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Milton Rincón Riveros


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PhD. Milton Acosta

Ensayo exegético - 1 Samuel 16:1-13

Introducción.

En este trabajo se tiene como propósito presentar la influencia que tienen los rasgos

físicos de una persona a la hora de ser seleccionada y/o elegida para algún cargo con fines

políticos. En 1 Sm 16:1-13 este es un tema muy importante, pues tanto en el caso de Saúl

como en el de David, su apariencia es un aspecto que se recalca mucho por el autor y que, a

su vez, son puestos como “requisitos” para ascender al trono. Para esto, se buscará realizar

una exégesis secuencial de la perícopa con el propósito de brindar claridad en sus aspectos

históricos y teológicos. Finalmente, se ofrecerá una contextualización del presente pasaje a

la luz de una situación actual en Colombia.

Análisis contextual y exegético.

Es claro el vínculo de este relato con el final del capítulo 15, pues dicho capítulo

termina con una afirmación bastante trágica: “El Señor se había arrepentido de haber puesto

a Saúl por rey sobre Israel” (1 Sm. 15:35).1 A partir de este momento, aunque Saúl siga

llevando a cabo sus funciones como rey, Israel, desde la afirmación hecha por Dios,

necesitaba un nuevo gobernante.2 1 Samuel puede ser divido de la siguiente manera:

1
José Luis Sicre, Guía espiritual del Antiguo Testamento: el primer libro de Samuel (Barcelona: Herder,
1997), 112.
2
Sicre, El primer libro de Samuel, 112.
2

historia de la infancia del profeta (1 Sm. 1:1-3), el discurso del arca (1 Samuel 4:1-7:2).

Esta segunda sección del libro es continuada en el discurso del traslado del arca a Jerusalén

(2 Sm. 6:1-15).3 Historias sobre Samuel y Saúl en Mizpa y Ramá (1 Sm. 7:3-12; 8:1-22;

10:17-27; 12:1-25; 15:1-35). Esta tercera sección, relata historias que fueron desarrolladas

en lugares específicos que fueron, en gran medida, “anti-Saúl o antimonárquicos, que

destacan los oráculos proféticos”.4 Por último, la cuarta sección desarrolla las historias de

Samuel y Saúl en relación con Guilgal (1 Sm. 9:1-10:16; 13:1-14:46). Algunos han incluido

algunas porciones de 1 Samuel 11, 15, 28 y 31 a esta sección del libro.5

El llanto, el encargo y la obediencia de Samuel (16:1-5).

La mención del duelo de Samuel por Saúl sirve para conectar esta sección con la

anterior (15:35).6 Muy lejos de sentirse contento por lo que estaba pasando, Samuel parece

estar únicamente distraído de su dolor por la pérdida de Saúl, pues en este momento de la

historia ya Dios había tomado la decisión de asignar un nuevo rey a Israel, responsabilidad

que es asignada a Samuel.7 El hecho de hacer duelo por perder lo que quizá pudo haber

sido, puede ser entendido, pero con el pasar del tiempo se debe aceptar las realidades del

presente8, que en este caso sería aceptar la decisión de Dios (16:1). Ahora bien, aparte de

sentir tristeza por Saúl, Samuel también siente temor de que su viaje a Belén produzca la

3
Tremper Longman y Raymond B. Dillard, Introducción al Antiguo Testamento, trad. de José María Blanch
(Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío, 2007), 191.
4
Longman y Brown, Introducción, 191.
5
Longman y Brown, Introducción, 191.
6
Mary J. Evans, 1 y 2 Samuel: personalidades, potencial, política y poder, trad. de Pilar Flórez (Barcelona:
Andamio, 2009), 140.
7
Alfred Edersheim, Comentario bíblico histórico, trad. De George Peter Grayling (Barcelona: Clie, 2009),
296.
8
Evans, 1 y 2 Samuel, 140.
3

desconfianza por parte de Saúl (16:2). Ante esto, también está el hecho de que Samuel está

expuesto a que Saúl lo esté vigilando9, pues al parecer Saúl se había encargado de poner en

marcha una red de espías que le dieran garantía de que nadie iba a ejercer cierta cosa a sus

espaldas.10

Por otra parte, cuando Samuel llega a Belén, se produce un ambiente de mucha

tensión, pues en los ancianos de la ciudad se produjo la inquietud de que si su venida traía

paz (16:4). Esta inquietud o pregunta temerosa por parte de los ancianos implica que

