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RESUMEN
Diversas investigaciones han determinado que los estudiantes presentan dificultades para
abordar la lectura de textos, y más aun cuando se solicita que asuman posición frente a lo
leído, actividades que están estrechamente ligadas al desarrollo del pensamiento formal.
Dicha situación también se evidencia de manera directa con los resultados de las pruebas
internacionales y nacionales aplicadas para valorar el desarrollo del lenguaje y de otras
áreas en niños y jóvenes de todo el mundo. Y es que son ampliamente reconocidas las
preocupaciones de muchos países del mundo por la baja calidad en sus sistemas educativos.
En este sentido se pueden destacar las consideraciones que se presentan a continuación.
Los estudiantes de Colombia tomaron parte por primera vez en el estudio TIMSS en 1995;
en el Primer Estudio Internacional Comparativo del LLECE (Pruebas Serce), en 1997; en el
Estudio Internacional de Cívica, de la IEA, en 1999; en el Progress in International Reading
Literacy Study (PIRLS), en 2001 y en las pruebas PISA en el 2005. En términos de los
resultados asociados con las áreas académicas y las habilidades evaluadas, los proyectos
internacionales han confirmado que los estudiantes colombianos alcanzan niveles medios
de desempeño, comparados con los de América Latina y el Caribe, y niveles bajos, en
relación con estudiantes del primer mundo. Es reiterada la observación sobre las
dificultades en la comprensión analítica de textos y la solución de problemas complejos,
que requieren un juicio crítico y un saber teórico específico, observación que también
corresponde a los análisis de los resultados alcanzados de las pruebas nacionales (Icfes,
2007).
Ahora bien, cuando estos jóvenes ingresan a la universidad, sus deficiencias son evidentes,
y en los últimos años, en la Universidad del Magdalena ha sido mas que indudable que las
dificultades en cuanto a lectura y escritura siguen latentes. De otra parte se encuentra que
en la prueba diagnóstica aplicada en el 2007 (Facultad de Estudios Generales – FEG, 2009),
los resultados en cuanto al nivel de competencia interpretativa, los estudiantes sólo
alcanzan el 40% de eficiencia; en lo argumentativo su capacidad muestra un 39% y en lo
propositivo únicamente el 31% de eficiencia. En el año siguiente, 2008, los resultados no se
alejan pues en lo concerniente a la competencia interpretativa obtienen un 43% de
eficiencia, registran un 37% en la capacidad argumentativa, y en la propositiva alcanzan un
29%.
En este contexto cobra sentido el interés investigativo que se plantea desde el proyecto
“La caricatura socio - política como herramienta de mediación para el desarrollo del nivel
crítico de lectura en estudiantes universitarios”. Esta investigación fue presentada como
trabajo de grado realizado para la Maestría en Educación del Sistema de Universidades
estatales del Caribe Colombiano ( SUE Caribe) que en la actualidad me encuentro
finalizando. El estudio busca determinar el impacto de un programa de intervención
pedagógica centrado en el uso de la caricatura socio – política como herramienta de
mediación cognitiva en el desarrollo del nivel crítico de lectura en estudiantes
universitarios, a través de los siguientes objetivos específicos: Establecer el nivel de lectura
literal, crítico e inferencial en el que se encuentran los estudiantes de primer semestre de la
Universidad Magdalena y validar la aplicación del programa de intervención pedagógica en
el desarrollo del nivel crítico de lectura en estudiantes de primer semestre de la
Universidad del Magdalena. Se plantea entonces la pregunta ¿Contribuye el uso de la
caricatura socio – política sobre el desarrollo del nivel crítico de lectura en estudiantes
universitarios?.
El marco referencial que traza el horizonte de esta investigación, en síntesis esta centrado
en los siguientes antecedentes y fundamento teórico:
Los antecedentes
Desde finales de los noventas el interés por el tema de la lectura entre los académicos e
investigadores en Latinoamérica y en el país se ha incrementado de manera destacada. Es
así como numerosos estudios apuntan a señalar las claras deficiencias que presentan los
estudiantes en cuanto al desarrollo del pensamiento formal, condición sine qua non para
lograr realizar tareas de lectura en los niveles literal, inferencial y aun mas en el crítico,
pues esta tarea cognitiva requiere de un alto nivel de pensamiento para cumplir
efectivamente con las condiciones de asumir posición, argumentar coherentemente,
relacionar con el contexto lo leído, y ser propositivo frente a la posición critica asumida.
En el caso colombiano resultados de investigaciones en este sentido, realizadas por Iriarte y
colaboradores en la Costa Caribe entre 1985 y 1992, permiten concluir que las edades a las
que los jóvenes logran adquirir un pensamiento formal están aún más retardadas, y se duda
incluso que alguna vez éstos lleguen a adquirir las características de dicho nivel de
pensamiento (Iriarte, Cantillo y Polo, 2000).
