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¿Es toda carne propia

para alimento?
Si bien algunas de las leyes de YHWH Eloha (Di-s)
pueden parecer extrañas a nuestro modo de ver, y no
captamos de inmediato su verdadero propósito, la
verdad es que nos ayudan a evitar muchos males
físicos, morales y espirituales.
El Eterno nos ha dado sus leyes para nuestro bien. Ellas
nos revelan las verdaderas normas de YHWH: cómo
distinguir entre el bien y el mal, entre lo bueno y lo
erróneo, entre lo que es provechoso y lo que es dañino.
Nos enseñan a hacer diferencia entre lo santo y lo
profano. Las leyes del Eterno también definen cómo
nosotros debemos ser santos, consagrados al servicio de
nuestro Creador.
A medida que aplicamos las leyes de YHWH en nuestra
vida, éstas nos ayudan a adoptar una nueva forma de
pensar: a pensar más como EL. También cambian
nuestra percepción. Por ejemplo, guardar el shabat y
demás fiestas bíblicas va cambiando la forma en que
vemos y utilizamos el tiempo. El principio de la Tzedaka
(justicia, ofrenda) cambia nuestra apreciación y uso de
los recursos económicos. Y las leyes del Eterno que nos
dicen qué clases de carne son propias para el consumo
cambian nuestra forma de considerar lo que comemos.
YHWH espera que los maestros y dirigentes enseñen a
la gente a distinguir entre lo que la Biblia define como
comportamiento bueno y comportamiento malo. Por
medio del profeta Ezequiel ordenó: “Enseñarán a mi
pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y
les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no
limpio” (Ezequiel 44:23).

Si bien algunas de las leyes de YHWH pueden parecer


extrañas a nuestro modo de ver, y no captamos de
inmediato su verdadero propósito, la verdad es que nos
ayudan a evitar muchos males físicos, morales y
espirituales. La Palabra de ELOHA (Dios) nos da un marco
para una vida saludable en los aspectos físico, moral y
espiritual. YHWH nos ha dado sus principios de salud,
limpieza y santidad para nuestro bien a largo plazo, tanto
en esta vida como en la venidera (1ª Timoteo 4:8).
Uno de los propósitos de nuestra existencia es que
aprendamos a basar nuestra vida en las palabras de
YHWH (Mateo 4:4; Lucas 4:4; Deuteronomio 8:3). La
Palabra de Dios —la Biblia— abarca todos los aspectos
de la vida, incluso lo que comemos. Muchos no saben
que YHWH ha hecho distinciones entre lo que debemos
y lo que no debemos comer. Otros piensan que tales
diferencias no están vigentes en la actualidad. Pero
conviene que hagamos a un lado las opiniones humanas
y examinemos lo que la Biblia dice sobre este asunto.

*Conceptos populares*
Muchas personas consumen regularmente varios
productos de carne de cerdo, tales como jamón,
salchichas y tocino, y no sienten ninguna consecuencia
adversa inmediata. Por consiguiente, hay quienes han
querido buscar una explicación científica en la razón por
la cual YHWH les prohibió a los israelitas que comieran
cerdo. Una de las teorías sostiene que el Eterno se lo
prohibió debido a que los cerdos son portadores de
ciertas enfermedades, entre ellas la triquinosis. Al fin y al
cabo, en los tiempos del antiguo Israel la gente no tenía
neveras ni refrigeradoras y tampoco existían
investigadores que les informaran acerca de los peligros
de comer esta carne sin que estuviera bien cocida.
Al parecer, los resultados de las investigaciones
modernas han despejado todas estas dudas, porque el
riesgo de los parásitos y los microbios desaparece casi
totalmente al cocer muy bien estos alimentos. Por lo
tanto, muchos concluyen que para Dios es
perfectamente aceptable que comamos carne de cerdo.
La gran mayoría de las personas que la consumen logran
vivir hasta una edad avanzada; pueden concluir entonces
(si es que alguna vez piensan algo al respecto) que
consumirla no tiene ningún efecto nocivo ni para la salud
ni para la longevidad.
Algo semejante ocurre con los conceptos religiosos. Los
teólogos, suponiendo que las leyes de la alimentación
humana se originaron en el antiguo pacto de Dios con
Israel, han concluido erróneamente que con el
establecimiento del nuevo pacto (pacto renovado) estas
leyes perdieron su vigencia. Según este razonamiento,
son muchas las leyes del Primer pacto que ya no se
aplican en la vida de los creyentes.
Para algunos, el apóstol Pablo confirmó esta perspectiva
cuando afirmó: “Yo sé, y confío en el Señor Yahshua, que
nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa
que algo es inmundo, para él lo es” (Romanos 14:14).
Según esta forma de plantear las cosas, el Dios del
“Antiguo Testamento” es visto como “el gran médico”, y
Yahshua, en el “Nuevo Testamento” (Pacto Renovado),
como “el gran libertador” de los que estaban sujetos a la
ley de Dios. Si analizamos la lista de los animales limpios
y los inmundos que YHWH les dio a los israelitas
únicamente desde un punto de vista médico, nuestra
perspectiva moderna, liberal e ilustrada, nos llevará a
despojar las normas de Dios completamente de su valor
y a creer que en nuestra sociedad ya no hacen falta tales
medidas para preservarnos de las enfermedades. Al
suponer que Yahshua, sabiendo esto, les ha dado a sus
seguidores una libertad total para decidir sobre estos
asuntos, llegaremos a la conclusión de que Dios estará
perfectamente de acuerdo con cualquier decisión que
tomemos.
Esto es lo que enseñan muchas congregaciones, pero
¿qué dice la Biblia al respecto?

