismo, presenta una etiología genética bien definida.18 Por su parte,
el Trastorno Desintegrativo de la Infancia deja de ser recogido por el DSM-5 ya que tiene
importantes problemas de validez.11
Antes de la aparición del DSM-5, este sistema de clasificación se centraba más en las
clasificaciones o categorías descriptivas que en las necesidades de los pacientes. El
nuevo manual, por el contrario, atiende a cuestiones de intervención, y por ello establece
tres niveles de necesidad dentro de los TEA:19

1. Nivel I: Personas que necesitan ayuda.


2. Nivel II: Personas que necesitan ayuda notable.
3. Nivel III: Personas que necesitan ayuda muy notable.
De ahí que los síndromes anteriormente considerados como subtipos ahora sean
considerados como manifestaciones diversas de un mismo trastorno15.
Los tres criterios contemplados en el DSM-IV para el diagnóstico (disfunciones sociales,
del lenguaje y comportamientos reiterativos), pasan a ser dos en el DSM-5, que reagrupa
los dos primeros en uno solo.
Anteriormente, en el DSM-III (1980) se consideraba una sola categoría, la de "autismo
infantil", siendo la primera edición de este manual que incluyó el trastorno; anteriormente,
aunque el autismo había sido ya identificado como entidad específica, los
comportamientos autistas eran desacertadamente asimilados a la esquizofrenia o, en
términos generales, a las psicosis.
CIE 10 (1992)[editar]
El CIE tiene su origen en la «Lista de causas de muerte», cuya primera edición editó el
Instituto Internacional de Estadística en 1893. La OMS se hizo cargo de la misma en 1948,
en la sexta edición, la primera en incluir también causas de morbilidad. A la fecha, la lista
en vigor es la CIE-10 de 1992,20 y se usa a escala internacional para fines estadísticos
relacionados con morbilidad y mortalidad, los sistemas de reintegro y soportes de decisión
automática en medicina.20 La OMS está preparando la edición del CIE-11.212223 El CIE-10
de 1992, al igual que el DSM IV, incluía el autismo dentro de la categoría F84.Trastornos
generalizados del desarrollo, junto a otras subcategorías, de acuerdo con la siguiente
clasificación:24
F84.0. Autismo infantil
F84.1. Autismo atípico
F84.2. Síndrome de Rett
F84.3 Otro trastorno desintegrativo de la infancia
F84.4 Trastorno hipercinético con retraso mental y movimientos estereotipados
F84.5 Síndrome de Asperger
F84.8 Otros trastornos generalizados del desarrollo
F84.9 Trastorno generalizado del desarrollo sin especificación