Ubicándonos en el contexto regional diversas investigaciones de Iriarte , Cantillo y Polo
(1986,1989, 2000), Iriarte, Lara y Mulford (1991); Daza, R., Daza, A. y Padilla (2003) y
Paba, Cerchiaro y Sanchez (2005), coinciden en concluir que los estudiantes presentan
dificultades para acceder a los procesos de pensamiento formal, procesos que sin duda son
fundamentales para el desarrollo del nivel crítico de la lectura.
Se torna importante destacar la relevancia que ha tomado el tema de la lectura y
especialmente en el nivel crítico en Latinoamérica y en Colombia. La preocupación por
aportar soluciones a la problemática del bajo rendimiento en los estudiantes de diferentes
niveles educativos y áreas del conocimiento es centro de atención de diversos
investigadores como podemos apreciar en las líneas siguientes.
Por otro lado, en cuanto a la herramienta de mediación cognitiva en la cual se centra esta
investigación, diversas reflexiones se han referido a la potencialidad que tiene la caricatura
socio-política de afectar al público de manera que lo hace reflexionar frente a una situación
y actuar. Mayorga (2006) realizó una investigación en la cual encontró que los lectores
dejaron de lado su posición pasiva respecto a la realidad política en que vivían. La
caricatura ayudó a forjar una opinión personal en ellos, dándoles los elementos necesarios
para, al mismo tiempo, ejercer una posición crítica respecto a la práctica democrática,
consolidando, de paso, el voto de opinión.
Fundamentación Teórica
De acuerdo con De Vega, el pensamiento es “una actividad mental no rutinaria que requiere
esfuerzo. Ocurre siempre que nos enfrentamos a una situación o tarea que nos plantea hallar
un objetivo, aunque no sepamos cómo hacerlo. Implica una actividad global del sistema
cognitivo, con intervención de los mecanismos de memoria, la atención, las
representaciones o los procesos de comprensión; pero no es reductible a éstos. Es un
proceso mental de alto nivel que se asienta en procesos más básicos pero incluye elementos
funcionales adicionales” (De Vega, 1994, p. 139).
Siendo así, estamos en un mundo donde el lenguaje es fundamental, pues necesitamos
permanentemente del desarrollo de habilidades como comparar y contratar, clasificar,
inducir, reducir, analizar y abstraer, operaciones cognitivas que son consideradas por
Margarita Sanchez (1998) como parte fundamental de la profundización del conocimiento.
Todos estos procesos son realizados cuando se adelantan los procesos de lectura en el
individuo; se observa y detalla información en el texto, se clasifica lo pertinente, se busca el
sentido y la estructura, se realizan paralelos entre el saber previo y lo que el texto te
presenta como nuevo conocimiento, lo cual en síntesis puede garantizar una efectividad en
la tarea de la comprensión lectora. De una u otra forma el desarrollo de las habilidades del
pensamiento permean la interacción sujeto – objeto lo cual permite la construcción de
conocimiento, en donde el lenguaje se convierte en el mejor aliado, pues el ser humano
vive en torno a la actividad de la comunicación, leyendo palabras, gestos, formas, colores,
actitudes, situaciones. La vida es un constante proceso de lectura y relectura.
En lo concerniente a la mediación cognitiva se tiene que:
“La mediación es un estilo de interacción educativa, orientado por una serie de
creencias y principios antropológicos y psicopedagógicos. Tiene su fundamentación
en la obra de Piaget, Vygostski, Feuerstein, con múltiples coincidencias con la de
Ausubel, Bruner, Sternberg, Cattell, Gardner y otros psicopedagogos actuales. Es
un concepto social porque implica transmisión de cultura, códigos, valores y
normas. Tiene una dimensión educativa porque actúa con intención de intervenir
sobre las competencias cognitivas de los alumnos. Pero va más allá de una simple
interacción, para llegar al reencuentro, a la confiada aceptación e implicación en
un proceso transformador, modificador y constructor de la persona. No se da sino
en la recriprocidad del hombre para el hombre, para llegar a descubrir la esencia
de sí mismo y la esencia de las cosas. Es mediación cognitiva porque debe ser
consciente, significativa, recíproca, intencional y trascendente. Esto exige que el
educando conozca los procesos que genera. No es reencuentro sino acción entre
dos, experiencia de ser y de crecimiento. No hay imposición, sino cercano
acompañamiento y selección de las óptimas condiciones para acceder a los
aprendizajes.” (Tebar, 2001).
Cada lector tiene una manera de aproximarse al texto. El proceso de lectura dependerá
inevitablemente del nivel de competencias que maneje la persona y la experiencia adquirida
a lo largo de su vida en los procesos comunicativos. Veamos los niveles de lectura que son
descritos por Pérez (2003, p.40-43) de la siguiente manera:
Icfes. (2007). Colombia en Pisa 2006. Extraído junio 15 de 2009, disponible en:
www.icfes.gov.co/pisa