*El punto de vista de YHWH*


YHWH nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:26-
27), y al hacerlo así nos dio la capacidad de razonar. Eso
es algo grandioso, pero no significa que seamos
infalibles. YHWH nos dice: “Mis pensamientos no son
vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis
caminos. Como son más altos los cielos que la tierra, así
son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías
55:8-9). Es ELOHA, no nosotros, quien tiene la autoridad
sobre nuestra conducta (Proverbios 14:12), y esto
incluye la clase de alimentos que debemos o no
debemos consumir. El gran profeta Jeremías reconoció
esto abiertamente: “Conozco, oh Eterno, que el hombre
no es señor de su camino, ni del hombre que camina es
el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23).
Si tomamos en serio lo que estos pasajes nos dicen,
entonces debemos examinar cuidadosamente este
asunto de las carnes limpias y las inmundas. En lugar de
confiar en nuestro propio razonamiento, más vale que
estemos seguros de cuál es el punto de vista que tiene
Dios al respecto.

*El origen de las diferencias*


La primera referencia bíblica que encontramos acerca de
la diferencia entre los animales limpios y los impuros
aparece mucho antes de que los israelitas salieran de
Egipto.
Aproximadamente mil años antes de celebrar el pacto
con la nación de Israel, Dios instruyó a Noé para que
tomara una pareja de animales impuros y siete parejas
de animales limpios y los introdujera en el arca (Génesis
6:19; 7:2). YHWH no le dijo a Noé que esta era la primera
vez que estaba estableciendo la diferencia entre estas
dos categorías de animales. Simplemente le dijo: “De
todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su
hembra; más de los animales que no son limpios, una
pareja, el macho y su hembra” (Génesis 7:2). Dios no
tuvo que explicarle a Noé qué quería decir con “limpio” y
“no limpio”; él entendía perfectamente a qué se refería y
lo obedeció. Si queremos entender lo que El Eterno
quiso decir con esos términos, tendremos que buscar la
explicación en otra parte de la Biblia, a saber, Levítico 11
y Deuteronomio 14.
Lo que nos enseña este episodio de Noé es que siglos
antes del pacto que YHWH celebrara con Israel, ya se
tenía conocimiento de que había una diferencia entre los
animales limpios y los impuros. Podemos ver, pues, que
la idea tan difundida de que la limpieza o impureza de
los animales existe sólo a partir del antiguo pacto,
simplemente no es cierta. Debido a que esta diferencia
existía antes del sistema de sacrificios que tenía Israel y
antes del sacerdocio levítico, es correcto decir que no ha
cesado simplemente porque éstos ya no están vigentes
en la actualidad. Como veremos, la Biblia nos enseña
que la diferencia entre lo limpio y lo inmundo nunca ha
perdido su validez ni su significado.
Si pensamos que esta ley de Dios no había existido hasta
el momento en que fue codificada, esto podría llevarnos
a concluir erróneamente que bajo el nuevo pacto ya no
está vigente porque, como algunos lo aseveran, las
únicas leyes que siguen en vigencia son las que fueron
reafirmadas en el Pacto Renovado después de la
resurrección del Mesías. Sin embargo, Yahshua mismo
aclaró en Mateo 5:17-19 que este razonamiento no es
válido. Aunque estos argumentos son falsos, nos llevan a
considerar un asunto muy importante: la continuidad de
la ley de Dios.