Samuel, aún bajo el dominio de Saúl, podía aparecerse en algún lugar sin avisar con el

propósito de reprender y dar castigo a la injusticia y el pecado.11 Estos versos no pueden ser

vistos como un simple pasaje de transición. Por un lado, la actitud que toman estos

ancianos tras la llegada de Samuel confirman los temores del profeta y, por otro lado, la

aparición de los ancianos brinda un carácter público a lo que será la unción de David.12

Seguido a su llegada, Samuel les exige purificación (16:5). Este sacrificio no es más que

una simple excusa para Saúl, pues todo esto se ha de convertir en el marco litúrgico de la

elección del nuevo rey.13

Ninguno de estos es el elegido (16:6-10).

Aquí a Samuel le basta con mirar a Eliab para darse cuenta de que este era el

elegido del Señor. Samuel se deja convencer fácilmente por sus rasgos físicos,

9
Hans Wilhelm Hertzberg, I y II Samuel: The Old Testament Library (Pennsylvania: The Westminster, 1974),
137.
10
Evans, 1 y 2 Samuel, 140.
11
Keil y Delitzsch, Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento: pentateuco e históricos, vol. 1, trad.
de Ivo Tamm (Barcelona: Clie, 2008), 815.
12
Sicre, El primer libro de Samuel, 115.
13
Luis Alonso Schökel, Biblia del Peregrino, 1, (Bilbao: Verbo divino, 1998), 555.
4

especialmente por su estatura.14 El joven Eliab contaba con todo el aspecto de un rey; pues

el que estuviera por encima de todos respecto a su estatura, podría ser considerado de

manera intencional con Saúl (1 Sm. 9:2).15 Seguido a esto, se puede pensar que Samuel no

ha logrado comprender lo que aquí se está presentando, pues el no tener un corazón en

conexión con Dios fue lo que provocó el rechazo a Saúl (13:14).16 Sin embargo, Dios

interfiere ante la impresión del profeta: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su

estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el

corazón” (16:7). Esta advertencia por parte de Dios a Samuel es una lección permanente

para todos aquellos que tengan la tarea de conferir un cargo.17 Lo anterior, debe llevar a

Samuel a tener en cuenta que la elección del nuevo rey será cosa de Dios, no suya.18

Ahora bien, si al inicio de esta sección es Samuel quien toma la iniciativa, ahora es

Isaí quien toma la tarea de presentar a sus demás hijos. La ironía de este relato es que el

profeta no le ha pedido a Isaí que le presente a sus hijos. Sin embargo, lo importante aquí es

que Isaí lo hace, y por tres ocasiones se le da la misma respuesta: “A este no lo ha escogido

el Señor” (16:8).19 La razón por la cual el profeta responde de esta manera, es porque el

Señor no tiene su mirada puesta en lo externo y visible, sino en el cómo son los hombres

por dentro.20 Entonces, se puede pensar que en este momento de la historia Samuel era

consciente de que su compromiso era elegir a uno de los hijos de Isaí, pero que hasta el

14
Sicre, El primer libro de Samuel, 116.
15
Evans, 1 y 2 Samuel, 141-142.
16
Feidhlimidh Magennis, First and Second Samuel, vol. 8, The New Collegeville Bible Commentary, Old
Testament (Collegeville, MN: Liturgical, 2012), 22.
17
Evans, 1 y 2 Samuel, 142.
18
Evans, 1 y 2 Samuel, 142
19
Sicre, El primer libro de Samuel, 116.
20
Hertzberg, I y II Samuel, 138.
5

momento ninguno de los presentados era el elegido por Dios. Esto implica que por

obligación debía existir otro hermano más (16:11).21

Al parecer la apariencia no es lo de menos (16:11-12).

