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1. Las víctimas, testigos, peritos, intérpretes y depositarios, podrán ser citados por medio
de la Policía o por el personal oficial de la Fiscalía o del órgano jurisdiccional, según las
directivas que sobre el particular dicte el órgano de gobierno respectivo.
2. En caso de urgencia podrán ser citados verbalmente, por teléfono, por correo
electrónico, fax, telegrama o cualquier otro medio de comunicación, de lo que se hará
constar en autos.
3. Los militares y policías en situación de actividad serán citados por conducto del
superior jerárquico respectivo, salvo disposición contraria de la Ley.
2. Se podrá ordenar una pericia cuando corresponda aplicar el artículo 15° del Código
Penal. Ésta se pronunciará sobre las pautas culturales de referencia del imputado.
3. No regirán las reglas de la prueba pericial para quien declare sobre hechos o
circunstancias que conoció espontáneamente aunque utilice para informar las aptitudes
especiales que posee en una ciencia, arte o técnica. En este caso regirán las reglas de la
prueba testimonial.
1. No podrá ser nombrado perito, el que se encuentra incurso en las mismas causales
previstas en los numerales 1) y 2) ‘a’ del artículo 165°. Tampoco lo será quien haya sido
nombrado perito de parte en el mismo proceso o en proceso conexo, quien está suspendido
o inhabilitado en el ejercicio de su profesión, y quien haya sido testigo del hecho objeto
de la causa.
2. El perito se excusará en los casos previstos en el numeral anterior. Las partes pueden
tacharlo por esos motivos. En tales casos, acreditado el motivo del impedimento, será
subrogado. La tacha no impide la presentación del informe pericial.
3. El perito será subrogado, previo apercibimiento, si demostrase negligencia en el
desempeño de la función.
1. El perito tiene acceso al expediente y demás evidencias que estén a disposición judicial
a fin de recabar las informaciones que estimen convenientes para el cumplimiento de su
cometido. Indicarán la fecha en que iniciará las operaciones periciales y su continuación.
2. El perito deberá guardar reserva, bajo responsabilidad, de cuanto conozca con motivo
de su actuación.
1. Producido el nombramiento del perito, los sujetos procesales, dentro del quinto día de
notificados u otro plazo que acuerde el Juez, pueden designar, cada uno por su cuenta, los
peritos que considere necesarios.
2. El perito de parte está facultado a presenciar las operaciones periciales del perito
oficial, hacer las observaciones y dejar las constancias que su técnica les aconseje.
3. Las operaciones periciales deben esperar la designación del perito de parte, salvo que
sean sumamente urgentes o en extremo simples.
El perito de parte, que discrepe con las conclusiones del informe pericial oficial puede
presentar su propio informe, que se ajustará a las prescripciones del artículo 178°, sin
perjuicio de hacer el análisis crítico que le merezca la pericia oficial.
2. La inspección tiene por objeto comprobar las huellas y otros efectos materiales que el
delito haya dejado en los lugares y cosas o en las personas.
3. La reconstrucción del hecho tiene por finalidad verificar si el delito se efectuó, o pudo
acontecer, de acuerdo con las declaraciones y demás pruebas actuadas. No se obligará al
imputado a intervenir en el acto, que deberá practicarse con la mayor reserva posible.
2. El examen de los testigos se sujeta –en lo pertinente- a las mismas reglas del
interrogatorio del acusado. Corresponde, en primer lugar, el interrogatorio de la parte que
ha ofrecido la prueba y luego las restantes. Antes de declarar, los testigos no podrán
comunicarse entre sí, ni deberán ver, oír o ser informados de lo que ocurriere en la sala
de audiencia. No se puede leer la declaración de un testigo interrogado antes de la
audiencia cuando hace uso de su derecho a negar el testimonio en el juicio.
3. El examen al testigo menor de dieciséis años de edad será conducido por el Juez en
base a las preguntas y contrainterrogatorios presentados por el Fiscal y las demás partes.
Podrá aceptarse el auxilio de un familiar del menor y/o de un experto en psicología. Si,
oídas las partes, se considerase que el interrogatorio directo al menor de edad no perjudica
su serenidad, se dispondrá que el interrogatorio prosiga con las formalidades previstas
para los demás testigos. Esta decisión puede ser revocada en el transcurso del
interrogatorio.
5. El examen de los peritos se inicia con la exposición breve del contenido y conclusiones
del dictamen pericial. Si es necesario se ordenará la lectura del dictamen pericial. Luego
se exhibirá y se les preguntará si corresponde al que han emitido, si ha sufrido alguna
alteración y si es su firma la que aparece al final del dictamen. A continuación se les
pedirá expliquen las operaciones periciales que han realizado, y serán interrogados por
las partes en el orden que establezca el juez, comenzando por quien propuso la prueba y
luego los restantes.