*La naturaleza de la ley de Dios*


Algunas personas aseveran que YHWH les permitió a
Adam y Eva que comieran la carne de cualquier animal,
pero que le impuso restricciones dietéticas a Noé. Otros
dicen que Noé podía comer lo que quisiera, a pesar de la
diferencia que Dios había manifestado acerca de los
animales, porque Dios no le había prohibido
específicamente que lo hiciera. Todo este razonamiento
es erróneo por cuanto pasa por alto la
naturaleza permanente de los principios espirituales que
constituyen el fundamento de las instrucciones de Dios
para la humanidad.
Todas las instrucciones de Dios están basadas en
principios espirituales que siempre han existido. De la
misma forma en que YHWH es eterno (Deuteronomio
33:27; Salmos 90:2), también lo son los principios que
reflejan su carácter y su naturaleza santa (Salmos
119:142, 144; Malaquías 3:6). La ley (TORAH) de Dios
está basada en su carácter, el cual no cambia ni depende
de acontecimientos, sucesos o actitudes que ocurran en
el devenir humano.
De principio a fin, la Biblia es un libro acerca de
la ley. Esto no significa que sea un libro únicamente de
derecho. La palabra leyes una traducción de la voz
hebrea Torá, que significa “dirección” e “instrucción”,
conceptos que abarcan mucho más que un simple
código legal. Desde luego, la ley de Dios es más antigua
que la Biblia. El apóstol Pablo nos dice que “la ley es
espiritual” (Romanos 7:14).
En su esencia, la Biblia es un libro que tiene que ver con
las relaciones interpersonales, especialmente la forma
en que las personas se relacionaban con Dios en el
pasado y, con base en las experiencias de ellas, cómo
debemos relacionarnos nosotros con él en la actualidad.
La Tora de YHWH —su instrucción y guía para la
humanidad— revela los principios necesarios para poder
establecer y cultivar con él una relación íntima que nos
conduzca a la vida eterna (Juan 17:2-3).
Con el tiempo, a medida que vamos cultivando nuestra
relación con Dios, también iremos aprendiendo más y
más a vivir como él quiere que vivamos. Así, nuestras
acciones y pensamientos estarán más de acuerdo con su
ley (TORA) y haremos lo que a él le agrada (Mateo 7:21;
Juan 14:15; Apocalipsis 14:12).
Cuando entendemos realmente los principios
espirituales de la ley de Dios, no nos interesará buscar
por dónde podemos escaparnos para no obedecer lo
que nos ordena. Cuando disfrutamos de una verdadera
relación personal con Dios, nos agrada guardar sus
mandamientos y queremos complacerle (1ª Juan 5:2).
Como este apóstol claramente nos dice: “Este es el amor
a Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus
mandamientos no son gravosos” (v.3). Todos los
mandamientos existen para nuestro bienestar físico y
espiritual.

*¿Ha cambiado algún aspecto de la ley (tora) de Dios?*


Analicemos otro aspecto de la naturaleza de la ley de
Dios. Algunos, teniendo en cuenta los cambios evidentes
que han ocurrido desde los tiempos del Antiguo
Testamento respecto a las leyes de los sacrificios y la
circuncisión, piensan que la ley de Dios es temporal.
La base de este argumento es la confusión que existe en
cuanto a la forma en que se administran en diferentes
circunstancias los principios espirituales de Dios. El
apóstol Pablo, quien escribió acerca de la ley “espiritual”
de Dios (Romanos 7:14), también señaló en 2ª Corintios
3 las diferencias que existen entre la administración de
las leyes de Dios bajo el antiguo pacto y bajo el nuevo.
Sin embargo, administrar las cosas de una manera
distinta no es lo mismo que abrogar la ley de Dios,
porque como Yahshua dijo en Mateo 5:18: “Hasta que
pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley (tora), hasta que todo se haya cumplido”. YHWH
ha instituido, y en ocasiones permitido, cambios en la
forma en que se administra o aplica su ley. En todos
estos casos, en la Escritura se nos explica el cambio
administrativo. En el Pacto Renovado no encontramos
ningún cambio referente a las carnes limpias y las
inmundas.

