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LLAMADOS A TRANSFORMAR EL MUNDO

INTRODUCCIÓN

En esta serie ya hemos visto que Dios nos ha llamado para que seamos sus discípulos, para vivir
victoriosamente (la actitud de supervivencia es la mayor enemiga de la victoria), para demostrar
compasión y, ahora, vamos a terminar estudiando sobre nuestro llamado para transformar el mundo.

Nuestro objetivo es que todo entiendan claramente nuestra declaración de visión como iglesia, que
es "Una iglesia en Grupos de Conexión, viviendo el amor de Dios y transformando el mundo". Para
eso, valoramos cuatro marcas de nuestra identidad: discipulado, intensidad espiritual, compasión y
transformación del mundo.

Como seguidores de Cristo, somos llamados para transformar el mundo. Esto queda muy claro cuando
al principio de la iglesia primitiva el evangelio provocó un cambio tan radical que llegaron a decir que
el cristianismo estaba transformando el mundo, literalmente "poniéndolo boca abajo" (ver Hechos
17.7). Pero es en el libro del profeta Jonás que este poder transformador del Reino de Dios queda
todavía más claro.

Lectura Bíblica: Jonás 1.1-17 y Jonás 3.1-10

DESARROLLO

El libro de Jonás retrata Nínive como una ciudad cruel, pecadora, que sobrepasó todos los límites de
violencia y maldad y, por eso mismo, Dios decide destruirla. Antes de hacerlo, Él manda a su profeta
Jonás a alertar a la ciudad y darles la oportunidad de arrepentirse. Pero Jonás no quería ir a Nínive y
rechaza predicar allí por los peligros o a lo mejor porque no quería que aquella ciudad recibiera la
misericordia de Dios. Él, entonces, decide huir de la presencia del Señor y, en lugar de dirigirse a Nínive,
huye a la ciudad de Tarsis.

Dios quería transformar aquella ciudad pero Jonás no lo entendió, o no deseaba que eso ocurriera y
huyó de la presencia de Dios. Pero como leemos en el capítulo 3, después casi muere engullido por un
pez. Jonás acaba yendo a Nínive, predica el mensaje de Dios y todo el pueblo se arrepiente, se humilla,
clama por perdón e, increíblemente, Dios los perdona y desiste de destruirlos. Hay una completa
transformación en la ciudad. Esto es lo que nos cuenta el texto:
Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en
señal de arrepentimiento. Cuando el rey de Nínive se enteró del mensaje, se levantó de su trono, se quitó su
manto real, hizo duelo y se cubrió de ceniza. Luego mandó que se pregonara en Nínive: "Por decreto del rey y
de su corte: "Ninguna persona o animal, ni ganador lanar o vacuno, probará alimento alguno, ni tampoco
pastará ni beberá agua. Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y
clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus
hechos violentos. ¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos".
Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambió de parecer y no llevó
a cabo la destrucción que les había anunciado. (Jonás 3:5-10)

De esta historia increíble, cuando una ciudad entera que se arrepiente, abandona sus malos caminos
y es transformada, podemos aprender muchas lecciones importantísimas:

1. No se puede separar la transformación de Nínive de la transformación del propio Jonás.


Hubo mucha transformación en la ciudad después del cambio radical que tuvo Jonás. En el
vientre del pez él oró, se arrepintió, cambió su corazón y su actitud y cuando fue a Nínive, su
mensaje tuvo una repercusión sobrenatural. Todos se convierten. La población dejó el pecado
del robo, de la prostitución, de la violencia, y se centró en Dios. Todo eso como resultado del
temor de Dios que vino sobre ellos por el testimonio de Jonás. De eso podemos sacar algunas
lecciones:
A. El cambio de nuestra vida es nuestro mayor testimonio.
B. No podemos predicar sobre aquello que no vivimos. Nuestra predicación es nuestra vida
transformada.
C. La transformación del mundo empieza con nuestra propia transformación. Personas que
no han cambiado después de conocer a Cristo no generan frutos.
D. Dios nos alcanzó y nos está transformando porque desea nuestro bien y porque quiere
usarnos para cambiar el mundo.
E. La ciudad cambia cuando sus habitantes experimentan una verdadera conversión. Vamos a
cambiar el mundo llevando el mensaje del Evangelio que Dios nos confió. Solamente la
conversión a Cristo transforma el corazón y las actitudes de las personas.

Pregunta: ¿La transformación que el Evangelio está realizando en tu vida ya está siendo
notada por las personas a tu alrededor?

2. Al huir de Nínive, Jonás se olvidaba de que el mejor lugar del mundo es el centro de la
voluntad de Dios. Él va al lugar opuesto a la voluntad de Dios y se depara con una enorme
tempestad. Esto nos enseña que cuando salimos de la voluntad de Dios, nuestra vida se
convierte en un infierno. El versículo 4 afirma claramente que el Señor hizo soplar un viento
contrario. La vida nunca va a funcionar fuera de la voluntad de Dios. ¡Qué pérdida
irrecuperable Jonás y los marineros tuvieron por la desobediencia! Eso siempre ocurre cuando
elegimos seguir la dirección contraria a Su voluntad.

3. Aprendemos también que obediencia a Dios no es hacer solamente lo que deseamos hacer.
¡Obediencia es hacer lo que nosotros tenemos que hacer! En el fondo, Jonás tenía una
enorme resistencia de hacer lo que debía hacer porque los ninivitas eran muy malos,
conocidos por su crueldad. Todo porque Jonás no entendía que a nosotros no nos tienen que
gustar las personas para poder amarlas. En la historia del buen samaritano en Lucas 10.25-37
queda claro que, humanamente hablando, el samaritano no tenía ningún motivo o voluntad
de parar y ayudar al judío allí caído porque él era un enemigo natural. Pero decide parar
porque entendía que las personas son más importantes que cualquier cosa en este mundo y
que amar al prójimo es la voluntad de Dios.

Pregunta: ¿A dónde estás llevando tu vida? ¿Hacia dónde quiere Dios o adónde has elegido
tú?

Por muy duro que sea obedecer la voluntad de Dios, ¡debemos obedecer! ¡La desobediencia
es un infierno! Hacer la voluntad de Dios es más importante que nuestra voluntad, nuestro
talento, nuestros sueños y nuestras expectativas. La desobediencia a Dios produce un infierno
en nuestra vida.

4. Jonás y Nínive son dos testimonios de que es siempre posible arrepentirse y empezar de
nuevo. Jonás se arrepintió, cambió de actitud y fue grandemente usado por Dios. La ciudad
cruel y condenada fue restaurada. Cuando nos arrepentimos y nos humillamos con sinceridad
delante de Dios, Él verá nuestra actitud y siempre nos dará una nueva oportunidad, un
recomienzo. El arrepentimiento de Nínive es un ejemplo de lo que Dios puede hacer a través
de nosotros en este mundo tan necesitado y perdido. Cuando Nínive se arrepiente, esto es
una señal de que todo es posible. Dios puede restaurar una familia, una ciudad o hasta una
nación entera. ¡Hay una esperanza!

CONCLUSIÓN

1. Verdaderos discípulos de Jesús son llamados a predicar el evangelio y pueden, por su


testimonio, transformar el mundo.
2. La mejor elección que podemos hacer es vivir nuestra vida en el centro de la voluntad de Dios.
3. Obediencia a la voluntad de Dios es la grande evidencia de que somos discípulos de Jesús.

DESAFÍO

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