6. Si un testigo o perito declara que ya no se acuerda de un hecho, se puede leer la parte
correspondiente del acto sobre su interrogatorio anterior para hacer memoria. Se
dispondrá lo mismo si en el interrogatorio surge una contradicción con la declaración
anterior que no se puede constatar o superar de otra manera.
8. Durante el contrainterrogatorio, las partes podrán confrontar al perito o testigo con sus
propios dichos u otras versiones de los hechos presentadas en el juicio.
10. A solicitud de alguna de las partes, el juez podrá autorizar un nuevo interrogatorio de
los testigos o peritos que ya hubieran declarado en la audiencia.
1. El juez, de oficio o a solicitud de parte, puede ordenar que el acusado no esté presente
en la audiencia durante un interrogatorio, si es de temer que otro procesado, un testigo o
un perito no dirá la verdad en su presencia.
1. Los instrumentos o efectos del delito, y los objetos o vestigios incautados o recogidos,
que obren o hayan sido incorporados con anterioridad al juicio, siempre que sea
materialmente posible, serán exhibidos en el debate y podrán ser examinados por las
partes.
2. La prueba material podrá ser presentada a los acusados, testigos y peritos durante sus
declaraciones, a fin de que la reconozcan o informen sobre ella.
En los laboratorios y gabinetes de la Policía Judicial se realizarán los peritajes que las
investigaciones exijan. Los profesionales que estén a cargo de ellos o formen parte de la
institución, serán designados de preferencia con el carácter de peritos oficiales.
LIBRO SEGUNDO DE LA INSTRUCCIÓN
Los peritos serán dos, y el juez instructor deberá nombrar de preferencia a especialistas
donde los hubiere, y, entre éstos, a quienes se hallen sirviendo al Estado. A falta de
profesionales nombrará a persona de reconocida honorabilidad y competencia en la
materia. Si el juez instructor designa peritos que no estén al servicio del Estado, en el
mismo auto les fijará honorario.
En el mismo decreto en que se nombre peritos deberá determinarse el plazo en que han
de presentar su dictamen, cuidándose de que este plazo sea suficiente.
Los peritos que retarden el dictamen serán compelidos a emitirlo dentro de cuarentiocho
horas.
Los peritos pueden excusarse por las mismas causas que permiten a los testigos negarse
a prestar declaración.
El inculpado puede tachar a los peritos por las mismas causas que a los testigos. El juez
investigará los hechos en que se funde la tacha. Si ésta resulta comprobada, nombrará
otros peritos. La tacha no impide la presentación del dictamen. El inculpado y la parte
civil pueden nombrar, por su cuenta, un perito, cuyo dictamen se añadirá a la instrucción.
Los peritos entregarán, personalmente, sus dictámenes al juez instructor, quien, en ese
mismo acto, les tomará juramento o promesa de decir la verdad y los examinará como si
fuesen testigos, preguntándoles si ellos son autores del dictamen que presentan, si han
procedido imparcialmente en el examen y en la información que suscriben, y todas las
circunstancias que juzgue necesario aclarar y que se deriven ya de los hechos que se
conocen por la instrucción ya de los que resulten de los dictámenes. Si hubiera
contradicción en los dictámenes, el juez abrirá un debate, en que cada uno de los peritos
exponga los motivos que tiene para opinar como lo hace, debiendo el juez exigirles que
redacten, en síntesis, los argumentos expuestos. Los peritos no pueden negarse a dar las
explicaciones que el juez les pida. Deberán llevarse a esta diligencia las personas o cosas
materia del dictamen pericial, siempre que sea posible.
Los testigos y peritos ocuparán una sala contigua a la del Tribunal. El Presidente tomará
las medidas necesarias para que los testigos no puedan dialogar entre sí; y sólo serán
introducidos a la audiencia a medida que sean llamados por el Presidente del Tribunal.
Instalada la audiencia, el Presidente ordenará al Relator que lea la lista de los peritos y
testigos que se hallan en la sala próxima. Concluída la lectura preguntará al Fiscal, al
defensor y al acusado si tienen algún perito o testigo nuevo que presentar.
Concluidas las declaraciones de los testigos, se examinará a los peritos o técnicos citados,
tomándoseles juramento o promesa de honor de decir la verdad. El Fiscal, el acusado o la
parte civil pueden solicitar que se examine a los peritos o técnicos en el caso de que no
hubiesen sido citados por el Tribunal, el que resolverá si procede o no ese examen. Los
dictámenes periciales presentados en la instrucción o en la audiencia se leerán
obligatoriamente.
Las disposiciones de los artículos 384° y 385° son aplicables a los Peritos, Árbitros y
Contadores Particulares, respecto de los bienes en cuya tasación, adjudicación o partición
intervienen; y, a los tutores, curadores y albaceas, respecto de los pertenecientes a
incapaces o testamentarías340.
Artículo 409°.-