*Reveladas, luego codificadas*


Es evidente que las leyes de YHWH existían mucho antes
de Moisés y los israelitas. Por ejemplo, dijo: “Oyó
Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis
mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (Génesis
26:5).
Luego, cuando comenzó a relacionarse con el pueblo de
Israel, no formuló ni anunció por primera vez su ley; él
la volvió a declarar a un grupo de personas que habían
estado esclavizadas por varias generaciones en Egipto
(Éxodo 12:41). Bajo esas circunstancias, era muy poco
probable que se acordaran de ella y mucho menos que
la estuvieran obedeciendo. Parte de la labor que realizó
con Israel fue codificar su ley para esa nueva nación.
Antes de que los israelitas salieran de Egipto, comenzó a
instruirlos acerca de sus fiestas santas (Éxodo 5:1; 12:1-
51). Luego, durante su travesía hacia el Sinaí, les enseñó
la importancia de guardar su día de reposo semanal, el
séptimo día de la semana (Éxodo 16:23), y acompañó
esta enseñanza con milagros inequívocos al enviarles
una doble porción de maná el día sexto y nada el shabat
(vv.25-29). Cuando algunos israelitas pasaron por alto
esta instrucción y salieron en shabat a buscar maná,
YHWH los reprendió: “¿Hasta cuándo no querréis
guardar mis mandamientos y mis leyes?” (v.28).
Esto ocurrió antes de que los israelitas llegaran al
desierto de Sinaí (Éxodo 19:1-2). Fue allí donde Dios
codificó el mandamiento de guardar el shabat como
parte del Decálogo (Éxodo 20:1-17). Además de los Diez
Mandamientos, también les dio a los israelitas sus
juicios y estatutos —preceptos prácticos que les
ayudaron a aplicar correctamente la ley— y más
instrucciones acerca del día de reposo y las fiestas
(Éxodo 21-23). Dios les prometió que si lo obedecían en
todo, los bendeciría físicamente dándoles salud,
protección y prosperidad en su nueva tierra (Éxodo
23:25-33).

*El propósito de la diferencia*


En Levítico 11 y Deuteronomio 14 encontramos las listas
de los animales limpios y los inmundos. La primera fue
dada a la generación de israelitas que había sido
rescatada de la esclavitud en Egipto. En Deuteronomio,
la repitió e hizo hincapié en sus instrucciones para la
próxima generación, que estaba a punto de heredar la
Tierra Prometida.
En ambos pasajes se nos explica la razón por la cual
fueron dadas estas instrucciones. En Levítico 11 nos dice
que para poder ser “santos” es necesario evitar lo que es
inmundo. En Deuteronomio 14 leemos que Israel no
debía comer “nada abominable” (v.3), “porque eres
pueblo santo al Eterno tu Dios” (vv.2, 21). Ser santo
significa ser apartado o separado por y para Dios.
Si examinamos cuidadosamente estos capítulos veremos
que el motivo específico por el cual nos prohíbe
consumir la carne de animales inmundos es el de
la santidad. ¡Quiere que seamos santos! Puesto que le
pertenecemos, y además nos compró con la sangre de
Yahshua, YHWH no quiere que nos profanemos con
ninguna clase de contaminación, ya sea física o espiritual
(1ª Corintios 6:15-20). Para Eloha, el hecho de no
consumir animales inmundos es una de las señales de la
santidad que identifican a todos aquellos que ha
apartado para tener una relación especial con él.
Todas las personas que han sido llamadas a tener esa
relación con Dios deben reflejar la santidad de él en sus
pensamientos y acciones. YHWH quiere un
comportamiento santo (Kadosh), una forma de vida
diferente de la que sigue el resto del mundo. La santidad
(kedusha) en la conducta está basada en nuestra actitud
hacia Él, hacia los demás y hacia nosotros mismos, que
hace que nuestras acciones no causen sufrimiento, ni
perjudiquen a nadie. Este modo de vivir contribuye a las
relaciones positivas y edificantes. Por supuesto, ser
santo implica mucho más que no comer carnes
inmundas. Yahshua habló acerca de “lo más importante
de la ley”, o sea la justicia, la misericordia y la fe (Mateo
23:23).
El Eterno ha dado sus leyes a gente física, y cuando las
desobedecemos sufrimos las consecuencias. Por
ejemplo, si cometemos adulterio esto bien puede traer
como consecuencia la destrucción del matrimonio y de
la familia. En Deuteronomio 28 se enumeran las
calamidades que ocurrirían a los israelitas si
quebrantaban los mandamientos de YHWH. Empero, les
prometió que si obedecían sus mandamientos, ellos
serían su pueblo santo (v.9).
Él siempre ha deseado que su pueblo sea santo. Como lo
expresó el apóstol Pablo: “Nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de él” (Efesios 1:4). Por su parte, el
apóstol Pedro exhortó a los creyentes con estas palabras:
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos
que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino,
como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo” (1ª Pedro 1:14-
16; ver también Levítico 11:44-45). Por supuesto, al decir
esto Pedro tenía en mente todos los aspectos de la
conducta como creyentes, no sólo el dejar de comer
carne inmunda.
Pablo también les recordó a los corintios las
instrucciones que El Eterno había dado al respecto: “Por
lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el
Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré
para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e
hijas, dice el Señor Todopoderoso. Así que, amados,
puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de
toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2ª
Corintios 6:17-7:1).