Nos encontramos ahora frente al diálogo entre Samuel e Isaí, el cual desemboca la

unción de David. Lo curioso e importante en esta parte del relato es que, para Isaí, David es

el pequeño y se encarga de pastorear ovejas.22 Por otro lado, cuando David aparece en

escena, se presenta algo aún más curioso; pues el narrador, que no ha parado de criticar a

Samuel por poner su mirada en la apariencia, le es inevitable ahora pasar por alto la

impresión que le provoca la apariencia física de David.23 Dios ya le había dicho a Samuel

que su elección no estaba basada en los rasgos físicos, pero el texto deja en claro que

David, al igual que sus hermanos, tenía una buena apariencia (16:12). Ahora bien, el hecho

de que el texto no ofrezca información sobre su estatura puede ser por su corta edad.24 Ante

esto, es irónico que a David se le describa como una persona con buena apariencia cuando

Dios ya ha dejado claro que lo externo y lo visible es totalmente irrelevante (16:7).25 Por

último, es claro mencionar que la fijación en la suficiencia de David no es la misma que la

de Eliab, la cual se dio como resultado de la aparición y juicio del mismo profeta. En el

caso de David, las cosas son muy distintas; su establecimiento se basa en el mandato que el

Señor ya había dado a Samuel.26

21
Evans, 1 y 2 Samuel, 142.
22
Sicre, El primer libro de Samuel, 116.
23
Sicre, El primer libro de Samuel, 116.
24
Evans, 1 y 2 Samuel, 142.
25
Magennis, First and Second Samuel, 22.
26
Hertzberg, I y II Samuel, 138.
6

La unción del joven aspirante (16:13).

A partir de este momento, el Espíritu del Señor viene sobre David y estará

acompañándolo de ahora en adelante. Esta parte del texto parece ser algo insignificante, sin

embargo, al retirarse Samuel de esta parte del relato, traza una nueva etapa del libro.27

Ahora, es cierto que en el capítulo 19 Samuel vuelve a aparecer, pero también es cierto que

de su boca no sale ninguna palabra. Con la unción de David, su misión ha culminado.28

Aquí no se hace mención de que ese poder que vino sobre David era evidente ante las

demás personas, pero sí es claro que David percibía la presencia de Dios en su vida. De

cualquier forma, no importaba si los que presenciaron el ungimiento de David eran

conscientes de esto, pero no cabía duda de que este joven se iba a convertir en rey de

Israel.29 Por último, es posible que en la mente de David no estuviera este pensamiento,

“pero ahora se había convertido en joven aspirante al trono”.30

Contextualización.

La gran influencia que tienen los rasgos físicos en las personas han marcado los

procesos electorales en Colombia en los últimos años. Ante esto, muchas de las opiniones

que se dieron en el proceso electoral de Oscar Iván Zuluaga y Marta Lucía Ramírez estaban

muy enfocadas en su apariencia física. Unos decían: Oscar no es alto, su imagen no es tan

imponente, a Marta Lucía le urge una asesora que le arregle su cabello, que ninguno de los

27
Sicre, El primer libro de Samuel, 118.
28
Sicre, El primer libro de Samuel, 118.
29
Evans, 1 y 2 Samuel, 143.
30
Evans, 1 y 2 Samuel, 143.
7

dos tiene pinta de presidentes. Todo esto provocó que ellos no sobresalieran por su figura.31

Tal cual ocurrió en el proceso de la elección de David como rey, Samuel, como primera

opción, se fijó en Eliab, pues al verlo expresó: “sin duda que este es el ungido del Señor”

(16:6), indicando así una mirada hacía su aspecto físico como algo importante.

Por otro lado, Muchos de los estudios que se han realizado sobre el comportamiento

electoral que tiene cada colombiano fue guiado por un modelo sociológico. De acuerdo a

esto, autores como Losada y Vélez llegaron a la conclusión de que ni la edad, ni su nivel

socioeconómico, la experiencia que tengan, su estado civil, etc.; impulsa a los colombianos

a votar.32 De esta misma forma, el modelo psicosocial también ha sido objeto de estudio

para analizar el comportamiento que tienen los colombianos en campañas electorales.

