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para alimento?
Si bien algunas de las leyes de YHWH Eloha (Di-s)
pueden parecer extrañas a nuestro modo de ver, y no
captamos de inmediato su verdadero propósito, la
verdad es que nos ayudan a evitar muchos males
físicos, morales y espirituales.
El Eterno nos ha dado sus leyes para nuestro bien. Ellas
nos revelan las verdaderas normas de YHWH: cómo
distinguir entre el bien y el mal, entre lo bueno y lo
erróneo, entre lo que es provechoso y lo que es dañino.
Nos enseñan a hacer diferencia entre lo santo y lo
profano. Las leyes del Eterno también definen cómo
nosotros debemos ser santos, consagrados al servicio de
nuestro Creador.
A medida que aplicamos las leyes de YHWH en nuestra
vida, éstas nos ayudan a adoptar una nueva forma de
pensar: a pensar más como EL. También cambian
nuestra percepción. Por ejemplo, guardar el shabat y
demás fiestas bíblicas va cambiando la forma en que
vemos y utilizamos el tiempo. El principio de la Tzedaka
(justicia, ofrenda) cambia nuestra apreciación y uso de
los recursos económicos. Y las leyes del Eterno que nos
dicen qué clases de carne son propias para el consumo
cambian nuestra forma de considerar lo que comemos.
YHWH espera que los maestros y dirigentes enseñen a
la gente a distinguir entre lo que la Biblia define como
comportamiento bueno y comportamiento malo. Por
medio del profeta Ezequiel ordenó: “Enseñarán a mi
pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y
les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no
limpio” (Ezequiel 44:23).
*Conceptos populares*
Muchas personas consumen regularmente varios
productos de carne de cerdo, tales como jamón,
salchichas y tocino, y no sienten ninguna consecuencia
adversa inmediata. Por consiguiente, hay quienes han
querido buscar una explicación científica en la razón por
la cual YHWH les prohibió a los israelitas que comieran
cerdo. Una de las teorías sostiene que el Eterno se lo
prohibió debido a que los cerdos son portadores de
ciertas enfermedades, entre ellas la triquinosis. Al fin y al
cabo, en los tiempos del antiguo Israel la gente no tenía
neveras ni refrigeradoras y tampoco existían
investigadores que les informaran acerca de los peligros
de comer esta carne sin que estuviera bien cocida.
Al parecer, los resultados de las investigaciones
modernas han despejado todas estas dudas, porque el
riesgo de los parásitos y los microbios desaparece casi
totalmente al cocer muy bien estos alimentos. Por lo
tanto, muchos concluyen que para Dios es
perfectamente aceptable que comamos carne de cerdo.
La gran mayoría de las personas que la consumen logran
vivir hasta una edad avanzada; pueden concluir entonces
(si es que alguna vez piensan algo al respecto) que
consumirla no tiene ningún efecto nocivo ni para la salud
ni para la longevidad.
Algo semejante ocurre con los conceptos religiosos. Los
teólogos, suponiendo que las leyes de la alimentación
humana se originaron en el antiguo pacto de Dios con
Israel, han concluido erróneamente que con el
establecimiento del nuevo pacto (pacto renovado) estas
leyes perdieron su vigencia. Según este razonamiento,
son muchas las leyes del Primer pacto que ya no se
aplican en la vida de los creyentes.
Para algunos, el apóstol Pablo confirmó esta perspectiva
cuando afirmó: “Yo sé, y confío en el Señor Yahshua, que
nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa
que algo es inmundo, para él lo es” (Romanos 14:14).