*Un cambio de administración*


Cuando Yahshua murió por nuestros pecados y fue
resucitado, se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote y su
ministerio reemplazó el sacerdocio levítico, que había
estado vigente desde los tiempos de Moisés (Hebreos
7:11-14). “Yahshua es hecho fiador de un mejor pacto”
(v.22), llamado el “nuevo pacto” (Hebreos 8:8, 13).
El ministerio de Yahshua no anula la ley (tora) de YHWH.
Al contrario, El escribe su ley en la mente y en el corazón
de todos los que entran en este pacto renovado (v.10).
Yahshua dijo claramente que no había venido para abolir
la ley (Mateo 5:17-19). El nuevo pacto, del cual Yahshua
es nuestro Sumo Sacerdote, tiene “mejores promesas”
(Hebreos 8:6), pero no es una ley diferente ni mejor.
Entre las mejores promesas están la de la vida eterna y
la de la presencia de su Santo Espíritu en nosotros que
nos da el poder que necesitamos para cumplir la Tora de
YHWH (Romanos 8:4).
En Romanos 6:22-23 el apóstol lo resumió de esta
manera: “Ahora que habéis sido libertados del pecado y
hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto
la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la
paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es
vida eterna en el Mesías Yahshua Señor nuestro”. Un
verdadero creyente se esfuerza por someterse a las
instrucciones que El Eterno le da y vivir una vida santa,
apartada, consagrada
Cuando El instituyó el cambio administrativo de sustituir
el sacerdocio levítico por el sacerdocio de Yahshua, los
principios administrativos que se aplicaban únicamente
a los levitas dejaron de aplicarse de la misma manera:
“Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya
también cambio de ley” (Hebreos 7:12). La ley a que se
refiere aquí es la que estaba explícitamente relacionada
con quién podía ser un sacerdote; este precepto no fue
anulado sino cambiado (vv.13-14). El cambio de
sacerdocio no abrogó las leyes y los principios que Dios
nos dio para nuestro beneficio espiritual y físico.
En tiempos del Pacto Renovado, la congregación y los
apóstoles continuaron reconociendo y practicando las
normas de YHWH con respecto a la diferencia entre las
carnes limpias y las inmundas (Hechos 10:14). Algunos
piensan que esto es algo que se relaciona únicamente
con la cultura o la tradición, pero la Biblia menciona los
animales inmundos en ciertos acontecimientos
proféticos que aún están por suceder (Apocalipsis 18:2) y
también profetiza los castigos que vendrán para aquellos
que se nieguen a obedecer esta ordenanza (Isaías 66:15-
17). La Biblia continúa designando la obediencia a las
leyes acerca de las carnes limpias y las inmundas como
una de las señales que identifican al pueblo de YHWH.
No debemos avergonzarnos si por seguir las leyes del
Eterno somos diferentes de la sociedad que nos rodea.
Hablando acerca de los llamados de Eloha, el apóstol
Pedro nos dice: “Vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para
que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable” (1ª Pedro 2:9). ¡YHWH dice
que su pueblo escogido ha sido llamado a la santidad!
Sin embargo, un creyente siempre debe ser prudente y
discreto en su forma de obedecer y practicar estas leyes,
y debe ser cuidadoso para no tratar de obligar a sus
familiares y amigos a que sigan estas normas. Como nos
dice el apóstol Pablo: “Andad sabiamente para con los de
afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra
siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis
cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:5-6).