Historia[editar]
Autismo o trastorno autista[editar]
La palabra «autismo» fue utilizada por primera vez
en 1912 por el psiquiatra suizo Eugene Bleuler, en un
artículo publicado en el American Journal of Insanity, para
referirse a uno de los síntomas de
la esquizofrenia o Dementia praecox, un trastorno de muy
rara ocurrencia en la infancia.25 Lo construyó a partir del
griego αὐτὀς (autos) que significa «uno mismo».26 27
En 1938, el médico austríaco Hans Asperger utilizó la
terminología de Bleuler usando «autístico» en el sentido
moderno para describir en psicología infantil a niños que
no compartían con sus pares, no comprendían los
términos «cortesía» o «respeto» y presentaban además
hábitos y movimientos estereotipados. Denominó el
cuadro «psicopatía autística».27 En 1944 elaboraría un
artículo para ahondar en este síndrome; sin embargo, sus
trabajos pasaron desapercibidos durante décadas ante la
comunidad científica internacional debido a las
circunstancias históricas posteriores, ya que publicó
en alemán.
El uso médico moderno del término autismo lo
encontramos en el estudio de un grupo de tres niñas y
ocho niños que llevó a cabo Leo Kanner, otro psiquiatra
austriaco pero que trabajaba en el Hospital Johns
Hopkins de Estados Unidos, y que fue publicado en 1943,
casi a la par que el de Asperger. Kanner constató que
estos niños tenían «una inhabilidad innata para lograr el
usual y biológicamente natural contacto afectivo con la
gente» e introdujo la caracterización autismo infantil
temprano. Hans Asperger y Leo Kanner son considerados
los pioneros del estudio moderno del autismo.27
Las interpretaciones del comportamiento de los grupos
observados por Kanner y Asperger fueron distintas.
Kanner reportó que tres de los once niños no hablaban y
los demás no utilizaban las capacidades lingüísticas que
poseían. También notó un comportamiento auto-
estimulatorio y "extraños" movimientos en aquellos niños.
Por su lado, Asperger notó, más bien, sus intereses
intensos e inusuales, su repetitividad de rutinas y su
apego a ciertos objetos, lo cual era muy diferente al
autismo de alto rendimiento, ya que en el experimento de
Asperger todos hablaban. Indicó que algunos de estos
niños hablaban como "pequeños profesores" acerca de
su área de interés, y propuso la teoría de que para tener
éxito en las ciencias y en el arte uno debía tener cierto
nivel de autismo.
El trabajo de Asperger no fue reconocido hasta 1981,
cuando Uta Frith –psicóloga estadounidense de origen
alemán– lo redescubre y lo traduce al inglés. Aunque
tanto Hans Asperger como Leo Kanner coincidían en
muchas de sus apreciaciones, sus diferentes
interpretaciones llevaron a Lorna Wing a usar el
término síndrome de Asperger diferenciándolo
del autismo de Kanner, aunque señalaba que bien se
podía tratar de dos manifestaciones distintas de una
misma condición.28
Debido en parte a que Leo Kanner echó mano del término
autismo para describir la nueva condición que había
descubierto4, ésta quedó estigmatizada por la sombra de
las psicosis, dificultando el avance de las investigaciones
hasta bien entrada la década de los 60 en EE. UU. y aún
más tarde en otros países.5
De hecho, esta fue la interpretación que siguieron las
corrientes principales del psicoanálisis, con la
particularidad de que se pensaba que estas psicosis
tenían un origen psicogenético,5es decir, que estaba
provocadas por la frialdad de la figura materna a la hora
de interaccionar con los hijos en los primeros meses de
desarrollo. Ello da lugar a uno de los episodios más
oscuros de la historia del autismo y de la psiquiatría en
general, pues se perpetuó la práctica de separar a los
niños de sus padres y de internarlos en instituciones,
además de crear serios sentimientos de culpa en los
progenitores.5
Estas prácticas llegaron al límite en la década de los 605
de la mano del psicoanalista y psicólogo austriaco
afincado en Estados Unidos, Bruno Bettelheim, quien
creó el término de “madre nevera” y publicó en 1968 un
libro titulado ‘’La fortaleza vacía’’, sugiriendo que detrás
de la apariencia de oposición de los niños autistas se
escondía un interior muy pobre.29 Bettelheim adoptó una
posición más doctrinaria con respecto al autismo,
distanciándose de la búsqueda científica y neurobiológica
de Kanner y partiendo de los postulados psicoanalíticos.
Trató también de incorporar la epistemología genética de
Piaget.30 Su objetivo era mantener la Escuela Ortogénica
de Chicago, donde los niños eran separados de sus
madres para emprender una terapias de dudosa
efectividad.31 Posteriormente, se pusieron al descubierto
muchas irregularidades e incluso hechos polémicos sobre
los métodos utilizados y el trato dispensado a sus
pacientes.323331
El psicólogo estadounidense de origen alemán, Eric
Schopler, cuya investigación pionera en el autismo llevó a
la fundación del programa TEACCH, horrorizado por las
ideas y la práctica de Bettelheim, decidió dedicarse a
entrenar a los padres en el proceso educativo tanto como
fuera posible.30 De hecho, sin la participación de las
asociaciones de padres y sus reivindicaciones no hubiera
sido posible avanzar de modo decidido en la investigación
del autismo en los años posteriores.34
El psicólogo clínico Ole Ivar Lovaas (Lier, Noruega; 1932 -
Lancaster, Estados Unidos 2010) fue considerado como
uno de los padres de la terapia para el autismo,
denominada análisis de conducta aplicada o ACA, más
conocido por sus siglas en inglés como ABA (applied
behavior analysis). Sin embargo, fue muy criticado por el
uso de técnicas aversivas.30
Las aportaciones de Charles Fester y Mirian K.
DeMyer desde la perspectiva conductual de la psicología
del aprendizaje hacen que a lo largo de los años 60 y
posteriormente se vaya abriendo paso la perspectiva
educativa en la intervención del autismo, no como
métodos de supuesta cura, sino como un modo de
mejorar las conductas adaptativas de los afectados.34
Actualidad: concepto de «espectro
autista»[editar]
La psiquiatra Lorna Wing, madre de una hija con autismo,
introduce el concepto de ‘’espectro autista’’, lo que a
principios de los años 80 va a significar una auténtica
revolución en el modo de entender y afrontar el autismo.5
Esta idea fue reforzada por el trabajo de Uta Frith, pionera
en gran parte de la investigación actual sobre el
autismo,30 y a quien debemos el redescubrimiento de los
trabajos de Hans Asperger.
Hoy en día está totalmente desechada la hipótesis de las
madre nevera, y aunque la etiología de los TEA no está
del todo clarificada, las investigaciones señalan a una
condición neurológica con concurrencia de factores
genéticos, epigenéticos y ambientales que actúan durante
la embriogénesis.6
A partir de 1997, comienzan a publicarse las guías de
buena práctica para TEA, que tienen como fin garantizar
la calidad científica de las investigaciones, el rigor en el
diagnóstico y la ética en las prácticas de intervención en
los TEA de acuerdo con los descubrimientos científicos
que fueron surgiendo a finales de la década de los 90 y
principios del siglo XXI.35

Cuadro clínico[editar]
Según el DSM-5, el autismo se caracteriza por retraso o
alteraciones del funcionamiento antes de los tres años de
edad en una o más de las siguientes esferas: interacción
social y comunicación; patrones de comportamiento,
intereses y actividades restringidos, repetitivos y
estereotipados.36

Características[editar]
1. Déficit en la reciprocidad socio-emocional, que
oscilan desde un acercamiento social inadecuado
y errores en el seguimiento de una conversación;
un nivel reducido de compartir intereses,
emociones o afectos; fracaso para iniciar o
responder a las interacciones sociales.
2. Déficit en las conductas de comunicación no
verbal empleados para la interacción.
3. Déficit en el desarrollo, mantenimiento y
comprensión de las relacion

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