Según esta forma de plantear las cosas, el Dios del
“Antiguo Testamento” es visto como “el gran médico”, y
Yahshua, en el “Nuevo Testamento” (Pacto Renovado),
como “el gran libertador” de los que estaban sujetos a la
ley de Dios. Si analizamos la lista de los animales limpios
y los inmundos que YHWH les dio a los israelitas
únicamente desde un punto de vista médico, nuestra
perspectiva moderna, liberal e ilustrada, nos llevará a
despojar las normas de Dios completamente de su valor
y a creer que en nuestra sociedad ya no hacen falta tales
medidas para preservarnos de las enfermedades. Al
suponer que Yahshua, sabiendo esto, les ha dado a sus
seguidores una libertad total para decidir sobre estos
asuntos, llegaremos a la conclusión de que Dios estará
perfectamente de acuerdo con cualquier decisión que
tomemos.
Esto es lo que enseñan muchas congregaciones, pero
¿qué dice la Biblia al respecto?
Así que Dios todavía quiere que usted haga una conexión
espiritual a la alimentación, a su pan de cada día.
Notemos lo siguiente:
Hay dos secciones principales de la Escritura que discutir
con mucha claridad: Levítico 11 y Deuteronomio 14.
Estos capítulos describen los animales que YHWH dice
que son buenos para comer y los que no van a ser los
alimentos.
¿Sabía usted que El Eterno instruye a los creyentes de
hoy a no comer carne de cerdo? No hay productos de
carne de cerdo sin tocino, jamón, chorizo, peperoni,
cualquier cosa que venga de un cerdo no se deben
comer. Está claro en Levítico 11. También dice que
debemos evitar los mariscos: moluscos, cangrejo,
langosta y almejas.
Ahora, usted se preguntará, bueno ¿por qué hace eso?
¿Cuál es el punto? Puede ser que no sea importante hoy
en día, ¿verdad? Bueno, Levítico 11:47 nos dice YHWH
mismo, es el que habla: "Para que hagáis distinción entre
lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se
pueden comer y los animales que no se pueden comer"
(NVI).
YHWH va tan lejos como para darnos la lección de estar
involucrado, la lección de lo que debe hacer la distinción,
eso hace la diferencia. Y que hay que tomar la decisión
de hacer una separación entre lo limpio y lo sucio,
incluso cuando se trata de los alimentos que se
consumen. ¿Por qué? Deuteronomio 14:2 y el versículo
21 dice: "Porque eres pueblo santo a YHWH tu Eloha
(Dios)". Usted ve, usted debe separarse del pecado y
dedicarse a Dios.
Así que le ha dado una razón para cambiar su dieta y
evitar consumir alimentos no aptos. ¡Esa es una razón!
Es una lección de santidad. Es un recordatorio para
elegir el camino de Dios en todo lo que pensamos y en
cada acción.
En Filipenses 2:5 dice: "Haya pues, en vosotros este
sentir que hubo también en el Mesías Yahshua."
Tenemos que tener una misma mentalidad, la misma
actitud. Una traducción lo pone de esta manera: "En sus
vidas hay que pensar y actuar como el Mesías Yahshua"
(NVI).
Así que cada día, cuando usted elige qué comer, es un
recordatorio diario para hacer una elección consciente y
elegir bien, limpio, santo, alimentos que Dios dice que
son buenos y limpios. Ahora, por extensión, se le
recuerda que debe hacer un esfuerzo consciente para
elegir una conducta santa como su forma de vida en la
actitud y en acciones. Dado que pertenecemos a Dios y
Él nos ha comprado con la sangre de Yahshua, Él no
quiere que nos contaminemos a través de cualquier tipo
de contaminación.
Así que, Dios nos ha dado la lección perfecta de alimento
físico. Él nos recuerda que no debemos dejar que toda
cosa caiga en nuestras bocas. Así que de la misma
manera, no debemos dejar que ningún pensamiento
entre en nuestras mentes y se convierta en una mala
acción. Así que al igual que la elección de una buena
comida para comer, tenemos que elegir una dieta de
acciones piadosas en nuestra vida.
Ahora bien, este concepto se resume en 1 Corintios
6:19-20: "¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis
recibido de Dios, y que no sois vuestros? [Y entonces
¿qué nos dice?] Pues habéis sido comprados por precio,
glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo..." (NVI).