*Muchos creen que en Romanos 14 se dice que los


creyentes ya son libres de las antiguas restricciones con
respecto a las carnes que pueden comer.*
Como prueba de ello citan el versículo 14, en el que
Pablo escribió: “Yo sé, y confío en el Señor Yahshua, que
nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa
que algo es inmundo, para él lo es”.
Pero este enfoque no tiene en cuenta el contexto de la
carta que escribió Pablo ni las palabras griegas que
utilizó.
Muchas fuentes de consulta concuerdan en que Pablo
escribió 1 Corintios alrededor del año 55 d.C., y que
escribió su Epístola a los Romanos, desde la ciudad de
Corinto, en el año 56 o 57. La controversia acerca de los
alimentos en Corinto (algo que se ve reflejado en los
capítulos 8 y 10), tenía que ver con la carne sacrificada a
los ídolos.
Ya que Pablo estaba escribiendo a los romanos desde
Corinto, en donde esto era un asunto importante, el
tema estaba muy fresco en su mente, y esta es una
forma lógica, sostenida bíblicamente, de explicar los
comentarios que hizo en Romanos 14.

*La intención de Pablo*


Aquellos que suponen que el tema de Romanos 14 es
una revocación de las leyes relativas a los animales
limpios e inmundos, deben forzar un poco su
interpretación porque no tiene respaldo bíblico. El
capítulo muestra por sí mismo que el tema era la carne
sacrificada a los ídolos.
El versículo 2 establece un contraste entre la persona
que sólo “come legumbres” y aquel que cree que “se ha
de comer de todo” (es decir, carne y legumbres). El
versículo 6 se menciona el comer y el no comer, y hay
varias interpretaciones al respecto: que se refiere al
ayuno (no comer ni beber), al vegetarianismo (comer
sólo legumbres) o a comer o no comer de la carne
sacrificada a los ídolos.
El versículo 21 nos muestra que la carne ofrecida a los
ídolos era el tema subyacente de este capítulo: “Bueno
es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu
hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”. Los
romanos de aquella época comúnmente ofrecían carne y
vino a los ídolos, y después, en el mercado vendían
porciones de las ofrendas.
Con respecto al versículo 2, una glosa en la Life
Application Bible (“Biblia del diario vivir”) anota: “El
antiguo sistema de sacrificios era el centro de la vida
religiosa, social y doméstica del mundo romano.
Después que se presentaba el sacrificio a un dios en un
templo pagano, sólo se quemaba una parte de él. Con
frecuencia, lo que quedaba se enviaba al mercado para
la venta. Así, un creyente podía fácilmente comprar esta
carne, aun sin darse cuenta, o comerla en la casa de un
amigo.

Así que Dios todavía quiere que usted haga una conexión
espiritual a la alimentación, a su pan de cada día.
Notemos lo siguiente:
Hay dos secciones principales de la Escritura que discutir
con mucha claridad: Levítico 11 y Deuteronomio 14.
Estos capítulos describen los animales que YHWH dice
que son buenos para comer y los que no van a ser los
alimentos.
¿Sabía usted que El Eterno instruye a los creyentes de
hoy a no comer carne de cerdo? No hay productos de
carne de cerdo sin tocino, jamón, chorizo, peperoni,
cualquier cosa que venga de un cerdo no se deben
comer. Está claro en Levítico 11. También dice que
debemos evitar los mariscos: moluscos, cangrejo,
langosta y almejas.
Ahora, usted se preguntará, bueno ¿por qué hace eso?
¿Cuál es el punto? Puede ser que no sea importante hoy
en día, ¿verdad? Bueno, Levítico 11:47 nos dice YHWH
mismo, es el que habla: "Para que hagáis distinción entre
lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se
pueden comer y los animales que no se pueden comer"
(NVI).
YHWH va tan lejos como para darnos la lección de estar
involucrado, la lección de lo que debe hacer la distinción,
eso hace la diferencia. Y que hay que tomar la decisión
de hacer una separación entre lo limpio y lo sucio,
incluso cuando se trata de los alimentos que se
consumen. ¿Por qué? Deuteronomio 14:2 y el versículo
21 dice: "Porque eres pueblo santo a YHWH tu Eloha
(Dios)". Usted ve, usted debe separarse del pecado y
dedicarse a Dios.
Así que le ha dado una razón para cambiar su dieta y
evitar consumir alimentos no aptos. ¡Esa es una razón!
Es una lección de santidad. Es un recordatorio para
elegir el camino de Dios en todo lo que pensamos y en
cada acción.
En Filipenses 2:5 dice: "Haya pues, en vosotros este
sentir que hubo también en el Mesías Yahshua."
Tenemos que tener una misma mentalidad, la misma
actitud. Una traducción lo pone de esta manera: "En sus
vidas hay que pensar y actuar como el Mesías Yahshua"
(NVI).
Así que cada día, cuando usted elige qué comer, es un
recordatorio diario para hacer una elección consciente y
elegir bien, limpio, santo, alimentos que Dios dice que
son buenos y limpios. Ahora, por extensión, se le
recuerda que debe hacer un esfuerzo consciente para
elegir una conducta santa como su forma de vida en la
actitud y en acciones. Dado que pertenecemos a Dios y
Él nos ha comprado con la sangre de Yahshua, Él no
quiere que nos contaminemos a través de cualquier tipo
de contaminación.
Así que, Dios nos ha dado la lección perfecta de alimento
físico. Él nos recuerda que no debemos dejar que toda
cosa caiga en nuestras bocas. Así que de la misma
manera, no debemos dejar que ningún pensamiento
entre en nuestras mentes y se convierta en una mala
acción. Así que al igual que la elección de una buena
comida para comer, tenemos que elegir una dieta de
acciones piadosas en nuestra vida.
Ahora bien, este concepto se resume en 1 Corintios
6:19-20: "¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis
recibido de Dios, y que no sois vuestros? [Y entonces
¿qué nos dice?] Pues habéis sido comprados por precio,
glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo..." (NVI).