Teniendo en cuenta este modelo, las personas definen su voto con base en tres puntos:

identificación partidista, temas de opinión y la buena imagen/apariencia que tenga su

candidato.33

Finalmente, en las elecciones del año 2002 varios autores se fiaron de tres modelos

para poder realizar un buen análisis del presente tema, los cuales son: psicosocial,

reacciones emocionales, razones económicas. De estos tres modelos, el que mayor fuerza

tiene sobre la condición de un voto electoral es el modelo psicosocial, pues en este modelo

prima la imagen del candidato por encima de las lealtades partidistas y de los programas en

31
Hernán González Rodríguez, El espectador, https://www.elespectador.com/opinion/rasgos-fisicos-de-los-
candidatos-columna-483337, 27 de marzo del 2014.
32
Fredy A. Barrero y Carlos Meléndez, “Consideraciones sobre la gobernabilidad como determinante del
comportamiento electoral en Colombia: elecciones presidenciales de 2010”, Colombia internacional, n° 74
(2011): 62.
33
Barrero y Meléndez, “Consideraciones sobre la gobernabilidad como determinante del comportamiento
electoral en Colombia: elecciones presidenciales de 2010”, 63.
8

general.34 Con esto dicho, se puede decir entonces que el mensaje de Samuel es una

advertencia permanente para aquellas personas que tienen la responsabilidad de elegir a

cierta persona con fines políticos: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su

estatura, pues yo lo he rechazado” (1 Sm 16:7a).

Conclusión.

Finalmente, se puede decir que esta perícopa deja una gran incertidumbre en lo que

tiene que ver con la apariencia física, la cual es causada por la mención de la buena

apariencia del joven David (16:12). Esto es muy irónico, pues ya Dios le había comunicado

a Samuel que ÉL no miraba lo externo, sino el corazón (16:7). Sin embargo, aunque la

apariencia de David se mencione antes de ser ungido, su caso no es el mismo que el de

Eliab, pues en el de este hermano todo se dio como resultado de un juicio humano, de un

juicio impuesto por Samuel, pero en el caso de David, su elección y establecimiento fue

basado en un mandato que el Señor ya le había dado a Samuel.35

34
Barrero y Meléndez, “Consideraciones sobre la gobernabilidad como determinante del comportamiento
electoral en Colombia: elecciones presidenciales de 2010”, 64.
35
Hertzberg, I y II Samuel, 138.
9

Bibliografía

Magennis, Feidhlimidh. First and Second Samuel. Vol. 8. The New Collegeville Bible

Commentary, Old Testament. Collegeville, Minnesota: Liturgical, 2012.

Evans, Mary J. 1 y 2 Samuel: personalidades, potencial, política y poder. Trad. de Flórez

Pilar. Comentario Antiguo Testamento. Barcelona: Andamio, 2009.

Sicre, José Luis. El Primer libro de Samuel. Guía espiritual del Antiguo Testamento.

Madrid: Herder, 1997.

Longman Tremper y Brown, Raymond. Introducción al Antiguo Testamento. Trad. de José

María Blanch. Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío, 2007.

Wilhelm Hertzberg, Hans. I y II Samuel: The Old Testament Library. Pennsylvania: The

Westminster, 1974.

Keil y Delitzsch. Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento: pentateuco e

históricos. Vol. 1. Trad. de Ivo Tamm. Barcelona: Clie, 2008.

Schökel, Luis Alonso. Biblia del Peregrino. 1. Bilbao: Verbo divino, 1998.

Edersheim Alfred. Comentario bíblico histórico. Trad. De George Peter Grayling.

Barcelona: Clie, 2009.

Rodríguez González, Hernán. El espectador. https://www.elespectador.com/opinion/rasgos-

fisicos-de-los-candidatos-columna-483337, 27 de marzo del 2014.


10

Meléndez Carlos y Barrero Fredy. “Consideraciones sobre la gobernabilidad como

determinante del comportamiento electoral en Colombia: elecciones presidenciales

de 2010”. Colombia internacional. n° 74 (2011): 62-64.

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