Ahora es el momento para empezar a acercarse a Dios.


Así que cada día, cuando usted elige qué comer,
recuerde que debe tomar esa decisión consciente de
seguir lo que Dios dice acerca de la buena comida.
Es el recordatorio diario para hacer un esfuerzo
deliberado, no sólo en la comida que usted elije, sino lo
más importante en la elección de una conducta santa
como su forma de vida en la actitud y en las acciones de
cada día.
Así que ya ves, no es sólo una cuestión de dieta, es un
asunto de santidad. Recuerde que usted ¡es lo que
come!.

*ANALICEMOS OTRO ASUNTO*


En las escrituras encontramos el tan comentado pasaje
de Pedro cuando tuvo la visión de los animales sobre un
paño, o lienzo. Hch. 10:13.
Pero se deja de ver que el versículo 28 arroja luz sobre la
visión, no era que el Eterno le diera “permiso” de comer
animales inmundos, sino que si Yahshua había
derramado su sangre también para toda la humanidad
incluidos aquellos a quienes ellos llamaban impuros,
los “gentiles” él no podría llamarlos de nuevo
“inmundos” si le aceptaban cono su Salvador y a través
de su sangre son comprados como pueblo.

Puedes observar que el pasaje como tal no tiene la


relevancia acerca de la comida pues no es el contexto de
todo el capítulo, sino que si la palabra de salvación había
llegado al oído de alguien a quien consideras “impuro”
por su fe en Yahshua, el tal es limpio y no podemos
llamarlo de nuevo impuro; esto en la práctica se puede
observar en aquellas personas que le niegan el mensaje,
la palabra de Dios, la salvación; a otra, por su aspecto, su
cultura, por apariencia, por su acercamiento emocional;
porque “ellas nunca van a cambiar”, has oído escuchar
frases como “no tiene perdón de Dios”, “no tiene
salvación de Dios”, etc. Ese fue el caso de Pedro y el
Eterno tuvo que darle una lección con los animales, por
lo tanto no es posible usar dicho pasaje para excusar el
comer de todo tipo de carne.

*Nos queda un asunto más a tratar*, el pasaje de 1ª


Timoteo 4:5; “por la palabra de Dios y la oración son
santificados”, analicémoslo.

El contexto en el que se enseña en el primer versículo,


nos habla de falsos maestros que enseñaran sobre
abstenerse de ciertos alimentos creados por Dios,
entiéndase que esos falsos maestros enseñaran cosas
contrarias a las que Eloha ya había establecido, el verso
siguiente nos dice que todo lo que Eloha hizo fue bueno;
¡por supuesto que es bueno!, pero no quita del renglón
que el dio órdenes especificas acerca de que animales se
pueden comer y cuales no; no hay en ese texto la
implicación de que todo se pueda comer, sino que en
aquello que los falsos maestros quieran enseñar que es
malo y quieran “satanizar” (..Enseñaran doctrinas de
demonios...), incluso el texto dice claramente que se
apartaran de a fe; eso ya en si es algo en lo que debemos
poner nuestra atención, no serán maestros que guarden
la palabra y la fe y se hagan pasar por hermanos; sino
que se apartaran de la fe, y en su lugar enseñaran
doctrinas de demonios, serán hipócritas y hablaran
mentira incluso nadie nota que también esos falsos
maestros enseñaran que ya no se podrán casar o que el
matrimonio ya “paso de moda”.
El matrimonio también fue creado por Dios y de eso
también se habla que fue bueno, hay lugares en los que
se enseña que la unión libre está bien, y no observan
que este pasaje condena que esa enseñanza no es de
Dios.

En México, una gran parte de nuestra gastronomía está


basada en la carne de puerco y sus derivados (chorizo,
chicharrón, salchicha, etc.) antes de conocer del Señor
nuestra dieta estaba basada en todos estos productos;
más ahora debemos ser obedientes a las instrucciones
dadas por Dios y seguirlas y hacer notorio el cambio
(incluyendo el físico) de que nuestra vidas le pertenecen.
Pero también es de notar que aquellos que aseguran que
con una oración se santificarían los alimentos, son los
mismos que también condenarían el consumo de otros
“alimentos” en otros países como en China o Japón y
otros más, que comen arañas, grillos, ratas, perros,
leones, etc., otros animales que según las escrituras
también el Eterno los considero inmundos; usando el
argumento que todo es santificado con la oración
podríamos concluir que no hacen nada en contra de la
humanidad ni contra las reglamentaciones del Eterno al
tener granjas de ratas o criar cucarachas para el
consumo humano.

Para los que viven es esos países quizá también les


parezca radical el asunto de obedecer las instrucciones
dadas por YHWH para la alimentación, pues su economía
está basada en esas granjas y venta de esos productos.
También para ellos sería difícil dejar de consumirlos y
hacer el cambio, las reglas alimentarias dadas por el
Eterno son estrictas y difíciles de seguir para aquellos
que no son pueblo y que no le amen; dicho sea de paso
que estas reglamentaciones son estrictas y exclusivas
para el pueblo de Dios; Israel.

Pero todos entendemos y casi todos defienden que por


la fe en Yahshua somos parte de ese pueblo que fuimos
olivo silvestre y que con inmensa bondad y amor fuimos
injertados en el olivo natural contra naturaleza, por el
sacrifico y derramamiento de la sangre del cordero de
Eloha (Dios), por lo que en conclusión:
Querer pertenecer a este pueblo nos remite también a
La obediencia de sus mandamientos incluyendo no
comer lo que Él ha marcado como impuro, no podemos
nosotros decidir qué comer o que no comer, que hacer y
qué no hacer, como gobernar nuestros hogares o que
guía le damos a nuestra familia, pues todo está
estipulado y bien cotejado en las escrituras; toda nuestra
fe se basa en ellos y en la obediencia a esas escrituras se
halla la base de nuestra bendición; pues lo vemos en 2ª
Timoteo 3:16 y 17. “toda escritura es inspirada por
YHWH, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia; a fin de que el hombre de YHWH
sea perfecto, enteramente preparado para todo buena
obra”.
Pablo instruyendo a Timoteo le hacía conocer que toda
la escritura es inspirada por YHWH (tome en cuenta que
no existía el pacto renovado, tal cual lo conocemos hoy)
así que en otras palabras le estaba diciendo:
Lo que lees en el libro de la ley o las escrituras
(incluyendo los salmos, y los escritos de los profetas) es
lo que te hará llegar a ser un hombre de YHWH
instruido, justo y preparado para todo lo bueno que el
Señor quiera hacer contigo.

De la misma manera; si usted y yo queremos llegar a ser


hombre y mujeres que el Eterno pueda usar y ser
instrumento en sus manos; nos resta pues, sujetarnos a
todas sus estipulaciones, mandamientos, leyes, y
reglamentaciones.

La congregación de “Casa de Oración”, busca regirse


basado en aquello que leemos en las escrituras y en el
deseo de que la visión se cumpla: “vivir de tal modo que
dibujemos una sonrisa en su hermoso rostro”, nos
esforzamos en ser obedientes a todo lo que hayamos
estipulado en las escrituras, por lo que los hermanos que
han tenido a bien tomar esta congregación como el lugar
que El Eterno les proveyó para su crecimiento espiritual;
adopten por convicción y amor; lo estudiado en este
folleto y como resultado se abstengan de los alimentos
que se han mencionado con anterioridad.

Por lo que hermanos: “Yo deseo que el Eterno YHWH te


prospere en todas las cosas, y que tengas salud, tanto
como prospera tu alma” 1ª Juan 1:2.

Romanos 1:19 “porque vuestra obediencia ha venido a


ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero
quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuo para el
mal”.

Filemón 2:2 “te he escrito confiando en tu obediencia,


sabiendo que harás aún más de lo que te digo”

2ª Corintios 10:6 “y estando prontos a castigar toda


desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.
Shalom

Y que el Eterno te siga


prolongando su misericordia.

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